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Material de estudio.

Materia: Fundamentos Psicoanalíticos


para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy

Fundamentos psicoanalíticos para la Clínica – Clases openpsico

La dimensión de la histeria, a través del recorrido desde los griegos, E.


media, modernidad. Donde todo lo que hasta ese momento era ubicado
como fenómenos de posesión demoníaca, se laicizan, se ubican dentro de
una racionalidad laica, positivista. En ese contexto ubicamos aportes de
Charcot, Freud, Breuer,entre otros, en el sentido de qué es lo que ocurre
con estas mujeres que hasta hace poco eran poseídas por demonios.
Charcot sostiene que hay una base orgánica, una predisposición
histerogena que habla de una generalidad del desorden de los nervios,
pero las tesis de Charcot no profundizaban el por qué se producia, sí a lo
que era su repetición artificial por medio de la hipnosis.

Estudios sobre la histeria avanza un poco en la comprensión de esa rara


enfermedad.

En el inicio del psicoanálisis la lectura de la histeria está teñida del orden


de la patología. Vamos a intentar de verlo como un discurso y no solo
como patología. Por qué discurso? Lacan: seminario 17: “Reverso del
psicoanálisis”, allí plantea la noción de discurso como una pieza clave del
lenguaje. En el lenguaje podemos distinguir varios niveles: primero la
palabra que tiene 2 elementos estructurantes del lenguaje en tanto
palabra dicha y enunciada: dimensión del significante y el significado.

Lo más habitual en el uso del lenguaje común es hacer la referencia al


significado es decir que lo que escucho me dicen o estoy diciendo remite a
algo pero lo que toma Lacan de la lingüística es la enunciación
FONEMATICA a un nivel desligado del significado. En el uso común no es
así, generalmente pensamos en que quiere decir o que quiero decir.

En la composición del lenguaje hablado no siempre decimos lo que


queremos decir. Ejemplo en uso del chiste, cuando usamos el doble
sentido una palabra no solo significa una cosa, en el uso clínico, también
encontramos el uso del significante en una dimensión desligada a un solo
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significado, más bien, la idea es que las palabras son como valijas que
cuando las abre encuentra de todo, por lo tanto si tomamos la dimensión
del significante en su fonemática no solo nos remite a un significado. Ej.
clínico: un paciente hablando de su posición en relación al matrimonio.
Venía hablando sin preocuparse de lo que decía…Dice: “el matrimonio es
lo correcto” Habla de una referencia más o menos habitual donde
superyoicamente tendemos a decir que los que se casan hacen lo
correcto. Pero bien, si uno lo lee sin la pausa, sino que lo lee en relación a
lo que dice el sujeto: es un” loco recto”. Hacer esa lectura allí (en el orden
del chiste) abrió la posibilidad de que el sujeto se abra de esa posición tan
superyoica (a la cual no se adscribía, por sus actos) y sincerarse consigo
mismo. Es decir uno de sus problemas era la dimensión del matrimonio en
lo que tendría que ser en sus obligaciones una consecuencia de una
relación de su pareja. Pero no fue azar, allí estaba uno de sus conflictos, y
lo que aparece como una lectura de una significación distinta de lo
habitual hace de una emergencia del inconsciente, por lo tanto lo
reprimido se destapa y empieza por otro surco. Ya no en el surco
monótono del superyó, donde todos tenemos que decir más o menos lo
mismo de lo que es políticamente correcto.

Entonces la dimensión del significante dentro de la palabra es algo que en


un análisis tiene una particular importancia, en la vida cotidiana, en los
chistes, furcios, lapsus, pero en el análisis lo que tiene que ver con la
composición de las palabras nos envían a otros lugares que si nosotros lo
leyéramos solo y exclusivamente desde el punto de vista del significado
socialmente aceptado.

Entonces, en el lenguaje, todo en el corpus del lenguaje, palabra,


significado, significante, DISCURSO. El discurso si nos salimos de la
definición habitual del uso retorico para decir algunas cosas más o menos
verdad o mentira, depende, tiene que ver con aquellas instancias del
lenguaje formatea las conductas, los comportamientos y las instituciones.
Ubicándolos dentro de las instancias psíquicas: yo, ello y superyó los
discursos corresponden al superyó de la estructura freudiana: lo que es
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deber decir y deber actuar. Dentro de esos discursos uno de ellos, plantea
Lacan es el discurso de la histeria. Un discurso no solo formatea sino que
además hace, provoca un lazo social particular. Un discurso distinto
opuesto al de la histeria es lo que Lacan llama el discurso del amo, no solo
a los que mandan sino aquellos discursos estructurantes y fundantes de
una subjetividad.

En el tiempo de estudios de la histeria nos encontramos de entrada con un


conflicto: el autor/los autores tienen 2 patas en el modelo positivista de la
ciencia. Algo en el orden de un chiste, por lo que se desarrolla en el texto
“Estudios sobre la histeria”, en donde se “extrae su verdad “por doctores y
sabios, como objeto a investigar, sin saber, el saber es de quien aplica el
método científico.

En este libro encontramos un encuentro que causa sorpresa: la


construcción narrativa de una historia, no una sola: Todos los casos
abordados tendrán la construcción narrativa de una historia que se parece
más a la ficción y no a un informe científico.

Pese a que Freud va a estar con más intención de hacer un informe


científico que una ficción. De Hecho en 1905 (cuando Dora9, se lamenta
en parte que las conclusiones de la clínica psicoanalítica era para algunos
novelitas rosa, y que no se pueda conocer el abordaje de un tipo de
enfermedad con una particular naturaleza: enfermedad que habla, el
padecimiento trata de enviar mensajes. El cuerpo en la histeria es tomado
como escenario donde se representa simbólicamente el conflicto, posición
opuesta a la medicina y sus virtudes. La medicina trabaja con el organismo
y en psicoanálisis se trabaja con el cuerpo erótico que habla a través de los
síntomas que pasan a representar algo del orden del conflicto a nivel del
deseo del sujeto, son enfermedades que transmiten algo del orden del
sufrimiento y lo que genera ese conflicto. Es una presentación bajo un
modo de un jeroglífico, no está explícitamente aclarado.

El caso 5 de “Estudios sobre la histeria”: Srta. Elizabeth Von R. No podía


caminar Elizabeth, caminaba con dolor y levemente inclinada hacia
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adelante. Esta mujer de 24 años, es la hija menor de 3 hermanas. Quien la


deriva F. le dice que se trata de una histeria pero F. destaca que los rasgos
fundamentales de la histeria no están presentes. Solo este síntoma que ya
lleva un tiempo que neurológicamente se llamaba Astasia - agasia:
dificultad para sostenerse en pie sin dolor, y esa manera atípica de
mantenerse en pie, y porque cuando reposa el dolor pasa, esa
intermitencia era extraña.

El colega de F. también le plantea una situación compleja en la familia de


Elizabeth. Hace 2 años antes del inicio del tratamiento muere el padre,
que era muy apreciado y con la muerte del padre en ese tiempo se
produce otro problema, una suerte de indefensión de la familia en lo que
tiene que ver con los vínculos sociales sobretodo. La familia queda
entonces con la madre y sus 3 hijas todas solteras. En ese momento se
genera también un vacío social y el vacío de la ausencia de un hombre en
la familia. Desde que Elizabeth era chica, la madre había sido una enferma
de los nervios y con problemas en la vista. Después de la muerte del
padre, al año, la vista de la madre se recrudece y queda casi ciega, la
operan y sale bien y se recupera. Poco tiempo después de recuperarse, la
hermana del medio, que se había casado, muere en su segundo parto.
Tenemos. Muerte del padre, ceguera y recuperación de la madre, muerte
de la hermana, entre medio la hermana mayor que se había casado había
sido llevada por el marido a vivir a otro pueblo por lo cual sufrió ese
distanciamiento afectivo. Pero su otra hermana estaba casada y vivía con
ellas, con un hombre bueno, pero sobre esa hermana cae la muerte.
Primero: cuando había enfermedad quien tenía que cuidar a los enfermos
de la familia era Elizabeth, la enfermedad de su padre fue Elizabeth quien
lo cuido, luego cuido a su madre en su proceso de operación, es decir, ella
se auto arrojaba la misión de cuidar a los enfermos y luego de muerto el
padre se puso la tarea de recuperar la felicidad perdida en la familia, una
especie de custodio, generar un sustituto del padre. Ese padre que estaba
muy cerca de ella, es más el padre decía que ella era el hijo varón que no
había tenido. Reconocía sus dotes, su inteligencia pero, era muy
impertinente y tenía una complicación, que cuando se trataba de emitir
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juicios del otro era muy sincera, casi cruel (según su padre), para decir la
verdad, no se quedaba con nada dentro. La preocupación de su padre es
que ese carácter tan irascible para ubicar la falla del otro y decírselo, le
complicaba sus chances de conseguir marido: “esta chica no está para
casarse”, afirmación que ella compartía. Ella había reconocido que no era
para el matrimonio y estaba en una querella mental en contra del
matrimonio porque consideraba que las pérdidas a la libertad hacían de
esa institución una esclavitud, enemiga del matrimonio.

Cuando F la ve por primera vez, destaca que todo este destino trágico, ella
la llevaba como si fuese algo lineal y había resignado sus proyectos, y
estaba ocupada en 2 cosas: en cuidar a la madre y en cuidar su
enfermedad, su dolor, su imposibilidad de caminar y sostenerse en pie.

F plantea que ese es el tratamiento más extenso hasta ese momento y


más completo que él pudo desarrollar y se encuentra ante un sujeto que
le parece a él, se trata de alguien que simplemente tiene un secreto. No se
trata algo en el orden del cuerpo extraño. Se trata de una máscara, un
secreto que posiblemente su carácter inmoral, no sea fácil decirlo. Esa es
la primera intuición, hay una máscara que presentifica un sentido oculto.

En este tiempo pre analítico del descubrimiento del inconsciente, pero


también en el sentido de la técnica. F usa aun la hipnosis, imposición de
manos sobre un tema. A él le preocupa descubrir las determinaciones de
los síntomas y levantando y esclareciendo esas determinaciones
encuentra que los síntomas se levantan.

Las determinaciones hacen alusión de un conflicto a nivel de los afectos


que no pueden ser librados. Esa noción de conflicto será permanente en el
psicoanálisis.

Hoy día en un análisis se hace lo opuesto a F en el sentido de que los


síntomas importan pero importa que el sujeto pueda desarrollar su
historia. El síntoma es el narcisismo del sujeto, es una función del sujeto,
no se puede arrancar, esta adherido. F en sus escritos plantea que el
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síntoma es como una relación sexual del neurótico, si uno se lo arranca


con que queda?

Esta paciente entonces, por este mismo rasgo de carácter enunciado por
el padre, era rebelde a hipnosis así que le despliega toda la historia de
desgracias y le dice “ya le conté todo “ y?... Le conto la historia de sus
desgracias y seguía igual. No hubo cambios, ahí empieza la dificultad. Es
donde F plantea que esa es la barrera más importante del análisis: el
sujeto. Este es mi sufrimiento, ud puede hacer algo? Esta paciente tiene la
función de llevar al otro a su nivel de impotencia, ridiculizarlo y sobre todo
si era un sabio, por un lado le demanda un poder que la cure pero rechaza
el saber. Te demando que no me des eso que te pido porque no es eso
(Lacan). Esto nos pone frente a una particular dificultad de la histeria
donde el sujeto expone su sufrimiento, puede ubicar al otro como
demandado y sorprendido por ese sufrimiento pero no puede hacer nada
por eso. Mantiene en pie y cuida demasiado la INSATISFACCIÓN.

La insatisfacción aparece como un valor como un goce corporal , erótico


de relación al otro, a cuidar, por lo tanto, la posibilidad de que el otro la
ayude esta demandada pero cuestionada: si ayúdame pero sé que no vas
a poder. F

Se trata de un carácter difícil con una historia de desgracias y este en una


pelea con la vida, enojada, se entiende que está mal.

F se pregunta pero x q la astasia? Por qué no puede caminar? Por qué ese
raro síntoma? Por qué no puede sostenerse en pie? Hay algo más

Entonces continua, insiste. Se encuentra con una sorpresa, las piernas son
sensibles al pellizco y casi insensibles al pinchazo, cuando toca los muslos,
parece que exclama dolor del orden del placer. Le confiere a esas zonas de
los muslos un carácter histerogeno (zonas corporales erotizadas). F insiste
con la imposición de manos. A él le llamaba la atención de que cuando
hacia la imposición de manos, se quedaba pensando….algo pasaba, no se
lo “daba”, te muestro pero te lo oculto. Con toda la dificultad del juego
histérico algo avanza. Surge un muchacho que era cercano a la familia, con
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el que compartía cosas y que tuvo algo con él, pero la enfermedad del
padre cae de sorpresa, ella recuerda estar parada frente a su casa y al
padre lo ve derrumbarse y ella lo levanta. A partir de ahí ella es la fiel
cuidadora del padre, no se mueve de su lado. Solo una vez de esos dos
años de convalecencia, 6 meses antes de su muerte ella recuerda haber
estado en cama un día por un fuerte dolor de piernas(F sospecha de
alguna afección muscular)y sobre esa enfermedad orgánica la neurosis
que la alarga , la hace duradera a la enfermedad. En ese 1er momento de
que tuvo que hacer cama un día, se levantó y siguió cuidando al padre.
Unos días antes de esa situación había sido empujada por la familia a una
salida social y sale con ese chico. Ella acepta quedarse hasta más tarde con
él , y casi enamorada pero su padre recrudece en su enfermedad y se juró
nunca más dejar al padre. Ahí está el conflicto dice F, una chica de 22 que
no puede aceptar su deseo femenino porque entre medio tiene la tarea
superyoica de tener que cuidar al padre enfermo, está sometida a eso, es
su misión, pero ese amor tremendo por su padre enfermo se choca con
otro deseo, ya no de hija sino de mujer y el conflicto de resuelve para el
lado de hija que sostiene al padre y se culpa por salirse del libreto. Otro
recuerdo: todos los días le cambiaba el vendaje al padre poniendo el pie
del padre sobre su muslo derecho.

Sobre ese dolor se instala el conflicto en el orden de un castigo: vos debes


padecer por tu deseo erótico.

En el 2do periodo del tratamiento aparecen cosas, como la relación con


sus hermanas y un cuñado. Tiempo después de que su hermana mayor se
fue, aparece su enfermedad. Sale a un paseo, caminan por las montañas,
se enfría y queda renga.

Acá la explicación es algo físico y el dolor apareció, pero F la empieza a


hacer hablar. La hermana, la que muere, iba a ir con ellos a las montañas
pero no va porque se sentía mal. Cuando están de paseo, se sienta en una
roca y le viene un mal pensamiento, en el orden de la envidia de su
hermana. Porque yo no puedo tener un matrimonio así de feliz? Y también
esa antigua idea de estar en contra del matrimonio se le viene encima en
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sentimiento de invalidez en el que está embargada, esa invalidez la hace


sentir un gran pesar por esta sola y envidia por un hombre como su
cuñado. Se queda absorta y ahí aparece este dolor que la acompaña.

Ese segundo momento sigue, se va su hermana a su lugar de veraneo y


recibe la noticia de que la hermana estaba enferma después de su 2do
parto. Se va a lo de su hermana con su madre y cuando llegan estaba
muerta la hna. Nuevamente siente que no se puede sostener en pie, pero
paso otra cosa. En un tercer momento del tratamiento aparece un
pensamiento evidente: frente al lecho de muerta de su hermana se le
impone el pensamiento relacionado al de la montaña, el cuñado estaba
libre por tanto…se podía casar con él. Lo rechaza, fuertemente, con la
misma violencia superyoica con la que renuncio al amigo especial.

El conflicto inicial erótico o moral se re aviva frente a la muerte de su


hermana.

Resumen:

Esta enfermedad ataca ese punto en donde el sujeto se siente que no


puede avanzar. Representa su dificultad en tanto muestra en forma
actuada (no mentirosa), la presencia de un significante: no podes caminar,
sos inválida, no te podes sostener en pie, ese es el conflicto. Conflicto que
está en función de que es ser mujer. Solo se es mujer en la medida en que
se casan? La represión sexual que padecían esas mujeres era mayor que la
que hoy sufren los sujetos (creemos)

La palabra acá se mete en relación a como el sujeto allí en sus piernas


encara el conflicto erótico y por otro lado representa a una mujer en
conflicto con su deseo erótico. No puede dar camino por ahí. Este sujeto
se impuso sostener la tarea de sostener a la familia luego de muerto el
padre. Hay varias escenas: cuando el padre cae delante de ella. Ella era el
varón que no tuvo. Ella toma la tarea de suplirlo, sin que nadie la obligue,
y sostener a la familia, cayéndole encima lo de la madre, lo de la hermana
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mayor y la q muere. Ella ahí se le cae la ficha, todo lo que quería sostener
se cayó, yo también me derrumbo.

