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Isla Negra 6/257

Casa de poesía y literaturas 
octubre - 2010
suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.
Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO
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Martín Micharvegas
Argentina
“Retrete:
Libertad a los libres!”
"Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario

Pablo Neruda
Chile – 1904 - 1973
Tristeza en la muerte de un Héroe
Los que vivimos esta historia, esta muerte y resurrección de nuestra esperanza enlutada,
los que escogimos el combate y vimos crecer las banderas, supimos que los más callados
fueron nuestros únicos héroes y que después de las victorias llegaron los vociferantes
llena la boca de jactancia y de proezas salivares.
El pueblo movió la cabeza:
y volvió el héroe a su silencio.
Pero el silencio se enlutó hasta ahogarnos en el luto cuando moría en las montañas
el fuego ilustre de Guevara.
El comandante terminó asesinado en un barranco.
Nadie dijo esta boca es mía.
Nadie lloró en los pueblos indios.
Nadie subió a los campanarios.
Nadie levantó los fusiles, y cobraron la recompensa aquellos que vino a salvar
el comandante asesinado.
¿Qué pasó, medita el contrito, con estos acontecimientos?
Y no se dice la verdad pero se cubre con papel esta desdicha de metal.
Recién se abría el derrotero y cuando llegó la derrota fue como un hacha que cayó
en la cisterna del silencio.
Bolivia volvió a su rencor, a sus oxidados gorilas, a su miseria intransigente,
y como brujos asustados los sargentos de la deshonrra, los generalitos del crimen,
escondieron con eficiencia el cadáver del guerrillero como si el muerto los quemara.
La selva amarga se tragó los movimientos, los caminos, y donde pasaron los pies
de la milicia exterminada hoy las lianas aconsejaron una voz verde de raíces
y el ciervo salvaje volvió al follaje sin estampidos.

Eduardo Galeano
Uruguay
Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se despoja a los indios de sus símbolos de identidad. Se les
prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses, aunque ellos habían sido por sus dioses cantados y danzados y soñados en
el lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta los misioneros de las sectas
norteamericanas que hoy proliferan en América Latina, se crucifica a los indios en nombre de Cristo: para salvarlos del
infierno, hay que evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como coartada para el saqueo.
El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América:
-Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: "Cierren los ojos y recen". Y cuando
abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
“12 de ocubre: nada que festejar.”

1
Leoncio Bueno
La Constancia, Chócope, Perú – 1920
Rebuzno propio
Cojo la pluma y ¡nada!
cada vez soy más sopenco
Quevedo
Escribo, canto, clamo y proclamo,
pero aún no suena
mi escuálido quirquincho.
Siembro, podo, barbecho, siembro,
vuelvo a podar, barbecho
sin descanso, mas no veo
crecer mi verdolaga.
Ando, camino, sudo
la gota gorda hollando
inhóspitos senderos
y siempre estoy reptando a tientas
lejos de mi propio recoveco.
¿Hasta cuándo,
no voy a articularme
mi rebuzno propio?
Hiervo, cocino, aderezo; sirvo
y a la postre cuaja, pero no cuaja
mi propia salsa.
Tiempo ha que machaco y le doy de alma
a esta mollera dura
por saborear deveras mi sandía

Ana María Rodas


Guatemala - 1937
Desaparecidos
Qué extraño ser es ese
que no entiende
por qué escribo desapareció cuando alguien muere.
Que me enseñe la lista de sus muertos.
Todos en la cama, por supuesto
y a respetable edad.
Mire esta mía: cortados prematuros
pisoteados, maltrechos.
A mí no me tocó la suerte
de cerrarles los ojos ni rezar nueve días.
Fueron uno tras otro. Y por el miedo
y el dolor
y la angustia
no tuve tiempo de investigar
cómo
quién
ni por qué.
Pero me consta que desaparecieron.

Masaoka Shiki
Japón
Confusas
entre los pétalos
alas de pájaros.

2
Luis Cardoza y Aragón
Guatemala- 1901 - 1992
¿Qué es ser guatemalteco?
1
Pienso en el devenir, siquiera medio siglo adelante. ¿Los quichés, cakchiqueles y kekchìs se replegarán a un
mundo sobrepasado? ¿Por qué no abrirían sus culturas a un mundo nuevo y propio?
Propendo a suponer que para su supervivencia no es demasiado tarde, no obstante la devastación de medio milenio.
El socialismo está llegando. Aunque no desde adentro, no en sus huesos, vívidamente su agonía he sentido. He
aspirado a restituirlo a sí mismo. Ignoro sus lenguas. Si las conocieras, en el español me hubiese refugiado.
Comprendo y me entusiasma la tarea de indoctrinación verbal en lenguas indígenas. La lengua es el Ser allende
la primera noción de patria.
El exiliado nunca pierde su tierra. La lleva consigo, más que en la memoria en la imaginación. La imaginada es
íntima y sutil, por real y por imaginada. Nunca concluimos de recorrerla, nunca nos fatigamos de crearla. Como
en el amor, es más su imagen la que amamos que la tierra misma en sí. Y la imagen irrumpe, se nutre, se erige
con lo que nadie puede suprimirnos: mitos, actos, sueños, conducta, palabras.

2
El exilio es la divergencia entre la imagen y la realidad. Entonces, esa silenciosa confrontación pertinaz es lo esencial: y
no hay exilio puesto que vivimos una metáfora. Guatemala, soy tu Pigmalión.
En todas partes hay muchachas, cielo y mar, amigos y una copa de alcohol.
A veces, por desesperación, desearíamos que el exilio fuese verdadero, y no la fábula que así solemos llamar. Y,
sin embargo, cuando volví a Guatemala todo me expulsaba minuciosamente.
Me doy cuenta de como los nacionalismos han originado tantos crímenes, tantas limitaciones, tantos nulos anhelos.
Aun nacionalismos de país dominado. Hay otras cosas en este punto. Tú nada comprendes, chovinista. La liberación
cultural es imposible sin revolución. La revolución es la verdadera cultura de nuestros días.
Los problemas del arte no cabe definirlos sólo dentro de lindes nacionales. La noción de patria, esa abstracción,
es aberrante si no la concebimos revolucionariamente.
Pero no es quimera la niñez ni toda la cuerda que nos da, que nos conduce hasta el confín de nuestros días.
Patria es no tenerla. El Hombre. ¡Indefectible, mía, dulce y nocturna!
Vivo con más sentido de libertad que de patria. Por ello, tanto más siento a mi tierra cuanto más privada de
libertad. Es decir, la he sufrido, la he servido, la he sentido toda mi vida. Anoto arrebatos con sentimiento
no sentimental y sin sentimentalismo.
3
El problema es verse desde fuera. Como si de otro se tratase. Salirse. Ni siquiera es asequible cuando medio
siglo más tarde soportamos leer páginas nuestras sin reconocernos. No las releemos. ¿Era yo aquel insensato? Una
duda defensiva apenas. Así como el cuerpo ha mudado íntegramente sin dejar de ser el mismo, lo mismo ocurre con el
cuerpo verbal que identifica la conciencia de sí.
Para deshabitarme, tengo que dejar de ser. Hablo de ti para sospecharme y vislumbrarme de algún modo. Pero nada más
puedo balbucir de ti, entreverte a través de él. Con perfección confusa objetivo mi confusión. Mi tormento
es placer inconfesable de indefensa religiosidad contagiosa. La poesía es llama que no consume la sustancia
que la anima.
4
¿Qué es ser guatemalteco?
Si se hurta a la universalidad, el nacionalismo es idiotez creada por idiotas, para otros idiotas. Burguesa es
su raíz, cortina de humo para fechorías. Se agita el pabellón y se hacen matar borregamente multitudes proletarias.
Estos holocaustos de millones se redimen si son coyuntura para que un Lenin transfigure nuestra "civilización"
transnacional y "cristiana" de Hiroshimas y hornos crematorios.
Obligación de liberarse de las coerciones políticas, familiares, culturales, religiosas, y nacionalistas sin "ideas
exóticas". Todo maniqueísmo es simplificación intolerable. Llamado a la libertad.
Ser la oveja más negra entre las más negras ovejas. Así, detestado por los albos compatriotas de cal muerta
se comete el delito de lesa patria de estar vivo.

