You are on page 1of 5

Mayra Andrea Bellusci 1

Dni N° 30133429

Examen Final

“Hacia una Sociología del Poder Judicial”

El objetivo de este trabajo es analizar el régimen de sanciones aplicadas en la actualidad a


los alumnos de las escuelas medias, tanto públicas como privadas de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, dentro del marco de la ley n° 223/99 “Sistema de Convivencia escolar”,
en donde se impone la creación de un “Consejo de convivencia” a los fines de dirimir toda
cuestión controvertida que acontezca dentro del ámbito escolar y sea pasible de la
imposición de una o varias sanciones.

Para esto, a lo largo del texto tomare como disparador los conceptos trabajados en clase en
relación a los textos adoptados por la cátedra. Seguidamente, realizare un breve análisis
sobre el articulado de la ley de referencia en relación a los fines que se propone cumplir y
que medios utiliza en la práctica para lograr los mismos. Por último, formulare un análisis
crítico del instituto en cuestión, tomando como eje el fuerte carácter punitivo de las
sanciones en las escuelas secundarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que se
esconden tras un manto de “soluciones democratizadoras”, basadas en la inclusión, el
consenso, promovedoras del respeto por el otro y de los mas importantes valores de la
sociedad.

A partir de la derogación del régimen de amonestaciones en las escuelas secundarias, surge


en el marco de la ley n °223 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, reglamentada por
los Decretos ns° 1400/001 y 998/008, el nuevo régimen de convivencia escolar mediante el
cual se impone la creación del “Consejo de Convivencia”.

Este se presenta como un organismo colegiado, integrado por los representantes de la


Rectoría y los distintos sectores de la comunidad educativa como ser: representantes de
profesores, psicólogos, representantes de alumnos (Centro de estudiantes y padres),
representantes de preceptores, entre otros, y que tiene los fines de “democratizar” la
imposición de sanciones, teniendo como herramienta fundamental el dialogo y la
participación activa del alumno en el posible reconocimiento de sus “inconductas”, la
Mayra Andrea Bellusci 2
Dni N° 30133429

posibilidad de realizar un descargo en caso de desacuerdo y la forma conjunta de decidir


las sanciones que le correspondan.

En el art 6, la ley se plantea como objeto, entre muchos otros, promover la justicia y el
rechazo de todo tipo de discriminación. A su vez, “generar las condiciones institucionales
necesarias para la retención y finalización de estudios secundarios de los/las jóvenes” y
promover el consenso. Según el art. n° 8, se rige bajo los criterios de respetar la dignidad de
las personas, valoración del sentido pedagógico de la sanción, garantizar el derecho del
alumno a ser oído, etc.

Tomando como punto de partida el concepto de “campo” en términos de Bordieu, se puede


observar como la institución escolar funciona como algo similar a un campo de batalla con
reglas propias, dirigidas e impuestas por los agentes administradores del capital, que son las
autoridades escolares.

Por el mismo habitus, estas reglas crean una conciencia de obligatoriedad y son
legitimadas por toda la comunidad escolar sin que surja ningún tipo de cuestionamiento al
respecto. Tanto los que poseen el capital como los que carecen de este, están destinados a
cumplir las normas, pero las mismas han sido impuestas por los primeros y el régimen
sancionatorio recaerá sobre los últimos, resultando estos los sujetos mas vulnerables de la
relación, que no han podido negociar la imposición de dichas reglas. Estas mismas, están
basadas en la idea de “verdad”, que en realidad es presentada como una verdad relativa,
impuesta, una construcción cultural que solo fue creada por el grupo dominante y aceptada
por toda la sociedad como la única forma posible de lograr, mediante la acumulación de
capital simbólico, un reconocimiento.

En la práctica, el “Consejo de convivencia” dista bastante de ser, en cuanto a su desarrollo,


un proceso democrático, justo, respetuoso de la dignidad y del principio de no
discriminación.

Esto, teniendo en cuenta que el alumno al presentarse con sus padres y/o tutores al mismo
sin, prácticamente, información de su funcionamiento, se encuentra con una especie de
tribunal inquisidor en donde la mayor parte de sus integrantes son autoridades que sentadas
Mayra Andrea Bellusci 3
Dni N° 30133429

en forma de circulo, previa lectura de las “acusaciones”, comienzan a interrogarlo


utilizando el método de la prueba para saber “la verdad”. Entendemos que esta idea se
contradice demasiado con esa “democratización” y “consenso” que tanto pregona poseer.

