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Mónica Szurmuk
ESTUDIOS CULTURALES DICCIONARIO DE
LATINOAMERICANOS
ESTUDIOS CULTURALES
coordinación de
coordinación de LATINOAMERICANOS
MÓNICA SZURMUK Y ROBERT MCKEE IRWIN
coordinación de
MÓNICA SZURMUK Y ROBERT MCKEE IRWIN
CULTURALES LATINOAMERICANOS
DICCIONARIO DE ESTUDIOS
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repres
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS, 04310, MÉXICO, D.F.
HM621
D53
2009 Diccionario de estudios culturales
latinoamericanos / coordinación de
Mónica Szurmuk y Robert McKee
Irwin ; colaboradores, Silvana
Rabinovich ... [et al.]. — México :
Siglo XXI Editores : Instituto Mora,
2009.
332 p. — (Lingüística y teoría
literaria)
ISBN: 978-607-03-0060-8
1. Cultura — Diccionarios.
2. Cultura — América Latina —
Diccionarios. I. Szurmuk, Mónica,
ed. II. Irwin, Robert McKee, ed. III.
Rabinovich, Silvana, colab. IV. Ser.
isbn 978-607-03-0060-8
se imprimió en
litográfica tauro
andrés molina enríquez 4428
col. viaducto piedad,
08200, méxico, d. f.
228 POSMEMORIA / POSMODERNIDAD
¿Cómo y desde dónde leer (lejos de las sentido un proceso esperanzador, que le
pretensiones de “objetividad” de decenios otorga un sentido a la historia.
anteriores, se trata de hacer evidentes las Jürgen Habermas es uno de los principa-
condiciones de enunciación y de reflexio- les defensores contemporáneos del proyecto
nar acerca de su impronta en la lectura de de la modernidad, y lo reivindica como pro-
los discursos sociales y culturales) la críti- yecto de la razón. “Como camino de la razón
ca radical que la posmodernidad le hace al insatisfecha, que es el legado más profundo
proyecto moderno, cuando la modernidad de la crítica ilustrada: el criticarse y vigilar-
tiene, como una de sus características fun- se a sí misma (“La modernidad”: 17).”
damentales, la reflexión sobre sí misma, la La modernidad constituye una visión
autocrítica? ¿Plantea la posmodernidad un global del mundo, del yo, de la realidad, or-
cambio de episteme? ganizada en cuatro proyectos fundamenta-
Para adentrarnos en este campo de re- les: un proyecto emancipador que consiste en
flexión es preciso partir del análisis, aunque la secularización del conocimiento y la cul-
sea somero, de la modernidad, considerando tura; un proyecto expansivo a través del cual
que tanto modernidad como posmodernidad busca expandir el conocimiento y la pose-
son conceptos complejos y heteróclitos. sión de la naturaleza; un proyecto renovador
Un primer acercamiento nos permite que implica la búsqueda de mejoramiento e
pensar a la modernidad como el legado del innovación permanentes; y un proyecto de-
proyecto racionalista ilustrado del siglo mocratizador vinculado sobre todo a la edu-
XVIII. Se trata, como tal, de una “particular cación y a la difusión de los saberes (García
condición de la historia” (Casullo, Forster y Canclini, Culturas híbridas).
Kaufman: 10) que surge a partir de la con- Esta propuesta enfrenta una de sus peo-
ciencia de estar viviendo un momento espe- res crisis a mediados del siglo XX, y a esa cri-
cial en el que el triunfo de la razón expresa- sis podemos ponerle un nombre: Auschwitz.
