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PAUL RABINOW

JÚCAR.. UNIVERSIDAD

Serie Antropología, dirigida por Alberto Cardín

REFLEXIONES SOBRE UN
TRABAJO DE CAMPO
EN MARRUECOS
/ FONDO DONACIÓN
Dra. M' Euer Gr.a~ 2007
; .......... ---···
Univ~rs{¡jaq rteo C1iilt!

Serie Antropología

JÚCAR UNIVERSIDAD
'
Título original: Rejlections .on Fieldwork in Morc>Í:C<O''
Traducción: Pedro Horri//o Calder6n
Cubierta:. Montse Vega
Primera edición: Marzo de 1992

Dedico este libro a mis amigos marro·


qules, cuyos nombres aparecen aquí cam~
biados para proteger su anonimato.
Las personas que a continuación men·
ciono me han sido de especial ayuda y ge-
nerosidad: Rober Bellah, lean Pau! Du-
mont, Kevin Dwyer, Clifford Geertz, Euge-
ne Gendlin, Sherry Orther, Robert Pau/,
Gwen Wright. Y sobre todo, deseo dar las
gracias a Paul Hyman por sus asombrosas
y perceptivas fotos, sus comentarios agu-
dos y únicos, y su amistad.

© The University of California Press


© de esta edición, Ediciones Júcar, 1992
Fernández de los Ríos, IS. 28015 Madrid. Alto Atocha;
I.S.B.N.: 84-334-7038-8
Depósito Legal: B. 9.596' 1992 ...
Com~uesto en AZ Fot<JC:omposición, S. Coop. Ltda. CM€
lmpiefo eííRomáhyá/Válls. C/ Verdaguer, l. CapelladéS":''
Printed in Spain , ···
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

María Cátedra

Poco voy a decir de este libro sin tener en cuenta a los ilustres
compañeros de prólogo y epílogo que me acompañan. Si acaso
unas reflexiones de lo que ha significado en el panorama antropo-
lógico desde la distancia de los catorce años que median entre
su publicación en inglés y español, y también la posible relevancia
de este importante y casi modélico volumen en la etnografía espa-
ñola actual.
El libro se encuadra en la tradición básica y central de la etno-
grafía y su renovación dentro del espíritu de experimentación que
la viene animando Ültimamente de un modo consciente y sistemáti-
co. Es predsamente en esto, en la práctica crítica de la etnografía,
enfrentando lo familiar y lo extrañO, donde"segúñ--iñf ¡)árééer ·radi-
ca una de las fuentes de vitalidad y creatividad de la Antropología.
Pero este libro responde al pr.e>.\>lema fund_am..en!al, no_ sól!L~.'! ,
, ;\J!lrop()l{)gía..sino..en. otras.ciencias sociales, ~e CÓl!l()._Se .rep~esen,t_~ H. ,
, la realidad social: el problema de la descripción. Es también un ; · ·
texto modernista pr'Op!oáeTa~qfr_Qj)_óJggfa_.l!l.ti::r.i>retativa que con-
sidera que un trabajo de etnografía. es. un documento hi_stóiico
y autoconsciei)té;-eiCeí que-sé'reconoce la Posibilidad. dé múltiples \ ¡
audfo'ridas y la relevañéiá-de- varfos posibles discursos. El enfoque l[
' -. pues, "i!_~i~_tle plantear y coiñprender el prgpjo pr()CCS?._de ~e~t!: l { 1
gación: l~ bas_es epistemol?gicas ,de las d~scr~pcion~cs, la n~_raleza .il ' ·
del conoc1m1ento y eranálisis etnográfico. Fmalmente es un ejem-
"p!Ó definitivo· de que el silencio. sobre la escritura etnográfica se
ha roto. . · '-···-··-':...·--- --·--·,-------------- ·
~Aúnque algunos autores relacionan el <)rigen de la preocupación
Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 11
JO

por el proceso de etnografía con el relativismo antropológico de na de antropólogas que hablan. de sus experiencias en Golde (ed).
las primeras décadas del siglo, sin embargo hasta los afios 60 no-V,'~lJ Wome.n in the Field en 1970. Freilich, en este mismo afio, arroja
~se__ aprecia un esfuerzo continuado ni un pfíSiSiéiiie- "intefés:-~ por-.--:-~f:j~:i!;* las primeras dudas sobre la supuesta posibilidad de conversión
el problema. Y eso que en el camino quedan autores radiCalmente ; ' del antropólogo en nativo, sefialando su básica naturaleza mar-
ginal'.
experimentales como Gregory Bateson, quien en 1936, con Na~
ven', produce un increíble t_exto donde plantea formas alter-nati7(' La voz personal del autor se transparenta entre líneas pero du-
vas de représeritación de un ritual e inaugura la preocupación ex:-; rante mucho tiempo la convención profesional tácitamente prohi-
plícita de los antropólogos por la descripción .de una cultura. Tam- bió explicitar la estrecha relación entre la subjetividad del autor
bién Mónica Willson da ejemplo de rigor metodológico, preocupa- Y la supuesta objetividad del texto. «Demasiado personal» era el
ción por la evidencia_etJlQgníficª_Lr~sp_eto por _la traducción de comentario crítico utilizado frente al que se lanzaba al análisis
ul1 sistema 'intelectui>.l ajeno en sus monografías .de los Nyakyusa. de uno mismo en una situación de conocimiento tan fundamental-
Willson, a principios de los 50; ya protestaba de ese todo amorfo- mente «personal» como la etnográfica. La experiencia del autor
-«la gente de la cultura»=-deI-·que-tanto ha utilizado, y abusado-.~""ii se ha presentado pues de una manera -estilizada y romantizada
el antropólogo, mostrando y especificando claramente al informan- e:i muchas ocasiones -la vuelta del antropólogo se parece dema-
te hasta entonces seniioculto ·en la página de los agradecimientos siado a la vuelta del gran cazador de la tribu lejana- con datos
o en una nota a pie de página,-Gon·ella se inaugura la preocupa- intrascendentes y poca implicación personal. Por él contrario, en
ción consciente por la especificación-ad discurso: ¿quién habfa?, otros casos, puede llegar a ser un perfecto ejemplo de exhibicionis-
¿con qu[én?, /,eñ ql!é _rn<?1!l"1_1oI Inevitablemente tras éstas pregün- , mo, especialmente cuando la reflexión narcisista de la experiencia
_tas aparece el aiitropólogo: las respuestas de los informantes tienen·-.. de campo se convierte en un fin en sí misma. Con frecuencia
mucho que ver con las preguñfas que sé les hacen. Todo un ejeni•¡ toma la forma de conseíos de clase o recetario para evitar proble-
plo del deÍÍcaci'ó balance'-entre la .distancla'iiitafüica por un Iadó mas del tipo de «llegué,-me equivoqué,-comprendí,-restablecí-y-
· y la participación y· empada del. antropólogo por otro. · fortalecí vínculos» cuando no. un mero anecdotario donde se narra
Es evidente que tras uno y otro autor no sólo se delata al infor- a lo viajero,- lo bien que uno lleva adelante el trabajo pese ~
maníe y alinl'Orrnador-siito que además ríos topamos con el pro- las difíciles condiciones de vida·. No se dice nada sobre confusiones
·-blemá de C:ómo·cofiócemos··ycómotracfutirnós:· [á'ff_l)\,;¡_ nacfü, Y depresiones, sentimientos violentos, censura, fallos y errores im:..
los ejercicios cons_cientes _de interpretación, introspécéfon y_ c.r_ítica_ portantes, deseos y placeres excesivos, tan asociados a la humana
del-proéeso de la etnografía de los 70 no está quebrada. Muy condición. Por eso probablemente eldiario privadode Malinows-
significativamente fos siguientes hitos. forman literaria y filosófica ki, cuyo trabajo de campo se ha 'venido consideráiido-ñíó.déllco ·
como los famosos Tristes Tropiques de Levi-Strauss en 1955 o eii la profesión, produce tal impacto en ¡¡ 96?,, convirtiéndose en
/ la novela de Laura Bohanan Return to Laughter que firma con ur: turning point, y especialmente• dentro-de la tradición anglo-
seudónimo (B.owen, 1954). Tambíéíi. aparecen los primeros infor- sa¡ona que, frente a la francesa por ejemplo, es menos dada a
mantes en_ libros_ colec_tiyos, como los dibujados por veinte antro- la confesión de emociones asociadas a la experiencia de cam¡)o.
pólogos en Casagrande (ed)' en 1960, quien en la introducción Balandier en 1957, Maybury-Lewis en 1965 y Chagnon en 1968'
reconoce que el trabajo de campo es esencialmente una activid_a\I.
de colaboración· y- que al_ retratar a los informantes uno dibüja 3
M. Freilich. Marginal Natives: Anthropo/igists at work Harper & Row;
ne) sólo la relación que mantiene con ellos, sino su propia experien- New York.
4
cia biográfica en el- campo. Junto a los informantes, los informa- Como ha sen.alado recien.temente M. Delgado (El País, llw290:8) en su.
dores -o más. propiamt;nte informadoras- en el caso de la doce- recensión de la publicación de este texto en castellano (B. Malinowski, Diario
de campo en Melanesia. - 1989 Júcar, MadridwGijón).
5
1 Publica.do· en ·castellano en- J\icar '1990. G. Balandier. L 'Afrique ambigue Pion, París; D. MayburywLewis. The:
2 .
In the ComponY, _of Man. Twenty Portraits by Anthropologists Harper Savage and the innocent. World Pub; N.A. Chagnon. Yanomamo. The Fierce
& 'BrOiheís.· New- YOrk. People Holt, Rinehardt and Winstoh. New York.
Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 13
12

son de k>S primeros en enfrentarse directamente con; sii;·~¡.i:f¡( y carácter, plantea un buen nútnero de problemas epistemológicos,
expenenc1a, aunque sus relatos parecen más confesiiníes éiíie'Xtii existenciales, morales, ideológicos o políticos e inicia la discusión
cas analíticas. Este último autor en esta monografía 'esuíi~Jeiffllf franca y abierta de temas de violencia, deseos, luchas, confusiones
de. la usual práctica antropológica de escribir un primer .·cipÍiÜio·- y transacciones económicas, intentando rastrear su impacto en el
exponiendo las circunstancias del trabajo de campo, los sentirrii~n" . ·-··- trabajo concreto y su relevancia para la práctica de la descripción
y análisis etnográficos'. Además no sólo aparece la cultura estu-
. tos iniciales del etnógrafo, su choque cultural, Y su desªrr.oJI!l2pos:,:C·~
terior. Suelen aparecer noticias sobre un par de informantes.;;·0 ·.: diada sino la propia y Ia relación entre ambas. El . antiguo rol /
situaciones claves que enriquecen o dan un vuelco ·teórico-_,,o-·,)jCf~b:·°"·::.. :_:::.. _ del etnógrafo -narrador y autoridad por antonomasia= se com- ¡
parte con· el informante; comienza a ceder la palabra, a trasmitir \
na! a la experiencia ~e campo. En su caso, al enfrentarse al grupo
. tímidamente las voces nativas. El antropólogo inicia, en suma,,~­
Yanomamo (una soc1edad~donde_se.xalora.la.agresividad~y~a•<:uy
'un diálogo frente al antiguo monólogo, una discusión seria de'
gente define como fierce people), se refiere más crudamenl<híCi;fa- ;~­
la epistemología del trabajo de campo y su estatus como método, ;
naturaleza de sus sentimientc>sy el cambic>de aclifüdY-de'JmageiLé ';;_
inaugurando un enfoque teórico de comunicación dentro y entre .,
de sí mismo -la propia alielláción- que-ííéneque llevar ii''ca!lo;•~ ;.•J
culturas.
para poder adaptarse _a.esta sociedad. Sin embargo, prontocfitica ''"'"'
y confesiones merecen un libro que aparece generalmente d~s¡jueii' Este movimiento que hoy se llama Antropología Interpretativa
de la monografía (caso de Bállüfdiéf;Cnagnóii"y··oumóiit.aunque-: o posmodernismo es hijo de un conjunto de ideas en torno a
no el de Maybury-Lewis 6). El propio Rabinow publica dos aifos.... •.••••·· la tradición cultural, crítica literaria y simbolismo de los 70. Aun-
antes de estas Reflexiones una monografía que llevá potiffuíl{é"'.".'.. . que Geertz llama a Rabinow junto a otros «los hijos de Malinows-
Symbolic Domination: Cultural Form and Historica/ Chiing'd'J-ffi ';ff;¡ · ki» y los considera enfermos del mal del «diario» que aquejó
Morocco ( 1975, Univ. of Chicago Eress).. Earece..que,esta'-'~~í®'<i!-:' ;;:a-~ a éste, todos ellos son igualmente hijos del Geertz de La interpreta-
de «esquizofrenia», que separa tan tajantemente el texto étnogriifi~;- ;,, ción de las culturas 10 y su esfuerzo por el examen del proceso
co de los relatos sobre la experiencia en el campo, no es aJe1íii ;'•C?i'· -o procesos- ,de .comunicación por los qlie"el aritropólog(), .á
_a _la. necesidad de cumplir estrictamente con el ritual de la tesis través del trabajo de campo, adquiere un conocimiento del sistema
doctoral y por tanto la insatisfacción que. le queda. al etnógráfo • de significados culturales y lo representa en textos etnográficos.
-ae no' poder coíñúriii:ar-ro mas vivo, hümano y valioso C!e · ra-ex:pe:-· ·Geertz ha indicado que para entender el punto de vista nativo
n.Q_~ólo_es importante la empatía sino que la comunicación depe!lc.
rienda. En otras palabras, y esta vez son las de Marcus y Fisher>;•
se produce una intolerable disonancia entre lo que uno conoce de .del intercambio. Su interés por el texto ha estimulado el interés
y lo que le obligan a contar por convenciones del propio género · en el contexto, la compleja relación en que se produce el texto.
doctoral•. He aquí el antecedente inmediato del presente trabajo de Rabinow.
Y vamos brevemente con este último y lo que representa en rela-
De aquí surge una tradición de descripción y reflexión sobre ción con la situación espafiola.
el trabajo de campo que aunque varía en grado de sofisticación
Geertz se refiere a este trabajo y a su autor como el primero
6 G. Balandier. 1955 Sociologie actuelle de i 'Afrique noire. ·PresSeS ·uni~ de una serie de jóvenes airados -o mejor, inquietos y descorazo-
versitaires de la France: N. A. Chagnon, 1974 Studying the Yanomomo . .Holt nados-, como Dwyer y Crapazano entre otros, que significativa-
Rinehart & Winston; JP. Dumont, 1976. Under the Roinbow· y 1978. Tlíe mente han realizado sus etnografías en Marruecos, como él mismo,
Headman and l. ambos de Univ. of Texas P.; D. Maybury-Lewis, 1976.:·A_dWé~:.;
9 Un buen ejemplo reciente que plantea con franqueza temas de sexo,
Shavonte Society. Oxford.
7 Anthropology as CU/tura/ Criti{¡ue University of Chicago: Press, ··1.~86:_:y3:7';: género y personalidad es T. L. Whitehead & M. E. Conaway (eds.), Self.
8 Y la fusión tiene sus riesgos. Un ejemplo· significaüvO:· y pioncrr.o,:-.:ifu_~.'>;: Sex ond Gender in Cross-Cultural Fieldwork, 1986 University of Illinois Press;·
Naven, que al parecer fue presentada por su· autor como- Tesis _~o~tÓ.rá(.~_:é~7'. Urbana.
Cambridge y no fue·aceptada como tal por lo que,. según se·ciient~t·:;;Bat~~~:';: 10 Vease El antropólog'! como Olftor, Paidós 1989 y Lo lnterpretacidn de
fue· siempre «Mister>> ,(Y no «Doctor») Bateson. - · ·__ . - ;Y->/,'d::.'f./-::;:·. los culturas, Gedisa 1988. ,
14 Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 15

y que producen textos «autor-saturados». Cieriamente -}''qtii~li.: cado» esfuerzo al desarrollo de la sociedad que se investigaba o
uno de sus fallos: su excesivo tono de seriedad- no encontrafüos se convertía. Como al misionero al que llaman para administrar
en este autor el chispeante y corrosivo humor de Nigel'Bar!éy!l7'' los sacramentos a altas horas de la noche, el antropólogo en teoría
pero a diferencia de Malinowski, Rabinow se enfrenta dé ún':moild:. resiste horas de hambre, sed o sueilo para presenciar y participar
franco y con gran honestidad a lo que éste no pudo hacer, más ··-- en un raro ritual. Y además, en ambos casos, reconoce la simbóli-
que 7o_mo desahogo p~vado en su dia'.io. ll~~)!l~~: hli :'.~id~".:Cg:: ca violencia para adquirir información y llevar a cabos sus planes,
describir su tarea a traves del proceso de mtera:cc10n·con sus mfi:)f' .·..-:· en nuestro caso también llamada «estrategia de investigación» 12 •
mantes. Esta interrelación no es en absoluto la edukorada y sensi-------- •• El d_ocumento que nos proporciona Rabinow sale al paso de
blona semblanza a la que nos tienen acostumbrados los antropófo- los mitos tan familiares como el del «etnógrafo sonriente», «la
gos y que suele terminar en esas lágrimas que culminan iodo traba~­ gente_ siempre tiene razón», «la ocultac!On de·-¡~-perscmal(dad)~--··­
jo de campo -de éxito y-de'11uy-ctlstiirrosigno·a:~ras::':eriicfas::aL ..•:f' «uno debe refrenar. sus .. propios -sentünientos», «el etnógrafo-a
llegar. Suiinformantes, muestra, son tan variados como,la-pr<>pia- · · asexuádo-á», <<ef ·amable anfrópófogo que hace de chófer», etc.
sociedad en que están inmersos _y_ a través del--col'l'U¡>,taJR.lffieéjio"= Estos estereotipos, que se elaboran en el proceso de formación
de la etnografía, ni ellos serán los mismos, ni el propio etnógfafl:J; : de los neófitos, suelen adquirir su carácter místico y cierto poder
Este libro destroza 'varios mitos. Y entre ellos el de la propia: - por la individualidad y características que tiene la iniciación del
imagen del etnógr!'i9· Voy a poner un ejemplo-de-lo"·que-púeffe"' propio ritual de campo. Es probable que, de algún grado, sea
ser una de sus facetas. En una ocasión en que enseilaba un éurso __ una imagen tomada del clásico, aparentemente imperturbable, dis-
introductorio de Antropología, al intentar explicar--lo que era:et;':é:, tante y cortés antropólogo británico. Por supuesto, la realidad
trabajo de campo,_ uno de mis jóvenes alumnos niuy pensatí';o 7'2 empírica no concuerda con estos imperativos: el etnógrafo no so- -
exclamó de pronto con !acara iluminada, como el que ha daélll_-SC;'.: porta a algunos de sus informantes -y viceversa- , utiliza tácti-
con el quid de la cuestión-: ((pero-a aniiéip-óléigo::. ies una'é§'~¡;' - cas con los amigos (y en ocasiones con las «amigas») que le produ-
de misionero!». El comentario, que nos hizo reír a todos~:·püede::·-­ cen culpabilidades -y viceversa-. Especialmente debatido es el
hacernos también pensar. Evidentemente, aparte de las· drástieas tema del intercambio de información a cambio de servicios que
diferencias, hay semejanzas entre ambos trabajos, como la permac ofrece el antropólogo, que en los libros suele aparecer de ocasional
.nencia .en áreas. tradicionalmente compartidas -por--estos-coleetivós"·'·:- enfermero, maestro o chófer. El intercambio de dinero es un tema
-en ocasiones la única oportunidad de los espailoles para enfren- tabú, al menos en el contextei español, y en cierto modo se convier-
tarse a grupos primitivos- y la interrelación con los nativos. Tam- te en un índice de un trabajo de campo con poco éxito en el
bién un oscuro sentido de la vocación que nos lleva a abandonar que el etnógrafo no ha podido siquiera ganarse la confianza y
lugares y lugareilos familiares para enfrentarnos con lo extrailo el afecto (además de la gratuidad de las informaciones) de sus
y desconocido en nombre de una idea (en un caso, nuestra «cien- informantes. Pero, en vez de ese dinero, parece exhibir una com-
cia», aunque más bien puede ser el cumplir con los requisitos pulsiva necesidad de reparar y devolver 13, soportando con fran-
investigadores de nuestra carrera, en otro caso Dios, aunque tam- ciscana paciencia, una complaciente sonrisa (¡y una paternalista
bién suele haber otro tipo de más concretos intereses). La figufa superioridad!), los inconvenientes del trabajo de campo, la estre-
del etnógrafo también mostraba semejanza con el misionero en cha relación con otros seres humanos. Y sin embargo, probable-
un punto: ambos, por distintos motivos, rodeados por la incOni- mente debido a una compleja combinación de choque cultural,
prensión, debían mostrar un talante diligente, soportar con enter.e~·
za las penalidades en tan remotos lugares, evitar. las P'!S,ÍO_ties.. d_~:_: -"- 12 Probablemente debido a todas estas semejanzas .no es extraño el conti-
sordenadas, ganarse la confianza de _todos loTíiaiiv()s, «salvar» nuo trasvase y conversión, entre los misioneros especialmente, que se «reciclan»
almas o · materiales que de otro modo se perderían y contribuir; como antropólogos.
con el conocimiento o -en algunos casos- con su propió'y '«apli~' _.- .. -· ·>
13 En el mejor de los casos .. También están las figuras opuestas .. del --
antropólogo-apisonadora, o el seductor. que consideran que la gente tiene· la
J1 El antropOlogo inocente. Anagrama 1'989-. obligación de informarles.
16 Paul Rabinow Reflexiones sobr"e un trabajo de campo en Marruecos 17

falta de comunicación, soledad y etnocentrismo, con frecuencia El otro mito destrozado ya no se refiere a la imagen del antro-
aparece como un ser bastante másinestable que los inestables nati- pólogo sino a la del i¡¡formante, que se podría denominar «a la
vos que al principio se le acercan, moviéndose entre alternativos. búsqueda· del marroquí prístino», ese «noble. salvaje», primitivo
y opuestos sentimientos de odio y amor. En suma (y curioso tener y rudo pero servicial y amable que todos tratamos de encontrar
que plantearlo, como Bourdieu adecuadamente señala), el etnógra- entre gallegos o sorianos -parte también de la mística profesional-.
fo es un tipo de carne y hueso, con sus debilidades, sus miserias Tras trabajar uno o dos años en muy pequeñas comunidades, deci-
y, sin embargo, con toda su humana grandeza que pone a prueba mos que el nativo «es asÍ», es decir, no ha cambiado en el proceso
su propia persona al intentar captar la ajena. Es probable que de la etnografía, "tras la irrupción e interrupción -drástica en algu-
el conocimiento más importante que se logra en el campo sea nos casos- del antropólogo 1' en una forma de vida ajena. Esta
el conocimiento de uno mismo, pero esto no aparece en la descrip- injerencia no es gratuita, ,R,abinow demuestra que la elaboración
ción etnográfiea: ----------- --- - del conocimiento cambia el objeto de .conocimiento. No es de ex-
A la vuelta, el etnógrafo muy raramente· analiza abierta y fran- trañar por tanto que algunos «nativos» se hayan convertido en
camente esta vital experienda'y sus'·cambios'tanro-a·nivetpersona informantes cuasi-profesionales. Esto nos plantea un dilema: por
como profesional; sólo presenta sus datos, pero no la manera en una parte es importante contar con ese, o esos, informantes «cla-
que fueron recogidos. Lo más seguro es que ello sea debido a ve» que «traducen» su propia cultura (aunque aquí se puede plan-
que un buen trabajo etnográfico--nunca·-está· completo; nos· aver- tear un problema ético de derechos de autor) y por otro lado .
gonzamos de nuestros íntimos sentimientos y los reprimimos, du- -la consecuencia más negativa- toparse con una interpretación
damos de nuestra capacidad y . preparación como profesionales, «nativo-oficial» de la cultura en cuestión que nosotros mismos
nuestras técnicas son muy variadas y veladas -a veces· muy poco hemos propiciado con torpe y reiterativa insistencia en ciertos te-
ortodoxas-, y nos damiedo la dependencia quetiene nuestro mas. Hay grupos con tan buena colección de estudios y reestudios,
trabajo de nosotros mismos:Esto-eS es¡)é<:Iaímente llamativo en que los antropólogos han entrado a formar parte de su parentesco
el contexto de nuestro país clonde las referencias al respecto son porque siempre hay uno en cada familia -caso de los Navaho-.
escasísimas, tan escasas que ello se convierte en algo intrigante 1'. Esta broma profesional se debería empezar a tomar en serio. Con
Por no decir, muchas veces el antropólogo ni siquiera señala las demasiada frecuencia encontramos en nuestro país a ese especialis-
-más- objetivas ·circunstancias;--como-·por-ejemplo su dedicación a ta en recibir a los ocasionales folkloristas y aficionados a la etnolo-
tiempo completo o parcial y el tiempo real de permanencia en gía que utilizan y reutilizan a unos pocos individuos -la vieja
el grupo o comunidad cuya estimación con frecuencia.aparece exa- que conoce conjuros y el viejo de los chascarrillos- y que tienen
gerada. Pese al minucioso escrutinio a que somete al estudiado, ideas definitivas sobre la información a proporcionar. Detrás está
del estudioso sólo la sombra. En las páginas que siguen el lector también otro mito, el de la «salvación» del material que procura
encontrará en Rabinow un ejemplo admirable de lucidez, discusión autoridad al etnógrafo y cierto halo de héroe como recopilador
franca y rechazo del rol -y del silencio- que se nos impone de ·costumbres en proceso de extinción. Y también una mítica teo-
en la inevitable enculturación profesional. ría sobre el ser humano que arrastra sobre sus espaldas el peso
· de la historia y sigue manteniendo supersticiones e «ideas paga-
14 Joan Prat e Isidoro Moreno han analizado algunos de estos aspectos, nas». Rabinow en su inicial búsqueda del «marroquí prístino» se
desde perspectivas distintas, a lo largO de su trabajo. También hay aportaciones da de bruces con diferentes individuos, seres humanos-que ocupan
interesantes en algunos artfculqs del lib_ro Los españoles vistos por los antropó-
logos, M. Cátedra (cÓordinadora) que será próximamente publicado en Júcar.
.diferentes intersticios de la compleja sociedad que analiza, tipos
Pero en general las referencias personales- son- muy escasas pese a que podían y· personalidades muy dispares y muy parecidos a él que, como
ser en algunos casos muy significativas. ProbablCmente detrás de este silencio él, se ,diferencian en su específica tradición cultural.
hay una Mezcla de humildad, soberbia, pacatería, timidez y «cientifismo».- Es
curio'so que el antropólogo cotisidere precisamente «poco científico» la clarifi_ca· IS Y no digamos ya lo que puede significar el impacto de un colectivo
ción del papel d~l científico-cuando s~. P!~l:>!~--~~~~~--~~·-~-~.n~da~&-~.'!~~~~~ numeroso como los alguna vez propuestos «equipos interdisciplinares» -o «dis-
que recoge. ciplinares»- en la pequeña localidad.
18

Mucho de nuestro conocimiento cultural es tácito, fuera de nuesc'S,,,


tra consciencia, y no lo dejamos· en casa, ·al igual que nuestros'(
sentimientos, añoranzas y evalúadolles que interfiéren en la mfrádí('!'
antropológica. Paradójicamente esta misma y humana interferencia''·
hace fascinante a nuestra disciplina que, en lograda frase de M.
Delgado, viene a ser una <<anomalía del espiritu». Rabinow, ·en
vez de negar su etnocentdsnio y otras pasiones, las reconoce y
se enfrenta a ellas. Es una de las posibles soluciones y bastante ..
mejor que la torpe estrategia de tratar de ignorarlas.

Madrid, mayo de PREFACIO

Paul Rabinow, en una frase sugerente de Paul Ricoeur, resume


el problema de la interpretación y el problema de. este libro: «la
comprensión del yo pasando por el desvío de la comprensión deI'
otro». Casi todo el libro, muy en el espíritu de esié objetivo,
trata de las enormes dificultades y complejidades que conlleva la
comprensión del otro. Sólo de pasada se insinua que el esfuerzo
por entender al otro ha sido motivado por una profunda perpleji-
dad acerca de la comprensión del yo.
Hablo aquí, tal como hace el autor, no del yo personal, psicoló-
gico, sino del yo cultural. Gran parte de los mejores trabajos exis-
tentes en antropología (al igual que en sociología y psicología)
han sido motivados por la profundización de tal perplejidad. Qui-
zás la característica más punzante de este libro sea el hecho de
que hacia el capítulo penúltimo queda ya claro que el autor (al
referirse al yo cultural, no al personal) no posee una «cúltura
propia» que se complemente con la indudabilidad de «cultura aje-
na» de ni siquiera el más modernizado marroquí del pueblo. Como
consuelo de tal comprobación se nos ofrece un mero atisbo de
la idea de que, habiendo perdido su «cultura propia» tradicional,
el intelectual occidental moderno tiene a su disposición la totalidad
de las culturas existentes para su apropiación personal. Por supues-
to, es ésta la base misma del «desvío». Pero el autor es bien.
consciente de las dificultades de comprensión, cuanto más de· apro-..
piación, y de las violentas posibilidades inherentes a la idea mismá :. • .
de la apropiación como para ofrecernos ninguna promesa tranqui,., ..
· lizante y fácil. . · ·
El libro apar.,;,e ordenado cronológicamente entre la tom¡¡,,de;
20 Reflexiones sobre un trabajo de campO en Marruecos 21

conciencia dei autor, justo antes de salir para el trabajo cle-cái!J' de pretenciosidad moral, que para mi constituye la contribución
de que el noble esfuerzo de resucitar «la gran tradición>i';d' más ~alios~ d~ la obra: Los trabajos de campo, como cualquier
Universidad de Chicago había fallado y la toma de con\;'i~li otra mvestrgacrón en el área de los estudios humanísticos, cónlle-
justo ~espués de su vuelta, ~e que la ide?logia liberal coll<-ctti.~ van una constante evaluación y revaluación. Muchos de nosotros,
tantos mtelectuales modernos mientan cubnr su desnudez cultura( asustados por el desprecio de Weber hacia los que utilizan la mesa
también había resultado infructuosa. No habían funcionado, ni•Ia' de conferencias para la profecía política y religiosa, hemos olvida-
resurrección .forzada de SU «Cultura propia>) (la civllizaciÓll ocd;.%, do que la neutralidad poseía para Weber un significado muy espe:
dental), ni ningún sustituto revolucionario .y apocalíptico de -ella:-• ' cífico y limitado: la obligación de no dejar que nuestras preferen-
El «desvío» parece más necesario que nunca, pero. ninguno de ".·· cias dicten los resultados de nuestra investigación, lo que en sí
nosotros sa])e C1J¡\11to tardaJ~!ll.QL<;t1_e11cor11rar el ca1ni110 ._EtLel- mismo es una norma moral, un principio rector de la ética acadé~
penúltimo capítulo se otea a lo lejos otro «desvío», Vietnam,-que7f''' mica. Lo que resulta peligroso no es la presencia de juicios de
espera seductoramente ser -explorado. ------ -----,---.,;_,, valor -podemos encontrar éstos en casi todas las líneas que escri-
Pero, a pesar de todo, las s'c)mbras que nunca están demasl¡tlii-;•;. bió Weber- sino la presencia de sólo los que sobrepasan el alcan-
lejanas en el horizonte de este libro no llegan a convertirfo. efi~¡­ ce de la reflexión crítica y no se encuentran sujetos a revisión
a la luz de la experiencia. En este libro observamos no sólo la
deprimente. Lo que infu11~e es)'eranza no ese! falso consuelo qiie''S
presencia inevitable de juicios morales sino el proceso por el que
el autor ofrece sino el mero hecho de-.:iue él haya ¡)iididiiescribir<: -
estos juicios se educan y profundizan. Los marroquíes con los
lo, de forma tan simple y tan falto de pretensiones, cuando escr'ibir .-C
un libro así parece casi imposible para la generación un poco-iilaP;;•-_ que Rabinow .trabajó no eran meros artífices del producto cultural
que produjo el trabajo de campo, sino que fueron, además, sus
yor. Es como si la proclama de mis profesores y contemporálléo-;'..'• _
-que la cultura es- un-hecho--humano, que-son- los-seres-h1Jiíi~nos2'" profesores en tanto que eran humanos, como, hasta cierto punto,
él también lo fue para ellos.
los que la crean, interpretan y cambian- se hubiese convertidéP''···
de pronto en algo real, con vida. Dejando ya de ser frases dentro :- Existe, finalmente, una barrera que este modesto libro ayuda
de un libro, se .les ha dado cuerpo y convertido en realidad para ---- a desmantelar -la barrera entre academicismo y poesía-. Puesto
pasar ª--ser .nuevos. tipos.defrases dentro de un nuevo. tipo de-... - que el autor- nos ha recordado que un hecho es, etimológicamente,
- ---Iillrcis.-l'oclos-11osoírossa6einos quelos -datos de un trabajo dé- -- - algo que «se hace», nosotros podemos destacar que la palabra
campo:(o cualquier' otro tipo de datos referidos a estudios huma:: griega poiesis significa «hacer» y que el poeta es «el que hace».
nísticos) no son Dinge an sich sino que están modificados por Pero los materiales que el poeta utiliza no son tanto hechos cuanto
los procesos por los que los adquirimos. Pero aquí observamos símbolos y relatos, o más bien hechos que en sí mismos constitu-
el funcionamiento de este proceso de forma bellamente iluminada. yen símbolos y relatos. En los estudios humanísticos el negar todo
Admiro especialmente la forma en que el autor revela justo lo valor poético a ·símbolos y relatos equivale a reducir las cosas
necesario de sus sentimientos personales y juicios de valor sin lle- humanas a categoría física, la acción a movimiento. Rabinow no
gar a presentar aquellas partes de su personalidad que no resultan· incurre en este error. Los símbolos, esos momentos de expresión
relevantes para el proceso de comprensión cultural. Rabinow no interna o externa que concentran la significación del cuento, y
sólo muestra su capacidad de estar relajado consigo mismo, de de la estructura narrativa misma, que sigue uno de los guionés
la que tantos de nosotros estamos faltos, sino que también refleja míticos más antiguos, el viaje del héroe en una misión peligrosa
el hecho importante de que el acto de conocer en el área dé los -., - y su retorno triunfante, proporcionan la mayor parte de lo que
estudios humánístiCos. es siempre algo emocional y moral -adeinás - en el libro resulta iluminador. El distanciamiento de la estructura
de intelectual. La honestidad emocional que todo el que .ha realiza•. !~adicional resulta tan instructivo como la recapitulación del arque,
do alguna vez investigaciones de campo reconoce inmédiaiamente trpo. En las leyendas, el héroe vuelve a casa y vive feliz en adelan-
en el libro, debería por si solo servir de recomendación para el te. E? este libro, tal como hemos visto, el héroe vuelve a .10· que
ansioso alevín de antropólogocAún más interesante resulta la falta,>· constituye una duda aún más profunda sobre el significado mism<>
22

existenci~
Y. la. .de lo. propio d.e. la que poseía antes,·d~fl~~(''
av.entura. Qmzas esto n.o .r~vele que to.dos los viajes: qué'¡•;i
de ahora tengamos que m1ciar deben. ir más allá ysef·¡fü¡if'
dos q~e todos los .que con anterioridad hayamos reali~ilit
:ualqmer caso, segmmos en deuda con el autor por habernos
nado tanto con tanta simplicidad y tanta gracia,
..........'.: ....... :.''=·'

INTRODUCCIÓN

Salí de Chicago dos días después del asesinato de Robert Ken-


nedy. Mi apartamento en la ciudad estaba prácticamente vacío. Había
terminado de preparar el equipaje y la mayor parte de los muebles
estaban vendidos, quedaban sólo la cama y la cafetera; Estaba algo
nervioso por el hecho de partir, pero la noticia del asesinato había
enterrado estos sentimientos bajo una oleada de repulsa y asco ..
Dejé América con un sentimiento de alivio. Estaba harto de ser
estudiante, de la ciudad, y me sentía políticamente impotente. Me
dirigía a Marruecos para convertirme allí en antropólogo.
Llegué a París en junio de 1968, varios días después de que
la policía hubiese despejado de las calles hasta el último estudiante
de la Facultad de Medicina. Como consecuencia del levantamiento,
encontré las calles casi desiertas y los castigados muros cubiertos
de pintadas de carácter político. Asistí a varios mítines en el patio
de la Sorbona pero era ya demasiado tarde, el ímpetu revoluciona-
rio había pasado ya su punto álgido. Los panfletos pedían a los
parisinos que no abandonaran la ciudad para ir de vacaciones.
La capital se encontraba vacía, rota, gastada. Conocí a una chica
-con sangre india, afirmaba ella- que se había escapado de su
casa en Arizona. Según deambulábamos a lo largo del Sena, el
ambiente de guerra que se respiraba y el futuro incierto me hicie-
ron sentir como un personaje de una de las novelas de Sartre,
muy existencialista. Dos días más tarde me corté el pelo, to111é
·el autobús de Orly, y salí para Marruecos. ·
A principios de los sesenta el gran experimento Hutchins de
educación general daba sus últimos coletazos en la Universidad
de Chicago. El saber' que la educación liberal en su sentido «clási-
co» se estaba extinguiendo me conmovía profundamente. La Uni-.
24 Paul Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en lvfarruecos 25

versidad me había ofrecido la experiencia profunda y liberadora Los miembros del departamento de antropología de la Universi- ¡
de descubrir lo que significa el pensamiento, pero también me dad de Chicago· pertenecían a dos mundos diferenciados: los que
había dejado con la impresión de que las antiguas ciencias y disci- habían realizado trabajo de campo y los que no; este último grupo
plinas atravesaban una crisis. Para la. mayoría de nosotros, se no eran antropólogos «auténticos», independientemente del domi-
iba viendo claro que la sociedad americana estaba acosada por nio que pudieran tener de temas antropológicos. El profesor Mir-
profundos problemas estructurales, y que la clarividencia y cohe- . cea Eliade, por ejemplo, era un hombre de gran erudición en e
rencia necesarias para solucionarlos no se encontrarían en el mun- campo de las religiones comparadas, y se le respetaba por su sabe
do académico o en las in.stituciones políticas existentes. Este hecho enciclopédico, pero se subrayaba repetidamente que no era un a
nos dejó a muchos de nosotros confundidos y con actitud de bús- tropólogo: su intuición no había sido alterada por la alquimia
queda, pero todavía relativamente pasivos. Las dificultades eran del trabajo de campo.
graves, pero Chicago--estaba-serena-en·su superficie. Se me dijo que mis artículos carecían de importancia porque
Los dos libros. que qµizás_mejot_expresaban. el. espíritu de
época según mi .. opinión era_LtLEstructum-de--las-Revofuciones. __
lªª-=;iJli una vez que hubiese realizado trabajo de campo pasarían a ser
radicalmente diferentes, Los ásperos comentarios que los estudian-
Cient(ficas (1962) de Thomas Kuhn y Tristes Tropiques ( 1955) de tes de post-grado hacían sobre la ausencia de teoría que evidencia-
Claude Lévi-Strauss;'-Khun:-había-·aislado de forma clara todo un ban algunos de los clásicos que estudiábamos, siempre se encontra-
grupo de temas que_s~ext.!lu!l_lan_más__allá..deJa.flsicayJa química.-- ban con las mismas sabias sonrisas: no importa, se nos decía,
Su término «agotamiento del paradigma» simbolizaba el fracaso dichos autores fueron grandes investigadores de campo. De mo-
del pensamiento conven.c.ional. en la explicación del tema común mento, aquello me intrigó. La promesa de .iniciación en los secre-
de nuestra falta de satisfacción-con. el currículum académico, la tos del clan resultaba seductora. Personalmente, acepté totalmente
. política, y nuestra experiencia personal; D.e alguna forma, las ver- el dogma .
.dades ·recibidas·-que--se::noscofrecfan:-no:-resultaban·suficientes para:·--- Aun así, no conocía ningún libro que hiciese un esfuerzo intelec-
organizar nuestras percepciones y experiéncias; algo nuevo tenla tual serio por. definir este esencial rito de paso, este marchamo
que depararnos el futuro. metafísico que separaba a los antropólogos de los demás. Sin lugar
.Mi atracción.por ..eLconcepto de dépaysement 1 de Lévi-Strauss a dudas, la obra maestra de Lévi-Strauss, Tristes Tropiques, era
. 1ne separaba_de!ll_\l\;.ll_os_cle_ lllisamigos, que estaban más atraídos una magnífica excepción a esta regla preocupante, pues, como todo
por toda la gama de praxis políticas y sociales que por la paradóji- el mundo sabía, Lévi-Strauss· no era un buen investigador de cam-
ca llamada del francés a un distanciamiento que nos permitiese po. Los antropólogos trataban al libro, o bien como un buen
retornar a la cultura propia de forma más profunda resultaba con- ejemplar de literatura francesa o, sarcásticamente y -desde un crite-
vincente, aunque oscura. Me encontrába hastiado de Occidente, rio formal, como un intento de compensar las limitaciones que
sin saber por qué, y me seducía la idea simplista de que la cultura el autor tenía en medio de la selva.
occidental sólo era una entre muchas y, por cierto, nó la más He preguntado a muchos de los antropólogos punteros que adop-
interesante. tan esta visión del «antes y después» del trabajo de campo por
Este tedio típico del universitario sumado a mi ferviente inclina- qué no se han animado a escribir sobre el tema, puesto que tan
ción intelectual me arrastraron a la antropología. Parecía ésta ser importante parece ser para la disciplina. La respuesta que recibí
la única disciplina académica donde, por definición, se tenía que . en todos los casos parecía culturalmente pautada: «Sí, supongo
salir de la biblioteca y alejarse de los otros universitarios. Su ámbi- que sí. Yo también pensé en ello cuando era joven. Incluso llevé
to era auténticamente absurdo, abarcando literalmente cualquier un diario. Así que quizás algún día ... Pero ya sabes que hay otras
cosa, desde los pies de los lemures hasta el teatro ile sombras cosas que son auténticamente más importantes».
javanés; tal como un profesor lo había expresado, era «la discipli- Este libro es un relato de mis experiencias en Marruecos, pero
na del diletante». -· al mismo tiempo, también es un trabajo sobre la antropología
misma. He intentado romper con el «doble vínculo» que en el
~ «Desarraigo» '(N. del T.). pasado ha definido la antropología. En los cursos post-grado suele
Reflexiones sobre un trabajo de camiJo en .'vfarruecos 27
26 Paul Rabinow

