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01 de agosto del 2018

Bello Beltrán Lisbeth Yesenia


Sierra Zapata Ingrid Hasbleidy
Electiva Complementaria II (Compresión Lectora)
Lic. Helman David Parales.

TEXTO ORIGINAL:
CAMINO A LO INEXORABLE

A través de los siglos el amor ha sido tema de debate en la humanidad, inspiración para
muchos y origen de tristeza y desesperación para otros tantos; hay quienes llegan a
preguntarse qué es el amor, qué se ama cuando se ama o cuando es el momento indicado
para amar; pero todo esto no logra convertirse en un impedimento a la hora de sentir en
nosotros el tan famoso y peligroso amor.

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche afirmaba que el amor es un desbordamiento hacia


algo ilimitado e inmoral y que todo lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del
mal; y bastante razón tenía, ya que es imposible que una acción que proviene del amor
pueda ser buena o mala, ya que éste mismo no lo es. Algo parecido propone Platón en el
Banquete de Sócrates al citar las palabras de Agatón “el amor es bello, bueno y anhela,
desea, tiende a lo bello” y agrega que “todo deseo representa anhelo de algo, que es algo
que no se tiene, y que se apetece tener, o si lo tenemos quizá no sabemos si mañana estará
con nosotros y lo deseamos tener siempre, por lo tanto, no es ni bueno ni malo, sino algo
intermedio”.

Paradójicamente San Agustín plantea que la meta última del amor es la felicidad, es decir,
la posesión del Bien Supremo, que es Dios mismo (Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro
corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti) y éste amor puede ser bueno o malo
según sea ordenado o desordenado y esto depende de qué lugar ocupa Dios en el amor
de cada persona.

¿El ser humano está condenado a amar? Sí, ya que éste se encuentra en una constante
búsqueda de sentirse “realizado” y a la vez de satisfacer sus necesidades; y todo lo que
contribuye y ayude a lograr ésta meta es amado, ya que todo lo contrario es odiado, porque
nos produce malestar o insatisfacción, y para que las cosas existan debe haber una
contraparte de ellas, es decir, para que exista el odio a éstas cosas que no nos ayudan a
sentirnos a realizados debe existir el amor, amor que puede ir dirigido a personas, cosas,
lugares, la vida o incluso la muerte.

El amor es la fuente de toda acción, es también por eso que el hombre está condenado a
amar: para poder vivir, o mejor dicho para poder sobrevivir; el amor, desde éste punto de
vista tiene una gran similitud con respecto al poder, ya que, como se había mencionado
antes, es el origen del accionar humano y del empuje necesario para poder perdurar a
través del tiempo.

Resulta una quimera que el amor entre dos personas (independientemente de qué tipo de
amor sea éste) sea perfecto por la simple razón de que cada ser humano siente y concibe
el amor como algo distinto a todos los demás, y para que algo sea perfecto debe ser
“proporcionado” e “igual”, además el amor es perfectible, lo que quiere decir que no es
perfecto.

El enamoramiento está bastante lejos de ser innocuo, ya que nos lleva a idealizar a otra
persona, no vemos los errores y males del otro o simplemente los vemos, pero no los
aceptamos. Estar enamorado origina en el ser humano acciones que de ninguna otra
manera llevaría a cabo, lo arrastra a un estado de ensueño y la mayoría de las veces, de
júbilo inexplicable que suele terminar en una melancolía abrumante y asfixiadora.

Sentir amor en un ser humano es extremadamente inexorable, es éste el origen de la


mayoría de las acciones que dirigen y unen el camino hacia al éxito y al sentirse realizado,
hay quienes reprochan el amor o lo niegan mentalmente, sin darse cuenta de que es esto
lo que le entrega vitalidad a nuestra existencia y nos permite seguir en éste paradójico e
indeciso presente; pero nadie puede decir en verdad que no ha sentido en su interioridad
la grandeza y lo inexplicable de éste.
TEXTO PARAFREASEADO:

CAMINO A LO INEXORABLE

Al transcurrir los siglos, el sentimiento amor, será un argumento de disputa para la


humanidad en general, entusiasmo para muchos, y causa nostalgia e impaciencia para
otros en total; la mayoría de gente se preguntará que es el amor, se aman, cuando lo hacen
o porque es el tiempo adecuado para cortejar; quizás esto no sea un obstáculo al lapso de
concebir en nosotros el glorioso y atrevido amor.

El pensador germánico Friedrich Nietzsche fortalece que el amor es un derrame hacia algo
ilimitado e impúdico de todo lo que hacen por amor, ya que es más y más allá del beneficio
y el perjuicio; justa lógica tenia, ya que es inadmisible de una labor que suministra el amor
bueno y malo, la cual no es lo mismo. Algo similar expresa Platón en el agasajo de Sócrates
al aludir las palabras de Agatón; “el amor es pulcro, humano y anhela, desea, tiende a lo
admirable” y adiciona que “toda ambición representa anhelo de algo, que es algo que no se
obtiene, y que se ansia conservar, o si lo tiene quizás no se sabe mañana si estará con
nosotros o se desea tener para siempre, por lo tanto, no es ni bueno, ni malo, sino algo en
espera”. Absurdamente San Agustín plantea que la cima del amor es prosperidad, es decir,
el goce del bien superior, que es el señor mismo (Nos hiciste, señor, para ti, y nuestro
espíritu está impaciente, hasta que descanse en ti) el amor puede ser compasivo o diabólico
según sea organizado o caótico, la cual depende del lugar que habita el señor en el amor
de toda alma.

¿El ser humano este prisionero al amor? Si, ya que este se localiza en una inmutable
investigación de sentirse “realizado” y a la vez de compensar sus necesidades; y todo lo
que contribuye y ayude a obtener el éxito del preferido, ya que todo lo anterior es odiado,
puesto que produce molestia o insatisfecho, por la cual tiene que existir las cosas para que
haya un contra parte de ellas, es decir, para que conserve el rencor a esas cosas que no
ayudan a sentirnos ejecutados al estar enamorado. Amor puede ser encaminado por gente,
cosas, lugares, el espíritu o incluso la defunción.

El amor es la llave de toda puerta, es también por eso que el hombre está obligado al amor;
para poder seguir adelante, el amor, desde este método tiene una gran comparación con
relación al poder, ya que, como se había mencionado antes, es la transcendencia del vivir
del ser humano y del empuje vital para poder vivir a través de la historia.

Obtiene una ilusión que el amor entre ambas personas (teniendo en cuenta que tipo de
amor sea) sea admirable por sencilla cognición de que cada individuo sienta y conciba el
amor como algo diferente a los restantes, para que luego este sea pulcro y simétrico e
idéntico, conjuntamente el amor es carente, de lo que quiere decir, teniendo en cuenta que
no es admirable.

El interés está demasiado lejos de ser inofensivo, ya que nos lleva a enaltecer a cualquier
persona, no vemos los errores y males de los demás o escuetamente lo vemos, pero no es
aceptable. Estar enamorado direcciona al ser humano acciones que de ninguna otra forma
lleva acabo, lo lleva a un estado de ensueño y a veces la alegría es inexplicable al partir en
una decepción molesta y opresivo.

Concebir el amor en un individuo es extremadamente inapelable, es este el transcendente


de la mayoría de obligaciones que dirigen y llevan al camino de la gloria y al sentirse
satisfecho, hay quienes rechazan el amor o lo olvidan mentalmente sin darse cuenta de que
esto es lo que da la razón a nuestra existencia y permite continuar en el sorprendente y
perplejo presente; pero ninguno puede decir en verdad que no ha sentido en su interior la
magnitud y lo misterioso de este.

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