Ella se impone a mantener a la familia unida, como hacia el padre. El


padre tenía un rol social muy activo y es quien le presenta a ese chico. La
madre estaba siempre enferma de los nervios y de la vista. NO SOLO SE LE
CAE SU proyecto de vida, sino que entra en conflicto su erótica como
mujer, y se le cae ese deseo de sustituir al padre, incluso muerto. Ella
clausura su salida al deseo, es decir desear más allá de la familia, el otro
no entra allí, se encapsula el novio o lo que fuera.

El drama de ella es una mujer joven que desea ser amada, pero no
encuentra las vías, porque ella misma lo bloquea por ser 1ero y ante todo
sustituto del padre, incluso de su padre muerto.

Uno de los rasgos distintivos que descubre el psicoanálisis en la histeria


femenina es que acontece una doble identificación, el sujeto además de
con la madre está identificado con el padre, este sujeto que no se
desconoce como mujer, también se reconoce como varón. El rasgo
fundamental de la histeria es que puede identificarse tanto con ser
hombre como mujer. Por eso el centro de la pregunta: que es ser una
mujer? Ella ya lo plantea en forma de respuesta: yo no soy para el
matrimonio. El nombre del padre, es nombrar esa situación: sos
tremendamente inteligente pero impertinente, no hay quien te aguante.
Esa posición de crítica, por el goce de hacer pedazo al otro, de romperlo
todo, eso es lo que marca el padre y eso va a hacer difícil que se case, en
eso están en sintonía, y qué? Una mujer sola se puede mantener en pie:
no, ella no pudo, aunque después es exitoso.

Clase 2 OpenPsico

Elizabeth Von R.,

El problema de ELIZABETH DESDE ANTES DE SU ENFERMEDAD ES


ENUNCIADO EN SU RELACION MUY CERCANA CON EL PADRE. EL YA LE
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HABIA ADVERTIDO SU INSOPORTABLE USO DE LA VERDAD HACIA EL OTRO.


ESE CARÁCTER LLEVO AL PADRE A DECIRLE QUE ELLA NO PODRIA
CASARSE, PODER CAMINAR CON OTRO, SER PARTE DEL DESTINO
OBLIGADO DE LA MUJER EN ESA EPOCA (EL MATRIMONIO). ELLA ERA
ENEMIGA DEL MATRIMONIO.

LACAN hace un desarrollo “la familia”. Dice que lo central de las neurosis
contemporáneas va a girar del eje de las histerias desarrolladas por
Charcot, porque esas histerias del XIV varían a otra cosa. El tránsito de esa
variación de las histerias sujetas a hipnosis o caracteriales, una bisagra son
los estudios sobre la histeria porque F no sigue los pasos de otros autores
(las grandes histerias). Histerias que tenían una teatralidad que hacía que
el síntoma conversivo fuera el centro de la preocupación de los psiquiatras
e la época. Las histerias del s19 se parecían más a aquellas posesiones
demoniacas que a este núcleo caracterial (para Lacan).

Ella era adicta al sincericidio, ubicaba el defecto enterrando el cuchillo.


Este rasgo difícil lo compensaba siendo hacendosa sobre todo con el
cuidado de los enfermos (madre, padre y madre de nuevo). Tenía un
crédito moral en el bolsillo.

Eso le permitía ser un poco impertinente, porfiada, tozuda y de un juicio


tajante. Este núcleo caracterial lo va a definir Lacan, plantea que ese es el
rasgo distintivo que se va a ir produciendo dentro de la evolución de las
neurosis en el S 20. No quiere decir que no hay somatizaciones, pero que
son más discretas. Hoy la histeria es un algia y un dolor moral
(depresiones), en términos psicopatológicos.

También se reparten una serie de trastornos del carácter, y de la


conducta. Hay que incluir acá la dimensión de la locura histérica que se
confunde con psicosis (sobre todo en Uruguay). En Uruguay
contemporáneamente estamos mal en salud mental, aunque avanzando.

Hay un exceso de medicalización psiquiátrica, son maltratadas como


psicosis, y la consecuencia es una clausura social y perdida de los derechos
de muchos pacientes.
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Así como lo reconoce F, Y Lacan la histeria tiene características de


naturaleza proteiforme: cambia de forma de acuerdo a las circunstancias.

La histérica era una bruja. Con F lo antiguo no se descarta del todo pero
hay un intento de esclarecer las causas de la histeria y a sus posibles curas.
Uso electroterapia, hipnosis, y vio que había una insuficiencia y en
ninguna se producía la naturaleza de los fenómenos que allí acontecían.
Algo con la hipnosis se aclaraba, como una suerte de memoria activa que
permite acceder a recuerdos que en la vigilia no están presentes.

Descarta la hipnosis, no todos son hipnotizables, pero además por la vía


de la hipnosis se levantaba cierta barrera del olvido y recordar eventos
traumáticos que al ser descargados por la hipnosis permitían un alivio
pero el sujeto no tenía idea de lo que había recordado en la hipnosis, por
tanto eso seguía siendo ajeno para el sujeto, No servía para una cura
duradera.

Lacan agrega que esta variación en el s20 va a tener otra determinante,


sino que la dimensión del padre, en el s19 todavía tenía una presencia
distinta a la del s20 hasta hora. El padre que se nos presenta ahora es
carente, ausente, una figura humillada o postiza. El cambio, la caída del
supuesto patriarcado 8imaginaria) habría mutado a una presencia de un
padre humillado, carente, que nunca puede estar a la altura de la misión
que se le encomienda. Hoy lo único que queda de sagrado en occidente, la
madre también tiene dimensiones complejas. En esto que nos trae lacan
nos encontrábamos a finales del 19 con la decadencia de ese supuesto
padre patriarcal omnipotente. ES más justamente porque el patriarcado se
va derrumbando de ese lugar imaginario, es que surge el psicoanálisis
como síntoma en lo social.

El punto central del conflicto psíquico. En Elizabeth aparece planteado


entre sujetarse al mandato moral de ser la hija que cuida a todos los
enfermos o seguir cierto impulso erótico que la lleva a desear a un
hombre: 1er periodo: cuidado del padre, donde luego de haber salido con
aquel chico el padre recae y no se lo perdona, F plantea una operación de
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división: queda oculto sofocado, reprimido es su deseo erótico. Ese deseo


erótico retorna en el dolor. F se pregunta porque la parte más importante
de su enfermedad no fue cuando cuidaba a sus padres. El 2do periodo fue
luego del paseo con el cuñado donde ella se siente desvalida frente a
dificultades de la vida y anhela un marido como el de su hermana y no se
puede levantar de la piedra (2do periodo de la enfermedad) conflicto
presente pero dice F, ES COMO QUE LO ANTERIOR SE RESIGNIFICARA en el
suceso actual. La palabra clave en esto es. Resignificar con supletoriedad
(se le agrega un elemento más que cambia la comprensión a aquello que
quedo pendiente). Quedo pendiente eso que en la 2da dimensión aparece
bajo forma de envidia, ese deseo está a la mano, es decir, el cuñado, no es
mío pero quisiera tenerlo.

En los tiempos del paseo con el cuñado y su parálisis histérica no tiene a


nadie a quien cuidar. La tarea de cuidar a alguien y cumplir su altruismo
moral era un “tapón “. En el 2do periodo pasa a ser ella la enferma, se da
una inversión , la enfermedad esta erotizada.

Esta crisis . Esta caída del patriarcado nos da paso a que el padre en esta
especulación lacaniana aparece como figura central para determinar las
conversiones histéricas de un modo espectacular. En el caso Elizabeth era
enfermante, en ese juicio que la ubica como no apta para el matrimonio,
no apta para el erotismo, ahí está la presencia de ese padre absoluto.

Ausente, humillada (no corta ni pincha), la palabra pasa por la madre, los
afectos pasa por la madre, la risa, las cosas importantes. Agrega : dividida
(proveedor, esclavo) y postiza (postizo es otro), el novio de la madre, o el
abuelo o el tío. Quien ejerce la figura paterna? Incorporamos dentro del
lenguaje psi a este padre postizo, siempre habrá uno. Muchas veces esos
padres postizos ejercen una mejor función con los hijos que sus padres
biológicos.

Alguna vez existió ese padre? No se…existió como referencia ideal cierta
normativa política de lo que debería ser un padre, es un padre que tiene
los prestigios de la religión, de la monarquía. Cuando decimos carente es
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porque ningún hombre puede cumplir todas esas funciones, y ninguna


madre la función del amor eterno.

En Elizabeth tenemos la conversión espectacular, no como Charcot con la


hipnosis. Ella sigue clavada en el juicio que hizo su padre sobre ella.

El tercer tema: el SINTOMA MOTRIZ: NO PODER ANDAR NI SOSTENERSE:

Tres puntos importantes que intervienen: los mecanismos x la q se genera


la enfermedad:

1) Facilitación somática (aparece cuando ella cura al padre sobre su


muslo), se mete el conflicto erótico moral, se genera una suerte de
reuma. Eso la configura como una zona histerogena.
2) Zona histerogena

Tenemos entonces el motivo de la enfermedad que implica un malestar


físico ligado a un conflicto erótico moral.

Tenemos El mecanismo, la conversión somática: QUE le permite


resignificar de uno a otro periodo el conflicto erótico y moral. Le da un
carácter mixto a la enfermedad (tengo que ser una enfermera de mi padre
o ser una mujer) Si, tengo q ser una enfermera de mi padre. Dice F

El costo de mantener el motivo y el mecanismo, es la escisión de la


conciencia (germen de lo que será el inconsciente), es decir el erotismo
pasa a ser un cuerpo extraño a la consciencia del sujeto. En el caso de ella
dominada por la moral. Esa escisión se mantiene con el dolor.

Pero F SE PREGUNTA , X Q LA PIERNA? Y X Q LA OTRA?, POR QUE NO


PUEDE CAMINAR? POR QUE LA CONVERSION NO QUEDO EN EL DOLOR DE
LA DERECHA? POR QUE NO PUEDE MANTENERSE? ALCANZA? NO…

El determinismo en este caso se juega a nivel del símbolo mnémico de sus


excitaciones psíquicas dolientes, pasan a tomar a las piernas, el no poder
caminar pasa a ser un símbolo que representa al conflicto.
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STEHEN: quiere decir estar de pie. Estar parado. Queda parada cuando
empieza la enfermedad del padre y delante de ella se cae. Punto central.

AUF STEHEN: levantarse, estar abierto/a.

HINAF STEHEN: DIRIGIRSE

ALLE STEHEN: CAERSE – El padre se cae, y ella está parada

GEHEN: CAMINAR – Este caminar se le hizo doloroso

EHE: MATRIMONIO – Acá con mucha razón cuando comenta esto dice
Lacan “Freud se pasó de Lacaniano” porque Lacan plantea que las
palabras, los significantes el sostén material sonoro de las palabras (que lo
reducimos al nivel del significado generalmente, nosotros) dice lacan,
dicen otra cosa y no lo que pretende decir solamente. Lacan arranca de
Freud para esto. El pie de apoyo es la interpretación de los sueños.

Ejemplo

En la interpretación de los sueños hay uno que nos pone en la pista de la


primacía del significante, que va más allá de lo que estrictamente
queremos decir. Aristóteles cuenta un sueño de A. Magno. Estaba A.
Magno calibrando si atacar una ciudad o no y se acuesta con ese resto
diurno y sueña que se lo comunica a Aristóteles y sueña q esta su escudo
en el piso, aparentemente en una fiesta porque un sátiro baila sobre su
escudo. Aristóteles actúa haciendo una interpretación de lo real a través
del significante. Agarra la palabra sátiro y la divide. Sa (andá. Atacá) tiro (a
tiro) En el sueño justamente el sátiro aparece con la pregnancia de marcar
la palabra. En un discurso, en un análisis nos tenemos que fijar cuando una
palabra, una raíz se repite, hay que parar la oreja. El significante no se
reduce a lo que quiere decir solamente.

En el caso de Elizabeth la eficacia del significante se da a través de la


repetición. Yo de (ehe), no quiero nada de gehen tampoco y de stehen,
menos. Entonces, casarse es algo así como dar el mal paso, ahí se cae, se
traiciona, en lo que cree era su deber.
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Estaba parada cuando su padre se cae, estaba parada cuando piensa en el


marido de su hermana.

Luego se da cuenta que no es azar, hay una suerte de mensaje encriptado:


Este conflicto de no poder caminar simboliza a aquello de que le cae la
ficha, de ser mujer y valerse sin marido, y le cayó con todo el peso de lo
que ella se exige a sí misma. Ella podía escapar del juicio del otro, del que
no puede escapar era del juicio de sí misma (núcleo de la neurosis
contemporánea)

El significante que la determinaba antes de enfermar es que ella podía


estar sola, y lo que le ocurre es que se da cuenta que no puede.
Mantenerse en la posición de debo estar sola se vuelve insostenible.

El sujeto cuando habla dice mucho más de lo que quiere conscientemente


decir. El inconsciente opera con eficacia, en los lapsus por supuesto, pero
también cuando se dice, cuando se deja hablar.

Otro caso es el de Miss Caecilia. No lo pudo exponer en su totalidad para


que no quedara su identidad al descubierto por lo que nos deja algunas
reseñas de su tratamiento. Presentaba que tiene dolor en los dientes,
depresión oscilante, dolores neuróticos, al final se decide que es un dolor
con intermitencia neurótica. F y Breuer, empiezan a trabajar con ella y
empieza a dar resultados pero destacan que tiene una formación poética
fuera de lo común y una inteligencia descollante pero enferma.

En ciertos momentos agudos de su enfermedad tenia predisposición a


alucinar y ver representado algo de terror. Ella ve en el árbol de su jardín
colgado, muerto a F y a Breuer, con los que ella estaba contenta. Fue un
flash y le dio un ataque de angustia terrible. Que pasaba?

Dos días antes de eso que la vio a ella, le había pedido a Breuer que le
diera un remedio fantástico para sus dolores, no dice cual (algo pesado). Él
se niega a dárselo, ella se contacta con F y le “hace el cuento”, más joven,
etc., y se lo pide, pero se niega también. Viene la alucinación, y cuando le
piden que la viva, dice: Uds. dos son un “pendant” uno del otro, ambos tal
Material de estudio. Materia: Fundamentos Psicoanalíticos
para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy

para cual, colgados. Ahí termina, el enojo que ella tiene y viene la
alucinación. Ella podía representar simbólicamente por vía de la
alucinación sus peores pensamientos que además la espantaban.

El ejemplo vale la pena en relación a que el simbolismo que ocupa la


histeria sea para llevarlo a la representación del síntoma astasia abasia o
alucinaciones flash, pasan a ser escenificaciones, representación plástica
en modo de un sueño de lo que es sus afectos y el conflicto en relación a
esos afectos.

Clase 3 – Conclusiones del caso Elizabeth y comienzo de Interpretación


de los sueños

Retomando cosas del caso Elizabeth, vamos a reseñar algunas cuestionas


para concluir.

La relación que hay entre el trabajo que desarrolla F en ese tiempo, que
aún no era psicoanalista, se encuentra en el camino de ir abriéndose al
dialogo con esas pacientes, y va encontrando un nuevo método y lo que
va a constituirse en una nueva manera de abordar lo psíquico
(psicoanálisis), que fue parte de la concepción, se integró de lo que es la
comprensión psíquica del ser humano a partir del S20 y que a partir del
S21 mantiene su vigencia y su expansión no solo como una terapéutica
especifica sino como una comprensión del conflicto psíquico con lo que
tiene que ver con una aproximación (intuitiva) de lo que hace al
inconsciente como emergiendo los lapsus, síntomas, los sueños. Y más allá
de eso lo que aparece como una explicación general de lo que son los
conflictos del sujeto con otro, con su deseo y su destino como formas
incorporadas de esos relatos subjetivos. Palabras como: subjetivo, trauma,
complejo de Edipo son parte de una cultura del occidente.

