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01. Convivir en el inmueble donde se procesaba la droga no
involucra necesariamente con el delito
Es central establecer si con base a los hechos probados lleva
necesariamente a la conclusión que Sara Castañeda Sosa, tuvo
intervención personal en la realización del hecho punible. El
Colegiado, considera que esta hipótesis ciertamente es plausible;
empero, también es plausible la hipótesis de que Castañeda Sosa,
no está involucrada en la realización del hecho punible. La
convivencia en el inmueble donde se procesaba la droga, no lleva
directamente a inferir el involucramiento personal de Castañeda
Sosa, en la realización del hecho; en efecto, se trata indudablemente
de indicios contingentes, pero no tienen la calidad epistémica de
indicios necesarios. […]La probada relación convivencial entre
Jaramillo Tello y Castañeda Sosa, en el inmueble donde se encontró
el laboratorio clandestino de procesamiento de droga, no es un
indicio unívoco que lleve en dirección lógica necesaria a que
Castañeda Sosa, tendría responsabilidad personal configurando un
determinado nivel de intervención delictiva en el hecho imputado.
No constituye un indicio posterior de responsabilidad, la
circunstancia que no haber denunciado a César Hugo Jaramillo
Tello; en efecto, el estrecho vínculo convivencial que los unía y la
hija procreada, condicionan su comportamiento; en efecto, aún
desde una perspectiva normativa, Castañeda Sosa, no estaba
obligada a denunciar a su conviviente, precisamente por el vinculo
convivencia que los unía –ámbito amplio del derecho a la no
autoincriminación–. Tampoco constituye un indicio posterior, la
falsa – o mala– justificación de la imputada Castañeda Sosa, en el
sentido que no convivía en el inmueble con Jaramillo Tello, –ámbito
del derecho a la defensa–
[…] (Expediente: 281-2008-0-5001-JR-PE-04- Lima, treinta de
octubre del dos mil quince, ffjj 2.a,2.b y 4. Sala Penal Nacional)
02. Presupuestos de la desvinculación jurídica
El primer párrafo del artículo doscientos noventa y seis, del Código
Penal queda consumado cuando se llevan o cabo comportamientos
como el de favorecer o facilitar el consumo ilegal de drogas, sean
estos mediante actos de fabricación o tráfico, donde no se requiere
que la droga elaborada sea adquirida por los consumidores o que
la sustancia prohibida sea puesta en el mercado, pues el destino de
la droga es una finalidad ulterior del agente, que no tiene que
agotarse para objeto de la realización típica. Se diría entonces, que
la mero tenencia resulta siendo penalizada, pero si la posesión toma
lugar con fines de tráfico, la conducta ha de ajustarse en la
modalidad siguiente –segundo párrafo del artículo doscientos
noventa y seis, del Código Penal–, toda vez que para su
consumación se requiere que el agente materialice la posesión de la
droga y que esta posesión debe estar orientada a un acto posterior
de tráfico ilegal, consolidándose que la droga va o ser objeto de
circulación, de comercialización, venta, etc., que ya cuenta con un
destino predeterminad El juicio de desvinculación es
constitucionalmente aceptable, siempre y cuando: a. El delito
materia de condena pertenezca a la misma familia delictiva (tipo
penal homogéneo): y b. La distinta tipificación no impida el eficaz
ejercicio de lo defensa del imputado, esto es, que la defensa haya
contemplado en su estrategia defensiva esa posibilidad o que, en
todo caso, no se trate de un fallo sorpresivo. […] (R.N. 1165-2015,
Lima-Lima, treinta de octubre del dos mil quince, ffjj 13 y 14.
