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Sandel, M. (2016). Justice, Paris, Albin Michel, 416 pp.

Por: Eguski Urteaga


Departamento de Sociología y Trabajo Social
Facultad de Relaciones Laborales y Trabajo Social
Universidad del País Vasco
Vitoria, España
E-mail: eguzki.urteaga@ehu.eus

Michael Sandel acaba de publicar su En el primer capítulo de Justice,


libro titulado Justice en la editorial que hace oficio de introducción, el autor
Albin Michel, en la colección dirigida parte de un ejemplo que le permite
por Pauline Colonna d’Istria. Esta problematizar su objeto de estudio.
obra ha sido traducida del inglés Observa que “la controversia suscitada
al francés por Patrick Savidan. por la práctica de precios abusivos tras
Conviene recordar que Sandel se el paso del huracán Charley, suscita
formó en la Universidad Brandeis en cuestiones morales y legales delicadas:
Massachusetts antes de realizar una ¿los vendedores de bienes y de servicios
tesis doctoral en la Universidad de que sacan provecho de una catástrofe
Oxford bajo la dirección de Charles natural, haciendo pagar el precio
Taylor. Actualmente es catedrático en la más elevado que pueda soportar el
Universidad de Harvard donde imparte, mercado, son inmorales? En ese caso,
entre otras materias, la asignatura de ¿el legislador debe intervenir y, [si así
filosofía política titula “Justicia”. En es], cómo? ¿El Estado debe prohibir los
ella, presenta los principales textos precios abusivos, incluso si debe para
filosóficos dedicados a la justicia ello limitar la libertad de negociación
y se interesa por las controversias de los compradores y vendedores?” (p.
jurídicas y políticas contemporáneas 13). Para contestar a estas preguntas, es
que suscitan interrogaciones filosóficas preciso interrogarse sobre el significado
(p. 395). Sandel pertenece a la corriente de la justicia, sabiendo que las ideas a
“comunitarista” que ha desarrollado su propósito se organizan en torno a
una crítica de la Teoría de la justicia tres finalidades: maximizar el bienestar,
de Rawls (2006). Entre sus obras más respetar la libertad y promover la virtud.
relevantes traducidas al castellano “Cada una de estas ideas corresponde
figuran El liberalismo y los límites de a una manera particular de pensar la
la justicia (2000), Filosofía pública. justicia” (p. 14).
Ensayos sobre moral en política (2008)
o, más recientemente, Lo que el dinero La cuestión de los precios abusi-
no puede comprar: los límites morales vos, nos dice el autor, plantea uno de los
del mercado (2013). grandes dilemas de la filosofía política:

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¿Una sociedad justa tiene como tarea si la frontera entre el interés personal y
promover la virtud de sus ciudadanos o la codicia no es siempre muy nítida, la
la ley debe ser neutral y no elegir entre que separa el éxito del fracaso es mucho
visiones contrapuestas de la virtud? más clara (p. 29). Esto significa que “la
Mientras que los pensadores de la anti- cólera suscitada por la utilización del
güedad, empezando por Aristóteles, se dinero público no se ha cristalizado
centran en el fomento de la virtud, las esencialmente en la codicia, [sino que]
teorías modernas (Kant y posteriormente lo que cuestionaba fundamentalmente
Rawls) se interrogan sobre la libertad (p. el sentido de la justicia de los nor-
19); sabiendo que cada una de estas pers- teamericanos era que el dinero de sus
pectivas se caracteriza por sus fortalezas impuestos sirva para recompensar el
y debilidades. En realidad, detrás de ese fracaso” (p. 31).
debate se hallan convicciones relacio- Según el autor, “preguntarse si
nadas con las virtudes que son dignas una sociedad es justa supone preguntarse
de ser honradas y recompensadas, y el cómo se reparte aquello que valoramos:
modo de vida que una sociedad buena rentas y patrimonios, deberes y derechos,
debería promover (p. 19). En ese sentido, poderes y oportunidades, posiciones
Sandel estima que es imposible pensar y honores” (p. 34). Ciertos debates
la justicia sin intentar determinar lo que públicos surgen como consecuencia
constituye la mejor manera de llevar a de los desacuerdos que aparecen a
cabo nuestras vidas. No en vano, hoy propósito de las maneras de comprender
en día, “la mayoría de los debates sobre estos ideales, mientras que otros giran en
la justicia se refieren al reparto de los torno a la forma de articularlos (p. 35).
frutos de la prosperidad o de los cargos Si la filosofía política no puede poner fin
en tiempos difíciles o a la definición de a estos desacuerdos, puede, sin embargo,
los derechos fundamentales de los ciu- identificar y formular los argumentos
dadanos” (p. 23). que los partidarios de las distintas
El descontento e incluso la in- opciones se exponen mutuamente y así
aclarar los retos morales asociados a las
dignación social provocada por la crisis
alternativas a las que nos enfrentamos
financiera de 2008 y su posterior gestión
como ciudadanos de sociedades
son buena prueba de ello, sabiendo que
democráticas. Precisamente, en el
en el origen de la indignación se halla
presente libro, Sandel intenta “explorar
el sentimiento de injusticia (p. 26). De
las fuerzas y debilidades propias de estas
hecho, la indignación se nutre de cierta
maneras de concebir la justicia” (p. 35).
idea del mérito. En ese sentido, nos dice
Sandel, los ciudadanos, especialmente Más precisamente, en primer
norteamericanos, sancionan más dura- lugar, el libro analiza la idea de maxi-
mente el fracaso que la codicia porque, mización del bienestar, sabiendo que la