3
Enjambre de sueños. Nunca lágrimas saurias. Acto de fe y auto de fe. Sacudirse el peso de la noche. Como el
perrito el cieno del pantano.
¿Quién al volver al país doliente no había dejado toda esperanza?
Urgencia de rebatir necias fidelidades. Dilatar la visión es más exaltante que inhumarse en un mundo excedido.
Guatemala, invicta anécdota derrotada.
Viene a mi encuentro el yo que fui. Y soy como solía. Si para los demás no se es, nada se es.
5
Abominar de nosotros por no crear aún conciencia de la proceridad del pueblo y su perversión. Así ocurre en
Guatemala y otras grandes potencias.
El cristiano país sin cristianismo yace bajo distendida sotana en vez de cielo. Hay que perforarla un millón de
veces para alegrarse siquiera con estrellas mentirosas.
Feroz ternura, con reposado ímpetu vivirla para que el sol negro del día negro y de la noche negra no sea
irrefragable.
Ser compatriota de Shakespeare, del Volcán de Agua, de Martí, de San Juan de la Cruz, de Huracán, corazón del
cielo.
Morar en una pústula que sea rosa de dinamita al despetalar su podredumbre.
6
Injusticia y hambre ¡qué violenta, qué violenta violencia!
Nubes irresponsables vulneran el azul. Lleno mi copa de azul único y seco. Me perturbo como imbécil que conoce mal
la risa. Atónito contemplo el cielo inusitado. Vida irrefutable vivo.
Ser guatemalteco es bermellón, torre, privilegio, azahar, tigre, asombro, aristocracia, catástrofe plebeya por el aborto
al anual la inercia.
La Momia ha muerto. Ha resucitado la Vida. Inmortal pericia del polvo. Las enredaderas escalofrían las ruinas. Bengala
de luces plurales, tu lirio. Ya no hay vacío.
Por incicatrizables, quemadura y beso definitivo, son júbilos celestes. ¡Aleluya!
Cómo los volcanes rápidamente se empinan sin desmayo para despegarse de la planicie...
7
Se guatemalteco es enviar al infierno el Libro de Job y evocar a Saint-Just sin olvidar a las bañistas de Mack Sennett.
Es admirar cómo el Crucificado se mea en el templo de mercaderes sobre sus propias imágenes, los escapularios, los
entorchados de los ejércitos transnacionales. Mercaderes del templo rompen filas bajo su látigo.
La mi Guatemala mía y la vuestra son doncellas mellizas de padre y vocaciones diferentes.
La injusticia engendra la violencia.
Complejo telúrico de Edipo desmadrado sin madre. ¡Puro Adán! Tener conciencia de hasta qué punto se debe ser por
serlo sencilla y demencialmente tanto.
... Es saber sonreír.
Tuércele el cuello al quetzal de engañoso plumaje y condiméntalo con imprecaciones de Isaías y algún humor
alquímico.
Como incrédulo tal vez fui amenazado de la lepra de ser fanático o alguna otra mierda fría. No puse a Marx las barbas
de vuestro Padre Eterno.
8
Se fundó el equilibrio sin eclecticismo. La poesía desplegó velas hacia la certidumbre.
Vi al monje pavoneando su alma funestamente impoluta en el convento. Omitía que es más difícil arrastrarla por el
mundo sin su mecánica fe ciega. Omitía su soberbia porque ésta nunca está iluminada por la gracia. Cuando niño,
expuesto a inficionarme, quizá me salvé votivamente consagrándome a la inutilidad de poesía imprescindible.
Un esqueleto de joven madre india, un metro treinta, a la piltrafa del pechito árido allega los huesos del niño delirando
de fiebre, azul de hambre y de muerte, que de vez en vez, desvaneciéndose de agonía, imagina sorber crudelísima
burbuja de aire guatemalteco.
9
Utopía, la realidad.

4
Soñé que fui antigüeño.
En donde puedo ser libre es mi patria.
En donde puedo crearme.
En donde puedo resucitar cada día sin horror.
En donde puedo soñar.
En donde siento que no soy exiliado.
En donde soy compatriota de Virgilio y de Alonso Quijano, y de Stravinsky y de Omar Khayam, y de Cristo y de Lenin,
y de Goya y de Goethe y de Quetzalcóatl.
En donde no existe el pus hediondo de Caín.
Ser guatemalteco es ser la mala conciencia de su pueblo.
Tener morada en Sirio.
Acaso haber nacido en Guatemala.
Amar al indio que ya colgó al encomendero.
Es que nos crean soberbios por tener la humildad de estar con el oprimido y explotado.
En mi país de indios matar a un indio no es matar a un hombre.
Es exutorio que permite injuriarla sin desesperación, escrupulosa, enamoradamente, con impávida suavidad.
Para quien vive fuera, más que la geografía umbilical, el atlas de la inteligencia y la sensibilidad le fascina. Y no
hay extranjero ni guatemalteco, nulas nociones obsoletas.
Que mis límites fuesen planetarios en mi niñez lo decidí.
Necesito burlarme de mí, autoinjuriarme cuando intento hablar en serio.
Humanidad sin fronteras y sin clases sociales. Sin patriotismo y sin explotación.
10
La injusticia engendra la violencia.
Su realidad es lo mío imaginario; ni lo imaginario ni lo real del selenita es mío. Entre ellos tampoco me conocen.
Imaginan que soy su compatriota porque nacieron en Guatemala.
Qué nostalgia cuando allí vivía.
Palabras en pubertad sin libertad.
A mi llama volverla mariposa para quemarla. Como si se pudiera. Vestir los guiñapos del alma con caquéctico cuerpo
desnudo.
Nebulosa a horcajadas sobre un colibrí.
Quitar todo espacio plañidero a la nostalgia.
Masoquista reventado de sádico vegetariano.
A mi geografía amnésica nada preguntes. No sabría responderte. Déjame soñarla.
Nací llevado de la mano de Ixquic y de Helena. Me descuartizaron. Las pinceladas acudieron a su sitio al ver el paisaje
con lejanía. Y éste irrumpió inaudito y unánime.
Tierra cruel, tierra de ceniza y llanto.
Mi respiración no te olvida.
En ti me salvo. En mí te vives.
Imaginarios, Quijote y Dulcinea.
Ridículos nacionalismos de mitología patriotera. Fascistas de "patria absoluta".
El mundo se achicó sin que hayamos crecido.
Ejecutada después del indulto. Si no te indultan, vivirías.
Navego por El río. Tal vez cumplí ya con mi módica cuota antigorila.
Omnipresencia creada por la ausencia. Las señales que me haces no son por distancia, son por sustancia.
Aborrecer el nacionalismo cuando no es universal y no se sacude con incoercible vómito de campanario. Analizar el
vómito, alejado del miedo y su gran piano gaseoso.

5
Stradivarius en oídos marimberos.
11
¿Qué es ser guatemalteco? No busco mi identidad. Soy lo que hago por y para los otros y lo que creo (todas las
connotaciones).
Mucho, mucho me dio mi tierra. Todavía más le debo por ello. ¿Por qué habría de darme aun su hospitalidad? ¿Por
qué?
Qué nostalgia de infancia. ¿Por qué no pudo hablar ni llorar cuando volví? Aquí está mi relación con el mundo. Mi
imposibilidad de ser siendo. Hallazgo repentino de repentino prodigio. Canción amorosa rodeada de rugidos.
Saberse marginal, sin apetecer tal corona suprema. Darse cuenta de estar sitiado por lo que al amor infamaba. Ansia de
libertad y justicia para todos. La pequeña voz que por encima de la cucaracha algo signifique a la gangrena insulta.
12
Llego al rojo blanco. Cauterizaba mi beso. Para no volver más, hube de partir de a mi soledad poblada de solidaridad y
humor alegre. Linda la vida del ser inocente.
Entre insignes monumentos mayas circulan millones de ladinos salvajes.
Hago un llamado a la justicia.
Estoy como Chaplin. Si como siempre hay déspota, no puedo entrar. Me corren si como nunca hay democracia. Mi
tierra me atrae muchísimo más de lo que me excluye. Tal es la bellota de mi terco descalabro, tal es la lechuga de tu
estéril victoria. Te veo sonreirme, solemne como un colchón, fronteras nulas enmarañándome.
¿Por qué negar el azul inmortal al indio en la mudez de su hazaña de aún vivir?
13
Por prohibida, la fijeza de su fascinación se incrementa. Cuando del todo no me fue vedada, necesité salir y quedarme.
Adán si vuelve al Paraíso no lo reconoce. Y si lo reconoce es por haber salido. No se arrepiente de volver sino de
haber conocido el Paraíso. Por comunión profunda, con asco y furia invoca a la Tierra Prometida. Nada más prometida,
no sólo por ella sino también porque la Tierra Prometida es él mismo. Ella no logró uniformarlo. Ni en él hubo
desistimiento. Disensión visceral.
Nunca dijo lo que de él esperaron escuchar. Escucharon lo qué él necesitó decir. Y defraudar fue victoria. El sueño no
es evasión de la realidad.
14
Sí, ciego total, acaso tuerto, tú que bizcamente me miras no has reparado en que yo no soy YO, el yo, el abominable yo
del hombre de las nieves;
el YO narcisista de mierda;
el necio YO del egoismo y el YO de la suficiencia;
el inmundo YO del elitismo y de la infalibilidad y de la certeza;
el impoluto YO sagaz, el vacuo YO acertado siempre;
el pútrido YO del carajo enchido de presunción, de sectarismo bestial, autoerigido en juez pendejo, fétido de orgullo,
de pedantería, de envidia miserables;
un YO podrido de insolvente profeta del pasado;
un YO de hiperbólica palabra oscura, incansable pregón de infamias antropoidales, enamorado definitivo por inocencia
de la ninez atónita en una tierra que a patadas desoladamente venera. Oídme más allá de la excrementicia monotonía del
servilismo, de la ceguedad y el embuste y la adulación palaciegas: yo no soy YO, la mierda del narcisista con
ditirambos batida, con servidumbres y conceptos negociables.
Yo, mi YO es ellos, es vosotros, es el repudio de todo lo que hiere a la conciencia popular. La conciencia planetaria
popular. Mientras tanto, sigamos volando
15
Escribir por necesidad de escribir; no por escribir. Y escribir para ahora mismo y escribir lo nuestro.
La injusticia engendra la violencia.
No ha sido un sueño; tampoco una pesadilla. ha sido insomnio y vigilia.
¿Lo sabes, Lya? Mi única patria es tu corazón.
Bellísimo y muy moreno mi país descalzo y sin chapines blancos.
Dije con humor y cursilería lo dicho. El humor es reto, fraternidad vertiginosa. La cursilería, para intentar ser
comprendido.
Oir de torturas, de asesinatos, de cárceles desde la niñez hasta la muerte en el exilio. El país cada vez más hundido, más
colonizado, más injusto y bestial que cuando nacimos.

