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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN

FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL Y ARQUITECTURA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA

TEMA:
LUIS BARRAGAN Y SUS OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.

CATEDRA:
DEL ÁGUILA BARTRA, Manuela

ALUMNO:
ARCHENTI ZEGARRA, JOSELLI

CICLO:
2018 - I

TARAPOTO - PERÚ

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INDICE
1. INTRODUCCION ...................................................................... 3
2. VIDA DE LUIS BARRAGAN ....................................................... 4
3. SUS OBRAS MAS IMPOTANTES. ............................................. 6
3.1 Casa estudio de Luis Barragán, México D. F. ..................... 6
3.2 CAPILLA DE LAS CAPUCHINAS SACRAMENTARIAS. .... 18
3.3 FUENTE DE LOS AMANTES. .............................................. 24
3.4 LA CASA FRANCO. ............................................................. 27
3.5 TORRES DE SALTELITE. .................................................... 28
3.6 CASA GONZALEZ LUNA. ................................................... 29
3.7 CASA GILARDI .................................................................... 30
4. CONCLUSION .......................................................................... 31
5. BIBLIOGRAFIA......................................................................... 32

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1. INTRODUCCION

La trayectoria del arquitecto mexicano Luis Barragán muestra la


influencia de ideas provenientes de viajes, encuentros y lecturas. Una
obra que está íntimamente ligada a lo mexicano por la vivencia de las
tradiciones vernáculas de Jalisco, el legado del período
precolombino, y la influencia de la arquitectura mediterránea
producto de la conquista española. Simultáneamente, Barragán fue
influido por tendencias europeas de la época: el llamado Estilo
Internacional, en especial la arquitectura de Le Corbusier. De la
interacción, o mestizaje, de diferentes tradiciones resultó una obra
que ha sido calificada como emblemática de la arquitectura de
América Latina.

Barragán no dibujaba mucho, ya que generalmente sólo realizaba


bocetos concisos con unos pocos trazos de color. La mayoría de las
casas particulares que construyó en Ciudad de México fueron
concebidas a partir de la personalidad y la profesión de los futuros
dueños. No solía dibujar en la mesa de trabajo, sino que ante un
encargo contemplaba largamente el lugar elegido, y luego tomaba
algunos apuntes. Sus allegados coinciden en indicar que usaba un
método de trabajo basado en la intuición. El escultor Mathias Goeritz
utilizó el término “emocional” para describir la arquitectura de
Barragán.

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2. VIDA DE LUIS BARRAGAN

Luis Ramiro Barragán Morfín nace


el 9 de marzo de 1902 en
Guadalajara, capital de Jalisco,
México, siendo uno de los siete hijos
de Juan José Barragán Estrada y de
María de los Ángeles Morfín.
Pertenece a una familia
acomodada, conservadora y
católica que vive en el barrio de
Santa Mónica de Guadalajara.
Durante su niñez y adolescencia
pasa sus vacaciones y algunas temporadas en una hacienda familiar
Corrales en el campo, de las que nace su amor por la naturaleza.

Estudia ingeniería civil y arquitectura en la Escuela Libre de


Ingenieros de Guadalajara, graduándose en 1923.

Durante 1925 y 1926 Barragán viaja por Europa. En España se


entusiasma con las construcciones andaluzas y sobre todo con los
jardines de la Alhambra y el Generalife. También llamarán su
atención los jardines de las villas italianas y de la costa mediterránea.
En Francia conoce al paisajista Ferdinand Bac, quien concibe los
jardines como remansos de paz, y acompaña a Barragán a visitar sus
jardines. Sus libros y sus conversaciones ejercerán una gran
influencia sobre el arquitecto.

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De 1927 a 1936 trabaja en
Guadalajara, México, rehabilitando
y proyectando viviendas
particulares. Su primera obra es la
remodelación de la residencia de
Emiliano Robles León en
Guadalajara. En esta casa
destacan las balaustradas y
puertas de madera diseñadas por
Barragán y el patio central con una fuente.

En su trabajo plasma la síntesis de lo que ha asimilado en Europa,


su conocimiento de la arquitectura popular mexicana y las nuevas
tendencias de la arquitectura europea del momento.

En 1928 Barragán realiza la casa González Luna y la casa de Enrique


Aguilar.

