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Autores:
• Jesús Manso
• Bianca Thoilliez
MD.2. FUNDAMENTOS DE DIDÁCTICA | TEMA 6. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE
Para ello existen distintos tipos e instrumentos de evaluación, su conocimiento nos dará las
pistas necesarias para acercar los sistemas de educación a la realidad educativa, hacerlos más
flexibles y extraer el máximo fruto a su aplicación. De este modo la evaluación deja de ser “el
último eslabón” del proceso educativo con connotaciones penalizadoras y clasificatorias, para
convertirse en elemento que acompaña y orienta el aprendizaje, poniendo más atención al
proceso que al resultado final.
En esta unidad veremos cómo es la evaluación centrada en los propios procesos de aprendizaje,
cuáles son sus características y sus principios, qué tipos de evaluación favorecen y facilitan los
aprendizajes de los alumnos, así como los instrumentos que podemos utilizar para llevarlas a
cabo.
En consecuencia los objetivos que nos planteamos para este tema son:
• Identificar los tipos de evaluación existentes, así como los beneficios y posibilidades de
cada uno de ellos.
• Evaluar es un proceso que sirve para descubrir hasta qué punto las actividades de
aprendizaje propuestas y realizadas han producido los resultados previstos como
deseables (Vázquez Gómez, 1982, pp. 17)
Cabe precisar que, a nivel educativo, la evaluación es un elemento que está al servicio de los
procesos de enseñanza-aprendizaje, y en consecuencia el término de evaluación para el
aprendizaje está claramente orientado a la mejora del aprendizaje y no sólo a su medición. Tal
y como indica Cano (2008), “la evaluación no puede limitarse a la calificación (sino que ésta es
un subconjunto de la evaluación); no puede centrarse en el recuerdo y la repetición de la
información (sino que se deben de evaluar habilidades cognitivas de orden superior) y no puede
limitarse a pruebas de “lápiz y papel”, sino que se requieren instrumentos complejos y variados.”
Entender la evaluación como algo puntual y estático al final del proceso, como el último paso de
una planificación didáctica que meramente sirve para otorgar una puntuación al alumno es
quitarla por completo su significado y su utilidad. La evaluación ha de estar presente antes del
proceso de aprendizaje (evaluación inicial) para conocer cuál es el punto de partida del alumno,
durante (evaluación formativa) para acompañar el mismo proceso y al término (evaluación final)
para recoger todo lo trabajado. Así la evaluación acompaña y forma parte del proceso didáctico
desde el inicio hasta el final, permitiendo al docente detectar necesidades, dificultades y
problemas con rapidez y dotándole de recursos para la búsqueda de soluciones.
Así, la evaluación debe considerarse como un proceso continuo (a lo largo de todo el proceso de
enseñanza-aprendizaje), sistemático (con rigor y según un plan trazado de antemano), formativo
(debe servir para realizar modificaciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje de acuerdo
con las necesidades que se vayan detectando) y flexible (con posibilidad de irlo adecuando, tanto
a los alumnos, como al propio proceso) que debe encontrarse enfocado a comprobar cómo van
progresando los alumnos, lo que llevará a ajustar y reajustar la respuesta que se les ofrece.
Martinez y Carrasco (2006) formulan una serie de principios que constituyen el concepto de
evaluación en educación, entre ellos destacamos:
• Interna: Se lleva a cabo por una persona integrante del mismo centro escolar, como
parte del proceso de aprendizaje que se está llevando a cabo. La evaluación interna tiene
a su vez distintas formas de llevarse a cabo:
En este momento cabe plantearse una cuestión clave: ¿existen tres tipos de evaluación distinta
o un único proceso de evaluación continuo?
Los tres tipos de evaluación que a continuación se desarrollan han de constituir tres dimensiones
complementarias de análisis y recogida de información sobre los aprendizajes de los alumnos,
es por ello que los tres sistemas de evaluación que se describen a continuación, han de estar
conectados mutuamente.