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mayoría de los debates políticos contem- “la vida de las sociedades democráticas
poráneos se centran en las maneras de está atravesada por desacuerdos sobre
favorecer la propiedad, de elevar el nivel el bien y el mal, lo justo y lo injusto.
de vida y de fomentar el crecimiento. De Estos desacuerdos pueden decidir
hecho, la prosperidad mejora la condi- una elección [e incluso] desencadenar
ción de los individuos y de la sociedad guerras culturales” (pp. 46-47).
en su conjunto. En segundo lugar, el au-
Según Sandel, la reflexión moral
tor se interesa por el conjunto de teorías
se despliega cuando nos enfrentamos a
cuya característica principal es asociar la
una cuestión moral delicada. Partimos
justicia y la libertad. Insisten en el respe-
de una opinión o de una convicción a
to de las libertades individuales, incluso
propósito de lo que conviene hacer y,
si divergen sobre los derechos que son
posteriormente, reflexionamos sobre
precisos privilegiar. Uno de los debates
lo que justifica nuestra convicción
políticos más virulentos de nuestra épo-
e intentamos identificar el principio
ca opone los partidarios del dejar-hacer
sobre el cual se fundamenta. Pero,
y de la equidad (pp. 35-36). En tercer
enfrentarnos a una situación que
lugar, el autor se centra en las teorías
cuestiona ese principio genera dudas
que asocian la justicia con la virtud y
(p. 47). Frente a esta tensión, podemos
la vida buena. La convicción según la
revisar nuestro juicio sobre la buena
cual una sociedad justa defiende ciertas
decisión que es preciso tomar o repensar
virtudes y concepciones de la vida buena
el principio sobre el cual nos hemos
ha inspirado movimientos políticos y ha
basado inicialmente. Ese movimiento
dado argumentos a ideologías de todo
de la acción a la razón y viceversa,
tipo (p. 37).
es precisamente lo que constituye la
De hecho, ciertos dilemas morales reflexión moral (p. 48). En ese sentido,
surgen cuando unos principios morales dicha reflexión no es una búsqueda
entran en conflicto entre sí. Ante esta solitaria, sino que se inscribe siempre en
situación, es preciso determinar cuál una perspectiva pública y requiere uno
de estos principios es más importante o varios interlocutores. De hecho, al ser
o más apropiado en función de las dialéctica, la reflexión moral necesita
circunstancias. Otros dilemas morales opiniones y convicciones, aunque sean
aparecen porque no estamos seguros parciales, como puntos de apoyo y como
del desenlace de los acontecimientos material (p. 49). Más allá, “cuando la
(p. 41). En cualquier caso, los dilemas reflexión moral se convierte en política,
morales nos aclaran sobre la manera cuando pregunta qué leyes deberían
según la cual opera el argumento moral gobernar la vida en comunidad, debe
tanto en nuestras vidas personales como enfrentarse al tumulto de la ciudad, a los
en el espacio público (p. 46). De hecho, argumentos y a las preocupaciones que

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agitan el espíritu público” (pp. 49-50). satisfacciones, puede someter a los
En suma, con este libro, Sandel desea individuos (…). Esto significa que la
emprender un viaje en el corazón de la lógica utilitarista, aplicada de manera
reflexión moral y política, incitando el coherente, podría tolerar unas maneras
lector a realizar un análisis crítico de de tratar a personas que infrinjan las
sus propias ideas en materia de justicia normas fundamentales de decencia y
(p. 50). respeto” (p. 59). De hecho, en la medida
en que el utilitarismo se presenta como
En el segundo capítulo del libro,
una ciencia de la moral basada en la
dedicado al utilitarismo, Sandel subraya
que, para esta corriente teorizada por medida, la agregación y el cálculo de
Bentham, “el principio más elevado la felicidad, valora las preferencias sin
de la moral consiste en maximizar la juzgarlas. Si esta ausencia de juicio
felicidad, es decir el incremento del explica en parte su éxito, el hecho
placer con respecto al dolor” (p. 55). de asociar todos los bienes morales
Por lo tanto, actuar correctamente es únicamente a la utilidad se traduce por
hacer todo lo que es susceptible de una pérdida y la reducción de todos los
maximizar la utilidad, es decir todo lo valores a ese único valor-patrón (p. 65).
que produce placer y felicidad o que Fundamentalmente, dos críticas
previene el dolor o el sufrimiento. Para han sido dirigidas al principio de
Bentham, la maximización de la utilidad felicidad defendido por Bentham: según
es un principio válido, no solamente la primera, no toma suficientemente
para los individuos, sino también para en consideración la dignidad humana
los legisladores, dado que, cuando y los derechos individuales; mientras
decide qué leyes debe aprobar o qué que, según la segunda, reduce todo lo
políticas debe implementar, un gobierno que es moralmente importante a los
debe intentar maximizar la felicidad placeres y a las penas (p. 75). John
de la comunidad considerada como Stuart Mill ha intentado responder a
una totalidad (p. 56). En este sentido, estas críticas inscribiendo el utilitarismo
no existiría ningún punto de vista a
en una doctrina más humanística,
partir del cual este principio pueda ser
esforzándose en reconciliar los derechos
rechazado, ya que cualquier argumento
individuales con la filosofía utilitarista.
moral debería implícitamente basarse
Considera que las personas deberían ser
en una idea de maximización de la
libres de hacer lo que quieren mientras
felicidad.
no perjudican a los demás. En otros
Para el autor, “la debilidad más términos, una persona solo debería
evidente del utilitarismo es el no-respeto dar cuentas a la sociedad cuando las
de los derechos individuales. Porque acciones que lleva a cabo afectan a los
solo se preocupa por la suma de las demás (p. 76).