Hoy día en el S21 difícilmente un clínico de cualquier especialidad,


desmentiría la importancia por ej. de la infancia de lo que es la
constitución del sujeto psíquico 8incluso un veterinario), que hay terapias
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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incluso para perros, planteando hasta síndromes del abandono del


cachorro prematuro (algo bastante gracioso).

En este texto ya vimos la paradoja del título (posición positivista), también


vimos cómo se trata de construir una terapéutica que vaya levantando los
síntomas. En ese intento, un momento crucial es el abandono de la
hipnosis y pasar a lo que es la previa del trabajo lisa y llanamente como
asociación libre (abrir la palabra del paciente para que cuente su historia),
pero no se dio sin resistencias del propio F. Hay un primado de la orden de
F en el libre, pasando luego a un decir lo que el sujeto no quiere reconocer
(deseo inconsciente).

Historia sobre la histeria Págs. 174 y 175

“En relación a lo que es el método F se lamenta pero por otro lado acepta
ciertas condiciones que le impone este tipo de sufrimiento” Me resulta
singular que los historiales clínicos por mi escritos se lean como unas
novelas breves” “ y que en ellos esté ausente el sello de seriedad que lleva
estampado lo científico” Por eso me tengo que consolar diciendo que la
responsable de este resultado es la naturaleza misma del asunto, más que
una predilección mía” “Es que el diagnostico local y las reacciones
eléctricas no cumplen mayor papel en el estudio de la histeria” mientras
que una exposición en profundidad de los procesos anímicos como la que
estamos habituados a recibir del poeta me permite, mediando la
aplicación de unas pocas formulas psicológicas, obtener una suerte de
intelección sobre la marcha de una histeria”

“Tales historiales clínicos pretenden que se los aprecie como psiquiátricos


pero en una cosa aventajan a estos: el íntimo vínculo entre historia de
padecimiento y síntomas patológicos, que en vano buscaríamos en las
biografías de otras psicosis (acá él le llama psicosis en el sentido Gral.,
incluyendo las neurosis).

Primera cosa: no por su voluntad los historiales referidos tienen una


tendencia a ser leídos como novelas, e incluso el mismo F., VA A
INCLINARSE POR ESA MANERA DE CONSTRUIR EL CASO CLINICO EN
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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PSICOANALISIS, MARCANDO UNA DIMENSION, QUE HOY PODRIAMOS


LLAMARLE UNA “METODOLOGÍA ESPECIFICA DE LA INVESTIGACION EN
PSICOLOGIA Y EN CS. SOCIALES”, distinta a la metodología basada un
cientificismo positivista.

La construcción del caso no solo es abordada en clínica psicoanalítica sino


dejó. Aparecen otras disciplinas como las historias de vida o como el caso
único paradigmático. Las historias de vida se usan en Cs Sociales, en
antropología, en función de lo que ese caso aparece como referencial
paradigmático, didáctico y heurístico. Referencial porque ubica en ese
caso una concentración, una condensación, una metáfora de una serie de
circunstancias que en ese caso se ven revelados (esa es la primera
dimensión paradigmática), constituye en sí, por sus particularidades, una
referencia. Es didáctico porque permite enseñar ese caso anudado, con
conceptualizaciones que pretenden explicarlos. En 3er nivel tiene un valor
heurístico porque permite de eso, extraer algunas verdades, algunos
conocimientos ligados a ciertas verdades.

Es decir se puede ocupar la dimensión del caso único o la historia de vida


para la construcción de investigaciones cuantitativas siendo esta
dimensión del orden de lo que llamamos cualitativas. El estudio del caso
también se ocupa en economía cuando es entendida como una ciencia
social. El caso único tiene necesariamente una trama novelada que se
aleja de lo que plantea F (una suerte de seriedad de un informe científico
que presenta una serie de datos)

Hoy, que el caso clínico se opone (como metodología) a lo que son los
estudios estadísticos de trastornos o desórdenes mentales. Se opone en
varios sentidos. Se opone porque lo anormal y lo normal (tal como lo
señala el DSM 5), corresponde a una cuestión estadística. En rigor desde el
psicoanálisis no hay tal frontera entre lo normal y lo anormal. Esa
normalidad o anormalidad la marca cierta dimensión del ideal de lo que
espera la sociedad de cada sujeto, que, en la que estamos suele ser
bastante tiránica y bastante superyoica. Tal y cual como está planteado el
Material de estudio. Materia: Fundamentos Psicoanalíticos
para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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dsm5 hoy día, nos encontramos con una paradoja: todos padecemos
trastornos, ninguno se salva.

La otra vía entonces, cuando entramos por la vía de la construcción de la


novela, esa seriedad científica del número, es cuestionada. También es
cuestionado en segunda instancia: el lugar. El lugar de que hay uno sano y
uno enfermo. El otro aspecto (3er aspecto), es “el intimo vínculo entre
historia del padecimiento y síntomas patológicos” (como dice F. más
arriba). La historia del sujeto pasa a ser la que determina que el decurso
mismo tenga más a una similitud de una novela por contar que aun
informe. Lo cual no excluye de esa tarea de la propia novela al que está allí
ocupando el lugar de analista. Él también es un sujeto dividido entre
consciente e inconsciente, también es un sujeto del deseo, también tiene
la experiencia de la angustia, también tiene una historia por contar, su
propia novela. En Elizabeth dice F, contrariamente a las supuestas
degeneraciones encuentra: talento, ambición, fineza moral, necesidad
hipertrófica de amor (hipertrofia es un súper desarrollo) de esa demanda
de amor, que al comienzo la halla dentro de la fría pero luego su familia se
fragmenta, la independencia de su naturaleza que se exteriorizaba en una
porción de terquedad, espíritu combativo y reserva.

¿Cómo concluyo este tratamiento F?

F dice que entra a actuar en un momento una exagerada preocupación


por el bienestar de su paciente. Se entra a recuperar porque el sigue, pero
él quiere un poco más, actúa como un médico demasiado celoso (dirá el
después), entonces intenta llevar la noticia de este amor a la madre y sin
decirle a Elizabeth pacta una entrevista con la madre y le dice que está
enamorada del cuñado, y por qué no le facilitaban el casamiento porque
así se podía curar y tener una vida feliz. Pero la madre él dice no, Dr. Si ya
lo sabemos… Era muy evidente, aunque no lo dijera. Lo tenía
verdaderamente disociado pero era visible para los otros. Esto nos lleva a
ver que el conflicto psíquico es visible para los otros pero para sí mismo
no. Cuando uno está metido en un conflicto al modo histérico, no lo ve.
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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Antiguamente les daba ceguera blanca a las histéricas, pero esos síntomas
han mutado y en la contemporaneidad corresponden a trastornos del
carácter que dominan hoy la histeria contemporánea, y la somatización,
eso que hace un dolor del alma, una depresión.

La madre le dice entonces que es imposible que se casen porque él está


muy triste. Pero, con mucha razón (como al principio del tratamiento que
ella le contaba todo y seguía igual), acá se enoja con F por haberse
entrometido más allá de los límites del tratamiento y decirle a la madre lo
que era el bien para ella. Aquí el reconoce que se excede, y este exceso le
muestra un enojo de la paciente y un retorno, una recaída, y ahí recurre a
las cartas, pero si bien sigue enojada fue menos intenso el cuadro.

Qué hacer con el tratamiento arruinado? “Ella no quería saber nada


conmigo” “era de esperar” “pero yo tenía la certeza de que todo se
arreglaría” “dos meses después ella estaba de regreso en Viena y su
colega quien la derivo a F me trajo la noticia de que Elizabeth se
encontraba completamente bien aunque a veces tenia dolores. Desde
entonces prometía visitarme pero nunca lo hizo” según me asegura mi
colega se la debe considerar curada. La relación con su cuñado no ha
variado. En la primavera de 1894 (1 año después de iniciado el
tratamiento), me entere de que concurría a un baile, para el cual pude
procurar mi acceso y no deje escapar la oportunidad de ver a mi antigua
enferma danzando ligeramente. Más tarde por su libre inclinación se casó
con un extraño.

¿La chica contra el matrimonio?

Si se trata de una cura tan rara, cual es el deseo del analista entonces?, no
se trata de decirle cuál es su bien. La enfermedad del sufrimiento está en
la constitución del sujeto dividido por el lenguaje. En tanto somos sujetos
hablantes somos sujetos que padecemos la palabra. Podríamos usar ese
doble sentido: la palabra lo cura. El psicoanálisis se mete en ese punto: la
palabra como cura y la palabra es lo que hace a la locura. La palabra nos
constituye como sujeto y nos mete en el brete del conflicto entre la
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existencia y el deseo. El saber científico positivista no desconoce eso pero


la respuesta que tiene es de desmentida, bajo forma del fármaco y otras
formas. La propuesta del análisis es invertida, en el sentido de que
justamente esa palabra que enloquece es la que puede desarmar esa
locura para que el sujeto pueda reubicar su deseo dentro de lo que son
sus posibilidades, y un poco más allá también. Pero quien indica lo que es
su bien o su contrario es la historia, el relato y el discurso del propio
paciente.

F. va a actuar de ese modo, diciendo a algunos pacientes lo que es su bien


(como un padre, patriarca), pero lo va a reconocer, va a decir que el error
estuvo ahí pero que el error no fue relacionar historia del sujeto con sus
padecimientos, y en ese conflicto hacer una lectura de lo que entendemos
como el inconsciente, porque eso es lo que marca el origen de una
disciplina y de una terapéutica que sigue presente. Pero en este punto lo
que aparece como un diferencial importante es lo que en el psicoanálisis
vamos a llamar el manejo de la transferencia. En esta situación F parece
no estar advertido de eso y actúa la transferencia de padre que ella había
perdido, un padre muy significativo para ella, y como buen padre quiso
buscarle un novio y ese fue el error, error del cual los psicoanalistas
tenemos que aprender. Pero porque todo clínico está tentado a eso. El
psicoanálisis nos advierte que tenemos que cuidarnos de nosotros
mismos, que nos hacemos trampa sin saberlo en relación a lo que decimos
desear y hacemos otra cosa.

Este caso es paradigmático en ese sentido cuando justamente ella


reconoce que todo ese discurso que había tenido antes de ser mujer que
prescinde del matrimonio empieza a caerse y aparece otra cosa: “qué
lindo seria tener un amor como el que tiene mi hermana” “no sería tan
malo” “parece que estaba equivocada”, se derrumba eso, y está plasmado
en un testimonio de ella ya mayor, en donde se casó y tiene unos cuantos
hijos. Entonces, ese es el bien que consiguió ella, para otros será otro.
Pese a los esfuerzos paternales, y los esfuerzos médicos de F, algo
fermental de un análisis ahí aconteció. Y que le permitió no solo levantar
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esos síntomas sino poder ver más allá de lo que la tenía sumergida,
embargada. Cuidar a la madre y a su enfermedad. Su enfermedad pasaba
a sustituir una relación con otros, esa es la dimensión radical donde F
marca que el síntoma de las neurosis es el erotismo del neurótico, es la
relación sexual del neurótico. No solo porque sin duda refleja allí una
suerte de repetición onanista, una suerte de repetición masturbatoria
sino que el otro está presente en el sufrimiento, en el dolor y en la
enfermedad en un modo sádico y hacia sí, masoquista. Sádico con el
otro, reflejado en un dominio imaginario, y masoquista por el
sufrimiento que se auto infringe.

Esta joven mujer tenía una especial predilección por cuidar enfermos. Una
de las razones que se desprende es que en el 2do momento de la
enfermedad, en el más grave, también influye que no tuviera ningún
enfermo más para cuidar. La madre se había curado, el padre muerto, las
hermanas lejos. Ella estaba con su madre sana y ella enferma, ella pasa a
ser la enferma de ña familia y la que tiene que ser cuidada. Para ella
misma por el destino que toma este tratamiento y su vida, sin duda que
era una vida mejor esto de bailar, casarse y tener hijos a vivir enferma,
según su propia valoración.

Otra particularidad tiene el trabajo con el inconsciente: “Una


particularidad que si quieren fama no la van a tener” dice. En el libro “las
mujeres de Freud”, nos cuenta que la hija de Ilona (verdadero nombre de
Elizabeth), en los años 70´, se entera de que ella es Elizabeth Von R. La hija
la entrevista a la madre, y recordó que F. era solo un especialista de los
nervios, joven y barbudo al que me enviaron, le dice. Que había tratado de
convencerme de que estaba enamorada de mi cuñado, pero eso no era
así. Esta divergencia de opinión de la verdadera historia se vuelve
característica de lo que recuerdan las pacientes a lo que cuenta F.

Permanece sin responder de quien estaba en una mejor situación para


juzgar con exactitud el pasado de Ilona. Si el medico que la trato en el
peor momento de su vida, obligándola a revivir todas esa escenas
dolorosas a las que el atribuía tanta importancia y que años más tarde
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relato un historial sobre ella? O la esposa y madre recordando su pasado


desde la ventajosa posición de la serenidad madura de un matrimonio
feliz y transmitiendo la historia de su juventud para edificación de su hija?

Uno puede decir: “bueno entonces F. inventó esta historia”… cada uno
juzgará. Como cuando cada uno lee una novela. También podemos pensar
que una mujer que estaba aleccionando a su hija para el futuro, le
transmita que estaba enamorada del cuñado, etc., etc.

Entre la memoria del orgullo, cede la memoria. Ilona no quedó vistiendo


santos, pasó a ser una anécdota desgraciada de la que quiere olvidarse.
Repetir, recordar y reelaborar, ¿para qué?, para desear, pero no el
pasado, sino lo que está allí, presente, por advenir, y desear incluye
también por ordenar aquello que fue causa del sufrimiento.

Que nos lleva a la pregunta inicial:

Si no tiene que ser el que le dice el bien y lo que tiene que hacer, y casar,
etc. ¿Cuál es la función del analista?

El deseo del analista es que el sujeto desee saber de su deseo. Es que se


interrogue sobre su problema, sobre su historia y sobretodo que pueda de
allí construir las herramientas para vérselas con el enigma de su deseo. De
tal manera se puede entender algunas cosas que hablábamos: una
emergencia de la angustia, una patología, no solo puede ser sufrimiento,
sino también puede ser una posibilidad para que el sujeto pueda
reconocer algo de sí mismo y hacer otra cosa con eso que hasta ese
momento era un problema, un negativo, una renguera, un no poder
sostenerse en pie.

Lo traumático donde está planteado acá? Si bien F. se empeña en ubicar lo


traumático en algo acontecido, es claro que cuando se derrumba por 2da
vez y se enferma con mayor agudeza, lo que se está enfrentando es no
con lo traumático como lo que pasó: la muerte del padre, la muerte dela
hermana, el pie del padre en su muslo, el amigovio que dejo ir; LO
TRAUMATICO SE LE PRESENTA EN EL FUTURO, COMO UN DESTINO DE
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ENFERMEDAD Y DE SOLEDAD, ahí se le presenta, y eso es lo traumático


realmente, lo que aún no ha acontecido, y lo más traumático en las
situaciones terribles de la vida es lo que el sujeto quedó esperando que
llegar…y que no llegó. En las más terribles de las circunstancias que
podamos imaginar, el sujeto insiste en decir en que lo que más le duele es
que no llegó aquello que esperaban. Por ejemplo: En el caso de la Srta.
Caterina, aparece algo que es vigente: un abuso sexual. El de paseo a la
montaña la ve rara y se pone a hablar con ella, quien sufría ciertos
dolores. Ella le cuenta que un tío abusaba de su hermana, y que ella lo
había visto (1er nivel de la entrevista). Segundo nivel de la entrevista: ese
tío no solo abuso de ella sino que un día me apretó a mí, por la espalda, el
dolor que siente allí, y en el cuello, que le dolió. Tercer nivel: ese tío no era
en realidad el tío, era el padre. Pero la madre cuando se entera no quiere
escándalos y se separa, y se separan las hijas. La mayor (que era la que
había pasado por lo que ella había visto) se va con el padre, y la madre con
Caterina. Le creyeron en parte pero la madre no quiso escandalizar. Y
cuanto el hecho de que la hermana siga ahí está presente en el
padecimiento de esa chica?, mucho. La escena terrible de un abuso tiene
un acompañante, que hace que la escena siga repitiéndose en el síntoma
(en el 1er nivel), en el del padecimiento, en esa presión que siente. Hay
que preguntarse: ¿Qué es lo que sigue tramitándose?, no solamente lo
terrible de lo vivido, sino si eso sigue doliendo es porque sigue pasando.
Lo traumático esta fundamentalmente en lo que está pasando y en lo que
se teme que está por pasar, y en la situación misma, la solución de cómo
se tramita esa situación, justamente deja más o menos abiertas las cosas
para que el sujeto siga permanentemente sujeto a esa situación
traumática. Lo traumático es en definitiva una no tramitación de eso que
sorprende como lo que no se esperaba, lo que se esperaba en otra
dimensión. Lo traumático en ese sentido, estamos predispuestos a hacerlo
primero por la intromisión en el organismo del lenguaje, donde no es el
lenguaje una cuestión de exterioridad sino que nos atraviesa como una
identidad, y esa identidad sobretodo se pone en cuestión cuando se
desordenan los lugares: el de hija con un padre, el de una madre que
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entrega a la hija, por ejemplo, el de la madre que prefiere a una u otra,


que a una la salva y a la otra la condena, por ejemplo. La que se queda con
la madre se salva? No, se lleva el sentimiento, como culpa. Queda
mentalmente con ello, siempre.

