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El derecho interno regula la sociedad jurídicamente constituida como Estado. El derecho interno
público y privado rige las relaciones sociales locales. Pero cuando se establecen relaciones entre
individuos de diferentes Estados, o entre estos últimos, se constituye la sociedad internacional. Ésta,
a su vez, responde a directivas que integran el orden internacional, que se traduce en las normas del
derecho internacional.
El derecho internacional privado es parte del derecho de las relaciones entre los ordenamientos
jurídicos, que tiene por fin armonizar los ordenamientos para lograr una justa solución uniforme de
los casos que trasciendan un ordenamiento y se conectan con varios.
En los Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación se señala que la
normas de derecho internacional privado constituyen un sistema destinado a favorecer la
coordinación entre el ordenamiento argentino y los sistemas jurídicos de los demás Estados con los
cuáles se vinculan las situaciones privadas internacionales, cada vez más complejas en una realidad
intensamente comunicada e interconectada.
Todas las definiciones del derecho internacional privado tienen algunos elementos en común de
modo explícito o bien de modo implícito:
a. Relación privada
b. Presencia de elementos extranjeros o
c. Foráneos en relación con el derecho local;
d. Relaciones o coordinación entre dos o más ordenamientos jurídicos
Las normas del orden internacional, dirigidas a personas físicas o jurídicas, sin imperium, integran el
derecho internacional privado.
El derecho internacional privado está formado por las normas que determinan la ley aplicable a
relaciones jurídicas vinculadas con más de un Estado.
En nuestro país, el Derecho Internacional Privado posee autonomía científica pues emplea diversos
métodos para captar el objeto que le es propio. A partir de la entrada en vigor del CCC algunas
normas de Derecho Internacional Privado (Libro Sexto - Título IV - Disposiciones de Derecho
Internacional Privado).
El Derecho Internacional Privado es el conjunto de los casos jusprivatistas con elementos extranjeros y
de sus soluciones, descritos casos y soluciones por Normas inspiradas en los métodos indirectos,
analíticos y sintéticos judicial y basadas las soluciones y sus descripciones en el respeto al elemento
extranjero.
El caso es una controversia entre dos o más personas sobre el reparto de potencia e impotencia,
pudiendo ser actual o eventual.
Jusprivatista significa que el caso debe pertenecer al Derecho Internacional Privado ya que sólo en la
órbita del Derecho Internacional Privado rige todavía el principio de extraterritorialidad pasiva,
consistente en que en un país no se aplica solamente el Derecho Privado propio, sino igualmente en
su caso, Derecho Privado extranjero y en que el Derecho Internacional Privado está indisolublemente
unido al principio de la extraterritorialidad pasiva del Derecho.
El caso jusprivatista debe incluir en elementos extranjeros para que surja el problema de la
aplicabilidad del Derecho propio o de un Derecho extranjero. Este elemento puede ser:
Las soluciones pueden ser territorialistas, se inspiran en el Derecho propio del país en el que la
controversia surge, o extraterritorialista, cuando se elige entre los diversos derechos en tela de juicio
aquel en el que el caso tenga su sede.
En líneas generales, hallamos las siguientes notas salientes del tratamiento de derecho internacional
privado en el Nuevo Código:
El objeto amplio del Derecho Internacional Privado: El CC se ocupa tanto de los problemas
vinculados con el derecho aplicable, como de la jurisdicción internacional.
No sólo se contempla un capítulo con disposiciones de alcance general, sino que también en
la llamada Parte especial, en cada sección, se dedican reglas específicas para definir en cada
categoría, la jurisdicción competente así como el derecho aplicable. Además, contiene
algunas disposiciones sobre cooperación jurídica internacional.
La expresión “relación jurídico privada internacional” se utiliza en Derecho Internacional Privado con
un sentido amplio equivalente a situación jurídico en general (capacidad, forma de un testamento,
efectos del matrimonio, etc.). Las vinculaciones entre las diversas sociedades nacionales y los
hombres que las forman producen innumerables fenómenos de interpretación.
Debido a estos fenómenos a una relación jurídico - privada se incorpora un elemento extranjero; y
esa presencia de un elemento extranjero transforma a la relación en internacional.
Según un criterio teórico, basta la presencia de un elemento extranjero para caracterizar una relación
jurídica privada internacional, y dicho elemento puede provenir de la conexión de las personas, los
bienes o la voluntad exteriorizada de los hombres, con una sociedad extranjera.
En cambio el criterio positivo requiere que la caracterización jurídico - privada internacional que se
consulte previamente al instituto de Derecho Internacional Privado perteneciente a cada
ordenamiento positivo local; ya que cada ordenamiento positivo reparte las relaciones a su modo
La norma jurídica es una preceptuación obligatoria del derecho que regula en un sentido social la
conducta humana.
Para cumplir con su objetivo, el derecho internacional privado utiliza normas de colisión o indirectas.
La diferencia entre una norma directa y una norma indirecta radica en que esta última no soluciona
el caso sino que únicamente nos remite al ordenamiento jurídico aplicable al caso, el que, a su vez,
en su norma directa nos indicará la solución.
La utilización de la norma indirecta tiene como corolario la extraterritorialidad del derecho. Cuando
cada juez aplica su propia ley, utiliza las normas directas que buscan la consecuencia dentro de su
propio ordenamiento jurídico (territorialismo).
En las normas indirectas, la consecuencia no alude a la solución del caso, sino a la ley aplicable.
Remite, pues, al ordenamiento jurídico en el cual se debe buscar la solución. Cuando ésta se
encuentra en un ordenamiento jurídico distinto al del tribunal, el juez aplica este derecho. De esta
manera el tribunal aplica en su propio territorio derecho de otro (extraterritorialismo).
Para realizar su cometido, la norma indirecta utiliza el punto de conexión. Éste "conecta" el caso con
el derecho aplicable. Por ejemplo, cuando decimos que la capacidad se rige por la ley del domicilio, el
punto de conexión es ley del domicilio, que nos permite conocer la ley aplicable a la cuestión que se
nos presenta.
La localización varía según el tipo de relación. Puede tener en cuenta el objeto material, mueble o
inmueble, de la relación. Pero cuando las obligaciones son generadas por contratos o delitos y la
actividad no está vinculada a un lugar determinado, su localización determina la ley aplicable. La
localización también es requerida más allá de los derechos patrimoniales —reales o personales—, en
lo que hace al estado y a la capacidad de las personas.
La norma directa provee una solución jurídica inmediata, directa y sustantiva al caso iusprivatista
internacional, es decir, que proporciona por sí mismo la solución de fondo. La estructura de la norma
directa simplemente tiene dos elementos:
Art.2613 CCC: “domicilio y residencia habitual de la persona humana. A los fines del derecho
internacional privado la persona humana tiene:
a. Su domicilio, en el Estado en que reside con la intención de establecerse en él;
b. Su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables por un tiempo
prolongado.
La persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso de no tener domicilio
conocido, se considera que lo tiene dónde está su residencia habitual o en su defecto, su simple
residencia”
Art.2617 CCC: “Supuestos de personas incapaces. La parte en un acto jurídico que sea incapaz según
el derecho de su domicilio, no puede invocar esta incapacidad si ella era capaz según el derecho del
Estado donde el acto ha sido celebrado, a menos que la otra parte haya conocido o debido conocer
esta incapacidad.
Esta regla no es aplicable a los actos jurídicos relativos al derecho de familia, al derecho sucesorio ni a
los derechos reales inmobiliarios”
Art. 2621CCC: “… Se entiende por domicilio conyugal efectivo el lugar de efectiva e indiscutida
convivencia de los cónyuges”
Art.124, ley 19.550: “ La sociedad constituida en el extranjero que tenga su sede en la República o su
principal objeto este destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a los
efectos del cumplimiento de las formalidades de constitución o de su reforma y contralor de
funcionamiento”.
El punto de conexión es el elemento técnico del que se vale la norma indirecta para indicar cual es el
ordenamiento jurídico del que habrá de desprenderse la solución a la situación descripta en el tipo
legal. Son puntos de conexión: domicilio, nacionalidad, lugar de celebración, lugar de situación, lugar
de perpetración, entre otros.
Art. 2626 CCC: “Divorcio y otras causales de disolución del matrimonio se rigen por el derecho del
ultimo domicilio de los cónyuges”
Art.2645 CCC: “Forma. El testamento entregado en extranjero es válido en la República según las
formas exigidas por la ley del lugar de su otorgamiento, por la ley del domicilio, de la residencia
habitual, o de la nacionalidad del testador al momento de testar o por las formas legales argentinas”
Art.23 Tratado de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1940: “La adopción se rige en lo
que atañe a la capacidad de las personas y en lo que respecta a condiciones, limitaciones y efectos,
por la leyes de los domicilios de las partes en cuanto sean concordantes, con tal que el acto conste en
instrumento público”.
4.- FUENTES
Teoría Dualista
Bajo el presupuesto de la unidad del derecho propone la existencia de dos subsistemas jurídicos
relacionados jerárquicamente. Implica que las normas se hallan subordinadas unas a otras, formando
un solo ordenamiento jurídico. El derecho internacional integraría sin más, el ordenamiento jurídico
nacional.
El artículo 2594 CCC, bajo el título “Normas aplicables” establece que: “Las normas jurídicas
aplicables a situaciones vinculadas con varios ordenamientos jurídicos nacionales se determinan por
los tratados y las convenciones internacionales vigentes de aplicación en el caso y, en defecto de
normas de fuente internacional, se aplican las normas del derecho internacional privado argentino de
fuente interna”.
Dicha disposición tiene por finalidad indicar las fuentes principales del Derecho Internacional
Privado, dando cuenta además de su jerarquía. Los casos iusprivatistas internacionales se deben
resolver de acuerdo, en primer lugar por los tratados internacionales, y en su defecto por las normas
(directas e indirectas) de fuente interna previstas principalmente en el propio Código Civil y
Comercial.
1.- INTRODUCCIÓN
Cuando la norma de conflicto motiva la aplicación del derecho extranjero, habrá que discernir si el
llamamiento efectuado está dirigido al derecho extranjero como tal, o bien, si la superación de las
fronteras provoca mutación de la ley en un mero hecho.
Nuestro Código cuenta con un número significativo de normas indirectas que procuran localizar
territorial, geográfica e idealmente la relación jurídica en uno de los diversos ordenamientos
jurídicos razonablemente conectados con aquélla. El orden jurídico indicado por la norma indirecta, a
través del llamado punto de conexión, será el encargado de brindar la regulación jurídica del caso.
Aquél podrá recaer en el derecho local, o bien en el derecho extranjero (art.2595 CCC), cuya
aplicación podrá encontrar límites, como cuándo se configure un fraude a la ley (art. 2598 CCC), o
bien cuándo se encuentre vulnerado el orden público internacional del foro (art. 2600 CCC).
La norma indirecta presenta una estructura peculiar, y un funcionamiento complejo que genera una
serie de problemas singulares, que caracterizan al Derecho Internacional Privado.
Institución desconocida: El proceso de calificación o subsunción resulta aún más complicado cuándo
la figura jurídica extranjera ante la cual se encuentra el juez es desconocida para su ordenamiento
jurídico, lo cual no lleva necesariamente a excluir el derecho extranjero que la reconoce.
La aplicación del Derecho Extranjero: Es necesario definir si existe una obligación de aplicar un
ordenamiento foráneo cuándo correspondiere, si tendrá el mismo tratamiento que el derecho
nacional, si será necesario invocarlo y probarlo, o será aplicado de oficio por la autoridad
competente. Éste es uno de los grandes dilemas del derecho internacional privado.
El reenvío: Se configura cuando la norma de conflicto del derecho internacional privado del país
cuyos tribunales conocen del asunto remite, para la regulación del caso, a un derecho extranjero,
que contiene una norma de conflicto que, a su vez, remite la regulación de la situación privada
internacional, al derecho de otro país, que puede ser el derecho del país cuyo tribunales son
competentes (reenvío de primer grado) o el derecho de un tercer país (reenvío de segundo grado).
La adaptación: Este problema se produce cuando una situación privada internacional es compleja y
presenta varios aspectos que tienen un tratamiento diferenciado ( por ejemplo, con relación a un
mismo contrato, la capacidad de las partes, la forma del acto, la validez intrínseca, y los efectos o
contenido obligacional). Para estos distintos aspectos, las normas indirectas pueden conducirnos a
diferentes ordenamientos jurídicos, que en caso concreto, y aplicados conjuntamente pueden llegar
a una solución irrazonable.
La cuestión previa: Se presenta cuando, para regular una situación privada internacional (cuestión
principal), es preciso resolver antes otra cuestión jurídica diferente (cuestión previa), que opera
como presupuesto de la anterior. Por ejemplo, en los procesos sucesorios es frecuente que, antes de
decidir a quién corresponde la herencia, deba resolverse, como cuestión previa, cuál es la ley
aplicable al matrimonio del causante, a la adopción o a la filiación natural.
El fraude a la ley: Se configura cuando las partes alteran intencionalmente el elemento empleado
como punto de conexión, en búsqueda de otro derecho más favorable a sus intereses, diferentes a
aquellas normas imperativas que normalmente sería aplicables.
El art. 2595 CCC, indica que “Cuándo un derecho extranjero resulta aplicable:
a- El juez establece su contenido, y está obligado a interpretarlo como lo harían los jueces del
Estado al que ese derecho pertenece, sin perjuicio que las partes puedan alegar y probar la
existencia de la ley invocada. Si el contenido del derecho extranjero no puede ser establecido
se aplica el derecho argentino;
b- Si existen varios sistemas jurídicos convigentes con competencia territorial o personal, o se
suceden diferentes ordenamientos legales, el derecho aplicable se determina por las reglas en
vigor dentro del Estado al que ese derecho pertenece y, en defecto de tales reglas, por el
sistema jurídico en disputa que presente los vínculos más estrechos con la relación jurídica de
que se trate;
c- Si diverso derechos son aplicables a diferentes aspectos de una misma situación jurídica o a
diversas relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso, esos derechos deben ser
armonizados, procurando realizar las adaptaciones necesarias para respetar las finalidades
perseguidas por cada uno de ellos”.
Además, el art. 2595 habilita al juez a aplicar derecho argentino siempre que “el derecho extranjero
no pueda ser establecido. Esta situación debería ser muy poco frecuente si tenemos en cuenta que el
juez dispone de varios de recursos, para conocer el contenido, vigencia y alcance del derecho
foráneo.
Existen casos excepcionales en los cuales el juez se enfrenta al problema de la imposibilidad fáctica
de aplicar el derecho material extranjero remitido por la norma de conflicto. Son ejemplos aquellos
supuestos en los que no existen elementos de prueba en información acerca del mismo, o cuando el
derecho material extranjero presenta una laguna con relación a la categoría de que se trata. Dado
que el juez, esta obligado a fallar, la doctrina ha planteado distintas soluciones: la más frecuente y
práctica de ellas es la aplicación de lex fori, que es la solución que ha adoptado nuestro legislador.
También se ha planteado en el derecho comparado la posibilidad del rechazo de la demanda por
falta de prueba del derecho extranjero aplicable, lo cual es criticable porque constituye una
denegación de justicia. Otra opción ha sido la aplicación de otro derecho extranjero, considerado
como semejante al que resulta aplicable. Sin embargo, se corre el riesgo de ser una respuesta
arbitraria, toda vez que la determinación de la semejanza es difícilmente objetivable; además,
aunque parecidos, es difícil que se trate de derechos idénticos. Otra variante, ha sido recurrir a los
“principios jurídicos comunes a los pueblos civilizados”; pero éstos posiblemente no serán de gran
ayuda frente a cuestiones muy específicas.
Por otro lado, cabe señalar que las partes en cualquier caso podrán alegar y probar el derecho
extranjero. Es más recomendable referirse a la “información” del derecho extranjero y no así a las
“prueba”, que corresponde a la tesis realista que consideran que el derecho extranjero es un mero
hecho.
El inc. c del art. 2595 contempla el problema de diversos derechos aplicables a diferentes aspectos
de una misma situación jurídica o a diversas relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso. En
estos supuestos, esos derechos deben ser armonizados, procurando realizar las adaptaciones
necesarias para respetar las finalidades perseguidas por cada uno de ellos.
El art. 2595, CCC regula la adaptación a través de pautas amplias, orientadoras, que le permiten al
juez alcanzar los fines perseguidos por los ordenamientos jurídicos involucrados.
1.- CONCEPTO
Ante una cuestión de derecho internacional privado se pueden presentar relacionadas, cuestiones
principales y previas (preliminares o incidentales). Al encontrarnos en presencia de una relación
jurídica internacional y para la resolución de la cuestión principal se debe resolver inicialmente una
cuestión previa o preliminar.
Este problema de la cuestión previa, llamado también cuestión preliminar o incidental se plantea
cuando en presencia de una relación privada internacional la solución de la cuestión principal del
caso implica resolver previamente la cuestión incidental: lo cual significa determinar cuál es el
derecho aplicable a la misma, pues de la resolución de esta depende cómo se resuelve la cuestión
principal, debido a la conexión existente entre ambas.
