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6 Cosas Que Deberías Dejar De Hacer Si Quieres


Conseguir Ser Mejor Fotógrafo
Cuando empezamos a hacer fotografías,
todos queremos llegar a ser
mejores fotógrafos. Aunque no
tengamos intención de dedicarnos
profesionalmente a ello, aunque queramos
que se quede en una mera afición que nos
ayude a expresarnos o a alejarnos, en
cierta manera, de la realidad que nos
rodea. El caso es que, para conseguir
mejorar en esta disciplina artística hay una
serie de comportamientos que deberíamos dejar de lado pues nos limitan
muchísimo a la hora de crear arte. ¿Quieres saber cuáles son?

Confiar en la Suerte
Esto se da, sobre todo, cuando empezamos. Cuando todavía no dominamos el lenguaje
fotográfico y/o nuestra cámara. Seguro que más de una vez te ha pasado, has
empezado a hacer fotos y, de golpe, te ha salido una imagen buenísima que no sabes ni
cómo has podido captarla. Ser mejor fotógrafo significa, entre muchas otras cosas,
saber exactamente qué pasa cuando haces click y, también, qué es lo que
hace una foto sea buena o mala. No es propio de buenos fotógrafos hacer fotos buenas
“sin saber cómo”. Es decir, no es propio de los buenos fotógrafos confiar ciegamente en
la suerte. Las buenas imágenes, por norma general, deben trabajarse siempre. Y
la única manera de trabajar una foto es sabiendo qué es lo que tenemos delante, qué es
lo que queremos conseguir, cómo debemos trabajar a nivel de composición para
conseguirlo y, sobre todo, saber cómo funciona el equipo fotográfico que tenemos en las
manos para poder plasmas aquello que tenemos en la mente. Por supuesto, esto no
significa que la suerte no tenga ningún papel en las imágenes de un buen fotógrafo:
todos tenemos grandes golpes de suerte y hay fotografías “improvisadas” muy
buenas. Pero de la misma manera que el gran Dalí dijo que prefería que la inspiración le
pillara trabajando, la buena suerte debe pillarte preparado. ¡Es la única manera de poder
aprovecharla!
Disparar a lo Loco
Ya se ha hablado mucho sobre esto, y es que es uno de los grandes vicios que ha traído
la fotografía digital: el carrete no se termina, así que no hay miedo de disparar,
disparar y disparar. Y algo bueno saldrá. Eso no es hacer fotografías, es disparar
una metralleta. Cuando nuestra intención es llegar a ser mejores fotógrafos deberíamos
pararnos a pensar qué estamos haciendo. Pensar cada foto o, al menos, ser consciente
de lo que estamos disparando. Esto tiene que ver un poco con el punto anterior: utiliza
tu cámara de fotos como un pintor utilizaría su pincel, siendo consciente de que cada
movimiento tiene una consecuencia en el resultado final de la imagen. ¿El secreto
para no encontrarte disparando a todo lo que se mueva? Relájate, tómatelo
con paciencia, regálate un tiempo para pensar si la mejor foto que puedes tomar a
aquello es la que estabas a punto de hacer. Si te ayuda, también puedes ponerte un
límite de fotos a tomar en una salida fotográfica, como si dispararas con un carrete.
Este es uno de los ejercicios que más me ayudaron a mí, ¿te atreves?

No Imprimir Fotografías
Otro de los vicios de la fotografía digital: nos hemos acostumbrado a ver nuestras
imágenes, siempre, en una pantalla. Y la verdad es que una fotografía no se ve
igual en papel que en digital. No sólo por la calidad de impresión o por las
sensaciones que te puede producir el hecho de tener tus fotografías físicamente en las
manos. El hecho de ver las imágenes en un formato tan distinto puede hacer que
aprecies cosas que se te habían pasado por alto a la hora de valorarlas un medio digital.
Escoge tus mejores fotos, busca un buen laboratorio fotográfico e imprime.
Observa con calma, ordena, descarta. Además, de este modo, poco a poco irás
haciéndote tu propia colección fotográfica con tus mejores imágenes!

