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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES.

ESCUELA DE PSICOLOGÍA.

ASIGNATURA: PSICOPATOLOGÍA SOCIAL.

SECCIÓN: 02.

ACTIVIDAD: “EXPOSICIÓN SOBRE LAS PANDILLAS EN EL SALVADOR”.

DOCENTE: LICENCIADO GILBERTO ANTONIO TRUJILLO ALAS.

TRABAJO PRESENTADO POR:

NO. DE CARNET NOMBRE COMPLETO:


32-3986-2014 AQUINO CARAVANTES. KATIA ARELY,
32-2221-2013 CRESPÍN RODRÍGUEZ. MOISES VLADIMIR,
32-3193-2013 FUENTES CALDERÓN. ALEJANDRA ARACELY,
32-3627-2013 NAJARRO MAZARIEGO. DALIA ALEJANDRA,
32-4403-2013 RETANA PINEDA. KATHERINE JOHANNA,
32-5411-2011 REYES ALAS. CAREN ISMENIA,
32-4604-2014 UMAÑA MIRANDA. JULIO CÉSAR,

CICLO 02-2017.

SAN SALVADOR, SÁBADO 02 DE DICIEMBRE DE 2017.


ÍNDICE.

CONTENIDO NÚMERO DE PÁGINA:


INTRODUCCIÓN. .................................................................................................. III
OBJETIVOS. ........................................................................................................... 4
OBJETIVO GENERAL: ........................................................................................ 4
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:............................................................................... 4
MARCO TEÓRICO “LAS PANDILLAS EN EL SALVADOR”. .................................. 5
1. ANTECEDENTES HISTORICOS A NIVEL MUNDIAL. ................................. 5
2. ANTECEDENTES HISTORICOS EN EL SALVADOR. ............................... 10
3. DEFINICIÓN DE PANDILLAS. .................................................................... 14
4. CARACTERISTICAS DE LAS PANDILLAS. ............................................... 16
5. CARACTERISTICAS DEL PANDILLERO. .................................................. 18
6. RITOS DE INICIACIÓN DE LAS PANDILLAS. ............................................ 19
7. FACTORES QUE DAN ORIGEN A LAS PANDILLAS. ................................ 21
8. CONSECUENCIAS DE LAS PANDILLAS. .................................................. 26
9. DELITOS QUE COMETEN LOS PANDILLEROS. ...................................... 27
10. LEYES RELACIONADAS CON LAS PANDILLAS. .................................. 28
11. PSICOPATOLOGIA DEL PANDILLERO. ................................................. 31
12. EFECTOS DE LAS PANDILLAS EN LA SOCIEDAD. .............................. 33
13. LAS PANDILLAS EN LA ACTUALIDAD. .................................................. 34
14. CASOS REALES DE PANDILLEROS...................................................... 36
CONCLUSIONES.................................................................................................. 38
RECOMENDACIONES. ........................................................................................ 39
BIBLIOGRAFÍA. .................................................................................................... 41
ANEXOS. .............................................................................................................. 42

II
INTRODUCCIÓN.

En este reporte escrito se ha plasmado información relacionada con las pandillas


en El Salvador. Se trata de un tema sumamente extenso y por esa razón, en este
documento abordaremos aspectos básicos.

Inicialmente, se encuentran los antecedentes históricos de las pandillas a nivel


mundial, en este apartado se habla un poco acerca del origen, evolución, división
y expansión de las pandillas. Luego, se encuentran los antecedentes históricos de
las pandillas en El Salvador, aquí se detalla la manera en que estos grupos
delincuenciales se han desarrollado. Posteriormente, se encuentran definiciones
del concepto “pandillas” y sus respectivas características. Después, se enlistan las
características particulares de los pandilleros. Más adelante, se encuentran los
ritos de iniciación de las pandillas, en este apartado se describe el proceso al que
deben someterse todos aquellos candidatos o aspirantes a ser pandillero. Luego,
se mencionan los factores que dan origen a las pandillas, es decir, los motivos que
impulsan a las personas a formar parte de una pandilla determinada. También, se
han incluidos la consecuencias de las pandillas, en este aspecto se detallan los
efectos negativos que produce la presencia o existencia de las pandillas.
Posteriormente, se incluyen los delitos que comenten los pandilleros (homicidios,
secuestros, extorciones, robos, asaltos, hurtos, amenazas, violaciones, comercio
de drogas, etc.). Después, se incluyen las leyes relacionadas con las pandillas, es
decir, aquellas leyes que han sido impuestas para sancionar los delitos cometidos
por pertenecientes a estos grupos de alto riesgo social. Luego, se encuentra la
psicopatología del pandillero, es decir, aquellos trastornos mentales o psicológicos
que adolecen estas personas. También, se desarrollan los efectos de las pandillas
en la sociedad y la manera en que dichos grupos operan en la actualidad.
Adicional a ello, se han incorporado casos reales de pandilleros.

Hacia el final del documento se encuentran las conclusiones a las que el equipo
de trabajo llegó, las recomendaciones y la bibliografía consultada.

III
OBJETIVOS.

OBJETIVO GENERAL:

 Realizar una investigación bibliográfica sobre el tema de actualidad


“Pandillas” para la valoración de la psicopatología social y el desarrollo de
la cohesión grupal en El Salvador.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

 Investigar los antecedentes históricos a nivel mundial y nacional para la


aclaración de la etiología de estos grupos delincuenciales y su incidencia en
la realidad nacional salvadoreña.

 Explicar las causas y consecuencias de la existencia de pandillas en El


Salvador para el conocimiento e identificación de los grupos, sus ritos y su
“cultura”.

 Desarrollar la psicopatología social de los pandilleros a través del marco


legal y jurídico implementado en el país para la clarificación de la
importancia de la psicología en el ámbito social.

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MARCO TEÓRICO “LAS PANDILLAS EN EL SALVADOR”.

1. ANTECEDENTES HISTORICOS A NIVEL MUNDIAL.

El término pandilla tiene su origen en los Estados Unidos a principio del siglo XX,
iniciándose entre los años 1910 y1925 coincidiendo con la migración de los
mexicanos hacia ese país. Desde el punto de vista del sociólogo Rozas (2000:1)
expresa que: “los flujos de emigrantes de todos los puntos de Europa poblaron las
distintas ciudades de Estados Unidos especialmente Chicago, subordinados al
ideal de un País de oportunidades para todos a partir del esfuerzo individual”.
Sigue diciendo Rozas (2000:2) que: “Las Pandillas o Maras como popularmente se
le conocen a nivel de los países de la región centroamericana, a excepción de
Costa Rica, que son conocidos como chapulines o barras bravas, tienen su origen
en Los Ángeles, California, en la década de los años setenta, producto de la
conformación de grupos de jóvenes pobres emigrados de América Latina,
especialmente de El Salvador y México. En sus orígenes estos grupos se
aglutinaron bajo el nombre de Pandilla o Barrio 18 y posteriormente, fueron
conocidos como Mara 18”.

Desde la opinión de Valenzuela (2006: 2) “el origen de las Pandillas es complejo y


escapa a la receta mono causal”, dando a entender que son varias las causas que
originan este fenómeno. Por su parte García (2007:13) explica que: “Entre los
elementos que los definen se encuentran, en primer lugar, los factores de orden
estructural, económico y social que marcan las condiciones de vida de una
población, caracterizada por la debilidad de amplios sectores sociales en América

Latina. Un segundo factor, es la definición de redes transfronterizas creadas a


partir de los procesos migratorios a Estados Unidos, la deportación de muchos
jóvenes centroamericanos o estadounidenses de origen centroamericano a partir
de la segunda mitad de los años ochenta. Como tercer punto se destaca la
recreación de elementos culturales y simbólicos recuperados del repertorio de
pachuchos y cholos, a través de la experiencia directa en los barrios y mediante la

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recepción activa de películas que recrean el tramado de las pandillas, con lo cual
las Pandillas (Maras) presentan una fuerte influencia cultural mexicana y chicana”.

Se puede observar que este fenómeno social ha ido creciendo a lo largo del
espacio transitado por los inmigrantes, al interior de sus respectivos países de
origen después de que han sido deportados, esto amenaza con extenderse hacia
sectores del crimen organizado, los cuales están relacionados con el narcotráfico y
otros delitos.

En 1964, existieron fuertes grupos pandilleros, influidos por la moda de Elvis


Presley, la película de James Deam, rebeldes sin causas, así como la película, la
cruz y el puñal de Nikky Cruz es a partir de allí que se inspiran las pandillas como:
“los Stomper´s”, “Los uvas”, “Los Aviones”, “los avispones”, “Los Halcones” y otros
ubicados en todo Comayagüela que se caracterizan por sus enfrentamientos que
eran a puño limpio, usaban vestimentas negras y chamarras de cuero, cuello
almidonado inspirado en la moda del rock and rooll.

