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A UNA ROSA

Sor Juana Inés de la Cruz

Rosa divina que en gentil cultura


eres, con tu fragante sutileza,
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,


ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida,


soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida,

de tu caduco ser das mustias señas,


con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!

El poema trata sobre la belleza efímera tal cual la puede tener una rosa. Sólo unos
momentos es bella, pero acaba marchitándose. Existen temas implícitos en el
poema como la hipocresía, soberbia y la vanidad que son valores negativos que
no los debemos alimentar.

En ocasiones los seres humanos ponemos valores negativos por encima de los
positivos y eso trae como consecuencia desavenencias entre nosotros.

El final del poema sintetiza todo cunado Sor Juana canta:

viviendo engañas y muriendo enseñas!

Pues considero que no se debe andar así por la vida. Existen valores más altos
que la belleza como pueden ser la honestidad y la humildad.
AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Luis de Góngora y Argote

Cerrar podrá mis ojos la postrera


sombra que me llevare el blanco día
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera


dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,


venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido

su cuerpo dejarán, no su cuidado;


serán ceniza, más tendrá sentido;
polvo serán, más polvo enamorado

El poema habla de amor, muerte, recuerdo y hasta olvido. Este poema se


encuentra enmarcado en claros oscuros cuando habla del blanco día y la sombra
que cubre a éste. Se nota que el poeta siente dolor por la pasión añorada. La
muerte se entiende cuando habla sobre el polvo pues en polvo nos convertimos
cuando morimos.

Hay veces que nos sentimos así como está expresando el poeta su dolor. A veces
el amor es doloroso y sólo pensamos que la muerte es el único alivio que nos
queda cuando estamos enamorados y nonos corresponde el ser amado.

Tal vez el poeta es drástico y yo no podría encontrar como única salida a la


muerte. Existen otros caminos para salir de ese tipo de trances amorosos como el
amor de nuestra familia o nuestra autoestima misma.
PODRÁ NUBLARSE EL SOL ETERNAMENTE

Gustavo Adolfo Bequer

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

Como un débil cristal.

¡todo sucederá! Podrá la muerte

Cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor.

El tema del poema es el amor. En él, el poeta rememora a su amada como cada
ser humano que se enamora de otra persona.

Los sentimientos implícitos en el poema son aparte del amor, la dulzura, el


romanticismo, la fidelidad.

Creo que hoy en día muchos de nosotros hemos dejado de ser románticos como
lo fue Bequer en su tiempo.
CORRIENDO VAN POR LA VEGA
José Zorrilla
Corriendo van por la vega si me quitas a mi padre,
a las puertas de Granada mis amigos y mis damas?
hasta cuarenta gomeles Vuélveme, vuélveme, moro
y el capitán que los manda. a mi padre y a mi patria,
Al entrar en la ciudad, que mis torres de León
parando su yegua blanca, valen más que tu Granada.»
le dijo éste a una mujer Escuchóla en paz el moro,
que entre sus brazos lloraba: y manoseando su barba,
«Enjuga el llanto, cristiana dijo como quien medita,
no me atormentes así, en la mejilla una lágrima:
que tengo yo, mi sultana, «Si tus castillos mejores
un nuevo Edén para ti. que nuestros jardines son,
Tengo un palacio en Granada, y son más bellas tus flores,
tengo jardines y flores, por ser tuyas, en León,
tengo una fuente dorada y tú diste tus amores
con más de cien surtidores, a alguno de tus guerreros,
y en la vega del Genil hurí del Edén, no llores;
tengo parda fortaleza, vete con tus caballeros.»
que será reina entre mil Y dándole su caballo
cuando encierre tu belleza. y la mitad de su guardia,
Y sobre toda una orilla el capitán de los moros
extiendo mi señorío; volvió en silencio la espalda
ni en Córdoba ni en Sevilla
hay un parque como el mío.
Allí la altiva palmera
y el encendido granado,
junto a la frondosa higuera,
cubren el valle y collado.
Allí el robusto nogal,
allí el nópalo amarillo,
allí el sombrío moral
crecen al pie del castillo.
Y olmos tengo en mi alameda
que hasta el cielo se levantan
y en redes de plata y seda
tengo pájaros que cantan.
Y tú mi sultana eres,
que desiertos mis salones
están, mi harén sin mujeres,
mis oídos sin canciones.
Yo te daré terciopelos
y perfumes orientales;
de Grecia te traeré velos
y de Cachemira chales.
Y te dará blancas plumas
para que adornes tu frente,
más blanca que las espumas
de nuestros mares de Oriente.
Y perlas para el cabello,
y baños para el calor,
y collares para el cuello;
para los labios... ¡amor!»
«¿Qué me valen tus riquezas
-respondióle la cristiana-,
El poema trata sobre un Moro que está enamorado de una Mora, pero al parecer
la Mora rechaza al Moro. Así es que el tema del poema es que habla de Amor,
pero de un amor no correspondido por parte de la mujer hacia el hombre. Podría
decirse que es un poema doloroso.