Ricoeur, de nuevo, nos· ofrece. un_a ?~finición muy ~rc~isa. La


decirse que «antropología es igual a. experiencici»; no se es antro"": enología es para él la descnpc1on de «un mov1m1ento en
pólogo hasta que no se tiene la experiencia suficiente como pata fenome cada elemento cultural encuentra su s1gn1 · ·r·1cado no en lo
1
e ;~ 0 precede, sino_ en lo que lo sigue: la conci~ncia salta fuera
poder serlo. Pero cúando se vuelve del trabajo de campo, lo cierto
es jústamerite fo opuesto: la antroPología no son las experiencias 0
q , misma y por encima de sí misma en un proceso en el que
que hacen de uno un iniciado, sino sólo los datos objetivos que de s1 l l . ' En
cada paso se suprime para conserva:se en el lqbue e ~1gue». ~b'd
se han obtenido. , inos más simples, esto· quiere decir que e 1 ro e~ta canee 1 o
Nos podemos desahogar escribieh-do-· mettfórias O a·necdotarios ierm un todo en el que el significado de cada capitulo depende
como
de .. ,, del mismo.
lo que viene a cont1nuac10? . El l'b t
1 ro Y es as ex
pe-
de nuestros sufr.im. i··e· ntos, pero en ning. ún ca.s. o.. p.. ..ued·e· existir rela-
ción directa alguna entre la investigación de campo y las teorías riencias tratan sobre ellos mismos_. ,
que sustentan la disciplina. En los últimos años han aparecido
\ un buen número de liorosque-tratanae-ra··al:iservación participan-
El libro es la reconstrucción de ~na sene de encuentros que
ocurrieron mientras realizaba el trabaJO de campo. En el momento
f te. Estos libros presentan enormes--variaciones en lo que hace a de los hechos, por supuesto, las cosas_ eran mucho menos clara~
,\!su agudeza perceptivaycsu.gr.acia.ces·t·ilísti·c··ª..•'P.·er{'H0dos·eHos..co•=-~·"""'•
'~~\ parten el mismo presupuesto básico: eLde que la experiencia de
oherentes. En el momento presente, las he hecho parecer as1
y a~a rescatar algo de sentido de ellas para mí inismo. Y para otros.
~ campo resulta perfect'amente separable de la corriente principal ~ t libro es la condensación reflexiva de un torbelhno de gentes,
de la teoría antropológica, ...._es._.decir:,-"que--Ja . ---tarea---investigadora l;g~res y sentimientos. Podría haber sido la mitad de largo, o
es esencialmente discontinua de sus· propios resultados. el doble, 0 diez veces más largo. Algunos de los informantes .con
A riesgo de quebrar los e.tabúes del clan, yo Sostengo que toda ue trabajé no se mencionan, otros se aparecen re.fundt_dos
1
actividad cultural es experimental; é¡ue el trabajo de campo es e~s u~ solo personaje, y otros más sencillamente no se incluyen.
·:\'!'•1,,un tipo éspecífico de actividad cultural, y que es precisamente cualquiera que haya tenido un cúmulo tal de en~uentros cada
esta actividad la que·cteffrre•lFdiSCljilinai·Pero'To·que éOnsecuente- vez más coherente.s al tiempo de reahzar el. trabaio de ~amp".,
p\' mente debería ser la fuerza misma de la antropología -su activi- y que fuese totalmente co~sciehte del hecho mientras. suced1a, d1f1-
t dad experimental, reflexiva y -crítica- se ha eliminado como área ·1 ente habría tenido el upo de expenenc1a que aqu1 reconstruyo.
_válida de investigación en aras .de la adhesión a una visión positiva ~:o Hegel afir~a, «la lechuza de Minerva alza su vuelo al ano-
de )a _cit:ncia,. que ..J~n~µ~_ntco_radicalmente.Jmprocedente en .una checer». .
<liscipiiña que pretende estudiar la humanidad. Lo que a continuac1on sigue es un relato, rec~nstru1do_ cinco
El problema que abordo en este libro es un problema hermenéu- años más tarde, y de nuevo otros dos años despues, de m1 expe-
tico, y el método que empleo es un mét9do fenomenológico modi- riencia de campo en Marruecos durante 1968;69. En Marruecos
ficado. He luchado por reducir al minimo absoluto los términos trabajé bajo la dirección de mi director de tesis, Chfford G~e,rtz,
técnicos y la jerga profesional, pero, así y todo, me parece oportu~ quien, junto con su esposa Hildred y ·otros dos _antropologos JOV~­
no indicar algunos datos sobre el camino que he intentado seguir. nes, estaba estudiando un zoco amurall~do situado, en el .oasis
Así, siguiendo a Paul Ricoeur, defino el problema de la hermenéu-
tica (que quiere decir sencillamente- «interpretación» en griego) como que rodeaban Sefrou, en el Atlas Medio marroqm. 3
de Sefrou. Mi misión consistía en trabaJar en las ~r eas tnbales

«la comprensión del yo' dando el rodeo por la comprensión del


otro». Es de vital importancia resaltar que esto no tiene nada
que ver con la psicología, a pesar de las connotaciones decidida-
mente psicológicas de ciertos pasajes.· El yo, que aquí se estudia
_¡O es totalmente público, no es ni el cogito puramente cerebral de
l los cartesianos, ni. el yo psicológico profundo de los freu,dianos. 2 Paul Ricoeur, Existence et hermeneutique, p. 20, en le Con/lit des fn-
Más ,bien, es el yo culturalmente mediatizado y encarrilado históri-
terpretations (París, Seuil, 1969).
\ camente que se encuentra en un mundo en continuo.- cambio.:
' !bid, p. 25.
fata eS la razón por la que empleo el método fenomenológicó.
t. VESTIGIOS DE UN COLONIALISMO AGONIZANTE

La llanura de Sais, que se extiende en un terreno ligeramente


ondulado entre las ciudades de Fes y Sefrou (ambas fundadas en
el s. IX a. C.), es una de las zonas más fértiles de Marruecos.
su verdor rompe con cualquier imagen romántica de tiendas del
desierto o paisajes morunos. Cuando se deja la magnífica ciudad
amurallada de Fes, el paisaje nos recuerda más a Francia. El Sais
fue una de las regiones en las que la implantación colonial francesa
había sido más activa, llevando mecanización, regadíos y ganancias.
Lo~ campos parcelados regularmente, la rica tierra oscura, los
canales de riego elevados que serpentean a lo largo de kilómetros,
los huertos cuadriculados, y alguna granja perdida muestran per"
fectamente lo que Jacques Berque ha elegido como símbolo de 1
la experiencia colonial francesa en el Norte de Africa: la tierra
sin gentes rodeada por gentes sin tierra 1• Los tejados de teja de
las alquerías aisladas contrastan fuertemente con los apiñamientos
de adobe y ladrillo de los labradores, que se hacen más frecuentes
según nos vamos acercando a Sefrou. Las alquerías aún están cla-
ramente divididas por verjas y los habitáculos de los labradores
. por chumberas, pero los propietarios de las primeras dejan de
ser franceses. La mayor parte de esta zona ha sido nacionalizada
y es administrada por el gobierno marroquí. El resto es propiedad
de ricos comerciantes .
. Incluso después de haber atravesado estas tierras fértiles, resulta
· sorprendente la exhuberancia de la ciudad de Seffou cuando aparC"
ce en el horizonte. Se encuentra oculta a la vista según nos acerca- · '
1 Ver Jacqúes BerguC, Le MiJghreb Enire DeUx Guem!S· (Editions Du Setiil-i
París, 1962). .
JO Paul Rabinow Reflexiones sobri! un trabajo de campo en Jvfarruecos 31

mos a Fes. Las colinas son ahora algo mas sustanciales y las en decadencia pero, así y todo, aún ma_nte~~a su encanto. Se_ e?t.ra~
vistas rn.enos extensas y regulares._ Sefroµ, _con una población de ba por una doble celo~ía en una habitac~?n rect_angular dlVldi?a
unos veinticinco rilil habitantes,- es literalmente una ciudad-oasis. proximadamente en dos por un desvencijado bwmbo. A su iz-
La riqueza del irrigado Sais oculta al principio este hecho; pero ~uierda se disponían unás die'z mesas bien preparadas, a~nq~e nunca
detrás de Sefrou se encuentra la cordillera del Atlas Medio, que !legué a ver más de dos ocupadas a la vez: y a la izqm~rda se
ahora se muestra seca y casi totalmente desprovista de vegetaciórt. encontraba una barra larga de madera, varias mes.as _vac1as con
Al sur de Sefrou se extiende una serie de colinas y altiplanicies viejas sillas de restaurante, y una destartalada maquma de «el
rocosas y escasamente habitadas que terminan _en la cordillera pro- millón» en la esquina. Todas las ventana~ tenían sus corre~?on­
piamente dicha. La misma Sefrou está situada en un estrecho pie- dientes contraventanas, la mayoría entreabiertas, y la tranqm~idad
demonte que rodea el extremo inferior de las montañas y que de la tarde cubría a un conductor de taxi aletargado, el umco
está marcado--por··una--serie-de-abun-dantes--manantiales que alimen- cliente, en el momento de mi llegada.
tan grandes extensiones de-_frU_t_aI~-~-,~_-_ljµ_ertos _·y_ olivar.es. Los marro- Saliendo de detrás de la barra con una rápida inclinación, bien
quíes denominan a estL!li.Chi:!: __eJ;_oló.gico...eLdic=literalmente, . el aseado pero vestido informalmente, estaba Maurice Richard, el
«pecho»-. Este nicho sigue el curso de unas fallas a lo largo dueño del hotel, el patrón. Si, ¿que si tenia una habitación?; en
del extremo de las montañas-, Siguiendo-el curso del dir, nos en- realidad tenía diez ¿querría hacer el favor de seguirle? Cuál de
contramos toda una serie d~QQ.bJ.ac.LQ~§.!>_ien ahastecidas de agua, ellas va a ser, dijo distraído, comenzando una charada suave, aun-
favorecidas climatológicamente y prósperas. Sefrou es una de ellas. que su· superficialidad y patetismo resultaban evidentes desde el
A causa_ de su situación, $efrou_, ha servido como centro comer~ principio. Más ta~de, Ri~hard me dirigió a una de. las d!e~ mesas:
cial y mercantil de las tribus· dec la región circundante. Además asiendo la silla e mformandome cortésmente que solo existia menu
de los campesinos que trabajan en· los huertos del oasis, y de único.
los mercaderes,-ha-tenido-tradicionalmente··una-población de arte' A la mafiana siguiente, mi cuarta en Marruecos, tomé mi café
sanos numerosa y activa. Sefrou también ha tenido desde tan con pan en el patio de L'Oliveraie. Debía de haber sido precioso
antiguo como el s.. IX, una dinámica comunidad judia ¿ue a menu- años antes. Tenía un jardín cerrado con alambres por los que
doha servid.o como nexo entre. la comunidad urbana y los grupos una vez había crecido una parra, tenía mesas metálicas que una
rurales bereberes. Estos judíos-marr9quí_e_s_ activ_aron el intercambio vez habían brillado, y tenía también a Ahmed, el camarero, impe- .
·cte""pfüducfos riiorifañeses (laiia, coí'der(),. alfombras) por artículos cablemente arreglado, que debía de haber servido (o así me parecía
manufacturados (textiles, té, azúcar). a mí) las mesas de las familias francesas que se preparaban para
La colonización francesa de tierras de cultivo alrededor de Se- su jornada laboral. Estaba yo solo. Ya estaba comenzando a hacer
frou .-que comenzó a finales de los ·afies .veinte de este siglo calor. Ahmed me trajo la cafetera de barro oscuro con una inclina-
Y fue incrementándose progresivamente hasta los cincuenta- y ción cortés y pseudofrancesa. rechazando mis intentos de entrar
el establecimiento de las instituciones de gobierno, comerciales y en conversación, y moviéndose rápidamente, se fue.
educativas francesas en -la ciudad, tuvo un impacto sustancial en iQué etnográfico! Sólo unos días en Marruecos y yo ya estaba
el crecimiento y futuro de Sefrou.-· Siguiendo la política colonial instalado en un hotel, reminiscencia obvia del colonialismo, to~
de Lyautey, construyeron nuevos. barrios, una «Ville Nouvelle», mando mi café en un jardín, y no tenía más que comenzar «mi»
en torno a la antigua medina amurallada de Sefrou. Sin embargo, trabajo de campo. En realidad, no me resultaba totalmente claro
nu~ca llegaron a colonizar Marruecos hasta el nivel en que lo lo que esto quería decir, aparte de que me imaginaba que ello
hicieron en Argelia. La población francesa de Sefrou, por ejemplo, ·incluiría el deambular un poco por Sefrou. Después de todo, ahora
era en 1960 menos del 1%, y .esto ._incluía la nueva oleada de glle ya estaba en el «campo», todo era traba10 de campo.' ,. _.-:~;; :_~~
maestros.
Silbando y moviendo su figura corpulenta con velocidad .y gra•¡i~·'.1
Me condujeron hasta el Hótel de L'Oliveraie, a unos ci~Ú metros cía, apareció Richard de detrás de la celosía, me deseó «bon appe,i.;?'S
por fuera de los, almenados muros· de la medina de Sefrou. Víejo tit»;. y me dio. una ficha de turista que tenía. que rellenar; Sé·· 0 ' : \
Y triste, con la pintura cayendo, L'Oliveraie estaba evidentemente sorprendió algo de que fuese americano.- Estaba seguro, me dijo¡ 'i
32 Paul Rabinow

de que yo era europeo oriental (lo cual supongo que soy, al menos
desde uh punto de vista étnico), y después se ensartó en una serie·
de chistes campechanos pero prudentes.
El segundo dia en Sefrou me contó su vidá. Procedía de una
familia parisina de clase media-alta. Había dejado Francia en 1950
en busca de aventuras tenninando en Marruecos, donde había teni-
do varias profesiones, desde mecánico a hotelero. La ausencia de
la reserva y hostilidad francesas era prueba sorprendente, pensaba
yo, o bien de· la transformación de la cultura francesa cuando
ésta dejaba FranciLo_de_Ja_intensa-soledad de Richard. En este
caso era la soledad. Rápidamente se comprobaba que Richard era
un parisino manqué. Las ·grandes expectativas que su familia de
coroneles y doctores ñaofruCpúesfó-en--éferiüi-aéiriasfaao ¡:iesitdaS:
de soportar, así que abandQ!JÓ estás para deambular por la existen-
cia a través de profesiones varias de -la clase mediabaja.
Históricamente, él tamb1élí-era·unfü!IO;ñablá llegado a Marnie-
cos una generación más tarde de lo debido. La primera oleada
de emigración francesa a: Marruecos· ocurrió a finales de los ailos
veinte, y se componía principalmente de campesinos y militares;
la segunda oleada,_ ¡nay_otit.ariamente_funcionarios, llegó durante
e inmediatamente después de fa Segunda Guerra Mundial. Obvia-
mente, existía una profunda· diferencia entre la población colonial
más antigua y los que llegaron después. La «vieja mano marro-
qtií>>·, - les-"'VieüX miirOCtiinS,, -tal ·corrio se les denominaba, tenían
--· - -- --un'contacto--más-personaJ- con-Jos marroquíes. ·Especialmente en
la región de Sefrou, donde habían establecido las primeras explota-
ciones agrícolas mecanizadas, a menudo hablaban ár.abe, trabaja-
ban eri contacto próximo con sus obreros marroquíes, y no se
apiñaban en guetos franceses. Su carácter paternal quedaba tem-
plado por un cierto individualismo áspero. Ellos habían limpiado
las tierras, habían convertido la maleza en granjas productivas
y bien cuidadas, «conoc_ían» a los marroquíes y afirmaban que
si se les preparaba, trabajaban bien. Se tenía la impresión de que
Richard podría haberse relacionado bien con estos agricultores,
pequeños negociantes, y hombres de muchos oficios. En cualquier
caso, los que quedaban de esta comunidad le aceptaban mayorita-
riamente. ·
Pero Richard llegó a Marruecos en 1950,. como parte de un
grupo de emigrantes bien diferente, Estos nouveaux vieux ·maro-
cains, tal· como despectivamente· se les· denominaba, vivían princi-
palmente en los grandes- centros coloniales de Casablanca y Mekí-
Richard en su sálsa- en L' O/iveraie,·-el último ·bar francés- en;Sefrou~.r~· ~
nez; casi nunea conocían el árabe; y tenían poco o ningún contacto
34 Pau/ Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 35

con los marroquíes fuera de las horas comerciales. Se veían a ceses que le aceptaban como su igual. Estos últimos habían estado
sí mismos más como los colonos insulares de Orán o ArgeL Su.s ', en Marruecos unos cuarenta ai!os y se habían buscado su hueco
vínculos eran con Francia y su ideal dé vida era francés. A pririd" · social como tenderos o realizando chapuzas. Respetaban a los ma-
pios de l.os cincuenta más del 80'7o de la población francesa ·de rroquíes Y vivían esencialmente «en retraite» · a la vez retirados
Marruecos habitaba en grandes ciudades. Aún más, eran principal- y de retirada de la Francia contemporánea. Sólo quedaban unos
mente funcionarios gubernamentales. El porcentaje de funcionarios ·pocos de estos viejos franceses encallecidos. Richard contemplaba
era incluso superior que el dela mefrópolis. Su presencia no se cada muerte ~ue. ocurría .con un sentimiento creciente de desespera-
iba a mantener por mucho tiempo. ción; cada perdida eros10naba su mundo de forma significativa.
Richard buscaba la primera identidad pero se vio derrotado por A menudo se ha dicho que se suele exportar lo peor de Ja cultura
la segunda. ·El llegó~11ª11.<!Q_~e_e_s.ta.!>.ª111wa\l_ando las. oportunidades madre, Y esto era auténticamente lo que ocurría con los residentes
para el francés medio, que no se repitieron. Por el contrario, se franceses jóvenes que conocí en Marruecos. En Francia se puede
tuvo que enfrentar a un antagonismo entre las comunidades fran"· elegir entre hacer el servicio militar o algún tipo de servicio social
cesa y marroquí. Richari:terií:-derirasra:cto-uébí!p-a:raes<:irpa:ni~res"1s"'·~··=11 sustitutorio en las antiguas colonias. Marruecos-- sufría- una tremen-
tirio. Encontró los a.hora endurecidos frentes entre las dos comuni- da escasez de pro'.esores para su sistema educativo bilingüe, por
dades, demasiado políticos para serafravesados. Aunque su trato lo que se hab1a visto forzado a importar grandes cantidades de
personal con la comunidad·francesa-en-Marruecos le resultaba· siem~~- · profesores fra,_µceses para poder mantenerlo. Cada año, consecuen- 1
pre doloroso, nunca encontró lá forma lo suficientemente valiente temente, llega: a Sefrou un grupo de parejas jóvenes para realizar
como para desafiar ninguno deJos-códigcis básicos de los colonos. allí su tarea civilizadora. Son principalmente jóvenes burgueses que
.Richard nunca aprendió árabe. A·menudo· expresaba su ferviente vienen a Marruecos para evitar los cuarteles y vivir las fantasías
·de~eo de. hacerlo, per_C>: s_<)!o_dominª~ª u_l!ªLcuantas paj¡¡bras y a las que no tenían acceso en Francia. Pueden permitirse mansio-
frases. L.o que en un momento podría haber- sido interpretado nes, con sus correspondientes jardines y sirvientes. Es de igual
por los marroquíes como un •gesto de, bienvenida por parte de" importancia el hecho de que en Marruecos pueden, además, domi-
un recién llegado; podría parecer ahora; después de dieciocho años, nar. Dominan a sus sirvientes, a los que tratan con el obligatorio
sardónicamente insincero. Richard se .veía claramente desalentado tono condescendiente; y dominan a sus alumnos, a los que conside-
· ---a-seguir-- estos-·impulsos--por-·la-comunidad francesa en Mekínez · ran culturalmente inferiores y no auténticamente merecedores del
donde al principio se habíainstalado, y por su esposa, una colona- lujo. de la esperanza. Dentro de su propia comunidad observan
argelina, que se jactaba de su superioridad racial. El apoyaba mis las a_ntiguas distinciones y jerarquías sociales de Francia, pero con
esfuerzos noveles por aprender el árabe. Me preguntó acerca de un giro nuevo: ahora ellos pueden representar los papeles dirigentes.
métodos-,.. me apoyó; -para a ·continuación-entrar-en sns·razonamien~ · Como consecuencia, ellos dominaban y despreciaban a Richard.
tos de que él tendría que haber aprendido árabe al principio, cuan- Existe un ritual reglamentado que se representa cada afio con una
do llegó, de que aún lo debería hacer, pero hé/as, sus deberes regularidad dolorosa y predecible. Según las nuevas parejas llegan
no se lo permitirían. Richard era una reminiscencia auténtica de a Sefrou se quedan primero en L'Oliveraie mientras solucionan
un colonialismo agonizante, sóló que riunea había llegado a cose- sus asuntos. Pronto se enteran por sus compatriotas más avezados
char sus primeras recompensas.·· ,. d~ que L'Olivaraie ~stá socialmente .Por debajo de ellos. Al princi-
Todas las mai!anas, Richard aceleraba- su Ford de 1952, con p10, hablar con Richard les parece totalmente natural; Richard
el que recorria bramando el kilómetro' y medio que le separaba es un _sei!or ':"ayor, y ~s francé_s, uno de los suyos en un lugar
de Sefrou para aprovisionarse. Como casi .nunci\.había .nírigúri cliente extran¡ero. Richard repite las mismas· fórmulas manidas e intenta
en L'Oliveraie el avituallamiento consistía eri los·. alimentos. para desesperadamente entablar una relación, Pueden incluso existir es~
él Y su mujer, el periódico (Le P~tit Mafoctiin); y algo_,de vino. carc~os, pero n~nca parece• que lleguen a cuajar. ·Una vez. que
A excepción ..del contacto liJ11itado co.1! los tenderos' e .intercambio., las Jóvenes pare¡asc se trasladan a sus: residencias pueden• volve~ .. i
de cortesías con los oficiales, él mundo de' Richard se restririj¡íá'' a_ ·L'Oliveraie una .vez,:·quizás- incluso dos-, con sus: nuevas amista-:
a los aventados taxistas, su mujer;·y·'dóS:·o tres matrimonios·fran" des;. pero· nunca más. Elclrculo. se cierra• en el otoi!o; ·cuandG
36 Paul Rabinow- Reflexiones sobi'e un trabajo de catnpo en Marruecos 37

los recién llegados son digeridos de nuevo por la pequeña comuni- se corría presumiblemente el riesgo de quedar marcado cara a la
dad, i.nformándoles sencillamente que Richard es «Un pauvre type». comunidad local marroquí.
Su mundo se convertía de pronto tan imposiblemente lejano del:>:: En realidad, tenía uha posic~ón «aptropológica» ideal. Domina-
de ellos como en París, sólo que en Sefrou él no tenía mucho más. ba la lengua, la cultura me resultaba familiar, me interesaban las
Y lo más irónico, Richard comenzaba "Cada otoño con sus adver- situaciones que existían e.n el lugar, y así y todo era un extraño,
tencias sobre los marroquíes, su carácter impredecible e irracional. esto era incuestionable -todo ello al cuarto día de estar en el
Intentaba ser amable, sin saber ya si creía :Sus propias historias; · país-. N? estaba ni ,en situación de dominio ni de sumisión r~s­
pero sintiendo que encajarían en las ideas preconcebidas de su . pecto a Richard. Tema tanto acceso a Richard como a los france-
nueva audiencia. En sus primeras semanas, sucumbían normalmen- ses más jóvenes. La estructura global de las relaciones existentes
te a sus propios temores. Sin embargo, una vez instalados cambia- entre ellos era de fácil formulación y las necesidades de los distin-
ban esta crasa indulgenda-basianie rápido por la retórica más - tos participantes eran tales que estaban a la busca de un observa-
insidiosa de la «objetividad».-- Estaban allí para--educar al Tercer- • .,: _ dor externo al que pudiesen contar sus problemas y reflexiones.
Mundo. Les gustaban-los--marroqufes-,"·J)Of··supues!o¡--les-eneontr __-: No tenía una posición que les pudiese resultar peligroso, ni tampo-
ban bellos, apasion~ntes e intrigantes. Pero les indigenes, sencilla' co ofrecer ayuda económica o política directa. En retrospectiva, 1

mente, no podían con la aritmética. A pesar de los esfuerzos fran- este ambiente ~ra ideal p~ra la investigación antropológica. En 1
ceses, parecían que los-alumnos--no--aprendfan.- Eran. sympa pero el momento mtsmo, su misma facilidad y accesibilidad parecían
inferiores. Richard era, - meramente-, inferior. · rebajar su valor potencial. Con toda seguridad, el trabajo de cam- ·\
po requería de más esfuerzo. · · .
Richard era bastante lúcido sobre. la naturaleza de su situación, La tranquilidad del mediodía caluroso, unos dos meses y medio
pero era totalmente incapaz· de cambiarla. Estaba en la posición más tarde, se conserva fresca en mi memoria. Al igual que la
no indicada en eLmomento__más_in.OP.Qi:tJln<! .. La decade.ncia del ·:c. soledad existente en L'Oliveraie y el brillo de la barra de madera
hotel se retroalimentaba; mientras más perdía en el hÓtel, má~::\,, y su canto metálico. Richard y yo conversábamos tranquilamente,
era condenado al ostracismo por los franceses jóvenes, más rehusa' · con grandes pausas entre las observaciones que uno y otro realizá·
ban su compañía los funcionarios marroquíes, y más dependiente bamos. El estaba en su postura habitual, inclinado sobre la barra ·
se volvía de los taxistas casi alcoholizados, que eran rechazados con la barbilla apoyada en la palma de su mano, como si estuvies;
- -·hasta por·su·propia comunidad: Cada año se moría uno más de-:· preparándose para un combate de boxeo, con el otro brazo apoya-.
su éfrculo. Mientras más presionaba, más forzada· se tornaba su _,,_. do con seguridad en su cadera. Sus ojos estaban totalmente abier-
sonrisa, con más impaciencia se colgaba a los recién llegados y tos y rezumando aún algo de ansiedad. Yo estaba sentado, ligera-
más rápidamente les hacía huir. El colonialismo estaba muriendo mente encorvado, en un taburete enfrente de él.
1 y el neocolonialismo estaba .rempÍazándolo .. Detrás de Richard, en su radio art-decó sonaba una música sua-
Yo le animaba a hablar y él se alegraba enormemente de ello. ve. A continuación, el presentador dijo simplemente que las fuer-
Pasé muchas horas durante esas primeras semanas escuchando zás rusas habían invadido Checoslovaquia. Lentamente, intercam-
sus historias. Yo dominaba bien- el francés, así que la entrée fue biamos miradas de disgusto pero no nos dijimos nada. La radio
inmediata. Las posibilidades estructurales de la situación eran, ade- · continuó anunciando detalles en un tono oficial que apenas oculta·
más, ideales para ir reuniendo información. Yo no lo conceptualicé ba la emoción.
así al principio, y por este motivo (entre otros) nunca busqué Se estaba en un punto sin retorno; me sentí horrible~ente dis·
esta situación de forma sistemática. Había venido a Marruecos tanciado de mi propia civilización. La imagen de ejércitos totalita-
con la intención de estudiar la religión y política .rurales. Me pare' rios aplastando a los checos otra vez me dejó con la idea de
cía improcedente estar charlando con Richard acerca de su pasado.- imperios en decadencia que se destruyen el uno al otro cancerosa,.
Mis profesores habían insistido en que.· se debe uno órientar,de. ;. mente.
acuerdo con los objetivos a conseguir,' y no desviarse con otra:s:jlí
cosas, por muy interesantes que éstas-.puedan parecer;. Aún.más\•.:±~
2. PRODUCTOS EMBALADOS

La carretera de Fes pasa. por el hotel de Richard y el extremo


de la medina antes de girar hacia el Boulevard Mohammed V,
así nombrado en homenaje al padre del actual rey, un líder inmen-.
samente popular. A continuación hace una curva marcada y se
inclina gradualmente hasta que se envuelve a enderezar para con-
vertirse en la. principal arteria del Sefrou nuevo. El límite inferior
e de-la Ville Nouvelle está marcado por el boulevard, que está flan-
queado por un parque y por una serie de edificios de tres pisos
que contienen apartamentos en las plantas superiores y tiendas
en las arcadas de la planta baja. La mayoría de estas tiendas
ofrecen un aspecto de progreso -servicios modernos, electrodo-
mésticos, IicoreS, oficinas de correos y dependencias ministeriales-.
Inmediatamente detrás de la avenida está una zona de pequeños
bloques de apartamentos que se convirtió en el nuevo centro de
Ja comunidad judía de Sefrou, tradicionalmente amplia y comer-
cialmente importante, cuando éstos abandonaron el hacinamiento
de la mel/ah, o barrio judío de la medina.
Detrás de este agrupamiento de apartamentos se encuentra la
auténtica Ville Nouvelle. Las casas son casi todas unifamiliares
y al estilo europeo (imitación de chalets suizos, algunas con pisci-
na) situadas detrás de jardines frondosos llenos de olivos, liigueras,
almendros, granados y limoneros. Recientemente se han construido
. unas pocas casas unifamiliares siguiendo el modelo árabe moder-
no, con un patio interior• y, a ser posible, una fuente.
La administración del. Protectorado Francés favoreció la conser,
vación · de .Jo: que ellos consideraban las: instituciones tradicionales ·
de .Marruecos. El Protectorado. fue proclamado de forma oficial
en 1912 aunquern¡. se consiguió. Ja completa pacificación de.las
40 Pau/ Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en Afarruecos 41

tribus hasta mediados de los treinta. Esto coincidió aproximada- además de revistas y periódicos que traen de Fes cada día. Traba-
1ncnte con los principios de los movimientos nacionalistas urbanos ian mucho y no se gastan el dinero de forma ostentosa sino que
que condujeron a la independencia de Marruecos en 1956. El cele- . Ío ahorran y reinvierten en el negocio o en sus propiedades.
brado Mariscal Lyautey intentó hacer de .Marruecos un modelo fbrahim había comenzado su vida adulta sirviendo de interme-
progresista de administración colonial. Bajo su liderazgo las ciuda- diario entre la administración colonial francesa y sus compatriotas
des de Marruecos no se vieron alteradas por la presencia comer- marroquíes. Durante los años finales del Protectorado había llega-
cial, administrativa, o de colonos---franceses~ -A cambio, se constru- do a alcanzar el puesto de 'intérprete oficial. Habla francés bastan-
yeron nuevas ciudades, Villes Nouvelles, al lado de las antiguas te bien, aunque con acento, pero, sorprendentemente, no ha sido
poblaciones. Por todo Marfuecos se encuentran a veces inmediata- seducido o confundido por la cultura literaria o filosófica francesa.
mente al lado (como en el caso de Sefrou), a veces a varios kilóme- Había evaluado correctamente a los franceses como una fuente
tros de distancia ·(como··en-Fe,,.,Marraquech); ciudades europeas posible de explotación comercial y, de forma modesta, actuó en
simbolizadas por los-edificios qf~cj_3_l~s_,__ p3.rqu~s Illl!_ni<;ip_ales, y am- consecuencia. La lengua francesa era un instrumento que le ayuda~
plias avenidas. En ciudad~s..-c.om!LEes.s_Sefmu__aún_.no_existe ba a conseguir su meta. lbrahim es un ejemplo de la clase de
automóviles en la medina, por lo que el efecto visual es de dos marroquíes que ha jugado con éxito el papel de mediadores entre
civilizaciones que viven en épocas· diferentes, una junto a la otra. los franceses y su propia comunidad sin sucumbir con ello a la
La simbología es equívoca;_la.r.ealtc!ª;i_§(lci¡¡I y c11ltural es otrn debílitadora confusión de identidad que normalmente acompai\a
historia bien distinta. la presencia colonial. Ibrahim no es un intelectual, al menos no
La Ville Nouvelle en -Sefrou se. sitúa en las lomas situadas por un intelectual al estilo francés. El movimiento refo!71l1ista islámico
encima de la medina en un terreno que anteriormente ocupaban existente en Marruecos, y al que él pertenece, le, ha ayudado a
huertos y jardines, Esta tierra pertenecía a los habitantes de Klaa, evitar el ácido corrosivo de la duda cultural. Ibrahim no ha aban-
ún barrio· algo aislado··dda··medina:-Este-barriotiene ·una· densidad donado su tradición. Su hijo estúdia tanto el francés como el
de población de aproximadamente l.300 personas por hectárea. árabe clásico. Ibrahim colabora para la mezquita y en la asocia-
Para la medina en conjunto, la cifra se aproxima a 1.100. La ción local de padres de alumnos y profesores, que él mismo ayudó
Ville Nouvelle tiene. una densidad de 12 · personas por hectárea. a crear. El siempre me ha llamado la.atención como representante
¡.___ Sin embargo, no _estátotalmente poblada por ricos; un 50% de del tipo de persona que ha combinado lo que los sociólogos deno-
. sus residentes fueron catalogados como .de clase baja en el censo \ minan tradición y modernidad.
de 1960. Estos son o bien antiguos propietarios de tierras de la Ibrahim había trabajado con Richard al principio de la estancia
mediná que mantuvieron sus derechos, parientes que se han muda- del francés en Sefrou. Colaboraban como socios en el cine local.
do allí con sus familiares· más· próspeios;-o sirvientes:· Pero los La aventura comercial falló después de un cierto tiempo, creo
más poderosos y ricos habitantes de Sefrou también viven allí. que por rechazar la Sra. Richard codearse con los marroquíes;
El tono cultural lo marca la población francesa. Como hemos Richard se vio obligado, con pesar, a dedicarse más de lleno a
visto, es aquí donde la mayoría de los «cooperantes» se instalan su hotel y a su esposa. Hoy en día, Ibrahim y Richard se saludan
y desarrollan sus fantasías de alta burguesía. Sus vecinos son los el uno al otro, pero nada más.
marroquíes ricos que han adoptado el modelo europeo de vesti- El hermano más joven de Ibrahim ya trabajó con otro antropó-
menta y conducta. logo que había estado eu Sefrou varios ai\os antes, y se me indicó
Mi primer profesor de .árabe .fue uno· de estos mercaderes, un que esto podría suponer una buena ayuda. Después de varios días
tendero moderadamente .próspero, exiremadameÍlte .trabajador Y·· en casa de Richard, estaba ansioso por comenzar a aprender árabe
ambicioso,· al que llamaré: Ibrahim. Era hijo de un albailil, y él y le había hablado a él y a otros sobre la idea de un posible profesor.
y. su her.mano llevaban. una tienda. de alimentación situada bajo Me presentaron a Ibrahim en su tienda del Boulevard M9ham•
la arcada del Boulevárd· Mohammed V; Su clientela está compues, med N, Mientras tomábamos té a la menta, hablamos cortés .. y
ta, fimdamentalmente, por la población europea de Sefrou. Dispo-:. algo. formalmente sobre la posibilidad de arreglarlo para. trabajar
nen en. el colmado de:. una cierta: gama. de productos. enlatados( · juntos. Fue bastante directo. collliligo, diciéndome que nunca. había

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42 Poul Robinow ¡?ejlexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 43

enseñado árabe antes y que por lo tanto no me podía prometer nal quedaban, obviamente, descartados. Asi, lbrahim, bastante na-
que fuese bueno en ello. Intentaría hacerlo lo mejor posible. Qui- turalmente, hizo el· valiente intento de reaplicar los procedimientos
zás fuese más interesante si comenzásemos ·a modo de prueba. con los que había aprendido francés.
Así, si no resultaba, ello no crearía rencores. Además tampoco Al principio Ibrahim solía tener preparadas listas de vocabulario
pondría en peligro sus relaciones con los otros extranjeros de Se- que traducía al francés y luego nos las repetíamos el uno al otro.
frou. Por supuesto, yo lo comprendí y acepté la propuesta agrade- ¡\sí, por ejemplo, podíamos tener una clase sobre los animales
cido. Al cerrar me dijo q\le háciá esfe favór porque le gustaba de la granja o las habitaciones de la casa, todo muy detallado.
que un americano quisiese aprender su lengua. Estaba orgulloso Las !imitaciones de este método pronto nos resultaron evidentes
de la lengua árabe y orgulloso de su tradición, comprendía por a ambos, por lo que pasamos a las frases. Las frases relataban
qué había venido a Sefrou (para llegar a comprender a su socie- una historia, a menudo acerca de cosas tales como patos y patitos,
dad), y le resultába agra<lallfe-seilít!CA<lemás, estaría más que 0 gansos y gansitos. Después de las clases, hacía la caminata hasta
contento de poder enseñarme la ciudad en cuanto tuviese tiempo · mi habitación o una cafetería y trabajaba con las frases y listas.
para ello. Me deseaba·sineeramente-quetuviesfr-una-·feliz-estanc' Aparte de los saludos que aprendí enseguida y utilizaba con seguri-
en Sefrou. dad, resultaba frustrante y prácticamente imposible inventar frases
Todo esto resultó ser cierto; fa sopesada y modesta evaluación sobre animales de granja o utensilios de cocina. Ahmed, el camare-
de sus capacidades e--intenciones-era---bastante--correcta. Las- más ro, ya estaba bastante más amistoso y era evidente que le gustaba
usuales florituras retóricas de autobombo y purezá de intenciones, el esfuerzo que yo realizaba. Solíamos intercambiar saludos efusi-
que forman parte integral de· la> forma de relacionarse de los ma- vamente cuando volvía allí, pero no había mucho más que mantu-
rroquíes, estaban ausentes en Ibrahim. Él habría estado de acuerdo viese nuestra charla. Sólo de deseo no se hace una conversación.
con Ben Franklin en que,cen·negocios, la propia palabra. y la Después de aproximadamente un mes me di cuenta de cuál era
\\ reputación son · lós áctivos:·¡n;ff viiliosos:c· · ··· el problema. Ibrahim estaba traduciendo directamente frases y ejer-
Ibrahim vivía en el extremo de .1a Ville Nouvelle, en un punto cicios de sus viejos libros de gramática francesa al árabe. Lo que
donde la calle ya no está· pavimentada; Se había construido una yo recibía era una serie de lecciones traducidas, preparadas para
casa· de estilo · árabe ·moderno ··con un · patio interior que era el la exportación, pero prácticamente inútiles para desenvolverse en
dominio.de su esposa. y su madre. Las parras y flores estaban \ la vida marroquí. En otras circunstancias podría haber soportado
dispuestas con cuidado de forma que proporcionaban sombra e ese método durante unos meses, pero mi estado de ilusión impa-
intimidad al patio. La casa estaba amueblada en un estilo simple, ciente y la falta de progreso produjeron una ansiedad que crecía,
casi ascético. El mobiliario consistía principalmente- ·en el típico en espiral. Durante un mes aproximadamente estudié la situación.
estilo urbano· de plataformas bajas·y- cojines forrados con broca- Sencillamente, no se me daban bien las lenguas, puesto que Ibra-
dos. Una pista rápida para determinar la riqueza. del dueño de him estaba siendo tan claramente abierto y responsable; era culpa
una casa la da -el tamaño de los cojines. Esta casa, como su dueño, mía; el árabe es una lengua difícil, y razonamientos similares~:
era funcional, comedida· y moderadamente próspera. Mi reacción siguiente fue de ira, tanto hacia Ibrahim como hacia
Todas las mailanas del verano subía a la colina por el camino mi mismo. Absurdo. No era un problema de personalidades. La
arbolado que da la vuelta a las villas llegando a. casa de lbrahim estructura de la situación misma era el obstáculo. Había que cam-
sediento pero dispuesto. Nuestras sesiones-duraron unas seis sema- biar esto.
nas y constituyeron para .mí una clase modelo, de las varias que Ibrahim había convertido su posición de intermediario entre las
recibí, de cómo no aprender una lengua. Ibrahim estaba evidente' comunidades europea y marroquí en una profesión. Era un emba-
mente interesado en que el árabe se aprendiese correctamentec y lador y transmisor de artículos y servicios, un intermediario, un
pasaba horas preparando pacientementfr nuestras clases. Desgracia: traductor gubernamental ·de mensajes oficiales. Estaba empaque-
<lamente, los dos modelos de instrucción que él tenía disponibles tando para mí la lengua árabe como si fuese. un folleto turístico:.
no estaban.en forma alguna adaptados a mi personalidad y objeti" Ibrahim estaba dispuesto a orientarme por· los márgenes de la CD"'
vos; Los métodos tradicionaJes,coránicos.de memorización maqui• munidad marroquí; por la Ville Nouvelle de la cultura marroquí;·
44 Reflexiones sobre un trabajo de campo en Afarruecos 45

pero existía una fuerte resistencia por su parte a que:. r.ea:~~~~·~;J había estadp esperando el viaje como un descanso de la ansiedad
una penetración más. intensa. _- \:::":-~;,'.r::_. ~;,~;\~;k creciente que me· creaba el aprender árabe. La idea de llevarme
Jacques Berque ha dicho que la len ua las mu· eres y la relÍgi'(,'8f) al profesor conmigo no me llegaba a parecer como vacaciones.
son las tres esferas de libertad en las que los norteafricanos. an'' pero, había sido tan hospitalario y generoso conmigo que práctica·
resistido más intensamente las transgresión europea .. un·a- v·ez~COJi:-:· mente no podía decir que no.
sumadas la dominación económica y el control de la tierra, dichaf · Al principio todo se desarrolló tranquilamente. En la segunda
esferas se cargaron aún más de valor y pasaron a ser respóiifüJjleS'· mañana, Ibrahim no sólo anunció que no tenía pariente alguno
simbólicos de la integridad e identidad. Incluso aquí, por supuesto;::c en Marraquech, sino que además, había olvidado coger dinero
la penetración europea no podía detenerse completamente, aunque para pagar su habitación. Fue esta una de mis primeras experien·
sí burlarse. Así, por ejemplo, se encuentran ejércitos entero$_ d_e. _
\ cias directas con la «otredad». Sencillamente Ibrahim estaba tan-
prostitutas en muchas cfüaades delNórte dé Africa; ¡)ero:noJii.~: teando el terreno. En la cultura marroquí esta es una cosa normal
habido casi matrimonios mLxtos entre hombres europeos..y:mujeres·-:''... y estandarizada, tal como yo iba a comprobar. lbrahim estaba
norteafricanas. Una. forma ..de...Islam-públic<:>.. l!aci>11es~. ·•. .···'""' presionando para ver si yo estaba dispuesto a pagar su viaje. Cuan·
hermandades, sectas y miríadas de otras formas de prácticasreli• do, tras mucha confusión e inseguridad por mi parte, lo rechacé
giosas que proliferan situándolas fuera del alcance del control fran: (principalmente porque en aquel momento yo no tenía suficiente
cés. La lengua árabe.también.tenía-que.ser. protegida~.Aparte.dC..: dinero), lbrahim se echó para atrás y sacó su billetera. Estaba
las obvias ventajas materiales y tecnológicas que conllevaba apren•· · maximizando sus fuerzas, explotando económicamente la situación,
der francés, la amplia respuesta obtenida puede también. interpre-... comportándose tal como lo había hecho en el pasado. Habíamos
tarse como una acción defensiva para mantener a: l.os france~~¡¡· estado trabajando juntos durante más de un mes y él sentía ahora
alejados de la lengua árabe. Como hemos visto, mientras,. queclai.•• que podía presionar nuestros límites contractuales más a su favor.
primera comunidad· de. colonos en· Marruecos a menado aprefi(!i&:'.::::rc No es que lbrahim fuese avaricioso o calculador. La avaricia o
algo de árabe, la segunda oleada de inmigrantes casi nunca,:,.lci. •.... cualquier otro de los pecados veniales los encontraba ya en mi
hizo. Pero .. para entonces, ya había bastantes marroquíes que ha~· país en grandes cantidades. Lo que me intraquilizaba era darme
bían aprendido--- suficiente. francés. cuenta de que había estado con este hombre cada día durante
...Las .dificultades.que.. tenía.con lbra.him estaban relacionadas.con:•.::.=• · bastante más de un mes, habíamos pasado muchas horas hablando
esto. Me fastidiaba que adivinase mis intenciones. No hace. falt¡¡· · francés juntos, además de las clases de árabe, y yo había procedi-
decir que nada de esto se formuló en estos términos durante las [ do a «tipificarlo». Pero mi tipificación había sido fundamental-
aproximadamente seis semanas que trabajé con Ibrahim. Pero.. las mente incorrecta y etnocéntrica. Básicamente, le había considerado
resistencias-y la. falta. de progreso eran evidentes. Mis- objetivos. como un amigo a causa de la relación aparentemente personal
y los suyos eran esencialmente contradictorios. Él presentaba su- que habíamos establecido. Pero lbrahim, mucho menos confundi-
perficies y facetas empaquetadas, lo que me resultaba insatisfacto" do, me había conceptualizado primariamente como una fuente de
rio. Su resistencia era educada pero firme. En última instancia, recursos. No estaba equivocado al situarme con los otros europeos
yo la respetaba. Se puede hacer de su mundo creciente de pequeño con los que trataba. Yo había entrado en la antropología en busca
burgués neotradicionalista un objeto de estudio, de hecho otros. de la «otredad». El el)contrarme con él a nivel experimental fue
antropólogos lo han hecho, pero esto no encaja con mi tempera- un choque que me hizo comenzar una reconceptualización funda-
mento, y no era lo que yo había venido a descubrir en Marrueco« mental sobre las categorias sociales y ·culturales. Esto era presumi-
Por lo tanto, tuve que encontrar otras situaciones.,· - blemente el tipo de cosa que había venido a descubrir en Marrue-
Por entonces, habían venido a visitarme dos amigos de ArilétiC;,l;~-;:->_ cos; pero, así y todo, cada vez que ocurrían, estas rupturas me
y decidimos ir a Marraquech por· varios· días. Mencioné este hecho'¡ : resultaban incómodas.
a lbrahim y él. dijo que· le gustaria venit, con·nosotros •.•Ténía;I?ri;¡n Se pueden construir formas de interacción tranquilas y sin pr~­
mos en Marraquech a los que les gustaría visitar; y.estaría enc1111,~~;. blemas con. las personas (durante muchas huras de conversación.
do de .servirnos de guía, A mí la idea- no me entusiasmó~:ya;:que.·¡fa_ trivial) que saltan de pronto por los aires. Asumimos en la vida
46 Paul Rabinow