Otra forma para acceder al inconsciente, más allá del síntoma son: los
sueños. Los sueños es un trabajo que F. hace pocos años después de
estudios sobre la histeria. Lo va a hacer motivado por razones que emanan
de la clínica con sí mismo y con otros, que el a la clínica la definía como un
autoanálisis. En realidad era un dialogo con otro, con Fritz, que era un
médico lejano, amigo de el que vivía en Berlín, y se mandaban cartas. Era
como un autoanálisis no hablándose, sino escribiéndose.

Entonces, en esa acumulación casuística, novelada de relatos oníricos del


paciente y relatos oníricos de él, es que tiene el material para el armado
de esa tremenda novela de ficción que es “La interpretación de los
sueños”. Cuando digo ficción es en el mismo sentido de la ficción literaria.
Pero, detengámonos un poco a propósito de esto. En la novela, sabemos
que estamos frente a una situación que no ocurrió realmente.
Intencionalmente el autor, nos propone que eso no es un hecho, no es un
informe con pretensiones periodísticas, se va constituyendo algo del
orden que toca una verdad del sujeto. Paradójicamente nos encontramos
en el artificio literario que a partir de mentiras, ficciones, se construye una
verdad. Ese es el anclaje del sujeto al lenguaje…

Si la novela se trata de una ficción que a través de esa ficción revela cierta
verdad, en lo opuesto se trata de mentiras para ocultar una verdad (como
en acciones políticas)

En esta construcción específica que es esa ficción científica que es la


interpretación de los sueños, el rastreo de lo clínico viene llegando por la
vía de eso que lo sorprende a F.: cierta aparición de los sueños en los
tratamientos clínicos. F. no había contado eso pero estaban presentes, y
nos va a proponer una vía que nos acerca al sueño: la figurabilidad de
ciertos trastornos alucinatorios en la histeria. Por la vía de la simbolización
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que se presenta en el síntoma de la astasia abasia de Elizabeth, como una


metáfora de su imposibilidad de ser un sujeto deseante, de su invalidez
como mujer con la imposibilidad de ser amada, se hipertrofian de su
demanda de amor. El no poder caminar la deja sujetada en un lugar de
“no tengo movimiento “no puedo dar ningún paso por culpa de haber
deseado dar un mal paso”. Ese simbolismo, esa figurabilidad del deseo
inconsciente y su castigo, presente en el sueño, por ejemplo en el caso de
Miss Caecilia. Ella alucino a los 2 médicos colgados. Son predisposiciones
para acercarnos a lo que es la lectura posible de lo onírico también como
una formación del inconsciente.

Interpretación de los sueños y caso Dora – leer CAP 7 de la interpretación


de los sueños.

Esta es la 1era gran obra de F, que inicia en la década de 1890 y publica en


1900.Cuando F. aborda la Interpretación de los sueños se refiere a que es
aparte de la vía clínica en el abordaje del inconsciente, a la cual accede
primero por la hipnosis y segundo a través de la posibilidad de dar la
palabra en forma abierta a los pacientes que empezaba a atender (como
paso con Elizabeth), hacia la década de 1880. Dice allí y lo aclara en Dora,
el por qué la naturaleza misma de las neurosis se adapta mucho mejor, y
es, más eficaz el tratamiento cuando justamente se deja al paciente
desplegar su historia a través de su palabra. Porque ese método
básicamente da cuenta de la naturaleza especifica de las enfermedades
nerviosas. Y las enfermedades nerviosas son dificultades, problemas,
conflictos que hablan. No solamente que hable el sujeto, sino el conflicto
mismo, por ejemplo en la conversión del síntoma somático, en las
alteraciones de carácter, o en las alucinaciones, lo que presenta este tipo
de formaciones psíquicas es una escenificación donde el paciente trasmite
a través de su propio padecimiento. Es la vía Freudiana la que permite
hablar a ese tipo de enfermedades, y permite avizorar ese cuerpo extraño
o algo ajeno al dominio del propio sujeto. Ese cuerpo extraño va a ser
denominado por F. como el inconsciente propiamente tal. Es decir un
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sistema que sobretodo conocemos por sus efectos, efectos que dan
cuenta de un conflicto a nivel del deseo del sujeto, ese conflicto hace que
solamente a nivel consciente se pueda percibir el sufrimiento o los
estragos pero manteniéndose fuera de la conciencia del sujeto lo que son
las determinantes de ese suceso, o de ese conflicto.

En Elizabeth lo veíamos claramente con el conflicto moral: entre ser una


hija que cuida a los padres enfermos o, en definitiva ser algo así como el
reservorio moral de la familia, o, en contra de ese anhelo moral, poder
aceptar y reconocer su deseo como mujer. El segundo elemento, es decir
la dimensión erótica propiamente tal es la que queda inconsciente,
separada de la conciencia en Elizabeth. Pero que se quede separado de la
consciencia el inconsciente no quiere decir que no tenga efectos, y los
efectos los veíamos fundamentalmente en el síntoma en su doble
dimensión: el somático y el de carácter. Este segundo, el del carácter,
justamente se invierte de una posición de pelea, de desafío, a una
posición de sumisión ante el peso del destino en Elizabeth, de ahí su
padecimiento de una mujer que deseaba ser amada pero no podía. Pero
vimos que pudo literalmente cambiar la pisada y hacer otra cosa de
aquello que parecía puro sufrimiento: cuidar a la madre enferma y
cuidarse ella enferma: cambio su destino.

Pero no solo los síntomas a F. le permiten reconocer este cuerpo extraño


que pasa a ser llamado el inconsciente. Inconsciente que va a señalar
tiempo después en otros escritos sobre una herida al narcisismo de la
humanidad, ¿Por qué? Porque la hipótesis del inconsciente plantea que el
ser humano no es totalmente dueño de su propia casa, de su propio
cuerpo y actos.

Aclaración: F. en ningún momento justifica lo que puede ser actos de


inmoralidad bajo la hipótesis del inconsciente.

F. empieza a constatar en los tratamientos que lleva adelante, varias


recurrencias. Una de las recurrencias era la aparición de sueños. Otra de
las recurrencias era una especie de explicación causal dirigida hacia la
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crianza: sujetos adultos en tratamiento cuando el ya dejaba libre la


palabra, al inaugurar eso que es fundamental para la cura por la palabra
(asociación libre), empieza a encontrarse con que también los sujetos
traen algo que está fuera de la historia: los sueños. Empieza a acumular
esa experiencia y en esa acumulación el empieza a tener sueños también.
.0

12Empieza a ser tocado por esa interrogante que dejan esos sueños que
por su potencia, por su claridad, por el mensaje enigmático o por la razón
que fuere, logran penetrar a la vida diurna y quedarse en cierto modo
dejando al sujeto al menos interrogado o consternado por la experiencia
onírica. Esta repetición es del orden de una narrativa que se mete en la
historia del sujeto, ajena, pero propia.

La otra repetición es del orden de lo estructural es que en sujetos adultos


cuando intentan explicar por qué están en la situación que están recurren
a explicaciones de su infancia. Como que en la infancia reconocieran algo
de lo que ya en 1885 (Estudios sobre la histeria), F. y Breuer planteaban
como LO TRAUMATICO.

Sueños, infancia. Infancia que va a dar paso a lo que es la


conceptualización del complejo de Edipo y complejo de Castración, pero,
vamos por parte.

Los sueños entonces, pasan a ocupar un lugar del orden de un mensaje


que este cuerpo extraño (inconsciente) se las arregla de alguna manera
para hacerse presente en la percepción del sujeto. Los sueños, en primer
lugar, como producción onírica tienen en principio una función muy clara
para F., determinante: permitir que el soñante, aun metido en un
conflicto, o en una pesadilla, o en un sueño muy bonito, siga durmiendo
(1er postulado biológico que F. plantea como básico) Es decir en el sueño
algo se sigue tramitando, se sigue procesando de lo que quedo como
resto diurno (2da cosa). Primera cosa: el sueño sirve para dormir.
Segundo: siempre va a tomar un resto de la actividad diurna que queda
allí, “dando vuelta”, a eso F. lo llama restos diurnos. Esos restos diurnos
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hablan de una situación recién vivida que tocan con un conflicto del
sujeto en lo actual pero que también resignifica con supletoriedad un
conflicto antiguo, de la infancia, algo que queda no tramitado allí del
todo, es decir un resto traumático.

En el CAP 7, habla de qué leían los antiguos, y ellos leían un mensaje de los
dioses, o en la Biblia o en el Corán, etc., mensaje de Dios. Se trataba de
una comunicación básicamente divina. El paradigma laico en el que se
maneja F, no da pie a esa explicación, entonces el plantea que eso que
aparece escenificado en el sueño y que se manifiesta como algo en el
orden de lo ajeno, corresponde al conflicto psíquico, (como vimos por
ejemplo en el caso Elizabeth). La diferencia es que si en una histeria se
escenifica ese conflicto en el propio cuerpo, acá se va a escenificar en la
película que se ve y se vive en el sueño. La figurabilidad, la película, los
sonidos, los olores, los colores, el impacto perceptivo plantea lo que F
llama una figurabilidad, que hace un camino invertido al de la percepción.
En la percepción el objeto se impone, uno tramita cierto sentido en
función de lo ya conocido y lo que es percibido como distinto genera
espanto, angustia, huida o sorpresa.

Depende en qué estado psicodélico este la persona. Huida, espanto


alegría, etc.

En la figurabilidad del sueño el proceso se ha invertido, es decir, son las


huellas mnémicas, si se quiere la memoria activa (que es el inconsciente),
produce la percepción. Se invierte. Supuestamente en algunos sueños hay
percepción, pero la composición que se hace a partir de la percepción de
un olor, de la proximidad del sonido del despertador, de un teléfono o de
un movimiento, se incorpora a la trama del sueño. Otras veces no.
Hablamos de un sueño que logra cierta eficacia plástica, cierta
representación.

En la figurabilidad entonces vamos a tener lo poco que se puede percibir,


los restos diurnos y esta inversión de toda la percepción. Se da vuelta y lo
que queda es una suerte de pureza del aparato interpretativo de la
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy

percepción trabajando sola. Es como que la estructura allí (siguiendo a


Lacan), lenguajera, esa que nos hace hablar todo el día (aunque estemos
en silencio y pensando), quedase SOLA funcionando. Es como que dejaran
a una computadora trabajando sola.

Esta dimensión del aparato del lenguaje la traigo por algo, no es


casualidad. Es porque en relación a los otros dos mecanismos, vamos a ver
qu e en el sueño la figurabilidad, lo que se pone en acto plástico bajo
forma como de una película viva (incluso con el sujeto dentro),
corresponde no sólo a las imágenes sino a palabras puestas en imágenes.

Los otros dos mecanismos fundamentales en el sueño son: la


condensación y el desplazamiento.

La condensación remite a que las imágenes que se presentan en el sueño


son una especie de FUSIÓN, se trata de un fusionar palabras en la imagen,
descomponer la imagen y ponerla en palabras implica hacer el camino
inverso de la condensación y ver con qué uno se encuentra. La
condensación es como si fuese una valija llena de ropa (la abrimos y
sacamos cosas). Condensación entonces es del orden de una fusión de
distintas vivencias, imágenes, palabras que se representan en una sola
cosa.

El desplazamiento hace a una dimensión del encadenamiento por


proximidad, oposición, contigüidad, simultaneidad. Proximidad: está
cerca, un recuerdo diurno sin mucha importancia, por ejemplo: en un
sueño estaba con mi perrita…”ah, había alguien al lado” (proximidad), al
lado, próximo. Oposición: la oposición semántica, del significante es
fundamental en el trabajo analítico, en el trabajo lingüístico. Si uno no
tiene claro las oposiciones, está perdido. El sistema del ordenamiento
humano está basado en oposiciones (hombre – mujer), por ejemplo. Día y
noche, madre – hija, etc. Y las oposiciones además de marcar una
distancia, marcan el vínculo que hay entre esas oposiciones.

Contigüidad no es lo mismo que proximidad. La diferencia está en el orden


lingüístico (aquello que suena parecido). Aquello que incluso siendo de
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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naturaleza diferente evoca por proximidad semántica para ese sujeto. Por
ejemplo. Una canción, a cada uno lo remite a tal o cual recuerdo, bueno o
malo. Ahí hay una contigüidad semántica específica para ese sujeto. Si
ponemos un caso general: el himno, a todos nos evoca algo, bueno malo,
pero algo, pero no lo mismo.

Cuando F plantea que alguien tiene un recuerdo de la infancia muy fresco,


plantea dos interrogantes: ¿Qué está mostrando y que está ocultando ese
recuerdo? Plantea lo siguiente (por la vía de la conceptualización que de
eso se produce), lo que él llama: los recuerdos encubridores.

Un recuerdo encubridor de F.: CAMPO AMARILLO, su predilección. Pero


no lograba captar por que le producía cierta inquietud. Por un lado le traía
un recuerdo muy lindo: de joven había ido a pasar al campo, y evocaba lo
lindo cuando vivía allí. Entonces se extrañaba que el color amarillo que le
traía tan lindos recuerdos de haber pasado allí tan bien con el amigo y la
prima del amigo. Por qué sentía esa cosa rara? “Rasca” un poco detrás de
eso, y aparecen recuerdos opuestos. Una suerte de juego de crueldad de
preadolescentes con la preadolescente pasada de tono, nada grave pero
era ese el fondo de culpa... Todo muy lindo pero algo estaba cubierto.

Por vía del desplazamiento solo tenía el recuerdo de los girasoles y el


amarillo, estaba debajo de eso. Y podríamos decir que el mecanismo de
condensación y de desplazamiento se conjugan muchas veces y es cierto,
estos 2 mecanismos y la figurabilidad en caso de la alucinación son los
mecanismos básicos que F va a plantear para la estructuración del
psiquismo en las neurosis, en las perversiones y en las psicosis.