6
Por él quemé mis naves muchas veces. Volveré a hacerlo.
Mi barco incendiado en mi noche, desbordado de pan y sal esplende para los Hijos del Maíz.
Ser una velita de sebo en la noche de la iglesia de Chichicastenango.
16
Oligarquía con hemorroides en el alma.
Con juanetes en el corazón.
Vuestra noción de Patria es Wall Street y un cuesco.
Escucho el diálogo cordial del Che con Francisco de Asís.
Ser guatemalteco no es azar ni es gratuito. Esta primera etapa del juicio final con denuedo se conquista.
Se comienza a serlo generalmente después de muerto.
Antes de nacer logré serlo.
Con la misión de ser felices nacimos guatemaltecos. ¿Cómo cumplirla si el pueblo no lo es?
Que tu verdad de himno sea cierta: "Guatemala feliz..."
Cuando vivo en Jerusalem no vivo en Antigua. Si muero en Nínive en Guatemala muero.
Es el pueblo más hermoso del mundo.
Es el pueblo más intrépido del mundo.
El indio guatemalteco es prueba inequívoca de la resistencia humana.
Es la materia prima riquísima y renovable más explotada del mundo.
El hambre engendra la violencia.
17
Alegría, chispa divina, todos los hombres se vuelven hermanos allí donde se detiene tu ala tan dulce. Que nos incendie,
Beethoven, tu música prodigiosa.
¡Oh patria! ¡Cara patria! disimula si tus llagas no baño con mi llanto.
Pirañas: a ustedes he arrojado este vasto aforismo. cuando hayan concluido su breve faena, una nube escarlata flotará
sobre el cielo y el invisible esqueleto de un arcángel.
Soy ciudadano de la Vía Láctea.
(A CARLOS MONSIVAIS)
Tomado del libro Novelas de Caballería, El Río, Publicado por el Fondo de Cultura Económica

Silvio Rodríguez
Cuba
Tonada del albedrío
Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
en el imperio mañoso
nunca se debe confiar.
Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
al buen revolucionario
sólo lo mueve el amor.
Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.
Debe dar tristeza y frío
ser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional.
Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal.

7
Eduardo Gómez
Colombia
Amanecer
Mi soledad huele a húmeda sombra
La noche de la brujas se esconde en los tupidos bosques
Bajo las alfombras agonizan los gnomos
Mis brazos están todavía curvados por tu cuerpo
Recomienza la vigilia y renace la muerte.
Alguien camina sin rumbo soñando con un pan
Anochece el día de las bombillas rojas en los sótanos
El crepúsculo perpetuo de las grandes fábricas se torna sonoro como un río
Un niño desnudo contempla los frutos del huerto
El día galopa como un caballo blanco
La luz implacable persigue tu recuerdo hasta aplastarlo
Contra los rascacielos deslumbrantes reclinados contra el cielo.
En: 50 poetas colombianos, editorial de Caza de Libros.- Tomado de Confabulación 148

Elvio Romero
Yegros, Paraguay - 1926 - 2004
Palabras
Acaso esto no fuera sino largas palabras
y mi real deseo, entonces, partir una naranja
nuestra, hecha con labios de greda paraguaya
y ardiente, o cubrirte con el naranjal, con la redonda luna que nos besa
eternamente, ciegamente en la patria
del naranjal y del naranjo, y entonces mi amor no sería sino eso,
el eco y el gemido de un follaje que te cubra y abrace
con mano vegetal, con labio vegetal, con la caricia
suave de una fruta que te ofrezca su espuma y sus aromas,
y mi afán adentrarte en el diamante de su semilla, al borde
de su caliente cáliz, de su pulpa aromática,
y todo esto que es palabra se haga tierra,
raíz donde caminar, canto de una guitarra para siempre envolviéndote,
para siempre cantándote, dichosa.
el "El viejo fuego"

Arturo Corcuera
Trujillo, Perú - 1935
En el Cedar´s Hospital
¿Y si a los taitantos años de mi edad
los resultados del examen clínico resultaran preocupantes?
No se cohiba, doctor, en decírmelo
aún si fueran mortales.
Que si hay necesidad de cambiar el filtro a los riñones... (en buena hora) ;
que si el colesterol vuela alto... (aterrizaremos juntos) ;
que si el corazón se fatiga... (el precio de tanto amor) ;
que si el hígado está chiflado... (qué le vamos a hacer) ;
que si existe amenaza de embotellamiento en las arterias, (sería una catástrofe) ;
que si el azúcar... (y uno es tan dulce hasta en las amarguras) ;
que si el páncreas... (no olvidar que el páncreas mató a mi madre) ;
que si una sombra en los pulmones,
que si la próstata...
Dígame, doctor, los resultados
aunque los días que me aguardaran no fueran numerosos.
Comprenda que todo tiene su fin de fiesta
y uno debe dejar sus papeles en orden,
reunir y dar los últimos toques
a unos versos a mediohacer, desaliñados,
empaquetar sus chibas,
mudarse lejos, muy lejos,
irse con su música a otra parte.

8
Javier Heraud
Miraflores, Perú – 1942 - 1963
Poemas a la tierra - 4
Todo es madera, los cóndores,
las máscaras, los ríos y las
oscuras madreselvas.
Los árboles tienen raíces en
la tierra, en el pavimento,
en las veredas, en el pan
congelado, y hasta en el árbol
mismo,
el cemento es árbol,
el oro es el árbol,
árbol el hierro puro
y madera los cristales.
Todo es raíz fina, los
cimientos de las enredaderas,
los botones de las corbatas,
las hebillas de mis entrañas
arrugadas. Todo es madera, el
alba de tus ojos somnolientos,
los dedos de mis manos
apretadas, el sol en su ocaso
turbulento.
Poemas a la tierra- (Lima, 1961)

Roberto Piva
São Paulo, Brasil - 1937
Jorge de Lima, panfletario del caos
Fue el día 31 de diciembre de 1961 que te comprendí Jorge de Lima
mientras caminaba por las plazas agitadas por la melancolía presente
en mi memoria devorada por el azul
supe descifrar tus juegos nocturnos
sin disfraz entre las flores
unísonos en tu cabeza de plata y ampliadas plantas
como tus ojos crecen en el paisaje Jorge de Lima y como tu boca
palpita en los bulevares oxidados por la niebla
una constelación de ceniza se desintegra en la contemplación inconsútil
de tu túnica
y un millón de luciérnagas que traen extraños tatuajes en el vientre
se despedazan contra los nidos de la Eternidad
es en este momento de agitación y agonía que te invoco gran alucinado
querido y extraño profesor del Caos sabiendo que tu nombre debe
estar como un talismán en los labios de todos los pequeños
- del libro Paranoia, publicado (1963) por Massao Ohno; reeditado (2000)
por el Instituto Moreira Salles.- Traducción, Leo Lobos

y corramos
Rigoberto Paredes
Honduras
Mi mujer habla dormida.
Algo quiere decirme cuando está despierta
pero no sé qué.
Mi mujer sólo dice que me ama
cuando está dormida.

9
Violeta Luna
Ecuador
Afuera de la trampa
Dejadme por favor vivir mi vida,
amándola,
mordiéndola,
quitándole el veneno,
limpiándola.
Dejadme que me salve o me condene,
dejadme que vomite,
que sangre,
que sonría,
que cante por el fin de tanta guerra,
que llore por la guerra de los fines.
Dejadme que en silencio
escriba en vuestra culpa una sentencia,
que borre la sentencia de la culpa.
Dejadme que me hunda,
que gima,
que flote en lo intermedio,
que sueñe,
que pueda en una esquina
pisar un alacrán inofensivo.
Dejadme cuantas veces
firmar cada recado sin mi nombre,
dejad que me equivoque,
que escupa,
que piense,
que llame con bondad al malo bueno,
que llame con maldad al bueno malo.
dejadme simplemente
que cuente por decenas,
qué coma con la izquierda,
que te ame sin remedio.
Dejadme por favor vivir mi vida,
que escape,
que reniegue,
que grite por las lluvias que se enlodan,
que ría por el lodo que se enlluvia.
Dejadme si queréis la trampa abierta,
que caiga el corazón con todo el peso,
dejad, pero dejad
afuera de la trampa mi cabeza.

José Ángel Leyva


Durango, México - 1958
Imagen
En plena abstinencia de figuras tuve un sueño
Imágenes mudas alzaban luz
vida y muerte en lengua simultánea
Era el silencio del soñante o de un proyector
de cine que ventilaba los pulmones
Palabras carnívoras
hambrientas de color de nombre
Era la forma balbuceante de la letra
El verbo fue primero
luego la imagen valió más que mil palabras Tomado de Confabulación 137

10
Ernesto Guevara
Argentina – 1928 - 1967
Y aquí
"Soy mestizo", grita un pintor de paleta encendida,
"soy mestizo", me gritan los animales perseguidos,
"soy mestizo", claman los poetas peregrinos,
"soy mestizo", resume el hombre que me encuentra
en el diario dolor de cada esquina,
y hasta el enigma pétreo de la raza muerta
acariciando una virgen de madera dorada:
"es mestizo este grotesco hijo de mis entrañas".
Yo también soy mestizo en otro aspecto:
en la lucha en que se unen y repelen
las dos fuerzas que disputan mi intelecto,
las fuerzas que me llaman sintiendo de mis vísceras
el sabor extraño de fruto encajonado
antes de lograr su madurez el árbol.
Me vuelvo en el límite de la América hispana
a saborear un pasado que engloba el continente.
El recuerdo se desliza con suavidad indeleble
como el lejano tañir de una campana.

