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Cultura energética:

Para analizar el concepto de cultura se tuvo en cuenta el diccionario


(Comunismo Científico, 1981), donde se expresa que: cultura socialista, es
el conjunto de valores culturales y la esfera de la actividad de los miembros
de la sociedad socialista para la creación de estos valores, formados sobre
la base de los cambios radicales económicos y políticos-sociales resultantes
de la revolución socialista. En Cuba, la lucha por la preservación y
desarrollo de la cultura adquiere características especiales. Ello hace que el
significado de la acepción cultura general esté muy relacionado con los
fines planteados a la educación. El planteamiento político acerca del fin
educativo deja claro que la finalidad esencial de la educación cubana es la
formación de personalidades integralmente desarrolladas que piensen y
actúen de manera creadora; aptas para construir la nueva sociedad y
defender las conquistas de la Revolución. En este mismo orden de ideas,
más recientemente el Comandante en Jefe reconoce el alcance social que
tiene para los cubanos en la actualidad lograr la cultura necesaria para
entender los cambios que tienen lugar en el mundo y sobre todo asumir la
defensa del proyecto social cubano. Homero Fuentes plantea que "la
cultura es un conjunto de ideas y realizaciones de la humanidad, es todo en
lo que ha intervenido la mano del hombre, es el resultado de su acción y
está íntimamente vinculada con sus puntos de vista, conocimientos de la
región, del medio ambiente, pasa por la afectividad, tanto de quienes la
crean como de quienes la asimilan, siendo expresada por un lenguaje que
nunca es neutral, revela comportamientos y nexos afectivos.” Fuentes, H.
1997. Para alcanzar una Cultura General Integral en los estudiantes de las
Secundarias Básicas, es necesario el desarrollo de determinados tipos de
culturas priorizadas por necesidades sociales, como la Cultura Energética.
“La Cultura Energética es el conjunto de conocimientos, procedimientos,
actitudes y comportamientos, relacionados con la energía, que permiten al
estudiante de Secundaria Básica, desde la definición de un concepto
elemental científicamente válido, el reconocimiento de sus formas y
transformaciones en la naturaleza, hasta comprender y explicar su valor
económico, ecológico, social, político ideológico, jurídico, tecnológico; el
grado de desarrollo que en su empleo y producción ha alcanzado la ciencia
y la técnica de la época en que vive, como sustento para informarse y
ahorrarla conscientemente, en los diferentes contextos de actuación en que
se desenvuelve; así como promover que las demás personas ahorren”.
Pupo, N. 2000. La caracterización de Cultura Energética, plantea en
esencia, que está formada por un conjunto de conocimientos, habilidades,
estados afectivos y actitudes relacionados con la energía y sus
manifestaciones en diferentes esferas de la vida, que orientan el
comportamiento del individuo respecto a ella.
Dimensiones de la cultura energética
Lo relacionado con la estimulación y desarrollo de la cultura energética en
los estudiantes, fundamenta las razones por las que en el marco de la
misma, se haya asumido como dimensiones de la Cultura Energética, la
informativa, la actitudinal y la comportamental. Dimensión informativa:
entendida como conocimientos culturales sobre energía, habilidades para
resolver actividades contextualizadas y para actualizar permanentemente
los conocimientos. Dimensión actitudinal: entendida como la
predisposición para el aprendizaje permanente y el ahorro de energía.
Dimensión comportamental: entendida, como las manifestaciones del
individuo en interacción con el medio que lo rodea. Se considera oportuno
aclarar que las tendencias orientadoras de la personalidad se encuentran
estrechamente relacionadas entre sí y operan en sistema, por lo que la
manifestación de un comportamiento determinado las contiene. Entre ellas
se escogen las actitudes, porque son más fácilmente circunscribibles hacia
objetos específicos de la realidad.

Energía y educación
Durante el tratamiento de la Cultura Energética, se puede privilegiar la
educación de actitudes de ahorro y hacia saberes sobre energía, según la
dirección y sentido que se le dé al proceso; esta a su vez contiene a la
dimensión informativa propiamente dicha y la comportamental, que las
toman de la cultura correspondiente, para orientar el actuar respecto al
objeto de la realidad al que tributan; en este caso la energía. Por lo que se
considera que el desarrollo de la Cultura Energética contiene la educación
de actitudes hacia la energía y los saberes sobre energía de conjunto con
otras orientaciones de la personalidad. El componente motivacional
relacionado con el desarrollo de la Cultura Energética, puede lograrse si se
significa el valor que el contenido tiene para el estudiante, de forma tal que
le produzca emociones y sentimientos, ya que “un contenido impuesto se
asimila reproductivamente, y no forma parte de valores y sentimientos, en
tanto que no regulará su comportamiento” Fuentes, H. 1995.

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