Lacan a estos mecanismos les va a dar un giro lingüístico tomando figuras


de la retórica para hacer un uso más extensivo de lo que son estos
mecanismos ligados al sueño. Para tal efecto entonces, de la
CONDENSACIÓN nos va a proponer la metáfora (tomándolo de la retórica)
y esa metáfora es: la sustitución de un significante por otro significante.
Una buena metáfora poética nos hace olvidar aquello de lo cual
supuestamente estaba hablando para quedar suspendido en el viaje
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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poético de la metáfora que nos propone. Cualquier poesía que nos guste
va a funcionar como metáfora, pero es más, el nombre propio es una
metáfora ¿de qué? Es una metáfora que sustituye algo que es muy difícil
de nombrar: el deseo del autor de su propio nombre. Difícil de nombrar
porque aunque le pregunten la respuesta jamás va a agotar el problema
de por qué tengo ese nombre y no otro. Metáfora eficaz en tanto lo
llevamos ese nombre y lo repetimos, con más o menos orgullo. Se espera
que con mucho orgullo y con mucho narcisismo, o lo suficiente para decir:
yo soy tal, aunque no esté muy seguro de ¿por qué Juan, pedro o fulano?
Ahí se da justamente el ejemplo de una metáfora donde lo que es
sustituido, desapareció. Un buen y clásico ejemplo de la eficaz función de
la represión: si el nombre propio le entró a la persona lo atravesó, jamás
nos preguntaremos de donde salió ese nombre. Si por el contrario ese
nombre nos incomodó por alguna repetición, por alguna sincronía, por
algún desplazamiento medio extraño…ninguna explicación va a alcanzar:
ahí la metáfora quedó más o menos…

Otra metáfora común: los sobrenombres, que a veces nos gustan y otras
no. Todos los lugares que ocupamos pasan a ser metáforas en tanto
sustituyen a otra cosa nombrada, y, si la metáfora es eficaz, se olvida la
anterior. No siempre las metáforas son eficaces. Por ejemplo, un sujeto
tiene como nombre propio, además un lugar que tiene un significante,
supongamos: el significante hijo o hija. Volvamos a Elizabeth, sobre ese
significante en el caso de Elizabeth, hay un nombre que el padre le pone
que es bastante maldito: “vos si seguís con ese carácter no te vas a casar
nunca”: eso es un nombre, es un significante, un ejemplo claro de
metáfora sobre su nombre, sobre la función de padre e hija, que le pone
un nombre que marca un destino, contra eso justamente es que se las
tiene que ver años después. Una metáfora sustituye, nombra el carácter
en ese caso, y se constituye en destino y en un conflicto. Es una metáfora
que quedó más o menos bien puesta, da cuenta de algo pero no todo,
siempre.
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Otro ejemplo: las metáforas que constituyen ciertos relatos míticos, como
por ejemplo: “el padre de la patria”, Artigas, Bolívar, etc. Son nombres que
si el cuentito nos entró bien no nos preguntamos cómo fue que se llegó a
eso. Pero si nos preguntamos cómo pasó eso, desarmamos la metáfora, y
nos metemos en el segundo nivel, que corresponde a la: metonimia que
corresponde justamente al encadenamiento. El lenguaje se va a manejar
básicamente con esos 2 recursos retóricos: la metáfora, donde uno
siempre está hablando y sustituyendo ni más ni menos que a la cosa
(cuando simbolizamos estamos matando a la cosa), no necesito mostrar la
mesa para decir mesa, funciona la simbolización, por vía metafórica. El
encadenamiento de la palabra es la metonimia, es la referencia discursiva
propiamente tal, y en el encadenamiento metonímico, nos encontramos
con sorpresas. Sorpresas quiere decir que en un diálogo, cuando el diálogo
se está estructurando, cuando se está diciendo, uno adentro puede tener
palabras atrapadas que quieren decir otra cosa.

La sinécdoque que da cierta dimensión de figurabilidad justamente es la


referencia metafórica y metonímica de hacer alusión al todo de algo, a
través de una parte. Esto es importante en un análisis, porque x ejemplo
una renguera como la astasia de Elizabeth es exactamente una
sinécdoque, el asunto es que hay que saber leerla, haciendo un trabajo
analítico. La parte que está siendo representada allí en el acto mismo de
no poder caminar, no poder sostenerse en pie, está haciendo alusión a
otra cosa: a un todo, y ese todo es EL CONFLICTO MORAL Y ERÓTICO al
que hacíamos referencia.

El sueño también actúa como una sinécdoque, la figurabilidad (la película)


que uno ve en el sueño es una parte que está haciendo alusión a un todo.
Un todo que descompusimos en 2 tiempos. El tiempo presente (de los
restos diurnos), y el tiempo pasado de la infancia. Por ejemplo: veo un
resto de basura en el medio del mar puro y vacío pienso “por aquí paso un
barco” o veo desde lejos smog y pienso “acá vive gente” (el todo se
presenta en la parte). Y ese detalle es fundamental en el trabajo clínico.
Cuando un sujeto dice y muestra algo está haciendo alusión a un todo.
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Puede que no sea suficiente, sin dudas, porque F. va a plantear que estos
mecanismos se dan en otro tipo de irrupciones o de formaciones del
inconsciente: en los actos fallidos, en los lapsus y en los chistes. No solo en
los chistes que uno cuenta como una historia, sino al chiste como el rasgo
de ingenio, es decir el que estando en una reunión dice algo ingenioso y
hace que todos mueran de risa. Es como el chiste en el momento, que
tiene que ver con la comunidad semántica del grupo de amigos, la familia,
etc. Tiene que ver con referencias semánticas al aquí y al ahora de los que
están hablando. Ese chiste tiene que ver justamente con hacer que algo
que aparece como muy sagrado se de vuelta, o hacer aparecer una
referencia de doble sentido como una referencia sexual.

Allí hay otra irrupción de lo inconsciente por vía de la condensación y el


desplazamiento donde la figurabilidad es el acto mismo de decirlo. Hacer
alusión al todo por la parte: al todo sexual, al todo del ideal, al todo del
ridículo como opuesto a lo sagrado. Deformaciones del inconsciente: actos
fallidos, lapsus, chistes, síntomas y uno más: el mito individual que cada
sujeto cree tener de sí mismo: lo que se cree que es. En definitiva es una
suerte de formación narcisista a nivel secundario, esas dimensiones donde
el sujeto en sus formas más rígidas el sujeto se afirma: yo soy tímido, yo
soy esto, yo soy alegre, yo soy el más despreciado, por ejemplo, soy un
criminal, y no los mueven de ahí. Son metáforas que aparecen con una
solidez que cuando el sujeto va a análisis es lo que está dispuesto a
cuestionar.

En esta 6ta formación del inconsciente es la más difícil porque estamos


diciendo que cada uno de nosotros es una metáfora, una metáfora del
deseo de otro que nos hizo estar acá. ¿Qué sustituí? La dimensión de la
metáfora tiene su activación cuando un sujeto dice ¿qué quiero hacer con
mi vida? La metáfora que cada uno encarna, ¿da cuenta de la verdad?

Ejemplo Elizabeth: hay una metáfora incomoda: el padre tenía un juicio


muy claro sobre ella, era inteligente, hacendosa, etc. pero por su carácter
no se puede casar. Ella la desarma a la metáfora pero no quiere decir que
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esta por fuera, y con que se queda? Que su deseo como mujer estaba en
las antípodas del designio del padre que ella misma había encarnado.

En el caso Elizabeth vemos las distintas metáforas: nombre propio,


nombre hija (2da metáfora), hija (tercera) la custodia moral de la familia,
(cuarta) no te puedes casar, esa va en contra de las otras y entra en
conflicto con las otras. Es decir, una metáfora se sostiene o no en función
de cómo entra en un juego de red, de metonimia, de desplazamiento, no
solo es la metáfora, es la metáfora con la metonimia y con la referencia al
todo a la parte. La referencia del todo a la parte es un sujeto con su
conflicto, y es una parte que da cuenta del conflicto total. La red del
lenguaje de la retórica funciona al menos con 2 significantes SIEMPRE. Si
fuese de otra manera, que una sola metáfora diera cuenta del sujeto
seriamos algo así como una piedra, quietos en un solo lugar. Hay veces
que los sufrimientos mentales nos hacen parecer que estamos frente a un
sujeto que parece una piedra, en casos extremos de neurosis, formaciones
de la psicosis, nos hacen pensar eso…

Otro caso: “El hombre de las ratas”, ahí la metáfora que entra a nombrar
ese sujeto entra en una colisión completa con su modo de ser ya grande,
un chico de 29 años pero más cerca de los 19, pegado en la adolescencia.
Una de las 1eras cosas que recuerda es un castigo del padre, pero no
tanto el castigo en sí, sino que él responde en perfecto alemán, sin tener
aun la metonimia (la unión de un discurso), sí teniendo la claridad de
algunas palabras, empieza a usar esas palabras en tono de insulto, y el
padre queda de cara, sorprendido. AHÍ SE LE OCURRE “ESTE MUCHACHO
CUANDO SEA GRANDE VA A SER O UN GRAN HOMBRE O UN GRAN
CRIMINAL” , ese significante, que es doble, actúa como un oxímoron (una
frase contradictoria en si misma), como claro-oscuro, o como salud
mental. El queda sujeto a ese oxímoron, y queda sujeto durante gran
parte de su vida a esa vacilación sobre si: soy un buen hombre, un numero
1, o soy un criminal?, y así está, “tac tac” y actúa conscientemente para
lograr el premio de sus amigos de ser reconocido como el mejor. Pero por
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otro lado tiene acciones de lo más ruin, sobre todo con sus parejas, la
mayoría imaginarias.

Caso Dora

Este caso tiene muchas entradas, muchas posibilidades de trabajarlo. Yo


voy a elegir fundamentalmente el trabajo con los sueños pero para
sacarles el jugo algunas otras cosas trabajaremos. También se puede
trabajar en lo que es la construcción de un caso clínico en la referencia
freudiana.

Este caso tiene una matriz a estudiar para comprender que es el caso
clínico desde el psicoanálisis. Pero también este caso lo propone F porque
le sorprendió la abundancia del material con que esta paciente empezó a
trabajar. Además de su historia despliega sueños que hacen de mojón
(sobretodo 2), que condensan lo que el propio material (su historia) va a ir
presentando. El primer sueño (pág. 57 vol. 7): F. empieza. “Justo en el
momento….” Ella me comunico que una de las noches pasadas había
vuelto a tener un sueño que ya había tenido” “. El interés de tomar este
sueño era en que se convirtiera en el tejido del análisis. Primer sueño: en
una casa hay un incendio, conto Dora, mi padre está frente a mi cama y
me despierta, me visto con rapidez, mama quiere salvar su alhajero y papa
dice “no quiero que mis hijos y yo nos quememos a causa de tu alhajero”,
descendemos, y me despierto” Cuando F le pregunta cuando soñó esto
por primera vez, ella no lo sabe. Lacan dice que cuando pasa eso, es decir
cuando uno pregunta eso que importa y el sujeto dice que no sabe, ahí
está presente el inconsciente. No lo sabe pero se acuerda (segundo
movimiento), no hay histeria sin amnesia dice F., bueno, primero la
amnesia después algo empieza a soltar el tejido de los recuerdos. Pero se
acuerda que tuvo el sueño en un lago en una cena con el “SEÑOR K”.
Quien era el Sr K? Dora al tiempo de iniciar el tratamiento tenía 17 años,
no era la primera vez que veía a F. Lo vio con 14, llevada por el padre, por
sus recurrencias nerviosas. Sus síntomas eran una tos nerviosa, una
disnea, que tenía despejado el médico de familia una raíz nerviosa porque
así como venía también se iba, estaba ligado a algo “nervioso”, una
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somatización. La explicación médica no incluye al sujeto, es el modelo


Cartesiano. Res extensa. No piensa, el cuerpo no piensa, funciona o no.

La explicación científica simple y rápida es: ah esta tos es de origen


nervioso.

En ese momento ella no acepto el tratamiento, a los 14. El padre la lleva


porque él fue paciente medico de F., que lo curo de sífilis, que él no le
confeso a F., le decía que no sabía que le pasaba (la amnesia), la máscara,
la mentira o una amnesia real tal vez? Aunque le termina confesado que
había sido mujeriego etc.

Se daba inyecciones en el pene de nitrato de plata, y eso prácticamente


dejaba a los hombres casi o del todo impotentes. Dos años y medio
después si acepta Dora. Que pasa dos años y medio después?

El padre que siempre tuvo muy buena relación con Dora, venia en
deterioro en esa relación, y con la madre había una relación de hostilidad,
no la quería nada: le decía ignorante, ridícula, quería ser todo menos
como la madre y al padre lo tenía como EL hombre, pero eso fue girando.

En ese contexto de pelea con el padre, con la madre, el padre encuentra


una carta donde Dora dice que no quiere vivir más y ahí deciden llevarla.

En la entrevista con el padre el padre dice que el reproche de su hija es


fundado: le exige al padre que termine el vínculo con grandes amigos: el
sr. y la Sra. K. no lo pide, lo exige y sobre todo con la Sra. K, pero admite
que no puede, sobre todo con la Sra. K porque dice que lo cuido cuando
estuvo enfermo, y que jamás terminara su amistad. Y Dora acusa de que el
padre es amante de la Sra. K, y que se escuda diciéndole a F.: ud sabe que
mi condición me lo impide (porque es impotente)

El alhajero: en alemán, español antiguo y contemporáneo, hace una


representación a los genitales femeninos. Como las armas a los órganos
masculinos.
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El fuego, algo se está quemando, en una joven, donde esta acusación al


padre, nos hace preguntar de que ella está sabiendo algo que tiene que
ver con pasión, con fuego, con erotismo, se quema la casa, la madre, todo.
La madre se preocupa por su alhajero, una madre que quería mantener
limpia y pulcra la casa, era una neurótica de la limpieza. La madre hacía
rato que no tenía relaciones con el marido. Es el sueño de la hija ubicando
a la madre preocupada por sus genitales más que por sus hijos y por el
padre: no voy a permitir que por tu alhajero nos quememos tus hijos y yo.
Hay otra historia, que no es la madre, y en esa historia Dora estaba bien
metida adentro, y se estaba quemando.

En la clase pasada, habíamos desarrollado los tres aspectos


fundamentales de lo que hacen el trabajo de la oración del sueño:
figurabilidad, condensación y el desplazamiento. Cuando desarrollemos la
lectura del cap. 7 nos vamos a encontrar con la dimensión fundamental de
lo que F. llamaba el aparato psíquico. ¿Cuál es esa dimensión
fundamental? Lo que F. va a llamar la piedra fundamental del psiquismo,
del psicoanálisis, lo que separa al sujeto en lo que es la dimensión
consciente e inconsciente. Conceptualmente a esa instancia la va a llamar
la represión. Como arriba eso en la interpretación de los sueños? Arriba
por lo que él denomina LA CENSURA ONIRICA. Consiste en la presentación
desfigurada de lo que aparece como la representación directa de un deseo
que si se representa directamente entra en conflicto con otras instancias
psíquicas. Esto F ya lo había constatado en el trabajo clínico con Elizabeth.
En ese caso lo que resultaba intolerable como representación para esa
paciente era el poder figurarse, representarse como mujer deseante en
términos eróticos. Lo que si aparecía como una representación aceptable
y tolerable era su lugar como la custodia moral de la familia, más aun de
su familia, y más aun con su enfermedad luego de muerto el padre. Esta
represión o cierta construcción psíquica de sustitución hace aparecer
ciertas representaciones tolerables que en el caso de Elizabeth aparecen
en lo que es la formación del síntoma: primero en su dolor de piernas,
luego en su dificultad para caminar y luego su dificultad para mantenerse
en pie. Pero como recordaremos en esa misma figurabilidad (no del
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sueño sino del síntoma), están las huellas, las pistas, para poder encontrar
aquello que estaba siendo reprimido, y lo que estaba siendo reprimido allí
era esa dimensión erótica en tanto mujer. En el sueño vamos a ver
entonces, la represión actuando en 2 niveles: en el nivel de la censura y en
el nivel de la sustitución. Censura de no mostrar directamente aquello que
de ser mostrado implica el horror ante eso que directamente NO es
tolerable. Pero la segunda dimensión es: dejar pasar algo en forma
desfigurada.