do en los descubrimientos científicos, los La Ilustración muestra, entonces, su lado
avances tecnológicos y la industrialización, “oscuro”, como lo analizaron, entre otros,
garantizaría un destino de progreso para la Theodor Adorno y Max Horkheimer en su
humanidad. Estos términos –razón y pro- libro llamado, precisamente, Dialéctica del
greso– serán el núcleo de la modernidad. La Iluminismo. Con la segunda guerra mun-
nueva época histórica se muestra también dial se entró a una etapa de descreimiento
en la conciencia de que el mundo es sobre y crítica de aquella idea constitutiva de la
todo la representación que nos hacemos de modernidad como proceso emancipador;
él. Este nuevo modo de comprensión que etapa que estará marcada por la puesta en
abarca el yo, el mundo y la naturaleza surge cuestión de sus metarrelatos fundantes: de-
en el quiebre de la representación del mun- mocracia, revolución, progreso…
do regida por lo religioso. Así, el sitio que El mundo actual se encuentra, en reali-
ocupaba Dios pasa a ocuparlo la Razón. dad, frente a un panorama que muestra di-
Estamos en realidad ante un largo proceso versas crisis que van a determinar un quie-
histórico que cristaliza en el llamado “siglo bre en el proyecto moderno (Casullo, Forster
de las luces”; será entonces cuando este pro- y Kaufman: 196); entre las más significati-
yecto –el Iluminismo, la Ilustración– siste- vas podemos señalar: crisis de reformula-
matice los grandes paradigmas de la moder- ción del sistema capitalista, crisis del Estado
nidad. de bienestar, crisis del proyecto político e
Son tres las esferas que organizan los sa- ideológico alternativo al sistema capitalista,
beres en el proyecto de la racionalidad ilus- crisis de los sujetos sociales históricos, crisis
trada: la esfera cognitiva que corresponde a de la sociedad del trabajo, crisis de las for-
la ciencia; la esfera normativa, sitio de las mas burguesas de la política. Frente a esto se
problemáticas éticas y morales; y la esfera consolida un neoliberalismo salvaje acom-
expresiva donde reinan el arte y la estética. pañado de una globalización económica y
Todas ellas convergen en el ideal del progre- una mundialización cultural (Ortiz) que
so. Es decir, la modernidad apuntaba al fu- tienden a homogeneizar realidades, sujetos,
turo, a un futuro utópico, como espacio de mensajes, receptores, imágenes, deseos…
realización de estas tres esferas; es en este conforme a los lineamientos del mercado.
230 POSMODERNIDAD
De acuerdo con Jean François Lyotard posmodernidad, y que sin duda implica un
estas crisis provocarán el quiebre de la mo- cambio en la sensibilidad contemporánea,
dernidad y el surgimiento de la posmoder- en un collage sumamente complejo, con-
nidad. Esta nueva escena histórica pareciera tradictorio y ambiguo en muchos sentidos.
dominada por el simulacro, el consumo, el ¿De la pérdida de la utopía y al fragmentado
hedonismo, la falta de expectativas. “La mo- caleidoscopio de múltiples utopías? ¿O de la
dernidad, preñada de utopías, se dirigía ha- utopía a la muerte de la historia?
cia un futuro mejor. Nuestra época –des- El término “posmodernidad ” (“posmo-
mantelada– se desembaraza de las utopías, dernismo”, “condición posmoderna”, “capi-
reafirma el presente, rescata fragmentos del talismo tardío”, “época posindustrial”) co-
pasado y no se hace demasiadas ilusiones mienza a ser utilizado en el campo de la
respecto del futuro” (Esther Díaz: 17). crítica literaria por Irving Howe y Harry
De manera lúdica a pesar de su esquema- Levin, al final de los años cincuenta, para
tismo, el siguiente cuadro propuesto por referirse a la decadencia del movimiento
Ihab Hassan da una idea bastante acertada moderno. En los años sesenta, lo utilizaron
de las diferencias principales entre ambos críticos como Leslie Fiedler e Ihab Hassan,
conceptos (Hassan, traducción mía): aunque sin coincidir en el significado del
término. Es en los años setenta que el uso
se generaliza, en referencia primero a la ar-
MODERNISMO POSMODERNISMO quitectura y luego a la danza, el teatro, la
Forma (conjuntiva/ Antiforma pintura, el cine y la música. Esta noción es
cerrada) (disyuntiva/abierta) retomada por Julia Kristeva y Jean François
Lyotard en Francia, y por Jürgen Habermas
Propósito, Juego en Alemania (Huyssen, “Guía”). “A comien-
intención zos de los años ochenta, la constelación
Diseño Azar modernismo-posmodernismo en las artes y
modernidad-posmodernidad en la teoría so-
Jerarquía Anarquía cial se había convertido en uno de los espa-
Objeto artístico Proceso, cios de mayor beligerancia de la vida inte-
acabado performance, lectual en Occidente” (“Guía”: 234).
