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Han pasado cerca de 52 años desde un terrorista apodado “Mad Bomber” (el Dinamitero
Loco) mantenía aterrorizada la ciudad de Nueva York tras haber colocado un total de
treinta y dos paquetes con explosivos. Habían pasado ocho años desde la primera explosión
y las fuerzas de seguridad no tenían claros indicios sobre el autor de los atentados, hasta
que un psiquiatra de barrio llamado James A. Brussel les puso sobre la pista.
El experto, tras revisar minuciosamente las fotos de los lugares afectados y las cartas que el
terrorista enviaba a los periódicos observó unas pautas de conducta determinadas que le
permitieron concluir, entre otras cosas, que el criminal era un inmigrante de la Europa
Oriental, de unos cuarenta años, que posiblemente vivía con su madre en una ciudad de
Connecticut. El psiquiatra aclaró que el hombre era muy pulcro, y dedujo, por la escritura
de los anónimos manuscritos, que debía tratarse de un paranoico que adoraba de manera
obsesiva a su madre y que odiaba a su padre. Al final de la descripción, Brussel
recomendaba: “Busquen a un hombre de complexión mediana y edad madura, nacido en el
extranjero. Es católico y soltero, y vive con su madre.” Abeijón, Pilar. (2005). Asesinos en
serie. Barcelona: Arcopress.
Ciertas alusiones de las cartas hacían suponer que el dinamitero podía ser un empleado o
exempleado descontento de la compañía que suministraba energía eléctrica a la ciudad. Al
comparar la descripción preparada por Brussel con los archivos de personal de la empresa,
la policía dio con el nombre de George Metesky, quien había trabajado allí antes de los
atentados y luego se había ido a Waterbury, Connecticut EE.UU.
Cuando fueron a hacer la detención, los agentes se encontraron ante un individuo de edad
madura, nacido en el extranjero, católico y soltero. La única discrepancia con respecto a la
descripción era que vivía con dos hermanas solteras. Este suceso determino la aparición del
estudio surgió así la definición contemporánea de lo que hoy se conoce como “perfilacion
criminal” o crimminal proffiling aunque desde el siglo XIX ya aparecieron sendos estudios
empíricos en Gran Bretaña, Italia y Alemania sobre el comportamiento criminal.
Como decía Edgar Alan Poe: “La ciencia no nos ha enseñado aun si la locura es o no lo
más sublime de la inteligencia”, en todo caso desde el punto de vista de la ciencia forense,
el estudio del comportamiento criminal (que no es una ciencia sino que se sirve de otras
como la criminología, la psicología, la psiquiatría, la sociología, la medicina legal o la
antropología) para estudiar más de cerca estos fenómenos sociópatas y comprender mejor el
comportamiento criminal, han arrojado interesantes muestras por medio de test,
interrogatorios, exámenes psicológicos y otras herramientas como el estudio del
comportamiento humano consciente e inconsciente, para poder resolver crímenes, entender
y atender a las víctimas y por supuesto establecer un plan de acción para paliar los
indicadores de criminalidad de nuestro país.
Todos hemos quedado medio atónitos ante una verdad que ya conocíamos pero que vivía
oculta y casi inimpugnable en relación a la red criminal de corrupción del poder judicial (la
corte superior de justicia del Callao, la Academia de la Magistratura, el Ministerio Publico,
los Municipios y el mismísimo Congreso de la República donde se han conformado una
verdadera red de criminalidad organizada. Hemos tomado conocimiento del perfil
psicológico de jueces supremos y de presidentes de la corte de justicia así como integrantes
del CNM y nos preguntamos, si se conocía de este tipo de perfil psicológico de estos
individuos, cómo es que se les permitió asumir funciones en cargos donde se requiere no
solo de la competencia profesional cognitiva sino de una estabilidad emocional y
psicológica que permita tener magistrados probos no solo en su comportamiento sino en su
forma de proceder deontológica y anímica psicológica para administrar justicia…. Las
respuestas estoy seguro, serán las mismas, la corrupción, la sed de poder, la ambición y la
falta de escrúpulos éticos. Todo esto nos debe llevar a replantear nuestros conocimientos
ordinarios de las leyes y los procedimientos para adentrarnos en el mundo del estudio de la
personalidad y del comportamiento criminal desde el punto de vista jurídico y del derecho.