Desde el punto de vista procesal se trata de un incidente con previo y especial pronunciamiento cuya
solución gravita en la resolución de la acción principal.
La figura de la cuestión previa aparece dentro del proceso de resolución como un problema ligado a
otro que denominamos principal. Ello hace que su resolución esté previamente condicionada a la
existencia de un derecho ya designado para regular el caso principal, y una categoría escogida que
encuadra dicha solución. De ahí que la cuestión previa no pueda ser tratada simplemente como un
problema de calificación, sino que además deban estructurarse distintos procedimientos específicos
a esta figura; tales como ubicar el derecho llamado a conocer del caso y la aplicabilidad de las
normas de dicho ordenamiento en el conjunto del problema jurídico, incluido el tema principal
tratado.
Para que pueda hablarse de una auténtica cuestión previa de derecho internacional privado, deben
concurrir las siguientes circunstancias:
La norma de conflicto del foro debe someter la cuestión principal a un derecho extranjero
En éste debe haber una norma de conflicto para la cuestión previa que designe un
ordenamiento jurídico competente para regirla, distinto del señalado por la norma de
conflicto del foro para esta cuestión
La aplicación de uno u otro derecho material, debe conducir también a resultados
materialmente distintos.
Ej.: podría ocurrir que en una sucesión en la que tiene vocación hereditaria el cónyuge – cuestión
principal- , deba resolverse con anticipación la validez del vínculo matrimonial – cuestión previa-.
La doctrina clasifica las cuestiones previas según los tipos o clases de la naturaleza jurídica de las
cuestiones previas:
La cuestión previa para muchos autores lo es sólo desde el punto de vista procesal, y debe ser
resuelta por el juez antes de resolver la cuestión principal, correspondiendo aplicar el derecho más
conforme con la naturaleza de la relación jurídica internacional.
Se presente sola o acompañada con otras, la cuestión previa debe resolverse según la regla de
conflicto que a ella le corresponde.
Según la LEX CAUSAE la cuestión previa debe resolverse aplicando el mismo ordenamiento que
regula la acción principal porque es el más adecuado. Favorece la armonía internacional de
soluciones, ya que el juez resuelve como lo haría el juez del país cuyo derecho es aplicable a la
cuestión principal. La cuestión previa debe ser resuelta por las normas de conflicto del país cuyo
derecho es competente para regir la cuestión principal, solución que se funda en que gracias a ella se
pueda lograr la armonía internacional de las decisiones judiciales de cada materia.
Según la LEX FORI la cuestión previa debe resolverse aplicando el derecho del magistrado que
entiende en el caso sometido a su valoración. Favorece la armonía interna de soluciones. Propugna
que la cuestión previa sea resuelta por las normas de conflicto del foro. Se fundamenta en la
necesidad de respetar las diversas conexiones que rigen las categorías que en su conjunto forman
parte del sistema del foro. Asimismo esta solución es más congruente con el estado actual del
derecho internacional privado, simbolizado en el principio de independencia de las normas de
conflicto.
Soluciones flexibles
Otro criterio importante para resolver en algunos casos La cuestión previa por reglas de conflicto
diferentes a los de la lex formalis fori es el principio de respeto universal de los derechos válidamente
adquiridos, que por razones superiores de orden humano puede enervar los de la lógica jurídica, los
cuales imponen la aplicación de la lex formalis fori tanto a las cuestiones previas como a los
principales que son debatidas ante los tribunales de un país.
Existen dos alternativas para solucionar los casos en los cuales se dan cuestiones vinculadas.
El CCC no contiene disposición alguna que regule y de solución de alcance general al problema de la
cuestión previa en el derecho internacional privado argentino.
El artículo 8 de la CIDIP II de 1973 sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado dispone
“Las cuestiones previas, preliminares o incidentales que puedan surgir con motivo de una cuestión
principal no deben resolverse necesariamente de acuerdo con la ley que regula esta última”.
1.- CONCEPTO
El orden público -como concepto específico del Derecho Internacional privado- se define como una
excepción a la aplicación de la ley extranjera competente, a causa de su incompatibilidad manifiesta
con aquellos principios y valores que se consideran fundamentales en el ordenamiento jurídico del
foro.
Se plantea cuando el derecho extranjero indicado por la norma de conflicto para solucionar la
cuestión de derecho internacional privado, está en pugna con la ley del juez que entiende en la causa
conculcando principios fundamentales.
Siendo el Orden Público Internacional una construcción jurídica universal, es conceptualizado como
la excepción a la aplicación de la ley extranjera competente, a causa de su incompatibilidad con
aquellos principios y valores que se consideran fundamentales en un determinado ordenamiento
jurídico. Sin embargo, muchas veces de manera errónea es homogeneizado con el término orden
público, el cual responde a criterios de cada estado, ya que cada país tiene su propia noción de orden
público
Es un mecanismo, un correctivo funcional que actúa como filtro para la adecuada aplicación del
derecho extranjero. Constituye una cautela genérica que se produce con motivo del
desconocimiento a priori del contenido de la ley extranjera llamada por la norma de conflicto. Si se la
conoce puede ocurrir que ella sea compatible con el derecho foral o que ella se incompatible por
serios motivos con el derecho del juez, el que la sustituirá por las previsiones de la lex fori.
Para habilitar su funcionamiento la ley extranjera debe contrariar de modo grave el derecho del juez
y así justificar la inaplicabilidad del derecho designado por la regla de conflicto.
El CCC establece en su artículo 2600: Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser
excluidas cuando conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden
público que inspiran el ordenamiento jurídico argentino.
Se regula así el orden público internacional, instituto que se encuentra íntimamente vinculado con
los pilares en los que se basa una determinada comunidad en un momento dado. La disposición
Se trata de normas sustantivas o materiales o directas que exigen su aplicación inmediata y necesaria
sin necesidad de recorrer el camino de la norma de conflicto. Pertenecen a este tipo algunas
vinculadas con la protección de los niños, consumidores, medio ambiente, emergencia económica,
etc.
Asimismo, el artículo 4 del Protocolo Adicional a los Tratados de Derecho Internacional Privado de
1889 establece que “las leyes de los demás Estados jamás serán aplicadas contra las instituciones
políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso”.
El Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo señala: “…Sin embargo, los Estados
signatarios no quedan obligados a reconocer el matrimonio que se hubiere celebrado en uno de ellos
cuando se halle afectado de alguno de los siguientes impedimentos:
a- Falta de edad de alguno de los contrayentes; requiriéndose como mínimum 14 años
cumplidos en el varón y 12 en la mujer;
b- Parentesco en línea recta por consanguinidad o afinidad, sea legítimo o ilegítimo;
c- Parentesco entre hermanos legítimos o ilegítimos;
d- Haber dado muerte a uno de los cónyuges, ya sea como autor principal o como cómplice,
para casarse con el cónyuge supérstite;
e- El matrimonio anterior no disuelto legalmente”.
Artículo 3: Cuando la ley de un Estado Parte tenga instituciones o procedimientos esenciales para su
adecuada aplicación y no estén contemplados en la legislación de otro Estado Parte, éste podrá
negarse a aplicar dicha ley, siempre que no tenga instituciones o procedimientos análogos.
Artículo 5: La ley declarada aplicable por una Convención de Derecho Internacional Privado podrá no
ser aplicada en el territorio del Estado Parte que la considerare manifiestamente contraria a los
principios de su orden público.
1.- CONCEPTO
Calificar es definir los términos de la norma de Derecho Internacional Privado según un determinado
ordenamiento jurídico, fijando su alcance y extensión.
Es la operación que consiste en subsumir las relaciones jurídicas privadas internacionales en las
normas que las describen. Consiste en la averiguación acerca de la categoría jurídica en la que se
insertan para lograr su regulación.
El problema de las calificaciones puede alcanzar cualquier aspecto de la norma indirecta, así puede
relacionarse con el tipo legal o con los puntos de conexión. Los términos o categorías jurídicas
(domicilio. capacidad, derechos de familia, bienes inmuebles, forma de los actos) son utilizados con
diferente alcance o extensión en los distintos ordenamientos jurídicos. Calificar es precisar su
significado o su extensión.
Para comprender el problema de las calificaciones parece apropiado tener en cuenta que fue
definido como un problema de conflicto entre normas de conflicto, que puede aparecer cuando las
normas de conflicto difieren manifiestamente, no en cuanto al punto de conexión, sino en cuanto a
la definición de la cuestión.