Luego de lograr la confesión del alumno, mediante el reconocimiento de las causas que
lograron la imposición de las futuras sanciones, estas no son decididas en conjunto, sino en
los días próximos en el contexto de una reunión privada entre las autoridades del Consejo,
sin presencia de los padres que habían ejercido el papel de “abogados” en el proceso.

Lo que resta, es esperar la “sentencia” del tribunal, la cual muchas veces recae en la
suspensión, cambio de división, cambio de turno o expulsión del adolescente del
establecimiento escolar.

Por lo tanto, después de este método de observación y juicio, se busca alcanzar la


normalización del alumnado excluyéndolo del lugar en donde probablemente tenga uno de
los lazos mas fuertes, como ser sus amistades (en la etapa mas importante de desarrollo de
las mismas) y su sentido de pertenencia al establecimiento. Se pone en duda con esto, los
supuestos fines pedagógicos de la sanción que la ley tanto enuncia que contienen las
mismas.

Es importante destacar que las sanciones que hacen que el adolescente llegue a esas
instancias, son las consideradas “muy graves” (ej.: portar armas), “graves” (ej.: generar
disturbios durante los actos escolares) o reiteradas “faltas leves” (ej.: presentación personal
incorrecta). Esto significaría que una persona pueda ser juzgada a través de este método por
el solo hecho de haber usado indebidamente, en horario de clases, su teléfono celular y, en
base a ello, correrá el riesgo de ser separada del establecimiento.

Las instituciones, amparadas por la normas que todos consideran legitimas, por el solo
hecho de emanar de autoridades competentes, buscan su manera de mantenerse en el campo
y conservar su capital, deshaciéndose del que se muestra diferente, ese “bélico y
revolucionario” que no cumple las pautas de conducta que ellos promueven como hartas de
justicia.
Mayra Andrea Bellusci 4
Dni N° 30133429

Cabe preguntarse si es el Estado el que esta al servicio de la comunidad o es la comunidad


la que se encuentra al servicio del Estado, que sanciona pero no corrige, que castiga pero no
educa o, lo que es peor, dice tener la finalidad de educar utilizando como medio la
discriminación, lo cual hace pensar que, en estos casos, la única finalidad es que quienes
detentan el poder no se sientan amenazados por los que “molestan” y, mediante estas
pautas, puedan seguir ejerciendo su dominio pacíficamente y reproducir el campo del cual
son parte con los mismos agentes e intereses protegidos.

En una situación ideal, alejada de lo que realmente ocurre en la práctica, considero que este
espacio de dialogo y reflexión podría ser positivo en tanto diera la posibilidad al alumno de
ser escuchado y dar su propia opinión y versión de los hechos en relación a la pertinencia
de las medidas tomadas, teniendo en cuenta que los menores no analizan sus
contravenciones desde la misma óptica que lo hacemos los adultos, y que no siempre desde
nuestra posición de autoridad, por el solo hecho de ser “los mayores” son las mas
convenientes, ya que no estamos exentos de equivocarnos.

En cuanto a los casos en donde no medie la violencia física ni comportamientos de una


gravedad tal que excedan la posibilidad de ser tratados solamente en el ámbito escolar, sino
la transgresión de limites relacionados con el respeto por el otro y la obediencia a ciertas
directivas emanadas por las autoridades del establecimiento educativo, consideró al tema de
la suspensión una medida que no necesariamente cumpliría los fines pedagógicos,
educativos y solidarios que el mismo sistema dice querer promover. Esto se debe a que, en
mi opinión, para el alumno el hecho de faltar al colegio solo significaría perder contenidos
y posiblemente el resultado sería el mismo que se obtiene con unos días de inasistencia
común. Por lo tanto, no solo creo que la exclusión transitoria no trata el problema de fondo,
sino también que puede generar un atraso, aunque menor, en los contenidos aprendidos, sin
perjuicio que después solicite a un compañero lo trabajado en clase.

Con este criterio, también es necesario decir que toda clase de expulsión se encuentra muy
lejos de cumplir con el respeto del principio de no discriminación.
Mayra Andrea Bellusci 5
Dni N° 30133429

En conclusión, si la solución que se busca es la reflexión sobre los propios actos y una
adecuada toma de conciencia, difícilmente sea lograda por este medio.

Por lo expuesto, es importante para mi aclarar, que el presente trabajo no tiene como
finalidad cuestionar la imposición de todas las sanciones en general, sino plantear la
necesidad de diferenciar entre los fines aparentes de ciertas leyes legítimamente impuestas,
y las verdaderas intenciones que se esconden detrás de estas, las que encuentran reposo en
mecanismos incoherentes de la relación medio-fin como una forma de perpetuación y
reproducción del dominio de las clases poseedoras del capital.

You might also like