La evaluación inicial pretende dar al docente una información sobre los conocimientos y
competencias previas del alumno, las que ya posee previamente. Debe arrojar luz al docente
sobre el grupo de alumnos con el que va a iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Desde
el punto de vista docente, la evaluación inicial sirve para tomar decisiones a partir de los
resultados obtenidos, así como planificar adecuadamente el currículum, poner en juego
elementos que faciliten el proceso de enseñanza, y aplicar estrategias didácticas adecuadas a
sus intereses y destrezas.
La detección de conocimientos y desempeños previos es, por tanto, fundamental para iniciar un
aprendizaje, ya que si no hay conocimientos o desempeños previos o si éstos son erróneos
podemos correr el riesgo de que la planificación del proceso educativo caiga en saco roto. La
construcción del conocimiento, y en consecuencia la elaboración de aprendizajes significativos,
pasa por esta evaluación inicial.
o ¿Qué saben?
o ¿Qué hacen?
o ¿Qué sienten?
La primera pregunta permitirá detectar al docente los conocimientos previos del alumno; la
segunda permitirá conocer las competencias que posee; finalmente, la tercera cuestión
permitirá conocer las actitudes del alumno ante el proceso didáctico.
• La evaluación formativa
Este tipo de evaluación responde a la necesidad de obtener información acerca de cómo se están
desarrollando los procesos de aprendizaje en el grupo de alumnos, lo cual implica diversificar
los procedimientos de evaluación, a lo largo del proceso y no reducirlos a una sola modalidad al
final del proceso.
La evaluación formativa, por tanto, está al servicio del desarrollo adecuado del programa o del
alumno con la finalidad de que el proceso de aprendizaje siga el camino deseado e inicialmente
determinado. Evitando de este modo, que el docente descubra que el proceso de aprendizaje
ha sido un fracaso antes de que sea demasiado tarde para poder evitarlo.
Para llevar a cabo este tipo de evaluación, existe un amplio repertorio de instrumentos que el
profesor puede aplicar en las aulas con sus alumnos en función de la situación, los conocimientos
o las competencias que se desee evaluar. Algunos de ellos están recogidos en la siguiente tabla:
Exposición de lecciones
Discusiones en grupo
Base no estructurada
Debates
Respuestas accidentales
Orales
Presentación
Defensa
Base estructurada
Exposición
Ensayo
Trabajo extensos
Estudios de casos reales o supuestos
Pruebas de ejecución
o Analizar los resultados con el fin de detectar necesidades o dificultades (qué no han
aprendido los estudiantes, qué no han entendido, qué desempeños necesitan
mejorar…) del grupo de alumnos y poner en marcha mecanismos que den respuesta a
esas necesidades y dificultades.
La evaluación formativa, como su nombre indica, es aquella que se lleva a cabo al final de un
proceso educativo, al final de una Unidad Didáctica, de un curso académico o de una etapa.
La evaluación sumativa, como parte de una evaluación continuada del alumno permitirá
establecer caminos para reorientar y mejorar los procesos de aprendizaje, mientras que la
misma de forma aislada deja de formar parte del proceso de aprendizaje y se convierte en el
instrumento que clasifica de forma cuantitativa las calificaciones de los alumnos.
LA RÚBRICA
• ¿Qué es?
Las rúbricas son guías de puntuación usadas en la evaluación del desempeño de los estudiantes
que describen las características específicas de un producto, proyecto o tarea en varios niveles
de rendimiento, con el fin de clarificar lo que se espera del trabajo del alumno, de valorar su
ejecución y de facilitar la proporción de retroalimentación (Fernández March, 2010).
La evaluación mediante rúbrica es un modelo relativamente reciente, que nos permite llevar a
cabo una evaluación formativa.
La puesta en marcha de rúbricas para la evaluación del alumno, está estrechamente vinculada
al desarrollo de competencias, entendiendo estas como desempeños ya que representan una
aplicación práctica de los que se sabe. Ser competente es “poder hacer” (capacidades) y “saber
hacer” (conocimientos) puestos ambos en acción; lo cual derivará en la resolución de tareas de
manera eficiente. Se trata por tanto de un saber aplicado y que abarca conocimientos,
procedimientos y actitudes.