En 1943 construye la que será su primera vivienda, conocida


posteriormente como Casa Ortega, en un área muy extensa de
Tacubaya, con más de tres mil metros cuadrados, en los que en
buena parte del terreno diseña un suntuoso jardín aterrazado.

Fue miembro del SAM y del AIA, y a raíz de la exhibición de 1976,


obtuvo el premio nacional de arquitectura en 1976, pero su mayor
reconocimiento lo consiguió en 1980 cuando se hizo acreedor al
segundo Premio Pritzker de la historia, considerado como el
equivalente al Premio Nobel
en Arquitectura. Murió el 22
de noviembre de 1988
aquejado por el mal de
Parkinson. En homenaje a
este arquitecto, uno de los
talleres de la Facultad de
Arquitectura de la UNAM lleva
su nombre.

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3. SUS OBRAS MAS IMPOTANTES.
3.1 Casa estudio de Luis Barragán, México D. F.
En 1943 proyectó su primera vivienda, germen del proyecto de su
casa estudio posterior. La vivienda contaba con un suntuoso jardín
aterrazado. Posteriormente Barragán vendió esa primera vivienda y
la mayoría del terreno, y en el área restante, de unos mil metros
cuadrados, construyó, entre 1947 y 1948, la que sería su casa
durante más de cuarenta años.

La casa estudio de Barragán está situada en la calle General


Francisco Ramírez de México D. F., una estrecha calle de un barrio
modesto de la ciudad. La casa ocupa los números 12 y 14 de la calle,
el primero dedicado al taller del arquitecto y el segundo a su vivienda
y jardín. En los poco más de mil metros del terreno se incluyen la
casa, las terrazas, el taller y los jardines.

La fachada exterior de la casa es anodina y austera, casi sin color, y


sólo llama la atención por su tamaño, mayor que el resto de las
edificaciones que le rodean.

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Las estancias de la
casa tienen diferente
carácter según su uso:

La portería es un
preámbulo a la casa, un
pequeño espacio que
recuerda a las entradas
de los conventos y
monasterios religiosos,
lugar de espera y misterio, de preparación para adentrarse en un
mundo secreto. Una vez dentro se pierde el contacto con el exterior
y se entra en un universo absolutamente privado.

El vestíbulo, de suelo de piedra volcánica, continúa con la


preparación de los sentidos a través del rosa de la pared y de una
escalera que asciende hacia una nueva puerta, y una nueva
sorpresa, un nuevo misterio. Por ella se sube al segundo piso, donde
se encuentran los dormitorios, el oratorio y la terraza.

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Desde el vestíbulo se accede también a la cocina y habitaciones del
servicio. La cocina es práctica y funcional. Asimismo, desde el
vestíbulo se entra a otras estancias de uso práctico, como son el
desayunador y el comedor.

El desayunador es un sencillo espacio dominado por el color rosa,


con un ventanal elevado que preserva la intimidad de la habitación.
A su lado el comedor es un espacio más luminoso y social, y el gran
ventanal esta vez baja a la altura de los ojos del comensal. El jardín
entra en la estancia, y la estancia se abre a la vegetación.

El salón biblioteca es la estancia principal de la casa, una habitación


espléndida de doble altura. En ella, tras superar un biombo se
descubre el jardín, que se integra en la estancia través de un gran
ventanal que cubre toda la pared, desde el suelo al techo.

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En un lateral de la biblioteca se encuentra una estrecha escalera de
madera, sin barandilla, que aparece suspendida en el muro blanco, y
que asciende a la sala de música.

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Las estancias del piso superior tienen un carácter ascético, casi
monacal. Las imágenes y motivos religiosos abundan. Las únicas
habitaciones que se asoman al jardín en esta planta son el cuarto
blanco y el dormitorio principal.

La terraza de la azotea de la casa es un espacio encerrado entre


altos muros, sin relación con el resto de la casa, un lugar vacío y
aislado, perfecto entorno de serenidad espiritual, de reflexión e
introspección, que sólo permite observar el cielo. Es uno de los
espacios más singulares y personales de la casa.

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El taller del arquitecto con su inclinada techumbre de madera da
acceso al patio de las ollas, en el que dos elementos omnipresentes
en la obra de Barragán, son aquí protagonistas: la vegetación, en
forma de plantas colgantes y enredaderas, y el agua, presente a
través de un estanque de piedra volcánica.

