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“El pueblo Mapuche defendió exitosamente su integridad territorial por más de 350 años. Los
colonialistas Españoles y mas tarde los estados Chileno y Argentino, bajo el pretexto de promover
la civilización y el cristianismo, conquistaron mediante el uso de la fuerza el territorio Mapuche.
En 1885 los Mapuches perdieron finalmente el control de su territorio, los tratados fueron
unilateralmente violados por las nacientes repúblicas. Decenas de miles de mapuches fueron
exterminados, los sobrevivientes expulsado de sus tierras y hogares, condenados a vivir
empobrecidos en pequeñas comunidades rurales o forzados ha emigrar a los centros urbanos”
Desde entonces la Nación Mapuche viene resistiendo atropellos, muertes, vejaciones y todo tipo de
torturas, tanto físicas como intelectuales o psicológicas, sin desmayar jamás ni entregarse de
ninguna forma al gringo invasor. Somos nosotros los descendientes de aquellos invasores que
vinieron a quitarles lo que ancestralmente les pertenecía, los menos indicados a querer justificar lo
que no tiene ningún tipo de explicación lógica, el robo y el asesinato por sus riquezas y sus tierras,
en detrimento de sus familias, creencias, historia y tradiciones como las que guarda la gran Nación
Mapuche.
“Hoy mas de un millón y medio viven bajo las leyes chilenas y argentinas. Su derecho a la auto-
determinación les ha sido arrebatado, mientras su territorio, cultura, idioma, religiosidad y su medio
ambiente natural, están constantemente amenazados”.
Lo único moral y éticamente justo es pedir eternas disculpas a ese Gran Pueblo. Devolverle todos
sus territorios, con las respectivas infraestructuras en Salud, Educación, Gobierno; respeto por sus
Leyes y Creencias. Sin embargo: “A pesar del retorno del sistema democrático a esta región, los
Mapuches siguen marginados y discriminados, la violación de los derechos humanos continua y los
tratados y leyes internacionales sobre promoción y protección de los derechos de los pueblos
indígenas aún no han sido adoptados”
Expresamos también a nuestros compañeros de clase, a los partidos y militantes de izquierda, que
el problema del pueblo Mapuche no puede continuar siendo un asunto secundario: que la realidad
de este pueblo requiere un conocimiento profundo y científico, como paso necesario para la
elaboración de un programa que contemple cabalmente los intereses de todos los sectores
explotados. Que, los Mapuche no subordinaran su lucha a proyectos que no expresen
verdaderamente sus intereses, el de los campesinos explotados y la clase obrera.
Los Mapuches comprendemos que, nuestra lucha teniendo especificidades propias de una minoría
étnica, esta fundamentalmente ligada a la lucha de todos los sectores explotados de la sociedad
chilena. Llamamos por consecuencia, a la unidad de toda la clase trabajadora, porque solo con la
unidad podemos derrotar y destruir el poder de la burguesía y el imperialismo. Solo la unidad nos
conducirá a la victoria y liberación definitiva de las estructuras de explotación de una sociedad de
clases.
Finalmente, llamamos a la solidaridad con nuestros hermanos Mapuches que permanecen en Chile
empujados a la miseria, muchos todavía encarcelados, pero siempre continuando la lucha.
Llamamos, en suma, a la solidaridad con todo el pueblo chileno”