Ida Vitale
Montevideo, Uruguay - 1924
Obstáculos lentos
Si el poema de este atardecer
fuese la piedra mineral
que cae hacia un imán
en un resguardo hondísimo;
si fuese un fruto necesario
para el hambre de alguien,
y maduraran puntuales
el hambre y el poema;
si fuese el pájaro que vive por su ala,
si fuese el ala que sustenta al pájaro,
si cerca hubiese un mar
y el grito de gaviotas del crepúsculo
diese la hora esperada;
si a los helechos de hoy
-no los que guarda fósiles el tiempo--
los mantuviese verdes mi palabra;
si todo fuese natural y amable...
Pero los itinerarios inseguros
se diseminan sin sentido preciso.
Nos hemos vuelto nómades,
sin esplendores en la travesía,
ni dirección adentro del poema.

Luis Crespo
Venezuela
Piso arena cuando quiero volver
y hay alguien
en mí
sobre la loma
De este lado
vive despacio
del otro
precipitado

11
Jaime Huenun
Chile -1967
Lamgen
Aquellos ojos del color del color, a una
altura azul,
cunden copihues, humo de agua,
con tanto encanto blanco en el espíritu.
¿Había viento a aquellas horas o
eran abejas borrachas
trayendo miel y sangre
al panal de mi cráneo?
Porque el agua es hermosa
y el cielo es hermoso
y ambos son buenos amigos -dijo-
Porque la luz es la cruz de la estrella
y mis pechos la cruz de la luz...
Porque en silencio sabemos lo que somos,
a una altura azul:
el águila y el cisne,
el venado y el puma,
montañas de carne y hueso,
cementerio de la eternidad.

Indio Naborí (Jesús Orta Ruiz )


La Habana, Cuba- 1922- 2005
17 de abril
Felices carboneros de Zapata
que han hallado un tesoro en cada leño,
duermen, y el mar les acaricia el sueño
como una lira de zafiro y plata.
Brigadistas que alumbran como soles
los manglares oscuros de la mente
dormitan cual palomas, suavemente
al pie de sus cartillas y faroles.
Todo está en paz. El corazón espera
el claro amanecer de primavera,
rico en luz, en cantares y en fragancia,
cuando estallan su pólvora homicida
sembradores del hambre y la ignorancia,
enemigos del canto y de la vida.

Tomás Watkins
Neuquén, Argentina
indulto
amemos la mano
de nuestro verdugo
perdonémoslo
aunque sepa lo que hace
tomemos la mano
de nuestro querido verdugo
ayudémoslo a cruzar la calle
de repente
detengámonos justo a la mitad
soltemos la mano

12
Nicolás Guillén
Cuba – 1902 - 1989
Angustia segunda
Tus venas, la raíz de nuestros árboles
la raíz de mi árbol retorcida;
la raíz de mi árbol, de tu árbol,
de todos nuestros árboles,
bebiendo sangre, húmeda de sangre,
la raíz de mi árbol, de tu árbol.
Yo lo siento,
la raíz de mi árbol, de tu árbol.
Yo la siento,
la raíz de mi árbol, de tu árbol,
de todos nuestros árboles,
la siento
clavada en lo más hondo de mi tierra,
clavada allí, clavada,
arrastrándome y alzándome y hablándome,
gritándome.
La raíz de tu árbol, de mi árbol.
En mi tierra, clavada,
con clavos ya de hierro,
de pólvora, de piedra,
y floreciendo en lenguas ardorosas,
y alimentando ramas donde colgar los pájaros cansados,
y elevando sus venas, nuestras venas,
tus venas, la raíz de nuestros árboles.
Obra poética, La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1980, 2 vols

Roberto Ferrer Hernández


Cádiz, España – 1985
La casa donde habito cruje,
cual los huesos cansados de un anciano.
Desgarra en lo profundo de mis entrañas
y esboza un hermoso cuadro.
Es la sutileza del movimiento,
diseca el instinto, salpicado de tiempo.
Padezco el síndrome de un joven empolvado.

Luigi Bressan
Agna, Padova, Italia - 1941
Por haber apoyado
Por haber apoyado las manos en el contorno
de una jarra llena
de aire vacía y encima
todas sus guirnaldas de estrellas
-ojos de prado las margaritas
a la espera de un atiborrarse de criaturas—
por haber coloreado de verde
—cuántos pasan—
de celeste
y de sanguina una pascua,
al encanecer la primera nieve
nos volvemos carbón al escribir
un punto de noche, piedras
redondas como el cielo, perdidos
en la oscuridad y estatuitas de yeso
con el rostro borrado.
Traducción: Rocco Carbone

13
Fesal Chain Entonces
Chile te apareces de nuevo
Conversación con Marcos Ana por la pieza
(A Inma de Celis) llena de libros
Ahora resulta Marcos Ana y de humo,
que soy un metafísico, me interpelas:
de a-histórico talante "Mi pecado es terrible;
demasiado crítico quise llenar de estrellas
querido amigo viejo. el corazón del hombre".
Pero tú me dijiste ayer: Y me reconozco
"Triste es luchar en una misma casa, nuevamente,
romper la mesa donde el pan se come, que yo no quiero comer
vivir entre paredes, enfrentados del mismo plato
tercamente en un mismo territorio". de los nuevos liberales
Es que esa es mi patria progresistas modernos
a veces, de repente, capellanes,
como España, que yo no quiero.
de conjurados necios Que yo no quiero
y ciegos pensadores, acompañarlos en sus viajes
viviendo en casa oscura y chocar mis codos
con mirada túnel con sus codos
sin destellos. en la mesa mayor
Ahora resulta Marcos Ana del pragmatismo,
que soy un neoconservador que yo no quiero.
colmado de beatería Que otros
revolucionaria se llenen la boca de discursos
lleno de triste moralina, con un pueblo abstracto, inexistente,
eso resulta que soy yo porque yo, vuelvo mi cuerpo entero
querido amigo viejo. Marcos Ana, mi amado amigo viejo
Pero tu me dijiste hoy al pueblo real carne y nervadura.
en la penumbra: A ese pueblo
"Soñar; siempre soñar, tan real y tan concreto
con banderas y besos, que come en mi casa
la libertad y el aire la comida y el pan
soplando en mi cabello". que preparo con mis manos
Y así cada día,
entre tu susurro eso quiero
y la fácil descalificación eso quiero
de los enanos, eso quiero
me levanto temprano amado amigo, compañero.
a preparar el alimento,
negándome en virtud
querido Marcos Ana
a dejar mis alas en suspenso.

Circe Maia
Montevideo, uruguay – 1932
Trabajo en lo visible y en lo cercano
-y no lo creas fácil-.
No quisiera ir más lejos. Todo esto
que palpo y veo
junto a mí, hora a hora
es rebelde y resiste.
Para su vivo peso
demasiado livianas, se me hacen las
palabras.

14
Fernando Arrabal
España, 1932. -reside en Francia-
VII
Parecióle a la belleza
museo estrecho la tierra;
buscó en el aire,
y en los confines del primor y la armonía
encontró a la mariposa vanesa
¡Qué misterios se esconden
tras sus murallas de púrpura!
Tanto prodigio con tanta concordia,
tanta variedad con tanta permanencia,
que su mesura no se explica
descomponiendo sus elementos.
Pompa de la inefable gracia,
consecuencia de los atributos sutiles
que nada puede enmendar
un átomo de su hermosura.
Sus alas vestidas de ceniza
se revisten del esplendor
de su purísimo manto
tan sin freno de fineza
como picado de excelencia.
Empeñada en el descubrimiento
palabras me faltan
donde devoción me sobra.
Amores imposibles, 73 x 92 cm, acrílico sobre lienzo, 1985

Mario Trejo
Argentina - 1926
El principio de razón suficiente
La quiero
Por sus piernas que la conducen a mí
y sus pasos que la alejan de los otros
Por las olas de su cuerpo
y el mar de fondo de su piel
Por sus manos que hacen juego
y la gravedad de sus caricias
Por la solemnidad de sus caderas
y la precariedad de su cintura
Porque cuando despierta echan a volar los pájaros
y sus sueños son sus mejores argumentos
Porque está atada a mí
y resplandece de libertad
Porque sólo ella puede aniquilarme
y sólo ella puede perpetuarme
Por sus ojos sus ojos
porque sí y por su puesto
Porque es ella y no otra

Nicanor Parra
Chile
Salario mínimo
Nadie debe ganar +
que el Presidente de la República
ni -