Un conflicto latente u oculto puede presentarse cuando dos normas de conflicto de sistemas
diversos, aunque coinciden en la definición del punto de conexión, difieren en la definición de la
cuestión que debe resolverse. Así una norma de conflicto puede ver una cuestión como sucesoria y la
otra como una cuestión del régimen patrimonial del matrimonio; una como una cuestión de forma y
otra como una cuestión de fondo.
El problema consiste en definir en último lugar los términos empleados en la norma indirecta.
Toda norma hace uso de términos, y con respecto a cada norma los términos necesitan una
definición. Si tenemos en cuenta que la norma indirecta se relaciona con diversos Derechos Privados,
da lugar a un gran número de lagunas.
Aunque se lograra la uniformidad o la coincidencia de las normas de DIPr., los conflictos subsistirían
en razón de las distintas calificaciones que a una misma relación jurídica le atribuye cada legislación
privada nacional.
Toda norma indirecta será definida, en primer lugar, por el orden normativo del que forma parte, por
Convención, o por DIPr Nacional. Pero los ordenamientos normativos (convencionales o nacionales)
no dan respuesta de antemano, salvo excepciones, a que ordenamiento normativo se debe acudir
para que brinde definiciones de los términos empleados en la norma indirecta.
El problema de las calificaciones puede darse con respecto a cualquier parte de la norma indirecta,
abstracción hecha del orden público, el que necesariamente se define conforme al Derecho propio.
Bartin descubre el problema de las calificaciones en 1897, al analizar la jurisprudencia francesa, sobre
el llamado Caso de la Viuda Maltesa: o Anton c/ Bartholo. Este caso se refiere a una sentencia de la
Cámara de Casación de Argelia.
Una pareja de malteses, contrajo matrimonio sin haber pactado una convención matrimonial, y
quedó sometida a la comunidad legal impuesta por el Código de Rohan vigente en Malta, lugar de
celebración del matrimonio y del primer domicilio conyugal; existían por otra parte, bienes
inmuebles del matrimonio en Argelia.
Luego de vivir haberse casado y de haber vivido un tiempo en Malta, el matrimonio de malteses se
trasladó a Argelia - entonces Francia - donde se radicaron. Allí el marido adquirió inmuebles y fue allí
donde, en 1889, falleció.
Luego de fallecido el marido, la viuda, a la que la ley francesa, vigente en esa época en Argelia, no le
reconocía ningún derecho sucesorio, pretendió se le concediera sobre los inmuebles situados,
además de su parte en la comunidad, pidió el usufructo de una cuarta parte de la propiedad del
marido, basándose en los arts. 17 y 18 del Código Rohan, que en la época critica regían en Malta, a
título de cónyuge sin recursos.
El problema consistía en calificar el derecho del cónyuge supérstite como figura del régimen
matrimonial de bienes o figura sucesoria.
Según Bartin, la pretensión de la viuda maltesa estaba sometida a una alternativa: si la cuarta parte
maltesa era un beneficio emergente del régimen matrimonial, la viuda tenía derecho a reclamarlo; si
por el contrario era un derecho sucesorio, no tenía derecho, porque los inmuebles situados en
Argelia estaban sometidos a la ley sucesoria francesa.
Si estas disposiciones forman parte del régimen de bienes, la viuda gana el pleito, ya que a dicho
régimen es aplicable, según el DIPr. Francés, sea como Derecho del primer domicilio conyugal. Si los
mencionados preceptos, en cambio, pertenecen al Derecho Sucesorio, la viuda pierde el litigio,
puesto que el juez habrá de aplicar Derecho Francés, sea como Derecho del ultimo domicilio del de
cujus (muebles), sea como lex situs (inmuebles); y el derecho francés desconocía en aquel momento
el pretendido derecho de la viuda, ya que el derecho sucesorio del cónyuge superstite en
concurrencia con herederos "sucesibles", data en Francia, desde 1891, desde cuya fecha le
corresponde una parte determinada en usufructo.
Ahora bien, el Código Rohan incluye las disposiciones en el capítulo sobre el matrimonio, mientras
que el Derecho Francés las considera como parte del Derecho Sucesorio.
La Corte de Apelaciones de Argelia dio la razón a la Viuda. Se calificó, pues, según la ley aplicable al
régimen de bienes del matrimonio (lex causae) y no según el Derecho del Juez Francés (lex fori).
El segundo ejemplo utilizado por Bartin es el del holandés que otorga en Francia un testamento
ológrafo, discutiéndose después de su muerte su validez ante un tribunal francés.
Se refiere a la aplicación del art. 992 del Código Civil Holandés por un tribunal extranjero. Según el
mencionado artículo: “Un holandés que se encuentre en el extranjero no podrá otorgar testamento
sino en la forma auténtica y con arreglo a las normas en vigor en los países en los que el acto se
realiza”.
Si un holandés testa en Francia en forma ológrafa, puede un tribunal francés reconocer la validez de
este testamento? Todo depende de la calificación que se le atribuya a la prohibición del art. 992 del
Código Holandés. Si los tribunales franceses relacionan la prohibición con la capacidad del testador y
le atribuyen el carácter de una regla de incapacidad, resolverán que el testamento es nulo; si por el
contrario vinculan la prohibición con la regla referente a la forma de los actos jurídicos, el
testamento será válido porque la ley francesa admite la forma ológrafa. Si se contempla la olografía
desde el punto de vista de la capacidad o incapacidad del testador de otorgarlo, resulta aplicable el
Derecho Holandés, como derecho nacional del testador, lo cual nos conduce a su nulidad, ya que los
holandeses no pueden otorgar testamentos ológrafos dentro o fuera de Holanda. Si la olografía de
un testamento es un problema de forma, se aplica el derecho francés (locus regit actum), y el
testamento es válido.
Para Holanda se debe enfocar desde el punto de vista de la capacidad. Para Francia la olografía es un
problema de forma.
La relación jurídica privada debe ser calificada de acuerdo al cuadro de categorías que ofrece el
sistema jurídico del Estado al cual pertenece el juez que entiende en la causa.
Según la lex fori, la relación jurídica privada debe ser calificada de acuerdo al cuadro de categorías
que ofrece el sistema jurídico del Estado al cual pertenece el juez que conoce la causa.
El ordenamiento jurídico competente para calificar es el derecho del juez que conoce la controversia
o causa.
Asimismo, se sostiene que el legislador al declarar competente una ley extranjera restringe la
aplicación de las reglas internas, ello significa, que la definición de los términos de la norma indirecta
deba darse de acuerdo a la ley del juez
Este sistema admite dos excepciones en que debe calificarse según la lex causae:
Cada regla legal debe tomar su calificación del sistema jurídico al que pertenece.
La calificación debe ser dada por la ley competente para regir la relación jurídica
Se sostiene que cuando el legislador ordena aplicar una ley extranjera a una determinada relación,
desea que esa ley extranjera sea aplicada, en cuanto organiza y regula dicha relación
La calificación del fenómeno jurídico a reglar, debe determinarse de acuerdo a las concepciones de la
regla de conflicto, es decir buscando su alcance internacional
Se sostiene que, calificar, es crear la definición tipo, que responde a la concepción universal de ese
fenómeno determinado y, se la descubrirá en parte recurriendo al Derecho Comparado.
En conclusión
1.- CONCEPTO
Es cuando un juez o tribunal para resolver una controversia, sometida a su jurisdicción y competencia
está frente a la aplicación de dos disposiciones, una de derecho interno y otra de derecho
internacional privado
El reenvío, surge cuando la norma de conflicto del derecho internacional privado del país cuyos
tribunales conocen del asunto, remite a un Derecho extranjero, ordenamiento que contiene una
norma de conflicto que, a su vez, remite la regulación de la situación privada internacional al
Derecho de otro país, que puede ser el Derecho del país cuyos tribunales conocen del asunto o del
derecho de un tercer país.
Corresponde saber si cuando una regla de conflicto se refiere al derecho de otro país, lo hace en
consideración al derecho interno, material o sustancial de ese país (en cuyo caso el problema del
reenvío no se presenta); o si alude a las reglas de Derecho Internacional Privado extranjero, situación
ésta que mediando un conflicto negativo permite surgir la cuestión del reenvío.
La diversidad de las reglas de conflicto entre los países, da lugar a dos clases de conflictos:
Se produce, como afirma la doctrina, un conflicto negativo de leyes; la norma del conflicto del Estado
boliviano señala que la ley boliviana no es aplicable, sino que debe aplicarse una ley extranjera; la
norma de conflicto de dicho país señala que la cuestión no se debe regir por la ley material de tal
país, sino por el Derecho de otro Estado.