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Asimismo, Mill piensa que de- óptica, la norma procede de un ideal de
beríamos maximizar la utilidad en el dignidad humana que no depende ni de
tiempo, puesto que, a largo plazo, el res- las necesidades ni de los deseos (p. 85),
peto de la libertad individual conduce el alejándose así de los fundamentos del
mayor número de personas a la felicidad utilitarismo.
humana. Avanza varios argumentos para
justificar su tesis: 1) la opinión disidente En el tercer capítulo del libro,
podría ser parcialmente o completa- consagrado al libertarismo, Sandel
mente cierta, corrigiendo así la opinión subraya que esta corriente es favorable
dominante; 2) aunque no fuera el caso, el a la libertad de los mercados y se opone
hecho de someter la opinión dominante a la regulación estatal, no en nombre de
a una contestación intelectual vigorosa la eficacia económica, sino en nombre
prevendría su conversión en dogma; y de la libertad humana. Defiende, ante
3) una sociedad que impondría a sus todo, el derecho fundamental de cada
miembros unas costumbres y conven- uno a la libertad, es decir el derecho
ciones, correría el riesgo de caer en un de hacer lo que uno quiere de las cosas
conformismo y se privaría de energía que posee, en el respeto del derecho
y vitalidad (pp. 77-78). En ese sentido, de los demás a hacer lo mismo (p.
para Mill, imponer a una persona vivir 91). Para los libertarianos, numerosas
según una costumbre, una convención actividades del Estado moderno
o una opinión dominante sería inmoral son ilegítimas y limitan la libertad
porque esto le impediría alcanzar el fin individual, de modo que solamente
más elevado de la vida humana, es decir un Estado mínimo sea compatible con
el desarrollo de sus facultades humanas ella. Por lo tanto, cualquier Estado que
(pp. 78-79). se arroga otras prerrogativas estaría
moralmente injustificado (p. 92). En
A ese respecto, Mill efectúa una ese sentido, rechazan ciertas leyes y
distinción entre los placeres superiores políticas aprobadas e implementadas
e inferiores, ya que considera posible por los Estados modernos en nombre
valorar la calidad de nuestros deseos y
de tres principios: 1) el paternalismo;
no solamente su cantidad, refiriéndose
2) la redistribución de las rentas; y 3) el
al principio de utilidad (p. 82). Para
moralismo legislativo (pp. 92-93).
Mill, el placer más deseable es aquel
que, tras ser experimentado, tiene la Así, Nozick considera que un
preferencia de una mayoría de las Estado que se limita a unas funciones
personas que lo han experimentado de protección contra la fuerza, el robo,
(p. 83). Pero reconoce que incluso las el fraude y la no aplicación de contratos
mejores personas pueden dar, a veces, sería legítimo y que, al contrario,
la prioridad a placeres inferiores. En esta cualquier Estado más extenso violaría

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los derechos que tienen las personas persona exitosa tiene una deuda hacia
de no verse obligadas a actuar de tal o aquellos que han contribuido a su éxito;
tal manera y, por ende, sería ilegítimo 4) las personas no pagan impuestos
(p. 95). De ese modo, las personas no sin su consentimiento, ya que, como
deberían estar obligadas a ayudar a los ciudadanos de una democracia, pueden
demás, sabiendo que, para Nozick, las hacer escuchar su voz en el momento de
desigualdades económicas no tendrían la elaboración de las leyes de finanzas
nada reprensible como tales (p. 96). En que fijan el impuesto al que están
ese sentido, Nozick privilegia las teorías sometidos; y 5) la persona exitosa tiene
de la justicia que honran las elecciones cierta suerte (p. 104).
realizadas por los individuos sobre los En el cuarto capítulo de la obra,
mercados en los que reinaría la libertad. articulado en torno a la relación que
Para él, la justicia distributiva depende mantienen mercado y moralidad, el
de dos condiciones: la justicia de las autor subraya que la defensa del merca-
posesiones iniciales y la justicia de las do por los libertarianos se basa en dos
transferencias; la primera condición ideas básicas: la libertad y el bienestar.
exige que uno sea el legítimo propietario En el primer caso, deja los indivi-
de los recursos que pretende movilizar duos proceder voluntariamente a unas
para ganar dinero; mientras que la transacciones, respetando su libertad,
segunda implica que el dinero haya mientras que, en el segundo caso, el
sido obtenido gracias a intercambios mercado, cuando es libre, contribuye
libres en un mercado abierto. Por lo al bienestar general (p. 113). Los que
tanto, cualquier reparto que resulte del se muestran críticos con el mercado
funcionamiento libre del mercado sería cuestionan estas dos ideas, por una
justo, fuese igual o desigual (p. 96). parte, porque las elecciones realizadas
en el mercado no son siempre tan libres
La clave moral de la posición
como parecen; y, por otra parte, porque
libertariana es la idea de propiedad de
ciertos bienes y prácticas son desva-
sí mismo (p. 99). De hecho, para esta
lorizados cuando son objeto de una
corriente, existiría una continuidad transacción comercial (pp. 113-114).
moral entre el impuesto (apropiarse una
parte de mis rentas), el trabajo forzoso Como lo pone de manifiesto
(apropiarse mi trabajo) y la esclavitud Sandel, “los presupuestos utilitaristas
(infringir el derecho de propiedad sobre sí pueden fundamentar el razonamiento
mismo) (p. 100). Pero, varias objeciones a favor del mercado. Si se considera
han sido dirigidas al libertarismo, dado que una transacción voluntaria mejora
que 1) el impuesto no es comparable al la situación de las dos partes sin
trabajo forzoso; 2) los pobres necesitan perjudicar a nadie, se dispone de una
ese dinero en mayor medida; 3) una sólida razón utilitarista para dejar

