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All content following this page was uploaded by Juan José Zacarés González on 19 November 2014.
Resumen
Este artículo presenta una revisión teórica, integradora y actualizada del constructo de generatividad como tarea psi-
cosocial genuina del período adulto. Descrita inicialmente por E. Erikson como cuidado activo de aquellos a quienes uno
ha dado origen o de los que uno se siente responsable, ha sido reformulada en los años noventa desde dos potentes modelos
explicativos, los de McAdams y Bradley. En el primero se incorporan varias facetas que convergen desde el ámbito de lo
sociocultural hacia una construcción narrativa individual “en clave generativa”. En el segundo se conjugan las dimensio-
nes “uno mismo/los otros” y las de “implicación/inclusividad”, dando lugar a una tipología de estilos generativos. Se dis-
cute igualmente el panorama de la investigación más reciente centrada en el curso evolutivo de la generatividad y en las
relaciones entre generatividad, bienestar psicológico y desempeño de roles adultos. Las conclusiones finales se estructuran en
tres ejes: a) la teoría de la generatividad; b) la significación cultural del constructo en el actual momento histórico y c) la
generatividad “aplicada” en diversos ámbitos.
Palabras clave: Generatividad, estancamiento, E. Erikson, D. P. McAdams, C. L.Bradley, cuidado, desarro-
llo adulto, bienestar psicológico, madurez psicológica.
Correspondencia con los autores: Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. Avda.
Blasco Ibáñez, 21, 3º. 46010 Valencia. E-mails: Juan.J.Zacares@uv.es - Emilia.Serra@uv.es
© 2011 Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 1135-6405 Cultura y Educación, 2011, 23 (1), 75-88
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Introducción
Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante
(A. de Saint-Exupéry, “El principito”)
El punto medio del ciclo vital humano lo ocupan aquellos años que siguen a la ado-
lescencia y preceden a la vejez y a los que llamamos genéricamente “adultez”. Hoy no se
puede decir ya que la Psicología del Desarrollo minusvalore este período como área de
estudio. Bien al contrario, el interés por la adultez ha ido en aumento desde los años 70
del pasado siglo. Las tareas de “amor y trabajo” siguen teniendo un carácter “universal”
pero sus desarrollos son ahora más variados y particulares (Serra, 2008). Incluso el pro-
pio comienzo resulta difuso, lo que ha llevado a asumir la existencia de una “adultez
emergente” (Arnett, 2004). Nos preguntamos, sin embargo, hasta qué punto se ha
avanzado en la búsqueda de un cierto consenso sobre la naturaleza específica y genuina
de lo que constituye el “desarrollo adulto”. La metáfora de Smelser (1982) sigue sirvien-
do en nuestra opinión para describir el panorama de la investigación sobre el cambio
evolutivo en la adultez:
En cierto aspecto, el reciente desarrollo del estudio sistemático de la edad adulta se asemeja al relleno de
las partes que quedan en blanco en un mapa, cuando todas las demás han sido conquistadas o colonizadas. (la cursi-
va es nuestra) (p. 13)
1.
DEM ANDA
CULTURAL
- expec tativas de
4.
desarrollo
CREENCIA 6.
- oportunidades 7.
sociales NARRACIÓN
en la bondad de la
especie humana ACC IÓN
- creando El “Guión
3. - manteniendo gene rativo” en
INTERÉS 5. la propia
- ofreciendo
COMPROMISO historia de
Por la siguiente vida
- metas
gene ración
- decisiones
2.
DESEO INTERNO
DIMENSIONES
Implicación Inclusividad
(preocupación activa) (ámbito o alcance de lo que se cuida)
Los sujetos convencionales, aunque son altos en implicación, muestran bajos niveles de
inclusividad para ellos mismos y los demás. Sienten que los más jóvenes necesitan de
guía y desean ejercerla, pero con una mirada restrictiva de las ideas que pretenden trans-
mitir por tolerar peor a aquellos que difieren de los propios valores. Por último, el esta-
tus de estancado, representa la resolución psicosocialmente más pobre de esta etapa: lo
encontraríamos en adultos centrados en sí mismos y poco comprometidos en la realiza-
ción de proyectos personales significativos.
Este modelo ha sido menos empleado en la investigación que el de McAdams,
pero posee dos claras virtudes: la de integrar la debilidad asociada con esta etapa, el
rechazo, y la de operacionalizar esta tarea psicosocial reflejando la tensión dialéctica
propuesta por Erikson. El trabajo empírico sobre el rechazo, aunque escaso, avala
los vínculos entre actitudes no autoritarias y el funcionamiento generativo óptimo
en diferentes roles (Peterson y Duncan, 2007). Por otra parte, se ha abierto una pro-
metedora vía de elaboración de la interacción entre estancamiento y generatividad.
El trabajo de Van Hiel, Mervielde y De Fruyt (2006) apunta a que estancamiento y
generatividad representarían dos dimensiones relacionadas más que extremos
opuestos de una única dimensión, cada una de ellas asociada a diferentes patrones
de personalidad. Sus datos muestran que no es adecuado reducir el estancamiento a
mera ausencia de generatividad. Igualmente corroboran la tesis de Bradley y Mar-
cia (1998) de que el adulto estancado es sobre todo el que aparece apático y desinte-
resado respecto a su propio desarrollo personal antes que como narcisista o autoen-
grandecido.
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Estos autores apuntan a la existencia de unos deseos o metas generativos que se formularí-
an en la adultez temprana y declinarían a partir de la mediana edad; de una capacidad
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que en la mediana edad esta relación es débil en los varones. Estos autores explican este
hecho por tratarse de variedades generativas más ligadas a “obligaciones de rol”, justo
en un momento de su trayectoria laboral en el que los sujetos están menos interesados
en el reconocimiento formal y buscan otras motivaciones más personales.
2. Dentro de roles sociales particulares, la relación entre bienestar psicológico y generatividad
varía en función del componente generativo analizado. Dado que el interés, el compromiso y
la acción son componentes de la generatividad relacionados pero no equivalentes, sus
relaciones con otras variables deberían diferir. Se ha comprobado así una asociación más
intensa entre bienestar e interés que la hallada con los otros dos elementos generativos
(Grossbaum y Bates, 2002; Zacarés et al., 2002). Consideramos clarificadora la hipótesis
de Clark y Arnold (2008) cuando plantean que el bienestar asociado a la generatividad
tiene que ver más con la posibilidad efectiva de traducir valores y planes generativos en
conductas concretas, que con los componentes tomados por separado. Este acoplamien-
to sería más fácil de conseguirse en ciertas variedades generativas o en ciertos contextos
de rol más que en otros. Estos autores concluyen en su estudio que la generatividad
social fue el ámbito donde se produjo la mayor armonía entre la contribución generativa
deseada y la conseguida realmente.
3. La generatividad constituye un potente factor explicativo del ajuste alcanzado en diferentes
roles. La generatividad, cuando se incluye en el entramado del análisis de roles específi-
cos, aporta un antecedente evolutivo causal del grado de adaptación que el adulto mues-
tra en dichos roles. Lo que se entiende por “adaptación al rol” varía lógicamente de
acuerdo a las peculiaridades del mismo, pero diversas líneas de investigación apoyan
esta afirmación general:
– Los adultos más generativos son más efectivos como padres. Se caracterizan por
usar en mayor medida estilos parentales democráticos y estimular metas de crecimien-
to y autonomía en sus hijos adolescentes (Pratt, Danso, Arnold, Norris y Filyer, 2001;
Van Hiel et al., 2006). Los padres más generativos se implican más activamente en
diversas actividades de cuidado de los hijos (McAdams et al., 1998) pero asimismo una
mayor implicación en la crianza revierte en mayor desarrollo generativo (Palkovitz,
2002).
– Los adultos más generativos son más conscientes de su papel como modelos trans-
misores de valores a sus hijos y son más sensibles hacia otros aspectos intergeneraciona-
les familiares (Pratt, Norris, Arnold y Filyer, 1999). Este hecho hace que en la mediana
edad se anticipen y preparen para el cuidado de sus padres mayores más eficazamente.
Peterson (2002) constató una menor sobrecarga “subjetiva” como cuidadoras y una
mayor importancia de los roles de madre e hija en una muestra de mujeres de mediana
edad con alta generatividad. También el desarrollo generativo alcanzado se asoció con la
satisfacción en el rol de abuelo (Thiele y Whelan, 2008).
– El ajuste en roles laborales se vincula con dimensiones generativas. La generativi-
dad social se relacionaría con la satisfacción laboral y el éxito subjetivo en la carrera
(Clark y Arnold, 2008). El desarrollo generativo podría tener más peso en la predicción
del bienestar laboral de los profesores que aspectos del rol tradicionalmente estudiados
por la psicología organizacional (Zacarés et al., 2002). La generatividad se convertiría así
en un factor preventivo del “síndrome de burnout” al posibilitar que el profesor inter-
prete sus motivaciones, metas y acciones en un marco más amplio que resulta congruen-
te con su propio desarrollo personal (Evans, 2009).
En definitiva, las tres conclusiones anteriores apuntan hacia una mayor atención
futura a la relación entre bienestar, roles adultos y generatividad. Si la generatividad
explica una parte sustancial de la adaptación a roles concretos resta por indagar con
mayor profundidad a través de qué medios llega a expresarse la generatividad en los
diferentes roles y bajo qué circunstancias es probable que se realicen las oportunidades
de expresión generativa inherentes a algunos de ellos (p.ej. en “profesiones generativas”
como las del ámbito educativo). Sería también de interés conocer qué expresiones gene-
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Conclusiones
El camino recorrido en esta revisión avala nuestra tesis inicial de proponer el cons-
tructo de la generatividad como uno de los candidatos más idóneos para la integración
conceptual de los estudios sobre desarrollo adulto. La investigación sobre la generativi-
dad de estos últimos veinte años ha contribuido a rellenar lentamente algunas partes de
ese “mapa en blanco” que mencionábamos en nuestra introducción. Aunque la genera-
tividad pueda actuar como uno de los centros del vasto territorio del desarrollo adulto,
sus conexiones con otros núcleos principales y secundarios han de ser todavía especifica-
das. Más aún, las influencias normativas históricas exigen una readaptación continuada
de este mapa. Señalaremos por ello tres direcciones en las que el trabajo sobre la genera-
tividad ha de seguir avanzando: la profundización teórico-empírica, el análisis de su sig-
nificado en el actual momento sociocultural y su inclusión en la práctica profesional.
La generatividad aplicada
Aquellos profesionales e investigadores interesados en la optimización evolutiva
podrían incluir en sus acciones y aportaciones la “dimensión generativa”. Creemos que
más que de un área independiente de “intervención en generatividad” será más útil refe-
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