happening Lo primero que se debe preguntar –escri-
be Hal Foster en su “Introducción” al ya
Presencia Ausencia clásico libro The Anti-aesthetic: Essays on
Centro Dispersión Postmodern Culture– es si existe el llamado
posmodernismo y, en caso afirmativo, qué
Género/frontera Texto/intertexto significa. ¿Es un concepto o una práctica,
Raíz/profundidad Rizoma/superficie una cuestión de estilo local, todo un nuevo
periodo o fase económica? ¿Cuáles son sus
E pur si muove… Pero es también la mirada formas, sus efectos, su lugar? ¿Estamos en
de la posmodernidad la que ha propiciado verdad más allá de la era moderna, realmen-
la aparición en la escena de todo aquello te en una época (digamos) posindustrial?
que estaba vetado o cancelado por el sujeto La idea de la posmodernidad surge bási-
racional hegemónico; han cobrado fuerza camente del campo de las artes y de ciertas
así diversas minorías postergadas. Aquellos teorías críticas que ponen en cuestión la ra-
que habían sido excluidos del proyecto cionalidad hegemónica dominante. Si una
moderno han hecho su aparición ponien- de las características de la modernidad es
do en cuestión al ser humano-masculino- fomentar su propia crítica, ¿no será la pos-
heterosexual-occidental-blanco-racional de modernidad un discurso nacido en alguna
la modernidad; han surgido nuevas formas de sus orillas?
de participación política; han aparecido Algunos autores señalan que el moder-
propuestas artísticas fuertes con lenguajes nismo nació como un movimiento de opo-
innovadores; se han roto fronteras creati- sición pero se convirtió rápidamente en
vas… En fin, este conglomerado de elemen- “cultura oficial”. Romper esta situación pa-
tos convierte a lo que se ha dado en llamar reciera ser uno de los objetivos del arte ac-
POSMODERNIDAD 231
tual. Sin embargo, es necesario considerar pequeñas o no tan pequeñas, que continúen
que las reflexiones sobre la posmodernidad tramando el tejido de la vida cotidiana
no son iguales en el campo de la sociología (Lyotard, La condición: 31).
y la historia de la ideas, que en lo referente Fredric Jameson, por su parte, a través
a la estética; tampoco se refieren de manera de una nueva lectura de la teoría cultural
homogénea a su propia problemática. propuesta por el marxismo, considera las
En la política cultural existe hoy una formas estéticas de la posmodernidad en
oposición básica entre un posmodernismo estrecha correlación con la globalización
que se propone reconstruir el modernismo del mercado. La mercantilización del arte
y oponerse al statu quo, y un posmodernis- habría llevado a la expresión creativa a la
mo que repudia al primero y elogia al segun- banalización, la superficialidad y el pasti-
do: un posmodernismo de resistencia y otro che. En este sentido, la posmodernidad re-
de reacción (11). presentaría la “logical cultural del capitalis-
Sin duda esta idea, aunque dificulta el mo tardío”. Posmodernidad y globalización
trabajo de caracterización del fenómeno son, para Jameson, “las dos caras de un solo
posmoderno, rompe con cualquier preten- fenómeno, la globalización abarcando cues-
sión de imponerle un esquema rígido y uní- tiones de información, comercio y econo-
voco, y explica gran parte de los desencuen- mía, la posmodernidad siendo más su ma-
tros de los grandes teóricos sobre el tema. nifestación cultural” (“Posmodernidad”).
