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La guerra fría Franklin D.

Roosevelt y la Gran Alianza, 1933-1945

que revisara la Ley de Neutralidad. La nueva versión sustituyó el embargo de ríodo de cooperación entre Hitler y Stalin que había empezado con la firma
armas por una cláusula de «paga y llévatelo»; las potencias beligerantes po- del Pacto de No Agresión en agosto de 1939. Aunque Stalin había respetado
dían comprar armas si las pagaban y se las llevaban en sus propios barcos. el acuerdo comercial colateral sovieticoalemán suministrando a Alemania ma-
Aunque no lo dijo públicamente, Roosevelt se dio cuenta de que este sistema terias primas estratégicas hasta el mismo día de la invasión, las ambiciones te-
ayudaría a los aliados más que a Alemania porque Gran Bretaña y Francia do- rritoriales de los soviéticos habían alarmado a Hitler. En noviembre de 1940,
minaban los mares. De esta manera, el sistema de «paga y llévatelo» repre- el ministro de Exteriores soviético, Vjaceslav Molotov declaró que Bulgaria,
sentó el primer paso significativo hacia la ayuda de Estados Unidos a los paí- Turquía, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Grecia y Finlandia se encontraban
ses que luchaban contra Hitler. en la esfera de intereses soviética. Hitler respondió ordenando a sus generales
Pero, por desgracia, la nueva ayuda norteamericana fue insuficiente para que se preparasen para invadir la Unión Soviética. A modo de preludio de la
ayudar a las potencias occidentales a detener la guerra relámpago que Hitler invasión, en la primavera siguiente, tropas alemanas ocuparon Rumania y
desencadenó contra ellas en la primavera de 1940. En pocas semanas el ejér- Bulgaria y conquistaron Yugoslavia y Grecia.
cito alemán invadió Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo, los Países El gobierno de Roosevelt avisó a los soviéticos de la inminencia del ataque
Bajos e incluso Francia. El armisticio que firmaron los franceses el 22 de ju- alemán. Ya en enero de 1941 un funcionario desafecto del ministerio de Asun-
nio dejó los dos tercios septentrionales de Francia en poder de los alemanes, tos Exteriores alemán había informado a la embajada estadounidense en Ber-
pero permitió a los franceses instaurar un gobierno pro nazi en Vichy que lín de que Hitler pensaba avanzar hacia el este. Pero Stalin no hizo caso del avi-
controlaba el tercio sudoriental del país. so porque creía que podía ganar tiempo si continuaba apaciguando a Hitler.
Con Francia fuera de combate, Gran Bretaña se quedó sola ante toda la Así, no protestó cuando Hitler invadió Yugoslavia, sólo un día después de que
furia de la arremetida alemana. Afortunadamente, Gran Bretaña tenía un di- los soviéticos firmaran un tratado de amistad con dicho país. En mayo, los so-
rigente nuevo y agresivo en la persona de Winston Churchill, que el 10 de viéticos incluso retiraron el reconocimiento de los gobiernos de Noruega, Bél-
mayo de 1940 había sustituido a Neville Chamberlain en el cargo de primer gica y Yugoslavia en el exilio, todos ellos víctimas de la agresión alemana. En
ministro. Pero los ingleses pasaban apuros para impedir que los submarinos lugar de reconocer que sus intentos de apaciguar a Hitler habían fracasado,
alemanes cortasen sus líneas de comunicación con el mundo exterior. Roose- Stalin se negó, hasta la noche misma del ataque, a permitir que se hiciesen pre-
velt hizo algo que era obviamente contrario a la neutralidad: valiéndose de parativos para la defensa. Debido a ello, la Unión Soviética sufrió enormes pér-
una orden ejecutiva, dio a los ingleses cincuenta destructores viejos de la ma- didas de hombres, material y territorio durante los primeros meses de guerra.
rina norteamericana. A cambio, los ingleses traspasaron a Estados Unidos ba- A pesar de la doblez de Stalin en el pasado y de su complicidad en la agre-
ses aéreas y navales británicas en Terranova y las Bermudas, y arrendaron a los sión de Hitler, Ghurchill hizo un ofrecimiento no solicitado de ayuda a la
norteamericanos, durante noventa y nueve años, otras bases del Caribe. Unión Soviética. El primer ministro británico dijo a su secretario: «Si Hitler
Aunque Churchill apreció muchísimo la cesión de los destructores, la lle- invadiera el infierno, yo haría como mínimo una referencia favorable al diablo
gada de los navios no alivió de forma perceptible la aguda crisis económica en la Cámara de los Comunes».14 Los soviéticos aceptaron con entusiasmo la
que para Gran Bretaña suponía el pago del material de guerra norteamerica- propuesta de Churchill.
no. Roosevelt recurrió a una forma novedosa de resolver el problema al deci- El primer ministro británico también pidió a Roosevelt que cooperase con
dir que sencillamente prestaría o arrendaría a los ingleses el material que ne- él en la ayuda a los soviéticos. El departamento de Estado, sin embargo, reac-
cesitaran. Tal como fue aprobada por el Congreso en marzo de 1941, la Ley cionó fríamente a la petición. George Kennan escribió que dar la bienvenida
de Préstamos y Arriendos autorizaba al presidente a vender, traspasar, inter- a la Unión Soviética «como socio en la defensa de la democracia» identifica-
cambiar, arrendar o prestar —con las condiciones que considerase oportu- ría a Estados Unidos con un régimen «que es muy temido y detestado en todo
nas— envíos de municiones, alimentos, armas y otros artículos defensivos a el mundo».15 Obedeciendo al mismo razonamiento, el departamento de Es-
cualquier nación cuya defensa el presidente juzgase importantísima para la se- tado se mostró partidario de prestar sólo una ayuda mínima a los soviéticos y
guridad de Estados Unidos. A tal efecto el Congreso aprobó poco después sugirió que se suavizaran las restricciones a la exportación con el fin de que
una consignación inicial de 7.000 millones de dólares. los soviéticos pudieran comprar material que ni Estados Unidos ni Gran Bre-
Mientras Estados Unidos seguía tomando medidas para que Gran Breta- taña necesitaran. Sin embargo, el departamento de Estado no creía que de-
ña continuase luchando contra Alemania, Hitler invadió la Unión Soviética el biera prestarse ayuda a la Unión Soviética sin obtener antes concesiones polí-
22 de junio de 1941. La invasión alemana puso fin al breve y antinatural pe- ticas de ésta. El departamento de Guerra, por otra parte, opinaba que toda

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