El jardín es un elemento esencial de la vivienda. Todas las estancias


principales se orientan hacia él. Al principio del proyecto el césped
ocupaba gran parte del terreno, pero luego Barragán dejó que las
plantas y árboles fueran ocupando el terreno del prado de forma
natural. De este modo una naturaleza controlada dio paso a un jardín
semisalvaje de frondosa y exuberante vegetación que ha ido
invadiendo el espacio.

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Las aperturas al exterior son planteadas esencialmente desde el
interior. En la fachada de la calle son mínimas, buscan pasar
desapercibidas, y no permiten que la mirada del paseante se cuele a
ninguna habitación. En el interior se adaptan al uso de la estancia: un
gran ventanal para que la naturaleza acompañe en la sala biblioteca,
una apertura a la altura de los comensales en el comedor, y elevada
preservando la intimidad de la estancia en el desayunador. En la
cocina el jardín sólo hace acto de presencia al abrir la puerta. En el
taller comenzó siendo un amplio ventanal abierto al exterior y el
arquitecto la modificó con los años para poder aislarse con mayor
facilidad. Barragán entendía que los espacios cerrados son los que
confieren la serenidad necesaria, por lo que las aperturas al exterior
son meticulosamente calculadas.

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La luz es un elemento rigurosamente dosificado en toda la casa, así
como no es casual el uso del color. Ambos elementos se relacionan
e interactúan. Cada color cumple su función, que más que estética
es espacial. En los espacios principales abunda el rosa y el amarillo,
aunque el color dominante en la casa es el blanco. El verde se
reserva únicamente para el jardín. La luz actúa como un modulador
de sensaciones y emociones, siendo también funcional en algunos
casos.

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Luis Barragán fue adaptando la casa a las necesidades de cada
momento durante los más de 40 años que residió en la misma. Vivió
siempre solo, y según pasaron los años modificó la casa para
adaptarla a cambios vitales y profesionales. Modificó tabiques,
alturas de ventanas, colores de los muros, e incluso cambió los usos
de las habitaciones. La terraza de la azotea, desde la que en un
principio se asomaba para observar el jardín, fue modificándose
desde su barandilla de madera inicial hasta terminar convirtiéndose
en un alto muro desde el que ya sólo se puede observar el cielo. Los
planos difundidos de la casa muchas veces no coinciden con las
fotografías, posiblemente a consecuencia de los numerosos cambios
que fue introduciendo el arquitecto. La enfermedad de sus últimos
años le obligó a aumentar estas transformaciones. A medida que la
misma fue haciéndose más patente, Barragán fue abandonando
espacios y reduciendo su universo.

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3.2 CAPILLA DE LAS CAPUCHINAS SACRAMENTARIAS.
Localización: Tlalpan, Ciudad de México

Se trata de una obra espiritual cuyos espacios interiores se han


definido como meditativos y trascendentales. Fue erigida en honor a
San Francisco de Asís y se inauguró en 1960.

El proyecto de ampliación de la Capilla y Convento de las Capuchinas


Sacramentarias, inaugurada el año 1960, es obra del renombrado
arquitecto mexicano Luis Barragán, quien no solo accedió a hacer el
trabajo gratis, sino que también a financiar parte de su construcción.

La ejecución de la obra se extendió por 7 años, dentro de los cuales


este arquitecto iba definiendo paso a paso la inmensa cantidad de
detalles que la componen.

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PLANTA GENERAL.

Al ingresar, nos recibe un


pequeño patio semi hundido, de
paredes blancas, en una de las
cuales está empotrada una cruz
monumental.

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Como contraparte, una serenísima
pileta en cuyas aguas nadan flores
blancas, da escala humana al
espacio. A mano derecha una
celosía en trama amarilla acompaña
una escalinata que conduce a una
capilla secundaria que
mencionaremos más adelante. La
simpleza pero contundencia del
detalle y el color de la grilla amarilla
reflejándose sobre el agua que lame
la piedra negra es simplemente
sobrecogedor.

