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VIII Cumbre de las Américas, Perú 20181.

La Cumbre de las Américas es uno de los eventos más importantes ya que reúne
a los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados Miembros del Hemisferio para
debatir sobre aspectos políticos y económicos. Este año se llevó a cabo en Lima,
Perú entre el 13 y 14 de abril. La sede fue elegida el 11 de abril de 2015 durante
las deliberaciones de los mandatarios en la edición anterior.

La función de estas cumbres es fomentar la discusión, teniendo un dialogo abierto


sobre variedad de temas escogidos que estén afectando al hemisferio occidental
en ese momento.

El canciller de Perú Néstor Popolizio anuncio que el tema principal de la cumbre


seria “Gobernabilidad democrática frete a la corrupción” y los ejes temáticos son:
Gobernabilidad Democrática y Corrupción, Corrupción y Desarrollo Sostenible y
Aspectos de Cooperación, Institucionalidad Internacional y Alianzas Público
Privadas.

Esta Cumbre tuvo una serie de tropiezos: El 13 de febrero de 2018, el ex


presidente del Perú Pedro Pablo Kuczynski revocó la invitación al presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro. El presidente de los Estados Unidos Donald Trump
anunció que no asistiría a la cumbre. El actual presidente de Perú, Martín Vizcarra
aseguró que Nicolás Maduro puede entrar al Perú, pero no está invitado a la
Cumbre de las Américas. A lo anterior se le suma lo sucedido en la frontera
Colombo - Ecuatoriana y el conflicto en Siria; esto hizo que esta cumbre pasara un
poco desapercibida dado que los ojos del mundo y los medios de comunicación
estaban centrados en estos dos últimos hechos.

Todo lo anterior sirve de marco para comprender el alcance de esta Cumbre. Es


más queda el sin sabor de que no se logró el objetivo de esta cumbre dado que
los ejes tratados y el compromiso firmado, llamado Compromiso de Lima, el
mundo lo tomo como una unión de propuestas, enunciados, citas, frases y no
como un compromiso real para enfrentar la corrupción y tratar de erradicarla. Se
puede pensar mejor en una reflexión en torno a un tema, sobre el cual soslayaron
los participantes; no se pudo hablar de una real Gobernabilidad Democrática
Frente a la Corrupción. Para esbozar un poco lo dicho los 57 puntos del
Compromiso de Lima se distribuyeron en siete ejes:

1. Fortalecimiento de la gobernabilidad democrática.

1
https://latinamericanpost.com/index.php/es/otros/20642-peru--para-que-sirvio-la-cumbre-de-las-
americas-2018.
2. Transparencia, acceso a la información, protección de denunciantes y
derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión.
3. Financiamiento de organizaciones políticas y campañas electorales.
4. Prevención de la corrupción en obras públicas, contrataciones y comprar
públicas.
5. Cooperación jurídica internacional; combate al cohecho, al soborno
internacional, al crimen organizado y al lavado de activos; y recuperación
de activos.
6. Fortalecimiento de los mecanismos interamericanos anticorrupción.
7. Seguimiento e informes.

Estos puntos solo reiteran los principios lógicos que deben gobernar en cualquier
gobierno, por ende no hay nada nuevo que aporte a la lucha contra la corrupción,
que estas medidas se estén implementando en los países ya es diferente. Esta
cumbre fue más un encuentro ecuménico de diplomacia. La falta de principios y de
ética se vieron reflejados ya que la moral no cabe en algunos Jefes de Estado que
firman tales compromisos pero en sus países tienen escándalos por la corrupción,
uno de los casos más sonados fue el de nuestro presidente Juan Manuel Santos
con el caso Odebrecht por recibir aportes para su campaña.

Un escenario simultáneo vivido en esta Cumbre fue la reunión sostenida entre los
Jefes de Estado de Colombia, Argentina, Perú y Chile con el Vicepresidente de los
Estados Unidos, Mike Pence; teniendo como punto central Venezuela.

¿Podríamos entonces hablar de una Verdadera Cumbre de las Américas o de una


reunión sin pase de Jefes de Estado?

Los Jefes de Estado y de Gobierno de Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile,


Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá,
Paraguay, Perú y Santa Lucia, y el Vicepresidente de los Estados Unidos,
suscribieron un documento conjunto en el cual se pronunciaron sobre “ la
persistente situación de quiebre del orden constitucional “ en Venezuela, haciendo
un llamado al Gobierno Venezolano para que lleve a cabo elecciones
presidenciales con garantías necesarias para un proceso libre, justo, sin presos
políticos, que incluya la participación de todo el pueblo Venezolano, declarando
que si no cumplen con elecciones democráticas libres y justas carecerán dichas
elecciones de legitimidad y credibilidad y también se persistió en el apoyo a la
Asamblea Nacional Venezolana elegida el 6 de diciembre de 2015.

Con todo el panorama anterior, que podemos concluir de esta Cumbre de las
Américas:
Nuevamente lanzamos la pregunta, ¿Podríamos entonces hablar de una
Verdadera Cumbre de las Américas o de una reunión sin pase de Jefes de
Estado?

Si la corrupción sigue toma partido en los gobiernos, los recursos para la


educación seguirán siendo afectados, dado que la inversión para establecer una
educación de calidad no estará en su cien por ciento y esto se transforma en baja
economía y transformación social nula. En donde la cultura de la legalidad legitima
está fundamentada en bases sólidas de desigualdad e injusticia.

Al igual que en la mayoría de los países latinos, Colombia es más que un claro
ejemplo de país azotado por la corrupción. Desafortunadamente, cada que hay
elecciones bien sea presidenciales, gubernamentales o locales, los candidatos
persuaden y prometen abatir la corrupción, “supuestamente con el fin de generar
más bienestar y desarrollo en las comunidades”, sin embargo, cuando llegan a
ocupar los cargos públicos, las promesas de luchar contra la corrupción se van a
la caneca, al parecer, la ambición por ser mejor y tener más que el otro, les
conlleva a olvidar sus propias palabras.

Esta problemática sin fin y en crecimiento, tiene sus consecuencias inmediatas y


se ve reflejada en la inflación nacional, el aumento de impuestos, el aumento en la
tasa de desempleo, el deterioro de la infraestructura, la ineficacia de los
funcionarios y de las políticas públicas, la imposición de políticas de corto plazo y
sobre todo en la desprotección total de los ciudadanos. Sin embargo, lo más
preocupante y aterrorizante, no es pasar por la oleada de sus consecuencias, si
no considerar la idea de que este fenómeno es algo inmerso en la sociedad, es
decir, que nace con ella y posiblemente solo muera con ella, lo que indica que por
el momento estamos superpuestos a ella, esto se debe a que, convivir en
comunidad implica la imposición de reglamentos y nunca falta el que es feliz
transgrediéndolos. Cabe decir, que ya en cada persona queda el deseo de apostar
y aportar o no por un país generoso, respetuoso, honesto, transparente y/o
desarrollado humanamente.

“Ver una injusticia y no hacer nada es no tener valor”

Confucio.

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