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hacer el mercado” (pp. 120-121). El Según otra concepción de las
problema es que esta visión suscita dos normas superiores, conviene partir de
objeciones. La primera se basa en la la idea de que la justa valoración del
equidad y la libertad, mientras que la valor de los bienes y de las prácticas
segunda alude a la virtud cívica y al bien sociales es función de los objetivos y de
común. Según la primera, el mercado los bienes que sirven estas prácticas (p.
no es libre para aquellos que padecen 148). Yendo más allá, si consideramos
escasas oportunidades (p. 122). Según que los seres humanos son seres
la segunda, el compromiso ciudadano, libres, no deberían ser reducidos a la
por ejemplo en el ejército, representa condición de objeto, sino que deberían
una obligación cívica (p. 128). ser tratados con dignidad y respeto.
Esta perspectiva hace de la distinción
Para los libertarianos, el valor entre las personas y los objetos el
de los contratos resulta de la expresión criterio fundamental de la moralidad.
de una libertad de elección, de modo Kant fue el que defendió ese principio
que garantizar el respeto de un contrato con mayor fuerza (p. 148).
pasado entre dos adultos signifique
respetar su libertad (pp. 143-144). Precisamente, Sandel dedica el
Desde un punto de vista utilitarista, quinto capítulo de su obra a la teoría
sin embargo, el valor de un contrato kantiana de la justicia. De hecho, el filó-
sofo alemán afirma que existen derechos
depende de su capacidad para promover
humanos universales, de modo que, si
el bienestar general. Si dos partes
todos los seres humanos son dignos de
llegan a un acuerdo, es que ambas salen
ser respetados, sea cual sea su identidad
beneficiadas (p. 144). No obstante, dos
y su lugar de residencia, es inmoral tra-
objeciones han sido dirigidas a esta
tarlos como instrumentos susceptibles
visión. La primera es relativa al carácter
de ser puestos al servicio de la felicidad
verdaderamente voluntario del acuerdo
colectiva (p. 155). En ese sentido, Kant
alcanzado y plantea la cuestión de las ofrece una de las concepciones más po-
condiciones en las cuales las partes derosas e influyentes producidas por la
involucradas toman sus decisiones, ya filosofía moderna relativa a los derechos
que puede tratarse de un consentimiento y deberes de los seres humanos. Esta
viciado (p. 144). La segunda alude al concepción se basa en la idea según la
deterioro y a los bienes superiores, por cual las personas son seres racionales
un lado, porque ciertas cosas no pueden que merecen ser tratados con dignidad
ser compradas; y, por otro lado, porque y respeto (pp. 156-157). Esto significa
la determinación del valor de los bienes que Kant considera que la moral no tiene
y de las prácticas sociales no depende nada que ver con la maximización de la
solamente de uno mismo (p. 145). felicidad o de cualquier otro fin, sino que