• ¿Qué evalúa?
Evalúa el desarrollo de aprendizajes y competencias del alumno.
• ¿Cómo se elabora?
La rúbrica se realiza en una tabla, cuyo eje vertical indica las competencias que se van a evaluar,
y cuyo eje horizontal el nivel de rendimiento/desempeño.
En la tabla se describen las competencias que representa cada nivel en la escala de rendimiento,
de forma que el alumno evaluado puede saber en qué momento del proceso de aprendizaje se
sitúa y qué aprendizajes le falta por adquirir.
• En el eje vertical las competencias a evaluar son las competencias fundamentales para
el dominio de un idioma: comprensión auditiva, comprensión lectora, expresión oral,
expresión escrita.
• En el eje horizontal tomaremos el Marco Europeo de Referencia para las lenguas: A1,
A2, B1, B2, C1 y C2; siendo A1 el nivel más básico y C2 el nivel más avanzado. Ambos
ejes se recogen en una tabla, como sigue:
A1 A2 B1 B2 C1 C2
No tiene
Comprende
Comprende ninguna
Comprensión
Lee textos
palabras Lee textos expresados comprende tipo de textos,
lectora
largos,
conocidas y breves y en lenguaje artículos e narrativa,
novelas o
textos sencillos sencillos informes libros
narraciones.
sencillos sobre temas actuales especializados
cotidianos …
Expresión
… … … … … …
oral
Expresión
… … … … … …
escrita
Tal y como observamos en el ejemplo, la rúbrica nos permite realizar una estimación de las
competencias adquiridas, esto es, de los desempeños del aprendizaje. La evaluación por medio
de este instrumento nos indicará la adquisición de los niveles de rendimiento. Es un instrumento
muy útil que busca la mejora de las competencias y permite identificar las evidencias e
indicadores de su desarrollo.
EL PORTAFOLIO
• ¿Qué es?
Puede considerarse como “una documentación sistemática y organizada, con cierta antología
secuencial, de todo aquello que contribuye a mostrar o ejemplificar el progreso del
conocimiento adquirido en un campo o materia, así como la reflexión autoevaluativa del trabajo
realizado” (Mayorga y Madrid, 2012, pp. 231)
El uso del portafolio fomenta la reflexión de los alumnos, así como la implicación constante en
el proceso de aprendizaje. Y es, en esencia la suma de los trabajos realizados durante un tiempo
determinado que muestran las competencias adquiridas por los alumnos.
• ¿Qué evalúa?
Evalúa el proceso de aprendizaje de los alumnos, permite al docente conocer: en qué grado han
sido adquiridas las competencias establecidas en los objetivos iniciales, cómo ha sido el proceso
de aprendizaje del alumno, qué temas le han interesado más, cuáles son sus puntos fuertes y
sus puntos débiles (en cuanto a los aprendizajes), cuál ha sido el nivel de profundización en los
temas trabajados…
Como vemos, es una herramienta de evaluación que nos puede dar mucha información sobre
los alumnos, incluso puede ser considerado, más que un instrumentos de evaluación, como un
sistema de evaluación, debido a que en él se pueden incluir otros instrumentos.
• ¿Cómo se elabora?
La elaboración del portafolio es un trabajo que implica tanto al alumno como al profesor,
Mayorga y Madrid lo explican “La implicación y participación del alumno constituyen premisas
fundamentales, tanto para determinar el contenido, establecer los criterios para la selección
realizada y los criterios para juzgar el valor del contenido. Pero a su vez dicha selección y
determinación de criterios, constituyen desempeños que han recibido preparación o tutoría, y
se convierten en muestras de trabajo fruto de la reflexión, la deliberación y conversación” (2012,
pp. 231). Así, la elaboración del portafolio requiere: