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ALUMNA : Alicia Gutiérrez Ross-Morrey

DOCENTE : Pablo Peña Martínez


TITULO : Las Desigualdades en el Perú y Argumentos Filosóficos sobre la
Desigualdad (balance crítico de la noción)
AUTOR : Julio Cotler y Ricardo Cuenca

IDEAS CENTRALES:

- La igualdad entre los hombres es un hecho natural y la ruptura de ese orden es,
entonces, un asunto político.
- Allí donde el descubrimiento de una evidencia de desigualdad no despierta
indignación, ésta, entonces, no es reconocida como tal y se llega incluso a negar
su existencia.
- Tanto la distribución de la riqueza como el reconocimiento social son condiciones
necesarias para una sociedad justa.
- La igualdad que no reconoce las diferencias entre los hombres ha sido superada y
se ha dado pase a propuestas más complejas de justicia social.
- Ningún bien puede servir como medio de dominación, pues de ser así, estaríamos
ante un proceso de injusticia.

CATEGORÍAS:
Desigualdad, Igualdad, Inclusión, Modernidad, Justicia, Moral, Política, Homogeneidad,
Equidad, Identidad, Clases Sociales, Distribución, Heterogeneidad.

CONCLUSIONES:

- Existen desigualdades que interrumpen el desarrollo y atentan contra la cohesión


social frenando así el fortalecimiento de la democracia.
- Sin inclusión no hay posibilidad de fortalecimiento democrático.
- Es necesario tomar una perspectiva moral y política para poder definir la
desigualdad.
- La desigualdad ha acompañado desde siempre la propia evolución social, y hasta
el momento es algo inevitable, cuya persistencia produce malestar.
- La desigualdad requiere de un juicio moral para constituirse como tal.

APRECIACIÓN CRÍTICA:
Como lo plantea Ricardo Cuenca, en sus argumentos filosóficos sobre la desigualdad, es
increíble cómo es que la falta de igualdad, aun surgiendo desde mucho tiempo atrás, no
es evitable hasta el día de hoy, y es debido a ello que no hay un desarrollo ni un acelerado
crecimiento económico. Se logran ver muchos planteamientos y propuestas realmente
buenos, que con un buen orden y manejo serían ese correcto camino que nos lleve a ser
un país sin desigualdades, lo cual nos conllevaría a fortalecer la democracia y contribuir
a un gran orden social que nos beneficie a todos como peruanos.
RESUMEN:
Desde un enfoque filosófico y bajo un encuadre metodológico de “concepto situado” se
desarrollará un análisis crítico de la noción de desigualdad.
Este análisis estará organizado en tres secciones. En la primera se presentan dos
perspectivas fundamentales que definen la noción de desigualdad, “lo moral” y “lo
político”. En la siguiente sección se hablará de las oposiciones a la desigualdad: Justicia,
igualdad y equidad. Por último, en la tercera sección, se formularán algunas reflexiones
para el debate y la discusión, y en el mejor de los casos para la definición de una agenda
de investigación sobre la desigualdad en el Perú.

 La desigualdad desde una perspectiva moral y una dimensión política


La moral se constituye en una guía regulatoria del comportamiento social, puesto que
“Una moral no solo dice cómo deben comportarse los miembros de una comunidad;
proporciona al mismo tiempo razones para resolución de conflictos acción
correspondientes” (Habermas 1998: 30).
Un tributo que comparten la moral y la desigualdad es que los sujetos que participan
de la experiencia de esta última y del reclamo por la regulación moral se ubican y
enuncian desde la exclusión, ya sea a partir de cualquier tipo de discriminación o en
aquellas donde consideran que sus derechos han sido vulnerados. En tal sentido, la
perspectiva moral de la desigualdad se refiere a que, allí donde el descubrimiento de
una evidencia de desigualdad no despierta indignación, la misma, entonces, no es
reconocida como tal y se llega incluso a negar su existencia.
“Lo político” es la segunda dimensión, que se trata de cómo el Estado, la sociedad y
los individuos usan el poder y, más aún, de cómo es que el uso de este poder generaría
o no exclusiones.

Dependiendo de cómo se comprendan la naturaleza y la función del Estado, la


desigualdad tendrá connotaciones distintas. Una es la del pensamiento liberal que
define a la desigualdad como un estado propio de los individuos, por lo que por ello
el Estado debe garantizar una igualdad de oportunidades. Mientras que, para el
pensamiento marxista, la desigualdad es el producto asimétrico de las relaciones
socioeconómicas asociadas con la explotación, lo cual conlleva a que el Estado debe
garantizar una igualdad en los resultados.

Sobre la base de lo revisado, se sostiene que la desigualdad se define siempre desde


una perspectiva moral y política. Las múltiples maneras de combatirla o eliminarla
suponen tomar un conjunto de decisiones de orden moral y político, que hacen que
estas decisiones sean altamente complejas.

 Justicia, igualdad y equidad: Las oposiciones a la desigualdad


Todo intento por definir la desigualdad trae consigo, de alguna u otra manera, una
propuesta de cómo combatirla. Ya sea a partir de la eliminación radical o solamente
de una disminución.
La justicia es para la filosofía contemporánea, una virtud política y moral de un valor
supremo. Es el criterio máximo con el que se miden las relaciones sociales, políticas,
económicas, jurídicas y culturales. No obstante, requiere de estrategias para
desarrollarse. La igualdad que no reconoce las diferencias entre los hombres ha sido
superada y se ha dado paso a propuestas más complejas de justicia social. Se
reconocen tres ideas de ‘justicia’ que reconocen dicha complejidad.

En primer término, la justicia como equidad, de Rawls (1005, 2004) que incluye el
concepto de igualdad equitativa de oportunidades.

Una segunda concepción de justicia es la desarrollada por Martha Nussbaum en su


maravilloso texto Justicia poética, la cual se asienta en la flexibilidad para adaptarse
a valores y a circunstancias cambiables.

Finalmente, un tercer enfoque es la propuesta de Otfried Höffe (2003), que plantea


que la justicia es un acto esencialmente político y que, por lo tanto, está afecto a la
moral.

 ¿La desigualdad inevitable?: Reflexiones finales


Fue recién con las ideas de la Ilustración y de la modernidad que la desigualdad
adquirió categoría de análisis filosófico. A partir de este análisis, se presentan tres
reflexiones finales a modo de conclusiones.
El carácter cambiante de la desigualdad

Existen individuos que, pese a sus características estructurales, terminan por tomar
una posición distinta a la usual al alinearse con miembros de otras clases. Allí, donde
la desigualdad era causa y efecto de una lucha de clases, se transforma ahora en una
lucha de identidades.
La multidimensionalidad de la desigualdad

La desigualdad se juega en tres dimensiones: económica, cultural y política. Por ello,


cualquier forma de exclusión económica, cultural y/o política desencadena formas de
desigualdad, que, sin duda, implican situaciones de injusticia.
La pluralidad en la justicia social
Aquí nos habla de construir una noción plural de “justicia”, que parta del
reconocimiento de las limitaciones de la tradicional balanza exacta en las medidas de
justicia para pasar a una justicia reflexiva o una particularista.
[…]

Sobre la base de lo revisado, son múltiples las preguntas que delimitarían una agenda
de investigación sobre la desigualdad en el Perú. Pero lo que, en sí, queda más que
claro, es que la desigualdad social no fortalece la democracia y mucho menos
contribuye a un mínimo de orden social.

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