Al respecto Valenzuela (2006:2) resume que: En 1989 aparece en Honduras la


Mara Salvatrucha y a principios de los años 90 la Mara 18, como consecuencia de
la migración, cuyo origen estuvo en el conflicto armado entre fuerzas de gobierno
y grupos rebeldes o guerrilleros por lo que muchos centroamericanos decidieron
emigrar para liberarse de las consecuencias de la guerra. Ese proceso migratorio
y de asentamiento hacia Estados Unidos, especialmente en Los Ángeles,
California, dio lugar a una segunda generación de emigrantes, los hijos de los
emigrados, que llegaron siendo niños o nacieron en los

Estados Unidos. Muchos de estos jóvenes se han integrado a las pandillas o


gangs como son conocidas en los Estados Unidos, como medio de ambientación
al sistema de vida.

El inicio de las actividades de las pandillas, especialmente la Salvatrucha y la 18,


se da primariamente en El Salvador y Honduras, posteriormente en Guatemala.
Previo a la llegada masiva de deportados ya existían pandillas, conocidas como

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clicas de barrio, pero sus actividades no iban mas allá de escribir graffiti en las
paredes de sus barrios y con ocasionales asaltos a pulperías (pequeños
mercaditos) o a personas que transitaban por las calles de su entorno.

La influencia de la Mafia Mexicana en Los Ángeles, California sirvió para que en


los países centroamericanos las pandillas ejecutaran prácticas similares a las que
usaban para operar en Estados Unidos, imponiendo las mismas estructuras y
procesos de ingreso, provocando lucha inter pandillas y dando lugar a que las más
pequeñas en simpatizantes fueran absorbidas por la MS y la 18.

En los países centroamericanos el ascenso de las pandillas no se hizo esperar


cuando fueron dándose cuenta que podían operar con bastante impunidad, por la
falta de presencia de autoridades en los sectores más pobres de las ciudades
principales. Construyeron armas de fabricación casera, conocidas como
“hechizas” o “chimbas”, para asaltar personas y negocios en los barrios pobres
donde operan, y fueron aventurándose fuera de sus propios barrios, extendiendo
su radio de acción y más simpatizantes. Pronto establecieron una forma de
extorsión que han llamado impuesto de guerra, o sea el derecho por el pago a
circular sin ser molestados o asaltados, definiendo como objetivos principales los
carros repartidores de mercancías como refrescos, pan y otros comestibles.

El crecimiento en número tiene características especiales, ya que muchos de los


jóvenes se identificaban con estos grupos por percibirlos como una opción a salir
de sus problemas económicos y la vez, les permitía adquirir un rango especial
dentro de su comunidad, donde se les respetaba, aunque fuera por temor a las
represalias.

Por otro lado, también se dio la influencia forzosa, cuando los miembros de las
pandillas presionaban a aquellos jóvenes que normalmente atendían a la escuela
y que provenían de un entorno familiar más estable. Estos estaban sujetos a los
abusos tanto en forma verbal como también a los abusos físicos, para quitarles
sus pertenencias, destruir sus libros escolares, y otros abusos como violación
sexual e inclusive la muerte en algunos casos.
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Rápidamente proliferaron en casi todos los barrios marginales hasta llegar a
incursionar en los centros de las ciudades realizando asaltos, destruyendo
propiedad privada y desafiando la autoridad; ahora inclusive están presentes en
sectores de clase media, pero en estos casos por una nueva actividad, que
consiste en la distribución de droga, especialmente cocaína y marihuana.

El crecimiento en número y alcance de sus actividades pareciera contar con una


planificación debidamente estudiada, que podría tratarse del respaldo de otras
organizaciones como ser el crimen organizado o por ciertos elementos
pertenecientes a los entes de seguridad del estado. Se ha podido constatar que la
organización lograda de las pandillas, especialmente la de la Salvatrucha, ha
permitido nexos mas fuertes con los carteles de los narcotraficantes, quienes han
visto una magnífica oportunidad para ampliar sus tentáculos. Esta alianza permite
llegar con facilidad a centros de educación y a colonias de ingresos medios.

Han surgido también otras oportunidades de actividades para las pandillas, que
consiste en involucrarse en el tráfico ilícito de personas, especialmente por el
enorme flujo de emigrantes buscando entrada ilegal a Estados Unidos, lo que se
traduce en un mercado bastante cuantioso. Este hecho denota que el horizonte de
las pandillas sigue expandiéndose cada día más; hasta se podría afirmar que la
globalización ha llegado a estas organizaciones también, en disminución de los
esfuerzos de integración que hacen los países centroamericanos para mejorar las
condiciones económicas de sus ciudadanos.

En Centro América, desde finales de la década de los ochenta, el fenómeno de


organización y socialización violenta de la juventud, acentuada en los estratos de
bajos ingresos, adoptó la forma de pandillas, preexistentes al proceso de
transición política iniciado con la firma de Acuerdos de Paz en el año de 1992. No
obstante, en la década de los noventa se ha perfilado a las pandillas como el más
importante y complejo fenómeno cultural y generacional que se haya tenido.

Es importante tener claro, la forma en cómo las autoridades policiales


conceptualizan las definiciones de maras y pandillas, ya que los dos conceptos
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son diferentes, y se hacen distintos para poder identificar los fines que persiguen
cada uno de estos grupos. Cuando se refieren a maras los hace a la asociación de
dos o mas individuos que se reúnen para cometer actos delictivos, mientras que
pandillas son las reunión de personas especialmente jóvenes, que se reúnen para
divertirse juntos en el en diferentes formas; pero en este estudio se tomará el
concepto como sinónimo.

De tal forma, las pandillas en cuanto tal tienen una historia, no sólo en las
diferentes formas de expresión del fenómeno o en los términos del crecimiento de
una condición particular que se refleja en el incremento de violencia. Actualmente
las pandillas han cambiado sus reglas de juego en el sentido de que para evadir
ser capturados, ahora no exigen tatuajes a los de nuevo ingreso y permiten a los
miembros existentes borrárselos, obtienen credenciales de centros de
rehabilitación, han cambiado su vestuario y evitan el lenguaje de las señas. Todo
este proceso va dirigido a proyectar una imagen distinta del conocido pandillero
típico, con el propósito de confundir a las autoridades y evitar ser detenidos.

Toda la región centroamericana se ha visto afectada por este fenómeno social,


obviamente el mismo se ha venido incrementando de acuerdo con las políticas
institucionales para contrarrestar las acciones de los pandilleros, sin embargo,
cada uno de los países tiene su propia historia y accionar delictivo provocado por
jóvenes involucrados en Pandillas.

Otro país de Centroamérica afectado por las Pandillas es Costa Rica, país donde
en la década de los noventa surgió la denominada pandilla de los "Chapulines"
integrada por aproximadamente 250 menores de edad dedicados a cometer
asaltos y heridas con arma blanca a los transeúntes. Este grupo de los
"Chapulines" fue constituido por grupos más pequeños denominados Los Vatos
Locos, Los Corbies y Los Teletubies. Otra manifestación de grupos fue el
surgimiento de barras que apoyaban equipos de fútbol, tales como La Garra, La
Ultra y Liga Doce.

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2. ANTECEDENTES HISTORICOS EN EL SALVADOR.

En El Salvador, se registró el equivalente de pandillas juveniles a partir de la


década de los setentas y se dieron a conocer como grupos de jóvenes
comprendiendo rangos de edades entre los 15 y 22 años de edad. Estos se
reunían de manera informal en parques, en las esquinas de las colonias, o en las
casas de algunos de los miembros, con el objetivo de distraerse, realizando
cualquier actividad que les llenara necesidades afectivas, de pertenencia,
reconocimiento, aceptación y otras, propias de jóvenes en las mencionadas
edades. Posteriormente, estos grupos se continuaban formando por estudiantes
de colegios y escuelas reconocidas en el país, como el Colegio Externado San
José, Liceo Salvadoreño, Colegio García Flamenco, entre otros. “Los alumnos de
esos colegios se provocaban y enfrentaban en la calle a causa de los resultados
en los partidos de basquetbol en los que participaban”; las barras que apoyaban y
animaban a los diferentes equipos se dejaban llevar por la emoción que resultaba
de esos partidos y terminaban en peleas.

A finales de los años ochenta debido a la situación de guerra civil imperante en El


Salvador, el fenómeno de las pandillas juveniles pasaba desapercibido y no era
considerado como un problema de alta complejidad, porque era entendido que el
país se encontraba en cambiantes condiciones debido al descontento social que
generaba el modelo económico, político y social desigual e injusto, viviéndose
entre otros sucesos, los efectos de la reforma agraria y la postura cerrada por
parte del gobierno que defendía intereses capitalistas; al no mejorar las
condiciones de pobreza y de desigualdad existentes en el país, se lleva acabo el
enfrentamiento final entre los militares y la guerrilla, con la participación de los
movimientos populares de campesinos, obreros, estudiantes, profesionales y
población descontenta en general.

Durante los conflictos armados en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, en un


periodo comprendido aproximadamente entre 1976 y 1994, se desplegó un flujo
masivo de migrantes en búsqueda de refugio y mejores condiciones de vida.