cotidiana, cuando esta se desarrolla sin problemas, que las perso-


nas. comparten lo. que se ha denominado un mundo vital -ciertas
asunciones primarias sobre la naturaleza del mundo social, sobre
la faceta social de .las personas, sobre. cómo se desarrollan los
sucesos y lo que implican, aproximadamente-. Esta estructura
de significado, que es un pilar necesari() en toda cultura, permite
a los actores participantes proceder-día tras día y hora tras hora
sin tener que reconstruir las relaciones sociales desde el principio
(cada vez que se encuentren) o entrar en discusiones semánticas
(cada vez que decidan entrar en conversación). Dentro de una
cult.ura la mayorpartede-eso-que-va-del-gesto·a actos de significa-
ción más amplia, desde cosas pequeñas hasta valores, se dan por 3. ALÍ: UN MARGINADO ENTRE LOS SUYOS
supuesto porque .en gra1uJ!e.<:l!!!a.•.>e.~c:_omparJ.en._Scd1a_destacado~~lll!ít­
que el sentido común es «ligero» -articulado holgadamente, dado
generalmente por supüesto-,· incapaz ··de·- ·aguantar un escrutinio Justo por fuera de los muros de la medina, quizás unos doscien-
mantenido-. Mi .equivocació__11__l'()ll__lj:>!'_aj¡t!ll._m_uestra .esta ligereza. tos metros pasada una pequeña colina en el Boulevard Mohammed
a
lbrahim y yo perteneéíamos culturas distintas, y las conclusiones y y por frente del parque municipal, se encuentra una zona abier-
que extraíamos sobre la vida cotidiana en Marraquech eran total- ta. Era aquí donde los franceses concentraban sus actividades co-
mente diferentes. merciales y mercantiles. Sefrou había sido tradicionalmente un cen-
tro comercial para las tribus rurales pero, bajo el Protectorado,
· su alcance e imponancia se sistematizaron y ampliaron para incre-
mentar el comercio, los impuestos y Ja estabilidad política. Un
patio de tierra situado entre edificios bajos con arcada inferior
sirve como mercado mayorista de vegetales. Cerca de allí, a sólo
unos pasos y lindando. con los gruesos muros de Sefrou, existe
una zona que se utiliza para el comercio de ártículos artesanales
tales como alfombras de lana. Cuando el mercado no funciona,
se utiliza este espacio como patio de recreo y minicampo de fútbol.
En las afueras de la población, se reúnen los bereberes los jueves
en el zoco de animales, espacio cerrado con un recaudador de
impuestos situado en su verja de entrada. Con lluvia o con buen
tiempo, siempre se desarrollan allí negocios y regateos animados
y serios. La venta de incluso una oveja puede haber representado
para un bereber una transacción esperada durante meses.
Según se entra por las grandes puerta5 de la medina, que· por
motivos de seguridad se mantienen cerradas por las noches,. se
dejan ya las avenidas cartesianas, los limpios soportales¡ y los
espacios abiertos que los franceses proporcionaron a. Sefrou. El
punto de·referencia• más. evidente es el río, Wad Aggak··quC' con
estruendo.. atraviesa• el- centro- de la medina, En: 1950.· se desbordó ·
durante una devastadora inundación relámpago, por lo que su· cau• ·
ce fue modificado, fluyendo ahora de forma casi subterránea •. Más
48 Pau/ Rabinow Reffe:dones sobre un trabajo de campo en .\.forruecos 49

abajo, se oyen las mujeres, que charlan .mientras lavan su colada hablaba francés Y que podía hacerlo llamar. Finalmente insistió
en el río. 0
que me quedase en el café.
Excepto cuando se sigue el curso del río; manejarse por la medi- e como quiera que este intercambio tan público estaba realizándo-
na requiere hábito y práctica. No existen calles rectas; la única se en el umbral del local, vino hacia nosotros un hombre alto
sección diferenciada de la medina es la mel/ah amurallada, o jude- y 1arguilucho Y con una sonrisa amplía que se encontraba en una
ría, que, como la misma medina, posee sus propias puertas que tienda enfrente de la estrecha plaza, saludando efusivamente. Dio
controlan su única forma -de-- acceso~ uri- ·corto -puente. Hoy en la mano al dueño del café, que no parecía estar especialmente
día, la mayoría de los judíos han abandonado Sefrou o se han contento de verle, y me dijo lo mismo que me había dicho el
trasladado fuera de la mellah a zonas modernas de la ciudad. primero, aunque en versión abreviada, al ser mínimo su francés.
Ahora sólo losp()~re_sL_l()s_~amp~si~o~ recién !legados integran, Este debía ser Ali, el hombre de Sídi Lahcen Lyussi, el centro
iunto con las prostitutas, la población de la mel/ah. religioso. Se suponía que era un curandero de todo, un informante
! Existen varios- barrios- con--sus----correspondientes nombres- en la excelente (paciente, inteligente, curioso, imaginativo), bien dispues-
medina, pero las .pautas cresidencia!es°-cte·'Sefrou---se-carauerizan toa trabajar por dinero, Y guía maravílloso de Sefrou y su zona

j especialmente por su heterogeneidad, Aparte .de la antigua me//ah,


.no existe zona alguna que sea" homogénea respecto a su etnicidad
población de origen rural--o--urbano;-o·-·categorías profesionales'.
Algunas de las familias más ricas viven en ostentosas residencias
rural.
Acepté el té aunque expliqué que no me podía quedar porque
había quedado con Ibrahim; ¿podía volver mañana? Waxxa, wax-
xa -por supuesto-. El subempleo crónico y el consecuente exce-
puerta con puerta de •las--víviendas-•de los campesinos ·pobres en
busca de trabajo. Recientemente• muchos de los más prósperos han
¡ dente de tiempo libre son, por desgracia, buena ayuda para el
antropólogo. Muchos de los hombres de la medina sólo trabajan
cambiado sus domicilios pasando a residir en los nuevos barrios esporádicamente y estaban dispuestos a conseguir cualquier fuente
de Sefrou. Pero fodusoafi!;•no-·hay-c-uiia-Cíara corrdación entre potencial de dinero .. Además tenían curiosidad y ganas de nuevas
riqueza, etnicidad,- ocupación o clases-.--- La medina está densamerite distracciones. El antropólogo les proporcionaba ambas cosas.
poblada, habitando en ella- más del 40o/o de la: población de Sefrou Volví Ja mañana siguiente y me encontré a Alí enfrente de laf .\
en el 2,2% del territorio. calle sentado delante de una pequeña tienda de ropa. El dueño- t
- --·-U nos-· antropólogos·-que habían-trabajado-·-antes ·en Sefrou ·me • de la tienda era un amigo suyo, regordete, al que llamaban Soussi;
habían dado los nombres de dos hombres que podrían servirme - Literalmente, Soussi significa hombre originario de la región del ····
como informantes para mi investigación. Estas dos personas eran Sous, al sur de Marruecos, famosa por sus tenderos frugales, que
fáciles de encontrar en uno de los cafés genuinamente moros que se han extendido por todas las regiones importantes de· Marruecos.
aún quedabarren la medina;-situado·no lejos-de- la mezquita princi- Este Soussí, según resultó, no era ni buen trabajador, ni económi-
pal y el río. Sólo tienes que preguntar, se me dijo, y cualquier co, ni austero. Casi siempre estaba dispuesto para cerrar su tienda
persona sabrá indicarte dónde está. En el corazón de la ciudad y dar un paseo o iniciar una aventura, tratando las obligaciones
vieja, en uno de los pocos cruces ·auténticos, había, realmente·, que su negocio conllevaba como una molestia.
un café. Estaba bastante decrépito, con los azulejos en muy malas Cuando llegué, había varías mujeres que en vano intentaban
condiciones, las mesas castigadas y bamboleantes, y su público que Soussi les rebajase el precio de una pañoleta, pero él perdió
tenía un aspecto sucio. Había varios hombres jugando a las cartas el interés y, para sorpresa de las mujeres, las echó. Ali me saludó
con gestos animados, mientras· que: otros meramente sostenían sus cálidamente, sacó otra sílla desvencijada, y pidió al ótro lado de
vasos de té. Pregunté en francés, tras: haber dicho· unas pocas la.calle dos tés a la menta azucarados. Gran parte de Ja población;
frases de saludo en un ;\rabe rudimentario, por el propietario. del : o así me parecía a mí, pasaba por delante nuestro. El cruce estaba: :';'\
local. Después de un silencio. de buen• augurio," este. apareció•y •.·. situado en la intersección de tres laderas curvas, de forma que · , ::(
me saludó efusivamente; ·Me' dijÓ- en ·un:: franc~ , titubeante•,•qtle'·:, :¡:asnos, perros y ovejas aparecían de pronto tras una esquina acele• .· ':·.
era bienvenido en Marruecos,:, que,•estaba: a:: mi•: servicio, qÚe' ·si''' . rando al entrar en la pequeña plaza, para después desaparecer . •
había algo que. necesítasec no.dudase en;.recurrit á' él,. que su:.hijo-: detrás.de la curva o girar hacia otra curva ascendente. Alí y Soussi
50 Paul Rabinow

parecían conocer a prácticamente todo el mundo que por allí pasa-


ba. Se intercambiaban saludos rápidos y superficiales mientras que
la voz y sú propietario desaparecían en la curva. Como neoyorqui-
no y amante de la vida de la calle, me sentía mucho más cómodo
en este lugar que en la atmósfera formal y semirresidencial de
la Ville Nouvelle. Además era inmensamente etnográfico y llenaba

l
todas las aspiraciones mías como antropólogo el estar sentado en
d corazón de una ciudad amurallada de más de mil años con
;;::s t~m~g~~e~~~ure~n~~s~~~aj_~~~;~~~~::t;otas a mano, bebien-
Según transcurría la mañ.ana;---nos--seguían llegando vasos de té.
El té y el azúcar tienen una -centralización -tiránica -y casi obsesiva
en ·Marruecos; Su· prepara-ción7·cl)risum-o·sorr-rituales diarios· de
generosidad e intercambio, pero_ económicamente es, además, una
carga importante. · -
Quién paga cuánto del téoy··del·azúcar;···quién debe a quién por
el otro día o la semana pasada, y la calidad de los ingredientes
son todos temas cotidianos·constantes. Hasta un 40% de los ingre-
sos de un campesino pobre se puede dedicar al té y el azúcar.
Da la impresión que. el té. tiell.e... <J.lle_ser.. _uno de los elementos
más antiguos y. estables de la cultura marroquí, pero esto no es·
i:; así. En las zonas rurales alrededor de Sefrou, el té y el azúcar
'~ han sustituido a las proteínas en los últimos setenta u ochenta
~~' 'áfü:>s. En realidad, el te fue introducido en Marruecos por los
"'- ····· ··ingleses-en·-el·-s;· *VIII;· y su-uso-no·- se- extendió hasta el XIX.
No fue hasta la crisis de los años-1878-1884 cuando el té se convir-
tió en la bebida nacional de Marruecos.
El consumo de té se triplicó durante esta década, y el azúcar
le siguió tos -pasos de ·cerca;· Los ·alemanes; franceses e ingleses
habían desarrollado con sus compafiías comerciales un mercado
cuyo alcance debía haberles sorprendido.
En todo caso, el té es hoy en día una parte valiosa de la vida
marroquí. Su preparación ~la cuidadosa ruptura de los terrones
de azúcar con un pequeño martillo; el lavado y manejo de la
tetera; la cantidad de té y menta; su lento burbujeo controlado
con gran cuidado y atención por todos los interesados; su prueba,
recalentamiento,_ y nueva _prueba; la inevitable. vuelta a azucarar-,-
Y finalmente su triunfante escancie por la larga espita de la tetera
era una escena que· iba· ..a:'.presenciar cientos· de veces durante mi
estancia .. " · · ·>·.,-~·
Una mujer bereber, vestida en indumentaria de· alegres colores
y con un pequeño. bebé colgado. a la, espalda,. apareció tras la «demi-monde» de Sefrou. <
52 Pau/ Rabinow· Reflexiones sobre un trabajo de campo en A1arruecos 53

curva. Intercambió algunas palabras con Alí y se inclinó. Alí cogiÓ·.-'cCi- mundo. Cuanto mejor hacía esto, más cosas teníamos en común.
la cabeza del niño, que no podía tener más de unos pocos meses • pero cuanto más nos adentrábamos en esta actividad, más experi-
firmemente en sus manos. -Poniendo su boca en la del hiño rápidaL mentaba estos aspectos de su .vida en forma diferente. Bajo mi
mente y con gran seguridad hizo un rápido sonido de succÍón:·; interrogatorio sistemático, Alí tomaba esferas de su propio mundo
El niño comenzó a dar chillidos. Con un aire de orgullo profesio- y las inter.pretaba para un .forastero. Esto quería decir q.ue tambié~
nal Alí mostró a la madre algo de saliva que contenía un grano; él estaba dedicando más tiempo en este mundo entre culturas
negro. Ella pareció satisfecha, le dio algunas monedas y se-fue; ¡¡minal y autoanalítico. Esta es una experiencia difícil y molesta
La soltura con que Alí realizó este acto resultaba sorprendente -casi se podría decir que «antinatural»- y no todo el mundo
en su simplicidad. El cambio de perspectiva, casi sin pausa por puede tolerar sus ambigüedades y tensiones.
medio, resultaba revelador. Alí, Soussi y la mujer daban toda \ Este fue el principio del proceso dialéctico del trabajo de campo.
la escena y su situaei6n-¡¡orsupuesr:r:-S6li:fel bebé y el antro¡fólógo:~~-i 7> jY digo dialéctico porque ni el sujeto ni el objeto permanecen está-
parecían afectados por la situación. Recuperé mi compostura bas- · . ticos. Con Richard o lbrahim sólo había habido un movimiento
tante rápidamente, y descubrí.. que.había.identificad0-una~practk pequeño por ambas partes. Pero con Alí comenzó a surgir un
curativa. terreno de experiencia y comprensión construido mutuamente, un
El trabajo de campo· es·una dialéctica entre la reflexión y dominio de sentido común tenue que estaba en constante proceso
!, inmediatez. Ambas son.construcciones-culturales. Nuestras..catego---- de ruptura, de reparación, de_ reexamen, en un sitio ahora, en
rías científicas nos ayudan a reconocer, describir y desarrollar las el otro· más tarde. ·
áreas de investigación. Pero no nos. podemos dedicar a cuestionar 1 Este examen, aunque fundado y meditado constantemente a tra-
y redefinir las veinticuatro horas ·del día. Es difícil mantenefla vés de la experiencia diaria, lo gobierna el antropólogo con sus
perspectiva científica sobre. eLmundo. En el terreno hay menos intereses profesionales. En última instancia, esto constituye su ta-
puntos de -apoyo; elmlindo·füncF-c:otifüiilicn:ambia mas rapidi¡;•:;~ rea, para esto es para lo que está en el lugar. Para el informante,
mente y con más. intensidad de _lo que lo haría en nuestro país ; - es un asunto de índole más práctica, tanto porque se puede asumir
). ) de origen. Existe una dialéctica acelerada entre el reconocimiento que sus motivaciones son primariamente pragmáticas como porque
\~\J- de --las·- experiencias nuevas y su consiguiente normalización. está desarrollando una destreza práctica de respuesta y presentación.
---------.-ALcomenzar...a.preguntar a Alí sobre la curación, mis categorías. Según pasa el tiempo, el antropólogo y el informante comparten
científicas se vieron modificadas -,pasé a comprender más acerca _ un repertorio de experiencias con las cuales esperan necesitar me- .
de las. curaciones, sus asunciones tácitas, modos de. actuación y nos autorreflexión en el futuro. La comprensión común que cons-
límites-, pero mi sentido común también cambió. No conocía truyen es frágil y ligera, pero es en este terreno movedizo donde
ningún curandero en Nueva· York: Por lo tanto, la primera vez se desarrolla la investigación antropológica.
que presencié actividades de este tipo tenía que prestarles una'aten-
ción muy especial; ellas centraban y dominaban mi conocimiento. • ••
Pero según avanzaba et trabajo de campo y presencié este· tipo
de operaciones varias veces, empezaron a resultarme familiares. Alí me prometió llevarme a una boda en el pueblo de Sidi Lah-
De forma creciente pasaron a formar parte de mi bagaje de cono- cen Lyussi. Yo ya había estado en varias bodas urbanas. En estas
cimiento, parte de mi mundo. La actividad curandera de Ali dejó •: ~ ocasiones se hace alarde de la mejor comida y música ceremoniales
de recabar toda mi atención, y podía entonces centrarme en otras- . lí- marroquíes. Resultaba un cambio de ritmo agradable, una ruptura
cosas. - ·· -.-·::f--,_._,. . de la rutina. La boda representaría una excelente oportunidad para .
Este resalte, identificación y análisis ·también modificaban las::-·~ ver al pueblo y para que los lugareños me viesen a mí. · .. " .~;I?
pautas usuales de· experiencia de Ají. Se le forzaba consta9tementec:\( o Aquella. tarde, Ali me vino a ver. Le dije que no estaba seguro'i';j
a que reflexionase sobresus propias ac_ tividades y que las objetivj'¡f:·:~·-:_·_: si podría ir con él porque tenía un virus estomacal. La perspectiva -: j.~
zase. Al ser .un buen informante, parecia gustarle este proceso .; • de encontrarme en una situación desconocida y absorbente; donde '1•:'
y pronto comenzó a desarrollar el arte de presentarme su propio ·f·• deseaba agradar, durante tanto tiempo, me resultaba excesiva, es- •.
. ~
54 Paul R'abi~O,,w,
·~t' . , ..
. ·--~::~;§ - :; '" 4

pecialmente en mi situació~ presente. Alí se mostró muy_ molest0;4H Jt~


., lt '' , '
.. l .
por ello. Claramente ya se había hecho a la idea de ir en~ ÍllE''<'ifl
coche y el prestigio ambiguo de llegar con el invitado de mejofc~
augurio (si bien no el de más honor). ..
Cuando volvió al día siguiente yo me sentía un poco mejo~.
Me aseguró que estaríamos sólo por poco tiempo. Resaltó toda
la preparación previa que ya---había--hecho; si yo no apare·cfa:·---etf'-·
la boda, no sería nada bueno para ninguno de nosotros. Así ql!e.c''.E'
asentí, aunque le hice que me prometiese que sólo nos quedaríamos
una hora más o menos, ya que aún me encontraba ·débil. Me
repitió su promesa· varias---vece-s . ,.diciendo- ·que ·nos iríárif6S~_--e_a::--e1~~~;-;0.··
momento en el que yo quisiese. - - -~~··:--.";";;
Alí y Soussi .vinieron.:.a., mi::..casa.:. sobre . . -las.--nueve---e-s-a-nee- ,.
emprendimos el viaje. Yo ya estaba algo cansado y le repetí clara~·-·
mente a Soussi, que 'tenía buena fama ·de juerguista, que nos ciuC,:'.~
daríamos sólo un rato y después_volveríamos .. a Sefrou•...Waxxa,:
0.K.?
Ya estaba oscureciendo cuando salíamos de Sefrou. Para cuarid
giramos hacia el camino sin pavimentar que conduce al puetif'
la oscuridad era ya casi total, por lo que no podía contempl
el paisaje y me. aumentaban las duaas·sot>tetódoeldicnoso·asuD.~~i~
to. Sin embargo, al llegar al. pueblo me sentí más optimista:,, - ·
La boda propiamente dicha se celebraba en un grupo de casas :éo, '·
adyacentes que, formaban un recinto. Un grupo de hijos habían·,,;
·-·~construido ____casas.. _de: . ,.adobe _}as __ unas_ junto __ a_ las __ otras·- .segúri.:::.se,.;:---~~'Ffü
iban casando, y ahora formaban un recinto cuyos módulos estabaiJ..,!.i:
integrados por construcciones de dos plantas. Las dependencias ',r
para los animales y la cocina estaban en la planta baja y los
dormitorios estaban- en· la parte superior-,-·unidos con una-escalera:
bamboleante. Aquella noche se había cubierto con paja el centro
del recinto para el baile. Se nos dio la bienvenida y se nos dirigió
a una habitación superior, larga y estrecha, que tenía cojinesc aire,
dedor de las paredes de la misma. Se habían dispuesto unas cirico'
mesas paralelas las unas a las otras cubriendo toda la longitud .,·
de la estancia. Me dije a mí mismo que habíamos hechoi biéfü.i
en venir. Todo el mundo era amable y parecían saber quién7er
yo, Tomamos té y, después de quizás. una hora de charlas:-ycbf
mas, se sirvió la cena eµ bandejas metálicas maltrechas perq¡;¡¡---
llantadas .. La hora de charla se había desarrollado, amigable,
incluso a pesar de que mi árabe mínhno nOlpermjtía una¡.~ql),;
ción extensa. Yo todavía llevaba barba; y, me bromeaban .d!lii~,
amistosa pero insistente sobre el hecho de que esta no.erl!1áiííq' «Se pasa mucho tiempo en- Jos- cafés, bebiendo.té.»-~ " ~ -·- l
56 Reflexiones sobre un trabajo de campo en 1\1arruecos 57

da para un hombre tan joven. La cena fue simpie peroprep,~t~ y Al.í en la parte trasera, y salimos. En l?s primeros kilómetros
adecuadamente y consistía en carne de cabra estofada guisadaX~: la pista es poco más que un sendero -sm asfaltar, con baches
aceite de oliva comida en un pan recién hecho; aún' calieiitei,' y tortuosa y escarpada en algunos· sitios-. Yo era un conductor
horno. ' 00 vato Y no estaba seguro de mí mismo, así que no dije nada,
Después de haber comido y tomado más té bajamos al patí.(), concentrando todas mis energías en mantenerme en la carretera
donde se inició el baile. Yo miraba desde una esquina, apoyado· y que el coche siguiese funcionando. Conseguí h.acer ese trayecto
contra un pilar. Los bailarines era:n-todos· hombres, p-or··-sup·ue·s¡o~·-'--"" bien y di un suspiro de alivio cuando llegamos hasta la carretera
y formaban dos filas, unos enfrente de otros, con los brazos abier-.~;0 principal.
tos y cogiendo los hombros de los que estaban al lado. Entre . oL soussi había ·estado charlando todo el tiempo que tardamos en
las dos filas estaba un cantante con una tosca pandereta, que .'?i0 recorrer la pista a botes. Yo me había mantenido en silencio, igno-
cantaba y se balanceaba¡¡¡,- afrás p·ara-detáiite:Las hileras delloiñ;~ rando a Alí, quien por su parte no hablaba mucho. Cuando llega-
brcs respondían a su vez a su ritmo directo e insistente, replicand&:. mos a !a carretera y comenzamos a dirigirnos ya sin baches hacia
a sus estrofas con otras estrofas,··Las mujeres-se-asomabair ·"'''· .•• Sefrou, me preguntó en tono indiferente, wash ferhan?, ¿estás
otra parte del recinto donde habían tomado su cena. Todas lleva;':.;:'C..;'.~ contento? Yo hice un amago de sonrisa y le dije que no. Siguió
ban sus mejores atavíos, kaftálles de brillantes colores. Respondíáí{':'c~" con ello. ¿Por qué no? De forma simple le dije que estaba enfer-
a las distintas estrofas con sus-propios.cantos, instando.a.los-hom,_,_:':~:''' mo, que eran las tres y media de la madrugada y que lo único
bres a que continuasen. Como yo ni comprendía las canciones : cEfü-1:. que quería ·era llegar a casa y meterme en la cama, añadiendo
ni estaba bailando, mi interés se agotó rápidamente. Ali era unQ.' ,. que deseaba sinceramente que lo hubiese pasado bien. Sí, dijo,
de los bailarines más dedicados y resultaba difícil ca¡:jtilf sti aten::,:.. él lo había pasado bien, pero si yo no lo había pasado bien toda
ción. En un descansó en el que el cantante principal estaba calen.' : la velada quedaba estropeada, y él se salía del coche. Por favor,
tando su pandereta aI füegó''jiilra vorver·a"ieiisar füjíiel;cojisegtií::: ¡\JI, dije, vamos a llegar a Sefrou en paz. ¿Pero por qué estás
finalmente decir a AH, educada pero insistentemente, que no me_ .- enfadado? Le recordé su promesa. Si no estás contento, me dijo,
sentía bien, que ya habíamos estado allí tres horas. Era mediano' · regresaré a píe. Este intercambio se repitió varias veces ya que
che; ¿podríamos irnos pronta; quizás después de la siguiente ronda ambas partes ignorábamos los vanos intentos de mediación de Soussi.
-de-bailes?.-Por supuesto, dijo,-sólo.unos. minutos más, sin proble:. Finalmente le dije a Alí que estaba comportándose como un niño,
mas, no te preocupes, lo comprendo. y que sí, que estaba enfadado, No llegó a ofrecer ninguna excusa
Una hora más tarde lo intenté de nuevo y recibí la misma res- específica sino sólo que si yo estaba enfadado regresaría a pie;
puesta. Én esta ocasión, sin embargo, yo. ya estaba más enfadado Comenzó a inclinarse y a intentar abrir la puerta en la parte de
y frustrado; me sentía- enfermo-··de-verdad:· ·Et- aire de montaña- Soussi, asustándole. Estábamos viajando a 60 km por hora, asi
era ya bastante fresco y no me había puesto ropa que abrigase que a mí también me asustó, y bajé la velocidad a 15. Me retó
suficiente. Me sentí totalmente en manos de Alí. Yo no quería de nuevo preguntándome si estaba contento. Yo no podía decir
crear antagonismos con él~ pero tampoco quería quedarme. Conti· que sí, era superior a mis fuerzas. Mi superego me decía que
nué gruñendo pai'a mí ·misrrio pero conseguí devolver la sonti_sa lo debía hacer. Pero los sucesos de la velada combinados con
a todo el que me sonreía. la frustración de no poderme expresar adecuadamente en árabe
Finalmente, a las tres de la madrugada, ya no podía soportar pudieron más que yo. Después de otro nuevo intercambio y faroleo
más. Me sentía fatal. Estaba furioso con Alí pero odiaba manifeF por su parte,. paré el coche para dejar que. saliese, a lo que ahora
tarlo. Me iba a ir sin importarme las consecuencias. Le dije· a se vio obligado. Salió inmediatamente y comenzó a caminar. a
Soussi que nos íbamos, que si quería venir en coche que buscáse grandes zancadas por la oscura carretera en dirección ·a Sefrou,.
a Alí y eso era todo. En aquel momento Alí no estaba a la vista-; ·· Le dejé. que caminase unos doscientos metros y después puse el·
Soussi dio una vuelta y volvió al éoche con un Alí sonrientefé coche a su altura, conduciendo a su misma velocidad .y diciéndole
contento. Yo estaba calentando el motor, en señal clara de'-' que se subiese:.al coche. El miraba en la dirección. opuesta, Soussi
intención de marchar. Saltaron al coche; Soussi sentándosedelan!' también lo intentó · infructuosamente; Repetimos, este melodrama
Pau/ Rabinow fl.eflexiones sobre un trabajo de campo en ,\farruecos 59

dos veces ry,iás. Yo estaba confuso, asqueado, y totalmente frustra~ sistemático y mantenido. Encontré difícil de aceptar la necesidad
do .. Acelere. la marcha y nos fuimos a Sefrou, dejando que Alí de más autocontrol y abnegación. Estaba acostumbrado a trabajar
n1c1ese a pie los ocho kilómetros restantes. con personas que participaban ,con energía y no me seducía la
\le dormí inmediatamente, pero me desperté en la noche co idea de estar todo un año en guardia, con casi nada en lo que
espasmos diciéndome a mí mismo que probablemente había incu~ apoyarme a excepción de las alegrías del ascetismo, la sublimación1
) rndo en un ,grave error profesional, porque el informante siempre productiva y los placeres .del auto.c~ntroL . . 1
lleva .la razon. Aparte de esto yo seguía· sin arrepentirme de 10 Al rechazar, al menos de' forma tacita, el reconocer la ex1stenc1a
ocurndo. Era bastante posible que hubiese estropeado mi relaci · y validez de valores marroquíes fundamentales, se está poniendo
e·on Al"1 Y que hub.iese dañado de forma irreparable .
mis posibilida- on sesgo al conocimiento que se recoge. El informante no ha dejado
des de adentr_arme en el pueblo. Pero había otras cosas que valía de vivir su propia vida, y no ha dejado voluntariamente en suspen-
!a pena est~d1ar en-·Marruecor,--y-cnn:-e;snr--m~--telldríéi Que corifOT~­ so sus asunciones fundamentales. La suya no es una relac1on de
mar. Me di u~a vuelta porias..calles con triple hilera de árbole igualdad -después de todo, el informante sólo posee una somerísi-
de la ~11le NouveUe. y i:e.co.td.Luna.Jllstoria.. que..un·.amig()c.~ --rna--idea de lo que el extraño forastero está tratando.de conseguir-.
me ,hab1a, contado antes de.. defender nuestras tesis doctorales; él F•· purante el resto del día, el informante vuelve a su propia vida,
hab1a temdo durante ·una semana ·pesadillas en las que se veía ~ .. , quizás algo turbado por la nebulosa de las preguntas del antropó-
e.orno ve!'dedor de zapatos ... M~ntalmenJ.e.me.fuLrepresentando·va<·-···'.: ' logo o por las mofas de sus camaradas. Pero según va creciendo
nos of1c1os mientras paseaba sin rumbo entre las fincas Me sentí ;> la confianza, el informante juzga e interactúa con el antropólogo
t
ranqmTo; s1· esto. era · antropología y lo había estropeado · por mia > F. · en sil estilo habitual, incluso aunque el estatus de extraño nunca
culpa, entonces es que -no era para. mí, así de sencillo. - . ._. _i~oo··, se llegue a eliminar.
Los parámetros me parecían suficientemente claros Tenía q . . ~;,_ Según va disminuyendo la cónciencia explícita de la falta de
clarifica · · · · · · s· ¡ ·r· · ·· · · ue. r>·
r. m1 ~os1~1.on. l-e · 1n ·ormante--siempte-tenía<r·azón; "é'riiOii~:: 7.~;.· naturalidad de la situación (aunque nunca esté totalmente ausente),
ce~, por 1mphcac1on, el antropólqgo_ tenía que convertirse en algo- ~y-­ vuelven las formas implícitas de acción y juicio de ambas partes.
as1 co?1o una ~º· persona, o más exactamente, en un personaje El antropólogo. tiene que ser consciente de esto y controlarse. Se 1
de arnba a aba¡o .. El ~ntropólogo tenía que estar dispuesto a en'.. supone que el informante simplemente tiene que «ser él mismo»~
I
_.trar en cualquier situación como un observador so · t En la boda Alí me estaba poniendo a prueba, de la misma
füii!adósairiente fcídosºíos'Cfotaffesespecíficos del su~~~n e~~º~~~~:~: forma en que los marroquíes se someten los unos a los otros
1 rac10n: S1 se e~taba mte_r~sado. en el análisis simbólico 0 la cultura
ex?res1va? hab1a que .ut~hzar sin. excepción alguna las dimensiones
a prueba para descubrir sus fortalezas y debilidades. Alí estaba
ejerciendo presión y, al mismo tiempo, echando un pulso. Intenté
ma~ :!us1vas de sent1m1ento, .. tono,. gestos _y demás. Esta era la evitar responderle en la forma tajante en que otro marroquí lo
pos1,c1on por la que habían abogado mis profesores; sencillamente hubiese hecho, ofreciendo en vano la faceta del antropólogo, siem-
hab1a q~e soport~r cualquier tipo de inconvenientes y molestia~ pre dispuesto a aceptar todo. El continuó interpretando mi com·
que P~d1,esen .s~rg1r. Había que subordinar. completamente los pro: portamiento de acuerdo con sus propias normas: me veía débil,
p1os cod1g?s et1co~, conducta Y- visión- ·del mundo, había que_ «sus- · que cedía a todos sus avances de prueba. Así continuó el ciclo:
pender la mcreduhdad», tal como otro colega expresaba con orgu- me pondría aún más a prueba, mostraría su dominio, y exhibiría
llo, Y registrar los sucesos con precisión y comprensión. mi sumisión y falta de carácter. Incluso en el camino de vuelta
Todo esto parecía bastante sencillo cuando estaba en Chicag0c a Sefrou continuaba poniéndome a prueba, y en lo que era un
(donde, para ser más precisos, estos problemas sólo se comenta; cumplido al revés, intentaba humillarme. Pero Alí estaba intran-
ban), per~ en la ~oda no resultaba tan simple. Alí había sido.·· quilo con su victoria, y pasó a definir· la situación en: términos
un comp~~ero h~b1tual durante el mes anterior y había establecidQ ..é.c. de una relación huésped-anfitrión. Mi silencio· en el· coche marcó
un~ rela~1on au.te.ntica con. él, m.ás. como amigo ·que·comcfinfOt,i~;&;::;· claramente, los límites de mi sumisión. Su respuesta fue fuerte:c
mante; .estaba aclimatándome a Sefrou, y mi. árabe era aún denía~W:; ¿Estaba yo contento?, ¿estaba él siendo un buen anfitrión?. ·
s1ado hm1tado como para realizar . juntos .. algún, tipo de traba)ooi$~ En.la figura del anfitrión se combinan dos de los valores marro-
60 Paul Rabinow f<effexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 61

quíes más importantes. Como en todo el mundo árabe, el anfitrión Las hermandades religiosas han jugado un papel prominente en
se juzga según su generosidad. El anfitrión auténticamente bueno . la historia de Marruecos. Hoy en día, se encuentran en Marruecos
es el que tiene liberalidad y generosidad sin fin para con sus hués- rnuchos ·tipos diferentes de ellas, que van desde las formadas por
pedes. Uno de los cumplidos mejores que se pueden tener pa_ra varios adeptos locales en torno a un santón hasta las mucho mayo-
con un hombre es llamarle karim, generoso. El epítome del anfi- res y poderosas hermandades extendidas por Oriente Medio y Afri-
trión es el hombre que puede agasajar a muchas personas y distri- ca. La mayoría de estas hermandades marroquíes sitúan sus oríge-
.- huir su riqueza con profusión-.---Esto----le---une,- en- última instancia nes en un santo poderoso que les confiere su poder divino, su
con Alá, que es la fuente de la riqueza. baraka. El poder religioso, como casi todas las demás cosaS' en
Si el huésped acepta esta generosidad, se establece entonces una ¡ylarruecos, tiende a ser personalizado y manifestarse a través de
clara relación de dependencia. El huésped, al tiempo que se ali- individuos especialmente enérgicos, cuya fuerza espiritual puede
menta y es cuidado·por·eJ·anfitrión;-está·por ·esto mismo recono' tomar muchas formas diferentes, desde sabiduría escolástica hasta
ciendo el poder del último. ELr1wr()_liec1lQ de. e11traren ta.! situa, poderes curativos o grandes proezas en forma de resistencia espiri-
1 ción representa ya la aceptació1ulecesta.swnisión.cEJLesJa_s.oúeda tual o física. Una vez que un hombre haya demostrado su baraka
tan tremendamente igualitaria, se. siente vehementémente la necesi- en el mundo (y se le reconoce ésta socialmente), normalmente suele
dad del intercambio o reciprocidad·a·fín de restaurar el balance. atraer a un grupo de devotos que siguen su «camino» en la espe-

I
Los marroquíes llegan a h.a.C:eLmuchªJ;.O_fü!s,_y 3_pri_yarse d<e otras.... ranza de conseguir algo de su gracia divina. Habitualmente crece
muchas, para poder corresponder la hospitalidad. Al hacerlo,. res- una leyenda .acerca de los hechos que se· le atribuyen y, si sus
tablecen con ello su afirmación de independencia. sucesores son suficientemente astutos, se puede establecer una línea
Más tarde, fui a la tienda de Soussi en busca de Alí para inten- hereditaria que controla este poder divino.
tar hacer las paces; Al principio · rechazaba incluso estrecharme Alternativamente, el carácter sagrado del santo puede ser transmi-
la mano, y estaba arrogante;:ccomo,.-1.,correspondía; •Pero. con la tido por los líderes del «morabito» más que de forma genealógica.
ayuda de la mediación de Soussi y mis profusas e innumerables Estos morabitos o lugares de reunión presentan grandes variaciones
excusas, comenzó a .ceder .. Cuando ine separé de ellos aquella tar, en cuanto a la naturaleza de sus prácticas y su concepción misma.
de,. estaba. claro qúe nuestra relación había quedado restablecida. En un extremo están los morabitos de carácter reformista y urbano
Qe_I:ie.ch(), se J1.ab.ia '!fia_nzado conJa_c011frontación. En realidad, existentes en Fes, integrados por grupos burgueses sobrios y mode-
le había dado la razón. Segl\n-sus propias palabras, había tirado rados, defensores de lo que consideran la pura ortodoxia islámica
de la alfombra en la que él estaba- -primero al cortar la comuni- frente a los excesos de sus compatriotas. Como otros movimientos
cación y más tarde al desafiar su jugada cuando estábamos en reformistas islámicos, se oponen fervientemente al culto a los san-
el coche:_, Hubo una -congruencia.fortuita entre el punto .en. el tos, el comportamiento extático, los trances, y todas las prácticas
que estallé y el estilo cultural marroquí; Quizás en otra situación que para ellos son corrupciones no coránicas de la fe.
mi comportamiento se hubiese mostrado irreparable. El arte de En el extremo opuesto del espectro aparecen las hermandades
conducirse en las situaciones difíciles,. sin embargo, es un hecho que los franceses han conocido tradicionalmente como confreries
cotidiano en Marruecos,. y.: su uso,-_ sutil :_y necesario." Al haberle populaires. Las hermandades de este tipo, normalmente agrupadas
·hecho frente, por fin, me. había comunicado con .Alí.. bajo el nombre genérico de sufíes, no están interesadas en la orto-
De hecho, desde aquel momento, nos llevarnos a las mil maravi• doxia per se, sino que; más bien, buscan acceso inmediato al poder
!las. Sólo a partir de aquel incidente comenzó a revelarme. dos espiritual. Dos de las más famosas hermandades de este tipo. -la
aspectos de su vida que hasta ahora me había ocultado:. su partid; Aissawa y la' Harnadcha- se ocupan directamente de las curacio-
pación en una hermandad extática, y que estaba envuelto en asun- nes. Cobraron por primera vez importancia durante los siglos XVI
tos de prostitución. · • · ·' • ; y XVII, periodo de prolongada turbulencia política y religiosa; i
Se han hecho famosas por sus métodos espectaculares, tales como . ,,
* •.*''. cortes en la cabeza,. la. ingestión. de. fuego,·. y el encantamiento
de serpientes; , ., . ., • • ,.
62 Reflexiones sobre un trabajo de ~ampo en .'vlarruecos
6J

