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SILVIA ILLESCAS
RETRATO
Cuando pensamos en un retrato siempre nos viene a la cabeza la imagen del rostro de una
persona, en la que su mirada es la clave. Pero déjame decirte que un retrato no
necesariamente implica la aparición del rostro, hay detalles de una persona por los que
también podemos llegar a conocerla e identificarla. Hoy te voy a hablar del retrato sin rostro,
un tipo de retrato con cierto toque mágico y que pude llegar a generar mucha intriga. ¿Te
quedas a conocerlo?
La Fotografía de Retrato
Una de las temáticas más populares dentro del mundo de la fotografía es sin duda el retrato.
En un retrato el rostro de una persona puede expresar sentimientos y emociones muy
diferentes, y su mirada puede llegar a reflejar la verdadera esencia de una persona. No en
vano se dice que "la cara es el espejo del alma".
Del retrato fotográfico te hablábamos en profundidad en esta guía que recoge la información
más relevante de esta temática:
Pero... ¿Qué ocurre cuando en un retrato no aparece el rostro de una persona? ¿Se considera
retrato? ¿Puede llegar a transmitir algo? A continuación, vamos a dar respuesta a todas estas
preguntas.
El Retrato Sin Rostro
Aunque el título de este artículo parece sacado más de una película de miedo que de un tema
fotográfico, déjame decirte que el retrato sin rostro puede brindarnos imágenes muy creativas,
en las que contaremos una historia de un modo menos corriente.
En un retrato sin rostro cobrarán especial importancia todas aquellas pistas que aparezcan en
el contexto de la toma, y además estaremos creando tomas abiertas a la interpretación, en la
que el espectador de la imagen pueda sentirse identificado y ubicarse en la historia que cuenta
la fotografía, a pesar de no haber sido artífice de la misma. De ese modo logramos que quien
observa la fotografía pueda llegar a sentir la emoción de una imagen.
Algunos de los puntos claves que podemos conseguir mediante el retrato sin rostro son:
Crear realismo
Generar curiosidad
Ser creativo
Crear un retrato sin rostro no significa cortar el encuadre a la altura del cuello para que no
aparezca la cara de una persona. Un retrato sin rostro tiene más trasfondo, y para conseguir
un buen ejemplo de este tipo de retrato deberemos tener en cuenta las siguientes
consideraciones.
1. Cuenta una Historia
Aunque no todos los retratos sin rostro tienen por qué estar planificados, éstos sí que tienen
que contarnos una historia. Eso es lo que nos ayudará a mantener la atención del
espectador, así como también nos ayudará a intrigarle y hacerle pensar en cuál es la historia
que hay detrás e la fotografía. Solo de ese modo lograremos hacerle partícipe de la imagen.
Observa la foto de arriba. Parece que la ubicación sea un hotel. ¿Espera a alguien el hombre?
Si es así... ¿a quién? ¿Está de vacaciones? ¿En un viaje de negocios? No vemos su rostro, pero
por su postura y sus manos en los bolsillos diríamos que esta tranquilo. Al ver la foto nos
metemos de lleno en ella, queremos averiguar qué es lo que ocurre, y ara ello analizaremos
toda la escena. Quizás nos equivoquemos, quizás el hombre está en su habitación viendo el
atardecer simplemente, pero... ¡y lo divertido que resulta intentar averiguar qué historia se
esconde tras la fotografía?
Por otro lado, en la imagen pueden aparecer elementos de atrezzo que faciliten la
interpretación al espectador, aunque no te pases añadiendo elementos, ya que como sabes
muchas veces menos es más, y se trata de crear intriga y hacer participe a aquel que observa la
fotografía tratando de que se meta en la piel de retratado sin rostro.
Y por supuesto, usa la iluminación a tu favor para potenciar la imagen y dejar descubiertas u
ocultas las diferentes zonas de la fotografía.
Fíjate en la fotografía de arriba. Por la cámara de fotos y el mapa que lleva la mujer encima
podemos intuir que viene de un viaje, o va a emprenderlo. ¿Se irá con el coche que se ve tras
ella o simplemente le ha gustado y ha querido hacerse una foto con él? Las pistas del entorno
como puedes comprobar, son las que nos ayudan a revelar la historia de la imagen.
