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DOCENTE:
MED. JUAN ISMAEL RODRÍGUEZ SALINAS
UNIDAD:
ESTUDIANTES:
Los fármacos que actúan en el sistema nervioso central (SNC) se encuentran entre los
primeros descubiertos por los seres humanos y aún son el grupo más utilizado de agentes
farmacológicos. Éstos incluyen los fármacos utilizados para el tratamiento de una amplia
variedad de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, analgésicas, supresoras de la
náusea y reductoras de la fiebre, entre otros síntomas. Además, muchos fármacos que
actúan sobre el SNC se utilizan sin prescripción para incrementar la sensación de bienestar.
Debido a su complejidad, los mecanismos por los que actúan diversos fármacos en el SNC
no siempre se conocen bien. En las últimos tres decenios, sin embargo, se han hecho
avances notorios en la metodología de la farmacología en el SNC. Hoy es posible estudiar la
acción de un fármaco en neuronas individuales e incluso en receptores únicos dentro de las
sinapsis. En la información obtenida por esos métodos se basa el perfeccionamiento en los
estudios del SNC.
En primer término, es claro que casi todos los fármacos con efectos en el SNC actúan sobre
receptores específicos que regulan la transmisión sináptica. Si bien unos cuantos, como los
anestésicos generales y el alcohol, pueden tener funciones inespecíficas en las membranas
(aunque esas excepciones no se aceptan por completo), incluso tales funciones no
mediadas por receptores producen alteraciones demostrables en la transmisión sináptica.
En segundo lugar, estos fármacos se encuentran entre las herramientas más útiles para el
estudio de la función del SNC, desde la comprensión de los mecanismos de las
convulsiones hasta la memoria a largo plazo. Los agonistas que simulan a los transmisores
naturalesm (y en muchos casos que son más selectivos que las sustancias endógenas) y
antagonistas son de extrema utilidad en tales estudios.
Una tercera consideración es que descubrir las acciones de los fármacos mcon eficacia
clínica conocida ha llevado a algunas de las hipótesis más frucríferas en cuanto a los
mecanismos de la enfermedad. Por ejemplo, la información relativa a la acción de los
fármacos antipsicóticos sobre los receptores de dopamina constituye la base de hipótesis
importantes acerca de la fisiopatología de la esquizofrenia. Los estudios de los efectos de
una diversidad de agonistas y antagonistas sobre los receptores de ácido aminoburírico
gamma (GABA) han dado lugar a nuevos conceptos respecto a la fisiopatología de varias
enfermedades, incluidas ansiedad y epilepsia.
Las conexiones entre neuronas y entre estos grupos neuronales forman los circuitos que
regulan el flujo de la información a través del SNC.
NEURONAS
Las neuronas son células excitables que procesan y transmiten información a través de
procesos electroquímicos. Existen muchos tipos de neuronas en el SNC, que se clasifican
de las siguientes formas: por función, por ubicación y por el neurotransmisor que liberan. La
neurona típica posee un cuerpo celular (soma) y procesos especializados conocidos como
dendritas y axones. Las dendritas forman complejos muy ramificados de "árboles
dendríticos", que reciben e integran la información aferente de otras neuronas y que
conducen esta información hacia el cuerpo celular. Los axones transportan señales de la
neurona desde el cuerpo celular, en ocasiones durante largas distancias. Las neuronas
pueden tener cientos de dendritas, pero por lo general tienen un solo axón, el cual puede
ramificarse en sentido distal para establecer contacto con múltiples objetivos.
NEUROGLIA
Además, los podocitos de los astrocitos tienen relación estrecha con sinapsis neuronales,
donde participan en la eliminación y reciclamiento de neurotransmisores después de su
liberación y participan en funciones cada vez más apreciadas para regular la
neurotransmisión.
Los oligodendrocitos son células que rodean los axones de proyecciones neuronales en el
SNC y que forman la vaina de mielina. De manera similar a lo que ocurre en la célula de
Schwann en las neuronas periféricas, las vainas de mielina creadas por los oligodendrocitos
aíslan los axones e incrementan la velocidad de propagaciónde la señal. El daño a los
oligodendrocitos ocurre en trastornos como la esclerosis múltiple y este trastorno es el objeto
de esfuerzos para la obtención de nuevos fármacos.
La microglía son macrófagos especializados derivados de la médula ósea que se encuentran
en el SNC y que son el principal mecanismo de defensa inmunitario del cerebro. Las células
participan de manera activa en los procesos neuroinflamatorios en muchos estados
patológicos, lo que incluye las enfermedades neurodegenerativas.