Estas dos hermandades obtienen_ una gran ·proporción de'";·<< la Aissawa no se ve como una paradoja. De hecho, su función
1niembros.de entre los pobres. urbanos, __ au.nque tambiéri__ ti_er:i~f)._:~., corno wlad siyyed. des~endiente de un santo, realza su reputación
chos adherentes rurales. Debe resaltarse que muchos tnafroj:( espiritual entre los devotos de la Aissawa. Esto quedó confirmado
pertenecen a más de una hermandad, que el acceso a lo di~\ .. por los saludos cálidos y sinceros que recibía Ali en una casa
no es una actividad corporativa de carácter cerrado. No se con_si'd~ no lejos de la mezquita principal en el centro de Sefrou, dond~
ra contradictorio ser miembro de varias hermandades_ que: pOSéa¡f: ~~.:-~ se iba a celebrar una «velada» para· un chico enfermo. Ali había
-:oncepciones y métodos de-actuación--radicalmente--difeteittes·;i: ¡:}a$ ._~;;~{
00
dicho a los miembros que yo iba a ir, así que había algo de
rece que esto sólo preocupe a los reformistas críticos. Aqµi,-__ ~Qtili)~'.L;~;~" revuelo cuando entramos. La gente parecía preocupada. El único
en otras áreas en Marruecos, las opciones sé maximizan y IaS co~ comentario que se salió de los saludos habituales vino de una
rrelaciones sociológicas puras se diluyen con la fluidez de la cultura. mujer que observó que yo llevaba puesta una chaqueta burdeos
Las ·mismas ·hermandmtes--esrárr·organizadas ·sin rigidez.-Tieneil> e indicó a Alí que me la quitase antes de entrar en la otra habita-
un jefe local, el moqadden (literalmente, «el que está.aLfrenie))_};'··- ción, ya que podría ser peligroso. En la celcbíación que cada año
que está a cargo de lo_s__asunto_s___ordinarios, ..colecta___)L.dist~· __ .....,.. se-- realizaba en Mekínez, en la que se hace honores a su santo
de limosnas, organización y dirección de las actividades de Ja,he(;c<<,<';''' el público había sido atacado por grupos de adeptos que buscaba~
mandad, y mediación en las ·disputas, Este jefe se elige· no-c])i:ir':'-"'""'- camisas o lazos rojos. Me la quité con gusto.
la hermandad nacional, sino p()rJ0_s miembros locales._EngeQe.rai· '-;-;" Había dos habitaciones principales. La más pequeña servía a
suele ser un hombre que, a la vez de ser espiritualmente merit'OfiO-~:·. ·::'.:'.:.:~::· modo de antesala donde se situaban los artilugios y apoyos necesi-
tiene astucia política. __ ... :·_- tados para la «velada»: varios quemadores de carbón, antorchas,
La pertenencia a las hermandades es también algo informa:!:'~-!;; queroseno y una caja con serpientes venenosas. Desde esta estancia
No existen- ritos de iniciación específicos, ni instrucción.. secret~'~'-.:~:;{J~:­ podíamos ver la sala principal, mucho más amplia, donde se iban
y no hay una--jerarquía-elaborada-entre-sus---miembros·;:l:;a·-Iet~J!(:_:~.:;;~­ a desarrollar las actividades curanderas de la noche.
de la hermandad, su dikr~ es normalmente muy simple, a menudó_ · · ·,:W::- Durante aproximadamente la primera hora que estuvimos allí
una variante sobre el nombre o. atributos de Alá, repetida intermi- bailaron unos quince hombres al ritmo de las panderetas mientra~
nablemente .. En la mayoría de las hermandades no existe un trátni: se entonaba el dikr o letanía de la hermandad, que era básicamente
t_eQficial para ser__ nüeI11bro. Los que participan· regularmente. pasan-: el nombre de Alá. El baile se realizaba en fila, frente a los músi-
a tener más influencia en las decisiones cotidianas, pero se d(l cos, al ritmo de primero cinco contra uno y después tres contra
acogida a todo el mundo. Pueden estar presentes limitaciones cie uno, repetido y repetido una y otra vez. Las manos se cogían
parentesco o genealógicas para alguno de los cargos oficiales, pero a la altura de la cintura, los bailarines se balanceaban en movi-
su papel es relativamente menor y, en ci.Ialquier.caso, la--manipula~ mientos- circulares que_ transmitían el movimiento en forma de ola
ción genealógica es práctica habitual en Marruecos. que servía de contraste al movimiento de sus caderas. Las cabezas
Alí era miembro de la hermandad Aissawa, cuya genealogía es- gir_aban circularmente de lado a lado. Este movimiento tranquilo
piritual se remonta a Sidi ben Aissa, quien, según se ha podido y agradable se interrumpía ocasionalmente cuando uno de los bai-
establecer por medio- de investigaciones históricas, vivió a finales . larines se salía de la fila y continuaba bailando en el mismo estilo
del· s. XV. La tradición popular, sin embargo, le sitúa en el s. relajado. Más tarde esa noche, cuando estaban ya poseídos varios
XVII, en el tiempo de fundación de la actual dinastía. Sea como de los bailarines, la linea se deshizo pasando a tomar forma circu-
sea, la leyenda de Sidi bep Aissa se centra en los poderes curaiivos lar. Se realizaban movimientos armoniosos de contraste que. desta~
fabulosos que se dice poseía y su extraordinaria capacidad para -caban el protector tono intimista.
domar criaturas salvajes, especialmente serpient.es venenosas. Estas Los bailarines oscilaban desde chicos y chicas adolescentes hasta
caracter(sticas marcan las actividades actuales de la hermandad Ais-
sawa.. . _- _ -
.- .r· -.-:_-'.'<::·:./- un hombre-que debía tener ochenta años. Aunque a lo largo de
la «velada» hubo varias bailarinas de sexo femenino, el hecho

-1•
El hecho de que Ali_ fuese descendiente de un santo que•pasQ;;
gran parte de su carrera oponiéndose a hermandades tales como-<
no fue normal. Cuando entraban en- trance, las mujeres. salían :s
de la audiencia para- ponerse• a· bailar al lado de los hombres:-
64 Paul Rabinc):,..;. Reflexiones sobre un trabajo de campo en .\.farruecos 65

. Sus bailes tendían a ser más llenos de emocíón Y desiguales, con después, Ali se puso a bailar delante de la fila de bailarines, ya
violentos giros de cabello (ahora suelto), y a menudo terminab~1l 0 trance bastante profundo, y subiéndose la camisa, hincaba las
en un desvanecimiento dramático. · :.· :~<_::.<. eñas en su propios brazos de forma rítmica y con gracia. Aunque
· Toda la velada se mantenía en orden por la mirada cuidadosa ~urante esa noche sus brazos se cubrieron de sangre, al día siguien-
de un hombre el moqaddem. El hacía que continuasen los cantos, te misteriosamente, sólo tenía pequeños rasguñ.os. Pero sí que
comprobaba due los bailarines que entraban en trance no se hirie' esÍaba muy cansado y melancólico,
. quejándose de un fuerte dolor
sen, y los retiraba con cuidado llevándolos a los brazos de. l~s de cabeza.
mujeres que les esperaban para lavar sus caras Y calmarlo~ .. Mas ··- El clímax de la velada fue la ceremonia de curac10n, que se
tarde, también tenía que controlar de cerca a todos los part1c1pan- ealizo hacia la medianoche. Las primeras horas de baile no esta-
tes para evitar que ocurriesen accídentes graves. Su forma de pro- ~an específicamente dirigidas a la curación propiamente dicha, aun-
ceder era entre bastiaorer·y·aufüritarfa;-·bilstante poco marroquf que la profunda involucración psíquica de los bailarines era clara.
en tono y procedimiento. La «velada» se celebraba por un chico joven. Su familia patrocina~
Después de varias horas•de-eant-0s--rítmicos;·interrumpidoS"S6fo· ·· ... ba-la ceremonia que básicamente implicaba proporcionar la casa
por la necesidad de recalentar las pieles de las panderetas o por y alimentar a los huéspedes, lo cual significaba gasto de importan-
los inconexos estallidos de trance (que yo encontraba extremada- cia para una familia tan pobre.
mente relajantes y reconfortantes),.-el-moqaddem encendió los·-que:- :.cinco hombres tomaron el centro de la pista y cuatro de ellos
madores de carbón, comenzando la secuencía de inge~tión de fue- comenzaron a realizar ruidos a modo de gruñidos como si fues~n
go. Encendió una serie de ant?rchas. con lo que parec1a .ser quero- leones, imitando sus acciones. El quinto hombre pasó a la estancia
seno y se las ofrecíó a los badarines ondulantes, que aun estaban contigua y volvió con el niño en sus brazos. A no ser por los
formando una fila; El ritmo era constante. Pern ahora todos Ios. gruí!idos, lo que a continuación vino se podría describir como
bailarines portaban ·antorchaFáfüientes-qüe guardalían bajo su ves. una imitación estilizada y ejecutada de forma exquisita. Los cuatro
timenta, las chilabas, y después contorneaban sus cabezas con ellas; «leones» interpretaban los ataqµes contra el chico y su guardián,
para finalmente dirigirlas provocativamente a sus bocas. Cada una que se enfrentaban a los contraataques del guardián, desarrollán-
de .,estas .series parecía. durar -vatios minutos, hasta que las antor~ dose toda la escena con languidez. Toda la representacíón se reali-
.chasse apagaban. Entonces había_un.pequeño desean.so, el moqad-- . . zaba de forma extremadamente convincente. El uso del espacio,
dem volvía a encender las antorchas, y la secuencia comenzaba ..•• al expandir y contraer los círculos, tenía una coreografía muy be-
de nuevo. Se desplazaban gradualmente hacia un escenario. _en el lla. La fuerza de la danza se realzaba con el pase del niño de
que se mantenía las fila de bailarines, pero en esta ocas10n se · hombre a hombre. Según cada hombre recibía al niño enfermo,
hacían turnos en los que todos los bailarines se adelantaban uno el primero transformaba de forma suave y radical sus gestos pa-
a uno y representaban una actuación rutinaria con la antorcha sando de una actitud de ataque y grufiente a la de un guardián
ardiente. El moqaddem se mantenía atento durante todo este pro- que abraza y protege. Toda la estructura de la pantomima-danza
ceso para evitar que algún bailarín que entrara en trance profundo consistía en variaciones suaves entre expansión y contracción, entre·
pudiese caer al suelo .y quemarse. Cuando le parecía que al_guien ataque y defensa, todas ellas realizadas con los movimientos so-
ya había bailado suficiente, decía simplemente eh-wah (¿b1e~?), námbulos del trance profundo.
y el hombre le daba la antorcha y volvía modestamente a la filac· La «velada» terminó con todos los miembros sentados alrededor
Aquella noche Ali no comió fuego. Decía que sólo habí~ participa• del moqaddem, a quien se le dio una pandereta y el estandarte
do en una «velada» y que todavía estaba demasiado fatigado corno de la Aissawa. Él les dirigió en un canto final. Exhaustos, los
para volverlo a hacer. Los movimientos estandarizados d~ la antorc bailarines salieron de su trance, con lo que terminó la «velada».
cha alrededor de la cabeza, indumentaria y boca, parec1aJ1 abso~:; A continuación, se sirvió comida aunque había ya poca energía
ber _una energía. enorme. - .:. ·. ·-'·,·-~·-:'-\;;f para disfrutarla. Hubo algo de conversación intranscendente du-
Después de la sesión del fuego; la· intensidad de 1a velada P:U~"! rante la comida y poco después salimos todos . .Alí observó al
decaer, aunque el balanceo y. los cantos continuaron. Poco t1ernp; .· díá. siguiente que aparentemente ef nií!o se encontraba mejor. Sa-
Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 67
66
culturales. La observación temática es incómodamente difícil, ya
. os sin embargo que estas «veladas» eran esencialmente psi~,
b 1am que estos fenómenos están en todas partes, resultando ser por
, , · d d · ·
coterapéuticas para todos los participantes, Y sin ~ a sena rep~_~t_< ello los más opacos a las metodologías que hemos desarrollado.
da. en el plazo de pocos meses. · .· No existen límites bien definidos para delimitar de
forma conclusi-
Lo que más me sorprendió fue quizás lo totalmente natural que va y definir la actividad cultural. Ciertamente, el ritual tiene sus
todo había parecido en la noche. Tanto en el momento de. la complejidades, pero son diferentes a las normas más dispersas,
realización como en retro'spect_iva, tenla el mismo efecto catártico___ . ·: fragmentarias y parciales que dan coherencia a la vida social.
rofundamente sedante en mí que el ver actuar a John Coltrane.
k~ ambos casos, había actores experimentados que_el~boraban una· •••
forma cultural en la que podían expresar sus s~nt1m1entos Y esta-
dos de ánimo turbados---De-esta.Jorma,_descubnan y comumcaban Ali y yo éramos ya compafieros inseparables. A pesar de las
una forma de escape. La expresión cansada Y. sudorosa de AH barreras lingüísticas, nos llevábamos admirablemente bien. Bro-
al final de la «velada» trajo ·a mi mente una imagen en la _que - rneá_ba_mos acerca de cuan 'ayyan era .mi árabe, cuan crispado.
coltrane se apoyaba erilií-í5ifrecnie-un-éTUb situado.~n un--só1ano··- débil e inadecuado. Este tipo de comentario invariablemente pro-
en Nueva York, ti¡mbién .. chorreando. sudor, tamb1en m?alando ducía estallidos de carcajadas en Alí y Soussi. Disfrutaban enorme-
con profundidad de un cigarrillo, también c_~n aspecto calmado, mente estos giros irónicos en los que uno de ellos utilizaba cons-
anticipando las tofnieüfasae-pasi0n--y·confus1?nqu~-se desarrolla- trucciones sutiles o jugaba con matices para demostrar así lo poco
ban por dentro, pero con un aire de apac1guam1ento tempora_I"__;_ que yo dominaba la lengua. Pasamos de esta forma muchas horas
bien merecido. . · . . juntos, bromeando, picándonos y bebiendo té.
Estas manifestaciones funcionan con éxito a mvel expresivo. . ,. También me enteré por qué Soussi estaba tan poco preocupado
encauzamiento. dé las fisuras:_psíquicas. funcionaba palp~blememe;¿ · por vender o no vender en su tienda. Tenla otra preocupación:
este modelo ritual proporcionaba la catarsis y la resolución tempo-; era un proxeneta. De hecho, tanto él como Alí dirigían una red
ral para sus· participantes. Las· cosas son culturalmente lo qu~ se de prostitución amplia, aunque precaria. Reclutaban muchachas
decide que .sean. Se esperaba por adelantado el alcance máximo . bereberes de las aldeas de las montañas de los alrededores y las
y más profundo de las· contorsiones y cara~oleos producidos en;~ . llevaban a Sefrou. La prostitución era una subcultura en expansión
er-eXta5iS~- . -y~·-se. ·a¡sponía---d~--un1r··interpretac1on con sent1?0 tanto en Sefrou. Casi todos los hombres marroquíes que conocí habían
para los actores como para la audiencia. Toda la se~uencrn estaba"; tenido su iniciación en la actividad heterosexual por la- visita al
definida y supervisada de forma detallada aunque sm obstrucc10-... prostíbulo.
nes por el moqaddem para que la ceremonia no se sahese de es~o.s Las mismas chicas parecían disfrutar (al principio) de su recién·
límites predefinidos. La línea divisoria_ ~ntre observadores Y part1c1- adquirida libertad, comprándose las joyas y vestidos caros que
pantes era bien clara, lo cual me fac1htaba enor~:mente la ~om­ habían ansiado en sus aldeas montafiesas, y parecían tratar a sus ·
prensión y disfrute de toda la velada. Todo se realizo con pulcn:ud: clientes con familiaridad y buen humor. En cualquier caso, los
En los casos en los que una fofma cultural exitosa propc:r.c1ona_ :_~-­ hombres de Sefrou y del campo hablaban con entusiasmo genuino
una estrU.ctura progresiva· para la ·interpretación y generac10~--"de-­ de sus encuentros con ellas. En Marruecos se hace una diferencia-
experiencias, nos encontramos con que la experi~n:ia del O~ro n~s ción clara y profunda entre las esposas, que tienen que cocinar,
resulta más comprensible. Las frontera~ son fac1lmente d1sc~rn,1>+, · tener- hijos y mantener el honor familiar, y las mujeres del placer. ·
bles, los símbolos están situados convementemente, Y la sec_ue_~~~~X~. Se supone que a las prostitutas les gustan· las diversiones y los
se controla de forma explícita. No es sorprendente q':'e. sea a.qui.:; hombres de Sefrou pasaban muchas horas embelleciendo sus narra- .. • .·
donde la antropologí.a haya tenido más éxito al descn.b~r Y .co~-{ ··• ciones fantasiosas sobre las veladas, días o mafiarrnsdlisfrutados.· ...,¡>'i'

~
prender otras culturas. Aún así,. es en las área~ de act1v1?ad ~91L con ellas. . . . . . . · ·~ "')~
diana '-moldeadá.s menos .explícitament."' y de. 1mportanc1a. m· .·_-~.. ··._.· . . Muchas de estas chicas se casan al cabo cte varios ai\os. Aunque : ·
evidente- y en el razonamiento englobado en lo que se ~e~'-1!!:'. hayan perdido .su honor, poseen ciertas ventajas evidentes comOf
. sentido común; doüde se encuentran la mayoría de las· d1ferenc;•J

\1\\ -.--- ---- -- - __·. - -.-- ·''· ::=:-1-


Reflexiones sobre un lrabojo de campo en lvfarruecos 69

..
•, ''

--1.;
posibles esposas (normalmente de hombres divorciados). Por su-
puesto, el precio de estas novias es muy pequeño. A menudo ellas
rnismas son moderadamente ricas. Los hombres decían que eran
buenas esposas, porque se habían desmadrado de bien jóvenes,
babiéndo vuelto a ser de fiar con el tiempo. Independientemente\
de todo, las prostitutas constituían en Sefrou una gran subcultura, ,
al igual que ocurría por todo Marruecos. Aunque constituían de ,
forma bien definida un grupo marginal, en la medina no se las
despreciaba ni se las condenaba al ostracismo de forma sistemática.
El almacén de Soussi y la tienda de Alí de enfrente a la calle,
que también servía como centro de curas, eran las estaciones de
paso para estas chicas, que finalmente se situaban en la mel/ah.
Según Jos judíos iban abandonando este barrio, éste se iba volvien-
do a ocupar por los bereberes rurales pobres y por una amplia
población de prostitutas.
r Después de,·'aproximadamente un mes de estar sentado delante
¡ del almacén de Soussi, me convertí casi .en co-conspirador en sus
esfuerzos cómicos por echar a todo el que quería comprar ropa
, en la tienda. Llegué a conocer a la novia de Alf. Alí estaba casado
· y tenía varios .hijos, pero esta chica bereber de lmmouzer de Mar-,
moucha, un ¡íoblado bereber situado en lo alto del Atlas Medio,
era su aúténtico amor (hobb; como el lo denominaba). Ella vivía
en su casita, enfrente de la tienda de Soussi. Yo daba por sentado
que ya había .sido prostituta o que, al menos, quería llegar a serlo,
cuando Cupido lanzó sus flechas. Siempre era tímida conmigo y
nii árabe 'ayyan no ayudaba en absoluto; pero ella sabía con certe-· '
za quién era yo y llegó a aceptarme como parte' del tinglado pica-
resco que gravitaba sobre el almacén de Soussi.
Un día, después de la discusión de la boda, Alí dijo que ·Mimou-
na, su auténtico amor, tenía que ir a su casa a visitar a su madre;
¿por qué no iba con 'ellos? Traducido, esto quería decir que por
qué no les llevaba en coche los aproximadamente ciento sesenta,
kilómetros de recorrido. Yo me regocijé en asentir; este voto de
confianza señalaba el cruce de otra barrera. En aquel momento,"
se estaban llevando complicadas negociaeiones (descritas más ade-
lante)' a efectos de establecer mi residencia. en el pueblo de Sidi ,
Lahcen, y al ser Ali mi principal mentor, parecía indicado hacerle- . í
·un favor importante; Además estaba deseando salir de Sefrou,y··,;¡(
· Marmouchá ·estaba alejada del· terreno que ya me resultaba fami~, ,;,~5
· liár~ Su mercado. era famoso,. y yo esperaba encontrar. auténtica:'<f;
· artesanía· bereber en éL También tenía curiosidad por vei éómo•+• '·
Una joven esposa de Sefrou. iba a actuar Ali con la familia de Mimouna: ·' •· ,, '!
· Reflexiones sobre un trabajo de campo en .A1arruecos 71

¿Intentaría pasar por su pretendiente, o se reconocía su auténtica


relación con Mimouna? La idea de un emplazamiento romántico
y una posible aventura sexual por mi parte se combinaron para
acrecentar mi interés por el viaje.
Un día de la semana siguiente nosotros cuatro, yo, Alí, Momou-
na y un sobrino de Soussi desempleado, nos apretamos en mi
pequeño Simca y emprendimos el viaje. Era un hermoso día, sin
nubes, y nos fuimos alejando de Sefrou y adentrándonos en las
zonas montañosas con buen humor. Los franceses habían construi-
do vías de comunicación buenas para facilitar los movimientos
de tropas y mercancías, pero el nuestro era el único coche en
la carretera. El Medio Atlas se convierte en una serie de altiplani-
ces gradualmente ascendentes y bastante baldías que se utilizan
principalmente como dehesas estacionales. Estas mesetas están mar-
cadas por subidas rápidas que proporcionan vistas espectaculares
de la tierra vacía que se encuentra más abajo. Según íbamos acer-
cándonos a Marmoucha, comenzaron a aparecer más y más pinos
y el bosque •se espesó. Marmoucha se puede ver desde bastante
Jejas en el camino. Está suspendida en· una superficie escarpada
que sobresale unos cien metros de la empinada montaña que le
sirve de fondo.
Más abajo, surge una gran cascada. Había sido un centro de
resistencia·, primero frente a IÜs sultanes de Marruecos, y más tar-
de contra los franceses. Su situación estratégica es muy buena,
con una vista panorámica al frente y una montaña escarpada de-
trás. No fue sometida hasta mediados de la década 1930-39 y
ello sólo cuando se la bombardeó.
Marmoucha parece más grande desde la distancia que cuando
se está en la población. Tiene una calle mayor donde se encuentran
Jos edificios públicos, y un amplio espacio abierto que sirve para
el mercado. El zoco estaba en todo su esplendor cuando llegamos,
pero- en comparación con el de Sefroú era bien tranquilo y la
artesanía que en él se encontraba me decepcionó.
Después de una visita formularia al qaid, algo así como el sub-
gobernador, hombre joven originario de Sefrou y perteneciente
a una familia poderosa que se quejaba del: frío y de lo difícil
que era gobernar a los bereberes, nos dirigimos a la casa de Mi'
mouna. Su familia vivía en una sencilla· y simple casa de piedra
en el extremo. de la población. No estaba construida' en forma :
de recinto, más usual en ámbitos· u.rbanos, sino que era una cabaña. ·
rústica de dos habitaciones.
La madre de Mimouna nos acogió como si se tratase de hijos
_:na anciana bereber de visita en el mercado: de:'Sefrou.
Reflexiones sobre un trabajo de canipo en Afarruecos 73
72

perdidos hace mucho tiempo. Evidentemente, estaba al tanto al ser algo obeso y protestón, se quedó más y más rezagado,
pero nosotros cuatro continuamos el camino.
la situación.
y 0 estaba totalmente asombrado. No tenía ni la más somera
Inmediatamente se puso a calentar agua para preparar effüe~Te'.',. idea de adónde nos dirigíamos. Nunca había tenido antes este tipo
y fortalecedor té de hierbas de las montañas. Charlamos .durantti.:.C: de interacción sensual en Marruecos. Aunque recibida de muy buen
un rato y ella se refería a mí como el propietario del mou/taxi; · · grado, parecía demasiado buena como para ser verdad. Imágenes
o jefe del taxi, a mi entender bastante adecuadamente. MJ.á.r.ábé. encantadas de mi superego como antropólogo espesaban mi con-
precario se recibió con amabilidad pero con grandes carcajadás; ciencia según el aire se hacía más puro y el juego más desinhibido.
que de forma efectiva desalentaron nuevos esfuerzos por· mi parte; Tanto Alí como las chicas bereberes me dejaron a mi aire, sin
En cualquier caso, la mayor parte del tiempo hablaban bereber. apartarme del juego pero sin presionarme, dejando que yo definie-
Después del almuerzo,-·salimo&-de·-Marmoucha para·hacer~tfü· se mis propios límites. Yo me sentía inmensamente feliz; era el
excursión. Yo no tenía claro dónde íbamos- a· ir, pero. -eta'-'c0.ffi07'.~:-­ día que mejor iba a pasar en Marruecos.
una aventura y todos estábiímos de
imiY bueii liúiiioi:;I.,¡¡silió"'~¿,::;:; · .........Después de aproximadamente una hora hicimos una pausa. Alí
chicas bereberes, Mimouria-ysuheriiiana pequeiia-(que niépared~~'.2. señaló hacia lo lejos pareciendo indicar que nuestro destino estaba
bonita), salieron solas. y recorrieron a.pie unos ocho o diez kÚÓm~·~c¡­ al torcer la curva. Al no haberme dado cuenta que sí teníamos
tros, bajando la intrincada carretera y después tomando un seti.de; ..••• una meta, esto levantó mi curiosidad al tiempo que me producía
ro que seguía el curso 'deúiii'lo:Amfesto mepareCio-exlr~-0::··.•, una cierta angustia. ¿Quiere· decir que esto se acaba?
No resultaba claro cuáles eran las apariencias que se querían mim- .~·'"' Reemprendimos la marcha. Estábamos ya a bastante altura, el
tener, ya que las chica5 eran bastante conspicuas. El fal'go:p-aieo'·•;·• aire era fresco· y el. río corría a bastante velocidad. ·Al girar la
las llevó a través de la calle principal .y. después por la lá.dei'Jl.;'.¡j~ curva; nos encontramos con un valle cerrado en el que se asentaba
de la montaña,· por.lo que.aún..continuaban.siendo.invisilil~:íJ.~iC:'~:'"' ull'feo· recinto de cemento. Resultaba extremadamente desconcer-
arriba. Nosotros, los hombres, fuimos en coche. ¿Quién era•yo• .. tante después de haber recorrido todo aquel paisaje prístino encon-
para cuestionar esta forma de' proceder?. Una vez que salil11ós dé. trarse con cualquier tipo de construcción. Arriba, en· la sierra que
la población, gframos y aparcamos el coche a unos cuantos cieiifos teníamos en frente, se podían ver algunos hombres con millas que
de nietros de la carretera. Si se suponfa que esto era. camuflaje, se aproximaban en nuestra dirección. Nos sentamos en las escale-
me pareCía ridícülo; ·aunque·no sé.. podfa ·ver el coche cteSde Ja - ras del edificio, recobrando el aliento y contemplando su bajada
carretera, sí que era claramente visible desde el pueblo; ienta y en espiral; sin decirnos mucho, nos sentamos aunque> sin
Nos encontramos con las chicas y en medio de grititos y risas sentirnos así, en la postura de niños castigados. Los hombres se
seguimos..eLcurso <leL río a.lo largo de su sinuoso trazado. por acercaron (en realidad no llegaron a estar demasiado cerca de no·
un valle profundo. Pronto estábamos aislados: yo tenía la impre- sotros, porque su sendero subía de nuevo hacia la otra ladera
/l sión de estar ya en pleno bosque. Culturalmente, también me pare- al pasarnos), nos saludaron y se alejaron lentamente de nuestro
campo de visión. Las chicas se habían cubierto las caras cuando
cía una experiencia fascinante. Al dejar la carretera, el pueblo
y la sociedad, sentía una excitación creciente, como si las inhibicio-_ los hombres estaban más cerca. Estábamos cansados y derrotados.
nes personales y las convenciones sociales también se dejaran atrás; El sobrino de Soussi, aún gruñendo, llegó por fin.
Al terminar el pequeño camino minero, seguimos simplemente . Entonces noté un olor algo extraño •. A primera vista el edificio
el curso del río. Charlábamos poco pero jugábamos. Alí montaba ··•e• · me había parecido como algún tipo de dependencia accesoria, pero
a las chicas bereberes a caballo cada vez que cruzábamos• el.'ríói" f• •. lo absurdo de .la idea me. hizo desecharla· rápidamente y nuestra
y ellas saltaban sobre él como si realmente estuvieran a li>iiioF·..--· atención se distrajo con los hombres que se aproximaban. a noso,-
de un caballo; tiraban de su cabello y de sus orejas, lo cu~! pr~ci~'!' tros;. habiéndome·. olvidado después de. todo.. En el interior había
cía gritos de. protesta por su parte. y sonoras. carcajadas;de;¡],, manantiales sulfurosos, calientes, malolientes y buenos para, la s~
.lud~ .. según.' decían•·-:' · ::''~ ·, ~.--:;-.·{: --~;,_ _¡..,,,,_,
chicas. Hábía carrerillas y persecuciones y,. más tarde, uiiá:.léfü;i'
bajada con ayuda mutua. y cogida.de manos. El sobrino de Soüssi;, .:.ELedificio:contenía•una pequeña·. piscina donde surgía.el manall> ·
74 J?efiexiones sobre un trabajo de campo en Afarruecos 75

tia! del lado de la montaña. Alí y las dos chicas ·decidieron po~etsllF bón. Nos sonreímos y ella preguntó mou/-taxi la-bas (¿cómo está
a nadar._ ¡Nadar, desnudos, en Marruecos! Casi no había ".ls~~i. el conductor?), y esperamos la cena. Durante la cena, los demás
la cara de una mujer durante los últimos meses, -y. henos ·a$Jií);;. hablaban entre ellos en bereber y yo estaba sentado regocijándome
después de un espléndido retozo a través de las montailas,.senta_clgi: en sabrosas imágenes de la tarde. Después de tomar el té y algo
al lado de un manantial sulfuroso, y ellos que deciden na!lat. . de charla en árabe, ya era claramente la hora de irse a la cama.
Alí se puso discretamente de espaldas mientras se desvestía.:(c)s_' Alí me llevó a la habitación adyacente y me preguntó si quería
tres se pusieron bastante serios--por--un- momento;---como--si---el0 -'_ri_~ual-:"--.: ctormir con una de las chicas. Sí, me gustaría con la tercera mujer
del desnudamiento les trajese de nuevo a la mente la noción SQ_ci~L •·zct•-- que se había unido a cenar con nosotros. Ella tenía su propia
del pudor. Incluso en los hamanes, los hombres se desnudan cara habitación en la casa de al lado, así que podríamos tener intimi-
a la pared y cubren sus genitales, bien manteniendo puesta su ---~ dad. Antes de salir de la casa, Alí me apartó, y excusándose,
ropa interior -o--cubriéndose-con-las-manos::··Esto-evoc_a:~~~~;c:-"".-~·-.:~'·'· -- me dijo que le había prometido pagarle pero que no tenía dinero.
miento fuerte de pudeur más • --que- de• - vergüenza
-- - - - - -- o
- culp_R:_ALcm1tm''-C:
' , • -. .,. : ----~f
Todos nos dimos las buenas noches, y salimos de ia casa.
plarlos, me asaltaron a m1 men_teimágen_es de.•Io.s._b_añOS.cJ1ll,bli,c; •••= Sólo nos dijimos unas pocas palabras. Las pocas expresiones
en Sefrou. Estaba maravillado con mi_ euforia, lo remotas ..qu~ que conocía en árabe se enredaron y confundieron en mi mente.
parecían la ansiedad-y fatigas del trabajo de campo; Y el•calo(-'-;'co_ Así que, en silencio y con aire cordial, me indicó que me sentase
y camaradería que sentía hacia mis compagnons qe d_emi:mQnde. _ :-- - en un cojín bajo mientras que ella hacía la cama. La habitación
La casi completa ausencia de comunicación lingüística se. combiriá.;.._:_ --;-,.,, era sencilla y de forma rectangular, con un pequeño saliente en
ba con la intimidad, gracia y falta de ambigüedad de los gesJós : el que había un lavabo. La calidez y comunicación no verbal de
para dar a toda -la tarde un aire de ensueilo, punzando solarn~!lt~i la tarde se disipaban rápidamente. Esta mujer no era impersonal,
por el resurgimiento- de-- mi conciencia -autorreflexiva .. D~-- ye~_::.~~-:-;~._::,::;;2~; pero tampoco era especialmente cariilosa o abierta. La tarde me
cuando me daba la -impresión---de-que las--seeuencias,;que:seo:desa>'.:.•..:: produjo una impresión mucho más fuerte.
' - . - . ·"'"_~---;-:"
"
rrollaban no tenían sentido alguno; que faltaban or1entac1o_nes-~.~"- _,-_ _ ;:~
''"
Este sentimiento se reforzó a Ia mañana siguiente. Tomamos
implicaciones y que parecía- que- estuviésemos sencillamente·: tras;·· --"' todos café juntos y a continuación nos apiñamos en el coche.
pq_e_stos. --: :·:--:-------- ::.-:::;::. El viaje de vuelta a Sefrou, descendiendo por la carretera curva
Yo no nadé porque erademasiado tímido, así que me_s~11t~ e•.± y vacía, fue magnífico. Cantamos y nos gastamos bromas todo
en el borde de la piscina mienfras que Alí y las hermanas bereberes _ -. _ _ . _ el tiempo. Ali se burlaba de mí y preguntaba a la chica bereber
se echaban agua los unos a los otros. No había un tono sexual ___ _ con la que yo había pasado la noche si Monsieur Paul era shih,
fuerte en esto. No sé por qué, pero yo estaba en otro muudo. que es lo opuesto de 'ayyan y significa fuerte, en~rgético, lleno
Quizás fuese la amistad que sentían, quizás la relajación física de vida. Numero wahed, primera clase, respondió ella amablemen-
después de la ascensión o quizás un cierto comedimiento ante mi te, pero a continuación, tanto el rollizo sobrino de Soussi como
presencia. Ali, exigían saber la pregunta marroquí más insistente e importan-
Se secaron unos a otros, se vistieron y salimos de nuevo para te: sha/? En muchos casos esto quiere decir «¿cuánto?», pero en
emprender nuestro .camino de vuelta descendiendo las 1nontañas. esta ocasión significaba «¿cuántas veces?», la indicación- más clara
El viaje de vuelta fue más rápido y también tranquilo. El_ sol de cuán shih había sid_o. En tono burlón les respondí que bezzef,
estaba poniéndose, hacía bastante fresco, y ahora el agua del -río muchas veces. No se quedaron nada satisfechos con tales generali-
bajaba realmente fría. Aún sintié_ndonos eufóricos y con sentimien, _ dades. Para diversión de todos, la pregunta se repitió varias veces
to de camaradería, camiñamos hacia. el coche, saludamos- a. un· ... __ _ más, recibiendo la misma respuesta.
pescador solitario que nos saludó con complicidad,- volvimos-!a•;:;: Finalmente, divisamos Sefrou, un oasis verde en medio de la
adoptar nuestra fachada social y, tras empujar el coche para sacar• · - llanura desprovista de vegetación y visible a muchos kilómetros
lo del fango,. regresamos a Marmoucha. . • .-/ .;:o.:- : de distancia. Las chicas se pusieron sus chilabas y velos (casi todas
La madre de Mimouna y otros dos hijos suyos estaban esperán"./: las prostitutas llevan velo) y era ya evidente que casi estábamos
donos. El fuego estaba encendido y el agua calentándose:.aLc!ll"i•: de vuelta;
. -, : . ·.: i

4. LA ENTRADA

A pesar de mi ahora ya sólidas relaciones con Alí y demás


amigos, me estaba molestando más y más mi lento progreso con
el árabe. Al final del verano estaba auténticamente consumido por ·
la ansiedad. La perspectiva de trasladarme a un entorno en el
que el árabe era la única lengua que se hablaba me resultaba
intimidante. Hablaba mucho francés. Obviamente, en ese medio
no iba a realizar avances sustanciales. El balance de las circunstan-
cias me hizo dar pasos concretos encaminados a dejar Sefrou.
El número de posibilidades era limitado. Yo quería trabajar con
campesinos árabes. Aunque todos los grupos tribales bereberes ha-
blaban también árabe, parecía que era más indicado para un buel1
trabajo de campo que éste se realizase dentro de la lengua primaria
de un grupo. Dejaría el bereber para otro trabajo de campo.
El pueblo de Bhalil, un antiguo puesto avanzado romano colga-
do en una montaña escarpada desde donde se contemplan los cam-
pos y olivares que se encuentran más abajo, era una posibilidad;
Era bastante más grande y urbano de lo que yo estaba buscando,
sirt embargo, y su alto nivel de endogamia y peculiar desarrollo
histórico lo hacían atípico. Lo mantendría en la reserva, como
elección alternativa. Azzaba, un pequeño pueblo de habla árabe
a unos veinte kilómetros de Sefrou, con un culto moribundo a
un santo sin significancia, no ofrecía demasiado.
Así, quedaban otros dos pueblos, ambos de habla árabe, y am- .
bos con tumbas de santos y linajes sagrados. El primero de elloS'
era Sidi Yussef, un grupo de asentamientos que estaba a varios::':'~
kilómetros al sur de Sefrou. Desde un punto de vista ecológico: :. ·~
estaba situado en un. enclave bastante interesante, con un sistema: ··~
de irrigación sofisticado; En él vivían tanto bereberes como arabo~
78 Poul Rabinow

parlantes, pero los descendientes de su santo habían disipado su


reputación espiritual durante años y años de riñas internas y bata-
llas sanguinarias. Al ser la religión una de las áreas principales
de mi futura investigación, ello constituía una desventaja.
La otra posibilidad que había estado barajando, incluso antes
de estar en Marruecos, era Sidi Lahcen Lyussi. Este pueblo ha
seguido siendo un centro religioso tradicional y tiene el mayor-·-
santuario existente en esta parte de la cordillera del Medio Atlas.
El musem, o festividad del santo, e,ra aún celebrado y recibía
una numerosa asistencia de población tribal. El enclave ecológico
era complejo, y aesdeün piinto-ae-vista fociológico el pueblo
era suficientemente diverso. Sólo la mitad de los novecientos habi-
tantes eran miembros de -Ios·-~cuatro- linajes santos existentes-;- -El--:- __ ~-': __ :_
resto de la población estaba compuesto por descendientes de los
grupos bereberes que habían ido allí a lo largo de los años en
busca del santuario, y. los_ supuestos___ habitantes_ indígenas, conoci-
dos localmente como los «hijos de los esclavos».
Al final, elegí Sidi Lahcen Lyussi. La elección no resultó difícil,
pero conseguir eritrar y establecerme en la población ofrecía algu-
nos problemas. Aunque nunca conseguí enterarme de todos los
detalles, por ló que neccinseguiilo-if-reuófolldo de uno y· otro
lado había un 'grupo· en el pueblo que se oponía a mi entrada.
Esgrimían dos objeciones-, -ambas -conectadas con mi asociación
con Alf, En· primer lugar, todo lo que Alí apoyase, iba ciertamente
___ a___ generar. ...una .. reacción __en ___ sentido___ contrario de igual magnitud.
Sus actividades en Sefrou eran bien conocidas y se consideraban
vergonzosas. Los habitantes del pueblo moralizaban acerca de este
descendiente del santo que desatendía a su esposa, se relacionaba
con prostitutas, y estaba ligado- con. la hermandad Aissawa. En
suma, Alí ·era definitivamente persona non grata en Sidi Lahcen.
Como él mismo rápidamente destacaba, había un factor importan-
te de puros celos, resentimiento, y ·de ataque por la espalda en
estas embestidas que le infringían, por mucho de verdad que hubie-
se en ellas. De hecho, más tarde descubrí que muchos de los hom-
bres del pueblo estaban envidiosos de la vida privilegiada que Alí
parecía llevar.
Alí era un informante ·de primera clase. Era inteligente; rápido

l
_\ en aprender, paciente, cooperativo y vivaz. Pero creo que,. pot
f\ si solas, estas cualidadés no explican totalmente. su éxito comcr
·~ informante. Alí, como.varias otras personas con las que'trabajé;.
era un carácter marginal dentro de su propio universo social, No
era el habitante medio del pueblo, estaba muy alejado del. estereoti- Los escolares marroquíes son· vocingleros y atrevidos.
80 Paul Rabinow

po del «ciudadano sólido» de Sefrou, y no había llegado a relacio-


narse con los franceses. De ello surgían varias consecuencias im~ ,
portantes.
Alí era más autoanalítico respecto a su sociedad y a su propio
lugar en ella que la mayoría de los otros marroquíes que conocí.
Había rechazado la vida ordinaria del pueblo y pagaba su precio
por este rechazo; él era consciente de ello· y capaz de explicar
claramente por qué habia escogido este camino. No había sido
algo fácil de hacer. Había sido forzado a razonar causas y defen-
sas para justificar--y- explicar----sus... acciones," tanto __ a sí mismo_ como_
cara a sus detractores. Además;-- tenía que- conseguir integrar su-"
propio modo de vida en Sefrou.Al ser ya condenado al ostracismo
por gran parte de la comun!daéf;-s01íamofarse de ·ras ·araduras
del control social exhibiendo su. propia libertad. Esto le distinguía
existencialmente no ·sólo de los muchos estudiantes de liceo que -
tenían una actitud críticá frentea-KVidlfdd pueblo y la sociedaa-·-
de Sefrou (aunque sus críticas tendían a mantenerse en el terreno
de lo abstracto), sino· taI11biél1 frente. a algunos de los hombres .
que habitaban en el puebfo que, aunque descontentos, aún se man-··
tenían ligados a- limitaciones.-con'lencionales. En una palabra, 1.J(:¿ __ •••
era más consciente de su propia situación, no un autojustificador ..
a la defensiva; había desarrollado para sí mismo alternativas prác-
,.'
1

\ ticas, por precarias que éstas pudiesen ser.


'
Alí hab_ía estado conmigo de forma deliberada: en parte porque :.•
era-curioso_y_iveíiforero,en-pafte-poréj\ie vio en mí la posibilidad-
de ingresos económicost y en parte pÜrque era relativamente inmu-----,
ne al control social que la comunidad establecía. Ya había trabaja• · ·
do con otros antropólogos que habían venido a Sefrou; conocía -·.
las obligaciones, y estaba dispuesto a continuar su relación. Esto
ayuda a explicar la energía que puso en llevarme a su aldea natal.
A pesar del conflicto, sabía que mientras más hiciese por mí, 111ás
dependería yo de él, más le daría a cambio, y más me convertíría
yo en «SU» antropólogo. Este tipo posesivo de relación es bastante.
común en Marruecos. Uno de los problemas principales a lo largo
de todo mi trabajo de campo fue cómo limitar y co.ntrolar la
tendencia de los informantes hacía la posesividad.
Las mismas cosas que hacían de Alí un buen informante; tám·
bién le convertían en un lastre en otros contextos. Este hOcho .. ·
quedaba evidenciado_ durante las disputas acerca de mi entrada._
~n Sidi Lahcen. Ali no podía ganarse un grupo para mi causa;-•)
con facilidad; a los ojos de los habitantes de la población no ·
había nada a ganar apoyando sus esfuerzos. en mi nombre. Aunque

- ;•r•• :··µ,t
. .. _..,....,,rt',
~
82 Reflexiones sobre un trabajo de campo en lvfarruecos
83

era miembro de los linajes santos, y también lo era sfr ·~§;•·, de mis relaciones con el estamento oficial. Esta era la única forro
tenía muchos enemigos en ellos a causá. de su abusivá;'.'rái en l~ que se podía hacer. El informar a los oficiales había sid~
respeto para con ella. Por su parte, él exacerbábif'J¡t 'si( inevitable, pero su aprobación había convertido el asunto en algo
mofándose constantemente de sus modales «paletos», su· lii¡)O,tJ- peligroso desde la perspectiva de los habitantes del pueblo. Es
moral y envidia. Parece ser, por lo. tanto, que cuando..,Alíc . e=;•;• absurdo. pens~r que estos campesinos habrían aceptado mi pro-
al pueblo para anunciar que yo iba a vivir. en él, fue saluda(fijfü.;·•" puesta sm mas, Y que la. hab~ían refrendado en aras al respeto
con un vocerío generalizado de oposieión. · Nfügúri"iimlg(Vile?'ís;I¡¡;'if'+- fl!utuo ~ntre cult~ras. ¿Por que, preguntaban los del pueblo, que-
sería amigo de ellos. . .•_,_, .;:,;;;;;. " r1a un neo americano v1v1r en un pobre pueblo rural y vivir sólo!
Pero Alí tenía bazas importantes para jugar. Sabía que el gober- en una casa de ado~e, cuando podría estar viviendo en una villa 1
nador local y su_bg1)1Jei:nador__~.'l_bían ~p~()~~cl().,lJJr()l'e<;t!Le~hizo·-"' en Sefrou? ¿Por que nosotros? ¿Por qué meternos en una situa-
que los habitantes de la aldea lo supiesen con toda certeza.~Al•"••?" ción en que el gobierno nos hará a todos responsables de este i L
. ? Q .
extran~ero. ¿. ue tenemos que ganar en ello? Los riesgos eran 1
1 \·
hacer esto, parece ser, convirtió la oposición generalizada·-que-exis.. ·-
tía en una ambivalenda ferviente";· ha·-recié~acidil ój)óSiCí<Sñ:•s~~ demasiado evidentes. :
fragmentó. Bastantes personas se dieron aparentémente•cü:eiitá"ae?'"":;; ¿Y cuál podría haber sido mi respuesta? ¿La profundización .
que con tales aliados yo iba a ésfab!Ccerme en la aldea tllrd6&;.¿~. de la antropología? ¿Mi propia carrera profesional? ¿Ampliar sus
temprano. También se dieron•.cuenta-de-que-Alí--n&-iba:"á:eSlábÍ ;:.,.":.' per~pectlvas? ¿Pequeñas cantidades de dinero para algunos de los
cerse de nuevo en Sidi · Lahcen, y que al menos no tendrían;§.ü,f'.;;0 habitantes? Lo que ellos pensaban era bastante correcto. En su
tratar con él. Era ésta una situación que conllevaba sus-·ri.Sgoiz;.cii:'. mundo no había realmente razón alguna para permitirme quedar
Pero cuando hay riesgo, también.existe la posibilidad <le-gan~ni;i~~ii:f~ · en el pueblo.
Durante este tenso ·período que. pasé · esperando ansios~meíirecri'i$ . A~n. así? Y~ ?ab~~ venido a Marruecos para vivir en un pueblo.
en la tienda de Sóüssí;"pasaroñ-por alfi:Varios "!ioñi"iires· defep~bló;4";;-· L.a um~a ¡ust1ficac1on que conseguí encontrar, y cuya mala fe era
Solían entrar,, observarme,-- entrar., err;- una: corta- conversaciQíi;;f;J~~~ · bien e~1dente, era que yo poqría ofrecer algunas cosas a aquella
a continuación, marcharse. Estaban calibrándome, pero, los:estáfü•;'.,"K~ comunidad. -·Pero, no podía -incrementar su- producción agraria;
dares que· utilizaban no me resultaban: claros. Alí y Soussi• .mante-;;;;f¡· no podía curar s~s en.formedades y conseguirles trabajo; no podía
-nían ..unaactividad-positiva;y-me ..regalaban-con. sus·manifestáciones"~'.°~T"" hacer que las lluvias v1n1esen cuando eran necesarias· quizás podría
superficiales de apoyo, al tiempo que rehusaban darme algún•defad':.;_ enseñarles inglés. Cuando finalmente llegué al puebl¿, sugería tími-
lle específico. damente esto. Hubo una respuesta cortés pero tibia que todos
No estoy seguro cuál hubiese sido mi reacción si hubiese sabido > los afectados pronto indicaron.
. Puede haber situaciones en las que el antropólogo pueda ayudar
la dinámica· de la situación en· aquel momento, Sin duda, me hu-

1 biese desanimado y vuelto pasivo al principio. ¿Cómo podría tra-


bajar en un pueblo en el que no me querían? Iría a cualquier··):
. otfo sitio. La ingenuidad de tal reacción es extraordinaria. Habría'::;,;
. habido oposición en cualquier sitio; incluido elpropio.Sefioü. ta'i''ji:
d.1rectamente a la comunidad, pero a mí me parece que estas oca~
s10nes n~ son frecuentes. He oído la palabra «ayuda» preconizada
más fervientemente por aquellos que nunca han realizado trabajos
de ~ampo. Esta postura parece más justificable dentro de la propia
única alternativa real sería abandonar el proyecto. Pensar que una:"Jt sociedad, donde pensamiento, acción y responsabilidad están inter-
conectados más de cerca.· He reflexionado sobre este problema
1 forman
cultura que.. medra en los choques a.goniza.nte.s d·.e postüras; .. d. .º···n·de······.· ·.•.·.:.· .·.
las afirmaciones de carácter y los· rechazos de: tales aflrmaciones:c•c ·
parte integral del tejido. social, donde se valorá esj)edai;""'¡~
a lo ,largo de los años y, sin embargo, no me resulta claro qué
podna ha?er hecho. para ayudar a los lugareños que no hubiese
mente la doriiinación y los conflictos son" algo coti(jiano,· p¡;ns;;¡:;y;~ puesto la mterferencra flagrante por la que criticamos a los progra-
que todo esto tendría que transformarse de; pronto, coti~mLmert\"s~~~ mas del A.I.D. Si el est~tus ético del antropólogo ya es ambiguo,
pre.sencia,.. en· una·~.o~í~- ~e. res.~éto in~tu!>;.:-~oni¡>_rensi6n._,(:~.·.~~.·.c.·e·.·. ·.P.·.,-~." '.'.•.· .~.-i.'.
el .«benefactor», cualquiera· que, sea su causa, parece estar· aún
tac1ón abierta es ns1ble; · . ·.·· · · · ·· · · · · · .,. ·•••·•·741 más profundamente. descalificado. · · · · ·
\
De hecho, estaba forzando.rni:•entr~en et pueblo·:aifrá:y~~~ El abogar· por· la. actividad polítiea como uno de los·· papeles
Reflexiones sobre· un trabajo de campo en ,'vfarruecos 85
84

a desarrollar por el antropólogo parece también totalmente insoste, podía al.quil~r un. llabitáculo pequeño consistente en una pieza
nible en este tipo de situación. Yo era el único extranjero•qu~ que hab1a sido ut1hzada anteriormente como almacén de maíz
vivía en todo el ámbito jurisdiccional de la gendarmería. Se obSer: La se'?ana siguiente transcurrió alegremente, haciendo todos lo~
vaban, trasmitian y distorsionaban todas las actividades que yo preparat1~os, comprando las provisiones y, por fin, me sentí alivia-
realizaba tal como veremos. Si hubiese estado organizando o pre- do. Qué. importaba si nü árabe era rudimentario e iba a entrar
conizand~ acciones antigubernamentales, habría llegado la noticia en una s1tuac1ón host.11 s1, fmalmente, el trabajo de campo estaba
a las oficinas públicas con la velocidad de un rayo. No hay duda ya en cammo de realizarse. A pesar de todas las dificultades que
alguna de que habría sido forzado a abandonar el país, Y la posibi- me esperaban y que aún no conocía, lo peor ya había pasado.
lidad de ser encarcelado sería bastante fuerte. Esto podría parecer Desde este momento, los pasos a seguir eran a la vez discernibles
una atractiva aventura--en--Pafís--o--Beckeley, pero_ en_ Mauuecos y ~econfortant~s. ~argué una· cama, algunos cojines, una mesa
sonaba atemorizante -y sin ·sentido.
baJa Y un_ escntono sencillo en un remolque que había tomado
- pr~stado una buena :naftana y emprendí Ja marcha, demasiado
una vez que se acepta la definición de la aniioPS>üiiíicomo fehz como para sentir ansiedad.
observación participativa, tal como yo había ya hecho, elcurso . Según se sale de Sefrou, los contrastes son marcados aÍ princi-
de acción que tenemos frente a nosotros viene generalmente gober- pio. ~espués de pasar algunas zonas de la ciudad de barracones
nado por estos dos términos contradictorills~ la te_11sJ<5_11,_e_!l!r<:__ellQL_. y .. el hceo, se entra en una altiplanicie abierta. Una parte de la
define el. espacio mis.mo de. la a.ntropología. La ob·s.e..rv.ación...•...s. 1.·~.··i carretera· de doble ancho construida por los franceses está cubierta
embargo, es lo que prevalece, ya que es ella la que s1tua las ac,t1v10 ... de rocas .Y rastrojos. Esta parte era tierra de pastos pero en clara
dades del antropólogo; Sin importar cuánto nos movamos.en d1re.c• _1: deca~enc1a para el pastoreo; las negras tiendas de las tribus Ait
ción a. la pardcipacióll, si:ri'?re_ocurre que ~ún seguimos siendo\\" •. Yussino son muy fr.ecuen.tes tan cerca de Sefrou. En la otra parte
a la vez extraños. en el terreno en el qfüntalmJamos y-o.bservadoEes l''""' de_ la car~etera, vario~ kilómetros más al sur, se extienden una
del mismo. El hecho. de que se· es un extraño se evidencia de ' sene de fm~a~ mecanizadas. del. Sais. Ellas constituyeron una de
forma incesante. La nebulosa de la aprobación oficial siempre pen- las zon~ 01:1gmales .de c~lonizac1ón dentro de la región. La tierra,
dió pOr encima de mi, a pesar de mis intentos de igno~arla. Mis que hab1a sido de t1tulandad colectiva, fue comprada a las tribus
gestos eraninapropiados,-mi-árabeno.estaba a punto, '?1s preg~n­ en. una transacción complicada en la que intervinieron bancos de
tas eran raras, con lo que el malestar interpersonal surgia demasia~ renombre Y un grupo de pequeños e industriosos agricultores ac-
do frecuentemente, incluso después de muchos meses, cua~~~ las tuando como intermediario el gobierno del Protectorado. La; tri-
diferencias más burdas se habían ya acortado por repet1c10n y . bus comerciaron con estas áridas tierras de pasto a cambio de
hábito, Independientemente. de en cuánto haya llevado la participa- loteS"-más fértiles a mu~hos kilómetros de distancia. Se construye-
ción al antropólogo en dirección hacia la «No Otredad», el contex- ro.n. embal~es, se despejaron los campos, se plantaron árboles, se
to aún viene dictado en última instancia por la «observación» y er1g1~_ro? stlos Y se compró maquinaria. Los límites de esta zona
la exterioridad. En la dialéctica entre los polos de observación mo.dernizada_ son tremendamente reconocibles; los rastrojos y las
y participación, la participación transforma al antropólogo Y le colmas peladas continúan inmediatamente después de su perímetro.
lleva a una nueva observación, en donde ésta modifica su forma Una ~ez pasado el siguiente grupo de colinas, y sobre otra nueva
de participar. Pero esta espiral dialéctica está regida. en su movi- alt1plaruce, nos encontramos con varios asentamientos rodeados
miento por el punto de inicio, que es la observación. . de' chumber~ e~parcidos por el terreno ondulado. La tierra aquí
parece. má~ fert1l. Grupos de !'.'.eones organizados_ por el gobierno..
••• están hmp1ando el ter.reno de piedras y construyendo largos e irre,
gµlares cercados de piedra pardo-rojiza. Al final de esta extensión
Finalmente, llegaron noticias del. pueblo: podía fij3: aJÍLmi• resi- .\j)C'_.d\'?terreno•cultivado .se encuentra el pueblo de· Aizaba, que: sirve·:
dencia. Los líderes de los linajes santos habían cambiado de p:ire- <·~O~º _zoco secund~10 y puesto gubernamental. A pesar de· su.-•.
cer. Era bienvenido en Sidi Lahcen. y estaría bajo-su protecc1óm· .-e¡¡cuela.-y•de sus carnicerías y sistema de irrigación, subvencionados-•

- ---::-,~

"·~-.,.
86 Reflexiones sobre un trabajo de campo en lvfarruecos
• 87

1 b1'erno Azzaba sigue siendo atrasada y polvorienta,·.'eac .,,,"' con tejas verdes y de gran notoriedad. Delante de estas dos estruc-
por e go ' 1 ala,,··q··ue· -_, __',-.
rente de dinamismo. La gente afirma .que e . agua es m .,.... >, '•''··· turas se extiende una zona llana de tierra batida alrededor de la
está caliente, Y que el santo que está alh enterrad~, y cuyo nomo;e .., .• cual se agrupan las casas y tiendas. Esta área abierta es el centro
ha sido olvidado, no tiene baraka. El. pueblo se asienta e~ el mded1o . mismo del pueblo, a la vez que sirve como enclave para el musem
b'erta que se eleva ligeramente por encima e. 1a o festividad del santo, que se celebra todos los años en la primave-
dle.tipulna.
a wenay
an1c1 , ªsu' agua tiene un sabor muy desagradable. tia~
.... ra y en el otoño.
A partir de Azzaba, nos adentramos ya en las v.er- ----- La totalidad de Sidi Lahcen se compone de cuatro agrupaciones
.
bac1ones del Med1'0 Atlas · Las pendientes· son mas · ¡elevadas, las - de población. Más adentrados en el valle, extendiéndose durante
curvas de la carretera mucho más pronu~c1adas, y ~o o se encuen~ algunos kilómetros, se encuentran los otros tres asentamientos. El
bl . donde hay agua Entre estas se extienden grandes más pequeño de éstos, dos kilómetros valle adentro y colgado
tran po ac10nes · .. ¡ lgún árbol
altiplanicies yermas en las que sólo crecen matorra ~s Y ~ en lo alto de una cresta, está integrado por sólo unos cuantos
d.d Ya no hay rebaños Y reina un gran s1lenc10. - recintos. Más abajo de éste se encuentra otro algo mayor. El tercer
per 1 o. . 1 • .ewtlfüiF"1•
A varios kilómetros de Azzaba, se deja a carretera-pav~ ... as_entamiento, aún mayor, se encuentra en- uria pequeña meseta
para pasar a una pis . ta de grava mal
- nivel.acta .que- ·b·d·
atraviesa una ··
- . ., ····- en la que se ven la mezquita, la tumba y el asentamiento principal,
tas zonas desoladas. Después de realizar una su I ª. empm~- ,. ,
~= s~g~n a unos doscientos metros de distancia. De acuerdo con la leyenda,
efa vista es panorámica. El coche.comienza.a.coger.. aire.. ....-, cada uno de estos asentamientos fue originariamente el hogar de
el 'camino se nivela y atraviesa esta llanura en busca de a gun un hijo de Sidi Lahcen. Hoy en día cada uno es, aproximadamen-
indicio de vida. Por toda esta extensión de terreno nos encontra- te, centro de un linaje, pero las correlaciones no son nada defini-
'dos diferentes recintos amurallados bereberes qu~ se das. En cualquier caso, casi todos los que no son descendientes
mos esparci
asientan ·
allí donde existen ligeras elevac1_ones. Dic
· hos asentam1en-
ir -crc ......-- del santo viven en el asentamiento mayor. La zona que rodea
n como fortalezas y,-ae liecliO, como tal fueron ut1 I~ os
~'::,:~te los períodos de disidencia tribal que han mabrca~o la h1.sto-
la tumba se considera como santuario religioso y en períodos tur-
bulentos las familias bereberes podían buscar aquí refugio.
. , Un roverbio bereber afirma que los ere eres vIVen
~~o~.ª~~~~\om?res cabales, y lo~ árabes los bunos co~e~º~u~~:
1
Según se desciende la curva en zigzag que conduce a la zona
del musem y mientras que se intenta sortear perros escuálidos,
d 1 miedo como ]as_ ovejas.. Los ara opar an
~~ca:~~en ea esto d~e los bereberes luchan contra todo el mundo gallinas y niños que saltan delante del coche, el pueblo ofrece
co~o bestias salvajes, mientras qu~ los árabes son personas, por
un aspecto mucho menos halagador que desde arriba. Las casas
que se alinean a lo largo del camino son de barro y piedra, pega-
lo que prefieren vivir en compañia. . 1l das las unas a las otras sin orden ni concierto, y,' al menos desde
Desde una· cierta ·distancia se puede observar que la pásta . ~Jª el exterior, parecen necesitar: reparaciones sustanciales. De vez en
la cima de una colina para desaparecer del campo e v1s1 n
baj~d~, s¿1;;,"re~~~~te~ ~~~
cuando nos encontramos con algún recinto construido en cemento
: continuación. Después de una corta de apariencia más sólida, pero éstos representan, claramente, la
cerrada curva nos encontramos con un ver o da excepción. El camino está lleno de baches y en ocasiones se acerca

~~~~e~ ui:~!i:e ~~~~os.it~~~:u~~es~~~u~~;~t~ey i~s ~~~~~r~~ ;:~~~::


peligrosamente al barranco. ·
La primera impresión que se obtiene de los habitantes del pueblo
tes delimitan con crudeza los hm1tes de a zona cu I d . . Azzaba es también de pobreza. Sus chilabas están sucias y con manchas
ciente al pueblo. Según. la leyenda, cuand~ el sanlto .i:;:ntañas Y de. barro, y muchos no llevan zapatos. Los grupillos de hombres
continuó su camino hasta llegar a este to en as uí se sientan en 'sociedad delante de las tres tiendas que se encuentran
probar su dulce agua, .momento en el que P~~~l~:o;u;ele~al~.; y por debajo del camino y que sirven. como limite posterior del espa,.
donde se establecería. Sea como sea, a a;n . . !'vos , . cio utilizado para el musem. Aparentemente absortos en sus con-
or las. laderas, .vecinas crecen más' de diez m11. o ~ • .
edif~cios ~ncaladosnqu~ ~=~:~e:ªs~;~~
versaciones y tejiendo toscos cestos con el esparto producido en
P Existen dos grandes las. áridas llanuras de más arriba, estos hombres dieron bien pocos ·
) del pueblo: una gran mezqmta y, )Unto a e a, a signos de reconocimiento de nuestra llegada cuando paramos -el "
88 Reflexiones sobre un trabajo de campo en lvfarruecos 89

coche. Sin embargo, el coche sí que recibió el saludo de lo· que desde d<)nde se veía el pueblo y los campos de más abajo, resulta-
parecían cientos de drari, que se traduce de forma poco precis·a· ron enormemente románticos.
_como niños. Estos intrépidos pequeños monstruós rodearon toiaff _ El cuarto día, llegó un gendarme con unas gafas oscuras acom-
mente el coche, lo que molestó_ enormemente a sus mayores. Con .. pañado por un hombre de uno de los asentamientos de Sidi Lah-
gritos, alaridos y empujones procedieron a examinar todas ·mis~ cen. Los gendarmes en Marruecos, siguiendo el sistema francés,
pertenencias. Una de las principales preocupaciones de los babitarF conforman una fuerza policial de élite con jurisdicción fuera de
tes del pueblo, resultó ser que estos drari hiciesen algún daño_____ _ las ciudades. En mi experiencia personal, los gendarmes son inteli-
irreparable a mi persona o a mis posesiones. Sus padres les amenac gentes, bien formados, eficientes y generalmente poco queridos.
zaban con azotes, maldiciones y exclamaciones, con resultado esca. El gendarme vino a mi casa y llamó a la puerta. El pueblo
so o nulo. Mi· nueva-residencia--aún--estaba.Jlena.de__ maízrasLque-• estaba _lleno de bereberes, que venían a Sidi Lahcen todos los
tuvimos que esperar en medio de los• drari y sus mayores mientrasc:-C -- viernes para la oración comunal en la mezquita mayor. Constituían
que la limpiaban apresuradarnerite. Finalír\eriteconseglifiiios·intro::--: una audiencia atenta. El gendarme rechazó mis saludos en árabe,
<lucir unos cuantos muebles en la casa y el -consejo-Ge ·ancraiii:l~::--­ contestándome en lo que sólo se puede describir como un francés
decidió que los drari, -que ahora subían unos a Ías espaldas:.a~. >- impecable. Me preguntó si tenia mi permit de sejour y si lo podía
los otros para mirar por las ventanas, tenían que ser controladosc: ver. Yo contesté que por supuesto, y se lo di junto con mi pasa-
Lo que no pudieron los pa!OsypiedfaflopudofücoacciOinnoral,:- porte de conducir. Salimos del coche que ahora estaba aparcado
al decirles que se informaría de su conducta a sus profesores· -_ algo lejos de mi casa, cerca del recinto dél rico veterano que me
<
los drari desaparecieroff en :¡m abrir y cerrar de ojos; c()iii()'.:p()f'J.: había ofrecido su hospitalidad; se pensaba que los drari no se
atreverían a hacer que el coche descendiese colina abajo si estaba
arte de magia. El antropólogo tomó buena nota merita! de eU--
bajo la protección de un hombre tan poderoso. En presencia de
Alí llevó la oveja; que éJ-·habia-sugerido-que trajese-coÍxii:l~¡)tá-: una. amplia audiencia, conversamos brevemente. Yo estuve algo
sente, a la tumba_ del santo. Nunca había_ especificado para qüien·- '" frío y a la defensiva, diciendo que había registrado el coche en
iba a ser el regalo, y_ según descubrí más tardé, el reparto de- la poli.cía en Sefrou. El coche estaba bien dijo, perdone por la
la oveja sacrificada iba a suponer una fuente de conflictos. Apa, molestia; pero, puesto que estaba ahora en zona rural debía tam;..
rentemente,_ Alí ...se... marchó __ con _la_piel__ del an_imal._ bién registrarlo en la gendarmería; no había problema alguno, sin
Los dos días siguientes fueron como un .sueño.. Ordené y coloqué_ ____ --- embargo. Tod~s sabían de mL De hecho, yo iba a ser la primera- _
todos mis bártulos. Dije cuantas veces pude «todo está bien, hoy persona en registrarme con ellos aquel año. Aquello era un puro
es martes, ayer fue lunes,-. hace calor, la cena es buena, -sí,, muy_ - formalismo, merci bien, uno de estos días... .
buena» y «si, me.gusta Marruecos»--Y todas. las _otras frases árabes_ El gendarme y yo habíamos estado hablando en tono bajo y
que conocía; bebí muchas taz¡¡s de té a la menta, inicié mis paseos en francés. Resulta que mientras nuestra conversación iba en pro-
exploratorios por el pueblo, y me senté en la ti_enda donde los. greso, en la calle por encima de nosotros había un hombre de
hombres jugaban a las cartas. otra facción que estaba dando, sobre la marcha, una interpretación
Durante los primeros pocos días la comida fue auténticamente•: de lo que estaba ocurriendo, versión esta que parecía confirmar
deliciosa. Fui invitado a cenar por el hombre más rico del pueblo, todos los recelos que habían precedido a mi entrada. Por cuanto
un veterano de la campaña indochina que había sido conductor! pude reconstruir de ella más tarde, decía a la multitud que los
del príncipe heredero, quien había perdido súbitamente su visióni•: gendarmes estaban furiosos a causa de que un nazranz~ un cristia~
a causa de una vieja herida, por lo que- recibía- una pensión• coits!c:·,: no, i?a a vivir en el pueblo de un sanro •. El gendarme ya tenía
derable de los francesesc-Hizo gala pública de su hospitalida:d-hacia;:¡fI um hsta ·de todos los que, meramente, habían llegado a saludare
mi y. me hizo- saber que estaba• bajo su protección'. El: aceite--• me, a los que con toda probabilidad- se les metería en la cárceL
olí va fresco con el que todo está· preparado¡ el' pan reci~n:m1íl Por lo tanto, nadie debía ni- siquiera hablar conmigo.-
del horno, las grandeS'--cantidades: de carne- fresca·,- los• pinüéii¡; Esto tuvo el efecto deseado; Para cuando retorné· á- nü casa·' -
picantes, el café fuerte y el té. dulce, todo servido en su viY!~it(f ya sabía que- algo drástico-- había-- ocurrido' Poco después •de esto -
90 Reflexiones sobre un trabajo de campo en :warruecos 91
Pau1. Ra6ino.w

apa;eció una delegación p:esidida por varios hombres con los que y escuchó. Cuando hubo oído la historia, ofrecía d aspecto de
habia comenzado_ a trabaJar y el representante oficial del pueblo. estar herido, de .que su honor se había resentido. El no había
en el conseio regional. Me comunicaron que al estar el gobierno dicho nada de esto. Había ido meramente a comprobar mi regis-
enfadado, ellos no po_dían trabajar conmigo. Aún más, que. si tfo, exactamente tal como me había dicho. El resto no era obra
podia darles las anotaciones que yo había escrito. Lo sentían pero suya. El qaid le dio las gracias y el gendarme salió.
el gobierno era fuerte y poderoso, y ellos no podían hacer nada . El qaid, una persona de expresión suave y carácter atemperado
sobre este asunto. -- ...e.siendo esta una de las razones, me permito añadir, por las que
Sorprendido, adopté mi apariencia más resuelta, manteniendo . no era ni temido ·ni respetado- explicó de forma clara que todo
que el g~ndarme no había dicho nada de esto. Tenía per.miso para estaba en regla. El gobierno había dado su autorización, se podía
e?tar al~t y, po~ supue~t_o~ _e_l_ gobiern() con()cia_ 111i _pre:sencia. Debe~ trabajar conmigo, quien quiera que fuese el que hubiese inventado
namos ir al qa1d mañana y él.feffendarfa lo.que.les esfabádlcien- Ja historia sería tratado con severidad. El moumlil pareció quedar
do. En b.uen estilo retórico marroquí, me había enfrentado a· una conVénCido. El qaid me hizo unas cuantas preguntas corteses acer-
Jugada bien fuerte a base de un contraataque igualmente cortfürt' ca de la filosofía de la historia de lbn Khaldun, a las que respondí,
?~nte. Es~uvieron de acuerdo en- que el moumtil, su representante~ -- y nos marchamos. En el camino de vuelta me di cuenta de cuán
ina conmigo a Sefrou y veríamos juntos al qaid. Hasta entonces exhausto estaba. El primer asalto había sido un éxito pero, obvia-
nadie hablaría conmigo. ' mente, habría más. Ahora que había quedado claro el apoyo gu-
No había comida alguna aquella noche más que una lata· de bernamental, quería descubrir lo que había ocurrido. ·
sardinas. que me había llevado y un poco de café instantáneo; El hombre que había estado comentando sobre la marcha nues-
~e pase la no~he escuchando el «Pop Club» desde París. Había· tra conversación era un líder de una de las facciones de los asenta-
sid.o una expenenciatan _absolutamente sobrecogedora que ni si- mientos superiores. Parece que había decidido que yo representaba
qmera me sentía desconceifai:lo; Efaesie, aaema:S-,"uno "<le"esios uná"fifente potencial valiosa y qúe o bien trabajaba con él y bajo
momentos lúcidos en los que se revelan a uno las diferentes fuerzas su influencia, o no trabajaría en forma alguna. En su plan contem-
que actúan en una situación.- Yo no tenía ni la más somera idea plaba que sus tácticas amedrentaran a todos alejándolos de mí,
de lo que el ,gendarme había dicho a los habitantes del pueblo. de forma que él pudiese hacerme una oferta generosa que incluyese
SLes que habta algo.de.verdad.en.el.rumor.. (no.veía que- lo-pudiese hospedaje y hospitalidad en su asentamiento. De hecho, varios
haber), entonces, por supuesto, éstos tenían razón de retractarse. meses más tarde me llegó a hacer dicha oferta. Para entonces,
Estaba ocurnendo· algo muy extraño. Quizás esto fuese el efecto yo ya estaba introducido de forma firme y productiva en una
residual del debate acerca de mi entrada en el pueblo. De ser red de relaciones que yo no deseaba romper. Sí que hubiese estado
así, era necesario un. contraataque por mi. parte. Había que tener interesado en añadirle a mi lista de informantes. Comenzaron las
en cuenta fa importancia de las diferentes facciones en Marruecos· negociaciones preliminares y las visitas para tomar el té. Pero todo
ya que. donde existen enemigos, también hay aliados potenciales'. esto se· vio rápidamente saboteado por los hombres con los que
No tema. más remedio que desacreditar el rumor o, en caso contra- ahora estaba yo trabajando. Yo les pertenecía, y no iban a permi-
rio, habta terminado en Sidi Lahcen. tir -que nadie se entrometiese.
Al día siguiente nos fuimos temprano en coche hacia Sefrou.
El qaid nos hizo entrar de forma bastante ceremoniosa. Le dije •••
en francés que parecía ser que uno de sus gendarmes había ido
al pueblo y les había dicho a los lugareños que no me hablasen; Una vez conseguida mi entrada inicial; me enfrentaba ahora
Yo me encontraba confuso acerca de las razones de ello y . los con la tarea de conseguir transmitir quién era. yo y do que iba
habitantes del pueblo estaban preocupados; ¿Sería tan. amable-de a hacer en el puebloc El objetivo de mi estancia siguió· siendo
hablar con, el moumti/. y explicarle. lo que ocurría? Después¡.de poeo·· claro. para la mayor ·parte de los lugareños, incluso Nra
mterrogar al moumtil,. et qaid, con una expresión algo sorprendí-· .losique·pasaion· conmigo muchas, muchas horas. Les dije que
da, cogió el teléfono y llamó al gendarme, Este entró; nos saludó¡. yo,eraun U1/eb, un- e~udi¡rnte• de· historia y de ciencias sociales
92 Pau/ RabinoW 'Reflexiones sobre un trabajo de campo en !vlarruecos 93

-siendo ambos eonceptos árabes clásicos que nopresentaban pro- la esfera vital de mayor importancia a los ojos de los habitantes
blema de traducción alguno-. Dije que la Universidad me ha.b.ía de Sidi Lahcen. ·
enviado para estudiar la historia del pueblo e informarles más Parecía ser ésta la única razón por la que-un rico joven america-
. tarde del resultado de mi investigación. Que probablemente escribi- no (yo) dejase las comodidades de su país para vivir con ellos.
ría on libro al respecto. Tenía listos varios ejemplos para ofrecerles. Yo debía estar buscando algo muy importante. La subversión de
como prueba, y después, si Dios quería, yo también me convertiría. su religión era una de las pocas cosas que ellos podían imaginar
en profesor universitario. Hasta aquí todo esto resultaba compren- como merecedoras de tal sacrificio. El que no intentase interferir
sible y aceptable para los habitantes de Sidi Lahcen. El término en asuntos religiosos -es ahora cuando lo entiendo- carecía de
taleb, sin embargo, conlleva una connotación religiosa en árabe importancia. La constante expresión de intenciones puras y nobles
y, corno yo ~o era musulmán, esto creaba una cierta confusión. es un arte retórico que los marroquíes han elevado al rango cultu-
A pesar de la miríada··cte-·divistones-que·fragmentan hCViaa ral y nunca toman tales profesiones de forma literal. Yo intenté
\ social marroquí, existe una convic_c_ió_n_ cultutaf_sOb_r_e_la_():Ue~.riiiiiCa- lo mejor que pude mitigar estos temores durante mi estancia. Re-
. he encontrado ni duda ni falta de.acuerdo;.eLmundo-está-di-\'idid ----- _ -calcaba una y otra vez que .mis intereses eran de tipo histórico
entre musulmanes y no musulmanes. El Islam sí proporciona una y social, pero dudo que resultase muy convincente. Así y todo,
categoría intermedia para las «gentes del libro», cristianos y ju- se consiguió llegar a un modus vivendi. Sus ansiedades nunca deja-
díos. Ellos, también, han_ reciºi_d_o ___u_n_a____J:eY_eJa_c_i_ó_n __dhdna,._p_eioJn.._. . . __ ---- ron de estar totalmente ausentes, pero conseguí, en gran parte,
completa. Mahoma es soberano entre los profetas ya que. en su - mantenerlas a raya.
revelación se combinan la .de los judíos y la de . los cristianos,
al tiempo que completa a ambas. Estas gentes tienen.derecho.en •••
la ley islámica a practicar su propia religión, en tanto. reconozcan
su rol inferior pagando impuestos-especiales yaceptandcruna:va~c-­ El· problema de encontrar, cultivar y cambiar informantes en
riedad de cargas simbólicas y materiales •. El hecho de que esta un pueblo pequeño es una de las tareas más delicadas con las
situación resulta relativamente viable, aunque onerosa, se ve con·· que se enfrenta el antropólogo. Para él -no existen roles neutrales.
firmado por las relaciones entre musulmanes y judíos en Marrue~ Se puede encontrar inmerso en divisiones políticas y sociales inclu-
~os <!µrªnte. los_.. ií.!t_i!ll_üL !lliLªfios. - so antes de hacer su aparición en el pueblo. En mi caso, desde
Es vfable, sin embargo, mientras que lap~~valencia musu¡;;;~~~ el principio se me asoció políticamente con los descendientes del
quede clara. Mi religión no les interesaba lo más mínimo. Nunca santo del pueblo. Como quiera que éstos eran el grupo dominanté
me preguntaron sobre mi afirmación de que era cristiano. Después en el pueblo, y al ser su rol vital para mi estudio, me mostré
de todo, ellos estaban_ .en posesión de. la v_erdad. Sin embargo, más que dispuesto a aceptar tal asociación, al menos inicialmente.
existía un malestar contumaz simbolizado en el temor generalizado Pronto se hizo evidente, sin embargo, que ellos mismos estaban
de que yo fuese un misionero. Esto persistió durante toda mi es- lejos de formar un grupo unitario.
tancia, incluso hasta el mismo último día. Para entonces, debería Tal como ya hemos visto, los cuatro asentamientos que integran
haber quedado ya claro que yo no había interferi_do, ni denigrado; Sidi Lahcen se hallaban laxamente correlacionados con cuatro lina-
o intentado cambiar las creencias religios..S de nadie. Así y todo jes que hacían remontar sus antepasados hasta los mismos hijos ,\
todavía continuaba oyendo como algún grupo de drari aún profe- . del santo. Esto era en su mayor parte una ficción genealógica \j."'
ría gritos de messihi, misionero. Aunque molesta, una identifica- . (tal como la denominan los antropólogos), que no determinab'a,
ción tenaz resultaba significativa. e'íífealidad, la actividad del grupo en elpueblo. Así, por ejemplo,
Existía un temor latente hacia la cristiandad .. Los lugareños .sa-_ en el asentamiento principal, donde yo estaba viviendo, la mayor
bían que las tierras cristianas eran ahora más poderosas que !_os parte de los descendientes del santo pertenecían a un mismo linaje. -
países islámicos .. Esto. llevó al sentimiento mantenido de, allsi~ac¡,;., que hacía remontar su ascendencia hasta uno de sus hijos. Social-
respecto a que el poder p~lítico y militar se. pudiesen:,cony.erti,r:.'. mente, sin embargo, estaban divididos en tres sublinajes principa·
en un intento de dominación religiosa quct era-, después. de,, todo¡,., les, Cada uno de estos sublinajeS, que quizás _contase entre sesenta
94 Reflexiones sobre un trabajo de campo en J.\.farruecos 95
. -· :-,-;:\
y _cinco Y cien personas, tenía como antepasado api'ca1-- a---uno:_:~d~--~-Sft""· nida alguna. Su hijo, sfn embargo, era justamente lo opuesto -cá-
los tres her".'anos que habían vivido a finales de siglo. -Todos':";~~· lido, bondadoso y amable-. Su compañía era siempre relajante
eran descendientes del santo, todos eran miembros de un Hn'it"c':·'.·;T: y reconfortante. Estudiaba en la Universidad Karawiyin en Fes
Y compartían una filiación familiar más o menos lejana .. Más al~,¡,{ centrando sus estudios en la lengua árabe.
de. esto, tenía profun~as d!vergencias sociales. Uno de estos subli-:·. Afortunadamente, casi no hablaba francés. De forma cortés pero
n_aies, al que pertenec1a Ah.' era famoso por sus constantes penden- ·,.,,.. firme rechazó realizar ningún tipo de trabajo regular conmigo des-
c1as, el recha~o de ~us miembros a vivir en la misma:·patfe-deL_,· · de el mismo principio de mi estancia, lo que suponía una contra-
pueblo Y su mcapac1dad global para cooperar económica, social·--· ' riedad de importancia ya que era un informante auténticamente
º. ~ersonalmente. El segundo grupo era altamente endogámico, y prometedor. Aunque tenía un pie fuera del pueblo y queria, clara-
vr~1 1an agrupados todos en una serie de recintos yuxtaPuestQs;,-sus ___ "' mente, llevar una vida diferente, se mantenía leal y respetuoso
~1embros com·pa:rtían--·patte--dt~~-s"li'S . . re_curscYS_" . éCO~OiliiC:OS~-:-y-mant~;, con su familia, que era una de las más tradicionalistas en el pueblo.
man lo que el pueblo había preservado de su prestigio.:religi<lso. Mi primer informante en Sidi Lahcen fue también un primo
El tercero estaba más.o. menos amediocamino.en,tooos,JGscas'' : .... de Alí. Mekki tenía veinte años y trabajaba como pastor y depen-
tos. Había mucha rivalidad y fuerte competencia entre los diferen' ,:~.,, diente de tienda. Aunque era evidente a primera vista que no era
tes g'.upos Y entre . individuos concretos. Así, desde la posicióll ··:' · · inteligente, este hecho no pareció revestir demasiada importancia
ventajosa del que vivía en Sefrou,los. descendientes.del..sant0-re..c. al principio. Tenía tiempo libre, parecía interesado en hacer el
presentaban una sola entidad, mientras que en Sidi Lahcen -esto ::',,.,, trabajo, y me parecía que al principio había muchas tareas elemen·
no era ni mucho menos así. Sólo muy raramente y en ocaSiones~·:::i ··""' tales y no conceptuales que cualquier persona podría realizar. Pero
específicas, llegaban a manifestar alguna solidaridad. · · esto no resultó ser así. Una de las cualidades más esenciales de
~os primeros pocos hombres con los que trabajé, o. intenté tra:F:~" un buen informante es la capacidad de explicar de varias formas
distintas hasta las cosas más simples ·Y (para él) más obvias. Mis
baiar, perteneclana1··süblinaje·aeA.ll;envueffó'eiicóiistaiíies"'dis":.,
putas. Estaba el mismo Alí. Estaba el sargento Larawi; .así era ''· informantes más consistentemente productivos mostraron esta cua-
lidad desde el principio. No era sólo paciencia (aunque era ésta,
¡
como se llamaba, el. rico . veterano del ·ejército francés que me ::,_
había ofr~cido ~u generosidad durante los primeros días.. Aunque.;;··· ciertamente, una virtud capital), ni siquiera inteligencia (que real~
..exa_ una_.J1gura.ID1J';Oitan_te.al .. ser .eLhombre.más. rico del.pueblo,."''' mente ayudaba), sino, más bien, una capacidad imaginativa para
e'.a obvio que con el no iba a poder trabajar de forma sistemática; ........ objetivizar la cultura propia para el extranjero, para poderla pre-
Siempre estaba atareado, ocupado en la expansión de sus posesio· sentar así de varias formas diferentes. Mekki se mostró casi total .
nes agrarias y, como los otros «grandes hombres» de Marruecos mente incapaz de ello. Esto no era un defecto en su carácter,
le gustaba. hacer las .preguntas, no.contestarlas. Era un aliado ~ pero sí suponía un dilema inmediato. Tenía que terminar esta rela-
tener, pero no valla la pena ni siquiera referirse al tema de su ción tan amablemente como pudiese ya que no llevaba a ninguna
posible colaboración. Era yo quien estaba a sus órdenes y no al parte.
c?ntrario. Venía frecuentemente a mi casa por la noche y contaba Afortunadamente para mí, esta situación potencialmente incó-
h1stonas o escuchaba la radio. Muchas de mis primeras apreciaclo- moda se evitó con un poco de suerte. Mekki se enteró que podia
~es de la vi.da marroquí se derivaron de las horas que pasé. con dedicarse al. pastoreo con un grupo que se encontraba más alto ·
el, ~ue servian. ?e. complemento al más estructurado trabajo. que . en las montañas, por lo que decidió probar suerte en ello. Según
reahzaba con nus mformantes. El no dominar las condiciones:!k .· -::= me dijeron más tarde, aunque los habitantes del pueblo apreciaban
interacción también ofrecía sus ventajas; el no controlar la· situa·;·~~... a Mekki, también le consideraban poco inteligente. Imagino que1
ción enriquecía el trabajo de. campo. · .· . , .·· · .,:/. ·;:,';:· · los hombres que ·se sentaban en la tienda encontrarían bastante
Mi casero pertenecía también al sublinaje de Alí y no sólo:.era/ . div.ertido que el nuevo antropólogo estuviese trabajando con _el; ..
uno de sus principales det~actóres, ·sino que, además, estaba iriri{ér-\'c:i tonto .. del pueblo. . . . .. . . . .. :
so en una vieja disputa con el sargento: Era. un viejo',hómlíi'e; , El siguiente joven que se cruzó en mi camino resultó ser bastante. .. :
piados°'y gruilón con el que nunca llegué a tener·interaccióit'ifüste · distinto. Era hijo de un tendero relativamente próspero que era ·
96 Reflexiones sobre ·un trabajo de campo en .'vfarruecos 97

jefe de las fuerzas de oposición del pueblo, agrupadas de,Jop11a';'''' animado estaba Rashid; mi ánimo se enardecía. Primero haríamos
poco precisa. Estas fuerzas, que .en reaHdad noilegaba11.a.erfakS:~~cfl' un. mapa, luego el sistema de irrigación, después veríamos el sis re-
en un grupo coherente, estaban compuestas· por hombres- dé;.'túla''';:·;;~ •. ma de posesión de tierras, parentesco, política y todo lo demás.
serie de familias no relacionadas entre sí en el pueblo. El grupo •,, .. Pasó después a la letanía que los informantes potenciales sin .ex-
grande formado por las personas que no eran des.cendientes del cepción, me recitaban: qu~ todos los demás en el pueblo eran
santo, denominado «los hijos de los esclavos», estaba unido' :-.-por unos embusteros y me engañarían, que él era el único que me
las más nimia de las ficciones genealógicas. La mayoría dé'slls' iba a decir la verdad; los demás me calumniarían, pero tenía suerte
conexiones habían sido olvidadas, no eran ni endógamos, ni eSta..: de haberle encontrado porque él me salvaría de esos canallas y
ban unificados culturalmente. El mismo tendéro no perteneda a bestias salvajes que lo único que intentaban era robarme el dinero.
este grupo. Su padre se había establecido en Sidi Lahcen hacía La mayor parte del día transcurrió dando un magnífico paseo
unos cuarenta afias· después·de-que-unas·tribus ·merodeadoras·huo-'~ parios campos circundantes. El terreno oscila entre partes desier-
biesen quemado totalmente su pueblo.. Su P"-<ire o<:ji.,,b_a_¡jrnfi!ii.Qii~::= ·tas y rocosas y parcelas con acequias cultivadas intensamente. Has-
mente a los descendientes .. del. santo:.Y hal:iíaJ1Jtentad.o~ci:e•~·una .. ta donde llega el agua abundan los olivos, higueras, granados y
base de poder tildándolos, de pretenciosos, engreídos hlpócriiaS'. e almendros. ;8n sus estaciones, también crecen el trigo, cebada, maíz
Aunque esto supuso. una pequeila movilización en la región; no y una amplia gama de hortalizas. En contraste, sólo a unos pocos
había sido capaz de trans111.11Jª1'l"-.el11lll~J<itQ.I>Qlí!l~Q.<:!~lI!l.P_orl.a11,,,_ metros, los rastrojos y las rocas sirven como testigos mudos de
cia. Pero lo seguía intentando. la importancia del agua. La rapidez de los cambios de campo
Su hijo, Rashid, era increíblemente rápido, inteligente y sensible a campo, de c.olina a colina, proporciona una experienCia visual
y estaba lleno de cotilleos y murmuraciones sobre :prácticamente de gran intensidad que iguala a la intensidad emocional de los
todos los del pueblo. Vino a mi casa al cabo de una semana ... mismos marroquíes. La tierra de las montailas es poco regular.
de mi estancia rme propuso-dar·'lln·paseo ..juntos;:Había:ofdo-::c:" · ··Una parte de una colina puede tener un drenaje adecuado, mien-
cie mis intentos de conseguir que .Mekki me dibujase un mapa · tras que la otra lo puede tener deficiente. Una ladera puede encon-
del pueblo, y me dijo que me ayudaría en .ello. · trarse dentro del perímetro de un sistema de riego y ser, consecuen-
Aquella noche, cuando estábamos sentados preparando la cena, tem.ente, verde, mientras que el campo de al lado puede ser de
o.tm .primo .d.e ...Alí_c9n_quie.n.est<l.lla.c.ome.nzanc!o.. a. trabajar, me barbecho. A ras del suelo no se ven amplios panoramas. La tierra
dijo críticamente pero con ahínco que no debería tener relac.ión está fragmentada y los agricultores poseen pequeilas parcelas .en
alguna con Rashid, que éste era un animal salvaje y peligroso. diferentes partes del valle. Intentan jugar contra el tiempo impre-
Aparte de esto, rechazó dar más detalles al respecto. Parecían decible plantando cosechas diferentes en campos distintos. Así,
ser simples celos o quizás un intento ·político para mantenerme en cualquier parte del valle, los campos vecinos siempre tienen
dentro de los sublinajes del santo. Le dije que tenía que trabajar una apariencia distinta.
con otras personas pero que, por supuesto,' tendría en· cu·enta su Rashid me guió por todas partes, a través de campos y colinas,
advertencia. El hombre aceptó esto con aire hosco, diciéndome embelleciendo su conocimiento seguro y profano con las tradicio-
de nuevo que ya me había avisado. ~es qu.e cada campo tenía. Me hablaba en un árabe simple, claro,
Rashid y yo salimos temprano a la mailana siguiente. Nos dirigi- sm pnsas Y de forma lúcida. Durante todo el día Rashid tenía
mos a un campo que se encontraba como a un kilómetro y medio una expresión traviesa que rezumaba satisfacción propia y desdeño
del pueblo, donde un labrador, .socio de su padre, estaba arando. frente a las opiniones de los demás. Estaba muy seguro de sí
El paso rápido que llevábamos era estimulante y su actitud solicita, mismo y parecía guardar un secreto que le causaba gran alegría.
rayante casi en pura adulación, suponía también un cambio agra' Me· recordó varias veces que cuando volviese, la gente hablaría
dable. Me escuchaba hablar en mi árabe, que ya estaba mejoran- mal de él. · .
do, refráseaba lo que yo decía y, l<Ymás interesante; hacfa,·sugeren• ;También en esto tenía razón. Continuamos trabajando juntos
cias sobre áreas que podíamos explorar• conjuntamente. Mientras d!lrante. varías semanas, dibujando mapas, visitando los campos
más elaborados y grandipsos· eran. estos" planes imaginarios,, más: Y!.demás, pero existía una ofensiva contra. él que no paraba de

- - ""jf
_,._.,..
98 Reflexiones sobre un trabajo de campo en A!farruecos
99

crecer. Los ataques morales Sob-re· Su cará~te·r- -~un~~~::~-----­ estab.a entre Rashid o· todos los demás. Varios días más tarde
naron demasiado. Se decía que habfa a6aiid0Ílado}a;.~s· Rash1d
. fue llevado al Sur de Marruecos por med 1·0 de a1guna argu-
había IUchado contra su padre, que siempre causabitfp ·.· cia y estuvo ausente durante muchos meses Ello resolv · 1
que era un pillastre, quizás hasta ladroncéte, y en ge11ilt~i-· blema. · 'ª e pro-
mala influencia. Analizándolo en retrosp~ctiva todás éstas·:¡¡¡;·
ciones y otras varias- result-aron---ser--básicament~ci~[tai:;=~ey~q':c
algunas de estas mismas razones era un informante extelenté~~:E.Es
ba casi al margen del control de la córriuriitlaa;--su~padte~fifeftf
que llamar en una ocasión a los gendarmes para que lo -redujesen;
Decía las cosas y hablaba--sobre--las--persenas-en-unac-for~ ·: : ;:• •:•
a los antropólogos nos encanta, muy directamente:--Estabicirilfs:,.•;::;
que dispuesto a contarme casLJos!9Jii."Qüe qUijii!se:salJ.e.r;-Z~"''°""º··
El pasear conmigo delante de los miembros ll1ás respeiiil?les.-de~:;"
la comunidad, sabiendo perfectamente que los -estaba provóCíiili:!oiZ•:;I:'-
sólo servía para aumentar s11_1'Jªc~l".__Rashid era el poloiopuestO~.
de Mekki, mi primer informante. El final de la. aaolescencta:••es•.-.;.:·
un período difícil en Marruecos, y Mekki no hacia sino presagia~.CS•
amargamente los años que tendría que esperar -aíí:tes. -Oe.c¡¡sal;sif2::;;:
Su familia er¡i muy pobre y no tendría dinero para"pág:ii e~-p~éi()i~'';"
de la novia. Pero mientras-queMel<ki~se-volvía:-taciíuc110::~y5~J.li§'jc¿,,.
veía las dificultades y obstá_culos que le esperaban, Rashicfsii'i'ü1a:;:;:;:z
a los placeres y aventuras de la juventud, manteniendo la afra.¡fa•:Eé:"''
rebeldia de los drari. Poco podían hacer los lugareños para c0ntro~:: . :•_
larle.-Casi no.Jenía..ning\Ín_trabajo excepto los .. manclaclos d0-7 sü: ::
padre. Como solía sentarse eidá.tieiida aoñde]ügaban..tor!Tom,..c-.
bres a las cartas, estaba al corriente de todo el cotilleo del·pueblo;·'--
Se holgaba en el prestigio que le confería el trabajar con el antro•
pólogo. No· tenía nada que perder en ello.
Desgraciadamente, .el asalto político que se realizó contra él re-
sultó ser decisivo. Los descendientes del santo se pusieron furiosos
cuando comencé a trabajar con Rashid a causa de las actividades
de su padre. Me llevó algo de tiempo darme cuenta de ello porque_
eran extremadamente reacios a hablar de sus animosidades; Su
vacilación para definirse a las divisiones políticas no hacían sino
añadir leña a sus vituperaciones morales. Cuando me di cuenta
de la profundidad de sus sentimientos, me volví más: prudente·
y circunspecto con Rashid. · ··
El golpe decisivo vino del padre de Rashid, que querüt trabájárf
conmigo; es decir, me quería en su campo_ Además, temía que •
Rashid me revelase demasiados detalles• embarazosos,•asi:•iqü:¿;•se•:·
unió a sus enemigos argumentando que Rashid'sólo era:ü:Ii'"riii,l"oi"gf
y no· la persona indicada para esta. importante tarea; La elécción·i:
5. INFORMACIÓN RESPETABLE

El hombre que al final se convirtió en mi informante principal


y mi más próximo asociado durante mi estancia en Sidi Lahcen
fue Abd al-Malik ben Lahcen. Cuando nos conocimos, aún se
consideraba· un hombre joven, diciendo que tenía treinta y dos
aí\os; Al haber muerto su padre algunos aí\os antes, Malik era
el jefe de la familia. Tenía a su cargo dos hermanos más jóvenes,
aún solteros, y su madre; Un hermano trabajaba en una granja
gubernamental que había cerca y ganaba para su propia manuten-
ción. El hermano más joven trabajaba en el campo y cuidaba
a. los. animales.
Malik era el. cerebro de la familia. Realizaba las tareas intelec,,
tuales mientras que los demás hacían las manuales. Para él, éste
era un acuerdo básicamente justo, puesto que se había convencido
a sí mismo y a sus hermanos de su gran inteligencia. El proteger
los intereses familiares requería trabajo de cabeza. Por ejemplo,
tenían un tío rapaz que constantemente inventaba ardides para
arrebatarles su tierra. Había otras tareas, me decía, pero éstas
quedaron sin especificar. A pesar de que su trabajo fuese supuesta-
mente tan· devorador de tiempo, tenía sobradas ocasiones para .
trabajar. con el antropólogo.
-. Malik· había· mostrado sus dotes intelectuales cuando era bien
pequeí\o. Le había ido bien en la escuela coránica y habla conti•
nuado trabajando en la memorización del' Corán incluso después
de: terminar la escuela. Además, había adoptado un aíre de impor•
fancia •Y;Sapiencia. Tengo la impresión .de que quizás un siglo.-.
.·· 9~.11.tescesta postura podría: haber. producido recompensas más sus-·
_:taric.iales-.-.En su adolescencia, estuvo en el pueblo realizando. algu;.
ilj;IS11iareas:de labranza':~desarrolló. un profundo odio al trabajo
/02 Paul Rablnow Reflexiones sobre un trabajo de campo en 1\/farruecos 103

manual durante aquellos años- mientras que seguía trabajando Hay unas pocas y preciosas fuentes de ingresos en el pueblo ade-
en la mezquita. Cuando tenía unos veinte años se trasladó a uno más de la agricultura, y él estaba obligado a explotar todas las
de los asentamientos bereberes vecinos para ejercer como fql, O que surgiesen, tal como escribir una carta a un bereber de alguna
profesor de religión. Sus obligaciones consistían en enseñar el Co-= tribu u oficiar en una ceremonia de circuncisión. La posibilidad
rán a los drari y dirigir las oraciones. Después de· seis meses se de trabajar conmigo era, por lo tanto, algo que tenía que conside-
trasladó a otro pueblo más grande con un puesto ligeramente más rar seriamente. Después de todo, era éste un trabajo de «cabeza»,
prestigioso, pero tampoco allí duró mucho. Malik estaba fascinado suponía una fuente de dinero y ofrecía una mezcla de prestigio
con la idea de verse como fqi, un hombre dedicado a tareas espiri- y notoriedad. Aunque nunca llegamos a hablar sobre el tema,
tuales, pero las realidades del trabajo eran de otro orden; la inter- me temo que el hecho de que yo no fuese musulmán le producía
minable y aburrida repetición._deLCoráD-.en una habitación llena una ansiedad Y duda considerables a la hora de establecer una
de drari recalcitrantes, el bajo y esporádico salario (el fqi vivía relación conmigo. No creo que originariamente. fuese un gran de-
básicamente de la caridad de lá comunidad), y la necesidad de fensor de mi entrada en el pueblo, pero cuando mi aceotación
levantarse al amanecer para llaiñai a fa primera oración no resulta~=··~".iiiiiii «formal» se vislumbraba eminente, hizo su jugada. Vino a, Sefrou
ban de su agrado. Abandonó .. su. profesión después de un año a buscarme. Yo estaba fuera de la ciudad aquel día, así que per-
aunque aún se le conoce en el pueblo, medio cariñosamente, medio noctó allí y me buscó la mailana siguiente en la tienda de Soussi.
como mote, como el fqi. Se sentó todo mohíno mirando. a las. musarañas durante algún
Mientras que su padre estaba aún con vida, volvió al pueblo tiempo antes de comenzar a hablar. A continuación, anunció brus-
y asumió de nuevo algunas, que no todas, de las tareas agriculto- camente que trabajaría conmigo, ai!adiendo que era muy inteligen-
ras, pasando gran párte de .su. tiempo en la mezquita y cualificán- te, honesto, no~ avaricioso y totalmente de confianza, y que era
dose como ta/eb,-.término_que-se._uti!iza_para designar a. 3quello5 un privilegio para mí contar con esa oportunidad. En aquel mo-
que regularmente van· a la mezquita a recitar el Corán. mento, yo aún no tenía claro si iba a poder ir al pueblo, así
Malik era mi. hombre nervioso y algo enfermizo. Uno de los que le di. las gracias, y él se marchó.
motivo.s que dio para dejar su puesto de fqi era •que sufría frecuen- Yo no le volví a ver hasta que llegué a Sidi Lahcen. Me ayudó
tes hemorragiasnasales que le dejaban débil y enervado. Le llevé a desembalar mis cosas pero se mantuvo a distancia en tanto Alí
a un médico frarices élespués de tina de estas hemorragias; el doc- estuvo por allí. Sólo después de dos días llegó a decir que estaba
tor me dijo que tenía un poco de· anemia pero que, aparte de dispuesto a comenzar inmediatamente a trabajar. Redactaríamos
eso, no había naéla mal en su físico. La fragilidad, debilidad y un contrato en francés y en árabe del que ambos guardaríamos
delicádeza son contempladas con .malos ojos en Marruecos, así una copia. El salario sería cinco dirhams (aproximadamente un
que Malik adoptó una actitud arrojada_. dólar o ~l jornal de un día de trabajo en el campo) por. sesión,
Se preocupaba frecuentemente por las enfermedades y la muerte. y las sesiones serían de frecuencia variable. Sería mejor para am-
Varios de sus hijos, incluido su único y adorado varón, habían bos si hiciésemos el contrato por un mes. De esa forma, si alguno
muerto, dejándole con una profunda herida emocional. Su postura de nosotros quisiese romper el acuerdo no habría nada entre noso-
como hombre espiritual se combinaba con su gran capacidad de tros y todo quedaría exactamente como antes. Si estuviésemos de.
autocompasión y constitución débil produciendo una personalidad acuerdo en .continuar; redactaríamos otro contrato. Este discurso
sensible y defensiva. Malik era normalmente taciturno, y tenía una lo realizó en tono formal. Malik llevaba puestas sus mejores ropas
expresión preocupada· y ansiosa; sus bromas y camaradería a me".' para la ocasión. Aunque yo no seguía exactamente lo que estaba
nudo parecían forzadas. ·Pero también era inteligente, paciente y diciendo, sí que comprendí su sentido. ·Por supuesto que estaba
determinado .. de acuerdo, así é¡ue procedimos a redactar el contrato. . .
Su resolución definida. de evitar el trabajo manual era una· de · · Comenzamos a trabajar acerca del parentesco aquella mismá
su principales razones para intentar' ganarme. Más tarde; me .di ·.tarde. Pacientemente, hablando despacio y con claridad, se aseguró··
cuenta de que Malik había ido a Sefrou varias veces para observar' 'de que le seguía. Calculó cuánto llevaría terminar ·con las genealo-
me en la tienda de Soussi antes de decidir" ponerse en la tarea: gías y dij<> que comenzaría por. las necesarias relaciones políticas,,
/04 Pau/ Rabinow -Reflexiones sobre un trabajo de campo en Jvfarruecos 105

o siyasa, con los otros linajes; quería que todo se. adaptase a ·,,:: capaz de conducir el coche. Pero. sí que me ofreció algunas horas
la perfección a mi importante trabajo. >:: de placer: conducir por el Medio Atlas en carreteras vacías, can-
Dmante el incidente con el gendarme que había venido a regis- :·- .. tando solo, me sirvió de gran relajación. Pero una vez estuve
trar mi coche, Malik estaba petrificado. Me pidió que quemase realmente instalado en el pueblo, el coche resultó ser un inconve-
las notas que habíamos tomado. Yo se las di y le dije que esperase ·. niente más que una ventaja. Mi claustrofobia se disipó después
hasta que pasase todo este asunto sin sentido. El estuvo de acuer- de estar allí varias semanas y la motivación psicológica por la
do, añadiendo que él no podría trabajar conmigo hasta que se que había llevado el coche fue desapareciendo.
aclarase todo. Cuando volvimos de nuestra visita al despacho del Cuando comenzaron en el pueblo a pedirme que les llevase a
qaid, Malik, todo serio e impaciente, asaeteó a los representantes Sefrou, hice que Malik anunciase que iría a Sefrou una vez a
que habían veriidó ·cmfifügo-con-¡rrirgcrntaracercade··todos··los · .... 1a semana Y que llevaría conmigo a cuatro personas, las que prime-
detalles de Ja conversación..Cuando pareció estar satisfecho, se ro se presentasen. Añadí a Malik que, en caso de urgencia, estaría
giró hacia· mí y- me- anunció;.·_que~-podríamos emp.ezar .a._ trabajar dispuesto a llevar a quien fuese necesario al hospital. Asintió éi
de nuevo aquella misma tarde. prudentemente Y estuvo de acuerdo en decírselo a Jos demás. ¡Qué
Aunque hubo sris pequeñas disputas: y conflictos durante los insensatez la mía! A partir de entonces me vi literalmente inunda-
meses que a continuadón vinieron,Malik fue la persona más dili- ···-":-'== do de peticiones.
gente y metódica con la que trabajé. Pasó a ser mi principal infor-
mante en Sidi Lahcen, y cubrimos juntos todo el espectro etnográ- •••
fico esencial en muchas, mrichas horas de trabajo. La mayor parte
de mi conocimiento básico del parentesco, irrigación, sistema de · Mis primeros meses en el pueblo pasaron con gran rapidez. Es-
pertenencia de tieffas;··esrfücmrasocill:lcyaspectos formales· de Ja .. ,.. tuve recogiendo datos casi tan rápido como Jos registraba. El es-
religión provino de estos meses de trabajo. A Malik Je faltaba quema de la estructura política y social del pueblo parecía emerger
la brillantez de otros marroquíes, pero era tan afanoso, persistente sin esfuerzo alguno del material mismo. Los modelos de pertenen-
y altamente regular en sus hábitos de trabajo que esto quedaba cia de tierras Y. las genealogías 'parecían saltar de las páginas. Me
··compensado..Su...posición.social.como . . lugareño ·sólidamente arrai- sentía con poca necesidad de ayuda para poder entretenerme con
gado y respetado ayudó ciertamente a legitimar mi presencia en las interpretaciones, y me sumergí en ello. La tarea era absorbente
el pueblo. El sargento también aprobaba que trabajase con Malik. y exenta de ansiedad ya que Jos trabajos eran bien definidos y
Ellos habían tenido una serie de relaciones contractuales en el pa- el progreso era medible. Malik trabajó de forma diligente y consis-
sado que se habían desarrollado sin conflicto alguno. Llegó incluso tente. Al haber quedado ya claramente establecido que yo Je perte-
a refrendar públicamente mi trabajo con .. Malik.· Con su apoyo, necía a él, organizó a otros cuantos lugareños para que trabajasen
estaba ya seguro. La prueba de que estaba siendo aceptado era conmigo sobre temas específicos.
que Ja gente comenzaba a pedirme cosas. Comenzamos Malik y yo a trabajar con las genealogías, ya que
Mi .primer terreno de prueba fue el coche. Odio los coches; esta labor se podía iniciar con un vocabulario mínimo. Las fórmu'
en América nunca había tenido-coche, ni incluso carnet de condu- las «Fulano de tal, padre Zutano de tal, y casado con Menganita»,
cir hasta que vine a Marruecos. Compré el coche allí porque pare- nos llevaron largas horas. Era éste un sistema esquemático y siste-
cía ser necesario. Me proporcionaría un medio para explorar posi- matizado con el que llegar a conocer los grupos existentes en el
bles ubicaciones para el trabajo de campo y me serviría además pueblo y sus interrelaciones formales. En un principio, Malik esta-
como válvula de escape psicológica; la perspectiva de vivir en un ba extremadamente serio y adoptaba una actitud de fqi. Solía anun-
pueblo de montaña aislado me provocaba algo de aprensión. y ciar «Vamos a comenzar a trabajarn, ecbando a todo el que se ,,
pensaba· que el coche sería un elemento esencial en caso de caer encontrase en aquel momento en la habitación, y se sentaba con ..
enfermo o tener que dejar el pueblo aprisa.. El razonamiento no :.rigidez cerca de mi mesa. Con el tiempo empezó a relajarse. Co- ..:
era· correcto, porque,. en' cualquier. caso,. ·si- me. hubiese roto· una "menzó a lanzar comentarios personales, a menudo sarcásticos, so-.··
pierna o me hubiese dado un ataque de apendicitis no habría sido bre los individuos en cuestión. Según fue creciendo su confianza,
El antropólogo invita a' tomar té. a: miembros :der liilaje' alto'.,. ,.,.,.~ ·· ,¡,
108 R'eftexiones sobre un trabajo de campo en ,\-farruecos 109

también proporcionaba comentarios humorístiéos sobre fai·''.iii' y casi cada noche el sargento o ~is vecinos solían venir a tomar
res: ésta de aquí tenía una_s -caderas- _en_o_rllles_,_.:·_ la_: ___o_tfí:l:~-~r~:~~:U·__
.- té, charlar, escuchar la radio. El sargento escuchaba todos los
rror... Este trabajo, y más específicamente et inverltaridcc'if programas en árabe de las estaciones americanas, británicas, fran-
pertenencias de tierras y de olivares, era bastante mecánié:o; Po cesas, rusas, libias, argelinas, marroquíes y chinas, sintonizando
medir mi progreso en los montones de hojas que arrancali!I."º con seriedad de una a otra. Todo iba bien. Las complejidades