No Leer Libros de Fotografía


En la era en la que vivimos, donde todos estamos permanentemente enganchados al
ordenador, el smartphone o la tablet, deberíamos dejar un tiempo para volver a nuestros
antiguos compañeros: los libros. Es incontable la cantidad de libros que existen que
tratan de la fotografía como tema principal. Pero los libros verdaderamente importantes,
a mi parecer, son aquellos que no tratan de la técnica. La técnica fotográfica
básica es muy sencilla: si sabes exponer bien y tienes buen ojo a la hora de componer,
tienes medio camino hacia llegar a ser un buen fotógrafo hecho. La práctica es el
otro medio camino. Con leer uno o dos libros de técnica fotográfica podría bastar
para tener una base muy bien formada sobre este arte, si terminamos de
complementarlo con la interminable cantidad de información que somos capaces de
encontrar en internet hoy en día, nuestra formación fotográfica puede llegar muy lejos.
Sin embargo, existe una serie de libros en los que sus autores hablan de
fotografía sin hacer especial mención a la técnica. Son libros que te
permiten reflexionar sobre las imágenes, profundizar en la fotografía. Estos son
los libros que te ayudarán a crecer como fotógrafo una vez ya tengas toda la teoría
asentada. Busca libros que hablen de narrativa fotográfica, o sobre la visión o la
mente del fotógrafo. Estos libros te ayudarán a verlo todo de otra manera y, por lo
tanto, te ayudarán a mejorar tus fotografías. Empaparte de conocimiento
fotográfico nunca puede centrarse en, sólo, ver imágenes en internet. Leer libros, ver
películas, acudir a exposiciones… Todo ello te ayudará a ser mejor fotógrafo.
Seguir Ciegamente las Reglas
Sean éstas cuales sean: de composición, de presentación, de exposición… En el arte
no hay reglas. Como mucho, pequeñas directrices orientativas que te
pueden ayudar en un momento de duda a conseguir un resultado más agradable a nivel
visual. Pero en ningún momento deberías dejar que ellas te hagan la fotografía. Lo
mejor que puedes hacer con una regla es aprenderla, saber usarla, entender
qué te da y, llegado el momento, saber romperla. No vale romper una
regla “porque sí”, se tiene que hacer a conciencia, con razón. A lo largo de tu vida
fotográfica, descubrirás que hay reglas que te cortan las alas. Verás que, en ciertos
momentos, si quieres expresar algo, no podrás hacerlo siguiendo las reglas. Si sabes
cómo funcionan las reglas, si las conoces, si sabes aplicarlas correctamente, sabrás
cuándo y cómo romperlas para conseguir mejores resultados.

Centrarte Demasiado en la Técnica


Una fotografía, para ser buena, debe estar perfectamente enfocada, perfectamente
expuesta, perfectamente compuesta. No es cierto. Una fotografía puede ser
buena aun siendo borrosa, trepidada o con defectos en la composición.
Esto es algo que yo, personalmente, he aprendido a lo largo de este último año:
centrarte en exceso en la técnica puede hacer que tus fotografías sean menos
expresivas o, en el peor de los casos, que pierdas la oportunidad de hacer algunas fotos
concretas. Líberate de ese peso que es el querer hacerlo “bien”. ¿Qué significa todo
esto? Significa que cuando salgas con tu cámara a hacer fotos, debes ser tú (y no tus
profesores de fotografía, amigos fotógrafos, o cualquiera que haya influido en tu
formación artística) el que haga las imágenes. La técnica, igual que las reglas de las que
acabamos de hablar, cuando es bien sabida, se aplica de manera automática. Cuando
tú, como fotógrafo, decidas que es más importante el momento que estás
captando que la propia técnica fotográfica o, incluso, que el hecho de hacer una
fotografía desenfocada, trepidada, o “mal compuesta” (a ojos de la técnica, por
supuesto), estarás creando. Y, seguramente, tus imágenes terminen por tener más
significado. Por supuesto, si expones tu trabajo al gran público (publicándolo, por
ejemplo, en una galería en internet), siempre habrá quién te diga “esta foto está
trepidada”. Pero créeme, las personas que de verdad sepan apreciar la fotografía como
un arte, sabrán ver que aquello que para otro es un error, en realidad es todo un acierto.

La Conclusión de Todo Esto


Sólo hay una manera de llegar a ser un buen fotógrafo: aprendiendo fotografía.
Pero aprender fotografía no significa saber exponer o conocer todas las reglas de
composición. Significa saber distinguir una buena foto de una no tan buena,
saber conseguir con la cámara aquello que tenemos en la cabeza. Ser conscientes del
proceso fotográfico en general. Y esto se consigue haciendo fotografías, viendo
fotografías, leyendo sobre fotografía, reflexionando sobre fotografía, experimentando
con tu cámara y con tus propias imágenes. No dejes que nadie te diga que
estás haciendo algo mal. Porque si lo estás haciendo expresamente, siendo
consciente de que es la única manera de conseguir aquello que buscas, no lo estás
haciendo mal. Lo estás haciendo perfecto.

¿Y a ti? ¿Se Te Ocurre Algo Más?


¿Has dejado de hacer algo y eso te ha convertido en mejor fotógrafo? ¿Crees que
alguna de las cosas mencionadas en el artículo no son determinantes para llegar a ser
mejor fotógrafo? ¡Exprésate en los comentarios!

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