Para que exista reenvío, evidentemente, la remisión que la norma de conflicto boliviano hace al
derecho extranjero debe entenderse efectuada al entero ordenamiento jurídico extranjero,
comprendiéndose también las normas de derecho internacional privado del mismo y, por tanto sus
normas de conflicto, ya que de otro modo, no cabría una segunda remisión.
A favor del reenvío se esgrime que la legislación extranjera forma un todo indivisible. Por lo tanto,
cuando la ley del foro conduce a la ley extranjera, se tiene la necesidad de dar cumplimiento a la
regla de conflicto extranjera que reenvía a otra legislación. En consecuencia, si la ley extranjera
reenvía a otra ley, eso quiere decir que la ley extranjera no se considera competente para resolver el
conflicto y no debe ser aplicada en contra de la propia voluntad del Estado que la creó.
Por el contrario, para rechazar el reenvío, se ha manifestado principalmente que es un instituto que
genera inseguridad jurídica. Es la crítica de “juego del ping pong”; la ley del foro lleva a la aplicación
de la ley extranjera, que forma un todo, y la regla de conflicto extranjera reenvía a la ley del foro, que
también forma un todo, y por lo tanto, habría que volver a atender a la regla de conflicto del foro, y
así infinitamente.
Reenvío de 1° Grado
La norma del derecho internacional privado del juez que entiende en la causa (lex fori) designa como
aplicable el derecho extranjero, el que es considerado en su totalidad, incluyendo la norma de
conflicto extranjera que reenvía a la aplicación del derecho del juez, quien decide aplicar su propio
derecho sustancial.
Doble Reenvío
La norma de derecho internacional privado del juez que entiende en la causa (lex fori) designa como
aplicable el derecho extranjero, el que es considerado en su totalidad, incluyendo la norma de
conflicto extranjera que reenvía a la aplicación del derecho del juez, quien decide aplicar el derecho
sustancial extranjero.
La norma de derecho internacional privado del juez que entiende en la causa (lex fori) designa como
aplicable el derecho extranjero, el que es considerado en su totalidad, incluyendo la norma de
conflicto extranjera que reenvía a la aplicación del derecho de un tercer Estado, el que también es
considerado como una totalidad que incluye la norma de conflicto que reenvía la cuestión al
tratamiento y solución por la lex fori.
La consecuencia jurídica de la norma indirecta indica como aplicables el Derecho extranjero. Es decir,
que el Derecho Internacional Privado del juez indica inmediatamente el Derecho Privado aplicable.
Ej.: un causante muere con último domicilio en Madrid, el juez argentino aplica Derecho Civil
Español; no consulta el Derecho Internacional Privado
La consecuencia jurídica de la Norma indirecta indica como aplicables las normas indirectas de
exportación extranjera, en combinación con el correspondiente Derecho Privado extranjero. el
Derecho Internacional Privado del juez indica como aplicable, en primer lugar, el Derecho
Internacional Privado Extranjero. Si este último considera aplicable su propio Derecho Privado, éste
se aplica; ello ocurre si la Norma indirecta extranjera es de exportación. Si el Derecho Internacional
Privado extranjero considera inaplicable el propio derecho privado, el juez busca en su propio
Derecho Internacional Privado un punto de conexión más afortunado, acudiendo en último lugar a su
propio derecho privado.
La consecuencia jurídica de la Norma Indirecta indica como aplicable todo el Derecho Internacional
Privado extranjero (de exportación e importación) más el Derecho indicado como aplicable por éste.
El Derecho Internacional Privado del juez indica como aplicable el Derecho Internacional Privado
extranjero y luego el Derecho que aquel indique que puede ser un tercer Derecho Internacional
Privado o un Derecho Privado. Pueden darse cuatro supuestos:
1. Que el Derecho Internacional Privado, por contener una Norma Indirecta de exportación,
declare aplicable su propio Derecho Privado. Ej.: El juez argentino resuelve sobre la
sucesión de un español muerto con último domicilio en Madrid (DIPr. Argentino – DIPr.
Español – DC español)
2. Que el Derecho Internacional Privado extranjero declare aplicable el Derecho Privado del
juez (reenvío de 1° grado). Ej.: El juez argentino resuelve sobre la herencia de un argentino
con último domicilio en Madrid (DIPr. Argentino – DIP.español - DC argentino) ya que el
Derecho Internacional Privado español aplica a la sucesión el derecho de la última
nacionalidad del causante.
3. Que el Derecho Internacional Privado extranjero declare aplicable un tercer Derecho
Privado (reenvío de 2° grado). Ej: El juez argentino resuelve sobre la herencia de un alemán
muerto con último domicilio en Madrid (DIPr. Argentino- DIPr. Español- DIPr. Alemán- DC
alemán)
4. Que el Derecho Internacional Privado extranjero declare aplicable el Derecho Internacional
Privado del Juez, indicando éste, al tocarle el turno por segunda vez, el DC extranjero al
que la 1° vez no llegó porque lo bloqueó el Derecho Internacional Privado extranjero
(reenvío doble). Ej.: en el mismo ejemplo del supuesto 2., el juez argentino acudiría
primero al Derecho Internacional Privado español, luego retornaría al Derecho
Internacional Privado argentino y por último aplicaría el DC español)
ARTÍCULO 2596. Reenvío Cuando un derecho extranjero resulta aplicable a una relación jurídica
también es aplicable el derecho internacional privado de ese país. Si el derecho extranjero aplicable
reenvía al derecho argentino resultan aplicables las normas del derecho interno argentino.
Cuando, en una relación jurídica, las partes eligen el derecho de un determinado país, se entiende
elegido el derecho interno de ese Estado, excepto referencia expresa en contrario
La norma contempla dos supuestos. Uno, cuando la norma de conflicto disponga que la situación
privada internacional obtenga la solución de una ley extranjera, pero el derecho de ese Estado,
ordena aplicar otro derecho, lo que implica observar el reenvío al derecho de un Estado que autorice
usar su derecho material. El segundo supuesto se presenta cuando la ley de conflicto extranjera
ordena a su vez aplicar el derecho nacional (reenvío de retorno), lo que produce un retorno al
derecho material nacional.
La norma también establece que, en materia contractual, si los particulares celebran un negocio
jurídico donde acuerdan cuál es el derecho aplicable, debe inferirse que se refieren al derecho
privado. Caso contrario, se limitaría su autonomía y, por ende, la designación de la ley que rija la
situación privada. El derecho seleccionado tiene como función evitar normas de conflicto. Por lo
tanto, la elección es a la ley material, excluyendo el reenvío, salvo que exista expresa referencia en
sentido contrario.
ARTÍCULO 2597. Cláusula de excepción Excepcionalmente, el derecho designado por una norma de
conflicto no debe ser aplicado cuando, en razón del conjunto de las circunstancias de hecho del caso,
resulta manifiesto que la situación tiene lazos poco relevantes con ese derecho y, en cambio, presenta
vínculos muy estrechos con el derecho de otro Estado, cuya aplicación resulta previsible y bajo cuyas
reglas la relación se ha establecido válidamente.
Esta disposición no es aplicable cuando las partes han elegido el derecho para el caso.
El CCyC favorece una coordinación entre el sistema jurídico argentino con los extranjeros y, ante la
evolución constante de esta rama del derecho, abre una limitada flexibilidad a fin de que la
codificación no aporte rigidez en un sector extremadamente dinámico.
De allí entonces que la norma en análisis promueva el diálogo de las fuentes y sugiera brindar una
coherencia al sistema cuando se advierta que el derecho designado carece de vínculos estrechos con
las circunstancias del caso. Por ejemplo: el régimen patrimonial del matrimonio se determina por el
primer domicilio conyugal, pero puede presentarse el supuesto que los cónyuges con 20 años de
casados mantuvieron su convivencia en el primer domicilio durante 1 año y el resto, 19 años, en un
país cuyo derecho disciplina la separación de patrimonios. No hay razón para someterlos a una ley
que, con el curso de los años, no tiene vínculos reales con los cónyuges.
Por esa razón, la norma establece el término “excepcionalmente”. El derecho que resulte aplicable
será uno extranjero o nacional, debe ser ponderado por el juez cuando el caso presente estrechos
vínculos con el derecho de otro Estado, cuya aplicación también resulta previsible. Retomando el
caso de daño por producto, piénsese en las prótesis de silicona que se fabrican en Estado Unidos y se
implantan por razones estéticas. Pues bien, en estos casos, a la elección que efectúa el art. 2657,
también podría presentarse otra agrupación de contactos entre el derecho del Estado donde se
encuentre el establecimiento fabricante o donde se adquirió el producto. Dependerá de las
circunstancias, pero es una opción excepcional y particular que surge de la conexión obligacional de
garantía del producto.
