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González Dávalos Mónica Edith

Procesos psicológicos fundamentales enfoques humanismo y psicoanálisis


Lunes 20 de Mayo del 2013
La experiencia del lenguaje

Lenguaje es entendido como la facultad que tiene el hombre para comunicarse con sus semejantes,
valiéndose de un sistema formado por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones; el
lenguaje articulado constituye una de las manifestaciones características que separan al hombre de
los seres irracionales.
Hablar del hombre como creación, es hablar de lenguaje, de comunicación. El hombre se define
como tal a través del maravilloso instrumento del lenguaje. Exagerando un poco quizá, el hombre es
puro lenguaje. Quitémosle la capacidad innata de la comunicación a través de códigos y solo nos
queda un ser con apenas posibilidades instintivas y limitadas de comunicación; un ser sin
pensamiento: un animal.
Mediante el lenguaje, se construye un mundo adecuado a su ser espiritual; el lenguaje es
la apertura de todas las posibilidades culturales del hombre (incluso, el pensamiento discursivo, la
ciencia, la filosofía, la poesía).
El psicoanálisis constituye un espacio privilegiado para el estudio del lenguaje. Freud inscribe la
situación analítica como una experiencia de lenguaje, es decir, se trata de un sujeto que habla a un
analista que tiene como respuesta la interpretación. Las palabras son un instrumento esencial del
tratamiento anímico. La palabra del paciente es protagonista en la cura. Trabajamos con ellas, la
palabra del paciente y la palabra del psicoanalista. Se habla y se escucha. En su sentido más puro
el psicoanálisis es”‘pura palabra”.
Toda palabra llama a una respuesta. No hay palabra sin respuesta, incluso si no encuentra más que
el silencio, el silencio es la respuesta, con tal de que tenga un oyente.
Al incluir lo inconsciente, el psicoanálisis encuentra en la palabra lo que esta dice más allá de lo que
dice, lo que dice en lo que no dice y aun lo que dice en el silencio que, desde la perspectiva del
psicoanálisis, también forma parte de la palabra. Llega así a analizar el comportamiento del sujeto
para encontrar en él lo que no dice. Pero para obtener esa confesión, es preciso que hable de ello.
Vuelve entonces a recobrar la palabra.
Por lo tanto “El Inconsciente es un Saber estructurado como un lenguaje” (Jacques Lacan) lenguaje,
al que puede írsele encontrando su forma de tejido particular, el cómo se articula en la producción
de lo humano: la subjetividad compartida, la forma de ser, pensar, la identidad, etc.
Lacan es reconocido debido al papel que hace jugar al lenguaje dentro de la práctica y la teoría
psicoanalítica. El lenguaje constituye un acto de suplencia en donde “realidad” es sustituida por otra
cosa, además, el sujeto del lenguaje toma distancia respecto a la experiencia vivida fomentándose
la creación del interjuego presencia-ausencia de los objetos y de las cosas.
El lenguaje nos obliga a alejarnos, a distanciarnos de la vivencia real; es aquí donde podría
cuestionarse la consistencia o el contenido de cualquier producción psíquica ya que lo que se
alcanzó a designar con palabras de la vivencia, posiblemente represente una mínima parte de la
misma quedando lo acontecido fracturado desde el origen.
Es a partir del orden significante donde el sujeto se crea por y para el otro quedando la humanidad
entera determinada por el lenguaje.
En el origen, cualquier experiencia es referida únicamente a su dimensión sensorial careciendo la
misma de nombre; la designación viene del exterior y es desde allí donde se inicia un proceso de
ordenamiento de las cosas.

El ser humano siempre habla. Habla no sólo cuando habla, sino que habla todo el tiempo, habla
también con el cuerpo, cuando sueña, con los lapsus, el chiste, los olvidos, cuando calla, cuando
se enamora, cuando trabaja, cuando triunfa, cuando fracasa.
Para el psicoanálisis, todas estas producciones humanas son frases. Frases para quien pueda
escuchar.
E sujeto se produce en función del lenguaje y todo lo que le va a pasar al sujeto, le va a pasar en
función del lenguaje.
Lo vivido, lo sentido, lo soñado, es según cómo lo interpretamos, qué es lo que decimos de esos
hechos. La realidad la interpretamos según nuestra ideología y según nuestro deseo, que no son lo
que uno cree conscientemente, sino que mi verdadero deseo y mi verdadera ideología son siempre
inconscientes.
El psicoanálisis es una terapia, pero también es una nueva manera de pensar en el ser humano. A
partir de Freud, el ser humano, además de hablar tiene deseo inconsciente producido por la
interpretación. Es por eso que es la ciencia del lenguaje, habitada por un sujeto.
Al ocuparse el psicoanálisis del sujeto del Inconsciente, que porta un Saber que es un lenguaje que
el sujeto no sabe (ignora) y que precisamente “el hacer consciente” implica tomar nota del mensaje
cifrado es que se introduce una nueva forma de escuchar: ya no se trata de escuchar (interpretar)
los procesos del organismo, el estado de su anatomía, los signos y síntomas, como expresión de
una enfermedad, sino de escuchar un cuerpo que se hace decir, expresa y habla de una forma
particular –es un lenguaje- y que para cada cual será diferente. Por ello el psicoanálisis no puede
reducirse a formulas y explicaciones generalizantes de lo humano sino al estudio y escucha del
caso por caso: el ir tras la escucha del mensaje deseante que se cifra de una manera singular en el
cuerpo, en la mente, el hacer y el decir.

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