Entonces, en el 1er sueño de Dora, “en una casa había un incendio, mi


padre frente a mi cama y me despierta, me visto con rapidez, mama
pretende todavía salvar su alhajero y mi papá dice que no quiere
quemarse ni él ni sus hijos a causa de su alhajero. Descendemos de prisa
por las escaleras y una vez abajo me despierto”

Habíamos visto que este sueño que es repetido, tuvo su primera aparición
según recuerda Dora, cuando estaba en el lago con el Sr. K. Ese sueño lo
tuvo 3 noches sucesivas y lo había vuelto a tener en Viena y en el
tratamiento nuevamente. ¿Qué pasó en el lago? Cuando Dora había sido
llevada por el padre a la consulta, a los 14 (tratamiento que ella rechazó),
ella tenía un síntoma (tos nerviosa), con una recurrencia aguda y extensa
más de lo común. Luego de esa visita Dora con el padre y el Sr K se van a
esa cabaña que el Sr K tenía en la laguna. A poco de estar, el padre le dice
que tiene que volver a Viena y tienen que quedar ellos dos. En ese
contexto es que dora tiene por primera vez ese sueño. En esa primera
parte aparece: “mi padre está frente a mi cama y me despierta” En este
primer punto cuando F empieza a preguntar parte por parte en relaciona
esa escena, pide asociación y recuerda una serie de situaciones con el Sr. K
donde él está parado frente a ella mientras ella duerme la siesta (eso fue
real y no un sueño)Ella se siente amenazada, hay una amenaza, luego ,
respondiendo a esa amenaza ella pide tener un cuarto con llave, pero
después la llave desaparece, entonces la primera aproximación es que
esas noche la paso en vela preocupada porque algo podía pasar con el Sr.
K.
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Pero recordemos lo que vimos en relación a las joyas, al alhajero, que era
una representación de los genitales femeninos. Pero hay más cosas, que
tienen que ver con recuerdos infantiles que empiezan a asociarse en
relación a este sueño. El más importante tiene que ver con la genitalidad
de la madre y con la genitalidad de Dora y el padre. En relación a la
genitalidad de Dora en términos infantiles se destacan 2 cosas, en relación
a la posición con su hermano y antes del sueño, el hermano que era un
poco mayor que ella, había sido en la infancia un gran compañero de
juegos. Dora era “un varoncito más en el juego”, tan a la par iba que
cuando su hermano se enfermaba, ella se enfermaba después pero con
mayor gravedad. Cuando el hermano tenía 6,7 u 8, tenía enuresis (se hacía
pis), diurna y nocturna. Dora a los 8 años también la padece y se prolonga
bastante tiempo, y se cura cuando empieza con la tos nerviosa. En esa
dimensión, F. pesquisa una relación con la infancia, en tanto: un niño,
plantea, que se hace pis en la cama, que tiene enuresis, algún incendio
está apagando, en esa oposición (como decíamos la vez pasada), en
relación a lo que son los significantes que se ponen en juego en el sueño:
fuego, por opuesto tiene que ver con agua, o pichi. Hay un incendio ni más
ni menos ubicado (como en la última parte del sueño), un incendio que
está en relación con los genitales: sea de la niña, sea del niño o sea de la
madre. ¿Cómo de la madre? En el tiempo ese de la disnea de Dora, Dora
para sorpresa de F. ya estaba advertida de algunas peculiaridades de la
genitalidad de sus padres, pero, como se entera?, se entera a partir de
que la madre padece de lo que F. llama “fluor albus”, o lo que hoy
llamamos un flujo vaginal, un catarro vaginal infeccioso. Esto, que le
generaba dolores abdominales, incomodidades genitales era relacionado
por la madre y una hermana de la madre como un contagio de las
enfermedades venéreas del padre. Esa conversación Dora la escucha y
relaciona entonces, la enfermedad vaginal de la madre con un contagio
que efectuó el padre. En ese tiempo ella empieza con la disnea, que es un
catarro no vaginal, sino que es un catarro superior y procede allí un rasgo
identificatorio con la madre pero que a su vez la une al padre. Es como si
estuviese diciendo en su síntoma: Así como el padre contagio a la madre
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también el me contagio a mí. Esto nos pone en el camino de otro rasgo de


la histeria que es la facilitación para identificarse con el otro a través de su
padecimiento. Es una suerte de imitación. “tierna imitación”, pero luego F.
lo va a definir conceptualmente como una identificación al otro, mediante
el rasgo de su enfermedad. Siendo la identificación una forma de
expresión afectiva de las más arcaicas. No esta aun relacionada a lo que
puede ser un amor adulto, un amor adolescente o un amor no infantil,
sino justamente relacionado con formas de afecto de las más primarias. La
identificación se diferencia de la imitación porque la identificación no es
consiente pero hay algo más. Ese algo más, es ese rasgo del otro, en este
caso la enfermedad, es lo que toma al sujeto lo hace ser parte del otro.
Esa facilitación - clásica en la histeria -, no es con cualquiera sino con aquel
que hay una proximidad, una comunidad afectiva. El padre además era
gran fumador y tenía tos por esos problemas pulmonares que justamente
lo hacen ir a vivir a una ciudad más seca, donde conoce a los K. Hay una
sobre determinación para ese síntoma, una disnea que tiene que ver con
el catarro vaginal y con la tos por los problemas respiratorios del padre.
Ambos rasgos, los de la madre y los del padre, son en cierta manera,
sintetizados de un modo complejo pero evidente para la mirada de un
clínico: tose como el padre y tiene catarro como la madre. En ambas
circunstancias queda una forma muy primitiva de expresión afectiva en
relación a ambos y también en relación al hermano. Y aquí tenemos que
remontarnos a un recuerdo infantil que va a estar presente en este sueño
y en el segundo, como una suerte de la matriz imaginaria de Dora en
relación al intercambio sexual. ¿Cuál es la escena? Por vía asociativa Dora
logra rescatar un recuerdo enigmático, va desplegando un recuerdo de su
infancia que la atraviesa casi toda. Reconocerse como gran
“chupeteadora”. Hay una escena, donde ella se recuerda chica,
chupándose el pulgar y con la derecha le tiene agarrado el lóbulo de la
oreja al hermanito mayor. Ese recuerdo enigmático va a ir cobrando
significación en el análisis. Ella con mucho placer se chupaba el dedo y
también le toca la oreja al hermano, donde aparentemente también el
hermano estaba conectado a esa experiencia de placer.
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Punto enigmático que F. empieza a relacionar con otros aspectos: la


enfermedad del padre, la relación entre los padres y la relación del coito
entre los padres y ella escuchando. F. propone por vía inferencial un
aspecto más, que es la siguiente hipótesis, y que va a incluir a partir del
sueño. ¿Cuál es la hipótesis?

¿Cuál es la experiencia de un niño ante lo que es espiar, escuchar o


suponer la relación sexual de sus padres? Punto capital que atraviesa la
moralidad del siglo 20 en relación a la crianza de los hijos, hoy día,
sabemos o creemos saber que no es conveniente, es promiscuo, exhibir el
sexo de los adultos a los hijos. No quiere decir esto que en la casa de Dora
no ocurría. El asunto justamente es que en esa actividad de los otros, el
enigma infantil es grande, y en ese enigma, lo que F. va a suponer que no
hay muchas alternativas: o el niño repite o el niño responde por la vía de
la angustia. ¿Qué del sueño nos permite leer algo de eso? “me visto con
rapidez”, “mi padre está frente a mi cama y me despierto” En el sueño, en
los restos diurnos, ese que estaba allí no era el padre sino el Sr. K. Cuando
había estado el padre en su cama? Muchas veces en su infancia cuando
ella se orinaba. Hay una intrusión de la relación sexual de los padres en la
genitalidad del niño, en este caso de enuresis, y generando un miedo
erotizado, es un miedo a lo íntimo, a lo propio, y en eso íntimo, en primer
lugar están los padres, cumplan bien o mal su función.

En ese fragmento del sueño entonces, se unen las 2 condiciones: el


recuerdo diurno, la inquietud del problema de ¿este hombre se me viene
encima o no? (el Sr. K), y el recuerdo infantil donde mi padre iba y me
levantaba, a mí y a mi hermano. “Me visto con rapidez”, el pudor, ante la
amenaza se viste rápidamente, y con esa rapidez implica otra cosa. La
dimensión erótica. En ese erotismo, F. ve que se está protegiendo no solo
del posible ataque sexual de ese hombre sino de su deseo de complacer al
hombre sobre todo. Ese es el conflicto.

Vamos un paso atrás en la historia. El sueño se originó en un momento


anterior al tratamiento y se repitió. Cuando Dora tenía 14 (2 años y medio
antes de la situación en el lago), ya instalada la relación con los K, ocurre
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una situación. El Sr. K tenía una tienda en la ciudad donde vivía, y la invita
a ver el corso que pasaría por allí en carnaval. En principio iba a ir la Sra. K
y otras personas pero finalmente están ellos solos. En eso, de pronto el
tipo (40 años y ella 14), la abraza, la aprieta y le estampa un beso. Ella
reacciona con asco, susto y rechazo. F. dice: siente en el abdomen un
dolor. F. ahí despeja (mas allá de las consideraciones que podamos hacer y
que nos escandalizan), el mecanismo de la histeria en su dimensión más
pura. Antes de F. el mecanismo fundamental de la histeria era la
somatización. Otro aspecto: el trastorno del afecto: en vez de acontecer
según la circunstancia, una excitación sexual, ocurre una sustitución de
esa excitación por un dolor, o una excitación de otra zona del cuerpo, que,
implica necesariamente el dolor. Lo que ella padece en su abdomen, - en
el flujo asociativo con F.- ella reconoce que lo que le toca el abdomen es
el pene erecto del Sr. K. Allí es donde siente el dolor, y en los brazos donde
el tipo la aprieta, y en el asco que le va a quedar en la boca por mucho
tiempo. Se producen entonces una serie de situaciones sintomáticas: el
dolor en los brazos, en el abdomen y también un rechazo a pasar cerca de
un hombre que este cotejando a una dama (un rechazo absoluto). Y F. le
pregunta ¿Por qué no dijo nada?

Recordemos el principio. Dora ya habiendo contado la situación del lago,


ya habiendo sido desmentida por el Sr. K, y más aún por la Sra. K,
argumentando que Dora era muy fantasiosa y que sobre todo era una
chica muy preocupada por asuntos sexuales.

La escena del lago ocurre dos años después de la escena de la tienda.


Después de esa escena de seducción Dora le dice a la madre lo que
sucedió. La madre le dice al padre y ahí cuando encara al Sr K este rechaza
la acusación y agrega ese detalle: mi Sra., la Sra. K, dice que Dora está muy
preocupada por temas indecentes. La acusan de mentirosa.

A partir de ahí Dora empieza a hacer una fuerte presión para que el padre
rompa relaciones con los K, y el padre se niega rotundamente. En esa puja
se encuentran cuando empieza el tratamiento. Pero F. le pregunta por qué
no dijo nada?, no sabe. No le faltaban recursos ni era tímida, ni le falto
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una oportunidad de decirlo. Lo que sucede es que ella padece una


situación de cierta complicidad en lo que denuncia (que la Sra. K y su
padre son amantes) y ella lo denuncia y se queja y acusa eso. F. dice que
ella participó activamente en que esa relación clandestina se mantuviera.
La pregunta es ¿por qué? F. va a manifestar un error al final del
tratamiento, un error grave, que no impide que ella se curara de gran
parte de sus síntomas. El error está en que él considera que ella guardo
silencio porque estaba enamorada del Sr K. Ella mantuvo antes de la
escena del negocio, y después también una relación de seducción y
rechazo con él. Una aceptación de los regalos que el Sr. K le hacía, como
una compensación de los regalos que el padre le hacía a la Sra. K.
Entonces cuando el Sr K se le trata de ir encima, primero a los 14 años,
rebota, pero nunca hablan de eso. Pero 2 años más tarde ocurre la escena
del lago. Ese día caminando, el tipo se le declara. Cuando se le declara, en
esa argumentación para justificar su deseo explica que, su mujer, la Sra. K
no representa nada para él. Dora le da un cachetazo, y ahí empieza el
sueño (que después se repite). Entonces, la lectura que hace F. es que la
cachetada fue porque un tiempo antes de esto, una empleada de los K le
había dicho lo mismo a ella, como que era un “desesperado”, F. plantea
que se trata de una rebaja: el Sr. K la trata igual que una empleada.

Lacan (en el seminario 3 de la psicosis), aborda esta situación desde otra


perspectiva esta situación: F. como el mismo dice se equivocó en lo que en
ese tiempo todavía le quedaba (a Freud) como una suerte de ansiedad
generada por la formación médica de curar al otro a como diera lugar
(furor curandis). En ese furor curandis le dice “Ud. está enamorada del Sr.
K”, ella le dice que no, y reconoce “algo si” pero, no la convence. El mismo
F. le da la pista a Lacan tras este punto enigmático y siempre presente:
¿Por qué se calló tanto tiempo Dora? Si tenía recursos para hacerlo.
Entonces la primera hipótesis de F.: por amor a él. Pero aparecen otras
cosas: una fuerte relación con la Sra. K: a temas de los hombres. Esta
mujer tiene los dones de la sabiduría de cómo debe ser una mujer para ser
deseada por los hombres, y no cualquier hombre: sino su padre. Y como
podría hacerse si a un hombre ya no le funciona su genitalidad. Es decir si
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algo ocurría a nivel sexual, que todo indicaba que era así: era en el orden
del sexo oral, además Dora ya estaba enterada de todo, y pareciera que la
Sra. K le aportaba abundante material del tema. Acá entonces se
resignifica la escena infantil de ella chupándose el dedo y agarrando la
oreja de su hermano. Se resignifica ese modelo de gratificación sexual
infantil oral pero no solo en ella, sino que confirmada en la actividad
genital de su padre con la Sra. K. Todo esto del orden del sexo oral entre
ellos, encajaba a la perfección con lo que es la posición, o el imaginario, o
la práctica sexual infantil de ella: la actividad oral no solo la satisface a ella
sino que también al hombre, y esa misma actividad es la que se ve
repetida entre su padre y la SRA. K. No se trata solo de que el Sr K haya
sido deseado por ella, sino un deseo por la Sra. K.: de hablar, de poseer
todos sus secretos, de ser como ella. No se trata de homosexualidad, pero
no eran esas las circunstancias. En el caso de Dora y de la histeria hay una
doble identificación: por un lado a la madre y una facilidad identificatoria
con el otro sexo. Con el padre. Quedando con una doble valencia
identificatoria: puede ocupar imaginariamente el lugar del hombre (como
quiso Elizabeth), o como Dora lo actúa siendo la compañera las largas
tardes de la Sra. K cuando no estaban los hombres. F. mismo va a hacer
esa deriva identificatoria de que cuando niña se identifica por amor al
padre a través del síntoma, ya cuando grande vuelve a identificarse con el
padre a través de la Sra. K, pero hay otro elemento, se identifica con el Sr.
K, como vía para mantenerse cerca de la Sra. K, era “el compañero fiel” de
la Sra. K. Y el punto máximo de dolor psíquico es justamente cuando la
Sra. K la traiciona diciendo que ella se preocupaba demasiado de
cuestiones sexuales, justamente ella, la Sra. K., quien le proveía material…

Ella es la que termina de empujarla al vacío para que todos crean que era
una loca, fantaseadora y perversa. Pero todas esas acusaciones sobre
Dora, habla en si de una situación perversa, pero ¿por qué no es perversa?
Porque ella no está metida del todo, no hace nada. Está metida en el baile
de la perversión sexual. Reacciona ante esa perversión que ella busca bajo
la forma de protegerse con el síntoma: ahí está la neurosis. Si ella hubiese
hecho todo lo que imaginaba que había que hacer (por ejemplo a nivel de
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la gratificación sexual de los hombres y de ella misma), podríamos si decir


que estaba hacia una realización perversa. Pero ella tiene síntomas orales
y síntomas de carácter: disnea, tos nerviosa y la alteración de carácter,
como por ejemplo “ya no quiero vivir más”. Y recordemos que la
alteración del carácter va a pasar a ser en nuestro tiempo prioritaria del
rasgo de la neurosis: la expresión de la ira y la furia neurótica: x ejemplo,
reflejada en la violencia doméstica muy cotidianamente. Ha sido la
evolución de las neurosis contemporáneas. No quiere decir que no haya
somatización, que no haya facilitación somática, o represión, no quiere
decir que no haya identificación con una facilidad en las histerias, de
hecho el mercado contemporáneo está basado en esa identificación con el
objeto fetiche que me hace falta. Si eso no actuara el mercado no
funcionaría tal como lo conocemos. Siempre estamos comprando
pavadas, lo que no necesitamos. Esa es la activación de la relación
neurótica a esa cosa que el otro tiene y yo tengo que tener y eso se refleja
en el mercado y en el sufrimiento. Pero en lo contemporáneo lo que más
hace sufrir es el problema del carácter, activo, nervioso, disociado, todas
estas situaciones son pesadas y generan angustias porque generan una
ruptura en la relación con el otro. Y este es el síntoma inicial por el que
ella se empieza a atender con F.: la confrontación, ese reproche al padre
de terminar con los K, ella hace de todo, da pelea.

Lacan justamente va a plantear que en esa serie de identificaciones –


siendo la última con el Sr K- cuando le dice que la Sra. K, no es nada para
él, se hace merecedor de la cachetada, justamente es porque a ella le
interesa a través del Sr. K poder seguir manteniendo la relación con la Sra.
K. Es ella la que aparece con los vestigios del objeto de deseo idealizado.
Por lo tanto este seductor fallido cuando entra a denostar a su esposa
para justificar su avance seductor, justamente sin quererlo está cavándose
su fosa como seductor porque está invalidando el objeto de deseo de
Dora, de deseo y objeto de un querer ser.