15
Mois Benarroch
Israel
Vine de allí: las marchas de la historia
que me exceden a mí, a mi familia
y a los miles de años de mi pasado,
se confabularon para que viniese
desde allí hasta aquí.
El colonialismo, el sionismo,
el nacionalismo árabe,
el nazismo, el holocausto
y la segunda guerra mundial,
el imperialismo, otros muchos ismos
y otras cosas: todas se unieron en mí
para que llegara desde allá hasta aquí.
Fui una hoja arrastrada por el viento de la historia
y no, no me quejo. Así es el ser humano:
vive cientos o miles de años en un sitio
y de repente una brisa lo impulsa a otro lugar.
Pero yo recuerdo. Recuerdo que vine de allí.
De ese lugar donde habité. Del lugar donde habitaba mi abuelo
y mi bisabuelo y mi tatarabuelo
y sigue, se enreda y sube.
Recuerdo la acera con palmeras
y el camino hacia las arboledas,
al mendigo que exigía mi dinero
y el dinero que día a día deposité en sus manos,
a mis buenos amigos que echaron también a volar,
a la chica de mi vida
y al mar tras la colina.
Recuerdo que de allí vengo:
de esas aguas azules, de ese azul de mar.
Traducción: Gerardo Lewin- Fuente: http://decantasion.blogspot.com/

Leonardo Martínez
Catamarca, Argentina
Escucho
Las palabras despertarán al alba
cuando los caballos atraviesen el horizonte
y el niño sentadito ante la tropilla al galope
huela los colores terrosos azafranados negros
de reales frontinos y malacaras
perdiéndose en reflejos por el oriente
y el día se extienda levísimo
y la desconocida que llevamos en las entrañas
empiece su baile ciego
y en una espiral sin retorno
arrastre al niño
al vértigo del principio
De: Los ojos de lo fugaz- 2009

“Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual
es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se
escriba.” - Clarice Lispector

16
Luis Vidales
Calarcá, Colombia –1900 - 1990
Comunicado al Che
Yo podría decirte libertador o grande o
héroe
cuando arreabas el tiempo de América.
Pero todo calificativo te limita
y prefiero decirte “Che” Guevara.
Si te digo salvador resulta poco.
O que tu gloria es grande como nuestro
mapa.
Todo adjetivo se desajusta a tu modelo
y prefiero decirte “Che” Guevara.
No deseo gritar para exaltarte,
¡Oh! Tú, América en uniforme de campaña.
Emplear epítetos usados para ti no quiero,
y prefiero decirte “Che” Guevara.
Libertadores, salvadores, grandes capitanes,
muchos fueron en la luz del encuentro que
llamamos
historia
como tú solo hay uno, y ese eres tú,
mi elogio es muy
sencillo,
y prefiero decirte “Che” Guevara.
Unos alumbraron un día.
Otros por algunas caídas más de cielo.
Tú, desde la altiplanicie boliviana,
ardes sobre América para eterna memoria.
Y por eso prefiero decirte “Hoguera-Che-Guevara”.
¿No es más que suficiente?
Octubre de 1968

José Saramago
Azinhaga, Portugal – 1922- 2010
El poema es un cubo de granito
El poema es un cubo de granito,
mal tallado, rugoso, insaciable.
Raspo con él la piel y la negra pupila,
y sé que por delante
tengo un rastro de sangre que me espera
En el camino de los perros,
en vez de primavera.
Poesía completa-Traducción de Ángel Campos Pámpano

María Pugliese
Argentina
b.
lo único que perdura
es esta melodía
de lo definitivo
compacta e inquebrantable
absorbe lo concreto y lo oculto
sospecha
me condena
a deambular sobre las ciénagas
del poemario Ejecuciones.

17
Luis del Río Donoso
Chile, Francia
El lugar sín límites
Entro al purgatorio y hecho los cerrojos…
No para para borrar lo que viendo veo
Sino para escuchar más allá de lo que veo
Siento las llagas entre fuego y cenizas
Nadie guía a nadie
Somos como un golpe de dados:
Donde vamos nos persigue la cábala sín destino
En el orígen se dibujó el verbo
La palabra se hizo carne, pasión, deseo,
Pupilas de enredaderas incógnitas,
Perfume de soliloquios al crepúsculo,
Voz ardiendo en tu voz
Tu voz ardiente en mi cuerpo
Soy como un purgatorio permanente
El hombre es un hacedor de sentimientos
Los niños se bautizan en los cementerios
El hombre es un hacedor de esqueletos
No hay límites en este lugar sín límites
La rosa se suicida entre tantas espinas
Quizás he llegado tarde al mundo prometido
Quizás te olvidarás del nombre de mi nombre
Quizás me observes entre las sombras del firmamento
O recuerdes el guiño de una estrella en tus ojos
Quizás es la hora de amarte mi amor
Con pecados capitales y cara al mar
Donde reposan los náufragos de la Luna.
Apago la luz en el Otoño de mis espejos
Entro al purgatorio y hecho los cerrojos.
París, Septiembre 2010

Floriano Martins
Brasil
Pernas de Anne Darwin
Quando me encontras estou entre a loucura e o silêncio,
como quem sussurra inutilmente o próprio destino.
Não faço idéia do que perdi em tuas mãos.
Preciso de um nome onde te esconder.
Um corpo apropriado à confissão que não gostarias de ouvir.
Eu sigo o teu vulto por entre as sombras,
por entre árvores que rastejam sob a chuva.
A noite encharcada de mistério.
Um rosto revelado a cada gesto murmurado.
Preciso de um lugar onde guardar as cenas vividas em teu nome.
A memória amontoando os corpos perdidos sem que pudéssemos ouvi-los.
Ainda procuras por mim?
Eu não saberia dizer quem fui.
Teus pecados não me comovem mais, porém me assustas com a tua ausência.
Quantos ainda poderão rever-te antes que voltes a ser ninguém?
O teu nome me confunde.
Eu simplesmente embaralho suas letras e não soletro mais onde tudo começou

18
Eduardo Galeano
Uruguay
Primera impresión del Che
Hay plantas, como el cacao, que crecen al sol, cuando hay, y si no hay crecen a la sombra. Escuché decir que no
necesitan sol porque lo llevan dentro.
El Che era una de esas plantas, y por eso sigue siendo.
De la primera vez que lo vi, en Punta del Este, hace añares, recuerdo aquel esplendor. Supongo, no sé, que era luz
nacida de la fe. Y que no era fe en los dioses sino en nosotros, los humanitos, y en la terrestre energía capaz de hacer
que mañana no sea otro nombre de hoy.
(Especial de Eduardo Galeano para el Centro de Estudios Che Guevara, a cuarenta y cinco años de la intervención de Ernesto Che Guevara ante la
conferencia del Consejo Interamericano Económico Social, el 8 de agosto en 1961 en Punta del Este, Uruguay.)

Augusto Massi
Säo Paulo, Brasil - 1959
Caja de herramientas
Exploro la caja de crueldades
y la ternura que cada una
carga y concentra.
He aquí mis herramientas:
los diarios de Kafka,
los dibujos de Klee,
la sagrada leica de Kertész,
los cabiers de Valéry
la mirada irónica de Suevo,
la elipsis de Erice
las hipótesis de Murilo,
las revelaciones de Rossellini,
La potencia de Picasso,
minerales rencorosos de Drummond
el Más allá de Jorge Guillén
los territorios de Antonioni
las lecciones de piedra de cabralina
el no estar del todo de Cortázar
las ideas sobre el orden de Stevens
y la tenaza de la atención.

Eugenio de Andrade
Portugal - 1923 - 2005
Lettera amorosa
Respiro o teu corpo:
sabe a lua-de-água
ao amanhecer,
sabe a cal molhada,
sabe a luz mordida,
sabe a brisa nua,
ao sangue dos rios,
sabe a rosa louca,
ao cair da noite
sabe a pedra amarga,
sabe à minha boca.

..."Nunca la oligarquía fue hostil con nadie que pudiera serle útil. El poder y el dinero no tuvieron nunca malos
antecedentes para un oligarca genuino"... Evita.