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Según el jesuita Segundo Montes, “el número de salvadoreños (ascendía) en un
aproximado de un millón de personas” , fue indiscutiblemente difícil abrirse
espacios adecuados para poder integrarse y desarrollarse, la mayoría de la
primera generación de salvadoreños en Estados Unidos habitaban de manera
ilegal y muchas veces en condiciones laborales indignantes, viviendo en barrios
pobres de infraestructuras limitadas, cargando con los problemas sociales que ahí
se desarrollaban y sumándole la nostalgia al dejar a sus familiares, en un país en
guerra, mientras ellos debían adaptarse a la multiculturalidad. Enfrentaban en
realidad desafíos grandes, tales como la discriminación racial, no solo por parte de
los estadounidenses, sino también por las pandillas existentes que se
mencionaron anteriormente, siendo los mexicanos quienes veían como rivales a
los inmigrantes salvadoreños.

Parte de esta realidad es relatada por Francisco Campos, quien es identificado


como uno de los primeros integrantes de la Mara Salvatrucha, expresándose de la
siguiente manera: “El año en curso era 1982, (en ese entonces no había pandilla,
pero frente a una iglesia había un parque en el que nos reuníamos unos 10 o 15
salvadoreños). Todos tenían algo en común, eran refugiados de la sangrienta
guerra civil que desgarraba a El Salvador. Les gustaba escuchar música de rock´n
roll, tenían el pelo largo y usaban ropas holgadas. Eran pobres y de familias
desintegradas, [los pandilleros nos golpeaban y nos insultaban], recuerda
Francisco. [Pero nosotros teníamos conocimiento de armas, de bombas caseras,
sabíamos pelear con machetes]". Esto los llevó a organizarse y pelear por un
espacio en las calles donde vivían contra la pandilla de la calle 18, que es de
origen mexicano, “En el densamente poblado y empobrecido barrio de Pico-Unión
(distrito de Los Ángeles) se formó la Dieciocho en los años sesenta. Éste fue
también el ambiente en el que concurrieron los salvadoreños que estaban
huyendo del conflicto armado interno, apoyado por Estado Unidos”. A esta
pandilla, posteriormente se integraron salvadoreños. “Aunadas con el espectro de
la deportación, estas tensiones solían llevar al conflicto, al descuido de los hijos y
al abuso doméstico. Como respuesta a circunstancias personales difíciles y al
hostigamiento de las pandillas, algunos jóvenes salvadoreños entraron en los
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grupos existentes, particularmente a la Dieciocho, o crearon su propia pandilla, la
MS-13”.

Las pandillas junto con el flujo de inmigrantes que cada año se incrementaba, iban
evolucionando y expandiéndose; actividades como el comercio de droga, armas y
la trata de personas coadyuvaron a que las pandillas llegaran a límites
incontrolables por las autoridades de Estados Unidos. Para tal caso respondieron
a este problema con las deportaciones; terminada la Guerra Civil en El Salvador,
comenzaron las primeras deportaciones de ilegales, entre ellos deportaron
también a los miembros de estas pandillas bajo los lineamientos de una política
creada en 1996 bajo el mandato del expresidente Bill Clinton. En el Estado de
Washington, surge la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y la
Responsabilidad del Migrante, la cual afectó no solo a inmigrantes ilegales sino
también restringió a los legales, y así, en la década de los noventas regresaban
los primeros pandilleros hacia Centroamérica, quienes venían a hacer el papel de
los maestros para los jóvenes pertenecientes a pandillas o los que se encontraban
vulnerables de pertenecer a éstas. En El Salvador este suceso fue uno de los que
afectó drásticamente a la juventud en riesgo, integrando algunos miembros de las
pandillas existentes y creando nuevas de índole crimina son las conocidas Mara
Salvatrucha y Mara 18. La Mara Salvatrucha también conocida como MS-13, fue
creada por salvadoreños inmigrantes, quienes buscaron tener respeto y un
espacio en los barrios de Los Ángeles; y la Mara 18, que fue creada originalmente
por mexicoamericanos, quienes mantenían como norma ser de descendencia
mexicana y tener la nacionalidad estadounidense. Ambas pandillas poseían el
carácter territorial en la zona de Rampart* de Los Ángeles, ciudad a la cual los
inmigrantes latinoamericanos se dirigían por las oportunidades de empleo.

A nivel nacional, estas pandillas se organizan en “clicas” o células, que son grupos
compuestos por alrededor de 20 y 30 miembros. Los lugares donde operan se les
conocen con el nombre de “canchas”. Para la Mara Salvatrucha, las clicas son
pertenecientes de un programa, ese es el nombre que se les da al conjunto de
clicas a nivel departamental; por ejemplo, el programa de San Salvador consta de

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más de 34 clicas, Ahuachapán con más de 15, según datos de la Policial Nacional
Civil (PNC).

La Mara 18 denomina al grupo de clicas como “tribu”, a nivel nacional la Mara


Salvatrucha posee un aproximado de 34 programas y la Mara 18 de 27 tribus,
establecidas a lo largo del territorio nacional con mayor concentración en
departamentos claves como San Salvador, San Miguel, Sonsonate, Morazán.
Según datos de la PNC, para 2010 había un aproximado de trece mil miembros a
nivel nacional, cifra que cambia a un ritmo considerable, entre decesos y nuevos
integrantes.

El dominio de sus zonas o territorialidad es expresado por medio de los grafitis o


placasos que son los símbolos que usan las pandillas; estos son pintados en las
paredes de la vía pública en donde se encuentran las iniciales o comentarios de
ambas pandillas; entre más limpios se mantengan los símbolos, más fuerte es el
control y esto para ellos es sinónimo de respeto. De la misma manera, utilizan
tatuajes para identificar el rango dentro de la pandilla a la que pertenecen, similar
a los militares que usan una placa de identificación; a través de esos tatuajes
identifican procedencia y trayectoria pandillera; el joven que tiene más tatuajes en
su cuerpo es más respetado y temido según los pandilleros.

“De acuerdo a diversos estudios, la mayoría de jóvenes ingresan a las pandillas


con un solo objetivo: vacilar, es decir, vivir de manera frívola, de fiesta en fiesta.
Estos excesos provocan que se dediquen a los asaltos y al cobro de impuestos
(extorsiones), para tener el dinero suficiente que les permita comprar alcohol,
drogas y el pago de otros gastos, como el pago de abogados para defender a los
que están en las cárceles. Ya en la pandilla, la mayoría de jóvenes pierden el
vínculo con sus familias. Al irse de sus hogares, se instalan en las casas destroyer
(por lo general, viviendas abandonadas), en donde conviven con los demás
compañeros y con sus hainas (novias)”.

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3. DEFINICIÓN DE PANDILLAS.

Disponer de una conceptualización del alcance del término “pandilla” y su


significado sociológico, así como para definir cuáles son las categorías que
determinan el tránsito desde un mero agrupamiento de niños, niñas, adolescentes
y jóvenes, hasta una organización violenta, muchas veces manejada por adultos y
vinculada al crimen organizado, se ha indagado tanto en el conocimiento existente
sobre la materia, como en la experiencia de los expertos que fueron convocados
para este proyecto de la OEA.

La conceptualización del término “pandillas juveniles” y la categorización de las


mismas ha resultado sin dudas una tarea compleja, dado que los criterios
utilizados responden a las realidades nacionales y a la visión que sobre el tema
tienen los especialistas.

En algunos casos, la visión es predominantemente criminológica, en otros casos


es “sociológica” o “evolutiva” (por cortes etéreos), con marcadas diferencias en las
connotaciones del accionar violento o delictivo, así como en la relación de algunas
categorías de agrupamiento con el crimen organizado.

De todas maneras y como punto de partida, tanto histórico como referencial


teórico, el Departamento de Seguridad Pública de la OEA toma la definición de
uno de los precursores de la investigación de las pandillas, el Dr. Frederic
Thrasher (1927), a efectos de analizar y relacionar las definiciones aportadas por
los especialistas:

“Las pandillas representan el esfuerzo espontáneo de niños y jóvenes por crear,


donde no lo hay, un espacio en la sociedad adecuado a sus necesidades. Lo que
ellos obtienen de ese espacio, es aquello que el mundo adulto no tuvo la
capacidad de otorgarles, que es el ejercicio de la participación, vibrando y
gozando en torno a intereses comunes.”

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Complementariamente se puede decir que las pandillas juveniles actúan de un
modo corporativo, y cuando lo hacen en forma delictiva, participan en robos,
tráfico de drogas y asesinatos, manteniendo graves conflictos con otras pandillas y
con el mundo circundante, al cual agreden a través de las formas más violentas,
vulnerando la propiedad y la seguridad.

El investigador norteamericano John Hagendorn define una pandilla como “Un


grupo de jóvenes sin supervisión que se define a sí mismo como ‘’pandilla’’ y
desarrolla sus propias normas y criterios de membresía”

El término de pandillas juveniles como sinónimo de las que comúnmente se les


conoce con el nombre de “maras”, pues es así como se le denominan a las
pandillas juveniles de carácter delictivo o violento en Centroamérica, palabra que
fue retomada de “marabunta"* y que según el significado otorgado en el
diccionario de la Real Academia de Lengua Española, “es un conjunto de gente
alborotada y tumultuosa”.