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tiene como objeto el respeto de las per- es un ser sensible, en la medida en
sonas como fines en sí mismos (p. 157). que responde a las solicitudes de los
sentidos y de los sentimientos. Pero,
Así, Kant ofrece unos fundamentos Kant considera que la razón puede ser
sólidos a lo que los revolucionarios del soberana y, cuando la razón gobierna
siglo XVIII denominaban “derechos del la voluntad, la persona no está guiada
hombre” y a lo que, hoy en día, llamamos por el deseo de sentir placer y de evitar
“derechos humanos universales” (p. el dolor (p. 162). Esto implica que
158). De ese modo, el filósofo germano Kant defiende una concepción rigurosa
se presenta como un gran defensor de la y exigente de la libertad. De hecho,
perspectiva que consiste en asociar la cuando buscamos experimentar el
justicia y la moralidad con la libertad. placer y evitar el dolor, no actuaríamos
Pero la idea de la libertad que avanza libremente, ya que seríamos esclavos
es exigente, ya que va más allá de la de nuestros apetitos y deseos. Para él,
libertad de elección en un mercado de actuar libremente es actuar de manera
bienes (p. 159). En ese sentido, a su autónoma y el acto autónomo sería un
entender, la moral no puede basarse en acto llevado a cabo en función de una
consideraciones simplemente empíricas, ley que me daría a mí mismo (p. 163).
tales como los intereses, las necesidades,
los deseos y las preferencias de las Para el filósofo alemán, el valor
personas en un momento determinado. moral de una acción residiría, no en las
Dado que estos factores son variables y consecuencias que resultarían de ellas,
contingentes, difícilmente pueden servir sino en la intención que presidiría a su
de puntos de apoyo a los principios lanzamiento, dado que lo importante es
morales universales (p. 160). Según el móvil. De la misma forma, para que
Kant, fundamentar la moralidad en los una acción sea moralmente buena, no es
suficiente que esté en conformidad con
intereses y las preferencias aniquila su
la ley moral, sino que, además, debe ser
dignidad, dado que no permite distinguir
llevada a cabo por amor a la ley moral;
el bien del mal (p. 160).
sabiendo que el móvil que confiere a
Para Kant, cualquier persona es una acción su valor moral es el deber
digna de respeto, no porque seríamos (p. 167). A ese propósito, Kant ofrece
propietarios de nosotros mismos, sino varios ejemplos para diferenciar el deber
porque somos seres racionales, es de la inclinación, aunque reconozca
decir seres dotados de razón. Somos que, a menudo, es difícil saber lo que
igualmente seres autónomos, capaces conduce a las personas a actuar de tal
de actuar y elegir libremente (p. 161). o tal manera (p. 170). Por lo tanto, si
En este sentido, lejos de limitarse a la ser moral significa actuar por deber, es
capacidad de razonar, el ser humano preciso mostrar lo que el deber requiere,

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lo que supone saber cuál es el principio estoy en medida, siendo independiente
supremo de la moralidad. La respuesta de las leyes de la naturaleza, de afirmar
de Kant asocia tres grandes principios: la mi autonomía, de actuar según una ley
moralidad, la libertad y la razón (p. 173). que me doy a mí mismo” (p. 189).
“Si la razón determina mi En el sexto capítulo del libro,
voluntad, esta última se convierte centrado en la teoría de la justica de
entonces en un poder, el de elegir sin Rawls, el autor demuestra que el filósofo
someterme al dictado de la naturaleza norteamericano muestra que, para
y de la inclinación” (p. 175). De hecho, pensar la justicia, es preciso identificar
según el filósofo germano, la razón los principios a los que consentiríamos
puede ordenar la voluntad de dos si nos encontráramos en una posición
maneras, haciendo referencia cada una inicial de igualdad (p. 208). Rawls nos
a un imperativo distinto: la primera es invita a imaginar que nos reunamos
hipotética en la medida en que recurre para determinar los principios según los
a la razón instrumental, mientras que cuales gobernar nuestra vida colectiva,
la segunda es categórica ya que es es decir para redactar un contrato
imperativa e incondicional (p. 177). En social. Dadas nuestras diferencias, y a
otros términos, si la acción es un medio, pesar de nuestra capacidad para llegar
el imperativo es hipotético, mientras que, a acuerdos, sería difícil conseguir
si es un fin, el imperativo es categórico. un contrato social justo (p. 208).
“Kant considera que solamente un Rawls sugiere que nos reunamos para
imperativo categórico puede ser determinar estos principios sin saber
considerado como un imperativo de la cuál será nuestra posición en la sociedad.
moralidad” (p. 178). En este sentido, ser Como consecuencia de ese “velo de
libre exige actuar, no en función de un ignorancia”, elegiríamos a partir de
imperativo hipotético, sino en virtud de una posición original de igualdad.
un imperativo categórico (p. 178). Dado que nadie dispone de una fuerza
negociadora superior, los principios a
El imperativo categórico los que consentiríamos serían justos
kantiano exige hacer abstracción de las (p. 209).
contingencias y respetar a las personas
como seres racionales, sin referirse a Situados en esta posición, no
lo que puedan desear en una situación elegiríamos el utilitarismo ya que
dada. De ese modo, cuando uno desea podríamos ser miembros de una minoría
la ley moral, lo hace como ser racional, oprimida. Tampoco nos adheriríamos
en nombre de lo que Kant denomina la al libertarismo dado que daría a las
“razón pura práctica” (p. 186). “Como personas el derecho de conservar toda
ser racional, pertenezco a un mundo la riqueza acumulada en el marco de
inteligible. Desde ese punto de vista, una economía de mercado (pp. 209-