La excepción será aplicable por pedido de parte, con la finalidad de asegurar el derecho de defensa
en cuanto a la pretensión procesal del actor, y debe resolverla el juez al momento de decretar la
apertura a prueba para que, con ese derecho, cada parte acredite los hechos de la situación privada
relevante.
La disposición es rigurosa, pues es una atribución excepcional que tiene a su alcance el juzgador, en
tanto:
Del conjunto de las circunstancias de hecho del caso resulta manifiesto que la situación tiene
lazos poco relevantes con ese derecho,
Presenta vínculos muy estrechos con el derecho de otro estado,
La aplicación de este derecho resulta previsible,
Bajo las reglas, de dicho derecho, la relación se ha establecido válidamente.
Además, el juez no podrá recurrir a esta cláusula de excepción cuando las partes han elegido el
derecho aplicable en virtud de la autonomía de la voluntad.
Entonces, la noción del fraude a la ley es el remedio necesario para que la ley conserve su carácter
imperativo y su sanción en los casos en que deje de ser aplicable a una relación jurídica por haberse,
los interesados, acogido fraudulentamente a una nueva ley.
El fraude a la ley, es cuando las personas físicas o jurídicas, procuran sustraerse a la aplicación de la
ley competente para regir una determinada relación jurídica, colocándose bajo otra normativa que
estime más favorable a sus intereses.
En virtud del fraude a la ley, el magistrado se encuentra inhibido de aplicar el derecho foráneo
porque las partes han modificado los puntos de conexión o la naturaleza de los derechos con la
intención de sustraerse a las disposiciones imperativas aplicables para regir una relación jurídica. De
forma tal, que los actos aislados son legítimos, lícitos, pero en su conjunto y por su intención
producen un resultado prohibido por la ley.
En efecto, “en la esencia del fraude se conjugan intención y acción engañosas, las cuales se
materializan en la obtención de un resultado distinto al querido por la norma imperativa evadida. He
allí su principal diferencia con la violación a la ley, pues mientras la conducta que encarna la violación
se opone o enfrenta de manera directa al texto de la Ley, el acto que constituye el fraude lesiona su
espíritu y sentido.”
Goldschmidt caracteriza dos indicios típicos de la intención fraudulenta: por un lado, la expansión
espacial de la conductas: las partes aparecen en un país extranjero donde no pueden justificar su
actuación; por el otro lado, la contracción temporal: las partes obran muy aceleradamente.
La sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil recordó para resolver el caso, la noción
expuesta por Niboyet, según dicho autor, la naturaleza de la noción de fraude a la ley es ser un
remedio destinado a sancionar las leyes imperativas, pues hay que evitar que, en las relaciones
internacionales, la ley imperativa se convierta en facultativa.
El tribunal señala que en este caso el fraudulento desea morir en un país (el que abandona), con la
legislación de otro (del dónde va).
Asimismo, la Cámara afirmó que “la situación familiar del testador y la circunstancia de haber
instituido como única heredera a la quinta cónyuge, pudiendo afectar el régimen sucesorio vigente
en nuestro país, llevan a la convicción del que el causante tomó en consideración cuál era la
legislación sucesoria más conveniente a sus propósitos y actuó en consecuencia, utilizando
voluntariamente la regla de conflicto y modificando los puntos de conexión que aquella impone y
precedentes jurisprudenciales y doctrinarios citados en el dictamen”.
El tribunal concluyó que “el causante pretendía conseguir mediante el cambio de nacionalidad y de
domicilio, colocarse bajo un regimiento jurídico sucesorio ,as ventajoso para determinadas personas
en perjuicio de otras, con lo cual procuraba también privar de imperatividad a las leyes de la
nación... la utilización voluntaria de los puntos de conexión de la norma indirecta con la intención de
aludir la aplicación de las normas imperativas de la Republica, priva de efectos al cambio de
nacionalidad y de domicilio intentados, por lo que debe considerarse como último domicilio del
causante al ubicado en esta Capital Federal... en consecuencia la sucesión debe tramitar por ante el
juez de esta jurisdicción y regirse por nuestro derecho sucesorio”.
2.- ELEMENTOS
Es la conjunción del elemento material o corpus (actos tendientes a sustraerse de la ley imperativa) y
el intencional o animus (la intención de burlar la ley), sin perjuicio de que la ley presuponga éste
último.
3.- FUENTES
ARTÍCULO 2598.- Fraude a ley. Para la determinación del derecho aplicable en materias que
involucran derechos no disponibles para las partes no se tienen en cuenta los hechos o actos
realizados con el solo fin de eludir la aplicación del derecho designado por las normas de conflicto.
Las normas de derecho internacional privado que el CCC regula son imperativas, con excepción de las
vinculadas a contratos internacionales, donde los particulares pueden excluir la aplicación de la ley
aplicable. Esa propiedad de la norma permite que la situación privada sea localizada ante el derecho
de un país, de donde se hará uso jurídico de su derecho material o sustancial.
Ahora bien, la situación privada internacional, en atención del interés reglado, puede necesitar la
aplicación de un derecho material o sustancial, contenido de la noción de orden público. Por lo tanto,
un derecho que hace indisponible la materia reglamentada, no puede omitir su aplicación aún en el
ejercicio de la autonomía de la voluntad.
Cuando los particulares quieren evadir el derecho del Estado, cuyo ordenamiento jurídico debe
regular la situación jurídica, se trasladan a otro Estado con la finalidad de que ese derecho
internacional privado les permita obtener una solución de acuerdo a sus intereses individuales,
sustrayéndose del régimen legal del derecho material que los afectaba en sus ambiciones.
La norma en análisis concuerda con el modo de ejercer derechos previsto en el art. 12 CCyC, donde
se atribuye el fraude a la ley cuando se realiza un acto jurídico al amparo de una ley vigente con la
maliciosa intención de eludir una ley imperativa reguladora de la situación privada. El particular
ejercita su voluntad y crea hechos artificiales con el fin de evadir el derecho coactivo. Por esa
manipulación existe fraude, ya que la causa fin del acto o negocio, resulta contraria a lo previsto en la
ley imperativa.
No es fácil determinar la maniobra fraudulenta porque es un aspecto interno del sujeto que no
exterioriza públicamente; es más, busca evitar que se descubra. Su actividad es estudiada y
concretada bajo el ropaje de un desplazamiento lícito. Por esa razón, la mejor doctrina enseña que se
descubre por dos indicios, la expansión espacial y la contracción temporal. El primero, porque quien
comete el fraude se desplaza territorialmente fuera de su residencia habitual o domicilio y; el
segundo, porque los actos los hace en poco tiempo.
Determinar el fraude es competencia de los jueces de cada Estado. La directiva que hace presumir la
maniobra fraudulenta es que el acto que se evade está incluido en el sistema protectorio en el
derecho del juez (ley imperativa) o que la materia esté prohibida de transacción según la ley del
Estado. Con esas bases, corresponderá analizar si el negocio o acto jurídico fue en fraude a la ley. Se
recurrirá para ello a toda clase de prueba que los códigos de procedimientos admitan, inclusive las de
presunciones.
El art. 12 CCC dispone los efectos del fraude a la ley. Lo hace a través de la ineficacia, ya que dispone:
“el acto debe someterse a la ley imperativa que se trata de eludir”. En consecuencia, el acto
fraudulento carece de protección legal bajo el amparo del derecho elegido por los particulares y
debe aplicarse la ley imperativa que se pretendió excluir con la actuación. Se debe de privar de
efectos a las prácticas fraudulentas, resultado de conductas engañosas y tramposas de sujetos que,
buscando ventajas indebidas, se desplazan a territorios donde pueden aprovechar mecanismos
legales a favor de sus intereses, que el legislador ha calificado como derecho no disponible de las
personas.
La pregunta acerca de la jurisdicción internacional supone una relación jurídica privada con
elementos extranjeros. Se trata de determinar cuál es el país cuyos jueces son competentes para
entender en este tipo de casos. Una vez que se ha atribuido jurisdicción internacional a un
determinado país, sus reglas internas distribuirán la competencia en razón de la materia, territorio,
grado, etc.
Cuando nos enfrentamos a una relación jurídica privada con elementos extranjeros, una de las
primeras preguntas que habitualmente nos hacemos es cuál sería el juez competente para entender
en ese asunto. A partir de esa pregunta estamos refiriendo a los problemas de la jurisdicción
internacional. Es por ello que al hablar genéricamente de jurisdicción internacional, se alude a la
potestad que corresponde a los jueces y tribunales de un Estado para conocer y resolver los casos de
Derecho Internacional Privado, es decir, respecto de las relaciones jurídicas de carácter privado que
están vinculadas con dos o más ordenamientos jurídicos.
La determinación de quién o quiénes serán los jueces competentes para resolver un determinado
asunto es de singular importancia para el Derecho Internacional Privado.
El artículo 2601 del CCC señala las fuentes de jurisdicción: “La jurisdicción internacional de los jueces
argentinos, no mediando tratados internacionales y en ausencia de acuerdo de partes en materias
disponibles para la prórroga de jurisdicción, se atribuye conforme a las reglas del presente Código y a
las leyes especiales que sean de aplicación”.
Jurisdicción directa: es la que atribuye competencia a los jueces del Estado que dictan dichas
normas o que distribuyen competencia entre los Estados que conforman un sistema
convencional o institucional. Todas ellas conceden a los jueces la potestad para entender y
decidir en casos de Derecho Internacional Privado. Así, por virtud de esa jurisdicción directa,
un juez se avoca al conocimiento de una causa y dicta una sentencia que es, en principio,
válida en todo el mundo. Es aquella que debe explorar y analizar un juez nacional cuando
debe conocer un caso con elementos extranjeros.
La competencia internacional directa es la facultad de un tribunal de un Estado de declararse
competente y juzgar determinadas controversias; la nota que presenta es, que atribuye y
concede a un juez la potestad para entender y decidir un caso de Derecho Internacional
Privado. En otros términos, la jurisdicción directa es la competencia internacional que faculta
interponer la acción, donde se presenta la demanda.
La jurisdicción concurrente, se presenta cuando una misma cuestión es posible juzgarla en dos o más
territorios, porque hay conexiones múltiples con el caso debatido.
La competencia internacional concurrente es más frecuente. Por esa razón, debe ser atribuida con
razonabilidad, caso contrario puede dar lugar a varios procesos judiciales iguales en territorios de dos
o más Estados, dándose el supuesto de litispendencia internacional o conexidad internacional. Esa
situación se presenta cuando existe
Esos elementos demuestran, que las demandas están estrechamente vinculadas entre sí y que
persiguen objetivos equivalentes, por lo tanto si se dan estas condiciones el juzgado que comenzó
actuar primeramente debe continuar el trámite y el segundo se declare incompetente.
La jurisdicción única se establece por cuestiones de índole práctico, para casos que resulta más eficaz
concentrar el litigio ante un solo juez.
El artículo 2609 sobre este tipo de jurisdicción dispone: “Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes
especiales, los jueces argentinos son exclusivamente competentes para conocer en las siguientes
causas:
La doctrina judicial y autoral coinciden, sobre los criterios atributivos de jurisdicción, es decir
elementos técnicos que permiten determinar la jurisdicción.
Esta teoría sostiene que es competente el juez del país cuyo Derecho material resulta aplicable. El
sentido práctico de la tesis es evidente, pues nadie mejor que juzgue un caso que el juez que aplique
su propio derecho de fondo. Es la regla del art. 56 de ambos Tratados de Derecho Civil de
Montevideo (1889 y 1940) que dispone: “Las acciones personales deben entablarse ante los jueces
del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico…”.
La doctrina autoral coincide, que si bien tiene una base de conveniencia y practicidad, ya que cada
juez que aplica su propio derecho es quien mejor conoce su ordenamiento jurídico, al mismo tiempo
presenta el inconveniente que al momento de iniciarse el juicio no se sabe fehacientemente cual es
el derecho aplicable. Es necesario primero determinar la ley aplicable y en base a ello, determinar el
juez competente.
Es una directiva común en todas las legislaciones; y es la que más protege y contempla la garantía de
la defensa en juicio de la persona y sus derechos. Su efectividad se aprecia al momento de ejecutar la
sentencia, pues donde un sujeto tenga su domicilio es muy probable que mantenga bienes y pueda
cumplir la condena.
El domicilio del demandado, como conexión para asignar jurisdicción internacional, por ejemplo, está
previsto en la última parte del art. 56 de ambos Tratados de Derecho Civil de Montevideo “…Podrán
entablarse igualmente ante los jueces del domicilio del demandado”.
Asimismo el artículo 2608 CCC dispone “Excepto disposición particular, las acciones personales
deben interponerse ante el juez del domicilio o residencia habitual del demandado”.
En el art. 2608 CCC se introduce el foro del demandado como un criterio atributivo de jurisdicción
para las acciones personales que funcionará en forma concurrente junto a los otros foros
establecidos en el CCC o por leyes especiales. Es decir que, en virtud de esta norma, el juez
argentino, en el marco de las acciones personales que se promuevan en su contra, deberá declararse
competente cuando el domicilio o la residencia habitual del demandado se encuentren en el país,
con excepción de los casos en que una disposición particular no lo permitiera.
Donde una persona tenga propiedades (en sentido constitucional) es lógico que resida y por ende ser
parte de un proceso judicial. En casos donde el litigio tenga relación con la existencia de bienes, la
jurisdicción del patrimonio se revela apta. Como por ejemplo, en la ley 14394, supuesto de ausencia
o presunción de fallecimiento, el sujeto ausente deja relaciones jurídicas que se relacionan con varios
Estados, pero como no es encontrado la ley fija como jurisdicción la de situación de los bienes.
En suma: por cumplimiento en materia procesal, se comprende la fase dinámica del contrato,
cualquiera sea la actividad que cada parte ejecute.
Artículo 8.- A los fines del artículo 7, literal a), se entenderá por lugar del cumplimiento del contrato
el Estado Parte donde haya sido o deba ser cumplida la obligación que sirva de base para la
demanda.
El cumplimiento de la obligación reclamada será:
a. En los contratos sobre cosas ciertas e individualizadas, el lugar donde ellas existían al tiempo
de su celebración;
b. En los contratos sobre cosas determinadas por su género, el lugar del domicilio del deudor al
tiempo en que fueron celebrados;
c. En los contratos sobre cosas fungibles, el lugar del domicilio del deudor al tiempo de su
celebración;
d. En los contratos que versen sobre prestación de servicios:
i. Si recaen sobre cosas, el lugar donde ellas existían al tiempo de su celebración;
ii. Si su eficacia se relaciona con algún lugar especial, aquél donde hayan de producirse
sus efectos;
iii. Fuera e estos casos, el lugar del domicilio del deudor al tiempo de la celebración del
contrato.
Foro de Necesidad
Se encuentra regulado en el artículo 2602 del CCC, que dispone: “Aunque las reglas del presente
Código no atribuyan jurisdicción internacional a los jueces argentinos, éstos pueden intervenir,
excepcionalmente, con la finalidad de evitar la denegación de justicia, siempre que no sea razonable
exigir la iniciación de la demanda en el extranjero y en tanto la situación privada presente contacto
suficiente con el país, se garantice el derecho de defensa en juicio y se atienda a la conveniencia de
lograr una sentencia eficaz”.
El foro de necesidad es un recurso del derecho internacional privado mediante el cual los jueces
locales pueden declarase competentes para entender en un asunto, de modo excepcional y sin
perjuicio de que su ordenamiento jurídico carezca de normas que les atribuyan jurisdicción
internacional, cuando se corra el riesgo de que quien pretenda efectivizar o restablecer sus derechos
se vea enfrentado a una posible denegación de justicia, es decir, a los fines de garantizar su derecho
de acceso a la justicia. En otras palabras, en aquellos supuestos en que el actor vea gravemente
obstaculizado su derecho de acceso a la jurisdicción internacional y como un medio para concretar
Siendo que la base para la atribución de jurisdicción de los jueces locales se encuentra en el
ordenamiento jurídico argentino de fuente internacional e interna, el presente artículo otorga la
facultad excepcional a los jueces nacionales para intervenir en asuntos en los que su ordenamiento
carezca de una norma que los habilite para ello.
Así, en el 2602 CCyC se dispone que esta facultad es excepcional y, para ello, se fijan determinados
recaudos para hacer uso de aquella:
Cuando la jurisdicción es concurrente y la relación jurídica tiene contenido patrimonial, las partes en
ejercicio de su autonomía de voluntad pueden pactar los tribunales donde en caso de conflicto se
tramite el juicio. En esos casos, la elección de foro prevalece sobre las reglas que la ley contempla
como derecho dispositivo. La autonomía, en competencia internacional, se ejerce:
Como prórroga de jurisdicción una vez promovida la acción (como lo dispone el Tratado de
Derecho Civil de Montevideo de 1940 en su art. 56);
Como acuerdo convencional dentro del contenido del negocio jurídico [cláusula del contrato]
donde las partes excluyen la competencia legalmente prevista.
El art. 1 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, alude a esa última hipótesis y dispone: “la
competencia atribuida a los tribunales nacionales es improrrogable. Sin perjuicio de lo dispuesto por
los tratados internacionales y por el art. 12, inc. 4, de la ley 48, exceptúase la competencia territorial
en asuntos exclusivamente patrimoniales, que podrá ser prorrogada de conformidad de partes. Si
estos asuntos son de índole internacional, la prórroga podrá admitirse aun a favor de jueces
extranjeros o de árbitros que actúen fuera de la República, salvo en los casos en que los tribunales
argentinos tienen jurisdicción exclusiva o cuando la prórroga está prohibida por la ley".
Este criterio tiene vigencia en el Protocolo de Buenos Aires de Jurisdicción en Materia Contractual
(1994) tratado que vincula a los países miembros del MERCOSUR. Esa convención permite además
Artículo 4.- En los conflictos que surjan en los contratos internacionales en materia civil o comercial
serán competentes los tribunales del Estado Parte a cuya jurisdicción los contratantes hayan
acordado someterse por escrito, siempre que tal acuerdo no haya sido obtenido en forma abusiva.
Asimismo puede acordarse la prórroga a favor de tribunales arbitrales.
Artículo 6.- Haya sido elegida o no la jurisdicción, ésta se entenderá prorrogada en favor del Estado
Parte donde se promoviere la acción cuando el demandado después de interpuesta ésta la admita
voluntariamente, en forma positiva y no ficta.
ARTÍCULO 2605.- Acuerdo de elección de foro En materia patrimonial e internacional, las partes están
facultadas para prorrogar jurisdicción en jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los
jueces argentinos tengan jurisdicción exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley.
Los límites al ejercicio de esta facultad están impuestos por la norma que exige que:
a. No se trate de supuestos en los que los jueces argentinos tengan jurisdicción exclusiva —
tanto en virtud de lo dispuesto en el art. 2609 ccyc como por leyes especiales—
b. La prórroga no se encuentre prohibida por ley —tal como en el caso del contrato de
consumo que expresamente prohíbe esta opción, art. 2654 ccyc—
ARTÍCULO 2606.- Carácter exclusivo de la elección de foro El juez elegido por las partes tiene
competencia exclusiva, excepto que ellas decidan expresamente lo contrario.
Se indica que el juez elegido por las partes deberá declararse competente, siempre que el acuerdo al
que arribaran las partes fuera válido y salvo que ellas mismas hubieran decidido expresamente lo
contrario. En la misma inteligencia, y como presupuesto de la exclusividad, cualquier otro juez
deberá declararse incompetente sin perjuicio de la concurrencia de foros que contemplara la
legislación. En definitiva, la norma asienta la prioridad del ejercicio de la autonomía de la voluntad
para la elección del juez competente siempre que se cumplan las condiciones exigidas en el art. 2605
CCyC —como las limitaciones que de allí surgen— y que el acuerdo sea válido. Es decir, será también
mediante el ejercicio de dicha autonomía por la que se podrá dejar sin efecto el acuerdo.
Se admite la prórroga de jurisdicción cuando sea expresa e, incluso, cuando fuera tácita.
Respecto de la forma expresa se estima que ella es operativa cuando surge de un convenio escrito
mediante el cual los interesados manifiestan su decisión de someterse a la competencia del juez o
árbitro ante quien acuden. En la disposición se admite, además, todo medio de comunicación que
permita establecer la prueba por un texto —lo que implica una innovación respecto de la disposición
contenida en el art. 2° CPCCN que sirve de fuente a la presente—. Evidentemente este último
extremo dependerá de la valoración del juez o árbitro que intervenga en el asunto.
Se contempla también la prórroga tácita y se distingue su operación respecto del actor y del
demandando. Para el primero, se establece que el hecho de entablar la demanda ante un juez que
resulta incompetente en el caso implica la aceptación de la prórroga de dicho sujeto. Con relación al
demandado, se establece que opera la prórroga cuando este conteste la demanda, deje de hacerlo u
oponga excepciones previas sin articular la declinatoria. Es decir cuando mediante estas actitudes
consienta la elección de la jurisdicción que efectúe la parte actora.
Artículo 1.- El presente Protocolo se aplicará a la jurisdicción contenciosa internacional relativa a los
contratos internacionales de naturaleza civil o comercial celebrados entre particulares-personas
físicas o jurídicas:
a. Con domicilio o sede social en diferentes Estados Partes del Tratado de Asunción;
1
Ámbito de aplicación referido a la jurisdicción, no sobre la ley aplicable. La materia es sobre contratos civiles y
comerciales entre personas físicas o jurídicas.
1. Los negocios jurídicos entre los fallidos y sus acreedores y demás procedimientos análogos,
especialmente los concordatos;
2. Los acuerdos en el ámbito del derecho de familia y sucesorio;
3. Los contratos de seguridad social;
4. Los contratos administrativos;
5. Los contratos laborales;
6. Los contratos de venta al consumidor;
7. Los contratos de transporte;
8. Los contratos de seguros;
9. Los derechos reales.
Artículo 4.- En los conflictos que surjan en los contratos internacionales en materia civil o comercial
serán competentes los tribunales del Estado Parte a cuya jurisdicción los contratantes hayan
acordado someterse por escrito, siempre que tal acuerdo no haya sido obtenido en forma abusiva.
Asimismo puede acordarse la prórroga a favor de tribunales arbitrales.3
Artículo 6.- Haya sido elegida o no la jurisdicción, ésta se entenderá prorrogada en favor del Estado
Parte donde se promoviere la acción cuando el demandado después de interpuesta ésta la admita
voluntariamente, en forma positiva y no ficta.
2
Se refiere al artículo 7: lugar de cumplimiento, domicilio del actor o del demandado, todos deben estar en un
Estado parte (Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay)
3
Prorroga o Autonomía de la voluntad. Criterio similar al CCC y CPCC
4
Se refiere a las formas de acordar la prórroga: Cláusula compromisoria (momento de la celebración) o
Compromiso (durante su vigencia o una vez surgido el litigio)
Artículo 8.- A los fines del artículo 7, literal a), se entenderá por lugar del cumplimiento del contrato
el Estado Parte donde haya sido o deba ser cumplida la obligación que sirva de base para la demanda
El cumplimiento de la obligación reclamada será:7
a- En los contratos sobre cosas ciertas e individualizadas, el lugar donde ellas existían al tiempo
de su celebración;
b- En los contratos sobre cosas determinadas por su género, el lugar del domicilio del deudor al
tiempo en que fueron celebrados;
c- En los contratos sobre cosas fungibles, el lugar del domicilio del deudor al tiempo de su
celebración;
d- En los contratos que versen sobre prestación de servicios:
i. Si recaen sobre cosas, el lugar donde ellas existían al tiempo de su celebración;
ii. Si su eficacia se relaciona con algún lugar especial, aquél donde hayan de producirse
sus efectos;
iii. Fuera e estos casos, el lugar del domicilio del deudor al tiempo de la celebración del
contrato.
Artículo 9.- A los fines del artículo 7, literal b), se entenderá por domicilio del demandado:8
a- Cuando se tratare de personas físicas:
i. Su residencia habitual;
ii. Subsidiariamente centro principal de sus negocios;
iii. En ausencia de estas circunstancias, el lugar donde se encontrare la simple
residencia.
b- Cuando se tratare de personas jurídicas, la sede principal de la administración;
Si la persona jurídica tuviera sucursales, establecimientos, agencias o cualquier otra especie de
representación se considerará domiciliada en el lugar donde funcionan y sujeta a la jurisdicción de las
autoridades locales, en lo concerniente a las operaciones que allí practiquen. Esta calificación no
obsta al derecho del actor a interponer la acción ante los tribunales de la sede principal de la
administración.
Artículo 10.- Son competentes para conocer de los litigios que surjan entre los socios en su carácter
de tales los jueces de la sede principal de la administración.
Artículo 11.- Las personas jurídicas con sede en un Estado Parte, que celebren contratos en otro
Estado Parte, pueden ser demandadas ante los jueces de este último.9
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Para aquellos casos en que no se haya acordado de forma escrita o tácita el criterio de autonomía de la voluntad
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Casos en que es competente el juez frente a una jurisdicción subsidiaria
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Calificaciones autárquicas sobre qué se debe entender por lugar de cumplimiento
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Calificaciones autárquicas sobre qué se debe entender por domicilio del demandado
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El criterio atributivo de jurisdicción es el lugar de celebración del contrato
Artículo 13.- Si la reconvención se fundara en el acto o hecho en que se basó la demanda principal,
tendrán jurisdicción para conocer en ella los jueces que intervengan en la demanda principal.
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Mantiene la regla: Lo accesorio sigue la suerte de lo principal