Lacan plantea algo más: que la pregunta que sostiene a la histeria, es


justamente la pregunta por el ser femenino, más específicamente: ¿Qué
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debe hacer una mujer con su genitalidad para incluirse en el intercambio


de los sexos? Si revisamos el caso Elizabeth, esta misma pregunta es la que
atraviesa el conflicto de ella, igual que en Dora. En Elizabeth veíamos ese
punto donde ella se opone a lo esperado de una mujer, en su época. Ella
se opone ante eso, pero justamente se rinde ante eso.

¿Qué tiene que hacer una mujer para ser deseada? Una pregunta que no
tiene respuesta, ni siquiera puede ser formulada, por su madre. Su madre
no quiere decir nada, o más bien dice todo sin palabras: soy enferma
como mi madre por amor a mi padre. No pasó nada, pero a nivel mental
paso todo. En la histeria hay una suerte de hipertrofia, no solo por el
deseo de ser amada, sino también hipertrofia en relación al imaginario
sexual. Y un imaginario sexual inversamente proporcional a la práctica
sexual, porque justamente la práctica sexual implica rebasar la barrera de
la represión. Es aceptar esas representaciones intolerables moralmente:
cuestión que es avizorada única y exclusivamente por la angustia como
forma de defensa ante esas representaciones eróticas. Esa angustia es la
que se traslada como afecto a lo que es la formación del síntoma. Angustia
que podemos ver en el momento de la insistencia del reproche hacia el
padre bajo su defensa ante la acusación de ser mentirosa y perversa.

Respecto a la pregunta de Lacan podemos decir:

Analíticamente decimos que un sujeto que consulta en el transcurso de su


demanda de análisis nos va a ir presentando su pregunta en relación a su
deseo.

En la pregunta de que es una mujer, o que lugar cumple la genitalidad de


la mujer en la relación sexual?, que se hace con eso? No en el sentido de
la información sexual (que dora tenia mucha). Sino que toda esa
información que es en definitiva experiencia de otros. ¿Qué hacer con
eso?

Eso que aparece como gran expectativa masculina de lo que debe hacer
una mujer para complacer al hombre, en Dora es asumida del lado
masculino, activamente. Pero activamente en lo que tiene que ver con la
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simulación, con la mascarada, pero no con la realización, hasta ahí llega.


Es decir se exacerba ese rasgo que tiene que ver con seducir, de
suponerse como objeto de deseo masculino pero no obtener placer ni ahí,
ni cerca de la consumación. En todo caso en el orden del SACRIFICIO por el
otro, por el amor del otro pero no por el placer en sí.

Lacan de esa pregunta va a extraer un rasgo determinante en el giro para


comprender a la histeria ya no solo cómo una patología, como una
disfunción o como estigmas, sino como discurso. Ese rasgo es LA
INSATISFACCION. La histeria va a pasar a ser propuesta, definida y
encarada clínicamente por el psicoanálisis después de Lacan no como una
reducción sintomatológica, no como una conversión y ni siquiera como un
trastorno del afecto. Ni siquiera como una suerte de represión sexual, sino
que va a ser el discurso que encarna socialmente, en el lazo social, la
demanda de INSATISFACCION, en todo plano: en el sexual, en el
sublimatorio, en el laboral, en todos. Es un discurso que hace el lazo social
en el sentido de que permite un modo diferente de vincularse en relación
al pedido con el otro, al pedido de la realidad, al pedido social, al pedido
político. Es, eminentemente el discurso de la histeria, el discurso que
DEMANDA AL OTRO QUE PRODUZCA UN SABER SOBRE LO QUE ES SU
PADECIMIENTO Y SU SITUACION. La posición de este tipo de discurso – en
términos sociales – (léase en Dora y Elizabeth), es reclamarle al otro que
se supone que sabe (que actúa como amo) un saber que pueda dar cuenta
de lo que le pasa, de su padecimiento, un saber que será dirigido a
distintos sujetos. Va a ser dirigido al padre en Dora, dirigido a F., pero
también a la Sra. K, en relación a ese saber. ¿Cuál?: ¿qué hay que hacer
para ser deseada como mujer? Un saber que si lo extendemos más, no
solo apunta a lo que tiene que ver con la curación de ciertas
enfermedades, o padecimientos, sino que se aplica también en lo que
tiene que ver con una demanda al otro porque cumpla, con lo que sea, no
importa con qué.
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Hay un breve sueño que F. analiza en la Interpretación de los sueños, y


que Lacan trabaja en varios seminarios (sobre todo en el seminario 5), que
F. llama “el sueño de la bella carnicera”

La bella carnicera (no era carnicera, sino esposa de un carnicero de Viena).


Un carnicero exitoso, un buen comerciante. Pero tenía ese rasgo de la
histeria contemporánea ella: era insoportablemente peleadora, sobre
todo con el marido. El sueño es que ella está preparando una cena, está el
marido y ella va a invitar a una amiga, cercana, flaquita ye que el marido
ha hecho un comentario picarón sobre ella alguna vez. Ella quiere hacer
salmón (que no engorda), pero no tiene, llama y no contestan, no hay
salmón, no hago nada. No te invito, no comemos.

Para F. acá no hay ningún deseo realizado. “Se “jode la fiesta” en el sueño
y ahí empieza el análisis. Justamente la realización del deseo era no hacer
la fiesta y no servirle en bandeja al marido a la amiga. Pero hay otras
cosas: en el fondo lo que aparece allí es revelada esta dimensión del
fantasma de esta mujer, de la estructura psíquica de ella, la relación con el
otro, que es ella reconociéndose muy satisfecha sexualmente,
económicamente, familiarmente, con su marido, TIENE QUE TENER UN
ELEMENTO PARA PELEARLO. Y ese elemento que está en juego es la
amiga. Ella trae el elemento de discordia, se lo presenta, y después le da
por la cabeza. Se ríe, pero el punto está en que es necesaria la queja para
mantener muy bien establecida no la satisfacción del deseo (que sería
esperable), sino la INSATISFACCION del deseo. El ansia de más…aunque no
se sepa qué más se ansía…

Lacan va a plantear en ese tipo de estructura, una frase que es bastante


interesante: la demanda de la histeria justamente, hacia el otro es: “te
pido que me des eso porque no es eso que me vas a dar lo que me va a
satisfacer”

En la dimensión contemporánea (y aquí pasamos a lo que es el lazo social


de la histeria), ya no se trata de leerlo como una simple enfermedad muy
referencial -al menos para el psicoanálisis-, en tanto que marca primero
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un acceso al conflicto (1era dimensión), que se va a verificar en 2


instancias (consciente e inconsciente), mediado por la represión, que va a
producir en el caso de la histeria la conformación de síntomas conversivos,
síntomas de carácter, y sobre todo como una narrativa de la
INSATISFACCION. Esa narrativa de la insatisfacción está presente en
nuestra civilización en lo que puede leerse como un PROGRESO hacia 2
aspectos fundamentales en los cuales podemos leer el lazo social de la
histeria:1) LA SEDUCCIÓN al otro (como una condición o rasgo civilizatorio
en los tiempos que vivimos). El día de mañana x ejemplo vamos a
conseguir un trabajo, y no nos la arreglamos por seducir, nos va a ir mal.
Antes la seducción era tolerable hasta que se casaba, hoy no es así, esa
dimensión no termina al casarse o tener pareja. 2) El otro aspecto es la
dimensión de la insatisfacción como una suerte del aceite que hace andar
la máquina del consumo. ¿Qué objeto hoy no se promociona con algo
relacionado al sexo desde una mirada masculina? Ni siquiera la yerba,
porque la Silueta ideal, ya nos metió la imagen fálica en tanto representa
el deseo masculino encarnado plásticamente en el cuerpo de la mujer
joven y delgada. No es la mujer real. ¿Quién entra en ese molde? Este otro
rasgo aparece como marcando necesariamente la presencia de la
insatisfacción que ese objeto se ofrece como fetiche para colmarla.
Fetiche que por supuesto no colma esa insatisfacción sino que la
promueve más aún.

En un tercer nivel del rasgo de nuestra civilización, la demanda histérica


justamente es de no quedarse estancado en un lugar. Siempre promover
el cambio.

Si recuerdan, desde la primera clase he estado insistiendo con algo que ha


llegado el momento de definirlo con mayor precisión: EL DISCURSO DE LA
HISTERICA.

Así lo llama Lacan (seminario 17). Discurso de la histeria que elabora el ya


en finales de los 60’, desmarcándose de lo que puede ser la relación de la
histeria como una enfermedad. No quiere decir que Lacan desconozca los
aspectos del sufrimiento psíquico que puede reconocerse en los casos que
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vimos u otros, pero si, plantea una diferencia al conceptualizarlo como


discurso, discurso que como plantea él, hace lazo social. Un discurso es
entonces eminentemente aquellas enunciaciones, incluso las que no se
dicen, que fundan la realidad en la cual vivimos, las instituciones que
habitamos o que nos determinan, las prácticas, las costumbres, los
hábitos, y sobre todo aquellos que no sabemos por qué los hacemos. Si
queremos relacionarlos con una de las definiciones Freudianas, los
discursos están representados en esa dimensión que F. llama: SUPERYO,
esa instancia psíquica, diferente del YO y el ELLO, que determina las
prescripciones y las prohibiciones para cada uno, pero que tiene un lugar
más o menos común con otros en la dimensión de lo que se instituye
como el DEBER. El discurso de la histérica – y lo plantea así, en términos
subjetivantes – (no de la histeria); como sería una dimensión impersonal,
no es el único discurso, decía, el primer discurso que enuncia Lacan en “el
reverso del psicoanálisis”, es el DISCURSO DEL AMO. No le llama el
discurso del poder, sino del amo ¿de qué se trata? Arranca esa
denominación, de una lectura muy particular que él hace de Hegel, que
ubica una de las dimensiones que hace al motor de la historia a la
dialéctica entre el amo y el esclavo. Dialéctica que es replicada de Marx
(lucha de clases entre capitalismo y proletariado).

Para entender la dimensión del amo en Hegel, tenemos que recordar que
la esclavitos no lleva más de 200 o 300 años abolida y en algunos países
aun es una práctica común. Entonces Hegel (lo retoma Lacan), plantea que
no solo se trata de una práctica económica antigua sino de un acto de
subjetivación fundacional. Todo sujeto para constituirse necesita de esa
orden que le viene de otro. En el nivel edipico (de la crianza humana), es la
orden que viene de los padres, en su doble dimensión: como la lengua de
la madre y como interdicción del padre al goce de la madre, no del hijo en
primer lugar sino de la madre. La función paterna ahí tiene que ver con
poner un corte o una diferencia entre lo que es el deseo de la madre y lo
otro, ¿y qué es lo otro?, justamente una dimensión de supuesta
realización más allá del ámbito familiar endogámico. Es decir el
movimiento de habilitación de la función paterna debe orientar al hijo y a
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la hija a su realización más allá del ámbito familiar. No siempre se logra, y


nunca se sale del todo de la familia de origen. Pero justamente la función
de la orden, del discurso del amo, está ubicada en ese primer punto
estructurante, sin eso, sin esa sujeción inicial, no hay ni siquiera ante que
rebelarse. Esta dimensión del discurso del amo marca una basculación
entre la sujeción, entre la posición de súbdito del mandato del otro y su
rebelión, o si se quiere, una diferencia o una aspiración de autonomía. Las
dos dimensiones se estructuran a partir de una orden, de una ley. Ley que
en su operación deseante es de las más habituales, comunes y corrientes.
Que pasan justamente por la dimensión donde un padre o madre le dice al
hijo: No, ahora no ves más tv porque mañana tenes escuela. No, un No,
que hay que reconocerlo dicho sea de paso, hoy, en las condiciones de
crianza a un padre o madre se les hace muy difícil, porque justamente ese
lugar implica estar siempre fuera de los títulos que le supone esa función.
Es decir hay una eminente contradicción entre lo que es el padre que
encarna la ley de la diferencia (es decir de la castración y de la
habilitación), con el padre real que tiene que estar a la altura de esa tarea.
La tarea que tiene que tener la función paterna es eminentemente la de
representante de la ley, sea que la ejerza el padre o la madre. Justamente
el tener que encarnar ese papel hace que siempre, ese papel que se le
encarga al padre le quede grande. Cuando decimos SIEMPRE, hablamos
dentro del siglo 20.

Función paterna que Lacan en un artículo del año 38 ubica como una de
las causas de la mutación sintomática de las histéricas del siglo 19 a lo que
son las histéricas en el siglo 20. Esta mutación es la que venimos viendo
desde clases anteriores. Ya no tienen nada que las histéricas que van a ser
reconocidas, escritas y analizadas en el Siglo 20 y más aún en el siglo 21,
con las histéricas de artículos como “Histoeria” (de mi autoría), en donde
allí se trata de los últimos casos de “posesión demoniaca”. Esto último
mutó hacia finales del siglo 19 hacia la histeria como enfermedad de los
nervios, ya no de posesión demoniaca, sino de una supuesta anatomía
alterada. ¿Cuál? Esa que todavía sigue en nuestro lenguaje como “estoy
nervioso/a”.
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El primer discurso entonces que despeja Lacan, que incluso llega a decir la
eficacia del discurso que funda los comportamientos, las instituciones, los
modos de ser, las mentalidades, muchas veces no necesitan ni siquiera de
la enunciación para que presten cierta eficacia, tiene que ver con la
dimensión de la orden que funciona de un modo interiorizado. Tanto así
que creemos que es hasta por nuestra propia voluntad que hacemos cosas
que son las que se esperan de nosotros.

No es el único discurso. Despeja: el de la histérica, el del universitario y el


del analista.

Antes de ir al de la histérica despejo rápidamente los otros.

El discurso del universitario, tiene que ver con lo que se llama hoy día el
mundo del conocimiento. Ya de un tiempo a esta parte el mundo del
conocimiento toma sobre si cierto derecho administrativo sobre los
cuerpos y sobre los procedimientos. Es el universo del todo saber. No
quiere decir que sea un discurso que pretenda que lo sabe todo. Es un
discurso que estructura la realidad en función de todo lo que sabe. No es
que sepa todo, sino que lo real que domina, eso es lo que existe, lo demás
lo elimina. Es el discurso de la ciencia fusionada con el mercado. Su
representante más claro sería en términos ejemplares. El discurso
administrativo burocrático, donde en esa dimensión a un sujeto el tener
un título lo licencia para que los demás supongan que sabe, aunque no es
eso garantía de nada. Esto va desde un título, hasta un objeto tecnológico.

El discurso del analista justamente tiene que ver justamente con el


discurso que interroga esas certezas. Interroga el discurso amo, interroga
el discurso del conocimiento, en tanto supone que hay un saber no sabido
que tiene una eficacia a nivel del deseo, de los afectos, del sentimiento, de
las conductas y de los comportamientos. Un saber no sabido que es lo que
en psicoanálisis llamamos: el inconsciente. Por eso el lugar del analista va
a estar siempre en conflicto con estos otros discursos. Tanto el del amo
como el universitario, porque: el amo usa el saber, y el otro lo produce
como objeto a administrar. Ambos parten de la necesaria certeza para
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estructurar. Sea una orden o sea un universo de objetos de conocimiento.


ESENCIALMENTE EL DISCURSO DE LA CIENCIA SEPARA EL SABER DEL
SUJETO QUE LO PRODUCE, SEPARA EL SABER ENTRE LA VERDAD Y EL
ERROR. En el discurso del inconsciente, que encarna justamente el
discurso del analista, se trata de que hay una eficacia de un saber que se
desconoce, lo decíamos antes: en las formaciones del inconsciente: lapsus,
chiste, actos fallidos, síntomas y sobre todo en la relación que el sujeto
construye como siendo un mito de sí mismo, es decir el YO EN RELACION A
SU OBJETO DE DESEO. El discurso del analista está íntimamente ligado,
como también el del amo, con el discurso de la histérica.

