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Quién construy6 los enorr EL MISTERIC DE LOS ere rien ecco Bee ean le Wc Pena er ei arc ACR ampere ieat sia ar Rr en es mms Peewee trac maaan ac ae gem uiccetc eu Un Prem ele ke Rae Eine ae ON minas de piedra y oro con signos ideograficos grabados que Cee ee eae Ore cn nae Cun PCr en tis atic keno a eee a cue mu iene ke Reeert emetic aie eettconte tte nes hasta no examinar todas las evidencias. He aqui un rela- ae Rcu MOM Rimes ecu e og PCr eto rT Ra eae) OREM IoC RIUM Curran Puma secs Falconi, de Guayaquil, una esoritu- ra legalizada, firmada por varios ieee nt a Rees al Estado de Ecuador y ante la poste- Perea Merci ems es Sere ntir erly PCC ey aC Reo creme UN Vero ae ee argentino por residencia, nacido en Hungria, pasaporte n° 4.361.689. Fuerte cee ee RSE ee Tee Ma te Reed ree R en Pome gic eee ay ee eM Re ee especialmente en léminas metali- cas; contienen probablemente el re- SN ec ene eee cién extinguida, de la cual no tenia- mos hasta la fecha ef menor indicio. ee Sone ena eee ete men etree) Coe iea aa eae ee das... Los objetos por mi encontra- oe ua mS eae Dear crea Pricer et eed Been ae eee ea eC OS Cid Prine ew acer! Ges eRe eee Ree lula Mon Rea! cue See Clee emo eee ie Ret ei da”.” Care UR (ice mes) Los primeros meses del afio 1990 PCa CCM cece set dad de Cuenca (Ecuador) buscando Pec Neca eee ecient niendo con el tiempo, y de los que NRE nee ers bros El oro de los dioses y Recuer- eNO ea on at Reef Lianne Les fee Ce acca er) Pie tees it nee see pone aes a coerce ens Cnc eat Bic eT ood Een en Mer tec a gio y parroquia salesiana- fueron ee cae Ca muerte al Museo del Banco Central eoicer SCM cuca es RCo et Loon) cee Rt ae ae Peaster elec ite Cees eget won aro etter Oks en he aera ts acta eee See Merce seers Besta aes et) del destino final de la, en principio, Pelee eC Nee Pee ere ae eile confirmaron que ésta era enorme y ror ek a Metu ach Nc) Shree esc caiice eee ee eR Ca! Reece cat) rc ecru ker) else esses aga! trataba, en definitiva, de piezas y ti- Pe irs mec ie Materiales modernos. Ademas, am- Peer tore teie cu ee erect Lacs zas fotografiadas por Daniken y que eee ha nck Pe eae Ene SR te Un Cu ie resi ees Sieur eee ee crcl Cee eon ous Perineal eres Peer suse ear Sree Sn CaCci eke hace sentarnos a un tercer hombre: un inglés llamado Leonardo que habia Peon gece CL Pete RE a ear) Weleda eee cue el Perper runes otro descubrimiento, Sar ears ee acu pués, a las siete en punto de la tar Cae ea en Ree aces Pere ite eu ra Eee Ome ko) Perec ec eacacy Picea ie ele cag Cerca Ee ce a ict ee aun errr one enue ecu aa et eu eae ag Pee cnc au ett cet Moe ka Rete etec kegel cca Teri Cec nue ee arate meer ny Perea uci teeny eee ire Ora Rec) tiara) Sra Petcare stair iis Patera nme ae stuneles que recorren América? DE LA CUEVA TAYOS CORUM ue i ‘construyé el aeropuerto de Cuenca, Tecnica ae pierre tecture ety Fee NIUE ona Cee eee mua se ER ot eee Cee een ccna eee Rear cd fore ere WS Rc eras eS eacy ace me! Soe enc etn cee Pere Re sates me ae We Creme cue nes Me sae Pee kore ee coke estes nce te eae iis iedad de un ciudadano ecuatoria- eaters aerated ieee na tenes que las laminas supuestamente de Rice erg cae Cec ueeee roe cn Ree MMS ec en la interpretacién de sistemas areca eR Ce eo ie PR yeni Ceeeca ee ness oti STU Utara Cee cee ee ee ch ot Coa Cu emu Pace Rn eres iit Meg Br Ce Sie ars oy eae Menicc yrs ieee ete Sel ree eerie Raia SER ata ec tcs ee cuee nee Arg historia de la Humanidad. Y lo hizo Cee ear ard Yee ee tii Pea Rec cse Nicie Eecunel ker mI ECs OTe ue Resa eae eee E Ener ca eects ene aa) Eee Reece Siu cece CO ac eee Breccia es mR MS aed ORCC waeray selva, Leonardo trabaja en un lugar Cet ents Me eee ten ete gun lugar de las galerias también Cent eo Oe eens cies eer Wee eer eae aera Pema ae ea mismo grabado nos hablaron tiem- po después los jibaros que viven en ‘al rio Cuangos, afluente del rio San- tiago, en las cercanias de la entrada a los tineles. Unos dias después de nuestro en- ‘cuentro con Salazar decidimos des- plazarnos a la boca de la mitica Cueva de los Tayos, en plena selva ecuatoriana y en territorio jibaro, ‘aunque -para hablar con propiedad y no utilizar el término jfbaro, que es- ta tribu considera despective- debe- riamos mejor hablar de shuaras. En definitiva, tras ser aceptados por el eacique del poblado shuar empren- dimos el duro camino hacia la cueva junto a ellos. Una cueva, dicho sea de paso, que es considerada una de las vias de acceso més importantes a la presunta red de tineles que re- ‘corre todo el continente americano (ver recuadro). Y los shuaras lo sa~ ben. Quizé por ello viven en las cer- canias de la gruta, mostrandose en todo momento expectantes por lo ‘que queriamos hacer. Tras llegar al Punto buscado contemplamos du- fante un momento, con respeto, el ozo de sesenta metros que nos Se- paraba de las polémicas galerias. Del pozo emergia un pestilente vaho 34 que se mezclaba sutilmente con los graznidos de toda una vasta pléyade de pajaros nocturnos -los tayos— ue habitan la cueva y que le dan su nombre al luger. En poco tiempo, con la ayuda de ESCRITURA ¥ metigede ow ap de los Tayos por Juan Moricz. Ju jerias. En fa jonte, la ex los diestros shuaras, estuvo prepa: rada una estructura de troncos que serviria de soporte para las cuerdas de descenso. Uno de ellos se ofre- cid a hacernos de guia dentro de unas galerias que -segin él- cono: a ella, obra de Erick V cor 3 hallazgos dle Moricz. Abajo, imager el rio Santiago cerca de fa entrada @ ‘espafola desembarcando en el

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