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210). “Rawls piensa que dos principios la obligación de retribuir los que nos
de justicia surgen de ese contrato procuran una ventaja (p. 214). En los
hipotético. El primero garantiza a cada hechos, nos dice Sandel, la realización
ciudadano un igual acceso a las mismas de estos ideales de autonomía y
libertades fundamentales, tales como reciprocidad es imperfecta, ya que
la libertad de expresión y de religión ciertos acuerdos, aunque voluntarios,
(…). El segundo principio concierne la pueden no ser mutuamente benéficos.
igualdad social y económica. Si no exige A su vez, por razones de reciprocidad,
un reparto igualitario de las rentas y de la podemos encontrarnos ante la
riqueza, solo autoriza las desigualdades obligación de retribuir una ventaja,
sociales y económicas que benefician incluso en ausencia de cualquier
a los miembros de la sociedad menos contrato (p. 214).
favorecidos” (p. 210).
En ese sentido, si el consenti-
Según Sandel, para medir la miento no es una condición suficiente
fuerza moral del contrato hipotético de la obligación moral, puede aconte-
propuesto por Rawls, es preciso poner cer que el consentimiento no sea una
de manifiesto los límites morales a los condición necesaria de la obligación
que se enfrentan los contratos efectivos moral. De hecho, “si la ventaja mutua es
(p. 2010). De hecho, en ciertos casos, suficientemente manifiesta, la exigencia
los términos de un contrato entre dos moral de reciprocidad puede imponerse,
partes no son equitativos. E, incluso incluso en ausencia de un acto de con-
cuando el contrato es injusto, podemos sentimiento” (p. 216). En ese sentido,
vernos obligados a cumplir nuestros un acuerdo hipotético concluido bajo un
compromisos, al menos hasta cierto velo de ignorancia no es el pálido reflejo
punto (p. 212). En cualquier caso, “los de un contrato real, sino la forma más
contratos efectivos solo tienen peso, pura de un contrato real que, por ello, se
desde un punto de vista moral, en la encuentra dotado de un poderío moral
medida en que recurren a dos ideales: superior (p. 222).
la autonomía y la reciprocidad” (pp.
2013-204). Como actos voluntarios, los Además, Rawls se muestra crítico
contratos expresan nuestra autonomía hacia la concepción meritocrática, ya
y las obligaciones que crean solo que fija la posición de las partes implica-
tienen peso en la medida en que nos das en el reparto en función de criterios
los imponemos a nosotros mismos. Y, arbitrarios. En su defensa de una visión
como medios que permiten acceder a más igualitaria, el filósofo norteameri-
una ventaja mutua, los contratos aluden cano propone el principio de diferencia
al ideal de reciprocidad. La obligación cuyo objetivo es corregir el reparto
que tenemos de cumplirlos proviene de desigual de los talentos y de las dispo-

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siciones, sin infligir hándicaps a los más personas tienen derecho a percibir los
favorecidos. Lo consigue incentivando beneficios que surgen de ese marco.
las personas con talento a desarrollarlos Fundamentalmente, en su rechazo del
y a ejercerlos, al tiempo que garantiza mérito moral como fundamento de la
que los beneficios que producen estos justicia distributiva, Rawls avanza dos
talentos en el mercado pertenecen a razones: 1) el hecho de gozar de talentos,
la comunidad en su conjunto (p. 230). que me confieren una ventaja en la
No obstante, la justificación propuesta competencia con los demás, no debe
por Rawls a propósito del principio de ponerse en mi activo; y 2) las cualidades
diferencia genera dos objeciones: que una sociedad valora en un momento
dado obedecen a un arbitrario moral
La primera alude a los incentivos,
(p. 238).
ya que el principio de diferencia puede
desincentivar a los más dotados. No En el séptimo capítulo, consagrado
obstante, para Rawls, las desigualdades a la discriminación positiva, Sandel
de renta justas, en la medida en que recuerda que el verdadero debate sobre
fomentan el esfuerzo, benefician la discriminación positiva se sitúa a
en última instancia a las personas nivel de la reparación y de la diversidad
desfavorecidas (p. 233). (p. 249). De hecho, se puede contemplar
la discriminación positiva como una
La segunda se refiere al esfuerzo.
manera de reparar unas injusticias
Según este filósofo, el esfuerzo es tribu-
pasadas y sus efectos duraderos. Algunos
tario de contingencias, familiares por
objetan que los que se benefician de esta
ejemplo, que no podemos llevar a nues-
ventaja no son necesariamente los que
tro crédito. En ese sentido, “el esfuerzo
han padecido esta injusticia, mientras
no puede constituir el fundamento del
que los que pagan el precio de la
mérito moral” (p. 235).
reparación son raramente responsables
En materia de justicia distributiva, de estas injusticias (p. 249). Por su
Rawls estima que no tiene como objetivo parte, la justificación por la diversidad
recompensar el mérito moral (p. 236). se basa en el bien común (p. 251). En
A ese propósito, realiza una distinción este caso, los oponentes al argumento
sutil entre el mérito moral y los derechos de la diversidad avanzan dos criterios:
sobre las expectativas legítimas. Para una práctica y otra de principios. La
Rawls, la justicia distributiva aspira a objeción práctica cuestiona la eficacia de
satisfacer unas expectativas legítimas las políticas de discriminación positiva,
que pueden nacer una vez que las reglas mientras que la objeción práctica desea
del juego están instauradas. Y, cuando demostrar que es poco probable que
los principios de justicia establecen los alcance sus objetivos y que podría ser
términos de la cooperación social, las incluso contraproducente (p. 253).