mi cuaderno para mecanografiar al día siguiente. Esto propotcf inherentes al establecimiento de las condiciones necesarias para rea-
naba satisfacción inmediata: el día se completaoá · fiifaliiieiiíe"~o • lizar un trabajo de campo estaban ahora resueltas. Las tensiones
mi propio trabajo, comenzaba a surgir una orientación---hacia--Pun~'.~::t- _ del autoanálisis que tanta ansiedad provocan quedaban ahora ali-
tos más concretos y podía ver qué cuestiones específicas quedaban :: .. viadas temporalmente con mi inmersión en este trabajo externo.
por resolver para ___el _ d_íA ___ ~jggJ~-º-1~~~---~---~--- . -·-·---.. -------- . __ :_:;: __ :-_.: . :dJ§'.f$-> Después de aproximadamente un mes, se produjo un cambio
Otro de los temas de conversación del pueblo era.mi partid;:>.c:.•;,;;;;· en mi relación con el pueblo. Parecían aceptarme más según les
Se repetía constantemente que los olvidaría y·no·les··escribirí .. ·:;;;~ iba resultando menos extraño. Esto coincidía con el primer receso
ESto conducía inmediatamente·-:-a---urra··-ctisCtisióri:·-a:cercn~~-:;'°~---.:·;- ... en el proceso investigador. Habíamos completado nuestro inventa·
se quedaría con mis muebles, Se realizaba de forma tan abiefttÜ rio de propiedades de tierras y nuestro primer esbozo de las genea-
y como un negocio que, después de mi primera sensación de afrell:C,~ logías; quedaba mucho por hacer, por supuesto, pero el esquema
ta, pasé a disfrutarlo bastante: Ciertamente,- no··tenían·.·ilusion :;,¿_ general estaba ya ahí. Las listas que había compilado tan diligente-
algunas respecto a lo transitorio de mi situación. Este nivel l:le;;:;:~~. · mente tomaban vida propia ante mis ojos.
intercambio tan directo y materialista era una indicación consiste!l"i'~~ Después de la recogida de la aceituna -que absorbió las ener-
te de que estaba siendo aceptado. Los motivos materiales.nu gías de todos durante varias semanas-, comenzaron a lloverme
resultan vergonzantes e11_M~rr_uecos; __e~precisamente su ause de nuevo peticiones. Al tener menos tareas obvias e inmediatas
la que levanta suspicacias. - · - - · · - ·· -- -~- .•• que realizar, y como quiera que pensaba que necesitaba trabajar
Malik y yo estábamos desarrollando una retación fluida. Ya. ha,_ con nuevos lugareños, accedí a la mayor parte de dichas peticio-
bíamos renegociado el contrato original -de nuevo a instanéia::: nes. Esto fue un error que reabrió las compuertas de las solicitu-
suya- y ahora trabajábamos juntos oficialmente durante media des, que yo tenía por cerradas. Ahora que ya nos conocíamos
-.~jorrüida:·"Nuestrifrela:ciófferatodavía·máscontractual··que de.amis;.';· los. unos a los otros, se estaban poniendo a prueba los límites
tad, sin embargo. Estaba ausente el tipo de interacción libre otra vez, en forma más sutil, sólo para ver cuán firmes eran estos~
fácil, relativamente poco definida, que había tenido con Alí. Esta Sin haberme dado yo cuenta, Malik estaba volviéndose más ner-
relación era mucho más seria y el mismo Malik dirigía la situación. vioso e irritable. Me resultaba a mí más claro, supongo, que pues-
pasábamos tiempo realizando planes para el día siguiente, volvien- to que habíamos cubierto el -estadio inicial, no se podrian evitar
do a comprobar diferentes aspectos, estudiando cómo proceder, ya tan fácilmente otros temas más delicados. Además,. él sentía
calculando el tiempo necesario para cubrir los diferentes temas. que su ascendente conmigo se estaba debilitando. Aunque yo esta-
Nues.tras bromas eran cautas, no correspondían al humor más per- ba muy satisfecho con él, también insistía en trabajar con otras
sonal y explosivo de la retumbante denigración mutua en lt;l que personas del pueblo.
los marroquíes son tan duchos. No se me invitó a comer a casa Me habían forzado a ir con el coche a Sefrou dos días seguidos
de Malik durante bastante tiempo, y durante toda mi estancia por motivos ficticios aunque formalmente convincentes. Estaba harto
sólo comí con él· allí en tres ocasiones. de ser utilizado como taxista y sentía que tenía que ponerme a
A mí esto me parecía bien. Yo estaba absorbido y muy contento_ trabajar de nuevo. Estaba bastante sensible y comenzaba, por pri.
con el trabajo que Malik realizaba, tanto de forma directa éon mera vez desde que llegué al pueblo, a sentirme frustrado de nue'
la información que nosotros· obteníamos, como individqalmenté,/:. · vo. Me empecé a dar cuenta de que esta facilidad de interacción
poi la manera en que llevaba el trato con los otros IÍlgareños; era:o demasiado buena-come-.para continuar. Al tercer día, tenía·
manteniéndoles a alguna distancia pero sin ser tan posesivo que la intención de comenzar. a trabajar sobre la· leyenda del santoO'
me dejase aislado. Yo veía a los demá~ hombres regularmente, Malik venía por las mañanas y esfaba actuando de forma extraña~
Reflexiones sobre· un trabajo de campo en /vfarruecos 111
110

mente huraña. ~inalmente, me. anunció, de forma provoc3.Üvá_:·a:{ffi.J:--:- ;2 _4


pos que rodeaban Sidi Láhcen, y Malik me siguió. Los marroquíes
que a la defens1~a, que le tema que lkv~r al pueblo de la· fámilla;a;~;·· nunca llegan a comprender realmente por qué alguien quiere estar
de su esposa, distante unos tremta k1lometros. - ESíába -foñietiao:7:~:~" solo. Recuerdo mi núm'ero con Ali en la boda; había alcanzado
problemas con ella (rechazó hablar acerca de ello) y quería hacer\ <·:·5_ los límites de mi resistencia y yano Podía mantener buena cara.
un reg~lo a sus familiares. Presentó el ?sunto como. crücial;:-:~;_-, ·-·<-:'i Malik insistía una y otra ~ez y yo le repetía lo mismo hasta que
no .hab1~ forma alguna de rech~~ar.lo. Lo había plar¡eado duraiítii .... finalmente me giré hacia él y dije con énfasis, lenta y firmemente,
van?s d1as, pero al observar m1 1rntación, cuando hacía de- -i'aXiSt:a_-_---;-c_- que no estaba enfadado con él, que estaba cansado y que quería
hab1a dudado en sacar el tema a colación. . - estar solo. Que le vería al día siguiente. Su rostro se cubrió con
una expresión herida y consternada. Dijo, wash sekren? (¿está bo-
Escondiendo mi enfado a duras penas, tomé café con .él y sali-
rracho?).
mos. Fuimos con el___ cQ~he __~l_J1µJ!QlQ, ___ Qi_mQ~~JJ..r1a_s11elta, __ almorz3~
mos y ~mprendimos el viaj~ de .vuelta. Bueno, dije yo, pues- ahóra:•--,·...:•' Me quedé sin habla y aturdido. Habíamos estado juntos todo
- el tiempo desde las ocho de aquella mañana. Sabia que quería
a traba1ar de nuevo, no mas_ :v1a1es ~n-_coche.---Ei-·-:asinti_c)~_:·__:_~anao_~:~~;··,~­
llegamos a la explanada del· centro-del pueblo-- h·abt<n'los'!J'rimos: :::c:- ____ implicar algo más y que él mismo se_ encontraba muy molesto,
pero me encontraba al borde de mi resistencia emocional. La irri-
hermanos de M~lik que nos esta~an esper.ando. Cuando apagué
el motor se pusieron- a conferenciar con el. Se volvió hacia mí tante irracionalidad de su comentario me produjo una depresión
cuando salía yo del coche y me-dijo que una de-las--esposas--estab-<f profunda y me hizo poner en duda si en realidad había llegado
a existir alguna comunicación efectiva y comprensión entre noso-
r~almente e~ferma Y. había que llevarla al médico. Yo di una fuerte
nsotada y d1ie, sencillamente, que no. «¿Qué habríais hecho ante~ tros. Yo debía haber estado engañándome a mi mismo; entre noso·
cuando yo ~o estaba aquí? Pues bien, hacerlo ahora;: porque ·yÓ'. tros se abría un abismo insalvable que me producía vértigo. Malik,
no voy a ninguna parte·»J._a__ respue.staf_ue de_. con~tern_ªciQ!l.:.Y:c.: a su manera, también pareció darse cuenta de que se había produ-
embarazo. Los hombres de este sublinaje, de hecho, habían sido - - cido una ruptura. Seguimos juntos el tortuoso camino de vuelta;
bas~ante moderados en las peticiones que me habían hecho y yo
me dejó en mi casa con un amable lila sa'ida, buenas noches.
sabia que no era probable que insistiesen sin ser necesario lo Después de este incidente, intenté determinar con el mayor esme-
cual sólo servia para aumentar mi ira. Pero en esta ocasió¿ la ro e interés si las así llamadas urgencias eran o no tales. Siempre
-- urgencia-·-era real;··así-·que--asentí--finalmente-y-todo -el --mundO--pare- estaba dispuesto a llevar al sargento a Sefrou, tanto para corres-
ció aliviado. Se aligeraron para disponer a sus mujeres mientras ponder a su hospitalidad como por el hecho de que prácticamente
que Malik y yo esperábamos ·en el coche. Trajeron una mujer nadie se atrevía a viajar en el coche cuando él estaba presente.
joven que estaba obviamente enferma. A mi no se me dan bien A él no le gustaban los marroquíes y así lo manifestaba con rapi·
los enfermos. no me siento seguro conduciendo. .y estaba totalmente dez a· ellos y a quien fuese.
rendido. La mujer estuvo pidiendo ayuda durante todo 'et viaje Pronto se hizo evidente que, a no ser que se tomase alguna
a Sefrou, ayuda que nadie le proporcionó. La llevamos al médico medida drástica respecto al problema del coche, no iba a poder
el cual le echó una ojeada y nos dijo que la llevásemos al hospital realizar el trabajo de campo. En la segunda semana en el pueblo
de Fes, a otros treinta kilómetros. Allí nos dirigimos y, después . hice cuatro viajes a Sefrou. Después del cuarto viaje, consideré
de unas horas de hablar con una persona y otra, conseguimos seriamente la idea de dejar el coche en la ciudad, cosa que en
que la admitiesen. Murió una semana más tarde. - realidad debería haber hecho. Cuando volví al pueblo había. un
Estábamos ya en las últimas horas de la tarde cuando llegamos anciano esperando en la puerta de mi casa. Dijo que su esposa
de nuevo al coche e iniciamos nuestro viaje de vuelta a Sidi Lah. es.taba muy enferma y que había que llevarla al hospital. Le dije
cen. Yo guardaba silencio y estaba mohíno. Estaba preocupado que lo sentía pero que acababa de volver de Sefrou. Insistió, im-
por la mujer y exhausto por todo el día. La conversacióncfue j)ertérrito, en tal tono de desesperación y sinceridad que me co.,
leve. Finalmente; llegamos al pueblo,: Le aseguré a Ma!Ík;':que, meneé. a preguntar si no sería: una urgencia auténtica. Cedí y asen,
estaba irritable, que no se preocupase, que todo estaba bien; peroc · tL.AsL que nos fuimos,. volviendo con su esposa cojeando detrás
que quería estar solo. Comencé a caminar en dirección <r-los cám"' 'nuestro. Me dieron mil veces las gracias. Llegamos a Sefrou,. y
I/2 Reflexiones sobre un trabajo de campo en J\y[arruecos 113
-:o·:-o.,c'---:;
--:';'."",

paré el coche delante del· hospital. No,· me dijeron; un pócqc(ll~~:§. en América. Sólo indica la falta de bienes materiales en el momen-
arriba de l~. calle, en. el mercado. ~Pero no me había dicQq¡,qtl" · to presente, .nada más. Aunque lamentablemente, no refleja rasgos
estaba munendose? S1, me respondió ella, pero terigo que:fiac~I?;:i> negativos de carácter. Simplemente quiere decir que Alá no nos
algunas compras. ·· · · · · · · ha sonreído, por razone~ que ·están por encima del conocimiento
Los dejé y volví al pueblo sabiendo a ciencia cierta que ya :·;· común, pero que las cosas tienen que cainbiar pronto.
había salvado el abismo. Rechacé con resolución las peticiones :'·:•. Malik, ni rico ni pobre, parecía representar la banda media del
que a partir de aquel incidente me hicieron.· Expresé riif fra...cte'''.' espectro y le propuse trabajar sobre sus pertenencias. Dudaba al
forma abierta en varias ocasiones; las llamadas persistentes----a~-1~·-'-- - principio pero al final estuvo de acuerdo. El se presentaba, para
puerta a las seis de la mañana fueron los objetivos favoritos. La mí y para los demás, como un hombre .espiritual relativamente
fuerza de ·carác.ter más.Q\le..loL!'..?ZOJ!fü!!le!!L'ls.. ernJ.o..QueJmp.or.ta,= .. • pobre. Según íbamos realizando una lista detallada de sus posesio-
ba, y las peticiones disminuyeron. Unos meses más tarde,•despiiés'~<'·· nes, se volvió suceptible y se puso a la defensiva. Al relacionar
de que un amigo marroquí garagiste le·hubiese dado··un~rep¡{so·¡:· ::.. · todas sus parcelas de tierra, ovejas, cabras y olivos, quedaba claro·
explotó el coche. · · .......,... ·::..:,·.::·.'.'::::: que--no era ni mucho menos tan -pobre como a sí mismo se descri-
Por fin me vi liberado .de. aquella maldición. El tray"!'to.:de bía. Según el nivel medio del pueblo, las cosas le iban bastante bien.
unos nueve kilómetros por colinas onduladas y atravesando: un.:. Este hecho le azoró y confundió. Pensaba que la vida estaba
río sornen? hasta la· carretera y gasolinera ·más·próximas;<ne:l'r<F siendo dura con él. Y esto no era más que un mero artilugio
porcionó algunas de las más agradables y relajantes horas en. Ma- para obtener más dinero y compasión del antropólogo; auténtica-
rruecos. La desáparición del coche, además, al.ivió enormemente :.·3'· mente, formaba parte integral de su personalidad. Así que, cuando
la presión que Malik padecía, quien parece que· sufría el acos6: vio lo que iba saliendo del papel que tenía delante, se sintió confu-
de unas di.ez personasP<>L<:!l.<!a.lugareño intrépid0 .que· llamaba so.· Había formado una cierta imagen propia, y aunque en los
a mi puerta. Su vida debía haber sido . un infierno. ............ últimos· años su fortuna había aumentado -había recibido la he-
rencia de su padre, y tenia dos hermanos trabajando para él-
••• esta imagen no había cambiado .
Los «hechos» que iban aflorando a la superficie no se corres-
· · ·B·niomento·catárticirdefa·comprensión·global nos estaba·abriert>· pondían con sus categorías culturales. Los campesinos marroquíes
do los ojos y nos condujo a un mutuo recuento de existencias. no acostumbran a inventariar sus parcelas de tierras calcular sus
Nuestro trabajo estaba haciéR<lose más lento y menos regular. Este posesiones totales, comparar estas con la subida y' caída de los
hecho quedó más claro en las semanas siguientes·, cuando comenza- precios y realizar comparaciones sistemáticas y cuantitativas con
mos a trabajar en profundidad» con las diferentes economías do- sus vecinos. Ni tampoco entienden su pueblo conceptualmente en
mésticas de la población; Para entonces yo ya tenía una idea abs- relación a sus estratos socioeconómicos. Hay, por supuesto, sacie~
tracta bastante buena del espectro de variación socioeconómica dades (como la nuestra) que sí que conceptualizan la realidad so-
en el pueblo y quería investigar lo que estas diferencias en posesión cial de acuerdo con tales parámetros, pero la marroquí no es una
de tierras, ingresos y patrimonios significaban en la vida cotidiana de estas. Según me iba indicando sus pertenencias; convirtiéndose
de las familias del pueblo. en un objeto cuantitativo y externo que ambos podíamos exami-
Trabajamos primero con el sargento, la persona. más rica del nar, Malik comenzó a ver que existía una gran disparidad entre
pueblo, y nuestra tarea resultó ser tremendamente fácil. Estaba su imagen propia y mi sistema clasificatorio. El surgimiento de
orgulloso de ·1as posesiones que había adquirido y resultaba cándi-. estos datos «sólidos», ante sus ojos y a partir de su propio esfuer-
do en sus planes futuros de expansión; esto fue lo más .. próximo zo,. le. resultó tremendamente desconcertante. . · .
a servirme como informante que llegó a estar .. Al trab,ajat: .. con : • Nuestras ciencias sociales, objetivas, que tratan los hechos como ,
otros habitantes, pronto descubrí que ni las familias :más. ]'lobres entidades separables de un todo mayor, quizás sean lo suficiente:.
se mostraban reacias:a hablar y lamentarse sobre·su situación: eco> IIlen.te..reales para nosotros, pero para Malik le resultaban total;,
nómica. La pobreza no conlleva en Marr\lecos el estigma que•tiene mente.. extraílas; Él se formaba un juicio .. más. sintético: sobre· la

.. . .
-~----·--·----"~-·
. ..--
J/4 Pau/ Rabinow_ Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos J/5

situac10n de una persona en el que la evaluación moral y social . . ¡>robó que era relativamente próspero. Tuvo que pensar profunda-
contaba tanto como los criterios .económicos. Los dos polos de mente y con cuidado sobre esta contradicción. Su propia imagen
este esquema conceptual lo representaban aquellos a· los que «las estaba en tela de juicio y se alteró su conciencia ingenua. Nunca
cosas les va bien» (nas la-bas 'ali-hom) y «a los que las cosas se había considerado acomodado.. Después de haber reflexionado
tes van fatal» (nas msakin). Estas categorías son absolutas. Por sobre este asunto durante varios días, decidió que su apreciación
ejemplo, si un hombre no tiene hijos, se le compa\lece (meskine), · original era la correcta. Sí, tenía más tierra y ovejas que la mayo-
incluso aunque sea rico. No es que se ignorase la situación econó~ ría de los otros habitantes del pueblo, pero no tenía padre, su
nüca de las personas sino que, meramente, no era éste el único hijo era. enfermizo, su madre necesitaba ayuda, sus hermanos no
criterio clasificatorio. Según el esquema de Malik los «acomoda- estaban casados y su tío intentaba quitarle las tierras. No, Mon-
dos» suponían· quizás-una-cuana-1>arte-de-la-población.deLpueblo •. • sieur Paul, la vida era dura. Pero se había creado una duplicación
Los «pobres, abandonados de la fortuna, merecedores de compa- en su conciencia. Malik se había visto forzado a contemplar su
sión» comprendían qtüzás: ~-Il __ ~<?-~~~<i. -~-?- habífi _u_n _t~r01ino e~p_e<:ífi~ vida· de una nueva forma. Su mundo tenía ahora nuevos ccntor-
co para designar al resto de los habitantes, y esto no le.pre·ocupaoa Iú5s-~-
in·cluso aunque su juicio definitivO acerca de él permaneciese
a nadie. Sólo bajo el aguijoneo deLantropólogo intentó Malik . siendo el mismo.
encajar a tod_os en ·un__ es_~_rat() · e_spe~í_fi_c()·
Malik estaba cambiando. TellÍa-qiie refoiintilar sus propias expe- •••
riencias para poder así comprender mi objetivo. Normalmente era
bastante diestro en esto, pero· cuando era su propia situación. la · La mayor parte de las bromas, burlas y mofas que había en
que estaba estudiándose vaciló. Después de todo, la nueva imagen el.pueblo. ernn bastante fáciles de so.portar. El área donde estas
\ de sí mismo se alzaba·-en~contradicción~directa.con. la. antigua._ .. p1,11ebas y presiones no se llevaban tan alegremente, sin embargo,
Cuando el antropólogo entra en una cultura, adiestra a la gente era la del trabajo. Muchos de los hombres entre los veinte y cua-
para que le objetivice la vida existente en su propio mundo. En renta años estaban subempleados. Bajo las normas islámicas de
todas las culturas, por supuesto, existe con anterioridad un cierto herencia, los hombres no heredan hasta que el padre muere y,
. grado.~de_objetivizació_n_y_autorreflexión. Pero es muy poco fre- de todas formas, en este pueblo no había mucho que heredar .
cuente esta traslación explícita y cOilSCiente a un medio externo. Las-posesiones eran pequeñas y había mucho tiempo muerto entre
·El antropólogo da lugar a una duplicación de la conciencia. Por las diferentes labores del campo. Los hombres bromeaban y se
-~ lo tanto, el análisis antropológico debe incorporar dos hechos: quejaban de la situación con· frecuencia. En presencia mía, estos
'\ primero, que nosotros mismos nos situamos a través de las pregun- lamentos a menudo se convertían en peticiones de ayuda para que
tas que hacemos y la. forma en que intentamos comprender y expe- les encontrase trabajos en Francia. De hecho, tres lugareños ha-
rimentar e1 mundo; y segundo, que lo que recibimos de nuestros bían encontrado. trabajo como labradores en Francia. Enviaban
r-:l informantes son interpretaciones, igualmente delimitadas por la his- dinero a sus casas regularmente, lo que les permitía comprar tie-
~
/ \j
\
----...
l toria y la cultura. Por consiguiente,- los datos que recogemos est~n
mediados por par'.ida doble, en primer lugar por n~estra presencia
y después por la imagen de segundo. orden que ex1g1mo.s de nues-
rras, mejorar sus viviendas, casar a sus hijos y pavonearse por
el pueblo en gafas de sol y trajes cuando venían de visita. Levanta-
ban envidia generalizada, pero los especta,dores no podían más
tros .in f ormantes. que refunfuñar.
Esto no implica en forma alguna que la comprensión transcultu, · Yo ya era, consciente por ento.rice8 de que las po.sibili<!.ades de
ral resulte imposible. En tanto tengamos en cuenta. el ·diferente expansión agraria en la zona habían llegado a su límite.,,J,.a visio>n
estatus epistemológico de los datos que recibimos, no nos estare' · de futuro de estos hombres era correcta; su futuro no se presenta-
IDOS bloqueando la comprensión •. Malik no. me estaba .mintiendo, ••· ba prometedor. No había industria alguna en Sefro.u y la única.
ni tampoco estaba siendo un manipulador. De hecho, se considera- •• •••víá real para salir del pueblo era el sistema educativo. -e incluso.
ba auténticamente meskine, no globahnente acomodado. Según Jba, "·i"!Omando. esa ruta, las posibilidades estaban mermando rápidamen,
mos construyendo juntos un objeto (una lista de posesiones); com, ··te ya que los muchos puestos de trabajo; qúe. se habían creado
116 R€flexiones sobre un trabajo de campo en Ma!"ruecoS 1/7

para llenar la burocracia estatal después de la independenciá,-~(~­ religioso


· b para las · tribus
· vecinas · Los i·eres de lo s- lº1na;es
· santos
ban ahora prácticamente todos cubiertos. . ' '>.· -. iuga an· un papel activo en la mediación de las di"sput as t n·ba les,
Cada petición de estos hombres congregados delante dé'·aí~ ... •. lo que mcremen taba tanto · 1. . .
e prest1g10 como la riqueza global del
de los desvencijados almacenes, sentados .sobre la iierra,·ue~'b's' pueblo. I~~luso cuando los franceses llegaron para establecer el
de energía pero sin otra salida que sus pendencias y dispü(ás ;'): control m1htar de la zona (con anterioridad a Ja Primera G
Mund"1~l) , e¡ pr.1m~r
· med'1ador ~n el pueblo prevaleció para servir uerra
transmitía de forma inequívoca su ansiedad. Los apuros de-:. é'SiO·~:·;~~:;}.·;
hombres eran totalmente reales. , o..· como mtermediano con las tnbus.
En los primeros estadios del trabajo de campo el antropóÍo~0 ..2'!7' Los franceses reconocían el rol predominante de Sidi Lahcen. '
opera con su propia versión de la «conciencia ingenua». La reali.. De hecho, poco desp~és d_e_ la Primera Guerra Mundial ofrecieron /
dad «en el exterior» parece tan concreta, tan fácil de captar.:ML... c.onstru1r una academia militar, un mercado y un complejo educa-
regocijo durante fos .meses--iiiiCliiles-en..ff..¡)üeoTO-responaía.a _estad''' tivo ~ lado del pue?~º· Los ancianos del pueblo, temiendo que 1
seguridad. No había mucho que. interpretar; los hechos-parecían,- '' .•. ello minase la educac1on religiosa de sus hijos, rechazaron la ofer- 1

hablar por sí mismos una vez que se compilaban.--La-..t-0m~----~.::.· ta. Los fra~~eses, siguiendo su política de evitar medidas obvia-
mera vista del mundo exterior tal como nos aparece· es-· el- priffiéf;~::iit-z: mente coercitivas, aceptaron su rechazo y construyeron el complejo
paso esencial; resulta gratificante, fácil de asir, pero inadecuaao;'~- en otro ~ueblo a algunos kilómetros de distancia, pueblo que en \(
En realidad, lo que los ·«hechos» demostraban era-todo-~menó _... la actuahdad goza de bastante prosperidad. '
obvio. Si todo lo que mostraban era que Marruecos era un país··':. Fue éste, auténticamente, el principio de la decadencia básica
del Tercer Mundo con altas tasas de subempleo y con unas-pers"·;;;,. Y global de los- habitantes de Sidi. Lahcen. Su autoridad religiosa
pectivas económicas poco prometedoras, no había entCfr1CeS _:·neses¡:·:~~­ quedó mermada por la crea~i~n. de los juzgados franceses que,
dad de que hubiese viajado· hasta allí. Eso ya lo sabía en Chicago/:-4., aunque gozaban de menos leg1!Im1dad; resultaban más fáciles para
Esto no implica qUe· lá:S·-· generaliiáCióOes· ·a-·esre·--niVer~Seifri<-ffiCo~iCc~:·:·,~7~ los berebe~es. Co~ _lo que, según disminuía su papel mediador,
tas o innecesarias. El colonialismo francés y el neocolonialisrilo --., __ su reputación espmtual se iba perdiendo.
están íntimamente conectados con los problemas actuales de Ivta; Al irse encerrando en ell~s ___ri;_i~lll_()s.,__ tal!l!filn_..f!!.erill!-'xcltiy_e1!9o
rruecos. Pero a este nivel de generalidades, estos principios· rect°"' paulatmagJ~~.Rºs1biJ¡_¡jad ...de .crecimiento económico. Cuando
res- aparecen. casi desprovistos de significado .. Lo. que en. un princk:: la Pnmera G~erra Mundial, aún había-tÍérrá'más que suficiente
pío parece ser el más amplio y rico de los conceptos, capaz de ...... para la pobla.c1ón; de hecho, gran parte de su superficie ni siquiera
organizar y clarificar la mayor parte del material, resulta ser·_ el llegaba a cultivarse. Gradualmente, en los siguientes cincuenta aílos
más empobrecido. El paso de las grandes afirmaciones -que el estos buenos auspicios fueron cambiando. La población creció co~
colonialismo es la causa de la pobreza· -rural-· de Marruecos, por gran rapidez. El gobierno reclamó una cierta cantidad de terreno
ejemplo- a los casos concretos debe estar mediado por determina- par~ s~s prog:amas de repoblación forestal. La tierra que antes
ciones específicas porque, en caso contrario, no hay form~ de ha~1a sido ut1h~da _para pastos comunitarios se parceló. Las alter-
diferenciar un pueblo del siguiente, un país del otro. Comencé nativas fu~ron d1smmuyendo. El impacto de estos cambios a largo
a ser consciente de esto según se iba haciendo más claro el esque• alcance~ sin embargo, no se hicieron sentir de forma inmediata
ma general de la historia del pueblo. Sí, la pobreza en Sidi Lahcen y drástica. ·
era, principalmente, resultado del Protectorado francés .. Así y todo; Hasta lo~ aílos sesenta no se hizo c_lara la situación para todos.
había un pueblo vecino, igualmente empobrecido en la actualidad - El pueblo mtentó que se situase en su seno la sede del Consejo
que, de hecho, había prosperado bajo la dominación francesa. Comunal Agrario, que hubiese traído un mercado carretera asfal-
El impacto del Protectorado francés era innegable, pero variaba tada, electricidad y, en definitiva, la revitalizació~ de la vida del
enormemente incluso dentro de esta región. · . ·,, .. ,.,. pueblo -t.odas estas cos~s eran ahora deseadas por la mayoria
En el cambio de siglo Sidi Lahcen babia sido un pueblo prqspe:' o, de s?s habitantes--:--_ Perdieron su ap~esta, sin embargo: las dispu-
ro. Tenía agua abundante y un sistema de irrigación que re~ultaba;:•' ~as mternas les h1c1eron mostrarse indecisos en la reunión más
más que adecuado para sus necesidades; El pueblo era un 'centro::, importante al efecto, y se eligió a otro pueblo. Este otro pueblo,
JI8

que no se encuen . ·· · · ·sed.encü~¡i,füís~"~,


· tra demasiado le¡· os de Sidi· Lahcen, ·T······ :,. .
n una situación bastante buena en la actuahda~. Se . an ~ .pr,~·0f;,
ecuenta de que sus posi'bilidades futuras de expansión . son.· casi·· ,me~:.:'.·:ft•
··· ,,...
xistentes. su lucidez sobre su situación sólo sirve para exasper~r ,;,..
'd N0 les queda sino sentarse y refunfuña~. Tal como. ··,:
sus v1 as. me
un hombre decía: «Nos tendremos. que ir · .. t d
o os. a +ºarís '""" ·yer'•••-,""·"•.
dad que sí Monsieur Paul?» . . .
Lo que e~ mi propia conciencia par~cía «ha~lar por s1 mismo»
· te ¡ que más interpretación necesitaba. En este caso,
era prec1samen 0 • . d d
. · económicas solo se!lodian·enten er· cuan o-se.con-
las cond1c1ones . . ¡· · •
tem la en el análisis la historia d~ l~ det~rmmac1ones re_ 1g1osa_~. . 6. LA TRANSGRESIÓN
.P es ecológi·cas ' poli'ti'cas y ps1cod1nám1cas.
socia El pro6lema estn-. __
1 - - - -~ -- -.- - · --
baba e~ conectar mis conceptos abs~ractos .c~n la~ reahdades perc1- ..
· f ·nmedi'ata en Ja vida cotidiana del pueblo •. Esto -~ Después de los primeros meses, mi trabajo en Sidi Lahcen resul-
' b1das de orma 1 ..
.01.. • d· alizat trazando mediaciones espec1f1cas que de otra -taba más dolorosamente fragmentario y menos gratificante de for-
\)' }~~:~e i'eº ~~~~endrían como axiomas estériles. Dediqué··¡¡¡ rofüo ma inmediata. Durante largos períodos de tiempo en los que nada
\ de mi trabajo de campo a esta tarea. ocurría luché con la creciente necesidad perentoria de comenzar
a sintetizar mi material, de formular preguntas específicas, de in-
vestigar formas para responderlas. Lévi-Strauss ha dicho en alguna
· ·¡¡arte que si la antropología es una aventura, él vendría a ser
el burócrata de dicha aventura. Comenzaba ahora a comprender
lo que había .querido decir.
En los meses siguientes, dediqué muchísimas horas a pasear por
el pueblo y sus campos, participando en charlas informales sentado
en las tiendas, preparando entrevistas, esperando a los informantes
y, sencillamente, aburriéndome. Mi árabe era considerablemente
mejor ahora. Intentaba mantener una programación regular de tra-
bajo con Malik y varias otras personas, pero resultaba difícil ha-
cerlo. Una tarde particularmente fatigosa cuando estaba engatu-
sando a Malik para que hablásemos de la resistencia local contra
los franceses, se enervó con mis preguntas insistentes y me dijo
que le estaba exprimiendo como en un molino de aceite: si se
presiona demasiado, se consigue la pulpa, pero no el mejor aceite.
Después de estos meses de actividad tan absorbente, noté que
había pasado ya el umbral de aceptación. Lenta y esporádicamente
iba. acercándome al tipo de· entendimiento que yo quería. Al con-
trario que la investigación de biblioteca, los datos de campo se
. fijaban una vez se dejaba el terreno. Así, mientras más adelantado
; ..' / • .
estaba, más me. cuestionaba el estado de estos datos. Especialmente
',.¡
· al final de mi estancia, podía buscar durante semanas a una perso-
,... --.·
na determinada que tuviese conodmientos sobre un tema específico
120 Reflexiones sobre un trabajo de campo en A1arruec:os 121

y estuviese dispúesta a hablar de ello. conmigo. Si no lograba.'en:·.. ·· :·. El suceso que desató y posteriormente catalizó la resistencia con-
contrar una persona tal y convencerla de-que· trabaja_se· éo_~_ITligO;;:<:ii'.:~2"' tra. el Protectorado francés, y que culminó en la independencia
es que no tenía suerte. Quedaría un bache imposible de lleriaf: ~ de Marruecos, fue el exilio forzado del sultán. Mohammed V ha-
de vuelta a Chicago. Me despertaba todas las mañanas. con la· bía sido inicialmente elegido por los franceses porque pensaban
idea de que el material estaba allí disponible, que yo sólo tenia que podía resultarle dócil. Pero con el paso de los años se fue
que estudiar la forma de conseguirlo. Pero como Malik bien lo . convirtiendo paulatinamente a la causa nacionalista. A p;incipios
expresó, sólo tenía una puerta abierta: paciencia y nada más que de los ~ños cincu.enta había realizado varios discursos y declaracio-
paciencia. nes nac10nahstas que los franceses utilizaron para desposeerle. Con
Comenzó a desarrollarse una relación inversa entre el tiempo la ayuda de varios qaids bereberes famosos del Sur los franceses
dedicado a ·solucionar--preguntas...espe.cíficas__y_Ja __accesibili.ctad__de,_~~ iniciaron un movimiento de base predominantemente' rural que cul-
la respuesta. Los nuevos informantes (a los que a veces sólo les minó en su exilio y sustitución por un sultán títere.
había convencido de que viniesen a conversar)"no estabarrfamilia" · En Sidi Lahcen, los habitantes (especialmente los descendientes
rizados con mis métodos de ffabaici y fotma -¡¡., ll1tetrogat';'cN& del santo) se vieron sorprendidos en un compromiso tremendamen-
existia la posibilidad de. dedicar el tiempo necesario para cultivar te incómodo. Habían estado aliados íntimamente con un poderoso
e instruir a los informantes principales en cada punto. Pero esto qaid de la región que apoyaba a los franceses. Durante el exilio
no quería decir que la situación norequiriese su debidadelicadeza---~ se vieron presionados a apoyar a este qaid y a los franceses ento-
y cortesía ritualizada. nando las oraciones semanales en nombre del nuevo sultán lo
Tenía que trazar una red más amplia. Chocaba con la resistencia cual _equivalí:1 a legitim~ la acción francesa. Al mismo tieO:po,
de Malik y otros por razones- políticas, económicas, o meramente ta':11bién habi~. en la. región grup".s antifranceses y guerrillas. que
por inercia.· Hubo dos incidentes.(en_parte_accidentales, err:.Pai::t.e exigían aprovmonamientos y segundad. Algunos habitantes se unie"··
por mi planeados) que me ayudaron a superar algunas barreras ron a estos grupos, mientras que otros pocos apoyaban de forma
y afianzaron mi confianza para proseguir la investigación con ahinco abierta el exilio. La mayor parte del resto estaba cogida en medio
renovado. de estas dos actitudes radicales. En conjunto, fue éste un período
de enorme tensión que la mayoría de los habitantes prefieren olvi-
dar. _Tuvo, sin embargo, consecuencias particularmente importan-
tes, ya que los alineamientos políticos durante el período del exilio
Durante este período Alí vino al pueblo para una cura de des: jugar".n _un papel f?ndamentill en las luchas de poder regionales
canso. Tenía un ataque de sarna, que es bastante común en esta que sigmer~n a la independencia. El rol de estos grupos, indivi-
parte de-Marruecos.- Muchos de los escolares. la sufren,. pierden duos y facc10nes en estos hechos sólo se podía comprender adecua-
el cabello y quedan cubiertos de llagas. Es algo antiestético, moles- damente en el contexto del período del exilio. Y no tenía más
to y enervante pero, aparte de esto; no reviste gravedad. Aunque remedio que conocer más sobre este período si es que quería com-
es de fácil curación, un doctor francés de la zona me dijo que prender desarrollos ocurridos más recientemente. Pero todo el mundo
.el gobierno marroquí no había querida conceder suficientes licen- parecía extremadamente reacio a hablar de los detalles, específicos;
cias de importación para las medicinas; incluso aquellos que estaban en la parte vencedora dudaban a la
Le confié a Alí una noche que estaba teniendo dificultades para hora de reabrir esta caja de Pandora de descontento y amargura.
conseguir que la gente hablase de los sucesos políticos ocurridos· Alí me relató su versión de los hechos con gran detalle y regoci-
durante el exilio del sultán, hacía unos quince años. Yo estaba . -jo.- Las lucñas, traiciones, temores y represalias que marcaron el
seguro de que las consecuencias. de este período extremadamente . período quedaron registrados y adornados en su estilo inimitable.,
divisorio aún .jugaban su papel en la política actual del.• pueblo; Aunque algunos de los puntos tratados tuvieron que ser reevalua-
Alí estaba de acuerdo conmigo •. Estaba dispuesto· a romper la cons- :·V '~os con ?osterioridad, la historia de Alí me proporcionó el bosque-:.
piración de silencio si. le llevaba en coche para.ver a su.amante; ¿o,,¡o.cesenc1al de· lo que habla pasado y de quién estaba. en cada
Yo asentí rápidamente.. · •· ·. >> · - • - :.;bando; Una vez que Malik y los otros descubrieron que. Ali. me
,: " -Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 123

: 110 temer las represalias- el antropólogo se hubiese visto bloquea-


:· do iotalmente en su tarea. Las acciones de Alí me permitieron
. ·. c8ntinuar mi investigación en la forma en la que yo la quería hacer.
·•.. A aquellos que afirman que algún componente de esta violencia '¡
simbólica no formaba parte de mi propia· experiencia de campo, 1
Jesreplico simplemente que me parece que no tienen razón. Por ¡ ¡1J
_e,l. contrario, creo -~ue es i_nherente a la estructura de la_ situación 1 ~· j\
· ·mISma. Esto no quiere decir que todos los antropólogos sean cons-
. cientes de ello, ya que las sensibilidades difie.ren las unas de las \
--~ otras .. La forma e intensidad varían sin duda en gran medida,
. pero .todas ellas son variaciones sobre un tema común. \
7. AUTORRECONOCIMIENTO

Según iban transcurriendo los meses, llegaban las principales ce-


lebraciones del año islámico. Durante el Ramadán, el mes lunar
de ayuno, tuve muchas conversaciones con personas diferentes acerca
de su significado, cómo cada uno de ellos sentía personalmente
el.evento, los cambios que habían sufrido en el tiempo, y demás.
Loi>· habitantes del pueblo eran relativamente abiertos acerca de
lo que se podría denominar el Islam estándar. Lo mismo sucedía
con el Corán. Aunque tanto Malik como los demás del pueblo
no comprendían demasiado de las complejidades del texto, no ha-
bía duda alguna a la hora de ponerse a hablar del Corán conmigo.
Durante las vacaciones escolares, por ejemplo, cuando el hijo de
mi vecino o algún otro joven que estudiase en la Universidad Kara- ·
wiyin de Fes volvía a Sidi Lahcen, Malik, yo y los· demás nos
reuníamos y escuchábamos sus explicaciones sobre el Corán pro-
piamente dicho, del hadith o comentarios tradicionales y sobre
algunos de los dilemas contemporáneos con los que se enfrenta
!
el mundo islámico. ;¡
i
i
Incluso tratábamos de Alí y la Aissawa. Era éste un tema más
· delicado a causa de las malas vibraciones entre Alí y tantos otros
habitantes del pueblo. Sin embargo, tenía pocos problemas para
tratar; al menos a nivel general, de las diferentes hermandades
·;· de Sefrou, sus méritos relativos y los estereotipos locales de sus
·:::miembros .
. '. .. ;:.Sorprendentemente, la parte de la religión acerca de la· que los1< '
.·.'·.•.•·. .:i·..~• ·.·.H. .•~.·. • .b·.·. i·fª.·. ·.n· ··t···e·s·
'~~:¡:'.•~p,r~c1samente
'.i·:·'..··.,.• . se.·sobre
..mostraron ex!remadame~t_e
su propio reacios Lyuss1.
santo, S1d1 Lahcen a co':1versar fue
Yo sabJ.a •. i.·;'}:··.
!)'!•:-que había surgido una leyenda a su alrededor y nada parecía más · •
''' ·séguro que preguntar a sus descendientes sobre sus proezas y bara•
126 Pau/ Rabinow

ka. De hecho, veía nuestras charlas sobre el Islam estándar como


un preludio para entrar en la forma particular que eHslam había
adoptado en este pueblo. Durante meses, mis_ preguntas se encon.
traron con movimientos nerviosos de pies, respuestas cortas y la·
impresión general de que. esto era algo sobre lo que la gente no
quería hablar. Raramente insistí enel-tema·despuésdeun segundo
0 tercer rechazo, pero su reticencia comenzaba a intrigarme. Final-
mente, después de un período relativamente largo en el pueblo,
1
se hizo obvio que una de las principales razones de sú embarazo
era que ni incluso los mismos -aescenClíefües· ael santo sabían mu- •Mililll~
cho sobre su progenitor. Malik, por ejemplo, a pesar de haber
sido fqi, leía árabe clásico eoll"gr-andeS"dificultades.. Los tratados--'- -
más técnicos de Sidi Lariousahcen sobre poesía, lógica y metafísica _,_
quedaban, sin duda, por endnfa de·s1n1lcance; En' realidad, nunca
se le había ocurrido·a--Malik-leeclvo.,.s_ __
No me sorprendió que se supiese tan poco sobre la persona
histórica pero, además; existía también- una ignorancia generaliza-
da sobre. su leyenda. Se.conocían partes aisfadas de la misma,
uno. _o dos incidentes, pero _no hubo ninguna ocasión en que la
leyenda se recitase al completo·; NFfiünpoco existíacc especialista
alguno que estuviese encargado de recordarla .. Durante el trabajo
de campo, los habitantes se hicieron bien conscientes de· que no
ccfüódán la leyenda de su-santo y ahora se sentían en la obligación
-------de-·conocerlac--Según-par.ice;--hubo~hombres.cde_ los linajes santos
que se encargaron de. recoger y unir las diferentes historias que
la gente sabía. Gradualmente, Malik las fue uniendo y finalmente
nos encontramos con algo que parecía una leyenda, para regocijo
del antropólogo, quien también tenía la necesidad imperiosa de -
tenerla. - . -·-- __
Nuestro empuje también sirvió para estimular algún interés en
la figura histórica del santo. Algunos de los estudiantes de Fes
comenzaron a preguntar- en las librerías. de allí por sus obras,
_de las que aún tenían existencias de varias. Yo compré dos de
ellas, pero sólo una persona del pueblo podía. medio leerlas;- Había
una ignorancia casi total acerca, de los hijos de Sidi Lahcen o
la historia_ de sus descendientes_ hasta llegar al. siglo actual.
Este proceso de redescubrimiento del legado de los habitantes
del pueblo me resultó, muy interesante de observar- una .vez. me
apercibí de lo que; estaba sucediendo,,.-En·,estt;•·-caso;; nÓ•. es--que
la, gente se estuviese_ resistiendo"u' ocultándome algo, sino. que, se
-sentían incómodos por su propia ignorancia sobré el tema. Ade,
\ más, en. este tema mis preguntas·_·noi.eran consideradas, extrañ.as~ Sidi Lahcen Lyussi:-jinetes bereberes se.acercan para: rendir los honores al santo:

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128 Pau/ Rabinow Reflex_iones sobre un trabajo de campo en Marruecos 129

No les pasó desapercibida la amarga ironía que suponía el hecho . -~ent~ Cualquier cambio en la rutina cotidiana. Pero no ocurría
de que fuese este extranjero pagano el que les estimulara a hacerse 3.sL- con los lugareños.
preguntas sobre su propio legádo cultural. . '.. Los Beni. Yargh~a, el grupo tribal vecino, se podían ver ya desde
Durante el transcurso del año hubo varias ocasiones en que vi-· bastante leios segun se acercaban a Sidi Lahcen. La zona central
nieron diferentes grupos a visitar la tumba del santo. Todo el . del pueblo domina tanto el valle que se encuentra más abajo como
mundo tenía derecho a venir al santo en cualquier momento y · la serranía Y llanuras más allá de éste. Se podía ver un grupo
· pedirle favores. A cambio, solían traer una ofrenda que variaba _d_e un~s.s~tenta u ~chenta hombres a varios kilómetros de distan-
desde candiles hasta ovejas. Todas las limosnas recogidas se divi- cia. Dmg1a la com1t1va un anciano que llevaba un estandarte de
dían por igual entre los miembros de los linajes santos (económica- tela ve~de andrajosa. Era el jefe de la logia y más tarde se mostró
mente representaba una cantidad..insignificante),J:,¡¡s_visitas engru, muyd1spuesto ~ con.versar, a pesar de que no tenla demasiado
po estaban mucho más organizadas y yo tení_a plena fe en que _que contar. Le segman los hombres, mujeres y niños, algunos
al menos con ellas podría contemplar el islam local en acción, a lomos de asnos y mulas, otros sencillamente caminando ai ritmo
con o sin explicaciones. Los dos festejos principales ·a··Jo··faigTI·--'~ --•d: la procesión en su itinerario ascendente por los olivares del
del año son los musem, o celebraciones en honór de_l santo. El ".ªlle._ Cua~do estaban más próximos, se podía incluso oír sus cán-
musem menor se celebra en la primavera, antes de la cosecha. l!cos. El d1kr, o letanía, de la hermandad lo componía un grupo
El mayor se celebra durante el otoño> después de la cosecha, cuan··· de.frases en fas que s~ pedía a Sidi Lahcen su bendición. Se repetia
do los grupos tribales de toda la región vienen a Sidi Lahcen una·y otra ve~, constituyendo en sí mismo un fin. Inmediatamente
durante tres días enteros de cantos, festejos. y visitas de amigos. _d<l;SP11és del h?mbre _que portaba el estandarte había otro que lleva-
La famosa fantasfa bereber en la que compiten grupos de jinetes ba unavaca,_ que 1b~ a ser la ofrenda ritual al santo. Cuando
resplandecientes en exhibicim1~s.cl.i:c_p_Qes[a_y carreras de caballos,_ . zl· ~P?.. al~ó la_ tierra batida de la zona del musem delante
sirve de colofón final del festival. d~7a 11'-ezq~ta Y .la. tumba, el cántico aumentó en volumen y
Además de estas dos celebraciones, hay varios grupos tribales _se reum~r?n. unos ~e.mte o treinta hombres de los linajes santos
especiales que vienen cada añó a rendir homenaje al santo. Uno para recibir a los VIS!tantes. Se estrecharon las manos abrazaron .
de estos grupos es la tribu vecina de Beni Yarghra. Es ésta una y_,:- después, ~~bos grupos se unieron en un rosario' enorme de
·ffifü1(1e.. füibla árabe cnyo territorio·es·contiguo del de los grupos let~as P'.1f~ proceder a continuación hacia el interior de la tumba.
de· habla bereber Ait Youssi y Ait Helli que rodean al pueblo. Aqu1. se s1rv1ó té Y algunas vitua.llas. Es éste el reverso del modelo
No pude aprender mucho del desarrollo histórico de esta relación, que· 1m!'era en el musem en donde los visitantes traen comida
· ni tan siquiera de las leyendas de cómo se llegó a formar tal para ahmentar a los descendientes del santo. En los últimos años
relación. Aparentemente,. había. un capítulo .. de una hermandad pe. ·· ha?ía :stado a punto de esta.llar una lucha acerca de a cuál subli-
queña que debía lealtad a Sidi Lahcen. A la tipica manera marro- naie le correspondía preparar el té, a cuál los potes y a cuál el
qui, dicho capítulo se erigía en una unidad aislada, con base local pan .. Un año, según parece._ se había desatado una _riña y nadie
y que mostraba poco interés en las_ actividades de los otros grupos. pre~aró nada. Esto se consideró totalmente inusual y se supuso
La visita de este grupo tribal a Sidi Labcen, sólo unas semanas ".'ot1vo de descontent~ para el santo. Este año no es que la solida-
·después del musem menor, fue mi primera oportunidad de obser- ndaddel ?rupo estuviese en una cota máxima pero las relaciones
var una interacción a gran escala entre los grupos tribales y los . _ya· se• hab1an e~endado lo suficiente como para que se pudiese
linajes santos. Esperaba su llegada con impaciencia, cosa que no· · pfrecer:•:a fos _v1s1tantes té y comida.. . .. ·
ocurría a los descendientes del santo;: La misma reserva y desinte- .J;g:_r~ 7lespacio de tiempo dedicado a la relaj~ción y charla infor-
rés estudiado se aplicaba a los otros sucesos, incluidos los .dos . . ~iil;¡~e :proc7dió_ a sacrificar· la vaca. El portavoz de los Beni
musem. Esto me intrigaba, En un pequeño .pueblo· de m9ntaña, .·.. · :¿é°1[~:;s;:•~c11só _por e~ -tamaño del animal (que era bastante .. ··
con gran indice de subempleo y eón abundancia de tiempo libre,.·;;, .,f.l!~IIefi11);;:ql~1endo. q11e•las cosas ya no eran como antes, cuando
me habría parecido que cualquier tipo de distracción· tendría -que·•• •• tod<! {.l ll}undo ~on~nbuía. Se desató a la vaca y se la llevó por,
haber sido esperada con placer •.. El antropólogn ·ceJebraba cierta-. · detrás· de la mezquita, al lado del pilón de cemento construido

- --·~·-,-- ---- ----------------.-:---------.-


·Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos 131

por el gobierno situado en el punto en el que surge el manantial.


·Se recitaron unas· cuantas estrofas del Corán en preparación para
· '·etsacrificio de la vaca. El encargado de Sidi Lahcen, sin embargo,
realizó su tarea de forma chapucera ya que no consiguió realizar
un corte lo suficientemente profundo como para matar a la vaca.
La vaca mugió con dolor y furia. Dando coces con ira y borbo-
teando sangre por su cuello a medio cercenar, se soltó del hombre
que la sujetaba y se echó de cabeza por el sendero que por delante
tCnía. Siguió a 'Continuación un arrebato de locura en donde veinte
o treinta hombres y lo que parecía un centenar de drari perseguían
' alanimal dando gritos, alaridos y esgrimiendo cuchillos. Finalmen-
te, después de un buen rato, me pareció a mí, consiguieron agarrar
al animal y terminar de cortarle la cabeza.
Había sangre por todas partes ya que la vaca estuvo corriendo
en Círculos caprichosos. Se la arrastró de nuevo al pilón, donde
todos intentaron recobrar su compostura sin demasiado éxito. Se
procedió a· diVidir las porciones pertenecientes a los distintos subli-
najes en· relativo silencio durante el resto de la tarde. La carne,
y'especialmente la ternera, es toda una rareza para estas personas.
'Ea·mayoríá dé' los habitantes no suelen comer carne más de una
"Ve:t·a·ta·semana y muchos sólo una vez al mes. Cuando se sacrifica
'una vaca en el: pueblo, se acercan a él los hombres de los campos
vecinos para ver el despiece del animal sacrificado y la posterior
subasta, actividad ésta que puede llevar toda una tarde. Nadie
se. la pierde. 'Siempre hay· charlas animadas y los montones de
carne roja y vísceras en el centro de la zona del musem siempre
tienen un efecto afrodisíaco. El silencio casi total de esta tarde
concreta resultaba todo un contraste.
Aquella noche, Malik acorraló al líder de la hermandad y a
Vai'ios otros de los visit3.ntes para invitarlos a cenar· con nosotros,
cosa ·que hicieron: Resultaron ·ser sorprendentemente abiertos y
volubles conmigo, pero tenían pocos detalles «etnográficos» con-
cretos que ofrecerme. Se disculpaban una y otra vez con Malik
p(:\( la parquedad de las ofrendas que habían traído, a lo que
·Malik se mostraba correspondientemente soberbio.
:.se fuerón al día siguiente. La delegación se reunió delante de la
mezquita y realizaron algunos cantos con los habitantes del pueblo,
faltando ahora sólo la vaca. Procedieron a continuación a caminar
lentamente desde la tumba hacia fuera del pueblo. Caminaban hacia·
atrás, para evitar dar la espalda al santo y cantando durante todo
