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produce en diversas instancias. Esas instancias son múltiples, y sólo una
de ellas es la escuela.
Que los agentes informales de la educación sean más eficientes que
la escuela, es discutible. Si bien es cierto que aquellos actúan en mayor
número, más veces, por más tiempo6, también es cierto que la escuela
tiene un impacto especial por tratarse de emisión de mensajes que de-
ben aprenderse, a los que se vuelve repetidas veces para memorizar. A su
vez, este aprendizaje se recicla en los maestros y en los padres, produ-
ciéndose un efecto de retroalimentación que consolida el mensaje7. La
periodicidad, la programación, y la continuidad que la caracterizan, y,
podríamos agregar, su estereotipia, ya que es de contenido casi invaria-
ble en el tiempo, le dan una potencialidad efectiva especial. Por otra
parte, el espacio vital que absorbe es muy grande. En Venezuela, de un
total de 105 horas semanales de vigilia, el niño está 30 horas sometido
al efecto del sistema escolar, durante 32 de las 52 semanas del añoS. El
resto del tiempo estará sometido al impacto de los otros agentes del
control.
Si algo ha sido demostrado es que la interacción de los órganos del
control social es casi perfecta. Las contradicciones entre lo que transmi-
te esa unidad esencial ísima de la educación que es la familia, o la iglesia,
o la Televisión, o la literatura infantil, etc., y, por supuesto, las institu-
ciones de tratamiento, son prácticamente inexistentes. La sistematiza-
ción es, pues, muy grande. Sobre esto insistiremos más adelante.
Si no bastara demostrar la sistematización ideológica de esta edu-
cación-control-consenso, sería suficiente analizar cómo funciona la sis-
tematización orgánica de las instituciones del orden disciplinario en to-
dos sus niveles: la escuela, el ejército, las cárceles, los hospitales, la re-
creación, el transporte, el espacio para habitar. Por ejemplo, así como
hay escuelas privadas para ricos y escuelas masivas para pobres, hay hos-
pitales selectos para ricos y hospitales masivos para pobres, transporte
masivo para pobres e individualizado para ricos, recreación masiva para
pobres y recreación individualizada para ricos9. Esto en lo que se refiere
a las instituciones no compulsivas. En cuanto a las compulsivas (cárceles
y ejército) estas son sólo para los pobres, y por lo tanto, son masivas.
Lo mismo sucede con el espacio habitable: en Venezuela, hay un
promedio de 7m2 por persona de habitación, para las clases marginales,
y 35 m2 por persona para las más favorecidas.
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11. LA OBEDIENCIA:
10. Cit. por Lynch, Enrique: "Obedientes" en el VIejo Topo Extra¡7, Madrid, Barcelona, s.
f. Este autor Informa ampliamente sobre los orígenes históricos de la obediencia.
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nes), los maestros enseñar y las autoridades hacer cumplir la ley y el or-
den"12. Obediencia, educación : alimentación, y coacción, pues, son la
misma cosa. De esos textos igualmente se deduce que la normatividad es
el mundo real y que la máxima felicidad y el sumo bien están en acomo-
darse a las normas establecidas, que se suponen perfectas. Salirse de este
cuadro mental y social, como demuestran los investigadores citados,
equivale a ser delincuentes. Así, la mujer que trabaja es alguien "que
abandona a sus hijos"; el niño que no va a la escuela "es un delincuente
en potencia", y la huelga "es un sabotaje", la rebelión frente a los roles
es inaceptable.
111. LA DISCIPLINA:
La disciplina es la gimnasia necesaria para la obediencia. Por Fou-
cault, Melossi y Pavarini conocemos la extensión del universo disciplina-
riol3. No es necesario, pues, extendernos en ello. La Escuela es tal vez
el más insidioso agente disciplinario. En nuestras escuelas se califica,
normalmente, al lado de la "Aplicación" o el "Aprovechamiento", la
"Disciplina" o "Buena Conducta", como un elemento esencial de la for-
mación del alumno. El niño disciplinado es el mejor de los niños.
La misma Escuela está disciplinada. Como dice Trilla, "lo que en la
escuela puede hacerse queda perfectamente definido por leyes, órdenes,
decretos y resoluciones sobre objetivos, contenidos, programas, méto-
dos, horarios, calendarios, niveles, lugares, edificios y dimensiones, ins-
trumentos y libros de texto, títulos, requisitos para pasar de un nivel a
otros, normativas sobre acceso a docencia, planes de estudio, asignatu-
ras, actividades recreativas, sistemas de evafuación y exámenes, recuRe-
raciones, gestión, administración y dirección, supervisión e inspecctón,
cuotas, becas, subvenciones . .. ". Su función es controlar el cuerpo, el
gesto y la actividad del que debe "aprender"; ocupar, rentabilizar y sec-
cionar un tiempo para "aprender", adjudicar y controlar un espacio pa-
ra "aprender"; programar lo que se debe "aprender" y cómo se debe
"aprender" ... controlar la institución para que esta controle a sus usua-
rios. Que a unos se les enseñe con control a ser controlados y a otros a
controlar"l4. El examen mismo sería un instrumento de esta disciplina,
porque jerarquiza, compara, clasifica y excluye; en definitiva, establece
un sistema de juicios y sanciones, el cual, como dice Barthes, es un es-
quema de poder15.
12. VId. Calero, y otros, ob. cit.
13. Foucault, M.: VIgilar y Castigar, México, Siglo XXI, 1976; Melossl, D. y Pavarlnl, M.:
Cárcel y Fábrica, México, Siglo XXI, 1981.
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17. VId. Actas de Nutrición del Instituto Nacional de Nutrición, Venezuela, 1983 que repro·
duce un cuadro del Anuario Estadístico 1979, Tomo 8, OCEI: SegCm esta fuente, el por·
centaje de desnutrición en el área rural para varones de 1·4 anos es del 16.11 por ciento y
para las hembras del 14.53 por ciento. En el área urbana, de 8,92 por ciento para varones
y del 10.09 por ciento para hembras.
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en colegios privados. Esto es importante porque sólo una minoría de los
que provienen de colegios públicos accede a la escuela media. Los de co-
legios privados, en cambio, van a la escuela media en su totalidadl8. Si
a esto se agrega la diferencia de calidad de la enseñanza entre ambos ti-
pos de escuela, se entenderá de dónde proviene la mayoría de los que
ingresarán a la Universidad, y también de los que egresarán, pues la Uni-
versidad misma es otro filtro, especialmente si se toma en cuenta la nue-
va tendencia a seleccionar a sus aspirantes entre "los más aptos", me-
diante una Prueba Nacional de Aptitud Académica, que, por cierto, ha
sido ásperamente cuestionada en su estructuración por parte de especia-
listas.
Pero el asunto no es sólo de calidad de la enseñanza o de condicio-
nes materiales de la escuela, que por lo demás son bastante precarias en
Venezuela. Se sabe que la desnutrición y las condiciones sociales en ge-
neral (estimulación, medio de crecimiento, salud, etc.) determinan dife·
rencias de desarrollo mental y de lenguaje, y son causa de fracaso y de-
serción escolar. La escuela en América Latina, es, pues, con mayor in-
tensidad que en otras partes, el verdadero lugar donde se inician los pro-
cesos de exclusión, y los de distribución de la llamada conducta desvia·
da19. En la época de la mayor riqueza en Venezuela, más del 50% de
sus habitantes ingería menos de 2.450 calorías diarias, 25 gramos de
grasa al día (en tanto que en Chile se ingerían 34, en Colombia 35~ en
Paraguay 35 y en Ecuador 26. El consumo promedio en América Latina
es de 61 gramos mientras el de los Estados Unidos de 131). Consumían
también menos de 67 gr. de proteínas (mientras en Europa el promedio
es de 88 y en Estados Unidos de 93)20. El índice de retardo mental es
de 300.000 individuos. Cada año nacen en Venezuela entre 18 y .20.000
nií'los con deficiencias mentales graves e irreversibles por desnutrición
fetal21.
La no-escuela, pues es también reproductora:
Los que no van a la Universidad irán a las Escuelas Técnicas. Los
ricos seguirán siendo los conductores, gracias a la meritocracia creada
por nuestro sistema escolar. Los pobres, por insuficiencia personal o por
carencia de recursos, seguirán siendo obreros, artesanos o desempleados.
Se perpetúan así los estratos dominados.
Los ideólogos más iluminados de América Latina tenían algunas
cosas de estas bastante claras, en uno y otro sentido. Así, Bol (var decía
18. Albornoz, ob. cit.
19. Vid. Baratta, Alessandro, ob. cit. y Foucault, Michel, Vigilar y Castigar, México, Siglo
XXI, 1976 pp. 277.
20. Cit por Córdova, Tito: Violencia Colectiva de lndole Criminológica, Public. del Instituto
de Criminología de la Universidad del Zulla, Maracalbo, 1983.
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ducirá como efecto de la acción individual y no de movimien-
tos colectivos.
3. El mejor ejemplo para demostrar lo que es "la moral" es el
robo. En "Nociones Elementales No. 3" (p. 416) podemos
leer: "un caballo no sabe si robar es bueno o malo, por lo tan-
to el caballo no es un ser moral. El niño sí sabe que robar es
malo: por consiguiente, es un ser moral"24. "Nociones Ele-
mentales 2" (p. 276) dice: "Debemos hacer obras buenas:
cumplir los deberes de la clase, decir la verdad, respetar las
cosas del prójimo". El respeto al orden y a la propiedad, son
pues, los valores. No, otros como, por ejemplo, la solidari-
dad25.
4. Los sistemas de dominación no aparecen sino en la historia
pasada. Podemos ver párrafos como este: "Figurémosnos la
sociedad venezolana a mediados del siglo XVI. Perfectamente
delineadas estaban tres castas: la una, dominante, que enton-
ces sí se podía llamar opresora... 26.
Tan reproductores como los textos de educación primaria,
pero en el nivel internacional, es decir, el de la colonización,
aparecen los textos oficialmente aprobados para aprender in-
glés2 7.
En estos libros "el mundo es un mundo sin tensiones, sin
hambre, sin dolor ... un himno al american way oflife". "La
vida se organiza al modo norteamericano: desayuno fuerte,
comidas favoritas los domingos, problemas de tráfico para ir
al trabajo, pero fines de semana fuera de la ciudad y hacer
viajes largos en vacaciones"28. Los niños festejan sus cumple-
años con piñatas, regalitos, globitos. "Juan va al colegio en
carro. El no va en autobús"29. Los alumnos "gastan a menu-
do 50 bolívares en el restaurant o 20 en los cines, tocan el
piano, hacen sus compras en las boutiques de Sabana Grande,
se hospedan en los mejores hoteles". Se habla mucho de dine-
ro: "El gana mucha plata con su trabajo, puede comprar todo
lo que quiere"30. Otros ejemplos: En Londres, un niño pre-
24. ob. cit. p. 58.
25. En otro de estos textos, "Nociones Elementales 2", p. 268 se explica que "una de las
funciones fundamentales de la autoridad es defender la propiedad", y que "el policía es
un funcionario público que cuida del hombre, atiende al tráfico y persigue a los ladrones".
26. Belloso Rossell, 6o., p. 250, Vid. ob. cit.
27. Vid. Javier Dupla, José Lasarte y Antonio Pérez Esclarín: Los textos de Inglés, vehículos
de colonización, Caracas, Cuadernos de Educación 39, nov. 1976, investigación de la cual
tomamos los datos y las citas aquí expuestos.
28. El papá dice: "Iremos a Dysneyworld, no porque han pasado (los exámenes), sino por·
que quiero sentirme niño otra vez" English for you 3, p. 221.
29. Engllsh Second Year, First Lesson.
30. English For You 3, p. 190.
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La muestra seleccionada presentaba un 16,6% de analfabetas y un
16,6% que sólo sabía leer y escribir, lo que viene a ser prácticamente lo
mismo. Un 61% provenía de las clases marginales y un 22% de la zona
rural. El ingreso familiar del 72% de ellos no superaba los 1.800 bolíva-
res al mes. Un 50% de las causas de la detención eran el hurto o el robo.
El rendimiento académico era significativo: un 66.7% acusaba un rendi-
miento "malo" o "regular". Los muchachos reportan sanciones discipli-
narias de los maestros que representaban formas de exclusión: (golpear
con la regla, pararlos en un rincón, torcerle las orejas (33% ). Expulsión
del aula: (27,8% ), amenazas o similares (33,3% ), bajar las notas (22,
02% ), citar al representante (22,2% ), aislamiento o privación de privi-
legios, tales como no incluirlos en actividades del Colegio, deportes, vi-
gilancia escolar, actos culturales, paseos (22,2% ).
Las respuestas pasivas a la exclusión fueron: fugas escolares (44,
4% ), deserción (38,9% ) y fobia escolar (16,7% ). Las activas: riñas con
los compañeros (44% ), deserción (38,9% ), agresiones verbales o físicas
al maestro (11,1% ). daños a la institución (5,6%). pequeños hurtos
(27 ,8% ). Estos niños eran etiquetados por sus maestros como "poco in-
teligentes", "díscolos", "incapaces", por sus problemas en el aprendiza-
je de la lecto-escritura. Además, muchos de ellos tenjan apodos que re-
presentaban etiquetas negativas (43% )3 7, las cuales implicaban violen-
cia, marginación o desviación38.
La marginalidad, las carencias intelectuales, y la estigmatización
son, pues, cír-culos concéntricos que se protegen recíprocamente, pero
con una fuerte potencialidad centrífuga que desplaza al individuo de la
escolaridad a la cárcel. Allí, en principio, comenzaría la reeducación.
Pero este es otro discurso.
V. MAESTROS Y CRIMINOLOGOS:
38. Investigaciones similares han sido hechas también en Europa por Hohn y Rosenthal y
Jacobson, según cita A. Baratta en Criminología crítica, ob. cit., p. 176. Véanse tam·
bién las relaciones entre sistema discriminatorio escolar y sistema discriminatorio penal,
explicadas por Baratta, ob. cit., pp. 181, 182, 183 y 184.
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VI. UNA REFLEXION CONCLUSIVA SOBRE LA CRIMINOLOGIA
ALTERNATIVA Y EL CONTROL SOCIAL:
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ello conduce, o no conduce, y esto es lo importante, a la criminaliza-
ción de conductas, clases sociales, intereses e individuos, la criminaliza-
ción será, en definitiva el objeto central de la Teoría Crítica del Control
Socia1"41. Ahora nos parece que esta afirmación es enormemente vul-
nerable. Lo importante para el criminólogo, aunque no lo único, debi-
mos decir, es ra criminalización de conductas, clases sociales, intereses e
individuos. Pero la criminalización no es, ni puede ser, el objeto central
de la Teoría Crítica del Control Social, entendido este en sus vertientes
formales e informales. Si el Control Social es la dominación, el objeto
central de una· Teoría Crítica del Control Social no puede ser sino la li-
beración. La liberación, insistimos, en su sentido ideológico-cultural y
en las funciones potenciales de práctica-teórica que posee y que en otra
parte del texto citado anal izamos.
Aceptar que es errado el camino de pretender ser los enciclopedis-
tas de la dominación y de la liberación implica revisar el punto 6 del
Manifiesto, en el cual los signatarios del Grupo se proponen aquel obje-
tivo. Las propuestas que Bergalli hacía en esa misma época y que apare-
cen integradas al mismo objetivo42 hacen, razonadamente, mención de
las relaciones científicas necesarias para poder afrontar una teoría críti-
ca del control social para el subcontinente. Allí las aspiraciones iban ha-
cia la búsqueda de: a) una metodología para el análisis del discurso fi-
losófico-poi ítico, b) una revisión histórico-epistemológica de la filoso-
fía de la liberación, e) una revisión de la problemática general de la fi-
losofía latinoamericana, d) una filosofía para el Tercer Mundo, e) un
historicismo combinado con marxismo, f) una teoría poi ítica y g) una
teoría social que comprendiera la interacción entre "el momento" y la
totalidad43. Solamente pasar revista de ellas demuestra el tamaño des-
mesurado de la tarea y ratifica, a la vez, la única posibilidad de acudir a
la interdisciplina para reconstruir el momento, permítasenos la paráfra-
sis, de la totalidad.
El destino del "buen criminólogo" y de su "mala conciencia", no
es el abandono del campo de batalla, como dice desesperanzadamente
Pavarini44; no es hacer tampoco ciencia burguesa. Superada la antítesis,
eso que hizo de nosotros, frente a la criminología positivista, criminólo-
gos negativos, o críticos, o alternativas, hay que intentar la síntesis, es-
pecialmente porque no es cierto que no tengamos un "nuevo Prínci-
pe"45 a quien servir. Ese es el compromiso moral que asumimos en Mé-
xico hace tres años.
41. Aniyar de C., Lela: Conocimiento y Orden Social: Criminología como Legitimación
Y Criminología de la Liberación, ob. cit. p. 48.
42. VId. Bergalli, Roberto: "Hacia una CriminologJa de la Liberación para América Latina",
en Capítulo Criminológico 9/10, Maracalbo, 1981/82, p. 21 ss.
43. lbid. p. 30-33.
44. Pavarini, ob. cit.
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