BARRERA HEMATOENCEFÁLICA
Por tanto, para alcanzar el SNC los fármacos deben ser muy hidrofóbicos o participar en
mecanismos específicos de transporte. Por ejemplo, los antihistamínicos de segunda
generación causan menos somnolencia porque se desarrollaron para ser significativamente
más polares que los antihistamínicos antiguos, lo cual limita su cruce de la BBB.
Neuronas y la glía en el SNC. Una neurona típica tiene un cuerpo celular (o soma) que
recibe respuestas sinápticas del árbol dendrítico.
Estas respuestas sinápticas están integradas en el segmento inicial del axón, el cual tiene
una elevada concentración en los conductos del nsodio controlados por voltaje. Si se inicia
un potencial de acción, se propaga a lo largo del axón hasta la terminal sináptica, la cual
establece contacto con otras neuronas. El axón de neuronas de rango amplio se encuentra
aislado por una vaina de mielina derivada de procesos especializados de membrana de los
oligodendrocitos, análogos a las células de Schwann en el sistema nervioso periférico. Los
astrocitos realizan funciones de sostén en el SNC, ya que sus procesos tienen relación
estrecha con las sinapsis neuronales.
NEUROTRANSMISORES CENTRALES
1. Ansiedad: definición
2. Mecanismos neuropsicofisiológicos
Son muchos los modelos que, desde distintas perspectivas teóricas, tratan de explicar la
génesis y el establecimiento de las modificaciones afectivas que definen la ansiedad y la
organización de los mecanismos neurofisiológicos responsables de las manifestaciones
vegetativas, somáticas y conductuales.
a) la evaluación por la que se valora lo que de resaltable tiene un estímulo y su relación con
condicionamientos y experiencias previas.
Con el fin de asegurar su capacidad para guiar adecuadamente a la conducta, todos estos
componentes del proceso emocional han de ser modulados por complejos sistemas
neurobiológicos que sean capaces de evitar que se hagan persistentes, excesivos,
inapropiados o capaces de conformar una mala adaptación.
Los estudios de neuroimagen en humanos con ansiedad y los estudios en modelos animales
de ansiedad han proporcionado una visión bastante consistente y coherente de los circuitos
neuronales implicados en la ansiedad (fig. 27-1). Las respuestas automáticas más simples
están mediadas por estructuras del tronco del encéfalo, como la sustancia gris
periacueductal y el locus coeruleus, e hipotalámicas.
Por último, la corteza prefrontal medial, la corteza angulada anterior y la corteza insular
reciben importantes influencias de la amígdala, de naturaleza recíproca, así como del
tálamo; merced a ellas se puede interpretar el significado de orden superior de los estímulos
sensoriales, modificar las respuestas conductuales en razón de la experiencia, predecir las
consecuencias sociales de una determinada conducta, etc. La activación exagerada de
estas regiones se ha asociado a la interpretación errónea de los estímulos amenazantes, la
ansiedad anticipatoria, los componentes interoceptivos del miedo y la predisposición
ansiosa.
Durante mucho tiempo, existió una clara tendencia a considerar el efecto ansiolítico como el
primer paso de una línea continua de efectos progresivos: el de los ansiolíticos —> sedantes
—> hipnóticos.
Este concepto se fundamentaba en los efectos provocados por los fármacos barbitúricos,
meprobamato y benzodiazepinas. Con los barbitúricos era difícil diferenciar en la práctica la
acción ansiolítica de la sedante e hipnótica. El meprobamato significó un avance en la
diferenciación entre ansiolisis y sedación. Las benzodiacepinas se acercaron al ansiolítico
ideal porque, aunque a dosis elevadas producen sedación y sueño, es posible manejarlas
con mayor eficacia y menor riesgo. Un enorme paso adelante en la definición de la acción
ansiolítica fue el de diferenciar subtipos de receptores GABA responsables de las acciones
ansiolítica e hipnótica de las benzodiazepinas que, además, está permitiendo el diseño de
nuevas moléculas con acción ansiolítica mucho más selectiva. Por otro lado, es de destacar
el hecho de que la mayoría de los trastornos por ansiedad responden al tratamiento con
fármacos de naturaleza antidepresiva, lo que sugiere un solapamiento fisiopatológico
terapéutico entre los trastornos por ansiedad y la depresión.