19
(Rodolfo) Fogwill
Argentina – 1941 - 2010
El mismo mar nos pierde; nos encuentra y nos pierde. Tema de las olas: se arman, desobedecen, las crea el viento -¿su
amor?- y se derrumban para volver a armarse con restos de olas anteriores, idénticas. Historia de amor: la planicie del
mar, el viento que la oprime, y todo se levanta para perderse. Y todo tiende a disolverse contra una línea de aguas
eternas y sol dilapidado llamada mar. Mar: abundancia de sinsentido humano. Alegorías: mostrar que desde un fondo de
mar, marino, vendría la vida. Marina, salina, inmensidad de fuerzas paralizadas. Heráldica: mar inorgánico, mar vegetal,
mar animado, mar que envejece en este cuadro. Y mar inmotivado con sus señales y sus sueños. Y mar inmóvil. ¿O no
habría un culto de mar, marino...? ¿Con animales que se nutren de su ausencia abisal...? Nutriéndose de aplicaciones y
explicaciones humanas: ¿algo se impregna con sabores humanos?Tus manos: ¿traen sabores de mar prohibidos para
evocar la prohibición de amar a una materia que se descompone? Cuerpos y ondulaciones de esos cuerpos marcan su
breve descomposición. Y sus formas anuncian nuestra leve recomposición. ¿Amar...? Sí: y en ese mar perderse. Llamar
perderse a un extravío: mar amarillo, mar amariconado, la mar. La amarga superficie que nos refleja y nos revela
plegándose sobre sí, sobre nos. Nuestra pluralidad: en nuestra singularidad plural construimos el nombre mar y el mar
para sumarnos a la menuda sociabilidad de sus playas: arena política y falso mar rozando la desnudez de nuestras pieles
politizadas. Pieles politizadas, pechos maternos, ceños paternos, ojos policiales, brazos humanos, mano pesada:
indispensable, histórica. Como los cuerpos: piececillos pulidos por el canto de las arenas -roce social- cuerpos sumidos
en algún sueño de perfección, sueños marinos, arena temporal, señuelos de una muerte por derivas solares, cierta y a
espaldas siempre del mismo mito. Muñón marino, piel depilada, piel lubricada para la humillación solar, ¿y habría un
culto de mar, solar? Hagiografías urbanas: pieles de bronce, sonar del bronce de las pasiones chicas y por la gloria.
Fraternidad urbana: ¿humana o mera imitación de un mar igualitario y dependiente? El mar semeja, el mar conduce, el
mar identifica, el mar es un Estado de la materia. Y el mar crece con la acumulación de poemas de mar. Pero jamás
conocerás tu verdadero mar: lo que difiere de los usos humanos del mar. Ni agua es su solución salina. Solución final: el
mar, sin tiempo, acumuló en sus aguas todo el naufragio del universo. Y el mar, sin ti, es el naufragio del universo. Y el
mar, sin textos, sería la espuma de un instante. Mirá: el mar, ¿no era el reflejo de a-quel sol entrevisto mientras la olas
reventaban contra tu cuerpo atónito...? ¿tras los cristales de la espuma...? ¿bajo su manto azul verdoso que se tornaba
espuma, ex-agua...? Tu exigua escritura: ¿verías esa mirada o azul o verde, esa mirada falsa bajo el disfraz verdadero de
las espumas...? Impresionante, che. Y oral: todo es ficticio en un poema sobre el poema. Y nada en el poema nada. Y en
un poema nadas porque todo es oceánico en un poema de mar. ¡Si el mar es solo intermitencia de los cultos humanos! Y
los cultos... ¡Piden que el mar occidental sea el sí de los hombres rendidos a sus orillas! ¡Pueblos en bajamar! ¡Patrias
perdidas en lo oceánico, en el o-sea del sentido! Vayámonos, perdámonos así en este o-sea donde no hay mar ni nada: ni
vos, ni mar, ni oleadas en tu cuerpo, ni ecos de vagas olas, ni obras que registraron navegaciones interiores, ni vientos
que suplieron una apariencia de plenitud. Escuchemos:
hombre
marino
late
tu corazón
y en tu mar padeces el hundimiento de un sueño de intensidad
y en su mar pareces el nacimiento de un sueño de inmensidad desanudemos:
hombre
marino
late
tu corazón
y su pulso marino te suma y te sume en su mar
sumar:
una extensión inalcanzable
una invención inalcanzable
una intención inalcanzable
el hombre flota sobre sí mismo
flota sobre sí
flota
sobre

Victor Damián Cuello


González Catán, Argentina - 1976
Lugares para dejar un poema
La copa de un árbol seco
el corazón de una gota
la raíz de una rosa blanca

20
Koulsy Lamko
Chad - 1959
Se llama miseria
Nos hace codiciar los fríos territorios de los otros
Los espacios bulliciosos de cometas
Donde se confunde la gimnasia con la magnesia
Nos empuja hacia el esófago erizado de humillación
Nos empuja hacia las cloacas pútridas
Excrescencia en los costados de nuestros nidos de tierra
Nidos de gusanos, de anófeles, de pestes y cólera
Nos empuja, nos golpea como reserva
A lo largo de las olas ninfómanas, golpea para tirar
Por la borda cuando puntea el hocico mal pelado
Del pescado en tarros de los jardines abismales
Nos empuja como quiste o edema
En el útero demasiado estrecho de una bruja desdentada
Estéril, y que la ignorancia lapida con ladrillos rojos,
Bajo la mirada, unas veces plácida otras divertida, del gendarme
Nos empuja hacia las heridas costras apestosas
Aglutinadas como ventosas en la nariz asmática del lactante
Se le pega en el rabillo del ojo como mosca de vaca tiñosa
Y esmerila kwashiorkor hinchando los vientres de arácnidos
Nos empuja hacia los prados de genuflexiones donde pacemos
Los templos de huída y de violencia, las ventas de sueños en las subastas
Los paraísos encielados prometidos para la felicidad cuando no estemos más en la tierra
La necedad que estalla la intolerancia culta del yo tengo razón
Nos empuja por doquier, nos pincha, espina al cuerpo
Nos atiborra de su lodo salobre brebaje
Nos querellamos, nos golpeamos, nos entre matamos, todo lo que sabemos hacer
Hermoso pasatiempo para la bella luna de vida, en virtuoso o artesano
Y la miseria, ella, nos empuja como planta rampante
Como la striga
Traducción: Araceli Zuleta Zarco - http://www.webislam.com

Juan Manuel Pérez Álvarez


Ourense, España –1985
Animal y humano
A los pies del Hombre
camina el Animal,
la Nada errante,
el cordero infinito de la Vida.
Su cuerpo es la materia de la nube
que, curva pura, da su lluvia al mundo.
Animal y Humano
es el Universo.
El cayado del Hombre es el Cordero
que lo sostiene, el espejo bruñido
donde su belleza es contemplada,
y se hace luz que crea la mañana.

“La poesía es sólo amor, transgrede las prohibiciones y se atreve a mirar de frente a lo invisible.”- Alejandro
Jodorowsky

21
Atilio Castelpoggi
Buenos Aires, Argentina -1919 - 2001
Resumen
A veces pienso si la vida no será nada más
que unos cuantos objetos que nos ayudan al recuerdo,
o un conjunto de ansiedades más o menos frecuentes
o el hastío de saber que el vértigo es anterior
a la muerte.
Ocurre que muchas veces encontramos cosas sin
sentido.
Caras familiares de tanto no haberlas visto nunca.
Acontecimientos que no se podrán determinar si
fueron alguna vez.
Tal vez queramos poseerlo todo,
alcanzarlo todo,
por eso nos tapamos los ojos de abandono mirando,
sin ver el pensamiento.
Así recorro lo que me rodea para llegar a comprender
que existo:
las campanas del viejo carillón que se derrumba,
las letras que formaron algún nombre,
o esta vida que reduce la ilusión como si fuera
la instantánea de un mito.
Quizá me busque en un siglo que nos dure la
fracción de un segundo.
Quizá esté en el pantallazo de un fotográfo perdido
adentro de su propio magnesio.
Quizá desnude demasiado los hechos y los mire
por dentro:
la manera atroz de la verdad que nos tira a la cara
muchos desengaños,
pedazos de traiciones , de palabras, de banderas,
de pasiones de otro tiempo,
o tal vez me encuentre en esa postal que tuve junto
a mi padre lejano
desde un ayer que no ha pasado todavía.
Todo lo que perdí para alcanzar a hilvanar la emoción
desde mi sangre,
todo lo que gané para dejar una sílaba rodeada con mi vida,
o aquello que nunca supe y sin embargo me abre
otros caminos
buscando algún lugar donde pueda aunque sea
beber un instante tan sólo de mis sueños.
A veces pienso: los cuartos también cambian y van
tomando la forma de alquien que estuvo en ellos.
Así todo pasa mientras envejece de pronto la memoria
y hasta olvidamos lo que nunca fuimos.
Ahora vivir resulta sólo tentar la luz con los ojos
cerrados.
Es tan difícil sortear el ruido de los años que camina
el silencio.
Los Oficios Anónimos

“Unicamente con verdad no se escribe poesía, hay que persuadir.” - José Hierro

22
Gunter Grass
Danzig -ahora Gdansk- Polonia -1927
Sillas plegables
Qué tristes son esos cambios.
La gente desatornilla las placas con su nombre,
coge la cacerola con la lombarda
y la recalienta en otro lugar.
¿Qué clase de muebles son ésos
que hacen propaganda de la partida?
La gente coge sus sillas plegables
y emigra.
Barcos cargados de nostalgia y ganas de vomitar
llevan de un lado a otro
asientos patentados
y a sus dueños sin patentar.
A ambos lados del inmenso océano
hay sillas plegables ahora;
qué tristes son esos cambios.

Néstor Mux
La Plata, Argentina - 1945
11
al llegar la noche
nos encontramos con el otro cuerpo,
extendido, húmedo y abierto hacia nosotros
como un pequeño valle de hierba feliz.
Con el rostro asomado a la sed
que nos encuentra con esa frágil eternidad,
tenemos palabras y gestos que quieren perdurar
más allá del tiempo que nos reúne.
Pero el deseo y la sangre
son breves como los instantes más hondos del hombre,
y a pesar del hermoso cansancio
y de lascivos perfumes que se harán familiares,
la soledad vuelve,
regresa inexorablemente con el día,
cuando ya nos creíamos salvados.
De Nosotros en la tierra

Enegildo Peña
República Dominicana - 1965
1.I
El lenguaje del agua acaricia
el idioma de los sueños
en el misterio de su forma.
La espuma revela
la historia de las voces.
Con las manos azules tocadas
por arena y sal, he visto su misterio
en el agua de este fondo de azar.

“Mi poesía y las manzanas hacen la atmósfera más fina.”- Gerardo Diego

23
Alvaro Cunqueiro
Mondoñedo, España – 1911 - 1981
También el mar...
También el mar, hoy,
tiene el alma llena de madurez.
–Se le oye la adolescencia
en el vidrio del aire
llena de fragmentos de vísperas
y de intactas navegaciones oscuras–
Así. Más allá. Ahora de la sombra:
¿No te duele el canto,
–redondez tibia de beso preciso–
del sol en la sombra?