Segunda Sala Penal Transitoria)
ART. 296 A
01. La deficiente regulación del delito fuente en la legislación
penal peruana sobre lavado de activo:
(R.N.N° 2423-2017-Lima Este, del 28 de junio de 2018, ffjj 1.4 y 1.5,
Sala Penal Permanente)
ART. 297
01. Delimitación de los alcances interpretativos de la circunstancia
agravada en la condición de educador prevista en el inciso 2° del
artículo 297° del Código Penal
Para la configuración de dicha agravante no solo se requiere que el
imputado tenga la condición de educador, sino que su accionar
delictivo se haya verificado en el contexto y aprovechando el
ejercicio de su condición de tal, con el consiguiente grave riesgo de
los alumnos sea que no hubieran alcanzado una edad que les
permita comprender las posibles consecuencias del consumo al que
pudieran ser inducidos por el comportamiento de su maestro o que
pudieran ser influidos negativamente, pese a su mayoridad al
consumo de estupefacientes. […]En dicha línea argumental, cabe
subrayar que tal agravante es independiente de la que
correspondería si el sujeto activo del delito además se sirve de los
menores para la comisión del hecho delictivo, prevaliéndose de su
situación de ascendencia sobre ellos o si traficara en sede educativa
o su entorno, en cuyo caso se configuraría concurso de
agravaciones. […]Es de anotar que la ley no ha establecido una
circunstancia especial vinculada a la edad de las víctimas (alumnos
o estudiantes) por lo que no existe referente etario que implique
mayor desvalor específico, cuando no, es su caso de orden genérico
[…] (CASACIÓN 126-2012, CAJAMARCA, Lima, del trece de junio
de dos mil trece, ffjj 2.4, 2.5 y 2.9 Sala Penal Permanente)
ART. 298
01. Solicitud de adecuación del tipo penal
La citada sentencia (fojas 6 de autos) señala que quedaba acreditado
que el acusado prestaba facilidades mediante su accionar para la
realización del acto ilícito, la que realizaba en concurso con otras
personas; a fojas 8 de autos se lee del acta de expedición de lectura
de sentencia que se condena al agraviado junto con Luis Antonio
Portilla Castillo por el delito contra la salud pública-tráfico ilícito
de drogas en su forma agravada (en concurso de dos a más
personas); 1) en la sentencia de segunda instancia, a fojas 13 de
autos, se manifiesta la existencia de un plan común, de división de
roles, de concertación de voluntades en la comisión del ilícito penal;
por consiguiente, y constatándose de las mencionadas sentencias
que el hecho delictuoso fue cometido en concurso por dos personas
(EXP. N.O 04571- 2009-PHC/TC, Lima, 24 dias del mes de marzo de
2010, ffjj 2.d, 2.e y 2.f, Primera Sala del Tribunal Constitucional)
ART. 299
01. Descripción de una conducta no punible:
De los medios probatorios actuados en el proceso, se desprende que
el procesado fue intervenido en el domicilio donde se encontró
droga, encontrándose en dicho lugar con el fin de comprar droga
para su consumo, tal como se aprecia del acta de registro
domiciliario y comiso; no existiendo acta de incautación de haberse
encontrado en poder del procesado alguna cantidad de droga para
su comercialización; por su parte, el coprocesado, en su declaración
instructiva, acepta ser el propietario de la droga incautada.
Conforme se advierte del certificado médico se ha acreditado que
el procesado tiene la condición de consumidor de pasta básica de
cocaína, lo cual corrobora su dicho en el sentido que se encontraba
en el lugar intervenido con la finalidad de comprar droga. Siendo
así, no se cumple con los elementos objetivos y subjetivos del delito
de tráfico ilícito de drogas
(Ejecutoria Suprema del 17/06/03, Exp. Nº 3323 – 2001)
ART. 300
01. Delimitación de los alcances interpretativos de la circunstancia
agravada en la condición de educador prevista en el inciso 2° del
artículo 297° del Código Penal
Para la configuración de dicha agravante no solo se requiere que el
imputado tenga la condición de educador, sino que su accionar
delictivo se haya verificado en el contexto y aprovechando el
ejercicio de su condición de tal, con el consiguiente grave riesgo de
los alumnos sea que no hubieran alcanzado una edad que les
permita comprender las posibles consecuencias del consumo al que
pudieran ser inducidos por el comportamiento de su maestro o que
pudieran ser influidos negativamente, pese a su mayoridad al
consumo de estupefacientes. […]En dicha línea argumental, cabe
subrayar que tal agravante es independiente de la que
correspondería si el sujeto activo del delito además se sirve de los
menores para la comisión del hecho delictivo, prevaliéndose de su
situación de ascendencia sobre ellos o si traficara en sede educativa
o su entorno, en cuyo caso se configuraría concurso de
agravaciones. […]Es de anotar que la ley no ha establecido una
circunstancia especial vinculada a la edad de las víctimas (alumnos
o estudiantes) por lo que no existe referente etario que implique
mayor desvalor específico, cuando no, es su caso de orden genérico
[…] (CASACIÓN 126-2012, CAJAMARCA, Lima, del trece de junio
de dos mil trece, ffjj 2.4, 2.5 y 2.9 Sala Penal Permanente)