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Introducción a la Química Medicinal, 2018.

ÚLCERAS

Astudillo Dávila Paola Thalía.

Profesional en Formación, Ciencias de la Salud, Titulación de Bioquímica y Farmacia, Universidad


Técnica Particular de Loja, San Cayetano Alto s/n C.P. 11 01 608; Loja, Ecuador

GENERALIDADES

Los medicamentos antiulcerosos son aquellos que curan o facilitan la cicatrización de las úlceras,
además de prevenir recaías y las complicaciones en enfermedades acidopépticas, trastornos en los
cuales son factores patógenos el ácido gástrico y la pepsina. (Wallace, JL., 2008)

Las enfermedades acidopépticas se centran en las anormalidades de la secreción ácida y en la supresión


de ácido y aumentar la defensa de la mucosas, como una estrategia de tratamiento, la hipersecreción
gástrica está asociada con la estimulación no solamente del ácido hidroclorhídico sino también con la
pepsina, la cual actúa como un cofactor en el desarrollo de erosiones en la mucosa gástrica. (Martínez,
Reyes, Guerrero & Arredondo, 2010)

Aunque el ácido y la pepsina en el estómago son por naturaleza cáusticos, no producen lesiones o
síntomas debido a mecanismos de defensa intrínsecos, si se alteran estas defensas pueden producirse
úlceras gástricas o duodenales. (Wallace, JL., 2008)

Úlcera péptica es la pérdida de sustancia en las zonas del aparato digestivo que están expuestas al ácido
y pepsina que se secreta en el estómago, cuando esta lesión se sitúa en el estómago se nombra úlcera
gástrica y cuando lo hace en la primera porción del intestino delgado se llama úlcera duodenal. (Ferrer,
Pérez & Herrería, 2005)

La secreción del ácido gástrico es continua, el resultado final es la secreción de H+ por las células
endoteliales del estómago, los factores que regulan la secreción del ácido son la acetilcolina, histamina,
gastrina, mientras que la somatostatina inhibe su secreción. (Divins, M., 2004)

TRASTORNOS ACIDOPÉPTICOS ESPECÍFICOS

La eficacia de los fármacos supresores del ácido en diversas enfermedades depende decisivamente de
su capacidad para mantener el pH gástrico por encima del objetivo determinado, generalmente de 3 a
5, esta meta varía según la enfermedad. (Brunton, Chabner & Knollmann., 2012)
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Fig. 1 Éxito comparativo de tratamiento de


trastornos acidopépticos con inhibidores de la
bomba de protones (administrado una vez al día)
y antagonistas de H2 (administrado dos veces al
día), para elevar el pH gástrico elegido como
objetivo.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico (GERD)

Alcedo & Mearin (2011) refieren los siguientes datos acerca de la enfermedad por reflujo
gastroesofágico:

La enfermedad por reflujo gastroesofágico ocurre cuando esfínter esofágico inferior no se cierra
adecuadamente, lo que permite que el contenido del estómago regrese, o haga reflujo, hacia el esófago
y lo irrite. Esta enfermedad aparece cuando hay alguna alteración entre los mecanismos de defensa del
estómago y esófago.

Los síntomas son:

- Regurgitación, retorno sin esfuerzo del contenido gástrico al esófago, o incluso hasta la boca.
- Disfagia esofágica: dificultad para la deglución a lo largo del órgano.
- Dolor torácico y manifestaciones respiratorias.

Fig. 2 Válvula esfínter esofágico inferior no cierra


adecuadamente, permite reflujo hacia el esófago
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Úlcera péptica

Es un desequilibrio entre factores de defensa de la mucosa (bicarbonato, mucina, prostaglandina, NO)


y factores nocivos (ácido y pepsina). La defensa de la mucosa debilitada y la reducción de la producción
de bicarbonato contribuyen a la lesión por la concentración relativamente baja de ácido. Helicobacter
pylori (60%) y otros compuestos como NSAID también interactúan para producir una ulcera. (Vecina,
S., 2002)

Fig. 3 Diferentes capas del estómago, la


ulcera péptica afecta, al menos la muscular
de la mucosas y no sobrepasa la muscular
propia.

