Francmasonería Transgénero

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En verdad, estos son tiempos extraños. La Gran

Logia Unida de Inglaterra ha tomado lo que, para
la Orden Masónica Masculina, es una decisión
dramática. Sin querer ser cínico al respecto,
sospecho que se dieron cuenta que fracasar al
abordar el tema como lo hicieron, muy
probablemente resultaría en una devastadora
decisión legal en contra de ellos. Por supuesto,
la redacción de su directiva fue escrita por un equipo de abogados.
La GLUI anunció que los Masones a plomo, que elijan someterse a la
reasignación de género, todavía deben ser recibidos como Masones con
plenos derechos para asistir a la logia y deben ser tratados con amabilidad
y respeto. Desde la perspectiva de simple comportamiento humanitario, esto
no parecería una expectativa irracional. Sin embargo, debe haber sido una
decisión que causó un debate interminable y no pocas noches de insomnio,
al menos para el Gran Maestro. Para la mayoría de las personas menores de
50 años, la diversidad de identidades de género que las personas reclaman
hoy en día no parece ser un gran problema. Ese no es el caso para muchas
personas mayores, y el carácter conservador que con demasiada frecuencia
domina a la comunidad Masónica, especialmente en América del Norte,
donde a menudo es reaccionaria, no ha hecho que la adaptación a la
modernidad sea placentera o fluida para la fraternidad. La Masonería
Masculina podría llamarse “la Hermandad del Avestruz” por la forma
frecuente que entierra la cabeza en la arena.
Si bien no simpatizo con las actitudes más regresivas de la Orden, entiendo
que la incomodidad y la confusión sean reales. Puede que personalmente no
me sienta completamente a gusto con la miríada de nuevas identidades de
género, y especialmente los cambios sexuales quirúrgicos, pero entonces, la
idea de la cirugía estética me perturba casi tanto. En cualquier caso, si no
es mi elección, ¿quién soy yo para juzgar? El hecho es que la Orden
Masculina de Masones se ha metido en un frenesí por la idea de que las
mujeres biológicas podrían convertirse en Masonas, y mucho menos en las
de género más moderno. Por lo tanto, considero que es el colmo de la ironía
que en el modelo de Masonería Masculina, GLUI, la barrera de género ahora
se rompa, no al aceptar mujeres biológicas nacidas naturalmente, sino por
un tema mucho más controvertido, al menos para la mayoría de los
masones, las personas transgénero.

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Horus
Sospecho, y esto es especulativo, que hay varias razones para esto. El
primero, ya insinuado, es que se inició en respuesta a una amenaza legal
real y sin duda específica. Otra probabilidad es que fue más fácil separar
esta decisión de la postura tradicional masculina de la masonería de la
GLUI. No existen reglas en las constituciones de la Francmasonería que
aborden específicamente los cambios de sexo. Por mucho que este disgusto
pueda causar, por extraño que parezca, es probable que no sea una píldora
tan dura de tragar para la mayoría de los masones masculinos, como
aceptar a las mujeres biológicamente nacidas. Además, es probable que los
números sean mucho menores.
Por supuesto, como ha confirmado un breve recorrido a través de foros en
línea, hay una medida predecible de la reacción angustiada entre los
masones. En uno o dos lugares, de hecho, noté algunos comentarios de
apoyo, pero lo opuesto fue más común. Lo que más me sorprendió es que
todo el asunto fue mucho más discreto de lo que esperaba. Eso puede
cambiar momentáneamente, por supuesto. Sin embargo, me pareció que la
gente estaba esperando para soltar el aire.
Es un cambio sísmico. Sabremos a tiempo cuán catastrófico será un cambio.
Presenta problemas para el liderazgo. ¿Forzarán, aunque sea gradualmente,
a la membresía en varios estados, por la misma ruta? ¿Serán
intransigentes? ¿Tomarán algunos la fatídica acción de denunciar a la GLUI
y anular el reconocimiento? Esto último no es probable, pero aún es posible.
Lo más probable es que el avestruz gane el día, mientras la gente intenta
fingir que no pasó nada.
Por supuesto, Está claramente escrito. Es necesario que la Orden avance
hacia el siglo XXI. Sin importar cuántos de la vieja guardia caigan en sus
propias espadas, las mujeres inevitablemente vendrán después.

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Horus