Así, se puede decir que el tema expresa dolor porque el hombre no es


correspondido por la mujer que ama. Aparte del amor, se expresan sentimientos
de dulzura por parte del hombre hacia la mujer. Creo que mucho de ese
romanticismo que expresa el poeta ha desaparecido hoy en día porque las
relaciones como que son más frías. A veces cuando uno termina una relación
busca otra dejando atrás la anterior relación.

Si yo fuera el Moro lucharía por el amor de la mujer que amo hasta donde más
pueda así me rechazara la mujer.
A UN RUISEÑOR
José de Espronceda

Canta en la noche, canta en la mañana,


ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.

Teñido el cielo de amaranta y grana,


la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.

Y en la noche serena, al puro rayo


de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.

Y vertiendo dulcísimo desmayo,


cual bálsamo süave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.

El poema habla sobre un pájaro Ruiseñor, pero creo que ese no es el tema sino la
vida y dulzura que representa el canto de ese pajarito. El poema habla de cómo el
Ruiseñor canta dulce y melodioso y aparte en el dolor el Ruiseñor también
acompañará a quien llore.

Pues si bien el Ruiseñor pude despertar alegría con su canto el poema presenta
pasajes tristes como cuando dice que el Ruiseñor llorará el llanto de uno. Así es
que el poema más que doloroso es un poco melancólico.

Más qué hacer en lugar del poeta considero que todos nos podemos sentir tristes
o alegres con el canto de un Ruiseñor. Yo me pondría alegre con su canto, pero si
el canto del Ruiseñor me recordara algo triste pues de igual manera me pondría
triste.
CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA
Rubén Darío
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver! fantasmas de mi corazón.
Cuando quiero llorar, no lloro... En vano busqué a la princesa
y a veces lloro sin querer... que estaba triste de esperar.
Plural ha sido la celeste La vida es dura. Amarga y pesa.
historia de mi corazón. ¡Ya no hay princesa que cantar!
Era una dulce niña, en este Mas a pesar del tiempo terco,
mundo de duelo y de aflicción. mi sed de amor no tiene fin;
Miraba como el alba pura; con el cabello gris, me acerco
sonreía como una flor. a los rosales del jardín...
Era su cabellera obscura Juventud, divino tesoro,
hecha de noche y de dolor. ¡ya te vas para no volver!
Yo era tímido como un niño. Cuando quiero llorar, no lloro...
Ella, naturalmente, fue, y a veces lloro sin querer...
para mi amor hecho de armiño, ¡Mas es mía el Alba de oro!
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...
Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.
Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
El tema del poema es la juventud y todo lo que ésta expresa: amor, sentimientos,
belleza, pasión, etc. Todo lo anterior se expresa en el momento en el que el poeta
dice:
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño

Además, es una reflexión acerca de la importancia que debemos darle a la


juventud y aprovechar lo que nos ofrece pues cuando somos jóvenes tenemos
toda la vida por delante.

La energía, la disposición de hacer las cosas, el querer amar son cosas que se
encuentran dentro del poema de Rubén Darío.

El poema me ha hecho pensar que cuando somos jóvenes a veces no le damos el


valor que se merece a la juventud pues hacemos las cosas sin reflexionar. Creo
que este es el mejor poema que elegí para mi Antología.

De alguna manera los valores que expresa el poema sí han desaparecido pues,
como dije, a veces nos olvidamos de la importancia de la juventud.
GRANADA
Federico García Lorca

Granada, calle de Elvira,


donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.

Las que van delante, garzas


la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
Mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?

¿Qué galanes las esperan?


¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?

Nadie va con ellas, nadie;


dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.

La noche viene cargada


con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.

¿Quién serán aquellas tres


de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
El poema tiene como tema central el canto del poeta a la ciudad de la Alhambra en
España. Canta a sus calles, canta a sus mujeres y a todo lo que la ciudad es.

Los sentimientos que expresa el poema son sentimientos de amor hacia una
Ciudad que parece ser misteriosa y romántica. No sólo a la mujer o al hombre se
le puede cantar amor. También a las ciudades.

Por ejemplo, a mí me gusta donde vivo, aunque no se tan bonito como la ciudad
dela Alhambra. Aunque queda a cada uno de nosotros cuidar el lugar donde
vivimos.

Si yo fuera poeta podría hacer una composición al lugar donde vivo. Se ve que el
poeta tiene sentimientos de alegría por ese lugar y hasta de felicidad.