- Úlceras relacionadas con NSAID:


Las personas que usan estos medicamentos por períodos prolongados tienen un riesgo de 2 a
4% de presentar una úlcera y hemorragia de tubo digestivo por perforación.

El moco gástrico es soluble cuando es secretado pero forma rápidamente un gel insoluble que
reviste la superficie mucosa del estómago, lentifica la difusión de iones y impide el daño de la
mucosa por las macromoléculas como la pepsina, la producción de moco es estimulada por las
prostaglandinas E2 e I2 que inhiben directamente la secreción de ácido por las células; por
consiguiente la inhibición de las prostaglandinas disminuyen la secreción de moco y
predisponen a la aparición de la enfermedad. (Brunton, Chabner & Knollmann., 2012)

- Úlceras relacionadas con estrés:


Estas ocurren en contexto de una enfermedad grave o un traumatismo que exige cuidados
intensivos. (Brunton, Chabner & Knollmann., 2012)

- Úlceras producidas por Helicobacter pylori:


Helicobacter pylori es un bacilo Gram (–) que se adquiere principalmente en la infancia,
productor de ureasa que se encuentra en el estómago de cerca del 90 - 95% de los pacientes con
úlcera duodenal y del 60-80% de aquellos con úlceras gástricas, provoca una disminución de
la concentración de somatostatina, por este motivo, se pierde el efecto inhibitorio sobre la
gastrina, con la consiguiente se origina un aumento de células epiteliales y un aumento de la
secreción ácida. (Ferrer, Pérez & Herrería, 2005)
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- Síndrome de Zollinger-Ellison
Es una afección en la cual el cuerpo produce una cantidad excesiva de la hormona gastrina. La
mayoría de las veces, un pequeño tumor (gastrinoma) en el páncreas o en el intestino delgado
es la fuente de la gastrina excedente en la sangre. (Nicolás, Ortiz, Pastor & Ponce, 1999)

MEDICAMENTOS ANTIULCEROSOS

Brunton, Chabner & Knollmann (2012) refieren los siguientes medicamentos:

Inhibidores de la bomba de protones

Los supresores más potentes de la secreción de ácido gástrico son los inhibidores de la bomba de
protones, disminuyendo la producción diaria en 80 a 95%. Son seis inhibidores de la bomba de protones
para uso clínico:

- Omeprazol
- Esomeprazol
- Lansoprazol
- Dexlansoprazol
- Rabeprazol
- Pantoprazol

Fig. 5 Inhibidores de la bomba de


protón: Conversión de omeprazol en
sulfenamida en canículos secretorios
ácidos de las células parietales.
Sulfenamida se une de manera
covalente con grupo sulfhidrilo en
bomba de protones, inhibiendo
irreversiblemente la actividad.

Estos fármacos tienen diferentes sustituciones en sus grupos piridina y benzimidazol con propiedades
farmacológicas similares.
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Además, son profármacos que exigen activación en un medio ácido, se difunde hacia las células
parietales y se acumula en los canículos secretores de ácido, ahí es activado por la formación catalizada
por protones de sulfenamida tetracíclica, lo que atrapa al fármaco de manera que no se puede difundir
de regreso, la forma activada se une a los grupos sulfhidrilo de las cisteínas en la bomba de protones,
inactivando de manera irreversible la molécula de la bomba, la secreción del ácido se reanuda luego de
que nuevas moléculas de la bomba y se insertan en la membrana. En conclusión se bloquea el paso final
de la producción de ácido.

Antagonistas del receptor H2

Son sustancias obtenidas a través de modificaciones de la molécula de la histamina .El bloqueo selectivo
del receptor H2 de la histamina inhibe la producción de pacido al competir de manera reversible con la
histamina por la unión a los receptores en la membrana basolateral de las células parietales, suprimen
la secreción diaria en un 70%.