Al otro extremo de la pileta se encuentra el ingreso a la capilla, al que


accedemos tras ascender por unas breves escalinatas de piedra. En
este pequeño espacio de madera, una larga y sencilla banca de este
material, pareciera flotar perpendicular a la pared, pero es en realidad
sostenida por unos soportes de metal invisibles.

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Ya en el recinto se encuentra
un vidrio de color rosado, poco
común en la época, que
ilumina el ambiente y le da una
tonalidad de luz especial.
Hacia un lado, se encuentran
las áreas privadas de
convento, dispuesto sobre un
terreno alargado. Hacia el otro
ingresamos lateralmente a la
capilla.

El color de la pared hace que la luz adquiera matices que produzcan


sensaciones de placidez y serenidad.

Al costado izquierdo, recibiendo una luz lateral se ubica una cruz de


madera, que es iluminada indirectamente desde un ventanal
alargado. El efecto es dramático, acentuado por una cuña triangular
que se incrusta en el espacio.

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Al costado derecho, separado por una celosía de madera en forma
de grilla de color blanco, se encuentra una capilla lateral que suele
ser utilizada por las familias de las monjas.

Desde una rendija superior la luz baña generosa el ambiente, a la


vez que descubre la enorme altura de los muros, una triple altura
que le da monumentalidad a la capilla.

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La luz, que atraviesa unos vidrios amarillos ubicados en una trama
en el coro, inunda al espacio de un color acaramelado, y presenta
una capilla austera, con paredes de texturas toscas y de colores
ocres intensos. Los pisos son de madera y en el altar se destaca el
trabajo escultórico de los rectángulos dorados diseñados por Mathías
Goeritz.

Es característico de este proyecto el expresivo carácter tectónico de


los materiales, un sublime manejo de la luz y un estudiado pero
sencillo tratamiento del espacio. Desde el momento en que se
ingresa a la capilla, los detalles, los colores y los juegos de luces y
sombras sorprenden a quien visite esta obra.

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3.3 FUENTE DE LOS AMANTES.
A los 62 años de edad, en 1964, el arquitecto mexicano Luis
Barragán comienza el proyecto de una de sus obras más
representativas, la Fuente de los Amantes ubicada dentro del
Fraccionamiento Los Clubes, en el municipio de Atizapán, Estado de
México.

Esta obra se
enmarca dentro de
una intervención
mayor, asociada
dentro del mismo
proyecto a la
Cuadra San
Cristóbal
(caballerizas) y a la
Casa Egerstrom,
pensadas por el
arquitecto para una comunidad de caballistas. El conjunto, terminado
en 1969, se transformó en un símbolo de su obra por el impecable
uso del agua, la abstracción geométrica de los distintos planos y el
color, elementos recurrentes en su carrera.

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La fuente es uno de los espacios
para uso público dentro del proyecto.
Este debía ser un estar para los
jinetes y sus caballos, pero fue
diseñado en específico como
bebedero para los animales, no como
fuente decorativa. Barragán lo
describe así: “la profundidad del
estanque la calculé para que al pasar
el caballo, le llegara el agua a la
panza”.

El jinete entra por un acceso lateral enmarcado por el gran muro


rosado, luego baja hacia la pileta sobre el caballo, que se sumerge
en el agua. Toda esta situación se produce acompañada por el ruido
del agua, que cae como cascada desde el acueducto perfectamente
apoyado sobre otro muro del mismo material. De esta forma el agua
aparece en calma y en movimiento, cambiante.

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El uso del agua es característico en su obra y es influencia de la
arquitectura colonial mexicana. Pero va más allá de los pozos y
acueductos de las haciendas y conventos, y las diseña como
esculturas independientes del agua, que pueden mantener su
atractivo visual y espacial, sin necesidad de estar en funcionamiento.

La Cuadra San Cristóbal, donde se disponen las caballerizas, se


emplaza a 80 metros (aprox.) de la fuente, pero forman un solo
proyecto por el tratamiento similar de los elementos y la relación
programática. El juego de tonos rosados que paradójicamente resalta
la geometría más bien abstracta de los muros y la presencia del agua,
los vinculan leyéndose como un solo espacio.

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3.4 LA CASA FRANCO.
Construida en 1929, es considerada como una de las 10 primeras
obras del arquitecto jalisciense. Tras sus viajes por Europa de 1925
y 1926, se observa la influencia del estilo morisco, presente sobre
todo en la puerta de la entrada, además de algunos rasgos de
arquitectura vernácula. Se encuentra parcialmente restaurada y hoy
es sede de la Galería Travesía cuatro.

