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El proceso, muy reciente como para haber influido en la evolución genética: experto. Tiene
que ver con las áreas visuales y las utilizadas para hablar, señala investigador francés. No
hay un sistema innato especializado, tenemos que utilizar los que ya existen, puntualiza.
Periódico La Jornada
Martes 16 de noviembre de 2010, p. 2
No hay un sistema cerebral innato especializado en la lectura, tenemos que hacer bricolaje,
utilizar sistemas que ya existen, explicó Laurent Cohen, investigador del Instituto Nacional
de la Salud y de la Investigación Médica de Francia y uno de los responsables del estudio,
publicado por la revista estadunidense Science, junto con Stanislas Dehaene, director de ese
instituto.
Los investigadores han logrado medir, mediante una imagen por resonancia magnética
(IRM), la actividad cerebral de 63 adultos voluntarios con diferentes índices de
alfabetización: 10 analfabetos, 22 personas alfabetizadas en edad adulta y 31 personas
escolarizadas desde la infancia.
La investigación se realizó en Portugal y Brasil, países en los que hasta hace unas décadas
era relativamente frecuente que los niños no fueran escolarizados.
Los adultos fueron sometidos a diferentes estímulos, como frases orales y escritas, palabras
y rostros.
Así, en la gente que aprende a leer, las respuestas aumentan también en las regiones
primitivas cuando presentamos tableros horizontales, puesto que nuestra lectura es
horizontal, y no cuando presentamos tableros verticales, según el investigador.
Establecer relaciones
El cerebro recurre también a las zonas especializadas en la lengua escrita, puesto que la
lectura activa el sistema del habla para tomar consciencia de los sonidos y permite
establecer relaciones entre el sistema visual y el del habla, las letras escritas y los sonidos,
subrayó Cohen.
Aún se desconoce si aprender a leer tiene una consecuencia negativa sobre la capacidad de
reconocimiento de los rostros.
Los investigadores también constataron que la alfabetización a edad adulta tiene el mismo
impacto en el cerebro que el aprendizaje durante la infancia. En los adultos que aprenden a
leer los cambios que esto provoca son casi los mismos que en los que se alfabetizaron en la
infancia, aunque aquellos no obtienen tan buenos resultados por la falta de entrenamiento,
concluyó Cohen.