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Trabajo Practico N° 2:
Comentarios sobre la eficacia y seguridad de la Pregabalina en TAG
INTEGRANTES:
Bustamante Daniela
Dominguez Denise
Federicci Melisa
Ginsberg Melina
Pereyra Elizabeth
Año: 2018
MELISA
[Nombre de la compañía]
20
“Bienvenido a la calma” reza el “eslogan” de Lyrica, el nombre comercial de la droga
Pregabalina. La cual se ofrece como una “la solución” para aquellas personas que padecen
enfermedades tales como TAG, o dolor neuropático central o periférico. Estimamos que al
tratarse de un fármaco antiepiléptico y analgésico tiende a disminuir el dolor que es
enviado al organismo por los nervios dañados.
Del mismo modo promete ser una terapia de ayuda en Epilepsia, y “la única” droga
aprobada para el tratamiento de fibromialgia.
Ésta última considerada desde el campo de la psicología como el gran invento de los
laboratorios para nominar el estrés crónico en las personas.
Es importante tener en cuenta que el artículo expresa cuatro grandes efectos adversos, y
luego en la letra chica del prospecto se evidencian no menos de 20 reacciones
desfavorables. No es algo nuevo que la sinceridad no se lleve bien con el marketing. Hay
que tener en cuenta además que la subjetividad de los cuerpos se cuela en la industria
farmacológica, ya que no todos los sujetos que consuman esta droga presentarán la
misma sintomatología, ni los mismos efectos colaterales.
Se menciona al pasar que existen otros tratamientos más allá de los farmacológicos, a
pesar de que este trastorno es tratado con mucha efectividad por terapeutas cognitivos
conductuales.
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Consideramos que es necesaria una mirada integral e interdisciplinaria de los trastornos
como es el TAG, ya que si bien algunos fármacos pueden ayudar a los sujetos a apaciguar
sus síntomas somáticos, los cuales afectan su cotidianeidad; pero eso es simplemente
paliativo.
No hay que olvidar que existen factores psicosociales y ambientales en juego, que exigen
del sujeto recursos que exceden a la industria farmacéutica.
Hay ahí alguien que sufre y debe tener la capacidad de apropiarse de ese de su dolor y
reconocer que algo tiene que ver con eso que le pasa, que reconozca que ese es su
síntoma, y pueda hacerse cargo de que debe transformar algo ahí. Y entonces así,
podremos hablar de una verdadera “lirica” que pueda expresar sentimientos y emociones
profundas.