A partir de su propuesta puede entender- Resultan indispensables para acercarse a
se que las nuevas, y muchas veces apasio- la discusión sobre la relación modernidad-
nantes, búsquedas en el campo de la estética posmodernidad los trabajos de Andreas
y la lucha de las minorías de la sociedad Huyssen, quien descree de las oposiciones
convivan en la misma “escena posmoderna”, binarias y propone recuperar el potencial
con las pretensiones neoconservadoras que político y la complejidad de ambas propues-
anuncian el fin de las ideologías y el triunfo tas. Uno de los elementos que toma en
del mercado. cuenta en la escena contemporánea es la
En este panorama, Habermas, por ejem- presencia de las nuevas tecnologías –me-
plo, aboga por una nueva apropiación críti- dios de comunicación, cultura de la ima-
ca del proyecto moderno, en contra de un gen– en el desarrollo principalmente de las
antimodernismo conservador. El filósofo propuestas estéticas, lo que quiebra las no-
alemán trata de rescatar el potencial eman- ciones adornianas de alta cultura y cultura
cipatorio de la razón, diferenciándose de popular. En este sentido, Huyssen analiza
quienes confunden razón con dominación, los vínculos de continuidad y crítica que se
y hace desde ese lugar una defensa de la establecen con las propuestas de las van-
modernidad ilustrada. guardias históricas. Así, el posmodernismo
Otro autor fundamental en el debate, en arte puede ser entendido en sentido si-
Jean François Lyotard, considera que la pos- milar a las vanguardias en cuanto enfrenta-
modernidad señala el fin de los grandes re- miento a la institución artística tradicional
latos, es decir de las metanarrativas de la del modernismo clásico. De manera casi
modernidad y su capacidad explicativa. Su paradójica, pensar la tradición –a partir de
obra La condición posmoderna es uno de los las vanguardias que negaban todas las tra-
puntales de la reflexión sobre el tema; en diciones– permite romper con la exigencia
ella Lyotard analiza las transformaciones permanente de innovación en que había
del pensamiento ilustrado en el umbral de caído el arte moderno. Se repiensa la tradi-
la informatización de las sociedades. ción, la relación del arte con la vida y se
En estas condiciones, ¿cómo pueden se- presta oído a las voces que vienen de fuera
guir siendo creíbles los grandes relatos de de la “institución arte” occidental.
legitimación? Esto no quiere decir que no Es preciso señalar que las búsquedas
haya relato que no pueda ser ya creíble. Por operadas por el posmodernismo no dan re-
metarrelato o gran relato, entiendo precisa- sultados homogéneos, sino que se transfor-
mente las narraciones que tienen función man en “por un lado, la emergencia de una
legitimante o legitimatoria. Su decadencia cultura del eclecticismo, un posmodernismo
no impide que existan millares de historias, ampliamente afirmativo que abandona todo
232 POSMODERNIDAD
un panorama que rebasa las dicotomías que Hay sin duda consenso entre los prin-
han caracterizado a la modernidad (culto/ cipales teóricos acerca del “conglomerado
popular, rural/urbano, etc.). ¿Cómo analizar, premoderno-moderno-posmoderno” en que
por ejemplo, el fenómeno de la migración se ha convertido la cultura latinoamericana,
de indígenas y campesinos mexicanos o cen- aunque no siempre los modos de abordar
troamericanos que se instalan en Estados esta realidad sean similares (cabe destacar
Unidos y se vuelven bilingües en inglés y las reflexiones de José Joaquín Brunner,
en su lengua madre sin haber pasado por Jesús Martín Barbero, Beatriz Sarlo, Nicolás
el español? ¿O la emergencia de nuevos ac- Casullo, Carlos Monsiváis, John Beverley,
tores sociales con reclamos y formas de lu- Renato Ortiz, Walter Mignolo y Nelly
cha alejadas de las convencionales (Madres Richard, entre otros). Estamos en realidad
de Plaza de Mayo, Movimiento de los Sin ante una suma de culturas que forma un
Tierra, etc.)? ¿Cómo entender la producción collage que reclama miradas flexibles, creati-
artística posvanguardista, en muchos casos vas, agudas, que se desplacen entre perspec-
incorporada ya al mainstream internacio- tivas teóricas y entre niveles de la realidad.