B. Benzodiazepinas y derivados
1. Características químicas
2. Acciones farmacológicas
Las diferencias entre ellas no son sustanciales, pero a la vista de su eficacia relativa para
algunos de estos efectos y de sus propiedades cinéticas, algunas pueden tener una
indicación más clara en una determinada circunstancia clínica. De todos modos, el excesivo
número de productos existentes en el mercado invita a exagerar propiedades y extremar
conveniencias clínicas con fines meramente publicitarios.
Acción ansiolítica
Las benzodiazepinas son los fármacos de elección para el tratamiento a corto plazo de los
trastomos de ansiedad generalizada.
Aunque los trastomos de pánico son menos sensibles a la acción ansiolítica de este grupo
de fármacos, el alprazolam y otras benzodiacepinas con una elevada potencia (clonazepam,
lorazepam) también se han mostrado eficaces en estos trastomos. La ansiedad asociada a
las fobias, los trastomos obsesivo-compulsivos y el trastorno de estrés postraumático
responde mal a las benzodiazepinas, incluidas alprazolam y clonazepam. La ansiedad
asociada a cuadros de tipo no neurótico (depresión, esquizofirenia) no responde en absoluto
a las benzodiazepinas.
Los estudios experimentales que analizan la actividad de los ansiolíticos sobre la conducta
en animales demuestran de manera constante la capacidad de las benzodiazepinas para
liberar una respuesta que previamente había sido suprimida mediante la presentación de un
estímulo desagradable (castigo). Esto se consigue estableciendo inicialmente una respuesta
frente a un premio (comida) e introduciendo después de forma periódica, pero imprevisible,
un estímulo aversivo junto con el premio; esto desencadena un estado de conflicto que
genera ansiedad y hace que el animal evite o retrase la respuesta al premio. Las
benzodiazepinas restablecen la prontitud de esta respuesta, sin afectar a la actividad motora
o el estado de vigilia o atención del animal.
Acción miorrelajante
Algunas son eficaces en determinados tipos de epilepsia y para revertir el status epiléptico.
La acción anticonvulsivante requiere por lo general altas concentraciones cerebrales.
Otras acciones
Las dosis terapéuticas, incluidas las que se administran por vía intravenosa en anestesia, no
afectan el aparato circulatorio en personas sanas, pero en pacientes cardíacos pueden
producir hipotensión y reducción del gasto cardíaco. Dosis altas llegan a deprimir
ligeramente el centro respiratorio y en administración intravenosa rápida pueden provocar
depresión respiratoria aguda y apnea; sin embargo, a dosis equiactivas, las benzodiazepinas
causan mucha menor depresión respiratoria que los barbitúricos y otros sedantes.
Las benzodiazepinas se absorben bien por vía oral, con diferencias en la rapidez según el
grado de liposolubilidad. El equilibrio entre el plasma y el cerebro se alcanza rápidamente
debido a su liposolubilidad y atraviesan bien la barrera hematoencefálica, por lo que en dosis
única, el comienzo del efecto y el tmax dependen fundamentalmente de la velocidad de
absorción.
Las más frecuentes se deben al desajuste de la dosis en relación con mel efecto que se
desea conseguir. Aparecen sedación, somnolenda, mataxia, disartria, incoordinadón motora
e incapacidad de coordinar movimientos finos o de responder verbal o motóricamente a
estímulos que requieren una respuesta rápida; alteran la capacidad para conducir vehículos.
Pueden producir amnesia anterógrada, es dedr, limitada a hechos que suceden después de
la inyección.
Las benzodiazepinas más potentes, como el lorazepam, tienen un potencial más elevado de
produce amnesia.
Por vía intravenosa rápida pueden desencadenar hipotensión y depresión respiratoria, pero
su capacidad letal es muy pequeña. El peligro aumenta si se asocian a otros depresores del
SNC: alcohol, anestésicos u opiáceos.
7. Aplicaciones terapéuticas
También son de utilidad como tratamiento agudo de las crisis de angustia, pero no deben
ofrecerse como tratamiento a largo plazo en ningún caso. El trastorno de ansiedad social o
fobia social puede responder a benzodiazepinas como clonazepam o alprazolam, que son
de utilidad para el tratamiento agudo de las crisis, pero la terapia de primera línea son los
antidepresivos. Los estados de pánico no responden bien a benzodiazepinas y el tratamiento
de elección lo constituyen los antidepresivos. Las fobias específicas no responden al
tratamiento farmacológico. En el trastorno de estrés postraumático son poco eficaces; lo
mismo sucede en el trastorno
Dado que la eliminación del flumazenilo es más rápida que la de las benzodiazepinas, puede
producirse la recurrencia del efecto depresor de estas.