- Cimetinida
- Ranitidina
- Famotidina
- Nizatidina

Fig. 6 Los diversos fármacos de esta familia nacen por


modificaciones entre ellos. Anillo imidazólico de
cimetidina se sustituye por un anillo furano en
ranitidina, mientras que la famotidina tiene un anillo
tiazol, y la nizatidina un anillo tiazólico.
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Fármacos que aumentan la defensa mucosa

- Análogos de las prostaglandinas:


Como el Misoprostol. La prostaglandina E2 y la prostaciclina son las principales
prostaglandinas que sintetizan la mucosa gástrica, además tienen efectos citoprotectores que
comprenden la estimulación de la secreción de mucina y bicarbonato. En la célula parietal, las
prostaglandinas, al igual que la somatostatina, interaccionan con los receptores inhibidores
acoplados a la adenilciclasa, reduciendo la difusión de protones.

Fig. 7 Análogos presentan la estructura


general de las prostaglandinas: ácidos grasos
de 20 carbonos, que contienen un anillo
ciclopentano, grupo hidroxilo en la posición
15, doble enlace entre carbonos 13-14.

- Sucralfato
Actúa localmente, reaccionando con el ácido clorhídrico del estómago para formar una especie
de pasta adherente que actúa como un tampón. Posteriormente, esta pasta formada se adhiere
electrostáticamente a las proteínas de la lesión, complejos estables de aluminio y fibrinógeno
forman una barrera protectora impiden el ataque de agentes ulcerogénicos como el ácido
clorhídrico o la pepsina. Adicionalmente, el fármaco impide la retrodifusión de los iones
hidrógeno y absorbe la pepsina y los ácidos biliares, al mismo tiempo que estimula la
producción de agentes gastroprotectores como la prostaglandina E2 y el mucus gástrico.
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Fig. 8 Sucralfato: disacárido sulfatado


formado por la combinación de
octosulfato de sacarosa e hidróxido de
aluminio.

Antiácidos

Estos tienen una acción neutralizante del ácido clorhídrico por reacción química en el estómago, con lo
que reducen la acidez gástrica (pH por encima de 5) y pueden absorber pepsina y otros enzimas
pancreáticos, disminuyendo la agresividad química enzimática sobre la mucosa digestiva. Base débil
reacciona con HCL de estómago y lo neutraliza formando una sal.

Se suelen distinguir dos tipos:

- Antiácidos no sistémicos: sales de aluminio, sales de magnesio, sales de calcio, almagato,


magaldrato.
- Antiácidos sistémicos: bicarbonato sódico.
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Referencias:

Alcedo & Mearin. (2011). La enfermedad por reflujo gastroesofágico y sus complicaciones.
Recuperado el 8 de enero del 2018 de: http://www.aegastro.es/sites/default/files/archivos/ayudas-
practicas/11_La_enfermedad_por_reflujo_gastroesofagico_y_sus_complicaciones.pdf

Brunton, L., Chabner, B., Knollmann, B. (2012). Goodman & Gilman: Las bases farmacológicas de la
terapéutica (12a. ed.). Editor McGraw Hill México. Pág.: 1309-1321.

Divins, M. (2004). Antiácidos y antiulcerosos. Farmacia Profesional 18(11). Pág.: 27

Ferrer, I., Pérez, J., Herrería, J. (2005). Guía de seguimiento farmacoterapéutico sobre úlcera péptica.
Recuperado el 8 de enero de 2018 de: http://www.ugr.es/~cts131/esp/guias/GUIA_ULCERA.pdf

Martinez, M., Reyes, O., Guerrero, G., Arredondo, B. (2010). Nuevos conceptos fisiológicos de la
enfermedad ácido péptica. Revista Archivo Médico de Camagüey, 14(3).

Nicolás, D., Ortiz, V., Pastor, M. & Ponce, J. (1999). Síndrome de Zollinger-Ellison. Gastroenterol
Hepatol (22). Pág.: 100-112

Vecina, S. (2002). Farmacología de los antiulcerosos. Emergencias. Pág. 12:13

Wallace, JL. (2008). Prostaglandins, NSAIDs and mucosal defence: Why doesn´t the stomach digest
itself. Physiol Rev, 88(4). Pág.: 1547-1562.

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