nal, en un continente con altísimo niveles Al analizar la relación entre nuestro con-
de analfabetismo? Los conceptos de moder- tinente y la posmodernidad, Nelly Richard
nidad y posmodernidad no nos permitirán escribe: “Una mescolanza de modos (la sos-
dar cuenta de estas realidades, en tanto su pecha en filosofía; la parodia y el simulacro
uso pretenda homogeneizar lo heterogéneo, en estética; la desconstrucción en teoría crí-
u olvidar las diferencias hablando solamen- tica; el escepticismo en política y el relati-
te por los sectores urbanos y letrados; en vismo en ética; el sincretismo en cultura) y
esta medida, serán insuficientes y por lo modas (el collage de estilos y la cita del pa-
tanto poco productivos para pensar la rea- sado en arquitectura; el desencanto posmar-
lidad de América Latina. Una vez más nos xista; el jugueteo narcisista y la distensión
enfrentamos con la necesidad de imaginar cool; el eclecticismo neutro en el juicio cul-
respuestas y marcos conceptuales posibles y tural y el pluralismo blando en la concerta-
no de intentar imponer conceptos acuñados ción social)” (“Latinoamérica”: 210).
por “epistemes hegemónicas”. Esta “mescolanza” es también un camino
Sin duda, las experiencias de moderni- para que la despolitización que caracteriza
dad son diferentes y cambiantes en el con- a una cierta concepción de la posmoderni-
junto de la región. El cruce e interacción dad en los países hegemónicos, se vuelva en
entre cultura popular, cultura de masas y América Latina un espacio de subversión
“alta cultura” característica de la cultura la- del proyecto racionalista a través de la in-
tinoamericana, es el punto de partida para serción de las voces “otras”, de las voces
el concepto de “hibridez” (García Canclini, “minoritarias” hasta ahora silenciadas (indí-
Culturas híbridas) que ha resultado especial- genas, mujeres, homosexuales…).
mente productivo para pensar la realidad Es en este contexto que las disciplinas
de América Latina desde los años noventa. –comunicación, sociología, teoría del arte,
Esta noción permite analizar la tensa re- crítica literaria, antropología– ven desdibu-
lación que se establece entre la inacabada jadas sus fronteras y deben repensar tanto
modernidad latinoamericana y los fenóme- su propia pertinencia como la configura-
nos propios de la posmodernidad; es decir, ción de sus tradicionales objetos de estu-
da herramientas para leer, desde la teoría, dio. Inter y transdisciplina no son modas
la tensa articulación que cotidianamente académicas sino exigencias del escenario
relaciona al neoliberalismo económico tras- contemporáneo.
nacional y a una cultura del consumo des- Las propuestas de Richard Hoggart, de
territorializada con la fuerza de lo local, las Raymond Williams y de Stuart Hall, entre
tradiciones ancestrales resignificadas y aun otros, nacidas e Inglaterra en los años se-
con los espacios “premodernos” del conti- tenta intentaron, tomado como punto de
nente. Esta propuesta no abandona el hori- partida fundamentalmente a los estudios
zonte de la racionalidad ilustrada sino que literarios, rechazar las rigidez de la insti-
lo complejiza tomando en cuenta los nuevos tucionalización de los saberes e incorporar,
escenarios. a partir del marxismo y de ciertos elemen-
234 POSMODERNIDAD / POSNACIONALISMO
tos de la teoría crítica, los problemas de la the Great Divide: Modernism, Mass Culture,
cultura popular y mediática a la reflexión Postmodernism (Theories of Representation and
realizada desde las universidades. Difference), Bloomington, Indiana University
Esta herencia a la que se sumarán diver- Press, 1986 [Después de la gran division: mo-
sos discursos generados tanto en la acade- dernismo, cultura de masas, posmodernismo
mia –de centros y periferias– como en las (trad. P. Gianera), Buenos Aires, A. Hidalgo,