3. Compón Tu Imagen
Otro de los puntos claves del retrato sin rostro es la composición. Da igual cuál sea la
temática, una buena composición le dará muchos puntos positivos a nuestra imagen,así que
trata de no disparar al tuntún, e intenta visualizar la escena antes de disparar la toma.
Recuerda que hay muchas reglas recogidas a través de la experiencia de otros fotógrafos que
nos ayudarán a lograr una composición más equilibrada, como la regla de los tercios, la regla
de la mirada, la regla del horizonte, la regla de los impartes u otras muchas reglas
compositivas. Seguirlas seguro que nos sirve de guía para cuidar la composición de nuestra
fotografía, aunque recuerda que de vez en cuando, si lo hacemos con una intención clara, no
está de más romper esas reglas.
Y una recomendación especial, en muchos de los retratos sin rostro puede que recortemos el
encuadre y el sujeto no salga entero. Si es así, procura que ese recorte no caiga sobre las
articulaciones del sujeto, ya que puede producir una sensación incómoda visualmente
hablando.
Si observas la toma de arriba se ha utilizado muy bien la composición para ocultar parte del
rostro de las dos personas que aparecen en ella, creando una especie de marco natural.
Deducimos que están en una biblioteca, por los libro sy por las etiquetas que estos tienen.
También deducimos que entre ellos hay una buena relación, ¿será de amor o de amistad?
Los elementos que rodean la escena nos dan detalles para componer la historia de la
fotografía y sentirnos identificados en ella. Si no hay pistas, si no hay contexto... difícilmente
podremos hacerlo. Así que ya lo sabes, quita zoom y deja espacio entre el protagonista de la
toma y el marco de la imagen.
Por ejemplo, en la foto de arriba si se hubiera cerrado el encuadre sobre el pie en el pedal nos
hubiéramos perdido detalles como que es una chica la que va sobre la bicicleta, o que está
paseando por las calles de una ciudad de noche.
Los accesorios aquí te pueden dar mucho juego, pero si no dispones de ellos no te preocupes,
también puedes aprovechar y centrarte en el lenguaje corporal del sujeto.
Por ejemplo, en la toma de arriba nos damos cuenta de que al hombre le encantan los
tatuajes, y también los anillos y las pulseras. Parece que le dan fuerza, y junto a la posición de
sus manos con los pulgares en los bolsillos diríamos que éste tiene un carácter duro. Quizá
luego nos equivoquemos, pero parte de la gracia de los retratos sin rostro es tratar de
descubrir quién se esconde tras ellos. Puede que hasta nos sintamos identificados.
6. Crea Realismo
En el día a día nos cruzamos con muchas personas, y no a todas horas y todas ellas nos dirigen
la mirada. Hay muchas situaciones en las que veremos por ejemplo a alguien cuyo pelo le tapa
el rostro por el efecto del viento, o a alguien que se cubre el rostro porque siente vergüenza, o
simplemente nuestra posición nos impide ver la cara de una persona. Eso también le otorga a
nuestras tomas cierto toque de realismo.
En la foto de arriba el viento mueve los cabellos de la chica provocando que le cubra el rostro y
no podamos vérselo, algo que puede estar recogido en un momento espontáneo, sin
necesidad de que la toma haya sido planificada.
Sé que probablemente ya tengas en tu cabeza pensadas varias ideas para hacer realidad tus
retratos sin rostro, pero por si acaso necesitas algo de inspiración, aquí te dejo unas cuentas
ideas para que empieces por ellas.
En nuestro caso, podemos realizar un autorretrato utilizando la cámara como objeto que
oculte nuestro rostro, como en la foto de arriba. Ese ejemplo incluso nos puede dar qué
pensar. La chica ha fotografiado su reflejo en lo que parece el espejo de una modelo. ¿Quizás
ella también quiere serlo pero es tímida y por eso se oculta tras la cámara?
Ahora es el momento de que te animes y le des rienda suelta a tu imaginación para lograr un
atractivo retrato sin rostro. ¡No escatimes en creatividad!
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