este tiempo .. Sólo. después de haber caminado varios centenares de·
· -_:.~é'tros·. ·se.·giraron-·y ·continuar·on su camino' de· forma ordinaria~
El fallo ocurrido en la real!zación d_e una ofiCnd~ Íitu'ai caus~ ~ra:n- desa~osii:g~'.-·

·---- ------·- --- ·-·- ---- -··· ·-- - --------------..---


Paul Rabinow
132

La noche siguiente me invitaron a cenar encasa de Mllli~.;~~~),~t;­


ocurrió raramente durante mi estané:ia;· áSí que~-s·abía:·~q-u:e~=e~~T:U,~-~:~;N~-~'.~- -·
ocasión especial. Cuando llegué a su humilde vivienda; estao'att'' ·
además reunidos allí en una haoitación varios de los. más podéfo- ..
sos y exitosos hombres del sublinaje de Malik. No eran éstos los " _
ancianos del pueblo, sino hombres que
iei:ifan--entfe-cua:rentaCY"=--
cincuenta años. Pero todos eran profesores de árabe e incluso _
uno de ellos era inspector escolar de la región. Siempre se habían
mostrado cordiales y_coop_eral_iy_o~ cq!]_migo, aunque distantes. c;la-
ramente, ellos constituían el grupo de poder.que]iabíil::aactQJ'1naj-,
mente la luz verde para mientraday;obviamente,también,habí~n.-­
cuando menos, aprobado··e1 h:eclfo·de-que-Malik~-ttabajasecee•l\Hi>E~ 8. LA AMISTAD
go. El les tenía. gran respeto_ y los trataba de forma deferente.
Durante la cena conversamos sObre-váfiils cOSis,· soor~:-mi.:e~tafi:"'-· _I)riss ben Mohammed, un joven · . 1
cia, sobre cómo encontraba-yo-la-comida,-el--tiempo,y-.sobre_.la---=- ·- abierto, había rechazado reiterada 1ov1a ' rechoncho Y de carácter
cosecha de aceitunas. Malik casi no abrió la boca, lo cual resultaba - _conmigo. c!/:mo informante. En el mented m1 _oferta para trabajar
impropio de él. Finalmente, despuésde la cenay mie!ltras•bebía-- l_l!'?S ll~gad,\! a conocer informalme~~~soal ~a~~ ~~¡"~c1a nosdhabía-
mos las obligatorias varias tazu de té, comenzaron a mericiOniif :
Sidi Lahcen de formaJm!ir~g!a. Estos hombres podía!l todoslee~ ,_,_.rn• · -···.. cas1.
ma . acc1dentlll
. - -. Oradualmente _creció '. una cierta c•empo,
f"
e for-
:;-nosotros.)iln eHondo de esta confianza on .'ªnza entre
árabe clásico con cierta facilidad. Habían,. por Süjíúesfü;stao·:;:n-:--'~-;-:; '-- ·1r~P3:.·.)~ c::pnciencia de· nuestras d'~ '~e parece a m1, se encon-
formados de las preguntas que yo había estado realizando duranii -- · B M-• h • erenc1as y respeto mutuo
·.. _en __ - o arnmed no me tenía m· d ( , ·
los meses previos y se habían puesto a pensar sobre ellas. Me - otros. habitantes), ni tampoco tení~e do d coalmo ocuma a muchos
expÍicaron todo ésto en tono serio y, sorprendentemente, sin mos- de traba¡· ar - u
-------------- -• 2no con europeos (a pesar de n0 h b
ª
guna sobre el hecho
, .
-trars.·a·ra: defensiva:· Dijeron-qu<>-sabían-muy--pocosobre su.santo;:__ __ camente contacto alguno con ellos . a er ~e?1do práct1-
a excepción de que su baraka (poder divino) se había ido perdienc les de mí presencia (rechazaba -la ~~ m ~uscaba_ benef1c10s materia-
do con los años. Monsieur Paul, dijo el inspector, no somos sino mente era mi anfitrión Y me trat b yona ~e mis regalos). Sencilla-
meras uvas marchitas en la gran viña de Sidi Lahcen. se reservaba para el huésped inc~ a con e respe~o que se suponía
Su profundo autorreconocimiento y juicio resuelto acerca de su dase tanto tiempo como el' q uso para un huesped que se que-
condición espiritual lo presentaban.en_ un tono_ tranquilo, casi abru- ue yo me estaba quedando
p ara llegar a ser amigos seg . Ar. ó .
mador. Su embarazo al ver cómo la vaca corría por el pueblo reconocerse mutuamente c¿mo un t ~st teles, dos personas «deben
con la cabeza a medio cortar les había avergonzado profundamen- tud_ para con el otro b" por a ores -~e buenos deseos Y acti-
te. Su gracia divina había desaparecido- no pudiéndose hacer: nada . _ ··· •en sea por ut1hdad l b.
al respecto. Desde un punto de vista material, a estos hombres El. tipo de amistad que se deriva d l b" ' P ac_er, o ien . .,
aquello que es bueno sin . , _e ien es el me1or porque.,.
les estaba yendo bien, eran prósperos, pero, en lo más profundo agradable, aunque tales amí~~i;;in tlpo _de califi~ativo es también
de su identidad, el símbolo sobre e_l que establecían su sentimiento - ._ dadc.;-El deseo de amístad puedes nec~s1tan de t~empo Y familiari-
de riqueza se giraba entorno_ a su posición como descendientes': ·_ta,d no» '· e surgir con rapidez pero la amis•
de Sidi Lahcen. Resultaba bien claro para todos que esa identidad
,\\Según transcurría el tiempo mi am. '
suya se había erosionado severamente.
>;:l\Í~~ba;dba-aprendiendo
má/de istad con ~ohammed se
···t:;-rH•.-,. ., ., >: ,_ _ él. Durante los ultimos• meses
~·r~g¡,~,;;i:Nicomachea~-:Ethics; Libr~· . v111-ca ,· .
:::,~t!!rtr1-9!1e,,-editado, por .Richard McK P tufo 2,
p. 1060 en The Basic Works-
·-_: .. ::>:-. eon (Random House, Nueva York, 1941)~
134 Paul Rábiirovi': Reflbciones sobre un trabajo de campo en A1arruecos
135

del, trabajo de campo, cuándo él se :encontraba en casa fuera'de el-_ve.rdaaero musulmán no goza de confianza en el mundo islámi-
las horas de escuela y podíamos pasar juntos muchas de la{ horas 'co;•fa,?ente interpreta la generosidad y sumisión como debilidades
de calor, la experiencia de campo, que se aproximaba aho~a a ' o•estup1d_eces; El fanfarroneo, la hipocresía, reyertas y luchas pre-
su finalización, alcanzó tina profundidad nueva a nivel emoCio-nal valecen porque la gente no comprende ni acepta en toda su exten-
y espiritua_L De manera informal, sin ninguna planificación ni ho- _ . sión la .sabiduría del Islam,
rario, mientras caminábamos por los campos, copiosos de granos· ·_-Me mostró el ejemplo de Sidi Lahcen. La mayoría de los descen-
~n las eras o embarrados por el agua- de riego en- los huertos; dientes. del santo sabían bíen poco, si es que sabían algo, acerca
tuvimos toda una serie de intrincadas conversaciones. El. rechazo de sus enseñanzas o el camino por él mostrado. Eran unos igno-
inicial de Ben Mohammed-del-estatus-ddnformante_inicióla_Qo~i,___ _ -_:_:~ __:____E~.~E~~-~--~~!º'·--ªú,n_ así, se sentían superiores a los otros musulmanes
bilidad de otro tipo diferente· de- comunicación-.- -Pero, obviamente,- porque descend_1an de un santo famoso y podían adjudicarse su
nuestra_ comunicación no hubiera llegado a ser posible sin las rela" baraka, su ,sant1d~d. Pero si hubiesen leído los libros que su santo
ciones más regularizadas ':/ -dlsCipffiianasquTfüílílá' mifnrenilfacyó ---- '-- --pat;ónchab1a-escnto, habrían comprobado que el mismo Sidi Lah-
con los demás, En parte como reacción a la sit_uación profesional, ,c~n-~abia l~chado contra tal vanidad. El había predicado la sumi-
a lo largo de los meses habíamos pasado a una pauta más relajada s_1ón exelus1va a Alá, Los únicos nobles auténticos en el Islam
y distendida. · -- ---- --------------- fueron aque~los que. vi~i~ron vidas ejemplares y .siguieron a Alá.
Aunque hablábamos de niuchas cosas,quizás el grupo más ini- Los desce~~1entes de S1d1 Lahcen, sin embargo, al contar con la \ ~
portante de conversaciones girabii en torno á nuestras relaciones fuerza espm~ual de su santo, habían perdido la propia. Piensan ~
con nuestras diferentes tradiciones. Habría sido casi imposible ha" q~~ sus relaciones genealógicas por sí solas deben imponer respeto;
ber ·desarrollado-estas--convei-saciónes--Ccon__ AJLo_Malik, __ aLest!!L ... _St(U Lahcen no habría estado de acuerdo con ello.
ellos tan involucrados en el núcleo de su propio mundo local. ~.eñ-M'oham~~d estaba luchando, decía, por seguir el camino
Tampoco, por otra parte;- halírí•i'sido esto posible con muchos marcado por S1~1: Lahcen. Pero esto representaba para él ciertos
-- .....de.los.fotelectuales marroquíes afrancesados; medio arrancados· de problemas espec1f1cos. _su padre, a quien él respetaba, se oponía
___s_us___tradiciones mal entendidas y afligidos por un autorreconoci~ vehement~mente a sus mterpretaciones «reformistas». Esto no ha-
miento exacerva<lo'y--tiisie-;-habfííil:¡--Sfaó·-1nca:paces -de-· salvar-las ... cí~ cam?1ar,: a Ben Mohammed sus creencias personales pero, al
distancias existentes en anibas direcciones-.- Ben Mohammed, en mismo tiempo, estaba en la obligación de respetar las de su padre
su manera modesta, también era un intelectual, pero de aquellos Ben Mohammed sabía que su padre, un hombre de edad con idea~
que aún miraban a Fes, más que a París, a la hora de buscar claras, no _estaba _dispuesto a alterar sus puntos de vista. En reali-
inspiración. Esto nos proporcionaba a ambos un espacio vital co~ dad, el m1s_mo S!d1 Lahc,en había adoptado una actitud paralela
mún. en su propia. época: hab1a que combatir la religión popular por
El principio fundamental del Islam, para Ben Mohammed, era sus -excesos, pero también había que tolerarla por su piedad.
que todos los creyentes eran iguales ante Alá, a pesar de que _~ara Ben Mohammed, las tensiones de su punto de vista se
el orgullo, egoísmo e ignorancia oSCureciesen este hecho; Muy,_ derivaban -de estas dos alternativas marroquíes. El futuro de Ma-
muy poca gente, según su visión, creían en realidad en el ·Islam~ r':",ecos estaba lejos de ser brillante. Él mismo tendría grandes
La mayoría toman sólo en una forma «limitada»: piensan- que_ d1f1cultades para encontrar el tipo de trabajo ·y vida que deseaba.
con sólo seguir )os .preceptos básicos ya son musulmanes, Ben· S~s expe~tauvas estaban condicionadas a las de su país. Pero tam"
Mohammed se mostraba ostentosamente en desacuerdo con esta .,. b1énsab1a que _los símbolos y guías para. el futuro tendrían que
postura. Si la creencia en la igualdad entre creyentes y en la ·sumi- ···, _trazarse',ª partir ?e ~a propia tradición cultural marroquí.. Los ~
sió¡¡ _a Alá _no está dentro -del corazón y no rige las acciones, e¡:<; 1)1-;"l"fº~~es;no P.od1a~ 1g~o~ar <;>ccidente: Esta actitud requería prés-¡ , j'•.\
la oración o _incluso la peregrinación a La Meca .no sirven-; para 'j'ff:tt~o~1·:1~tegr~c1ón~,eh~ac1ón: de ciertas prácticas arcaicas·-Y·- \J~
nada. La niya, o intención, es lá clave, Puede que sea. posible ·_; _,g_._P_,._r_,~_-_ si~a~·'•P_ _:ero_.•. - no· 1mphcaba Ja· mera imitación de los modelos-· - '
'_'+_2_l_•_._·_;
__

.P '•:?-~identales,:y fo más importante. de todo: no requería· el abando•


i1"-

engañar a los vecinos con la adhesión a- las formas externas; pero


no· se puede engañar a Alá. Hoy en día, para Ben Mohammed; ·:~'-,'~?"Hel!Sislam;:c;;.; ,_, : - __ _.. . , ··> __
136 Paul- Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos
137

Con la mayoría de los informantes, yo habría parado al llegar tal simbolismo estaba, de he~~o, en el Corán. La mayor parte
a este nivel de generalidades, pero con Ben Mohammed sentí que . de_]~ gente se basa e~ la tradición y no en su propia inteligencia.
podía Ilegar más lejos. A lo largo de mi estancia en Marrúecos. - Mah~ era ~n campesmo y no se podía esperar de él otra cosa.
había observado que lo negro se valoraba de forma negativa en Habi~ ~recido en e~tos aforismos y vivido con ellos, por lo que
diferentes maneras. En términos amplios, el blanco se asociaba era dificil que pudiese superar tal arbitrariedad.
con lo bueno y el negro con lo malo. Malik en particular parecía ". Me advirt.ió, sin embargo, que no confundiese los puntos de
preocupado de forma consistente por las distinciones de color y vista de.Mahk con el tipo de racismo que él sabía existía en Améri-
su simbolismo. El negro era malo, según su criterio, un color
para perros. Mieniras más claro se sea, mejor se es, .y más se
c~ º.Europa. P:unque. Malik expresaba sentimientos antinegros,
nmgun marroqm echana de un hotel o quitaría el trabajo a una
brilla a los ojos de-Alá.--Malik--bromeaba.._un...dfa __ acerca _<!e__ )ln p~r.sona. a causa del color de su piel. Lo que Mohammed me estaba
lugareño muy pobre y decía que era tan pobre. que se tendría diciendo es que las culturas son diferentes. Incluso cuando decimos
que casar con una negra. La bijll reeiéll nacidade Malik, destaca- _ Ja misma cosa, una expresión determinada puede querer decir algo
ba él en incontables ocasiones, era -de tez muy clara. ·cmrm1o--¡-~~1;., 1·
tot:iimente diferente cuando se extrae fuera. de su contexto social.
ensefiaba fotografías-de América.siempre hacía hin~apié en obse~-¡ Cuidado con sus conclusiones, me previno. Yo estuve de acuerdo.
var que no sabía si lós negros eranhombres o muieres. Se babia . Así Y todo, quedaba por hacer una pregunta: ¿Somos todos
sentido bastante molesto cuaildó aescubrió que una de sus cancior- ig':'ales, Ben Mohammed? ¿O son los musulmanes superiores? Se
nes favoritas de la radio era de un grupo negro. Después de esto, agitó a_nte-la pregunta. Aquí no hay posibilidad de interpretación
se guardaba muy mucho de ofrecer sus opiniones sobre la música reformista:·? compromiso alguno. La respuesta era que no, que
de un cantante basta saber su color. Malik 'no se mostraba nada no éramo~-iguales. Todos los musulmanes, incluso los más dignos
reticente a· la hora-.de-conversar._sob.re__e_ste___sim]>olismo. Estaba. de escarnio ~ menos merecedores de aprecio, y nombramos unos
muy seguro de si mismo: su fuente esencial de autoridad era .el cuantos de. estos que conocíamos, son superiores a todos los no
Corán. musulmanes. Era éste el deseo de Alá. La división del mundo
Durante mi estancia babia desarrollado ·e1 papel del antropólogo en musulmanes y no müsulmanes era la distinción cultural por
aplicad(), anotand.ocomentarios, evitando reaccionar de forma pú- antonomasia, la palanca de Arquímedes de donde se deduce todo
blica. Pero hacia ef final, iiie dejé-afectar más por ellos, y ellos lo demás: Esto era lo que en última instancia nos separaba. Pero,
a su vez comenzaron a inquietarse mucho con esto. Soy de tez como Ans'.ótele~ destaca, «en la amistad basada en la virtud no
clara, ojos azules y cabello castafio claro. Me vi tentado en varias su.rge~ queias, smo que es el propósito del actor el que sirve como
ocasiones a preguntar a Malik, que era oscuro de piel, con cabello c:iteno v~lorador, ya que en el propósito estriba el elemento esen-
rimy ensortijado-y grandes labios,- si pensaba- que esto me bacía cial de virtud y carácter ... la amistad pide al hombre que haga
superior a él, aunque nunca llegué a hacerlo. No tenía objetivo lo que pueda, no lo que resulte proporcional a los méritos del
alguno el confrontarme con él. caso, ya que esto no siempre se puede realizar ... »2.
Ben Mohammed era diferente. Cuando .finalmente le expresé mis La lección de tolerancia y autoaceptación que Ben Mohammed me
opiniones sobre el tem11, se mostró bastante lúcido. Estábamos había estado ensefiando durante los meses anteriores se desvaneció de ·
sentados en la ladera de una colina, bajo unas higueras desde p:onto. Sentía con profundidad mi condición de americano y me
donde dominábamos los campos de más abajo que se me antoja- di cuenta de que era el momento adecuado de abandonar Marruecos;
ban similares a los de Breughel, pasando de forma amigable una
tarde de verano calurosa y~ sin nubes. Comencé a sincerarme con •••
precaución acerca de · Malik. De nuevo, .Bell Mohammed sorteó
las diferencias culturales bastante diestramente. Estuvo totalmente _La «~evolucióm~ había ocurrido durante mi' ausencia (1968:.69);·
de acuerdo en que el menosprecio a los. negros era- malo. Los ~i~ ~m1gos de Chicago; muchos de elloHesidentes ahora en Nue- .,
musulmanes estaban. obligados. a luchar contra. todas las formas
de radsmo. Sobre este punto no había ambigüedad alguna. Pero ,;;.:;·~.~· Nicóinachean · Ethics. Libro.· Vllh ·Capítulo 13;~ p. 1075 · en McKeon:J'l.
trabajo de campo en Marruecos JJ9
138

va York, se mostraron ferviente y resueltamentecpolitizádos.ccuáw;.


c[~~if~r~~' el cuento en los t~es dialectos y así podríamos elegir el
''"''fCC'9,~!Hllªsnos gustase. Entusiasmado, radiante, pero al mismo tiem-
do volví. Nueva York, donde me había:criado;··estaba-,'iguai'!qu'ec'' ~#s"it':-J'o· solemne, ~os recitó tres veces las primeras estrofas del famoso
cuando me fui. Pero la ciudad y mis amigos me resultaban. ahora· ,:,.c., . poema del siglo XIX.
rnásdmpenetrables que Ben Mohammed. Todo el sueño de la com'
munitas futura que me habíaalimentado ,durante los meses de 5
soledad se obstinaba en no convertirse ·en-realldad-a·mi'regreso;c·
así que adopté una actitud pasiva esperando a que apareciese.
Quizás la dimensión más extrai\a de mi vuelta ·fue el hecho de
que mis amigos e_st_l!_Y_i~~~!! ___aparentemente preocupados por· el Ter7
) cer Mundo, o, a! menos, esta expresiQiltenla un ·1ugar ooligatorio:._.__ ·
en su discurso. Yo sí que había· estado-en-eLTerceLMundo.~..P.erO..: . ·-·'·'% ·
el Tercer Mundo que ellos ·representaban-con-tanta.ca.videzo'e~.':
conversaciones no guardaba relación obvia con mis. experiencias,
Cuando inicialmente observé éste hecho se me ign.oró cortésmente;
pero cuando insistí, se· me sugil'ió-<¡ue-l0-que-a.lo.rnej.0Lo.cnrría.:...
es que era. un poco reaccionario. La perplejidad de los maíices.
ligeramente desdibujados, ese. sentimiento de casi. no aprehender _
los significados -:-que había sido mi · compai\ero constante:::éll
Marruecos_:_, me invadió de nuevo, sólo que áhora estaba .en·m.i
propio país. . ········--- - .----··-·:·1··---···:·--·1::c:cc-c:···:·:·c=::::
Durante los siguientes ai\os me entregué a .otras actividades, la
enseñanza y el escribir .entre otras.· Parece que haber escrito este
libfó.fü•!ha capacitado para proceder a realizar· otro tipo de traba-
.···· Ja·cte-·campo;····de·-..:omenzar-·de-nuev0-en...un.terr.eno...diferente.c..
Trinh Van Du entró en· la habitación ..portando una. docena de
rosas encarnadas para nuestra anfitriona. Él medía aproximada,
mente 1,70 cm, hecho que hizo patente al anunciar inmediatamente
que tenía treinta y tres ai\os pero que los americanos a menudo
le tomabanccpor- un chaval de quince: La primera hora poco más
o menos de charla preparatoria se desarrolló algo rígidamente;
pero Du se las apañó para incluir seis o siete referencias a Ho
Chi Minh además de expresar que había estado en los . Estados
Unidos casi doce ai\os, realizando diferentes trabajos y ensei\ando,
durante un tiempo, en la Escuela Militar de Lenguas de Monterrey.
El ambiente se hizo mucho más cálido cuando pasamos:· de ·las
credenciales y la política a hablar. de temas relacionados con la
lengua y la cultura. Sí, le encantaría ensei\arnos vietnamita e intro~
ducirnos en su literatura vernácula, especialmente. la. poesía •. El
dialecto·. hue, que. era el. suyo,,. es. el :más e poético· (abigúíÍ1;1:.que:1:.
sus mujeres); el dialecto de·Saigón:ebmás cantarín, al esíihr.chirfo~>c
y el de Hanoi el más preciso y claro. Pero: todos los vietn:ámitash
leían la misma. lengua y todos amaban el Cuento"dec Kieu.,. Nosu
":· := ...... ,.

,_ ' -:

CONCLUSIÓN

··La cultura es inl~.!fil.~ª!'.ión.


Los «hechos» del antropólogo, los
rríii~i-Tii1es-·que·-fue
a encontrar al terreno, son en sí mismos ínter~
prelaciones. Los datos de base ya están culturalmente mediados
p()r• el pueblo cuya cultura nosotros, como antropólogos, vamos
.allí a explorar, Los hechos se hacen -la palabra se deriva del
'.1atínfactum- y los hechos que nosotros interpretamos están he-
chos·y·rehechos. Por lo tanto,. no pueden recogerse como si de
rocas .se tratase, poniéndolos en cartones y enviándolos a nuestro ,
país de origen para analizarlos en el laboratorio. r
La cultura está sobredeterminada en todas sus manifestaciones, i
.. no se presenta de forma neutral o en una sola vez. Todo hecho
cultural puede ser interpretado en muchas formas diferentes, tanto •
por el antropólogo como por sus sujetos. !,as. revoluciones cientffi- '
cas que establecieron estos parámetros a ¡)rínCipios aéISiglo-ácúiai ·
liansidó ignoradas en su mayor parte en el terreno antropológico:
La referencia de Frederic Jameson al giro paradigmático en lin-
güística, es también de aplicación en la antropología. Observa él
que «en un movimiento desde una forma sustantiva de pensar
hasta otra de tipo relacional... surgen dificultades en los términos
que intentaban designar sustancias u objetos... al tiempo que la
lingüística era una ciencia que se caracterizaba por la ausencia
de. tales sustancias ... En primer lugar, están los puntos de vista ...
con ayuda de los cuales se crean subsecuentemente los objetos» 1•
º.
E·····l····.•·h·
· .· ec·· · h· .· ·.··.de que todos los hechos culturales sean interpretaciü' ')·
·.~~;X·.ª_. más _de un nivel, es real tanto para _el antropólogo como¡
.
·::·:-._:E'#·j:_::_.:Frederié.:JamCson,;- The PriSon House of Longuage (Princeton;. Princeton
·· •'University<Press,.1972), p. 13.
142 Poul Rabinow, ·,:?.,:::·~ejie'xiOnes ·sobre un trabajo de campo en Marruecos 143

'I• para sus informante.s, el Otro con el queéLfral:iaja. S1l in.formante .. .~:):.:.*r;~.::·:~:.-:P,a.rt.ir de
ahí, construir pautas con las que presentar este
-y la palabra es acertada- debe interpretar su propia cultura · 'i:•i;objéto- recién enfocado a alguien que se encuentra fuera de su
. y la del antropólogo. Lo mismo sucede con el antropólogo. Ambos ·'cultura, que comparte pocas de sus asunciones y cuyo propósito
• · viven en mundos ricos, parcialmente integrados y en desarrollo · y procedimientos son opacos. Así, cuando un marroquí describe
· que, sin embargo, no son los -mismos-.----N"i;-tampoco ___eXiste_ ni_ogún la estructura de su linaje al antropólogo, se ve obligado a hacer
mecanismo fácil de traslación de un conjunto de experiencia$ al - wartas cosas; Bebe, en primer lugar, volverse autorreflexivo y cons-
otro. El problema y el proceso de traslación, por lo tanto, se ciente de ciertos aspectos de su vida de los que previamente no
convierte en una de las habilidades más importantes, siendo una había. sido. Una vez que llega a una cierta comprensión de lo
tarea básica en trabajo de-·campu:-f>ebe-quedaF-claroAueJa visión queel antropólogo quiere conseguir, piensa sobre este tema y llega
del «primitivo» como una criatura q11éviveregulada por. rígidas iCtln•f conclusión (todo esto puede ocurrir en el espacio de unos·
notmas, en total armonía-- con-.:s_u___e_nt_q_t_ºQ __y_ #Seiicii\lménte e_xenta ·- . •.segundós, por supuesto, Y no es en si mismo un proceso teórico);
d.e atisbos de autorreconocimiento, no es sinC:I un-confüiito'-depro-:c-º· ·''-'':elcinformante debe entonces averiguar cómo presentar esta infor-
yecciones culturales complejas; No hay «primitivos», sino que nos\ ·maeión al. antropólogo, un extraño que por definición es externo
encontramos con otros. hombres~que llevan otras vidas. . a·•su mundo vital habitual.
La antropología· es· una ··ciencia interpretativa cüyo·:·015jefo:a¡;·-·--·. --- Esto• crea los principios de un objeto <Y producto transcultural
estudio, la humanidad abordada como- «Otro»,. está en el mismo e· híbrido; Burante el período en el que se realiza el trabajo de
nive! epistem..oló.gi~. º.·. qu·_·e ella misma: Tanto.- el antr. opó·!º. go com?.r· 1 ·campcr. ha de establecerse un sistema compartido de símbolos si
sunnformantes• viven- en un mun\lo culturalmente mediado, atra- \($ ·se qUiere qu:e este proceso de formación del objeto (a través de
pados en las «triuriás de·sigfüftcacióm,-qué:ellos-mismoi>chan tejí, '_. .•- Ja; autorreflexión; autoobjetivación, presentación y nueva explica-
do. Es éste el fundamentó de la antropología; no hay. posiciónl . ··c:ronr•continúe; ··- ·-· ... .. · .. .
de privilegio; ni perspectiva abSóluta( ni forma· válida .con la· que Especialrllénte en· estos estadios (en los que la experiencia común
· -elimifüú' la ·c'onciencia de-nuestras actividades o las de los demás. es escasa,. así· como la comprensión o lenguaje en el que basarse),
··· ---Este··hecho-central-.no.. se:puede__eyitar· pretendiendo. su .inexistencia; el· proceso-. e§. muy difícil y agotador; sencillamente, falta la base.
Podríamos llegar con ella a.la éongelaclón de ambas partes. Es - : .Las: cosas .•. sii'. vuelven más seguras según este mundo liminal se
posible pretender que somos científicos neutros· que recabamos· da- .construye mutuamente aunque, en realidad y por definición, nunca
tos no. ambiguos y que la gente que estudiamos viven en .varios · llega· a perder su cualidad de externalidad. Bicha extemalidad,
sistemas subconscientes de flíerzas determinantes de las que no no obstante, es un ratio movible. Es externa tanto para el antropó·
tenemos pistas o de las que sólo nosotros. tenemos la clave. Pero logo (no es su propio mundo vital) como para los informantes
esto. es .wia_mera. pretensión..no .más~ C----------··-····· e_ quienes gradualmente van aprendiendo a informar. Las algo mala~
Los hechos antropológicos son transculturales, porque se reali' connotaciones actuales de la expresión son, en realidad, de aplica-
\ zan a través de las fronteras entre las culturas.-Existen como exp.,., ción en· ciertas ocasiones, pero también lo es su raíz original, «dar
riencias vividas, pero se convierten en. hechos durante los procesos forma; ser principio formativo de algo, animar». A lo que se
de interrogación, observación:.y. experiencia,. en los que. tanto el da forma es· a esta. comunicación. El informante da forma externa \
antropólogo como las personas• que con él viven están inmersos. a sus propias experiencias, al presentarlas para responder con ellas
Lo cual implica que. el informante• debe primero· aprender· cómo . .. ,, :~:l:~~11ntas del antropólogo, en tanto sea capaz de interp~etaJ" ,
explicar su propia .cultura, a hacerse consciente deda· misma .y
comenzar a objetivizar:su propio mundo vital. Debe aprender des- ' ? ESfa función de información, sin embargo, se- da no en el lab~~ ,·. ·,.,
pués a «presentar» .esta;: al• antrop_ólogo, ai.un, extraño quien por .;') ;·r~t~~();· sino ~n un ámbito de interacción interpersonal. que• es de. ,,i ·
definición •. no comprende ni, las¡ cosas•. m,js. obvias·, Esta" present;i, 'Í;í;jJlt%~ct~1ití(ersub11iv<1 entre sujetos; llegando a ser. como, máximo,,,~
ción por parte del informante viene' definida, pues, al as11mir.11na .~ii:!~i~{ll¡li;fiiil'Y somera l:;a profundidad y alcance de la cultura·constru~ ;.¡
forma de externalidad•• Al informante; se le;pide,-en·una•multitud .;;.~r.·.~;··<m·
,J.·~;·ll!i'inenu<h trist~mente inadecuada -cuando. contrasta co11 ···la. !~,;·'·
de formas que piense sobre aspectos concretos .de su propio•mundo ··; .;: gente~con. ta:.. que. se.: mteractúa .según ésta desarrolla .sus, rutinas /¡ .;s
' :~:i.~><·;~y, .·. . ,_,j~·
144 Paul Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en ,\4arruecos 145

diarias en, su rnundo. coti?iano, La antropología no consiste en~\ precisamente la dialéctica entre estos polos, siempre repetidos, nunca
una batena de cuesn?nanos que se dan, rellenan y_ devµelven.j exactamente iguales, lo que constituye el trabajo de campo.
La mayor parte del llempo del antropólogo se dedica _a sentarse
con los informantes, haciendo buenas acciones, bebiendo té, extra- - ·* *•
yendo genealogías, mediando en disputas, sufriendo, haciendo las
veces de taxista local e intentando vanamente charlar de -forma Resumiendo,- por lo tanto, podemos decir lo siguiente.
- coloquial Y cotidiana, todo ello dentro de una cultura que pertene- La primera persona con quien tuve algún tipo de contacto man- -
ce a otros. La falta de adecuación de la comprensión propia sale tenido fue el francés Maurice Richard. Estar en su hotel era el
mcesantemente a la superficie quedando exhibida públicamente. primer paso obligatorio para los occidentales que llegaban a Sefrou
Las interrupciones y erupciones burlan al_ etnógrafo y sus _investi- (aunque recientemente el gobierno marroquí ha abierto un hotel
gaciones, o para ser más prec:lsos~ puede
decirse que informan de liijo). Al saber que su clientela no se va a quedar mucho tiempo
su investigación, son parte esencial de ella.- La constante ruptura, con él, Richard ha desarrollado una imagen pública de buena vo-
en m1 opm1ón, no es sólo un accidente-molesto sino·un··a:spt!l!Ío___ _ -"- !untad,, que- se vuelve progresivamente menos convincente según
básico de este tipo de investigación. Más tarde flli tomando cada se va aislando más. El contacto con Richard fue inmediato. No
vez mayor conciencia de que esfasc rupturas de comunicación resul- había ninguna barrera lingüística. Estaba deseoso de hablar. Al
taban altamente reveladoras y-a-menudo.- mostraban- ser auténticas - ser-_ un extraño_ para todos los demás grupos de Sefrou, poseía
piezas decisivas para el futuro de la investigación. Pero· cuando estereotipos interesantes de cada uno de ellos, que estaba_ más que
surgían, sin embargo, - parecían representar sólo _nuestra.· frustra• dispuesto a intercambiar. por una sonrisa receptiva. Su misma acce- !
ción. La etimología viene de nuevo-a socorrernos: e-rupci6",:una sibilidad, sin embargo,. revelaba también sus limitaciones. Sólo pro-
eclosión, e inter-rupci6n, una irrupción, de esta cultura- linlinal porcionaba entrada hacia el pasado, hacia los últimos días del
a través de la que estamos írifoiifaiiifa'comiiriicarnos•. _- --- - -------- ·;''cofüíiialismo. Se situaba en el mismo 'filo de la sociedad de Sefrou,
Siempre que ocurrían estas rupturas;--y- he descrito varias de en: su punto más externo. Su esquina era fácilmente accesible,, pero
las más importantes con anterioridad; el ciclo comenzaba a repetir• sólo, mostraba los márgenes de la sociedad marroquí. Aunque este
sujeto- me proporcionó amplio material de investigación, y_ estaba.
se de nuevo; Esta vocación transcultural e interacción· tomaban
un nuevo.contenido,- a-menudo-una-profundidad-nueva. -El-trabajo dechechó: ..en proceso de desaparecer para siempre, mi proyecto ••
de base que había realizado. parecía.caer debajo. de nuestros -pies meJlevaba por otros derroteros, " j
l ¡¡¡
Y nos poniamos a hurgar. por otro- sitio distinto. Con ello había lbrahim se situaba en el otro. extremo de· la zona tapón. entre
más material incorporado;. había más- que podíamos dar por su• las sociedades francesa y marroquí. Había llegado a la madurez
puesto, y más a compartir•. Esta proporción. es.totalmente cambia- en los últimos días del Protectorado y había forjado su carrera
ble Y ni con mucho llega· a alcanzar la .identidad. Pero sí que salvando con destreza la linea existente entre ambas. comunidades
hay movimiento, cambio· e. información ..·:;;-. . ·_, , , _--.· -~·,-:. :·_,·,.:.:.~_. sin ningún -tipo de confusión 'respecto a en cuál línea él se situaba.-
! El trabajo de campo, entonces, es un -proceso- de construcción Su, e8pecialidad estribaba en presentar bienes y servicios para su
-
int~rsubjedva, de formas· Iiminales de comunicación. Intersubjet-iva
qmere declf literalmente más de un sujeto, pero situándose a caba-
consumo externo y, para ello, los empaquetaba con esmero. Me
sirvió- de guíao11or las principales arteria~ de la sociedad- de Sefrou,
llo entre ellos, ni en uno ni en otm sitio; los· sujetos• en cuestión resultándome. tle. especial ayuda. pata la- comprensión de la Ville
Nouvelle;:. aunque dicha ayuda cesara en los mismos muros de
1 no comparten un conjunto común· de -asunciones, experiencias; ·o
tradicio~es. Su construcción es un proceso público,; r,a,mayor parte
de este hbro se ha centrado en estos temas que mis amigos.marro•
la medina,:A-.pesar de su prudencia'; nli primer atisbo de la Otre'i
dad::,<icurrió:, con- Ibrahim_ .ya. que. ·este profesional -de lo ·:externo •:;:.<
~uíes y yo llegamos a construir; entre -nosotroS';-• con• eh: paso~del era~:aspesar,•.de:todo-;,marroqlÚ." __ , i:v _
- tiempo, para poder asícomunicarnósv&•un, tema-básico·et.hecho , :!:l'!t'i\!gµía::~Plaúnedina de Sefrou• y las zonas de transición-:,dÍ!:·':'.i~
de que la comunicación.-fuese-·a·-menudo,,dolorosa"y•parcial;<-pero• - la.i¡g¡Itm-a,,marroquf- fue: Ali.- Mi contacto· con él fue et: primer:._,,:::_:
es igualmente importantecoekque- no;fUesentotalmentec opaca-i''-Ea - :P~:f,tlndahiental hacia-la consecución de una relación más-íntima!,;;,;'}
···~~-~·. ' '.-~

;-t_
146 Paul Rabinow Reflexiones sobre un trabajo de campo en Aforruecos 147

con Sefrou. Era una figura flotante dentro de su propia sociedad, pueblo. Podía haber sido, y de hecho fue (ocasionalmente), un
viviendo una existencia precaria en. la ciudad. Era paciente, curio- informante importante. Pero, al igual que Alí, levantaba el recha-
so, inuy imaginativo, aventurero, sensual. e implacablemente per- -zo más fuerte de su comunidad, que temía su lengua. Todo el
ceptivo. Mi aproximación a la cultura marroquí como algo inm~­ mundo, incluido su padre, quería silenciarle. Al estar poco conven-
diato, como experiencia vivida, vino con mi amistad con Alí. El cidos de mi presencia en el pueblo, querían ejercer algún control
rechazaba un cierto modo de vida, pero no las otras alternativas sobre la información que recibía. Rashid sabía mucho y estaba
marroquíes. Era cáustico y directo en sus críticas de las formas dispuesto a expresarlo. Tal como dice el proverbio marroquí, los
locales, pero las suyas eran puyas lanzadas desde dentro. que no tienen vergüenza, hacen lo que les da la gana. Así que
Alí también tenía sus limitaciones. A causa de su comportamien- hay que controlar por la fuerza a aquellos que carecen del senti-
to y su antagonismo se había convertido casi en un personaje miento interno del decoro. Rashid, al contrario que Alí, no tenía
maldito. Sus apreciadon:es-y-orlentaciones~-que él siguió proporcio- poder de base, ni otras bazas que jugar. En general, se le obligaba
nándome durante toda la experiencia de campo, resultaron inapre- a cumplir los preceptos comunitarios, a pesar de que los violase
ciables. A sabiendas y con habilidad,-utilizabacontra sus-paisanos en cuanto se presentaba la ocasión;
sus propias inhibiciones y puntos flacos. Alí era un personaje mar- Malik ofrecía el término medio insuperable, tanto para mí como
ginado dentro de los -suyos. Su peculiar situación avanzada y acti- para la comunidad. Después de todo, yo había forzado mi entrada
tud provocativa me rescataban_periódicamente de los callejones en el pueblo y sus habitantes temían que, en última instancia,
sin salida que surgían y la resistencia colectiva. Sin embargo, Alí hubiese ido alll a socavar su religión. Por lo tanto, resultaba indi-
estaba ya alejado de -los asunto~ deL pueblo, fuera de contacto cado que el hombre que iba a convertirse en mi informante princi-
con ellos. Me resultó de poca ayuda a nivel cotidiano, pero se pal estuviese situado en el extremo de uno de los sublinajes del
podía confiar en él para la _colaboración vital. santo más respetado. Este grupo tenía una alti¡ tasa de matrimo-
Así qüe, al igual que-Richat1:1-s<nituaba--entre-1as dos comunida' nios endógamos. El padre de Malik, no obstante, se había casado
des francesas, e lbrahim entre los grupos franceses Y marroquíes con una mujer que no sólo no pertenecía al sublinaje, sino que
de la Ville Nouvelle, Alí estaba a medio camino entre la población no era del pueblo. Consecuentemente, a pesar de estar ligado de_
flotante de la medina-y su pueblo natal de descendientes del santo. cerca al núcleo de este grupo emocionalmente, estructuralmente
Los-tres- eran___ personajes_ marginales.Jos_ tr_es _me proporcionaron se situaba más bien en su periferia, cosa que él intentaba compen-
su ayuda a la hora de efectuar la transición de grupo a grupo, sar en exceso.
de emplazamiento a emplazamiento. Malik era el perfecto representante de la ortodoxia. Estaba orgu-
Dentro del mismo Sidi Lahcen, la situación estaba más estricta- lloso de su tradición pero era incapaz de buscar un papel tradicio-
mente controlada. De forma tácita (Y algunas veces explícita), la nal -que él mismo pudiese desarrollar. Impaciente con su cargo
comunidad intentaba situar al antropólogo y, de esta forma, con- de.jqi, se empecinaba en mantener su grandiosa imagen propia.
trolarlo. Los dos primeros jóvenes con los que trabajé ejemplifican Era nn conservador al que le faltaban instituciones que defender.
esto. Mekki, mi primer informante, literalmente impuesto por los Resultó ser la elección perfecta para Ja comunidad. Los ancianos · --
habitantes del pueblo, pertenecía al sublinaje de Alí. Al no tener de su sublinaje aprobaron su participación, lo mismo--que el sar-
car$aS familiares u obligaciones laborales, buscaba con ahínco lo gento Larawi, el hombre más poderoso del pueblo; -Sabían_-que·.
que para otros era sólo una bendición a medias. Desafortunada- podían confiar en Malik. - --• - - __ _
mente, carecía tanto de inteligencia como de capacidad imaginativa Malik, como Ibrahim, sabía controlarse y-era ordenado ireser./:, ·•
para poder objetivizar sil propio mundo vital y presentarlo subse- vado; Pero al contrario que lbrahim, su profesión no estaba basa•- ''"-' ''
cuentemente a un extranjero, lo cual resultó ser un obstáculo insaJ. da en las relaciones externas. Malik había permanecido: dentro: de_::¡;;··
vable. Rashld, mi segundo informante, representaba todo _lo que un ámbito rural. A él le hubiese gustado ser _la contrapartidaiéi~i(
Mekki no era, y fue precisamente éste su problema: energético, lbrahim, pero no existía tal rol: -Tenía• que: improvisar sobre·)li'.Íf~,
imaginativo, curioso, inteligente y variable,_ como Alí, sólo que marcha. Su «manejo de la situación», sin embargo, estaba en:cons~;._';
la experiencia de Rashid se limitaba es~ncialmente a la vida- dele tallte·-tensión• con los comentarios de Ali, Rashid y• otrtis>.Mali¡C;:¡c_Jí(~
, )fft:~
,,··:,:<tf

--;-.-- ---·------ ~.-


148 Pau(' Rábino,~>

intentaba vadear prudentemente las áreas conflictivas .. Cuándci}sei . •;


le presionaba solía ceder, pero_. despuéi.,'de:._es,t~_:j_i)_ii::i_Q~:::ra_t_~lft~íi}~i.-~f'f}i--·
aportaba nada más. Según fuimos avanzando, Malik pasó a depe¡¡,..; -·
der más de mí que yo de él, lo que ayuda a explicar su falta
de resistencia continuada en las áreas conflictivas; Ibr8.hiffi/ :Siri
duda alguna, no habría cedido tan rápidamente. ____:_____:_:_::_:é:_c. __
Driss ben Mohammed obvió muchas de las dimensiones políti~as
del informante con su adhesión resuelta al papel de anfitrión, que
eventualmente estableció las bases necesarias para el establecimien-
tO de un diálogo. Ben·Mohammed-estaba--integrado-en-la-tradición-~
marroquí. Consideraba la figura de .su antepasado, et santo- det·
siglo XVII, como guía para-el~miill<l.i!~iil_Qcferno:y:.. manteíiía:J&.;:·--
creencia en la esencial e incondicional superioridad-detJSiam> -
Esta diferencia absoluta que· nos-separaba- sólo se reconoció:de
forma explícita al final de mi _estancia. Nos habíamos. convertido
en amigos, nos habíamos mostrada~nuesíro -respeto-y-confianza-
mutuos. Los límites de la situación no resultaban oscuros._para•
ninguno de nosotros; Yo era para él un miembro ri~o- de iina•- -
civilización dominante sobre la que tenía sus reservas. más profüll•
das. Para mí, él·luchaba--porcrevivircc-UfrcUniversocccultura(~ell_~.e!-c:'-c
que yo ya .no habitaba y que al que, en última instancia, no podía ·
apoyar. -Pero nuestra amistad templaba las diferencias. Así; ha_bía~
--mos- recorrido .. eL círculo completo .encontrándonos- ahora dos-per· -
_ sonas,_Ja_µn<) __ frent_e__ _a_!ª' otra. Cada uno era producto de una
tradición histórica que le situai:ia:icondiCioíiaba. · Lós ··dos eramos
conscientes de la profiinda crisis dentro de esta tradición pero
aún nos servía de referencia en busca de renovación y solaz. Era-
mos, con orgullo, el Otro el uno para el otro.
El que yo hubiese viajado a Marruecos para confrontar- mi pro.
pio yo con la Otredad, era típico de mi cultura (o de la parte 1
de ésta que podía aceptar). Que Ben Mohammed entrase en este '1
tipo de diálogo sin un sentimiento de autodenigración resultaba
impresionante. Mi deambular inquieto e investido superficialmente i
de carácter científico me llevó a este pueblo montañés de Marrue--
cos. Ben Mohammed buscaba la sabiduría del santo_ reformista; ji
pero al mismo tienipo estaba dispuesto, incluso deseoso, de. hablar
sobre sí mismo. A través de la confrontación mutua. de-.nuest~as­
- El fqi se relaja.
4
propias situaciones conseguimos establecer .contacto. Pero esto. tam-
bién sirvió para rea,lzarnuestra Otr~dad furidan¡ental, Lo.qÍlei~ási+• ;•;;_./.Ben ·M'ohammed:
camente nos. sep,.raba era nuestro pasado. Yo podía• cÓmp~~llcí~r.. :f>«~.l:~: . f:leseo.·- de :
~:~.ami.~tad-.·.puede
a Ben Mohammed sófo_hasta el punto en que él podíá.compréíicl~~~·
me a mí, es decir, parcialmente. No vivía .él. en un mundo-cr\stiano.•• '.~~;l~:Jti~~:a' ~~!~ez,
150 , PaU/' ·RtibinoW

d.e una Otredad·fnmutabfo ~11mayor· graíiStj\íeyoniisrlth. Üa~Ía>


crecido en una situación histórica que· le proporcionabáintérpreta<
ciones de su mundo llenas de significado aunque sólo parcialmente
satisfactorias, al igual que me había ocurrido a mí. :r-iuestra Otre- •
dad no era una esencia inefable,-sino,-máS-bieriCfaCstima-de expe~.: -
riendas históricas diferentes. Estábamos separados por diferentes
. redes de significación, pero dichas redes; al- menos
parcialmente,

~~:i~~: :~~~~t~ntJ:~~~i::~~~~::;1!ªr~~~1!!~~~a~~~:l~--__j'1!1ll!!-
manteníamos. leales de forma. crítica~::í!J§i-slfünolos· que nuestras
tradiciones nos habían proporcionadfüccAbha<ido,;Jl!)f!ª1í!~~iiíí:
proceso de cambio. - · ··· · -.·-.. -..--- POSFACIO

Pierre Bourdieu

Tomar como objeto propio el estudio del objeto, apartándose


de· la alternativa de la evocacilin más o menos novelesca de una
.. 3~1l.~!:ien:cia e.ncantada y demoliendo el fantasma del exoticismo,
cuyo- paradigma sigue siendo L 'Afrique fantome con sus acentos
celinescos; operar este giro de intérprete sobre sí mismo y sobre
la. interpretación .• , todo ello significa devolver al trabajo de cam-
po, generalmente construido ·como un rito iniciático rodeado de
· ·secretos y misterios, su dimensión adecuada: la de construir l!L
(e¡¡res_~!.).\ación...de..una re!l)i<!ild_social. Esta vuelta sobresi mismo, /
a pesar de su aparente narcisismot supone en sí µna ruptura con ( {~
la autocomplacencia de la evocación literaria, y, lejos de dar como "
'résultáifo"uiía coilfesióri íittíiíia~ "Ccínduce-á una objetivación del
conocimiento del sujeto. Pero §Uron~, Y.!!1.~~cisiva, ruotyr¡f.>_.
con la concepción ]lositivista de trabajo científico, con su exalta--·
gQii'f!~:Ja:iiose~aclÓn naif.-{ sÜ- inocente confianza en lo que
Nietzsche llamó el «dogma de la ltÜnaculadá concépcíón»:-·¡¡;:·fú¡¡:.
dacróñae una cfoñ~iii sín.-i:íe.D.tíficos; c¡íié reduce _,.1_st'kt()j:_o¡¡_n_Qs~ ..,....
-~~--ª- íin ·¡;ufo aparato registrador. Supone aún otra ruptura(~
- n¡ás,. sin· duda psicológicamente niás dificil, _con esa especie de
<m()sjtivismo .renovado» que. Clifford Geertz presenta, con su sec
dµc;to,r estilo de escribir, como modelo. para los jóvenes. científü:os
SQSiales, americanos, a, través de su alabanza de lo,. que (siguiendo.
á¡:,~yle),,llama.«.descripción densa», unida a la .exaltaci4n del partí-; ,;
,..clli-'l!i~n¡o;y el- «conocimientolqcal>h , . ,. _,,., "'":'.;
J1'!?~~d,~-~!-~o..c~~~i¡!!.~9-~ .."§ta)llq§.Í>ff~_p~gvifila' :de .·,J
'• :la•c1enc1a,
," -' " , que;.' en. cierto modo,
,,.._.,,,......,. ehmma
___ _ al c1entíflco,
•. con sólo de¡ar¡ ie.
.,w_,.,,_...,__..~.,_.,...,.,. ,_,_,,,,~-""->-~..,.._· .~'.•

.{
,> ~$
-:~,
152 Pau/ -RabinÓW ""111;:t:R~fl~xióileS sobre un trabajo de campo en A1arruecos 153
--~-·~:_:;._:;._;: \ -~:-:'-->·
- - ·-:-<
.de tomar en cuenta el hecho de que, aI convertiral sujeto en .. : s:ntación acerca de la c~al nunc~ podrá ,saber claramente si sus ~
irreprochable servidor de lós cánóneii"lógicos de exp!iéadón, a fo · :·--~squemas formadores e mformauvos estan tomados del sistema¡
Hempel y Nagél, o de los criterios de falsación que prometen ''de "estructuras cognitivas característico de su propia tradición del 1
certeza, margina por igual a ambos y los pone fuera del alcance. sistema etnográfico, 0-- de una mezcla inconscientemente nego~iada (
del sujeto. En verdad, ¿por qué habrían, todos esos jóvenes gra- '· .de. ambos códigos colectivos de clasificación, mutuamente confron- \
duados recién salidos de los" préfügfosós' departamentos de antro~ · tados? ¿Acaso la relación encuestadora en sí misma al crear una '
pología y que aspiran a emular la «ciencia normal» de sus profeso- -.... situación-él¡, iñiérrogación teórica en la que el interr~gado se inte- :
res, de tomar como objeto propio el proceso de construcción del rroga a sí mismo sobre lo que hasta entonces le resultaba aproble- '
conocimiento del objeto, reflexionandosobreJas..c.ondiciones J>rác--- mático y autoevidente, f!C>__crea. una ¡ilteración esencial, _capaz de:
ticas y objetivas de su propíó cónocimíeilto? Para ello te;;ciri;n_-- ......... Introúucir un sesgo significativo en todas las otras observacióñes'
que cue_stionar SU aUfOridad_~--Cfüe_~:se:_-apoy~fJ~h"l::r--creencia--·cOiec~;_-·-: : recógldas;"ifüiCiío máscrücfal que todas las disiorsfonés del etnÓ-Í
esto es, en la confianza que éacfa tinótTuiie-enfüS"figurosiJsrirúi!íer-~c -· ·- - -
--,,~~--:-centr1sriió!~---.. -.-------··-v-~---- ~"_...__....,,,,....,·~- '
de la vieja metodología y en los santificados ej~mplos de l.os presti- - ·· - -:---pañl poder evaluar estas cuesiiones -decisivas, y muchas más,
giosos antecesores, así como en la propia auto-imagen, 'eñ la idea ·- planteadas por la construcción de un discurso antropológico que
que se han hecho, identificándOla-·con-siC«vc>cacióm>;-de·to·que· .... emJ'rge .con toda su complejidad, basta con releer, una tras otra
ya son y deben llegar a ser, especialmente en su relación -cargada --- Ias evocaciones de los inciertos encuentros con el francés Mauric;
de ansiedad- con eL «trabajó. de cámpo»; Ricl!ard; nostálgico. de la época colonial; con lbrahim, dispuesto
Puede resultar sorprendente que; diez años después, sea aún ' a negociar' relaciones con el mundo en general; con Ali, el margi-
necesario recordar-a-l~gente-que-loschechós..estáh.fabricados;_·_c_o_ns:' nal cuya--.inestable situación lo convierte hasta cierto punto en el
truidos, que las observaciones no son independientes de la teoria,• i\lf,()~ante'~fecto; con Mekki, designado por el grupo para pro-
que el etnógrafo y sus informantes cofaborali en un trabajo de tegi:r' sus· llm1tes, etc. -figuras que cualquier antropólogo podrá
... .interpretación conjunto, en eique el informante propone alétilólo'- reconocer como familiares, por cuanto ocupan posiciones estratégi-
- g0Lsig11i~11do una muy espeéial retórica de la presentación; lás . .. . cas .. en el_ espacio de relaciones que cada uno mantiene con su
«explicaciones» que iÍlvenfan"eilfüfü>fólf"de--s-.:1s·mutuas··expectafr'· ,_ j,:__~p~(j¡>i¡\,Sociedad y que la presencia del observador extranjero saca
vas y a costa de un verdadero esfuerzo teórico, sobre el supuesto · a la luz•...
extraordinario de la situación de interrogación misma. Habría que Pero no quema concluir esta exhortación a una atenta lectura
sorprenderse igualmente en Francia, donde la tradición escolástica- sin mencionar una observación atribuida a Jean Piaget, que vuelve
impone una diferente carga epistemológica, de que estos señala- a mí frecuentemente en situaciones similares a las evocadas por
P~ul Rabinow, y que su análisis de las relaciones entre etnógrafo
mientos causaran tan gran impacto en los USA, tanto más cuanto
que se alzaron contra disposiciones críticas y reflexivas de semejan-· e mformantes trae a la luz:. «No es tanto que los niños no sepan
te cariz en otros dominios. Pero, -como ocurre siempre _con mate- hablar: tantean muchos lenguajes hasta que aciertan con aquel
rias como estas, que implican mucho más· que un conocimiento que los padres pueden entendern.
de tipo cognitivo, no__s!ejJ_emos apresurarnQs__ a creer en nuestra- ' La etnología habrá dado un paso de gigante cuando todos los
capacidad de comirénsión.'Eñesiesentido, la reiáéióii <le-luía¡· antropÓlogos. comprendan que algo similar está ocurriendo entre '1\\
serie de experiencias, construidas a .la luz de su relevancia para ellos--y. sus informantes,' i \
J ~
la refiexión, epistemo,lógi_ca,-arroja una luz sobre los hechos difícil
de· conseguir con· una exégesis- académica dentro de la. tradicióíi'·
de _ Schleiermacher, Dilthey, Gadamer; Ricoeur, y tantos otros teó"°
ricos, recapitulados por Péter Szondi; la. deuria prácticá"exeg~tica¡'..
rnn vieja como la actividad" típiéamenté' escólásticá del' lectóíii"'
¿Qué es un informante y qué hace exactamente cuando· elabora ¡·
;>ara el antropólogo ~'!tl-~fil~~<;__~~~,~~!!:-__g~~\l__Jlr()p!O'.!!!!!!!!l\'i; repre". -···-.
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5. Información respetable ... ...................... 101

6. La Trasgresión 119

1· Autorreconocimiento ..... ...................... 125

8. La Amistad ...... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

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de Pierre Bourdieu ... . . . . . . . . . . . . .. . . . . .
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