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Según el autor, renunciar al mérito neutral, ya que considera que los debates
moral como fundamento de la justicia que conciernen la justicia implican
distributiva es seductor a nivel moral unas discusiones sobre el honor, la
pero igualmente perturbador. Seductor virtud y la naturaleza de la buena vida
porque cuestiona el presupuesto auto- (p. 275). En ese sentido, la justicia está
satisfecho según el cual el éxito sería el íntimamente asociada al mérito. Más
coronamiento de la virtud. Perturbador allá, Aristóteles pretende que, para
porque esta separación entre la justicia determinar el justo reparto de un bien,
y la moral es difícilmente perceptible debemos inicialmente identificar la
(p. 262). De hecho, la justicia tiene finalidad del bien en cuestión (p. 277).
a menudo una dimensión honorífica
y la idea de que el mérito, para ser Para el filósofo griego, la justicia
concebido, supone que las instituciones distributiva no es una cuestión de dinero
sociales hayan previamente definido sino de cargos y de honores (p. 282).
su misión, presenta una dificultad: las Es consciente de que todas las teorías
instituciones sociales más importantes de la justicia distributiva tienen como
en los debates que conciernen la justicia objeto discriminar y distinguir, lo que
no son libres de determinar su misión plantea la cuestión de determinar qué
como lo desean (p. 263). discriminaciones son las más justas.
Según Aristóteles, la finalidad de lo
En el octavo capítulo, dedicado político, no es establecer un marco
al pensamiento aristotélico, Sandel jurídico neutral en cuanto a sus fines,
subraya que algunas prácticas sociales sino formar buenos ciudadanos y cultivar
poseen, no solamente una finalidad buenas disposiciones (p. 283). En otros
instrumental, sino igualmente una términos, la finalidad superior de la
finalidad asociada al honor y a la comunidad política sería cultivar las
ejemplaridad (p. 274). En ese sentido, virtudes de los ciudadanos, enseñándoles
la filosofía política de Aristóteles gira cómo vivir una vida buena. Por lo cual,
en torno a dos ideas centrales: 1) la los que contribuyen en mayor medida a
justicia es teleológica, en la medida en
la comunidad política son aquellos que
que definir unos derechos exige que
son superiores en la excelencia cívica
identifiquemos la finalidad de la práctica
y los que más merecen recibir la parte
social en cuestión; y 2) la justicia es
del reconocimiento político y de la
honorífica, dado que reflexionar sobre
influencia social (pp. 285-286).
la finalidad de una práctica supone
reflexionar o debatir para determinar De manera general, según
qué virtud esta práctica debería honrar y Aristóteles, para realizar plenamente
recompensar (pp. 274-275). Aristóteles nuestra naturaleza como ser humano,
no piensa que la justicia pueda ser debemos vivir en una ciudad y participar

217
en la vida política, ya que el ser humano no deberían pedir perdón por los errores
es un animal político (p. 287). Esto cometidos por generaciones anteriores,
significa que el aprendizaje de la virtud porque presentar sus disculpas supone
está vinculado al hecho de ser ciudadano asumir la responsabilidad de estos actos.
(p. 289). Y la única y mejor manera de Esta última postura se inscribe en el
acceder a la virtud moral es realizando individualismo moral según el cual
acciones justas, de modo que la virtud las personas solo están sometidas a las
moral se adquiera practicándola (p. 290). obligaciones a las que han consentido.
En ese sentido, la política es esencial a Esto supone que, como personas
la vida buena, por una parte, porque morales, libres e independientes, no
las leyes inculcan buenas costumbres, están comprometidas por los vínculos
forman buenos caracteres y nos ponen morales preexistentes (pp. 313-314).
en la vía de la virtud cívica; y, por otra
Para profundizar ese debate,
parte, porque la vida de ciudadano nos
Sandel distingue tres categorías de
ofrece la posibilidad de ejercer nuestras
responsabilidad moral: 1) los derechos
aptitudes a la deliberación (p. 293).
naturales que son universales y no
En el noveno capítulo, centrado requieren ningún consentimiento; 2)
en los dilemas de la lealtad, Sandel las obligaciones voluntarias que son
observa que, en general, “se justifican las particulares y exigen el consentimiento;
disculpas públicas haciendo valer que se y 3) las obligaciones de solidaridad
trata de honrar la memoria de aquellos que son particulares y no necesitan
que han sufrido injusticias cometidas consentimiento alguno (p. 331). Sobre
por la comunidad política (…), y de la base de esta tipología, el autor
reconocer los efectos persistentes de estas analiza varios ejemplos de solidaridad o
sobre las víctimas y sus descendientes, pertenencia, tales como las obligaciones
de expiar las faltas cometidas por los familiares, la resistencia francesa
que han infligido la injusticia o no la durante la ocupación alemana o la
han impedido. Como gesto público, las ayuda prestada por el Estado de Israel
disculpas oficiales pueden ayudarnos a a los judíos etíopes (pp. 331-336).
cerrar las heridas del pasado y a abrir Esto le permite poner de manifiesto
la posibilidad de una reconciliación las obligaciones especiales que
moral y política. (…) Estas pueden tenemos hacia nuestra familia, nuestros
igualmente contribuir a atenuar los compañeros y nuestros conciudadanos
efectos de las injusticias padecidas (p. 344). Y las obligaciones de solidaridad
por las víctimas y sus herederos” (p. y de pertenencia pueden imponerse a
310). Pero, según los oponentes a nosotros mismos por razones que no
estas disculpas públicas, las personas responden a una elección sino a razones
pertenecientes a la presente generación vinculadas con relatos a través de los

