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La percepción de lo pornográfico

Definir los límites de percepción entre una persona y otra resulta ser un reto y más
si se trata de elementos que incorporan tanto los sentidos físicos como los
psicológicos. Aproximarse al concepto del erotismo y de la pornografía implica
considerar ambas partes y fijar los lineamientos de cada concepto para poder
establecer una delimitación. Ahora bien, el erotismo lo entendemos en primera
instancia como una pasión de amor que conlleva actos que van más allá de la cópula
con fines reproductivos. Por su parte, la pornografía se capta como todo aquel
material que contiene o reproduce la actividad sexual de manera explícita. Hasta el
momento los términos se presentan relativamente claros, sin embargo, ¿qué pasa
cuando en una determinada situación se aproximan los conceptos? Traslademos
la pregunta a un caso particular: una imagen puede representar pornografía o
erotismo dependiendo de la percepción que tenga el receptor. Las respuestas hacia
las representaciones eróticas por lo general reciben una respuesta positiva, en
cambio los resultados de un estímulo pornográfico están en tela de juicio.
En una aproximación a las reflexiones que hace Susan Sontang en la
conferencia que da lugar al ensayo La imaginación pornográfica, en dicho encuentro
hace reflexiones claras acerca de que la pornografía se le debe de quitar la idea
clásica de considerarla dentro de los actos lujuriosos inmorales y plantea la
posibilidad de tomarla como un referente, es decir, tomar en cuenta que está dentro
del plano narrativo de cualquier material pero que, no obstante ,no forma parte del
primer plano, la atención no radica totalmente en ella. Sontang argumenta y
enriquece el comentario anterior, en otra parte de la conferencia cuando explica que
la pornografía requiere de elementos surrealistas, es decir, elementos que estén
fuera del arquetipo, y del shock para que cumpla con su objetivo de comunicación.
Si al lector se le presenta demasiado obvio y fácil el material es muy probable que
sus emociones primarias lo dominen; reafirma que es necesaria la ausencia de
emociones instantáneas, como la excitación, por ejemplo, para que la pornografía
adquiera un sentido para el receptor.
Si nos situamos en un caso particular, como es el caso de una imagen (Anexo
1) Podemos percibirla de acuerdo con los parámetros de Sontang. Mencioné en el
comentario anterior que para entender a Sontang podríamos considerar a la
pornografía como un referente y no como una cosificación en primer plano. Si bien
es cierto que en la imagen la referencia pornográfica se presenta en un primer plano.
Y digo pornográfica por ser implícita en el contacto de piel en zonas erógenas entre
un ente masculino y un ente femenino que presuponen un contacto sexual cercano
(previo o posterior). Como decía, la escena se presenta en primer plano, sin
embargo, la propuesta de Sontang refiere a ir más allá de la experiencia que se nos
presenta a simple vista. El referente está explícito. Y la emoción explícita es la
excitación sexual. Ahora bien, si nos desenfocamos del acto que representa y
prestamos atención a las tonalidades de la imagen, a la representación del amante
que busca el deleite de la pareja, a las expresiones faciales que si bien es cierto
como lo menciona Sontang comunican seriedad también trasmiten acuerdo del
acto, por los ojos cerrados de la amante, placer, por la apertura natural de a boca
como una reacción de los actos de estimulación emanados por el agente activo del
cuadro, el masculino. Y este a su vez, trasmite deseo por la estimulación directa de
una zona erógena sin que, necesariamente, sea el área genital y a su vez, nos
comunica por medio del lenguaje corporal un objetivo de posesión, pero también de
protección al sostener la cabeza del amante. En conclusión, si tomamos atención a
los elementos que van más allá del primer plano podemos comprender a la
pornografía desde el punto que refiere Sontang, como algo más allá de la obviedad.

Referencias bibliográficas:
Bateille, George. El erotismo. Recuperado de:
https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgxvzKbKMrGrCjrpmNsQmFHHKSgzn
?projector=1&messagePartId=0.1
Hustvedt, Siri. El porno sigue dividiendo a las feministas. Recuperado de:
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/porno-y-virtud-segun-sontag/

ANEXO 1.

*Imagen recuperada del sitio web:


https://www.google.com.mx/search?rlz=1C1SQJL_esMX805MX805&biw=572&bih=483&tbm=isch&sa=1&ei=dh2cW6OZE8_
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