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3.5 TORRES DE SALTELITE.
Ubicada en Ciudad Satélite, cuyo fraccionamiento fue desarrollado
por Mario Pani. El encargo para el distintivo de la entrada principal en
la vía de acceso a la urbanización, fue para Barragán en colaboración
con Mathias Goeritz, en 1958. Cinco torres triangulares de concreto,
a diferentes alturas y colores, y de gran carácter escultórico que las
hace uno de los grandes íconos de la Ciudad de México.

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3.6 CASA GONZALEZ LUNA.
En 1929 el joven arquitecto Luis
Barragán recibe el encargo de
realizar una casa en las afueras
de Guadalajara para un
importante miembro de la
sociedad local, Efraín González
Luna, ideólogo, político e
intelectual que conjuntamente
con su familia la habitó hasta la
fecha de su muerte en 1964.
El proyecto presentado por
Barragán responde a las características que le acompañarían en sus
trabajos, mezcla de arquitectura y arte, donde el manejo de la luz y
los espacios cerrados juegan con el color, la intimidad y los
materiales típicos de la región, esto último enfatizado por una época
en que se ensalzaba y defendía en México lo autóctono, el
“regionalismo”. Su composición atípica dentro del entorno de las
“Colonias de Guadalajara” y su peculiar construcción la han
convertido en un hito arquitectónico del siglo XX.

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3.7 CASA GILARDI
Es una vivienda unifamiliar edificada para la familia Gilardi,
construida y diseñada en 1976 por el arquitecto mexicano Luis
Barragán en la colonia San Miguel Chapultepec de la ciudad de
México. Está considerada una de las principales obras de Barragán,
formando así parte de su testamento arquitectónico.

Su característica
principal radica no solo
en su arquitectura sino
en los colores, las
texturas, las secuencias
y disposiciones de
espacios, la forma de
introducir la luz en las
diferentes estancias de la
casa, de tamizarla,
siempre generando sensaciones y eso unido a determinados colores
compositivamente colocados para dar espacios brillantes.

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4. CONCLUSION

Luis Barragán se distinguió por resolver las necesidades de espacio


habitable con sobriedad y sencillez de las formas , es uno de los
primeros arquitectos en tomar en cuenta al color como su principal
característica dotando a su arquitectura de un nuevo estilo que
influiría en las tendencias arquitectónicas no solo de México sino de
todo el mundo.

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5. BIBLIOGRAFIA.

Adrià Pérez, Miquel. La sombra del cuervo, arquitectos mexicanos tras la


senda de Le Corbusier. Madrid: Universidad Europea de Madrid, 2012.

Alfaro, Alfonso. Voces de tinta dormida: itinerarios espirituales de Luis


Barragán. México D. F: Artes de México, 1993.

Alfaro, Alonso. La casa de Luis Barragán: un valor universal. Ciudad de


México: RM: Fundación BBVA Bancomer: FTLB, 2011.

Ambasz, Emilio; Barragán, Luis. The Architecture of Luis Barragan. New


York: MOMA, 1976.

Anda Alanis, Enrique X. Luis Barragán: Clásico del silencio. Bogotá:


Universidad de Los Andes, 1989.

Barragán house, Mexico city, 1947-48. Tokyo: A.D.A., 2009.

Barragán, Luis. Barragán: the complete works. London: Thames and Hudson,
1996.

Barragán, Luis. En el mundo de Luis Barragán. México, D. F.: Artes de


México, 1999.

Barragán, Luis. La belleza misma, obre la arquitectura esencial de Luis


Barragán. Cádiz: Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz, 2003.

Barragán, Luis. La revolución callada. Barcelona: Gustavo Gili, 2001.

Barragán, Luis. Luis Barragán Morfin, 1902-1988: obra construida. Sevilla:


Consejería de Obras Públicas y Transportes. Dirección General de Arquitectura
y Vivienda, 1995.

Barragán, Luis. Luis Barragán: 1902-1988. México D.F.: Reverté Ediciones,


1996.

Barragán, Luis. Luis Barragán: escritos y conversaciones. Madrid: El Croquis,


2000.

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