Jorge Carrera Andrade


Quito, Ecuador- 1902 –1978
Vocación extraña
No he venido a burlarme de este mundo.
Sino a amar con pasión todos los seres.
No he venido a burlarme de los hombres.
Sino a vivir con ellos la aventura terrestre.
No he venido a hablar mal de los insectos
a descubrir las llagas del ocaso
a encarcelar la luz en una jaula.
No he venido a sembrar de sal los campos.
No he venido a decir que la jirafa
quiere imitar al cisne, que los pinos
sirven sólo de adorno entre las rocas.
No he venido a burlarme de los nidos.
He venido a mirar el mundo hasta la entraña
y acariciar las cosas simplemente
único patrimonio de los hombres.
No he venido a burlarme de la muerte.

Alfredo Lavergne
Valparaíso, Chile -1951
Los Nacionales Unidos de Chile
Estamos en lo que no se puede dejar pasar
La primera luz La sombra El peldaño en construcción
……………..La comisión nacional
…….SOBRE PRISION POLITICA Y TORTURA
Aquí se limita al Norte con el cambio mecánico,
al Sur con el espejo del perdón escabechado,
al Oeste con el patatí-patatá cívico entre ciudadanos
y al Este con la tarea del membrillo machacado.
De los sombreros sacamos nuestros muertos
De las mangas algunos formularios
Del bolsillo la cámara oral de la sospecha
Del talón nos brota una hilera que denuncia
Y en pasaportes dinámicos Con imán y carga
debemos poner el cuerpo.

“La poesía es comunicación. Algo que sirve para hablar con los demás hombres.”- Vicente Aleixandre

24
Sofía Acosta
Santa Fe, Argentina -1925
A Corrientes
¿Pero es posible esta ciudad incendiada
en los chivatos?
(Con qué temblor en celo el río la circunda,
y le engendra ese rojo clarín de la hermosura.)
¿Por qué sólo en Corrientes el sapucay inflama?
¿Algún payé resguarda el hilo de su gracia,
los mágicos corceles del agua que la surcan?
Notas: Chivato: árbol de flor roja- Sapucay: grito de aliento.- Payé: talismán

Margarita Laso
Quito, Ecuador - 1963
De El trazo de las cobras, 1997
en el polo los cazadores de pieles acechan a las focas
recién paridas son despojadas de sus crías
apaleadas las capturan antes de cumplir diez días de vida
antes de perder el primer pelo
las de capa blanca nacen sobre témpanos flotantes
desde lejos
sólo pueden distinguirse los discos de carbón de sus ojos negros
de su nariz mojada
con la pelusa del hielo de ellas mullida
en los cuentos infantiles se hacen escarpines para nubes
pero este vestido y su tierna pulpa nada duran
lobas tubulares
las madres marinas que amamantan
aúllan ante los garrotes pero no huyen
así es mi agonía

pielero del ártico
hábil en el manejo de las varas
tú permites que sangre
y arrastre el pecho impulsada por mis aletas cortas
por mi largos bramidos
al filo de la mole de hielo
apenas quieres la piel del lomo que apaleas
en el polo
el sol cae como una puerta de hierro
aldaba el mar aldaba el día
en el cielo
no hay pájaro que sospeche la crueldad del corazón humano

De El trazo de las cobras, 1997.- fuente: De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial

Rubén Vedovaldi
Santa Fe, Argentina
Nada más
Un hombre roba sombras del día y las esconde en la oscuridad de la noche hasta que no queda sombra en todo el día
La noche se extiende por todo el tiempo El día se tiene que ir con su luz a otro planeta
Al hombre se lo traga su propia sombra.

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Amelia Biagioni
Galvez, Santa Fe, Argentina – 1916
La llovizna
yo, con la vaga frente en la balada
y el talón en el musgo de los siglos,
yo, que inventé el otoño lentamente,
y gris y lentamente soy su vino,
yo, que ya agonizaba cuando el hombre
me amó para nombrarme "la llovizna",
yo, que cruzando su durar lo nublo
de eternidad y de melancolía,
yo, que debo medir la soledad
entera y desandar todo el recuerdo
y más, y gris y lentamente el día
señalando asperjar el fin del tiempo,
yo, a veces, mientras limo tristes mármoles
y herrumbro amantes, pienso que en la tierra
no existo, que tan sólo voy cayendo,
así, de la nostalgia de un poema.

Juana Bignozzi
Buenos Aires, Argentina – 1937
Giro 1937
al final de cada etapa
en un atardecer inamovible
reaparecen los animalitos de la ternura
a través de tantas carreras
el material de sus cuerpos ha cambiado
de la fragilidad a la dureza
otros dicen
de la calidad común a la preciosa
lo que nadie cuestiona es su resistencia

Susana Thénon
Buenos Aires, Argentina – 1935 - 1991
Razón de mi voz
Porque son muchos y sufren,
porque nos enteramos de lejanísimos gritos
o conocemos que hay silencio
en un rincón de la ciudad,
o porque de un libro salta y nos habla
el niño que murió ahogado.
Porque ahora sin duda un hombre pide socorro
y una mujer se arroja por su ventana oscura
y cuatro niños responden preguntas
en un cuarto inmenso
mientras a un muñeco le falta el brazo y mira.

Alejandra Pizarnik
Argentina – 1936 - 1972
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una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos
de Árbol de Diana (1962

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Luisa Futoransky
Buenos Aires, Argentina - 1939
Inmensa tierra
en que la impunidad nombra los pecados capitales
y en donde el hombre es un pequeño ser
agobiado por su propio peso.
Ángulo obtuso de la fuerza.
Ángulo agudo de la ingenuidad.
En la impericia de nombrarte,
en la primaria zona de la demencia,
con el color que nos abruma
y la niebla que nos rige;
con el tenaz amor de los desposeídos,
empiezo a hablarte de por vida,
tierra de nadie abierta a todas las explosiones
dame la voz
oh, América!

Elsa Cross
México - 1946
Los amantes de Tlatelolco
Apenas se desprenden de la sombra.
Sus murmullos
alzan leves señales
al pie del contrafuerte.
Sus tenis blancos fulguran.
Ajenos a esas piedras
vueltos uno hacia el otro,
olvidan en sus labios
el grito de las masacres,
los pechos abiertos a punta de obsidiana
o bayoneta.
Indiferentes a la sombra que los cubre
los jóvenes amantes murmuran
o quedan en silencio,
mientras la noche crece sobre las ruinas,
engulle los basamentos de los templos,
las inscripciones,
la urna de dos esqueletos que se abrazan
en su lecho de polvo,
bajo el cristal donde se secan
las flores de una ofrenda.
Claribel Alegría
Nicaragua
¿Quién soy
Nunca sabré quién soy:
si una raíz reptante
si árbol donde anidan
las chiltotas
si máscara opresora
si espejo iluminando
cicatrices
o de pronto
una luciérnaga
aturdida
que ha perdido
su norte.