El llamado Behavior (comportamiento en inglés) and law está hoy por hoy haciendo un
excelente trabajo en muchas facultades de derecho, instituciones ligadas al quehacer
jurídico y del profesional de las leyes y otras ciencias, para poder comprender por qué el
hombre actúa así en determinadas circunstancias y vinculadas con la criminalidad.
Es un arte que más adelante permitiría establecer los retratos psicológicos de distintos tipos
de criminales: asesinos, secuestradores, terroristas, violadores, pedófilos y pirómanos, a
partir de detalles aparentemente triviales. Es también, un proceso que trata de reconstruir un
comportamiento individual, es una ayuda en la orientación de la investigación, en el
interrogatorio de sospechosos, en el juicio para comprender la motivación del asesino y
para la prevención de otros crímenes tras un primero, tanto en secuestros, como en
homicidios, en terrorismo, en violaciones, etc.
1. Perfiles de agresores conocidos: (Los que están en la cárcel) método inductivo Ej.
Violadores, Criminales, Terroristas etc. Por medio de interrogatorios y entrevistas, test,
exámenes etc. llegamos a conocer su personalidad
3. Perfil geográfico: Establecido por el lugar donde se lleva a cabo el delito Ej. Salidas,
entradas, datos necesarios, es decir el lugar donde el criminal llega a cabo sus crímenes.
En EE.UU. se acuñó desde la década de los 70 el término asesinos seriales a aquellos que
asesinaban a varias víctimas llegando en algunos casos a 50, 60 70 o más crímenes, son
muchos los casos emblemáticos de asesinos de este tipo en la unión americana que han
servido para estudiar el comportamiento criminal. Pero también en América Latina ha
tenido sus casos muy sonados como en Mexico, El Salvador, Brasil, Chile, Colombia,
Argentina y por supuesto el Perú con rasgos muy comunes pero en escenarios y culturas
distintas dejando su firma y modus operandi criminal peculiar.
1. La escena del crimen. El lugar del crimen en el que se lleva a cabo una modificación
voluntaria del lugar de los hechos para dejar falsas pistas a la policía o dejar los menos
indicios posibles. Nos permite de determinar si el asesino es organizado o desorganizado.
3. El modus operandi. es el método que usa el asesino para llevar a cabo su crimen,
describe las técnicas y las decisiones que el asesino ha tenido que tomar. tiene naturaleza
funcional. (Garrido, 2006) y tiene tres metas: proteger la identidad del delincuente,
consumar con éxito la agresión y facilitar la huida.
5. La firma. ésta es el motivo del crimen, el por qué, refleja la razón por la que el asesino
hace lo que hace. Nos da una información más profunda ya que nos presenta qué quiere
decir con el crimen, y más psicológica puesto que nos habla de sus necesidades
psicológicas. El asesino mantiene su firma estable a lo largo de su carrera criminal, por lo
que, aunque cambie su modus operandi podemos relacionarlo por dicha firma.
6. Los informes policiales y periciales. Esta etapa consiste en el análisis de los informes
preliminares de la policía, de lo que han constatado los agentes en su prospección en el
lugar del crimen, en las interrogaciones a testigos y sospechosos o en los análisis de
pruebas y balística, así como los informes realizados en la autopsia y los interrogatorios a
testigos y sospechosos.
7. Las fases conductuales del criminal: Para poder determinar cómo actúa el criminal a la
hora de cometer un crimen es importante que pase por estas 6 etapas, que por lo general son
indispensables y cíclicas en el caso de los asesinos seriales:
Conclusión: