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El administrador ideal

Por. Hermenegildo Pérez Feliciano Carné # 201706124


Upana/Comitancillo San Marcos
Programa ACCA

D
esde los albores de la humanidad hasta ahora, la tarea administrativa ha estado
presente en el trayecto de la vida. Por naturaleza el ser humano tiende a
asociarse y a imponer iniciativa para su sobrevivencia y para su desarrollo.
Las primitivas familias coordinaban sus vivencias con la intervención de padres
familia, consejeros o autoridad designado.

Desde estos indicios históricos, la administración toma las características de


líder y autoridad. Sin administración, no se podría hablar de grandes sociedades de
la antigüedad. Los mayas llegaron a desarrollarse increíblemente, con sus ciencias
y sus artes, pero regidos por un sistema administrativo bien definido.
Los griegos con sus grandes avances científicos y filosóficos. Reflejan una
sociedad organizada sobre las mismas políticas y con el monitoreo de una
estructura de administración definida.

No cualquiera podía desempeñarse como líder o como autoridad, se trataba


de un grupo selecto que evidenciaba tener las características de dirección y de
influencia. En otras palabras, no cualquiera podía administrar y desempeñar los
cargos referidos. Todas estas consideraciones permiten recoger el valor y las
propiedades esenciales de la administración para cotejarlo la situación
administrativa actual.

La época moderna refleja una realidad, en el que la administración ha


tomado otro rumbo, y cometido errores que afectan al desarrollo social. El ya
aburrido factor corrupción ha hecho de la administración una posición para
acaparar recursos e imponer ideologías. La falta de conciencia humana, que lo ha
convertido en una función maquinal, cuya secuela permite que a cualquiera le
asignan el cargo de administrador y solo siguiendo un algoritmo de funciones
cualquiera puede lucirse con esta tarea.

El concepto de autoridad y liderazgo, se han traducido por la represión y vigilancia


estricta. La política de influencias aplicado para intereses personales e
inconvenientes para el bien común ha hecho del liderazgo un motor para sacar
ventajas totalmente egoístas.
Es ovbio que la administración existe solo porque hay una sociedad, una
organización o un grupo. Su objetivo es un objetivo común. No propio. Administrar
es mas allá de su carácter científico y técnico, debe ser un arte, y es mejor otorgarle
a quien es competente para ello.
Por consiguiente, como parte de un sistema en el que la administración se ha
desviado de su eje. Surgen las dudas relacionadas a ¿cómo debe ser el
administrador de hoy entonces? ¿Qué características debe tener? Con ello es
necesario redescubrir al administrador ideal, y si no existe, es propicio construir su
perfil y buscar a la persona competente para ello.

La esencia de cualquier acción, es la consciencia. El kamikaze de Dios en el


interior humano. Desde aquí partimos; para afirmar que el administrador debe tener
una conciencia sólida y entrenada. Se debe inmiscuir en varias realidades para
formar la conciencia. No se puede aislar de todo como para evitarlo. Es más, se
debe infiltrar en alguna realidad considerado dañino para conocerlo y probar que
la conciencia siempre tendrá razón.

La comunicación es el recurso más primordial para la vida. Sin ella, la gente


no podría sobrevivir. El tener bien desarrollado la capacidad comunicativa más allá
de la necesidad natural de comunicarse, se posiciona como otra de las
características del administrador ideal. No puede ser administrador un introvertido
o un pasivo. El administrador debe saber transmitir sus órdenes e instrucciones,
pero sobre todo al hablar debe inspirar a su equipo. La capacidad comunicativa
implica, tener capacidad política. Implica ser un mediador efectivo y un receptor
atento. Saber escuchar.

La motivación, es como el combustible de la acción. El administrador ideal debe


motivar a sus subordinados. Debe estimularlos y proteger su salud mental. No
puede exigir a un elemento del equipo los resultados estadísticos definidos cuando
sabe que el sujeto bajó de rendimiento y se encuentra inquieto. Se debe dar primacía
a la espiritualidad sin ver las tasas de producto a generar. Cuando alguien está
pensando en todo lo que falta para llegar no avanza. Si se concentra en el proceso,
los resultados son automáticos

El buen administrador. Aprende a quitarse de la discusión. Si dos personas gritan


frente a frente y nadie calla, habrá ruido por mucho tiempo y jamás se acabará. Si
se hace lo mismo se comienza una sucesión de pérdidas.
Por tanto, es característica de un administrador ideal el tener carácter de callar o de
evitar confrontaciones, no por miedo, sino porque sabe que no es de mucha utilidad
para resolver problemas.
La fé, integra las características de un administrador también. Dijo un poeta. Creo
luego creo. Antes de crear se debe creer. Antes de iniciar cualquier actividad es
necesario que un administrador crea que se tendrá éxito. Los prejuicios y la falta
de flexibilidad hacen que los planes terminen fatal. Ninguna planificación puede
asemejarse a la perfecta realidad. Por tanto, el administrador debe valorar la
capacidad de improvisación y reacción ante posibles errores o improvistos.

En fin, el administrador ideal debe tener firmeza y paz. Dominio de si mismo. El


tiempo ha sido considerado enemigo de los planes del ser humano por años. ¿Qué
tiene el tiempo que le tienen miedo y enemistad? El tiempo pareciera estar
corriendo cuando la mente es la que está apurado. Parece que el tiempo no camina
cuando la mente es la que no fluye.
Los horarios las inventamos los humanos, el tiempo es eterno y por tanto un horario
solo es una orden que se establece. La puntualidad solo es un concepto. Alguien
puede llegar 5 minutos antes. No es puntual. Alguien llega en el minuto exacto se
convertiría en esclavo del reloj. Es obvio quien se tarda está sobre la marcha, y
quien se adelanta también lo está.

Por tanto. El administrador debe trabajar al ritmo real. Y por supuesto hacer que su
equipo trabajo a ritmo real.

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