Según W. Savenije de el Salvador, Los conceptos pandilla o “mara” refieren al


mismo fenómeno: “Se trata de agrupaciones formadas mayoritariamente por
jóvenes, quienes comparten una identidad social que se refleja principalmente en
su nombre”. (Definición psicosociológica).

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4. CARACTERISTICAS DE LAS PANDILLAS.

Un estudio del Observatorio Centroamericano de Pandillas dice que los pandilleros


proceden de hogares desintegrados, generalmente han padecido de maltrato
infantil, consumen drogas o alcohol, ya han participado en actos violentos, han
estado detenidos, han desertado de la escuela y son marginados.

“La baja autoestima de estos jóvenes, el proceder de familias pobres, vivir en una
familia donde solo uno de los progenitores está presente… y atender escuelas
pocas seguras” la mayoría de los integrantes son jóvenes entre 16 y 21 años

En la Pandilla 18 inicialmente autoriza a los novatos a tatuarse el pecho y los


brazos y en la Pandilla MS, la espalda y cuello; los líderes pueden mancharse la
cara. Los pandilleros consultados, sin querer revelar sus nombres, aseguraron que
105 tatuajes de 610, son dibujos que les gusta portar para identificar el “barrio”.
Con los mensajes de sus manos y de su boca dejan claro que les importa poco
morir o ir a la cárcel por su “barrio”.

Con los tatuajes cuentan sus historias. Los puntos que muchos pandilleros tienen,
por lo general en la mano, pueden significar “la vida loca”, como son violaciones,
secuestros exprés, asaltos, robo de vehículos, muertes de otros pandilleros,
tráfico, extorsión e impuesto de guerra.

El puntaje depende de la persona que está en la mira, por eso, entre más alta sea
la categoría de la víctima o la salida que utilice, el agresor tendrá más puntos. Una
de las modalidades que más se usa es el alfabeto chino para tatuarse los cuerpos
y para mandar “wilas” (mensajes) desde el presidio, a los pandilleros de afuera o
viceversa. La música predominante es el rap, reagge, y en ocasiones la salsa
erótica.

Las características del comportamiento de los miembros de pandillas son variadas


y pueden incluir desde tener una pobre actitud en general, hasta trastornos
mayores de personalidad. Sin embargo, los autores aseguran que no pueden

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colocarse todos los miembros de las pandillas en una sola categoría de
comportamiento. Los miembros de pandillas en su propio “territorio”, ya sea su
escuela o en su barrio, pueden ser abiertamente hostiles, fuera de este enclave
pueden ser amigables y hasta cordiales. Pero ellos tienen un “código” y sentido de
justicia propios, y si piensan que ese código ha sido violado, puede resultar en su
repentina falta de cooperación, o peor aún, en violencia.

A menudo, los miembros de pandillas son embusteros y pueden manipular


fácilmente su ambiente como les sea más conveniente. Las apariencias pueden
engañar. Integrantes de pandillas pueden tener dificultades controlando sus
sentimientos, estar constantemente enojados con todo y todos y a la defensiva, y
tener resentimientos contra la autoridad. Los más violentos pueden ser
insensibles, no tener metas a largo plazo, aburrirse fácilmente, no tener
remordimientos, y no controlar sus impulsos. Para muchas pandillas criminales
modernas, la violencia es un medio para llegar a un fin: provecho material por
medio del narcotráfico, consumo de drogas, mercado negro de armas y otras
actividades criminales; son a menudo los objetivos primarios para asociarse con
pandillas.

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5. CARACTERISTICAS DEL PANDILLERO.

Las características del comportamiento de los miembros de pandillas son variadas


y pueden incluir desde tener una pobre actitud en general, hasta trastornos
mayores de personalidad. Los miembros de pandillas en su propio “territorio”, ya
sea su escuela o en su barrio, pueden ser abiertamente hostiles, fuera de este
enclave pueden ser amigables y hasta cordiales. Pero ellos tienen un “código” y
sentido de justicia propios, y si piensan que ese código ha sido violado, puede
resultar en su repentina falta de cooperación, o peor aún, en violencia.

A menudo, los miembros de pandillas son embusteros y pueden manipular


fácilmente su ambiente como les sea más conveniente. Las apariencias pueden
engañar. Integrantes de pandillas pueden tener dificultades controlando sus
sentimientos, estar constantemente enojados con todo y todos y a la defensiva, y
tener resentimientos contra la autoridad. Los más violentos pueden ser
insensibles, no tener metas a largo plazo y no controlar sus impulsos.

 Endurecimiento de los criterios de selección y de las reglas para evitar


desórdenes.
 Han pasado de ser organizaciones de adolescentes a organizaciones de
adultos mayores.
 Función como una estructura jerárquica con liderazgo bien definido.
 Mayor ejercicio de la violencia, participación en hechos delictivos y
establecimiento de algunos de sus miembros de vínculos con el crimen
organizado.
 Acceso a medios y recursos que han profesionalizados su accionar.
 Uso de armas de fabricación industrial y legalizadas, de grueso calibre y de
uso privativo del ejército.
 Baja autoestima.
 Dificultad para saber manejar la presión de amigos.
 Falta de experiencia positivas y exitosas.
 Siente que no tiene control sobre su propia vida.

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6. RITOS DE INICIACIÓN DE LAS PANDILLAS.

En el mundo de las pandillas hay una serie de ritos para incorporar nuevos
miembros. La iniciación, o brincar al barrio, consiste en una o varias pruebas, en
función del grupo criminal y de sus tradiciones. En algunas pandillas hay que
cometer un delito, eliminar a un pandillero rival o matar a alguien al azar. Pero uno
de las “ceremonias” más extendidas entre las maras y las pandillas latinas es el de
la golpiza.

Varios miembros rodean al aspirante, mientras un dirigente lleva la cuenta del


tiempo. Cuando este dé la señal, los miembros de la banda comenzaran a
golpearle. La paliza puede durar desde unos pocos segundos a varios minutos,
dependiendo de cada pandilla. El número concreto de segundos suelen ser los
números rituales de cada pandilla: en la mara salvatrucha son 13 segundos,
mientras que la Eighteen Street Gang son 18. El candidato no tiene permitido
devolver los golpes, y tampoco tratar de cubrirse. Es un bautismo de fuego, en el
que muestran al nuevo miembro en que consiste la vida en la pandilla: violencia.

A partir del momento en que termina la cuenta pasa a formar parte de la pandilla,
es un nuevo soldado. De ahora en adelante vivirá la vida loca: estar a las órdenes
de la pandilla, cumplir todas las atrocidades que se le encarguen sin discusión y
dar la vida por el barrio. El resto de pandilleros son ahora sus hermanos, y
cualquier problema que tenga como individuo se convierte en un problema de
todos. El barrio cuida su espalda, y el ha de cuidar al barrio y luchar por la causa:
eliminar a las otras pandillas y ser la pandilla dominante.

Muchas maras y pandillas se convierten en asociaciones de personas que viven la


vida loca: roban, matan y viven de los ingresos de la venta de drogas y las
extorsiones. Los pandilleros se apoyan entre ellos, y muchos encuentran en las
pandillas el amor que no tuvieron en casa. Pero de la misma manera que el barrio
da amor también puede dar castigo, incluyendo la muerte. Si la marera falta a las
reglas de la pandilla, se acobarda o en algún momento se niega a cumplir una
orden, serán sus propios hermanos quienes le darán muerte. Hasta que llegue ese
19
día la persona habrá sacrificado su individualidad por un ente abstracto, la
pandilla, que es malvado, cruel y retorcido. Las pandillas nunca perdonan nada
que no sea una completa y total devoción.

La afiliación a las pandillas se da sobre todo entre los 10 y los 16 años de edad.
Las bandas buscan niños provenientes de hogares desestructurados, huérfanos y
todo aquel que no es capaz de sobrevivir solo. A esas edades es difícil entender lo
que significa “de por vida”, y la decisión de entrar a la pandilla no es demasiado
reflexionada. Los niños entran en la pandilla por muchas razones: para ganar
dinero, respeto, para sentirse aceptados o protegidos, o simplemente porque les
atrae el estilo pandillero y quieren ser cool.

Las pandillas saben eso, y precisamente esa es una de las razones de los
tatuajes. Los tatuajes de las maras y las pandillas siempre giran en torno a esta.
La pandilla considera que para representar al barrio los miembros han de vestir su
nombre, y mostrar a todos que ellos son soldados. Los tatuajes en las pandillas
tienen aspectos culturales, tradicionales e incluso antropológicos. Se hacen para
recordar personas o sucesos y ostentar la afiliación a la banda. El nivel de
compromiso con el barrio es proporcional al número de tatuajes que se llevan,
puesto que alguien que tiene el nombre de la pandilla dibujado en la frente es
difícil que pueda llegar a hacer otra cosa.

Los tatuajes entonces se convierten en marcas que les estigmatizarán frente a la


sociedad para el resto de sus vidas. La única salida que les quedara será las que
promete la vida loca:

1) Seguir matando para la pandilla

2) Cumpliendo pena en la cárcel

3) Pudriéndose en un cementerio.

20
7. FACTORES QUE DAN ORIGEN A LAS PANDILLAS.