El discurso de la histérica es un discurso que hace lazo social, pero lo que


pone el centro de su enunciación es su síntoma, su padecimiento, su
interrogante. Y a partir de ese síntoma, de ese padecimiento y de ese
interrogante, exige al otro, al amo, al que encarna ese lugar (sea médico,
juez, al analista, o a quien esté ahí adelante), que produzca un saber en
relación a su padecimiento. Esa pregunta la veníamos despejando en
clases anteriores, a partir del caso Dora, a partir de Elizabeth,
esencialmente como la pregunta de ¿Qué es una mujer?, ¿Qué función
cumple la genitalidad de una mujer en relación al hombre? ¿En relación a
otras mujeres?, ¿en relación al intercambio sexual?, ¿en relación a los
lugares que se le asignan a la mujer socialmente? Esa pregunta que
interroga ese lugar de ser una mujer, es hecha no desde cualquier
perspectiva, es específicamente una pregunta hecha desde el lugar de la
INSATISFACCION. Cosa que también fuimos revisando en clases anteriores.
No desde la realización divina, no es desde la saturación de la felicidad, no
es desde la promesa del político (como es la promesa del amo), sino
justamente desde el lugar pasional de encarnar la insatisfacción. Busca
interrogar para producir un saber, y lo que determina esa posición que
interroga a los otros personal y socialmente desde el sufrimiento y desde
la insatisfacción, está determinado por su lugar como objeto – causa del
deseo (lugar incómodo si lo hay, y femenino, si lo hay).
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Si nosotros leemos esto a través de la historia del Siglo 20, nos vamos a
encontrar allí reivindicaciones de género, feministas, revolucionarias, del
orden de la demanda de que hay algo a lo que se está sometido/a que es
del orden de lo insatisfactorio. Pero no solamente se trata de rebeldía,
revoluciones y protestas, sino que también de sujeción al discurso del amo
al cual se le demanda ese saber.

Sujeciones que implican una extraña conformación que se ha dado entre


el discurso también de la histeria, el discurso universitario, y el del amo,
en lo que es la conformación de la subjetividad moderna. Veamos un
ejemplo: en los casos que veíamos, y en otros que hay de histerias
(trabajados en el siglo XIX y parte del XX), nos vamos a encontrar con eso
que F. encuentra y llama “mecanismo fundamental”,- en el caso Dora lo
recortábamos – como el mecanismo que explica la histeria para Freud.
¿Cuál era ese mecanismo?: El trastorno del afecto. Decía justamente F.
que, un sujeto, que estando en una situación pronta como para un
intercambio sexual su genitalidad no responde, y en lugar de eso lo que
surge es otro afecto, que, en el caso de Dora es el asco, el rechazo, pese
que había hecho todo como para llegar hasta ahí. Ese mecanismo
fundamental que él marca, tiene como condición de posibilidad, a la
REPRESIÓN SEXUAL, lisa y llanamente. En el caso de Dora, de Elizabeth, y
muchas otras: ABSTINENCIA sexual. Abstinencia sexual en lo real PERO a
nivel imaginario una gran actividad sexual, una hipertrofia sexual, una
hipertrofia de demanda de amor y también de - en muchos casos -, gran
actividad onanista. Sea eso o no, de todos modos lo que hay en el carácter
histérico para F., es un imaginario híper potente a nivel sexual. Y una
práctica sexual bastante pobre, escasa o nula.

Que pasa entonces en esa mediación de la que hablábamos hoy, donde lo


que pasa a determinar sintomatológicamente a la histeria, no es tanto ni
la conversión somática, ni tampoco este trastorno de afecto (no quiere
decir que no sigan habiendo somatizaciones, estamos llenos de ellas),
pero tenemos buenísimos analgésicos. Es decir que si uno lo lee así, va a
decir “no es que estemos menos afectados de conversiones somáticas, es
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que tenemos potentes analgésicos que cuando los tomamos ya se nos


pasó sin tener que llegar al extremo de quedar anestesiado”. No es que no
haya pura realización sexual, PERO, es evidente que hoy día, las mujeres
no están tapadas como Dora o Elizabeth, por ejemplo, es más toda la
moda en occidente desde la 2da guerra mundial tiende a mostrar casi
todo, y un poquito más, y si se muestra menos, por otro lado se muestra
más. Es decir, hacer de este rasgo que antes era un rasgo de estigma
patológico (la seducción), pasa a ser hoy día un rasgo habitual, y no solo
recomendado sino necesario. Algo así como si antes (100 años atrás), las
mujeres tenían que estar tapadas ocultas y reprimidas (no todas las
mujeres), las de clase alta y clase media, el resto no entraba dentro de
esto. Si antes tenían que estar tapadas, ocultas, enajenadas como objeto
del cuidado del hombre, hoy, el mandato del amo (al cual se incluye con
bastante prontitud el discurso de la histérica), es que tiene que mostrar.
Tanto así que por ejemplo pensando en un ícono de la modernidad como
Marilyn Monroe. M. Monroe cuando se estaba haciendo famosa volvió a
hacer las propagandas que hacia cuando no era famosa, y se pregunta
públicamente: ¿Qué tiene de malo que cualquier bien de consumo tenga
al lado a una chica linda para promover el objeto? Sea pasta dental, un
auto, un presidente (ella de hecho le hizo una buena propaganda a
Kennedy). No tiene nada de malo, es divertido. Era más divertido y vendía
mas M. Monroe media borracha cantándole “Happy Birthday Mr.
President”. ¿Qué tiene de malo? No sé, yo no digo nada… Pero, estamos
justamente en una consumación de ese discurso de la histérica, bajo la
forma de la seducción promoviendo ya no algunos bienes de consumo
sino, prácticamente todos. Es más había que buscar algún bien de
consumo que no tenga una promoción de una chica al lado tipo M.
Monroe, o más flaquita, o más joven. Mujeres que no son la realidad de
las mujeres. Por eso aun no siendo, igual funciona, ¿Por qué? Yo no tengo
la respuesta, pero es la pregunta.

Por el otro lado, por el lado de la clínica nos encontramos con efectos de
esto y además con efectos donde hay una suerte de ideal de mujer que
genera mucho más patéticamente, patéticamente, y actualiza aún más
Material de estudio. Materia: Fundamentos Psicoanalíticos
para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy

esta pregunta de Lacan: ¿Qué es ser una mujer? Si el ideal es ese, y es


absolutamente inalcanzable. Ni siquiera para mujeres como M. Monroe
(ya sabemos lo que le pasó). Un lugar de ideal del objeto de deseo
masculino que es no solo imposible de realizar, sino muy pesado; que cae
sobre el sujeto bajo una de las formas más comunes de las patologías
neuróticas contemporáneas: la depresión.

Hoy se agrega otro componente entonces, que hace que las neurosis
contemporáneas – sobre todo la histeria – más que nada tengan que ver
con una alteración de carácter. Es en esa dimensión de la furia histérica
que en la vida cotidiana contemporánea es (por ejemplo) el 2do deporte
nacional: la violencia doméstica. Esa furia que justamente aparece como
fragmentación del sujeto y del otro, cambiante, explosiva, con
arrepentimiento, con intentos de reparación, y después, de vuelta. Esta es
la realidad contemporánea más destacable (no la única), también hay
conversiones, también hay represión sexual, pero en qué sentido ¿En el
sentido de que hoy ese rasgo de seducción, de hipertrofia sexual es un
elemento de mercado, es un elemento de cotidianeidad, es un elemento
de deber, no un deseo, un deber. Es decir que “la chifladura”
contemporánea es que al inverso de las histéricas que empezamos a
estudiar un sujeto hoy debe coger, debe realizarse sexualmente, debe
tener orgasmos, y si no lo tiene “pobre infeliz”, ese es el problema y eso
justamente organiza las cosas de tal manera que en esa dimensión que se
supone que el sujeto es más libre…queda más atrapado. Más atrapado en
la realización de eso? NO. Más atrapado en la dimensión de ser un
observador, es decir de gozar de la escena primaria, del sexo de otros, del
sexo seduciendo para comprar cualquier producto, de un sexo que
aparece plagando casi todas las películas contemporáneas, y que si no
aparece bajo la forma explícita de la seducción erótica, aparece bajo la
forma de la consumación de la amenaza más temida en el discurso
histérico: la de la FRAGMENTACION, la de la aniquilación.
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Si algo nos ha ido enseñando el discurso de la histérica es que es un


discurso que asume la bandera de la pasión, sea en el tema que sea.
Porque justamente con la pasión intenta reparar y al mismo tiempo
mantener bien custodiada la insatisfacción. Pasión por causas perdidas,
por causas logrables, por causas políticamente correctas, por causas
individualmente incorrectas, cualquier forma de eso. La pasión justamente
tiene la contracara de el todo o nada, es decir, o logro todo, o pierdo todo.
En el pierdo todo esta justamente esa amenaza de fragmentación, de
aniquilación, de destrucción que se expresa justamente en la dimensión
del carácter. Este carácter de la furia histérica.

La disociación es otro de los rasgos que fuimos leyendo en la histeria, que


no es lo mismo que la disociación que se lee hoy en psicopatología
reduciéndola a algunos tipos de psicosis, NO. La disociación tiene que ver
con estos cambios de carácter, estas casi como personalidades que se
ponen en juego, por un lado dulce y por otro lado peleador, irreverente,
impertinente, como Elizabeth, o con Dora, que por un lado dice ser
perjudicada por un feo intercambio amoroso entre el padre y la amiga, y
ella estaba ahí como objeto para ser intercambiado con el Sr. K....pero
resulta que es ella misma la que sostiene eso, ella es condición para que
eso se sostenga, por años. Entonces, uno podría decir, “bueno, ponete de
acuerdo”. Es ese rasgo de disociación que hace que la medicina desechara
a la histeria como una pura simulación o un falso montaje, y no
reconociera allí algo en el orden de lo real, de cierto sufrimiento, una
suerte de incoherencia permanente pero una incoherencia permanente
que está dando cuenta de algo de la verdad del sujeto. No sabemos qué.
Algo que interroga al otro para producir un cambio. No se sabe qué.

Es como una vieja canción de Luca Prodán, que decía: “no sé lo que quiero
pero lo quiero ya” Esa es la médula del discurso histérico “no sé lo que
quiero pero lo quiero ya”, ese punto de la demanda ansiogenica a eso que
no sé qué es, y que si me lo das, lo voy a rechazar, esa es la posición
histérica. Es común?
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Es extra ordinaria, súper común. Lo cual no quiere decir que sea menos
grave y que engendre menos sufrimiento, y que no genere movimientos
importantes a nivel personal, subjetivo, individual y colectivo. Cuando el
discurso de la insatisfacción se hace fuerza política, las cosas se entran a
mover de otra manera, la protesta tiene otro sentido, ya no una pura
explosión. Muy distinto a lo que puede ser la administración burocrática
de la futura revolución. El discurso d la histérica, cuando se hace
instrumento político, encarna justamente la protesta en el punto donde
eso ya no se soporta, sea una generalización de la miseria, del despotismo,
de lo que sea.

Hoy día, salir de la infancia, no es como antes, es más apurada la cosa, son
más precoces, insinuantes y seductoras que antes. Ya en la escuela las
niñas mucho antes de su primera menstruación, están en una posición de
seducción. Seducción para todos lados, a compañeros, a compañeras,
seducción, seducción, y su giro: rechazo, rechazo. Si retenemos ese par de
significantes solamente: seducción y rechazo, nos daremos cuenta que lo
que queda en el medio es lo que está más custodiado: la insatisfacción.
Ahora bien, el encarnar ese ideal , el encarnar ese objeto causa de deseo,
el encarnar esa basculación entre seducción y rechazo (insatisfacción),
hace que encarnar ese significante del fálico a nivel imaginario, a nivel de
las representaciones mentales, a nivel del juego erotice, es encarnar un
lugar imposible por naturaleza, y hace que el sujeto que padece ese
discurso y que lo enuncia también este tremendamente fragilizado y esa
fragilidad en nuestros tiempos se demuestra con la plaga psíquica
contemporánea: la depresión. Siendo que un sujeto debe alcanzar un ideal
que nunca logrará, que siempre estará amenazado por su fragmentación,
hace que, por supuesto, la fragilidad sea algo muy cercano, muy próximo.
Basta que pase alguna cosita nomás, que al sujeto lo haga dudar de que
está acorde con ese objeto o ideal para que la angustia ante la caída de
ese ideal, se precipite.

A este movimiento que señalé al principio refiriéndome al discurso del


amo, no hay posibilidad de que un sujeto se estructure si no hay otro que
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lo hable, que lo nombre, que le dé un lugar. El primero de todos. El de hijo


o hija. Alguien te lo dio. Eso lo tomas, lo rechazas te haces súbdito de eso,
o te rebelas. Y vas a estar en ese movimiento de ida y venida, a veces de
una manera palpable en la vida, pero otras veces no te das cuenta. Y tiene
que ver con esa dimensión de máxima alienación al mandato del otro y
también de búsqueda de máxima diferencia. En esa máxima diferencia se
ubica la dimensión de la invención. Que no se trata de “yo me invento que
voy a ser tarzan”. Es decir, ordeno las mismas cartas que tengo, pero de
otra manera. En ese movimiento nunca se separa del todo y nunca se es
autónomo del todo, siempre se está en esa tensión. Por ejemplo, en la
dimensión del deseo, dejas a un chico o chica y te metes con otro/a.

Estas llamadas enfermedades mentales, se trata de que son conflictos que


están a medio decir. Una parte se muestra y otra se desconoce, por eso
hay que hacerlas hablar, no por un afán comunicativo, sino porque
justamente en esta dimensión lo que hace a ese tipo de conflicto, de
sufrimiento que se expresa desde el síntoma, son las palabras que te
dieron y que vos las repetís, creyendo que son tuyas. A que me refiero con
eso? A la ilusión, necesaria de lo que el sujeto cree que es de su YO. Esa es
la máxima alienación. Ahí van a haber síntomas que van a entrar en
discordancia con ese Yo, esos son los síntomas que hacen que un sujeto
consulte y que hable de una posibilidad de subjetivación distinta, mas
autónoma. Veámoslo por ejemplo en síntomas de Elizabeth. Ella podría
haber seguido sufriendo toda la vida de renguera, pero ella estaba
acomodada en cuidar a la madre de su comparecencia, y cuidar SE al lado
de la madre como mujer con renguera crónica, sin poder pararse. Y
cuando ella ya está grande casada, se dice en su historia: le impusieron un
médico, que estaba delirando con que ella quería al cuñado. A nadie le
imponen un médico en las condiciones de tratamiento que hacia F., que
era todos los días hablar dale que dale, y nadie acepta eso por imposición.
Allí algo empezó a desprenderse, por amor al síntoma pasa a una
dimensión del amor de transferencia, es decir le entra a gustar hablar con
F. F. ahí sin saberlo, aunque hace pase transferencial al comportarse como
el padre, genera otro paso más importante, que es que no solo le gusta
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hablar, sino que empieza a hacer algo distinto con eso que empieza a
saber de ella misma, y lo hace. Logra esa transferencia de querer saber
más allá de lo que ya sabe. Y ahí todavía no aparece el inconsciente. Ese
primer momento done ella le dice: “bueno ya le conté todo, y ahora? Ahí
insiste F., y surge todo lo otro. El amigo, esta mujer que no quiere estar
con nadie y se banca sola, no es tal. Es más, termina aceptando que el
nivel más duro de su enfermedad es cuando se da cuenta que necesita al
otro. Que le gustaría tener una pareja, como su hermana, se da vuelta.

Hasta antes de ese análisis, ese síntoma, la renguera, el sufrimiento, la


insatisfacción, estaba en sintonía con el mayor de los síntomas: su YO. En
este caso estaba reflejado en esta cristalización de su carácter y en esa
afirmación de que es una mujer que no necesita de nadie: esa es la ilusión,
ese es el YO, esa es la alienación. Sobre eso el síntoma entra a hacerse
sintónico con eso y a cuestionarlo también, las 2 cosas, lo hace hablar el
analista. Logra que la que habla se enamore, ya no del analista, sino de su
propio enigma, y lo empiece a entender como problema y a entenderse
ella como parte de ese problema. Por lo tanto empieza a tejer las posibles
soluciones, y es lo que logra, de distintas maneras.

El Yo es estructuralmente necesario. PONGAMOS UN EJEMPLO: Un sujeto


dice: “yo soy maniaco depresivo” “yo soy depresivo”. No dice estoy, sino
SOY. Toma un nombre de vestigios universitarios, y se lo endosa, no en el
orden de una etiqueta que le pusieron, sino que se auto etiqueta, cuando
no se auto medica. Cuando el sujeto dice “esto que me pasa me pasa
siempre o ya varias veces y me encuentro con el mismo obstáculo”, algo
anda mal en mí, ese es el momento donde ese YO se fisura, muestra la
falla, la hilacha.
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