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Cuatro elementos de diseño para implementar la teoría

de los “ojos en la calle” de Jane Jacobs


Por Constanza Martínez Gaete

San Gimignano, Toscana, Italia. © Rodrigo_Soldon, vía Flickr.

“Tiene que haber ojos en las calles, ojos pertenecientes a los que podríamos llamar los
propietarios naturales de la calle. Los edificios deben estar orientados hacia la calle para
garantizar la seguridad de los residentes y extranjeros. No pueden dar la espalda o tener
lados en blanco y dejarlos ciegos”.

Esta cita de Jane Jacobs, una de las teóricas del urbanismo más reconocidas por cambiar
la manera en que se valoran las ciudades, corresponde a uno de sus libros más
destacados: “Muerte y Vida de las Grandes Ciudades”, publicado en 1961.
En esta obra, Jacobs explica que uno de los objetivos más importantes de los espacios
públicos es que las personas se sientan cómodas, seguras y protegidas, aunque no se
conozcan entre sí. Esta situación se lograría si se cumple la teoría de “ojos en la calle”.
En este artículo te contamos más sobre esta teoría con una galería de fotos.
Según Jacobs, mientras más gente esté en las calles y en los espacios públicos, más
seguros serán estos lugares. De esta manera, la teoría de los “ojos en la calle” actúa
como una vigilancia informal de lo que ocurre en los lugares e indica que la seguridad
urbana se relaciona a otros elementos de diseño que deben estar presentes en los
espacios públicos para determinar su calidad y capacidad para atraer más personas.
Los elementos de diseño que si están presentes en un espacio público y están
vinculados a la teoría fueron seleccionados por el blog de The City Fix Brasil, dedicado
a promover ideas para la construcción de ciudades sostenibles, y son los
siguientes:contacto entre los edificios y las calles, espacios públicos atractivos, iluminación
y espacios amplios para caminar.
Aquí te mostramos una galería hecha por The City Fix en donde están presentes o
ausentes estos elementos.

1. Contacto entre los edificios y las calles

Muros que obstruyen el contacto visual entre los edificios y las calles. © Daniel Lobo, vía Flickr.
Cuando hay contacto visual entre los edificios y las calles, aumenta la sensación de seguridad. ©

movaxdx, vía Flickr.

2. Espacios públicos atractivos

© Alejandro Castro, vía Flickr.

3. Iluminación
Parque Millenium, Chicago. © life is good (pete), vía Flickr.

4. Espacios amplios para caminar

© EMBARQ Brasil, vía Flickr.

Al ver las imágenes, es posible tener una referencia de los alcances de la teoría de
los “ojos en la calle” que considera que lo ideal es que los planificadores urbanos
fomenten la actividad en las calles mediante la creación de espacios de uso mixto. Esto
quiere decir que si se construyen lugares en los que convivan las áreas comerciales con las
residenciales se incentiva la circulación de más personas tanto en el día como en la noche.

ane Jacobs, teórica y activista del


urbanismo humanista
Su libro sobre la planificación de las grandes ciudades es todo un clásico
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SANDRO POZZI

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Periodista en Nueva York

27 ABR 2006

Jane Jacobs nació el 4 de mayo de 1916 en Scranton, Pensilvania. Su


libro The Death and Life of Great American Cities transformó las ideas de la
planificación urbanística de las grandes ciudades. Falleció el 25 de abril en
Toronto, Canadá.

Jane Jacobs era una pensadora brillante y una revolucionaria en su disciplina. Sus
teorías fueron claves para entender la gestión urbanística de ciudades como
Nueva York y otros grandes núcleos urbanos en Norteamérica.

El pasado martes, 25 de abril, Jacobs falleció en un hospital Toronto (Canadá) a


los 89 años, donde vivía desde 1968, tras abandonar Estados Unidos para evitar
que sus hijos fueran alistados en el Ejército para ir a la Guerra de Vietnam. Le
irritaba saber que sus impuestos servían para financiar el conflicto, hasta el punto
de que se cuestionó su lealtad.

El próximo 4 de mayo iba a cumplir 90 años, pero su salud era delicada. Nacida
en la ciudad minera de Scranton (Pensilvania), Jane Jacobs no tenía una
formación académica en la disciplina que dominaba.

Pero como decía el alcalde de Toronto, David Miller, sus contribuciones y


conocimientos cambiaron la forma en la que se desarrollan las grandes ciudades
norteamericanas. Su trabajo más conocido se titula The Death and Life of Great
American Cities, publicado en 1961, todo un clásico y referente en el mundo de
la arquitectura urbana.

Era una persona exuberante, original, amable y con una mente privilegiada,
genial. Su magia estuvo en transformar la visión tecnócrata que tenían los
planificadores urbanísticos de la época, para que se fijaran más en las cuestiones
humanas de las ciudades y en sus comunidades.

Y de esta manera se opuso frontalmente a la expansión descontrolada de las


urbes, a la construcción de grandes autovías que tejieran los núcleos urbanos, a
los coches como símbolo del progreso, a la separación de los barrios o a la idea
de que las calles vacías eran una garantía de seguridad.

En su particular visión de la ciudad, Jacobs intentó cambiar las reglas que


dominaban en su tiempo y trató de imponer nuevos principios, para hacer de las
calles y de los barrios lugares vibrantes para vivir y trabajar, llenos de gente, con
comercio, a la vez que se preservaba su naturaleza distintiva, atendiendo a sus
raíces históricas. Y en esta nueva realidad que proponía, la iniciativa de la
autoridad local jugaba un papel primordial frente a una burocracia centralizada.
"Inspiró una especie de revolución", dijo su editor, Jason Epstein.

Antes de trasladarse a Toronto, Jane Jacobs, casada con el arquitecto Robert


Jacobs, vivió durante algunos años en Nueva York. Su marido falleció en 1996.
La ciudad de los rascacielos no es la única que se han impregnado de sus teorías
y conocimientos. Hay otras menos conocidas, como Hércules (California) y
Civano (Arizona) que han seguido las guías hacia el nuevo urbanismo surgidas
del ingenio de esta pensadora.

Entre los numerosos galardones que recibió Jacobs por su obra están el que
concede la National Building Foundation en Washington o la Orden de Canadá.-

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