La problemática de la violencia adolescente y juvenil es compleja, pues están


involucrados aspectos familiares, económicos, sociales y culturales. De allí que la
intervención requiera de la participación de diferentes agentes sociales y servicios,
en forma complementaria, concertada y coordinada.

1) La desintegración familiar y el abandono moral:

Es la principal causa para que los adolescentes y jóvenes se integren a las


pandillas. La familia como institución básica de la sociedad está en crisis; hay un
alto porcentaje de separaciones y abandono familiar. Por otro lado, la ausencia de
los padres, empujados por la crisis a dedicar más tiempo a la obtención del
ingreso familiar, genera un vacío que la sustitución de la crianza de los hijos por
otros familiares o conocidos no puede llenar.

Las presiones económicas obligan a ampliar los horarios de trabajo y a eliminar


los momentos dedicados a la integración familiar, la afectividad y la recreación
entre padres e hijos, elementos importantes en su formación. Este estado de
abandono familiar y moral en diferentes grados y formas, algunos de ellos
violentos y traumáticos, contribuye a que los jóvenes y adolescentes que
proceden de estos hogares sean fácilmente captados por las pandillas, en las que
encuentran el apoyo, afectividad, identificación y referencia grupal que no
encuentran en su propio entorno familiar.

2) La desocupación y el desempleo:

Si para el común de los jóvenes es difícil conseguir un empleo, para quienes están
involucrados en pandillas, esto resulta mucho más complicado, pues están en
desventaja frente a los demás, debido a su menor nivel educativo, y menores
capacidades y habilidades; esto sin considerar la carencia de recomendaciones,
“imagen personal”, y los prejuicios y desconfianza que generan en sus potenciales
empleadores. Por otro lado, debido a su aislamiento social, no tienen acceso a

21
participar en programas de promoción del empleo juvenil. Cuando se les pregunta
a ellos, a sus familiares o a la gente de su barrio por qué realizan actos violentos,
la respuesta más común atribuye a la “ociosidad” como la motivación principal.

Es evidente, entonces, que un tratamiento integral al pandillaje tiene que


contemplar entre sus alternativas, promover el empleo y la formación técnico
laboral de estos adolescentes y jóvenes como una vía clave para incorporarlos
adecuadamente a la sociedad.

3) La violencia social y familiar:

Después de un periodo violento como lo fue la guerra civil en nuestro país, la cual
se puso fin a principios de los noventa, las nuevas generaciones han crecido en
una sociedad que ha convivido con la muerte y la destrucción, y, principalmente,
con la pérdida del respeto a la vida; el desprecio a la autoridad y las leyes; al
derecho de los demás, ideas y actitudes que promovieron tanto los grupos
subversivos como la guerra sucia desde dentro de los poderes del estado como lo
es la política dentro del nuestro país.

En los barrios, las pandillas y los delincuentes más avezados han copiado,
también, estos métodos violentos. Así, muchos ven a estos elementos como
ejemplos a seguir, y creen que la única autoridad y respeto debe ser impuesta por
la fuerza y la violencia.

Desde el Estado, no existen referentes positivos visibles para los jóvenes. Existe
una justificación e imitación a un estilo de relación basada en el abuso del poder,
en la violencia, en el desprecio por los derechos de los demás.

En las familias, la violencia contra la mujer y los hijos se ha incrementado


dramáticamente. El maltrato y abuso sexual infantil y adolescente tiene como sus
principales abusadores a los propios miembros de la familia.

22
4) La pobreza:

Si bien la pobreza no es justificación para la existencia de las pandillas, esta


situación sí contribuye con ello. El 60% de las pandillas registradas en el año 2000
proceden de las partes done existe altos índices de pobreza. Los hogares de los
que proceden la mayoría de los integrantes de pandillas carecen de condiciones
mínimas de vivienda y, en un alto porcentaje, han abandonado sus estudios por la
falta de recursos económicos o la desintegración familiar.

Los estratos de pobreza extrema se ubican en los nuevos asentamientos humanos


donde carecen de servicios básicos (luz, agua, desagüe), no cuentan con pistas y
veredas. Además, los padres de familia, en un buen porcentaje, tienen un bajísimo
nivel educativo y la tasa de crecimiento supera el 3,0%.

5) La marginación y exclusión social:

La exclusión social en los adolescentes y jóvenes integrantes de pandillas se da


en varios niveles:

A. En el plano familiar, porque son excluidos de ser parte de una familia


integrada en la que la unidad familiar está fraccionada y la comunicación
entre sus miembros, mutilada, completando una disfuncional dinámica
familiar desde antes del nacimiento de algunos de ellos(as) por ser hijos(as)
no deseados de sus padres.
B. Están excluidos del sistema educativo; algunos nunca han asistido, otros
han desertado y muchos de ellos han terminado la secundaria sin ver en
ello ninguna utilidad para su futuro.
C. No tienen acceso al mercado laboral por encontrarse en una situación de
desventaja e incompetencia, carentes de capacitación, experiencia, y
formación técnica y profesional.
D. Desconocimiento de sus derechos y deberes como persona, el ejercicio de
la ciudadanía y su participación en el desarrollo local.

23
E. Desinformación de sus derechos sexuales y reproductivos; el ejercicio
sexual responsable, la prevención frente a las enfermedades de transmisión
sexual y SIDA, y finalmente,
F. Excluidos de la recreación, el deporte y la cultura.

Esta marginalidad social tiene consecuencias funestas. Un(a) adolescente o joven


excluido(a) socialmente está marginado(a) de oportunidades para su desarrollo
personal y familiar. Y un(a) marginado(a) social es un(a) resentido(a) social;
potencial futuro infractor de las leyes, normas y reglamentos de buena convivencia
que a la postre afecta la seguridad ciudadana y cultura de paz en nuestra
localidad.

Esta múltiple exclusión social contribuye a crear una sub-cultura juvenil con sus
propias normas, valores, conductas y expresiones de vida en la que se impone
como practica el ejercicio de la violencia. Por lo general, estos adolescentes y
jóvenes sienten que la sociedad poco o nada puede ofrecerles para solucionar sus
necesidades o aspiraciones; y lo peor, es que muchos de ellos no se sienten parte
de ella. Por ello, la sociedad, entendida ésta como sus instituciones y ciudadanos,
tiene la obligación de incorporar, resocializar y reorientar estas conductas para
afirmar los derechos y la participación de todos y todas en la construcción de una
cultura de paz y desarrollo humano.

6) La pérdida de valores y habilidades sociales:

El amor, el respeto, la veracidad y la honradez son valores que cada vez tienen
menos vigencia al interior de las familias y la comunidad. Por otro lado, no se
promueve habilidades sociales como la autoestima, la toma de decisiones y la
asertividad. Esto explica por qué los(as) integrantes de pandillas tienen poca
valoración de su persona y expresan sentimientos de destrucción recogidos casi
siempre de su ámbito familiar: no tienen sentido de responsabilidad y
generalmente, el desacierto y desatino caracterizan sus decisiones pues carecen
de espacios de diálogo y comunicación adecuados.

24
Factores que incrementan la violencia juvenil:

a) Los medios de comunicación social:

El trato que los medios de comunicación –salvo raras excepciones- han dado y
dan a este tema, no ha contribuido a solucionar o disminuir el pandillaje. Al
contrario, titulares sensacionalistas, imágenes y fotografías que magnifican estos
hechos y los hacen protagonistas, contribuyen a que estos jóvenes expresen que
por esta vía “nos hacemos famosos”, “figuramos” o “nos jamoneamos ante los
demás”, opiniones que dan cuando se les pregunta sobre los efectos que tiene en
ellos el que los medios de comunicación se ocupen de sus actos de violencia.

La opinión e imagen que la población tiene sobre “los pandilleros” es, en gran
medida, producto de la imagen que los medios han creado de estos jóvenes: seres
irracionales, salvajes e irrecuperables, mezclando delincuencia y pandillaje que
parece pero no es lo mismo, pues no todos son delincuentes. Por otro lado,
cuando los medios priorizan y magnifican los hechos en sí, antes que las causas
y las soluciones, no están ayudando sino echando más leña al fuego.

b) La imitación de patrones de conducta de los delincuentes mayores:

Todo barrio “que se respete” tiene sus vecinos famosos. Así, en la calle, en la
esquina del barrio, delincuentes mayores (asaltantes, secuestradores, etc.) son
personajes “célebres”, tomados como modelos y héroes al interior de las pandillas.

c) La carencia de programas integrados de atención a la juventud:

No existen políticas públicas de juventud en los espacios locales, metropolitanos y


nacionales, sino más bien programas, proyectos e iniciativas aisladas de poco
impacto, implementados tanto desde los organismos del Estado como de las ONG
u otras instituciones privadas y desde los propios jóvenes; menos aún existe un
organismo rector que centralice a nivel nacional o metropolitano estas iniciativas.

25
8. CONSECUENCIAS DE LAS PANDILLAS.

El problema de las pandillas es complejo y abarca una dimensión de aspectos


dentro de los mecanismo que hacen que la sociedad se mueva, como lo es el
tema de la familia como pilar fundamental para la formación de una sociedad
prospera, pero va más allá de todo lo que se pueda plantear en aspecto simple.