propias prácticas artísticas, mediáticas y 2002]; Jameson, Fredric, Posmodernismo o
culturales de todo tipo, será, en cierto sen- la lógica cultural del capitalismo avanzado,
tido, la base de lo que tomará el pensamien- Barcelona, Paidós, 1995; Jameson, Fredric,
to latinoamericano para los estudios sobre Teoría de la posmodernidad, Madrid, Trotta,
cultura en el momento actual. 1996; Lyotard, Jean François, La condición
Desde los llamados “estudios culturales” posmoderna, Madrid, Cátedra, 1983; Lyotard,
(con la complejidad y heterogeneidad que Jean François, La posmodernidad (explicada
esta noción conlleva, así como con sus dife- a los niños), Barcelona, Gedisa, 1995; Picó,
rentes derivaciones: estudios de la subalter- Joseph, Modernidad y posmodernidad, Madrid,
nidad, estudios poscoloniales, estudios cul- Alianza Editorial, 1988; Richard, Nelly, La es-
turales feministas, etc.), tanto como desde tratificación de los márgenes: sobre arte, cultura
la revisión de las disciplinas tradicionales, y políticas, Santiago, Francisco Zegers, 1989;
incorporando los múltiples cruces, diálogos Vattimo, Gianni et al., En torno a la posmoder-
y contagios que surjan entre ambos campos, nidad, Barcelona, Anthropos, 1994.
quizá pueda entablarse una discusión más
productiva con respecto a la tensión moder- [SANDRA LORENZANO]
nidad/posmodernidad y enriquecer la re-
flexión sobre la cultura de América Latina.
Más allá de las denominaciones y etique- posnacionalismo
tas académicas –muchas veces impuestas
desde los espacios hegemónicos–, más allá El término “posnacionalismo ” (con o sin
de muertes planteadas “por decreto” (de la guión) se volvió popular durante los años
historia, de las ideologías, de los sujetos), lo noventa para enfatizar el papel declinante
que resulta ineludible es asumir el reto, des- del Estado-nación para la organización de la
de posturas que eviten nuevas ortodoxias y vida social, la actividad humana y la investi-
rigideces, de producir reflexiones, análisis, gación académica en la era de la globaliza-
estudios y propuestas que contribuyan a la ción. Las concepciones académicas del pos-
democratización del continente. Los nuevos nacionalismo surgen de varias disciplinas,
estudios sobre cultura ¿serán contrahege- incluidas ciencias políticas, antropología,
mónicos o no serán? (Beverley “Estudios sociología y estudios literarios/culturales.
culturales”). Desde estas líneas apostamos a Muchos de estos discursos, de orientación
que lo sean. izquierdista y utópica, ven la globalización
como un proceso que borra las fronteras na-
OBRAS DE CONSULTA.Baudrillard, Jean, Simulacra cionales e incrementa el potencial para libe-
and Simulation, Ann Arbor, University of rar a grupos étnicos marginados de la opre-
Michigan, 1994; Beverley, John, Michael Aronna sión de formas nacionales y del Estado.
y José Oviedo (eds.), The Postmodernism Debate El posnacionalismo celebra especialmen-
in Latin America, Durham, Duke University te las experiencias de diásporas, las mino-
Press, 1995; Casullo, Nicolás (comp.), El de- rías en los países del “primer mundo” y el in-
bate modernidad-posmodernidad, Buenos cremento de producciones culturales sobre
Aires, Retórica Ediciones, 2004; Habermas, tales experiencias. Los discursos posnacio-
Jürgen, “La modernidad, un proyecto incom- nalistas con frecuencia enfatizan que un nú-
pleto” en Hal Foster (ed.), La posmodernidad, mero creciente de comunidades racializadas
Barcelona, Kairos/Colofón, 1988, pp. 19-36; y de inmigrantes mantienen o restablecen
Herlinghaus, Hermann y Monika Walter (eds.), vínculos con los países o regiones de origen
Posmodernidad en la periferia: enfoques latino- de los que han sido desplazados. A medida
americanos de la nueva teoría cultural, Berlín, que muestran múltiples lealtades, se despla-
Langer Verlag, 1994; Huyssen, Andreas, After zan entre regiones, y seguido se convierten