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Martín Micharvegas
Argentina - España
Luis Luchi: Triunfo de la antiretórica, victoria del antihéroe
Cada uno tiene sus formas de arreglárselas con el azar. Dicen – Napoleón dixit – que sólo el cálculo podría vencerlo.
Nosotros o una generación de argentinos como nosotros, lo que intentábamos vencer no era precisamente al azar, sino al
cálculo. Siendo poeta, escritor de versos, la responsabilidad era por por partida doble.
Como hombres que querían encontrar un sentido no ya individualístico para sus viditas, nos vimos en la obligación de
probar con cualquier cosa que estuviera medianamente regulada. Lo que se denomina la poesía, era un campo propicio.
Terrenitos jamás ni totalmente explorados ni explotados siquiera, terrenitos de nadie ( y no tierras de nadie , ya que
desde siempre y por las peculiaridades de aquellos territorios, nos estuvo vedado poner los pies sobre esas extensiones
latifundistas ) y donde uno, con tenacidad y trabajo, podía levantar su ranchito de palabras.
Las muchachas y muchachos de los ’60 ( claro que también tiene que ver con la línea de colectivos que hacían la ruta
Constitución – Tigre Hotel! ), nos considerábamos mucho mas alienados que los
correspondientes humanos de generaciones precedentes. No era algo cuantitativo, no era sólo estar mas rayados que
algunos de los que nos antecedieron. Era la nuestra una ponderación cualitativa,
un fenómeno extrañamente solitario, de mejor tela. Era una soledad superpoblada de acontecimientos vitales y desastre
mortíferos: biográficos, históricos, sociales. Recuerden: Revolución Cubana, CONINTES, nevada de votos en blanco.
El Onganiato. El Che en Bolivia, los provincianazos. Como se ve no había mucho lugar para el azar. La tarea era contra
el cálculo.
La poesía, el poema, la poética ( formas discursivas que en el mejor de los casos se realizan cuando encuentran orejas y
corazones que las oigan y abriguen ), era uno de aquellos potreros baldíos de nadie. Quien más, quien menos, traía un
despiste mas grande que el de un turco en la neblina. Y si hoy yo historiso, a grandes rasgos, mi relación con el poeta
Luchi, no estoy dándole cuerda a habladurías sobre relaciones interpersonales, sino que significo una manera de ser de
muchos inquietos en aquella búsqueda del terrenito propio en la poesía que va del ’60 hasta los funestos ’76.
1958. Estudiantes del Centro de Medicina de Buenos Aires organizan una lectura de poemas. Eran muchachos de los
barrios cercanos a la Facultad y otros, como yo, venido de los suburbios ( recuerden que hasta 1955 no había filtro
selectivo y aristocratizante que impidieran que los hijos de los trabajadores ingresaran a la Universidad ). La memoria
no me falla: “El evento fue todo un éxito!”, como comentaría un viejo amigo cuentista de un boliche de la Avenida
Corrientes: Luchi figuraba entre los poetas que aquello jóvenes habían seleccionado para participar. Su personalidad era
ya un secreto a voces: un tipo extraordinario que publica su primer libro ya casi con 40 abriles. Un personaje áspero y
ácido como un vino berreta, un pelirrojo con voz de ginebra desastrosa, entonces vendedor callejero de libros que
pateaba la ciudad de costa a costa,
buen amigo con un gran maletín muy sobado, mejor hermano en las mesas quemadas por puchos del bar “El estaño”,
hombre convocante, reunidor y dulce y profundo como una puñalada en duelo.
Su poesía era de una compleja sencillez. Nombraba cosas y situaciones que conocíamos todos pero que, dichas por él –
en eso residía su inigualable gracia -, se convertían en elementos universales. Y estoy hablando de un pan, de un afecto,
de una mujer que estaba despidiéndose siempre, de un desasosiego, de un río francés.
Como no podía ser de otra forma, Luchi agrupado con una basca de amigos, tenían su propia editorial autogestionaria,
“El matadero”, desde la cual, cuando los bolsillos podían porque las ganas no faltaban nunca, publicaban sus sueños. La
poesía de Luchi ya andaba de boca en boca. Los ejemplares editados eran pocos y se esfumaban enseguida. Toda esta
actitud era claramente una opción. Ya vendría el tiempo de la multiplicación de los panes,
mientras nos íbamos bebiendo toda el agua transformada en vino.
Todos ustedes saben que conocer a un hombre no quiere decir haberlo visto, haberse empedado juntos o haber mirado
juntos adentro del pan abierto para ver si la feta era de justicia social.
Fuimos conociendo a Luchi a través de sus poemas. Es decir: de su manera de estar y ver el mundo. Su poesía es
coloquial, charlada, extraída de lo oído, de lo hablado con otros o de lo dicho para sí mismo en esas largas caminatas
citadinas y enciclopédicas. Pero lo bueno en Luchi era que también escribía vergüenzas que otros sepultaban, cosas
dañinas y dañosas que se sorprendía poseer. Y no era autocompasivo ( ya que serlo en aquellos años era tan espantoso
como ser estalinista! ) No lamía sus llagas en público como para que la barra de amigos viniera y le quitara la piedra de
la mano o le recetara Cicatul para sus quemaduras. Según le diera la loca, también podía descolocarnos haciéndose el
necio, el recio, el feroz. Estuvimos con él en días de auténtica ira, puteando contra viento y marea por tanto
oportunismo, tanto tipo de carne convencional que se creía de bronce. Luchi era algo como el Superyó – la conciencia
sobrexigente – de un submundo abismado.
Quienes les fuimos tratando, tuvimos que acostumbrarnos, sin solemnidad, a tomar la vida rigurosamente en serio. Y así
el amor y las mujeres, la fraternidad y la calle, la locura, la miseria y la muerte, la velocidad del éxito y la empecinada
satisfacción de andar lento a contrapelo, debieron ser tomadas como cuestiones estrictamente
serias. De Luchi aprendimos que el prestigio, esa maldición de ser “un artista conocido” en esta sociedad sostenida por
millones de desgracias anónimas, era algo que, sistemáticamente, habríamos de expulsar de nuestros terrenitos. Muchos

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se consideraban poetas – apuntaba – porque no terminan de rellenar el renglón.
Para hacer poesía no se precisaban más que un lápiz y un papel.
Y no eran puntos programáticos. Un afirmar: “ así hay que hacer!”
No era el dogmatismo al revés de un libertario. Luchi nos mostraba que hombres y mujeres estábamos hechos de
contradicciones. Que todos nuestros días no eran otra cosa que una inmensa contradicción. Y que había sepultureros de
esas contradicciones que, ya puestos a palear, sepultaban de paso cañazo nuestros días.
En él la seriedad no era la falta de alegría. Ni el rigor una circunspección. Antes bien, seriedad y rigor eran reclamar por
la falta de alegría, de dignidad humana, de igualdad de oportunidades, de hambres carencias que ningún grito de rabia
podría nutrir.
Habiendo tantos hombres alrededor con tan pesadas cargas, el futuro ( soñado, exaltado, reconvenido ) era una
furibunda tarea del presente. No sé cuántos millones de desposeídos y marginados atraviesan por sus versos. Pero con
un dedo mocho nos señaló:
Todo lo que se nos acerca, si estamos atentos con los ojos abiertos, cabe en nuestros poemas.
Luchi es uno de esos tipos que tienen sueños que no les dejan dormir. Y estaban, sí, cómo no! Las fórmulas de la
cataplasma oficial, gilitos autores de confesiones publicables en suplementos literarios de grandes tiradas. O el recurso
del hermetismo: colmillos retorcidos, la escritura entrelíneas, el contrabando codificado que una élite de padecedores
devoraban como Genioles. Lo hablábamos ayer, en el asado criollo que siguió como fiesta al 1º de mayo: Vos, Luisito,
viviste, vivís y vivirás con los ojos abiertos.
Sí, por ser hombre de lo más dilecto de nuestro pueblo, a él – y a otros como él -, no le estará permitido el juego o el
refugio o la derrota de la ceguera. Poetas como éste no pueden cerrar los ojos ante tanta iniquidad actual, tanto
estropicio deliberado, tanta estulticia masacradora. Luchi sabe que se puede esperar todo de aquellos que jamás tuvieron
nada. De allí su amor por los que sufren y su no-adhesión abstracta al puro dolor.
En su poesía, cada palabra, a veces deliberadamente trastocada en su grafía, en su sintaxis, violada en su sacro valor
semántico, no es otra cosa que el acto de una afirmación. Seguirlo en la lectura y en la comprensión polivalente de su
poética, significará aceptar esa violencia constante de nuestras existencias absurdizadas.

La famosa lucidez – tan prístina en otros, tan mot just, palabra justa,
pulcra, abrillantada o tan concepto diamantino, acicalado, pretensioso –, en Luchi la encontraremos como una presencia
tambaleante, un haz de luz que marcha a tropezones, como idas y vueltas de un ser confuso. Reconocer esto es dar
credibilidad y existencia a una poética del humano trastocado, sustraído, forzado y extrañado de sí mismo.
Hace mucho que nos habla. Y, para nuestra fortuna, por mucho tiempo nos seguirá hablando. Eligió el verso. Su
sentimiento del mundo encontró allí la herramienta más efectiva de darse a conocer. Y si no acentúa, si pareciera que no
corrige, si lo que propone no aguarda conseguir toda la razón, si juega con todos los agujeros de la perforada, acribillada
esperanza argentina, lo hace para hacernos sentir imperfectos, posibles, futuros y, a la vez, los más próximos a una
manera de ser que no necesitará de tanteos, ni de ojos cegados o bastones blancos para enfrentar la atroz realidad
laberíntica que, como argentinos, nos toca transformar.

Martín Micharvegas-2 de mayo de 1980, Madrid-( Texto leído por Micharvegas en la presentación del libro de Luis Luchi,
“ Gracias, Gutemberg!”, en el auditorio de la Asociación Española de Derechos Humanos, Madrid, mayo de 1980 )

Luis Luchi en cuanto les clavaba su dolor


Buenos Aires, Argentina - 1921 – 2000 se lo devolvían con sus propios
La muerte del poeta llameantes cuchillos.
Por lo tanto murió solo y no joven.
El poeta estaba muerto con su poesía Unos pocos parientes,
lo rodeaban infaltables con sus expresiones
algunos parientes muy mayores de edad. de viejos resignados,
Para poder dar salida a su belleza lo rodeaban.
había retorcido su cronología, Y poco después, un tiempo nomás
hasta las últimas gotas. el ropavejero que visitaba la zona
Esa fue su misión y la cumplió cargaba en un carro
maestros no los buscó sus últimas botellas vacías
discípulos no lo buscaron a él y un paquete de libros muy leídos
los otros iguales atados con hilo sisal.

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Gabriel Impaglione
Argentina
Che aquí allá
¿quién habrá de juntarte otra vez?
- Juan Gelman
He visto tu boca
multiplicarse en la caravana de los libres
en ollas callejeras fábricas forestas
y tus pies en los senderos del surco urgente.
He visto tu brazo fértil tensar futuro aquí allá
y tu brazo de agua alargarse a los hombres de la tierra.
Tus ojos en la noche cerrada: en la violenta
noche de las injusticias.
He visto en el centro del día tu corazón al galope
un palmo de tu piel
componer la cicatriz del compañero.
He visto bajo gastadas camisas
tus pulmones cansados
y en las orillas de los rumbos
las flores silvestres de tu silbo.
Y en cada niño tu sonrisa amurallada de ternura
y tus manos trepadas a herramientas al cielo
en llamas al viento ingobernable
a las campanas del siglo.
He visto
en cada uno de nosotros
un gesto tuyo que nos hermana.
¿Quién casa por casa llamará a componerte
en la hora infinita?

Sergio Hernández
Chile – 1931 - 2010
Vivimos los días
Vivimos los días de Ana Frank
el índice es una cruz
entre los labios
Caminar en puntillas
musitar las palabras
no encender las luces
dormitar si se puede
tender el oído hacia la noche
agujereada de disparos

Isla Negra
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“... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... “-Sancho.
(Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra

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