Entre las consecuencias más marcadas dentro del fenómeno de las pandillas se
pueden mencionar:

I. Desintegración familiar por pérdida de miembros: La violencia


indiscriminada que identifican a estos grupos, que van dejando estela de
muertes por ambos bandos.
II. Violencia indiscriminada: La forma de proceder y accionar de las
pandillas se ha puesto de forma crítica en los últimos años, llegando a
actuar de manera de alcanzar un nivel de violencia sin registros en el país.
III. Disminución inversión extranjera: El problema de las pandillas afecta a la
inversión extranjera, pues para las empresas no resulta factible ni tampoco
atractivo invertir en negocios teniendo la incertidumbre del nivel de violencia
que se vive.
IV. Bloqueo de acceso a la educación: Muchos son los casos de niños y
niñas salvadoreñas que han dejado de asistir a los centros educativos por
el ambiente de zozobra que se vive en distintas regiones.
V. Éxodo de familias en zonas pandilleriles: En los últimos años, se han
dado a conocer muchos casos de personas y familias completas que han
tomado la decisión de abandonar sus hogares por miedo a ser víctimas de
las pandillas.
VI. Alto índice de extorciones y secuestros: Es conocido que el accionar
delictivo de estos grupos, que con el tiempo se volvió en un sistema
estructurado y con bases y maneras de actuar cada vez más complejas,
llegando a mantener ingresos potenciales provenientes de extorciones.

26
9. DELITOS QUE COMETEN LOS PANDILLEROS.

Las pandillas de hoy en día participan en un número de comportamientos


destructivos y violentos contra las pandillas rivales, pero que también pueden
afectar a transeúntes inocentes.

Los miembros de las pandillas participan en “una variedad de comportamientos


antisociales, que incluyen agresiones, tumultos, asaltos sexuales, daños a la
propiedad, robos, asesinatos, guerras pandilleras y otras actividades criminales”.

Las pandillas obtienen beneficios con actos criminales, como la venta de


narcóticos, asaltos y robos de vehículos. Estropean propiedades con grafitis
pandilleros. Disponen de armas letales de asalto y de fuego para usar en las
calles o en tiroteos desde sus vehículos en movimiento.

Las pandillas callejeras suelen tomar el control sobre el territorio en una ciudad en
particular y están a menudo involucradas en "brindar protección", una especie de
extorsión, pues la "protección" es por lo general de la propia pandilla, o en otras
actividades delictivas. La mayoría de los miembros conservan sus afiliaciones a
las pandillas cuando van a la cárcel. Muchas pandillas usan frentes organizados
para demostrar su influencia y obtener beneficios en un área en particular.

Las actividades son perpetradas contra personas inocentes, propiedades u otras


pandillas. Generalmente a esto se lo conoce como "Violencia de pandillas". A lo
largo de la historia, tales actos han sido cometidos por las pandillas en todos los
niveles de organización.

Existen indicios de que las pandillas colaboran con estructuras de crimen


organizado locales y transnacionales vinculadas al narcotráfico, la trata de
personas y el tráfico de armas. Sin embargo, la participación de las pandillas se da
como un tipo de contratación, es decir, las estructuras del crimen organizado
utilizan el control que tienen las pandillas de territorio para su beneficio.

27
10. LEYES RELACIONADAS CON LAS PANDILLAS.

Ley antimaras: Tiene como objeto establecer un régimen especial y temporal


para el combate legal de las agrupaciones conocidas como maras o pandillas.

Plan Mano Dura: Este plan se dio a conocer al público a través de una cadena
nacional televisiva y radial el 23 de julio de 2003; Francisco Flores expresaba: “a lo
largo y ancho del país, pandillas criminales llamadas maras se han posesionado
de una enorme cantidad de barrios y colonias para cometer numerosos y terribles
crímenes. Esto amenaza no solo a los vecinos de estos territorios, sino al país
entero, existen más pandilleros armados que policías y efectivos militares juntos”.
Flores, proponía en respuesta a esa penosa realidad el plan Mano Dura, que
contenía los siguientes objetivos:

 Rescatar los territorios del país usurpados por las pandillas juveniles;
 Liberar a la población del flagelo de los actos delictivos de las pandillas;
 Detener a los líderes de las pandillas y desarticular las clicas;
 Eliminar la impunidad de los crímenes cometidos por los menores de 18
años;
 Eliminar el nexo con otros grupos delictivos.

Plan Súper Mano Dura: Este plan implementado por el ex presidente Antonio
Saca, durante el periodo 2004- 2009, estaba comprendido dentro del programa de
gobierno llamado País Seguro y pretendía un supuesto de 4 grandes ejes de
intervención, los cuales eran prevención, rehabilitación, reinserción laboral y
represión. El que más se desarrolló fue el de represión; “un plan mucho más
agresivo y violento contra las maras y pandillas, con lo que intentaría extinguir a
los pandilleros”.

Plan Antihomicidios: Como parte del Plan Mano Dura, el Plan Antihomicidios
consistía en dos partes; la primera, en reducir la circulación del número de armas
de fuego ya que clandestinamente el número circulante es más elevado del que se
tiene una percepción, por los homicidios cometidos por armas no registradas de

28
las cuales se desconoce la procedencia; de tal manera se pretendía revisar las
casas donde hubiesen sospechas de tenencia de armas u otros artefactos ilegales
que pudieren herir o producir muerte, drogas, entre otros. Después de
inspeccionar las casas se levantaría una acta para dar informe a la inspectoría y
continuar con los requerimientos necesarios para sancionar esos delitos.

Plan Mano Extendida: Como se hizo mención previamente, el objetivo de este


plan era la prevención, reinserción y rehabilitación de los pandilleros, el cual había
tomado en un principio de manera integral la reducción de las pandillas, con la
participación del gobierno, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil;
se pretendían llevar acabo estrategias que resultaran positivas, tales como la
creación de internados voluntarios para tratar el problema del alcohol y las drogas,
prevenir que los jóvenes en riesgo se involucrasen en acciones violentas, la
incorporación de ex pandilleros a las tareas de limpieza de la red vial del país,
recolección de basuras y trabajar en las granjas agrícolas.

Ley de Proscripción de Maras, Pandillas, Agrupaciones, Asociaciones y


Agrupaciones de Naturaleza Criminal de 2010: La Asamblea Legislativa
reformó el artículo 345 del Código Penal, que penaliza la pertenencia de
agrupaciones ilícitas; ahora reza de la siguiente manera: “el que tomare parte en
una agrupación, asociación u organización ilícita, será sancionado con prisión de
tres a cinco años. Los organizadores, jefes, dirigentes o cabecillas, serán
sancionados con prisión de seis a nueve años. Serán consideradas ilícitas las
agrupaciones, asociaciones u organizaciones temporales o permanentes, de dos o
más personas que posean algún grado de organización, cuyo objetivo o uno de
ellos sea la comisión de delitos, así como aquellas que realicen actos o utilicen
medios violentos para el ingreso de sus miembros, permanencia o salida de los
mismos.

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Diferentes planes estratégicos y esfuerzos legales, para combatir las
pandillas juveniles en la región:

1) 2003:
Plan Mano dura:
 Ley Antimaras.
 Ley para el Combate de las Actividades Delincuenciales de Grupos o
Asociaciones Ilícitas Especiales.
2) 2004:
 Ley Penal Juvenil.
 Ley de Vigilancia y Control de Ejecución de Medidas al Menor
Infractor.
 Plan Súper Mano Dura.
 Creación de la Secretaría de la juventud y del Plan Nacional de
Juventud.
 Continúas reformas a las leyes penales.

3) 2005:
 Plan mano Amiga.
 Plan Mano Extendida.

Reformas al Código Penal, Ley Especial contra Actos de Terrorismo y la Ley


Penal Juvenil.

1) Sancionarán el control territorial de las pandillas.


2) Resistirse a la detención de autoridades, ya sea Policía Nacional Civil o
personal del Ejército.
3) Referente a los menores de edad que cometan delitos.
4) Para los que amenacen o coaccionen a estudiantes o maestros en sus
centros educativos o alrededores.
5) Pandilleros serán juzgados como “terroristas”.

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11. PSICOPATOLOGIA DEL PANDILLERO.

Estudios revelan que la Psicopatología en la población de San Salvador se


encuentra en un 19.6% de casos de disfunción social, alteración que se manifiesta
por una incapacidad para mantenerse ocupado y activo, les cuesta mucho hacer
las cosas rutinarias, presentan la sensación general de que no está haciendo las
cosas bien; existe una insatisfacción con la manera de hacer las cosas, también
sienten que no están jugando un papel valioso en su vida y presentan un sentido
de incapacidad para tomar decisiones. De igual forma, se encontró un 16.0% de
casos de somatización; lo cual significa que éste segmento de la población
estudiada no se siente perfectamente bien de salud y en plena forma, sienten la
necesidad de un reconstituyente, existe la sensación de agotamiento y sin fuerzas
para hacer nada, hay dolores de cabeza permanentes.

