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Cepitulo 1 EL MARCO DE REFERENCIA El primero de agosto de 1741, en el text amshire, ico de una primactz pasada, sino sélo, y limitedamente, de una especie de lirica y al tiempo brillante toma de concien parte de compositores y poetas que set cronistas en neda separedos de les cosas del mundo: ci con la paz de Utrecht de 17 Mori, Giorgio “ La revolucién industrial” Cap. 1,5° 7 = también eel acta de nacimiento de la preponderancia ing a Europes y con la de Paris de 1763, que daba tézmino de los Siete Afios, dicha preponderancia se ampliaba «a los océa- nos ¥ 4 Jos grandes espacios extracuropeos» (Spini). Fuerte, temi- db, edmirada —zaimo no recordat las amigables expresiones for- rmuladas por el joven Voltaire tras su es alld del canal de la Mancha y la anglofiia consciente de los ilustrados france- ses?-— Ia Gran Bretaia de Jos primeros Hannover, Jorge I y Jorge Tl —un pals en el que un siglo antes habia'sido decapitado < dan rey y se habfa fundado una reptblica que habia abierto el taming de profundes transformaciones econémicas y sociales y 8 A REVOLUCION INDUSTRIAL de un notable desarrollo de la produccién y del trifico interior y exterior, caya consolidacién, en gran medida, se debié también ana segunda revolucién, la de 1688, que los buenos historiado- x01 whig gustaban de llamar «Gloriosa»— podia, en defsitiva, y justamente, considerarse una gran potencia, Ia mayor de Europa y del mundo. Por aquel entonces, el pals debfa comtar con algo menos de siete millones y medio de habitantes —segéin parece Francia y Rusia tenfan alrededor de veinte millones, Espaiia mis ‘© menos los de Gran Bretafia, el imperio austrfaco superaba con seguridad los ocho y China no estaba lejos de los ciento ochenta, superando en conjunto a todo el viejo continente— y habla quie- nes, considerando que Ja poblaciGn era escasa y ademés decrecia, se oponfan firmemente a Ia idea fe relizar un censo pot 4, asimismo, su firme dureza y st eqrndida y vi espiritu'dé aventura y de ganancia; en el fondo, la potencia poll- ticomilitar no hacia m&s que relejar, como un fdelisimo espejo, este tipo de situaciones. De las cuales quedaban al margen, y cla: ramente, las amplisimas masas de campesinos, de trabejadores, de artesanos, de soldados y de miserables, que en defiitiva eran el arquitrabe de ese edificio severo © imponente que ya se Hamaba Gran Bretaia. Daniel de Foe a principios de siglo y Arthur Young a finales, con satisfecho verismo el uno y con la complacida y fia cscritara de téenico el otro, son algo asf como los términos opues- tos de un abanico de testimonios, no sélo indigenas, que iiustran dicho marco. Un historiador inteligente de nuestros dias ha -ob- servado: wa imagen de Inglaterra tazada por De Foe con gran rt ‘queza de detalles prosaic, nos da le impresién de una vida nacional sana en Ja que Ia cindad y el campo, la ericutara, la BL MARCO DE REFERENCIA 9 industria y el comercio constitufan partes arménices de un fai macional y también la que tenfan » que tal vez en aquellos tiempos ain en la penumbra, En conjunto todos extes elementos, i factores explicatvos, pueden cons. raillones y medio de almas y los conflictos —los que se estaban preparando— entre los grupos y les mo Ta naturaleza de éstos y su catacterizacién. considerados individualmente, muchos de &- tos hechos y situaciones tambiéa podsfan encontratse en otras partes del continente, y no ser, por tanto, pecliarcades origina. Jes y distintivas de la Gran Bretaia de principios del siglo xvut.

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