C. Otros ansiolíticos
1. Buspirona
Más que sedación produce insomnio. No altera la memoria ni provoca trastornos cognitivos o
psicomotores. No interactúa con el alcohol ni otros depresores del SNC. No se ha descrito el
desarrollo de dependencia física y abstinencia; además, pueden producir disforia, por lo que
no incita al abuso. Su eficacia ansiolítica es similar a la de las benzodiazepinas, pero el
principal inconveniente es la lentitud con que comienza su actividad terapéutica, ya que la
acción ansiolítica tarda hasta 2 semanas en instaurarse. Los pacientes tratados previamente
con benzodiazepinas no se sienten igual de aliviados por la buspirona. Este fenómeno
podría tener relación con la existencia en estos pacientes de sintomatología de abstinencia a
las benzodiazepinas. La buspirona no presenta tolerancia cruzada con las benzodiazepinas,
por lo que carece de utilidad para prevenir o tratar dichos síntomas. Esta falta de sensibilidad
a la buspirona se podría evitar comenzando el tratamiento 2-3 semanas antes de iniciar la
retirada de las benzodiazepinas.
La buspirona se absorbe con rapidez en el aparato digestivo (t_^^ de 30-60 min) pero
muestra primer paso hepático que reduce su biodisponibilidad. Se une a proteínas en el
95%. Se metaboliza casi por completo en el hígado mediante reacciones de oxidación (N-
desalquilación, hidroxilación) y conjugación, originándose metabolito activos, la N-
desmetilbuspirona y la 6 -hidroxibuspirona.
Tiene una t 1/2 de 3-4 h que no varía en la población geriátrica. Las dosis habituales son de
20-30 mg/día, con una dosis máxima de 60 mg/día. El comienzo de la ansiólisis tarda 1-2
semanas en aparecer y el máximo beneficio terapéutico no se alcanza hasta las 4-6
semanas de tratamiento.
La depresión es una enfermedad mental cuya prevalencia se estima Nen un 3-5% y que, a lo
largo de la vida, puede afectar al 10-20% Nde la población adulta, con un riesgo dos o tres
veces mayor en mujeres que en hombres. En la depresión, predominan una serie de
síntomas, como la pérdida del ánimo, del humor o del interés por las actividades usuales, la
fatiga, los sentimientos de inutilidad, la falta de concentración, los deseos de muerte, la
pérdida de apetito o de peso, el insomnio, la agitación o el retraso psicomotor, acompañados
de somatizadones más o menos pronunciadas. Toda o parte de esta sintomatología
depresiva forma parte, de manera más o menos intensa, de las fluctuaciones de humor
propias de cualquier individuo; sin embargo, cuando varios de estos síntomas se mantienen
presentes de forma constante, la depresión debe ser tratada.
A ello hay que sumar la estrecha relación que parece haber entre el síndrome depresivo y
los estados de ansiedad, desdibujándose a veces el perfil que separa a uno y a otros. Varios
cuadros incluidos en el complejo «ansiedad» son tratados y responden mejor a los fármacos
antidepresivos, y se considera seriamente la existencia de factores patogenéticos comunes,
como puede ser la espedal vulnerabilidad a elementos estresantes que, empezando por
generar un estado de ansiedad, terminan por provocar el desmoronamiento vital que
caracteriza a la depresión.
2. Mecanismos patogénicos
Al igual que ocurre en otras alteradones mentales, el esfuerzo investigador por aliviar y
mejorar los síndromes depresivos va dirigido a conocer su base génica y genética, sus
alteradones macro y microestructurales en el cerebro, así como las alteraciones
neuroquímicas que puedan ser causa o consecuencia de la patología de base.
1. Clasificación
Comparten esta acción fundamental con los del grupo anterior, pero se distinguen de ellos
en que afectan de manera muy diferente a otros receptores y, por ello, sus efectos
secundarios son muy distintos: venlafaxina y duloxetina.
2. Acciones farmacológicas
Acción antidepresiva
Mhttp://www.scielo.edu.uy/scielo.php?pid=S1688423X2009000400005&script=sci_artt
ext&tlng=en
3. KATZUNG BG. Farmacología básica y clínica. 13ª edición 2010. México. McGraw-Hill
http://www.prvademecum.com/paises.php