A veces hemos perdido el amor por el lugar donde vivimos o el entusiasmo por el
mismo. Esto se ve con la basura que hay a nuestro alrededor, en no cuidar
nuestros jardines y los espacios públicos. Creo que este poema me ha hecho
reflexionar en la importancia de cuidar el lugar donde vivo.
AMOR, HAGAMOS CUENTAS
Pablo Ramón López Velarde

Amor, hagamos cuentas. con un ejército desesperado


A mi edad una pequeña torre donde crece
no es posible la azucena salvaje de su infancia.
engañar o engañarnos. Por eso, Amor, yo creo
Fui ladrón de caminos, que enmarañado y duro
tal vez, puede ser tu camino,
no me arrepiento. pero que vuelves
Un minuto profundo, de tu cacería
una magnolia rota y cuando enciendes
por mis dientes otra vez el fuego,
y la luz de la luna como el pan en la mesa,
celestina. así, con sencillez,
Muy bien, pero, el balance? debe estar lo que amamos.
La soledad mantuvo Amor, eso me diste.
su red entretejida Cuando por vez primera
de fríos jazmineros ella llegó a mis brazos
y entonces pasó como las aguas
la que llegó a mis brazos en una despeñada primavera.
fue la reina rosada Hoy
de las islas. la recojo.
Amor, Son angostas mis manos pequeñas
con una gota, las cuencas de mis ojos
aunque caiga para que ellas reciban
durante toda y toda su tesoro,
la nocturna la cascada
primavera de interminable luz, el hilo de oro,
no se forma el océano el pan de su fragancia
y me quedé desnudo, que son sencillamente, Amor, mi vida.
solitario, esperando.

Pero, he aquí que aquella


que pasó por mis brazos
como una ola
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta vespertina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel
desenlazándose
como la cabellera de una hoguera.
Amor, desde aquel día
todo fue más sencillo.
Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba
y apreté su cintura
y reclamé su boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata
Creo que el poema trata sobre la reflexión que se puede hacer de la vida en la
vejez. Se añora la vida de la juventud y se recuerdan las pasiones que se pudieron
tener en esa etapa de la vida.

Tal vez el autor marca el tema de la melancolía implícitamente en el poema. La


tristeza y hasta el recuerdo son temas que rondan al poema.

Además, el poema es amoroso pues en la última parte de éste se lee que el que
canta el poema está con la mujer que amó de joven. Es un poema para gozar la
vida.

Me hace pensar que uno no debe arrepentirse de lo que ha vivido, pero sí


aprender de ello. Es un poema muy bonito y con mucha alegría de haber vivido lo
que vivió el poeta.

Yo haría lo mismo que hace el poeta: amar la vida.


A LEONOR
Amado Nervo

Tu cabellera es negra como el ala


del misterio; tan negra como un lóbrego
jamás, como un adiós, como un «¡quién sabe!»
Pero hay algo más negro aún: ¡tus ojos!
Tus ojos son dos magos pensativos,
dos esfinges que duermen en la sombra,
dos enigmas muy bellos... Pero hay algo,
pero hay algo más bello aún: tu boca.
Tu boca, ¡oh sí!; tu boca, hecha divinamente
para el amor, para la cálida
comunión del amor, tu boca joven;
pero hay algo mejor aún: ¡tu alma!
Tu alma recogida, silenciosa,
de piedades tan hondas como el piélago,
de ternuras tan hondas...
Pero hay algo,
pero hay algo más hondo aún: ¡tu ensueño!

Es el clásico poema dedicado a la mujer que se ama. Se ve que el poeta la


describe fantástica a la mujer que se llama Leonor. Yo me la imagino como la
mujer que puse en la ilustración.
La mujer despierta admiración en el poeta pues la describe con gran entusiasmo y
hasta con mucha ternura pues más que la belleza física que puede tener Leonor
está la belleza del alma.
En ocasiones nos enamoramos más de la apariencia externa de las cosas y le
damos poco valor a lo interno de las personas como pueden ser sus sentimientos.
Tal vez queramos estar con una persona de apariencia bonita, pero a la larga lo
que cuenta es lo que nos puede ofrecer como persona.
Esto último sí creo que se ha perdido pues la televisión y los medios de
comunicación siempre nos ponen mujeres hermosas dejando de lado a los
sentimientos.
POEMA 20
Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.


La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.


Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.


Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.


Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.


Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.


Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,


y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Este poema es uno de los más bonitos de la Antología que hice y aparte es uno de
los más modernos.

El poema está lleno de amor y tristeza. También de melancolía. Se nota que el


poeta tiene una gran sensibilidad para expresar sus sentimientos. Además, la
atmósfera que recrea la noche y las estrellas son perfectas para un poema
romántico como este.

Si yo fuera el poeta no me sería ingrato pensar como él. Considero que hemos
perdido sensibilidad acerca de lo amorosos que podemos ser los seres humanos
con los seres que amamos. Hoy en día se han perdido mucho todas esas
cuestiones románticas.
ESCUELA SECUNDARIA

“MÁRTIRES DE CHICAGO”

ANTOLOGÍA DE POEMAS

ALUMNO:

CARLOS ADRIÁN JUÁREZ VALDEZ

ESPAÑOL III
GRUPO: 3º “C”

21 DE SEPTIEMBRE DE 2011

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