Más del cincuenta por ciento de la población en El Salvador ha sido víctima de


maltrato físico durante la niñez y la adolescencia, a quienes les aplicaban castigos
severos, tales como: golpes con chilillos u otros objetos que les dejaban huellas,
como moretes y heridas, tanto en el cuerpo como en cara y la cabeza.

Más del noventa por ciento de la población estudiada, sufrió negligencia emocional
cuando eran niños o adolescentes, por parte de sus padres o los responsables de
su crianza; la negligencia emocional, fue expresada en acciones y omisiones, tales
como: los padres no se preocupaban de reconfortarlo cuando estaba enfermo o
triste, no les procuraban buena alimentación y vestuario limpio, tampoco se
preocupaban por el rendimiento académico y las actividades de la escuela y
muchas veces fueron dejados solos, sin el cuidado de un adulto

El análisis de los hallazgos evidencian que una de cada cuatro personas vivió
antipatía en su niñez y adolescencia, por parte de sus padres; la cual consistía en
que eran ridiculizados por alguno de sus padres, fueron insultados o llamados con
sobrenombres, sus padres frecuentemente les decían que no los querían, eran
atacados verbalmente sin razón alguna; también fueron culpados por cosas que
no hicieron.
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El análisis refleja que más del noventa por ciento de la población i ha sido víctima
de disciplina excesiva, cuando fueron niños o adolescentes por parte de sus
padres, consistiendo está en que los padres exigían reglas estrictas de conducta
en el hogar; Cuando eran castigados no les explicaban los motivos del castigo,
también fueron estrictos con las horas de llegada a casa. De igual forma, el grado
de castigo nunca fue apropiado, es decir, que el castigo no era proporcional a la
falta cometida. La disciplina excesiva en muchas veces está relacionada con el
abuso físico y psicológico; siendo la disciplina en muchas ocasiones una forma
disfrazada de otros tipos de abuso que coexisten en el hogar de los salvadoreños.

Más de una tercera parte de la población investigada sufrió de discordia y tensión


en el hogar, cuando eran niños y adolescentes; Esto significa que cuando fueron
niños observaron peleas físicas entre sus padres, experimentando que sus padres
se ofendían uno al otro y que eran infelices entre sí; también fueron testigos de
que sus padres se tiraban objetos y quebraban cosas cuando discutían y que sus
padres bebían fuertemente y consumían drogas.

Cerca del cincuenta (48.9%) por ciento de la población consume algún tipos de
sustancia psicoactiva y que estas pueden ser alcohol o drogas. Estos hallazgos
probablemente son un factor importante en la generación de múltiples alteraciones
de carácter orgánico, psicológico investigada. y social en la población.

Al evaluar la Psicopatología en la población, cincuenta por ciento (55.8%)


presentan alguna alteración se encontró que más del o síntomas de trastornos
mentales, como: Ansiedad, depresión, somatización y disfunciones sociales; Las
cuales han sido influenciadas o determinadas por las condiciones del ambiente
familiar disfuncional en el que se desarrollaron cuando eran niños o adolescentes.

32
12. EFECTOS DE LAS PANDILLAS EN LA SOCIEDAD.

Las acciones y desarrollo de las pandillas juveniles repercuten en la población y el


Estado, produciendo efectos negativos y de difícil solución. A continuación se
describen solamente los efectos que mayormente son percibidos por la población.

 Homicidios: según datos del Programa de las Naciones Unidas Para el


Desarrollo (PNUD) en El Salvador, el promedio es 12 y 13 asesinatos diarios
en un país de 6 millones de habitantes; se calculó para 2009 un total de 4,365
asesinatos cometidos, y la tasa para 2010 se disparó a una tasa de 71 por
cada 100,000.

 Inseguridad: Los delitos como los robos, secuestros y extorciones han


aumentado en los últimos cinco años, el comerciante pequeño y mediano ha
sido víctima de extorsiones; solo en 2009 se registraron alrededor de cuatro mil
casos, en 2010 se redujeron a tres mil ochocientos ochenta, según cifras de la
PNC; y para 2011 oscilan siempre entre las tres mil. Uno de los medios que
utilizan es amenazar de muerte a cambio de una suma de dinero o de artículos
de valor, la mayoría de las personas cede ante tal situación; las que no lo
hacen han sido asesinadas.

 Incremento del crimen transnacional: La operación de las pandillas juveniles


en El Salvador es un coadyuvante al incremento de la presencia del crimen
transnacional y viceversa, este último llevó al primero a tener herramientas que
lo llevasen a desarrollarse; “las mafias observaron este fenómeno y lo
alimentaron, dando dinero, armas y un elemento aun de mayor importancia:
técnicas operativas-delictivas que se esparcieron a lo largo de las pandillas”.
De tal manera, las pandillas tecnificaron sus delitos. La forma de secuestrar
gente, de extorsionar y de hacer conexiones con policías corruptos, es distinta
a como se hacía anteriormente.

33
13. LAS PANDILLAS EN LA ACTUALIDAD.

Hoy en día el diario vivir en la sociedad salvadoreña transcurre entre dos números
de igual denominador el número de extorsiones diarias y el número de muertes
por rivalidad entre pandillas, las extorsiones al igual que los asesinatos crecieron
desmedidamente conforme el tiempo avanzó y los gobiernos fueron incapaces de
hacer un frente común al accionar de las pandillas, o no dimensionaron el nivel
que estos grupos alcanzarían como tales; surgieron además nuevos grupos como
la MAO MAO, Maquina, Miradas, entre otros tantos que aunque con diferente
nombre su convivencia en la sociedad es la misma.

En la actualidad los miembros de las pandillas pueden identificarse a grandes


rasgos, según su jerarquía o rango dentro del grupo:

 Los Palabreros: lideres o jefes de una pandilla o "clica" (subgrupo de una


misma pandilla), llamados así porque su palabra (decisiones) está por
sobre la de cualquier otro miembro más.
 Activos: miembros activos del grupo ya fueron "brincados" (iniciados) a la
pandilla, y se encargan de ejecutar los planes. Aunque dentro de los
Activos pueden reconocerse dos grupos más los que no han ido a la cárcel
y los que ya estuvieron presos. Únicamente los miembros Activos pueden
tatuarse después de solicitar el permiso del palabrero, y en todo caso se le
asignan otros dos miembros activos para que lo cuiden, tal como lo haría un
guardaespaldas.
 Los que vacilan: constituyen el grupo más grande de cada pandilla estos
no se han "brincado" (iniciado) dentro del grupo por lo que son recibidos,
mas no reconocidos como miembro activo del grupo. En muchas ocasiones
son hermanos, amigos, conocidos o familiares de un soldado.
 Inactivos: son aquellos que con el permiso del palabrero se retiran de la
pandilla y de su accionar, estos no pueden volver a "vacilar" con los
miembros pues serían considerados nuevamente como activos, pueden
retirarse por motivos familiares, económicos y sobretodo
de religión (aceptar la fe cristiana) en cuyo caso debe evidenciar el cambio
que dice haber comenzado.
 Retirados: son aquellos miembros activos que sin permiso del palabrero se
dejan de reunir con los demás miembros, se alejan sin avisar y finalmente
tienden a desertar de su residencia, estando en la cárcel solicitan traslado a

34
otro penal, estos son considerados enemigos y tienden a ser perseguidos y
hasta asesinados.

La principal actividad lucrativa de las pandillas es las extorsiones a negocios y


familias adineradas, de cada actividad están obligados a mandar una cuota a los
palabreros que están en cárceles, por lo general esta cuota es fija, aunque puede
variar debido a que dentro de las prisiones estos también tienen actividades
propias que les generan ganancias, tales como venta de drogas y extorsiones a
otros internos. Igualmente, la venta de droga está en la actualidad generando un
gran repunte en las actividades de las pandillas, aunque de esta parte se tocará
más a fondo en el siguiente apartado del futuro de las pandillas.

35
14. CASOS REALES DE PANDILLEROS.

 El caso de Edwin alias “PACHANGA”.