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cuales interpretamos nuestras vidas y las nociones de honor y de virtud, de
las comunidades en las que vivimos orgullo y de reconocimiento. En otras
(p. 354). palabras, la justicia no alude solamente
a la cuestión de saber cómo repartir
En el noveno y último capítulo
los bienes sino que exige también que
del libro, Sandel recuerda que, a lo
sepamos evaluarlos (p. 384). “Si para
largo de esta obra, ha explorado tres
tener una sociedad justa es preciso
enfoques diferentes de la justicia.
preguntarnos sobre lo que es la vida
Según el primero, la justicia significa
buena, queda por determinar qué tipo
la maximización de la utilidad o del
de discurso político nos orientará en
bienestar: la mayor felicidad para el
la buena dirección” (p. 384). El autor
mayor número de personas. El segundo
asocia la justicia al respeto de la libertad avanza varias pistas en esta dirección;
de elección, se trate de elecciones Ciudadanía, sacrificio y servicio.
efectivas o de elecciones hipotéticas. En la medida en que una sociedad
Según el tercero, la justicia implica requiere un sentido fuerte de la
cultivar la virtud y reflexionar sobre comunidad, debe saber cultivar entre
la naturaleza del bien común. El autor los ciudadanos una preocupación por lo
se posiciona a favor de esta última colectivo y un compromiso al servicio
perspectiva. De hecho, para Sandel, del bien común. La escuela pública
el enfoque utilitarista presenta dos constituye el lugar preferente de la
defectos: por una parte, convierte la educación cívica, y puede ser reforzada
justicia y los derechos en un asunto de por el servicio cívico (pp. 387-388).
cálculo y no de principios; y, por otra
parte, intenta reducir todos los bienes Límites morales del mercado.
humanos a un solo patrón, sin tener en Dado que la mercantilización de ciertas
cuenta las diferencias cualitativas que prácticas sociales puede corromper o
los distinguen (p. 383). Las teorías de alterar las normas que las definen, es
la libertad, por su parte, aportan una preciso preguntarse qué normas no
solución al primer problema pero no al mercantiles queremos proteger de la
segundo. influencia del mercado. Es una cuestión
que exige la organización de un debate
Para el autor es preciso reflexionar público para zanjar entre las maneras
juntos el significado de la vida buena y opuestas de evaluar estos bienes (pp.
contribuir a la creación de una cultura 389-390).
pública que permita la expresión de los
desacuerdos que surjan (p. 384). En Desigualdad, solidaridad y virtud
ese sentido, las cuestiones de justicia cívica. Ante la erosión del ámbito
exigen desarrollar una reflexión sobre público y la necesidad de una política

219
del bien común, es necesario reconstruir alejada de cualquier jerga académica.
la infraestructura cívica. Se trata de No en vano, de cara a matizar esta
incrementar los impuestos de los más valoración positiva, el lector echa en
ricos para reconstruir las instituciones y falta el hecho de que el autor no haya
los servicios públicos que serían de tal expuesto su posicionamiento y sus tesis
calidad que tanto los adinerados como con anterioridad, sin tener que esperar
los desfavorecidos recurrirían a ellos. la parte final del libro. Asimismo, la
Una política del compromiso mayoría de los ejemplos aluden a los
moral. Es preciso tener una vida Estados Unidos, lo que dificulta la iden-
cívica más densa y comprometida. La tificación, sin perjudicar por ello la per-
confrontación pública más vigorosa de tinencia de los argumentos avanzados.
nuestras convicciones podría reforzar el En definitiva, la lectura de la
respeto que tenemos unos hacia otros. última obra de Michael Sandel es
Todas las deliberaciones públicas sobre sumamente recomendable para las
cuestiones morales no desembocarán en personas interesadas en la cuestión de
acuerdos pero es necesario intentarlo, la justicia desde una perspectiva moral
según el autor. y política.
Al término de la lectura de Justi-
ce, es preciso reconocer la simplicidad, Bibliografía
destreza y elegancia con la cual Sandel
aborda y discute las principales teorías 1. Rawls, J. (2006). Teoría de la
de la justicia desde el punto de vista de justicia, México, Fondo de Cultura
la filosofía moral y política. Lejos de Económica.
limitarse a una exposición detallada de
las principales tesis utilitaristas, liber- 2. Sandel, M. (2000). El liberalismo y
tarianas, kantianas, rawlsianas o aristo- los límites de la justicia, Barcelona,
télicas, construye progresivamente un Editorial Gedisa.
razonamiento articulado que desembo- 3. Sandel, M. (2008). Filosofía
ca en un posicionamiento claro y unas pública. Ensayos sobre moral
pistas de reflexión elaboradas, fruto de en política, Barcelona, Marbot
tres décadas de reflexión sobre la justi- Ediciones.
cia. El carácter comprensible y legible
de esta obra resulta de la multiplicación 4. Sandel, M. (2013). Lo que el dinero
de ejemplos concretos escogidos en la no puede comprar: los límites
actualidad y de la utilización de un es- morales del mercado, Madrid,
tilo fluido y de una terminología amena Debate.

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