Professional Documents
Culture Documents
Juanma Murua
María de la Fuensanta Morillo
0
La escuela en la ciudad activa
RESUMEN
Desde la Salud Pública se reconoce que la im portancia de los
entornos y los ám bitos en los que vivim os las personas, son piezas
claves a la hora de fom entar hábitos de vida saludables.
Bajo esta consideración, surgió el concepto de “ciudad activa” para
definir a las ciudades que continuam ente generan entornos a favor
de la actividad física y la vida activa de su población.
En las últim as décadas, el modelo de desarrollo urbanístico y de
gestión seguido por nuestras ciudades, ha llegado a considerar al
espacio urbano com o un “entorno peligroso” para el desarrollo del
juego de los niños, relegando a la infancia a un papel secundario;
lo que lleva a la creación de espacios concretos y específicos para
su realización, reduciendo así, su autonom ía dentro de la ciudad.
La escuela es un ám bito clave en la promoción de hábitos
saludables, entre ellos el de la práctica de actividad física entre
niños y niñas.
La ciudad activa trabaja para cam biar esta situación, perm itiendo
que la población infantil disfrute de sus calles y plazas,
apoyándose en num erosos estudios que dem uestran la correlación
existente entre, el juego espontáneo de calle y los niveles m ás
elevados de actividad física.
1
1. INTRODUCCIÓN
2
2. EL CONCEPTO DE CIUDAD ACTIVA
3
3. LOS ENTORNOS Y LOS ÁMBITOS EN LA CIUDAD ACTIVA
Durante muchos años las políticas de salud y promoción de la actividad física han
seguido un marco conductual, siendo responsabilidad individual (Kelly et al., 2007) de
cada persona la adopción de hábitos de vida saludable. En este sentido, era muy
habitual considerar que las personas que no hacían actividad física, era porque no
querían. Muchas de las actuaciones orientadas a la promoción de la vida activa se
centraban en la comunicación y la promoción de estilos de vida activos, tratando de
convencer de los beneficios de su práctica a través de numerosos canales, por medio
diferentes mensajes y ampliando la oferta existente para que resultase atractiva para el
mayor número posible de personas.
Sin embargo, la Salud Pública ha demostrado que la salud, la enfermedad y los hábitos
saludables de vida están claramente vinculados con una serie de factores sociales,
económicos, medioambientales o estructurales, además de los individuales (Ministerio
de Sanidad y Politica Social, 2010). Los comportamientos de práctica de actividad física
y de inactividad física se entienden condicionados por una compleja red de factores que
determinan que una persona, un grupo o una comunidad sean o no más activos
físicamente (Sallis et al., 2006). No basta, por tanto, con políticas y programas de
educación y promoción de la actividad física entre la ciudadanía si los ambientes en los
que viven y se relacionan no facilitan la toma de decisiones en este sentido.
Esta forma de entender los condicionantes de la salud ha dado lugar a la adopción del
modelo socio-ecológico (Dahlgren & Whitehead, 1992). La aplicación de este modelo a
la promoción de la actividad física ha generado distintas referencias en las dos últimas
décadas que pueden servir de orientación para establecer qué factores están actuando
como condicionantes de actividad física y la conducta sedentaria (Richard, 2011)
4
Cuando hablamos del entorno físico, nos referimos pues al entorno construido y natural,
en el que se desarrolla la vida de las personas. El diseño de una ciudad, sus calles,
parques y plazas, los patios, los espacios naturales a los que se tiene acceso, todas
estas cuestiones se demuestran muy relevantes a la hora de tratar de explicar los niveles
de actividad física de la población.
El entorno social se refiere al conjunto de factores socieconómicos que afectan al
comportamiento de las personas y a su capacidad de acceso a la actividad física. Así, el
apoyo o aislamiento de las redes sociales, las normas de la comunidad, los
antecedentes culturales o el nivel socioeconómico de la comunidad pueden actuar
también como inhibidores o aumentadores de la actividad física y la conducta
sedentaria.
Asimismo, los condicionantes deben ser adaptados a comportamientos particulares y
grupos de población. En este caso, niños, niñas y adolescentes realizan diferentes
actividades físicas en ambientes diferentes a los adultos mayores, por lo que las
estrategias de intervención deben adaptarse a cada segmento de población.
5
4. LA CIUDAD COMO PROBLEMA PARA UNA INFANCIA ACTIVA
En los últimos años se observa un creciente interés por conocer cómo influye el entorno
urbano sobre la calidad de vida de niños y niñas y el cambio de hábitos que supone,
especialmente en los niveles de práctica de actividad física. Las investigaciones
muestran una importante disminución de los niveles de juego y movilidad activos entre
los menores. Hillman, Adams y Whitelegg (1990) mostraron un fenómeno preocupante:
niños y niñas estaban desapareciendo de las calles de las ciudades. Entre los años
setenta y noventa del siglo pasado, se percibe una importante reducción en los niveles
de autonomía de los menores en las calles, tanto en el desarrollo de sus juegos, en el
tiempo y disfrute de los espacios públicos como en sus trayectos cotidianos.
El modelo urbanístico dominante de las últimas décadas modifica en gran medida la
forma de las ciudades y los usos del espacio público. Al contrario que en el modelo
tradicional de ciudad mediterránea, en la actualidad, el urbanismo se basa en una
segregación funcional, esto es una división del territorio en unidades monofuncionales:
residenciales, comerciales, industriales, equipamientos… Este modelo ha impuesto una
hegemonía del vehículo privado como medio de transporte, lo que lleva a dedicar gran
parte del espacio público al tránsito, reduciendo notablemente los espacios para la
convivencia, el disfrute y el juego.
Hace tres décadas lo normal era acudir al colegio andando o en bicicleta, jugar, correr y
saltar en la calle. En la actualidad, las calles se han convertido en escenarios poco
adecuados para este tipo de prácticas lo que ha llevado a una situación paradójica: en la
época en que más recursos e instalaciones deportivas hay, menores son los niveles de
actividad física entre la población infantil.
En este sentido, el proyecto de ciudad activa contempla el hecho de que los menores
recuperen el uso del espacio público para el disfrute, a la vez que, les permita moverse
con seguridad y autonomía por las calles. Sobre la base de esta idea, el proyecto de
Francesco Tonucci, “La ciudad de los niños” (Tonucci, 1997) cobra especial relevancia a
la hora de plantear un entorno urbano que facilita la actividad física en edad infantil.
La escuela en un proyecto de ciudad activa juega evidentemente un papel educativo, ya
que transformar los hábitos de actividad física requiere de un trabajo enormemente
instructivo, además del trabajo específico en materia de educación física, deporte
escolar y pautas dentro del recinto escolar. Sin embargo, la escuela también puede ser
un importante aliado de las administraciones y la sociedad en su conjunto, para crear las
condiciones para que niñas y niños puedan volver a disfrutar del espacio público como
lugar de juego activo.
6
5. EL PAPEL DE LA ESCUELA EN LA CIUDAD ACTIVA
Tal como se comenta al comienzo del texto, con este artículo no se trata de dar
orientaciones para que las escuelas promuevan la actividad física dentro de sus
funciones educativas, su programa deportivo escolar o sus instalaciones. El objetivo es
el de formular algunas intervenciones, en las que los centros escolares pueden participar
de un modo efectivo dentro de un proyecto de ciudad activa, más concretamente en el
proyecto Ciudad +ACTIVA , como el propuesto por la Junta de Castilla-La Mancha.
La movilidad y la escuela
El modelo de movilidad urbana se está mostrando como una de las claves
fundamentales para entender los altos niveles de inactividad física. Resulta necesario un
cambio en las políticas de planificación y transporte que favorezcan la actividad física
(EHN, 2008)
7
En este sentido, los proyectos de camino escolar es una buena herramienta a para
fomentar la movilidad activa entre niños y niñas. Promover el camino a pie o en bicicleta
hasta las escuelas, muestra importantes efectos en el incremento de los niveles de
actividad física en los más jóvenes, pero también presenta importantes efectos positivos
en la movilidad urbana y por supuesto, supone un paso hacia cambio cultural y social
profundo que visibiliza e integra la infancia en la vida pública de nuevo (Román & Solís,
2010).
Esta iniciativa se plantea desde un punto de vista integrador, donde la colaboración de
la escuela con las áreas municipales responsables, con agentes económicos y sociales
del municipio, se orientan hacia el desarrollo de la autonomía de niños y niñas en el
espacio público. Los proyectos como el "bus a pie o pedibus", desarrollados bajo el
control y seguridad adulta, pueden lograr el objetivo de actividad física; pero limitan el
resto de objetivos educativos y sociales que pueden alcanzarse (Fundación Cristina
Enea, 2012). De este modo, la autonomía, tanto en los desplazamientos como en el
juego, podrá extenderse más allá de los viajes a la escuela y con ella, la actividad física
en el espacio urbano.
8
Figura2: Actividad en las zonas de recreo
1
http://www.arkitente.org/es/portugalete/173-jolasplaza
2
http://www.otrohabitat.org/portfolio/canillejas-imagina-un-parque-taller-de-transformacion/
3
http://straddle3.net/constructors/projects/75.es.php
9
6. CONCLUSIONES
El papel que la escuela desempeña en un proyecto de ciudad que facilita la vida activa,
va más allá de las actividades deportivas que organiza dentro de su función educativa en
horario escolar y extraescolar.
La escuela es un ámbito muy relevante para las intervenciones de promoción de la
actividad física y, a su vez, agente fundamental a la hora de diseñar e implementar estas
políticas de vida activa.
Esta consideración de la escuela no debe suponer sobrecargar más la lista de funciones
que le son atribuidas. Al contrario, bajo esta premisa, la escuela reduce la excesiva y
casi exclusiva responsabilidad que se le atribuye sobre los niveles de actividad física de
la población escolar. Esta responsabilidad pasa a ser compartida con el resto de
agentes institucionales y sociales de la ciudad.