Se trata de un famoso líder pandilleril de la colonia Las Pampitas, Municipio de


Aguilares. Murió hace aproximadamente dos años. Antes de incursionar en la
pandilla se dedicaba a trabajar en los cañales, estaba acompañado y vivía en un
mesón. De pronto comenzó a vincularse con los pandilleros de la zona.
Conversaba con ellos, los alertaba cuando la policía ingresaba a la colonia,
transportaba de un lugar a otro: comida, mariguana, armas, etc. Se trató de un
joven que se metió de lleno en ese mundo, era el “civil” más activo de todos. Un
día, la policía capturó a los tres pandilleros que lideraba en dicha colonia y sólo
quedaron “civiles”. Otros pandilleros de una colonia aledaña fueron los que
“brincaron” a Edwin, a su hermano y a otro joven. Los tres se convirtieron en los
nuevos pandilleros de la colonia. Edwin quien recibió la “taca/apodo/sobrenombre”
de “PACHAGA” fue nombrado como el “palabrero” de Las Pampitas. Poco tiempo
después de la “brincada” asesinaron al hermano de “pachanga” (el cual, también
era pandillero). Ese mismo día “pachanga” vengó la muerte de su hermano,
capturó al asesino y le proporcionó varios impactos de bala en su cuerpo y
después, le arrojó una piedra sobre la cabeza. Desde entonces, comenzó a
delinquir de manera desenfrenada. Asesinó (en diferentes ocasiones) a muchas
personas de dicha comunidad, reclutó a muchos jóvenes, se enfrentaba a tiros con
la policía, cobraba renta en todas las tiendas y negocios de la comunidad, robaba,
amenazaba, extorsionaba y en fin, hacia lo que se le antojara. “Pachanga”
consiguió aterrorizar a muchas personas de la colonia. Era un individuo que no
respetaba los derechos de los demás, no le importaba quebrantar la ley e incluso
rompía algunas reglas impuestas por la misma pandilla. Un día, él y otros
pandilleros abordaron una camioneta y se dirigían a realizar un ataque a una
delegación policial, pero después de concretizarlo le dieron persecución hasta ser
capturados. “Pachanga” fue asesinado al interior del centro penal junto con otros
pandilleros, fue víctima de una purga entre la pandilla. El mismo día de su muerte
asesinaron a su familia (madre, padrastro, hermana y tía).

36
 El caso de Alex alias “EL BLÉISER”.

Fue un reconocido líder pandilleril de la colonia Santa Eugenia. Murió en la colonia


Las Pampitas en agosto del presente año, en manos de los Agentes de la
Subdirección Antipandillas de la PNC. “El bléiser” era “palabrero” y se le
adjudicaban muchos homicidios cometidos en diferentes lugares. Era muy
buscado por la policía y respetado por la pandilla. La investigación policial
determinó que éste pandillero se escondía en casa de su mujer, la cual, reside en
Las Pampitas. Se montó un operativo y los agentes antipandillas rodearon la casa
y al percatarse que efectivamente el pandillero se encontraba allí, le dijeron que
se entregara y “el bléiser” tomó su arma, corrió y se escondió detrás del servicio
sanitario y los policías abrieron fuego contra él y le dispararon en reiteradas
ocasiones, hasta que él decidió rendirse. Tiró al suelo su arma y les dijo a los
agentes que no dispararan más, porque iba a entregarse. Entonces salió con las
manos en alto y un policía le dijo que se arrodillara y que bajara su cabeza. “El
bléiser” siguió la instrucción y el agente se acercó y le proporcionó dos impactos
de bala, los cuales, le ocasionaron la muerte inmediatamente.

 El caso de Tony alias “OSTIN”.

Tony actualmente se encuentra en el Centro Penal La Esperanza Mariona,


cumpliendo una condena de 35 años por homicidio agravado, agrupaciones ilícitas
y portación ilegal de arma de fuego. Un joven bachiller que inició fumando
cigarrillos, después fumaba mariguana patrocinada por pandilleros y que comenzó
a vincularse con ellos, tanto que decidió “brincarse”. Siempre llevaba con él un
arma de fuego y cada vez se metía más de lleno en ese mundo. Rapó su cabello y
se hizo un tatuaje grande alusivo a la pandilla en la parte trasera de la cabeza.
También, tatuó su pecho, su espalda y sus brazos. Con el tiempo llegó a ser el
“palabrero” de la colonia y se dedicó al tráfico ilícito de drogas. Era un líder
pandilleril que ejercía mucha influencia sobre sus subordinados, ellos hacían todo
lo que él les pedía. Fue capturado por la PNC junto a otro pandillero, minutos
después que le arrebataron la vida a otro sujeto.

37
CONCLUSIONES.

Después de haber finalizado esta investigación bibliográfica concluimos que:

 Históricamente, las pandillas se han ido extendiendo persistentemente de


país en país, hasta dar por resultado una cantidad enorme y excesiva de
personas que forman parte de un determinado grupo pandilleril.

 Las divisiones y rivalidades entre pandillas (a lo largo del tiempo) han


generado efectos negativos y devastadores para las diversas sociedades
en la que existe presencia de estos grupos delictivos.

 Existen diferentes etiologías y/o motivos que han impulsado a las personas
a formar parte de una determinada pandilla. No se puede argumentar que
existe una sola razón por la cual los individuos incursionan en pandillas.

 Los diversos delitos que cometen las pandillas (homicidios, extorciones,


secuestros, asaltos, violaciones, tráfico ilícito de drogas, amenazas, etc.)
producen secuelas psicológicas que deterioran la salud mental de las
personas.

 Las leyes que fueron creadas para combatir y erradicar las pandillas no han
producido los resultados que se esperaban, por lo tanto, es necesario
implementar nuevas y mejores medidas para resolver el problema.

 Indiscutiblemente, detrás de cada individuo que decide integrarse a grupo


delictivo, existe presencia de trastornos mentales o psicológicos que
necesitan ser tratados para restablecer a la persona.

 Es preciso y necesario salvaguardar la salud mental de las nuevas


generaciones para que obstruir el crecimiento de las pandillas y producir
nuevas y mejores sociedades.

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RECOMENDACIONES.

Como futuros profesionales de la salud mental, es nuestra obligación conocer el


impacto, los alcances y delimitaciones posibles que el fenómeno de las pandillas
genera en la población, en sus estilos de vida y en su forma de lidiar con el
problema, para intervenir y lograr un cambio positivo y contribuir a la erradicación
de la violencia que se genera.

Comprender como se origina el problema de las pandillas, las causas del porque
se genera, las variantes que existen en los distintos casos de jóvenes que deciden
ser parte de ellas así también como los que se ven obligados a ser parte de ellos
bajo amenazas, esto con el fin de poder desarrollar programas de prevención,
desde las primeras fases del origen así también la forma ideal de actuar de
manera tal que podamos disminuir gradualmente el fenómeno en si.

Como psicólogos enfocarnos también en el trabajo de rehabilitación y re inserción


a la sociedad por parte de todos aquellos miembros de estos grupos que deseen
volver a formar parte activa dentro de la misma, ya no como miembros de un
grupo que genere temor y desconfianza.

Comprender que es un fenómeno que tiene múltiples puntos a tratar, que en su


complejidad nos reta a tratar el planteamiento de conductas antisociales de
manera grupal, por lo cual, no podemos simplemente excluir el tratar a pacientes
que pertenezcan a pandillas, sino profundizar en los rasgos antisociales y de
violencia que pacientes como ellos manejan en su regularidad.

Para frenar con el desarrollo de las pandillas juveniles se recomienda al Gobierno


de El Salvador:

- Disminuir y gradualmente eliminar los factores que conllevan a la


generación y evolución de las pandillas juveniles.
- Creación y ejecución de políticas públicas de seguridad integrales que
lleven a la erradicación del fenómeno de las pandillas juveniles, tomando en

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cuenta el componente de la rehabilitación y de la reinserción a la sociedad
de manera efectiva.

Al sistema de Justicia:

- Sancionar los casos de corrupción o de aplicación dudosa de la ley.


- Mejorar las fuentes estadísticas de los homicidios y los medidores de
violencia.

A las municipalidades:

- Armonizar el funcionamiento de los diferentes proyectos o planes no


importando el matiz político que estos tengan; lo que significa no discriminar
iniciativas de solución que pudiesen venir de algún partido político o
ideología.
- Utilizar eficientemente los fondos destinados a los proyectos sociales y el
desarrollo de la niñez y la juventud, para trabajar por el objetivo de
mantener a los niños y jóvenes alejados de las pandillas.
- Integrar a diferentes miembros claves de las comunidades que participen
en los diferentes proyectos, de tal manera que se sientan identificados y
responsables con el desarrollo de la comunidad en la que habitan.

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BIBLIOGRAFÍA.

Tesis e Investigaciones:

- AGUILAR, Mauricio (2007): Las pandillas delictivas transnacionales un


análisis desde la perspectiva de seguridad de la sub región
centroamericana, tesis para optar al grado de máster en defensa y
seguridad centroamericana. Colegio de Defensa Nacional, Tegucigalpa,
Honduras.
- CARRANZA, Marlon, AGUILAR Jeannette (2008): Las maras y pandillas
como actores ilegales de la región. Estado de la región, desarrollo humano
sostenible. IUDOP. San Salvador. Pág. 14.
- GOUBAD, Emilio (2009): Consorcio Global de transformación en la
seguridad. Maras y Pandillas en Centroamérica, Serie Prevención del
Delito, n.º1, EUA.

Artículos en revistas y otras investigaciones:

- AGUILAR, Jeannette (2009): Las pandillas en El Salvador. Instituto


Universitario de Opinión Pública (IUDOP), Universidad Centroamericana
José Simeón Cañas, El Salvador.
- ARGUETA, Sandra Guadalupe (2000): Diagnóstico sobre los grupos
llamados "Maras" en San Salvador. Revista de Sicología de El Salvador,
UCA, Vol.II, No.43, San Salvador. ISSN 0213- 3334.
- BALMACEDA GEMA, Santamaria (2009): Maras y pandillas: límites de su
transnacionalidad. Revista Mexicana de Política Exterior N°81, México DF.

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ANEXOS.

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