Para ello, la escuela debe ser reconocida como agente clave dentro de la Mesa Local
Activa, en la cual podrá aportar su experiencia y conocimientos en relación con la
infancia.
La puesta en marcha de proyectos de camino escolar son una gran herramienta para
modificar los hábitos de movilidad de la población en general y de niños y niñas en
particular.
La consideración de la escuela, de algunas de sus instalaciones y áreas, como espacio
público y un diseño adecuado de las mismas orientado a la facilitación del juego activo,
es otra de las líneas de trabajo que se abren desde esta consideración.
Por último, resulta necesario que la ciudad activa se abra a la participación ciudadana y,
por supuesto, a la participación infantil. De este modo la ciudad podrá orientarse a las
necesidades y deseos reales de la ciudadanía más joven.
En definitiva, la ciudad activa no debe limitarse a la simple promoción de la actividad
física. Nada de esto tendría sentido si no se orientase además, a generar un mejor
ambiente para la vida y el desarrollo personal de la ciudadanía. Por este motivo, el papel
de la escuela en la ciudad más activa sobrepasa los límites sectoriales en los que se ha
solido encuadrar. De este modo, podrá lograrse que niños y niñas, además de personas
activas, sean ciudadanos responsables.
10
BIBLIOGRAFÍA
Andersen, H.B (2015) Objectively measured differences in physical activity in five types of
schoolyard area. En Landscape and Urban Planning, Volume 134, Pages 1-240
(February 2015)
Dahlgren, G; Whitehead, M. (1992): Policies and strategies to promote equity in health.
Copenhagen, Who Regional Office for Europe.
Edwards, P, Tsouros AD (2008). A Healthy City is an Active City: A Physical Activity
Planning Guide. World Health Organization.
EHN - European Heart Network (2008) European Heart Network response to the
European Commission on the "Green Paper Towrds a new cultur for urban mobility".
EHN, Bruselas.
Evans, T., Whitehead, M., Dideerichsen, F., Bhuiya, A., Wirth, M. (2001): Desafio a la
falta de Equidad en Salud: de la ética a la acción. Pan American Health Org.
Fundación Cristina Enea - Observatorio de la sostenibilidad (2012) El derecho de la
infancia a la ciudad. San Sebastián: Observatorio de la sostenibilidad
Hernández, L.A; Ferrando, J.A; Quílez, J; Aragonés, M; Terreros, J.L. (2010) Análisis de
la actividad física en escolares de medio urbano. Consejo Superior de Deportes. Madrid.
Hillman, M; Adams, J; Whitelegg, J (1990): One false move… A study of children´s
indepent mobility. PSI Publications. Londres.
Iturrioz, I et al. (2014) ArtSasoi Irun: Instalaciones deportivas pintadas en el suelo.
Comunicación en el 5º Congreso Iberoamericano de Instalaciones Deportivas y
Recreativas. Zaragoza.
Kelly, M.P; Morgan, A; Bonnefoy, J; Butt, J; Bergman, V (2007) The social determinants
of health: Developing an evidence base for political action. Final report of the
Measurement and Evidence Knowledge Network of the Commision on Social
Determinants of Health, Ginebra, Suiza.
Ministerio de Sanidad y Política Social (2010). Hacia la equidad en salud: monitorización
de los determinantes sociales en salud y reducción de las desigualdades en salud.
Madrid: Ministerio de Sanidad y Política Social.
Ministerio de Sanidad y Politica Social (2010) Avanzando hacia la equidad. Propuesta de
políticas e intervenciones para reducir las desigualdades sociales en salud en España.
Comision para Reducir las Desigualdades en Salud en Espana. Direccion General de
Salud Publica y Sanidad Exterior. Ministerio de Sanidad y Politica Social.
Murua, J.M (2015) Ciudad +ACTIVA. Toledo: Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha.
Nuwer, R (2015) Patios escolares y ejercicio físico. En revista Investigacionyciencia.es.
Febrero 2015
Organización Mundial de la Salud (1986). Carta de Otawa para la Promoción de la Salud.
Ginebra, Suiza.
Richard L et al.(2011) Ecological models revisited : their uses an evolution in Health
Promotion over two decades. Annu Rev Public Health. 2011.).
Román, M; Solís, I (2010) "Camino escolar" Pasos hacia la autonomía infantil. Madrid.
Ministerio de Fomento.
Sallis, J et. al.(2006) An ecological approach to creating more physically active
communities. Annual Review of Public Health. 2006(27):297-322.).
Spagnolo, E; Costa, J (1991) “Barcelona: el proyecto de "ciudades saludables". Un
marco para los sistemas locales de salud.”. En Ciudad y territorio: Estudios territoriales,
Nº 90, 1991 , págs. 119-132
Tonucci, F.(1997) La ciudad de los niños. Madrid, Fundación Germán Sánchez
Ruipérez
11