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Ulloa, Alberto s. sucesión.

CSJN

CSJN, 10/04/07, Ulloa, Alberto s. sucesión.


Matrimonio celebrado en Argentina. Divorcio no vincular
en Argentina. Segundo matrimonio celebrado en Perú.
Conversión del divorcio.
Suprema Corte:
I- Los magistrados integrantes de la Sala "K", de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil, revocaron la resolución del juez de grado, y declararon inválido el acto de
matrimonio celebrado entre el causante y la hoy recurrente Sra. L. B. W., y con ello su
pretendida vocación sucesoria, excluyéndola de la declaratoria de herederos dictada en
autos (v. fs. 161/162).
Para así decidir, los juzgadores destacaron que se encuentra acreditado en autos que el
causante contrajo nupcias con la señora W. en el año 1980 en el extranjero (Perú), como así
también que en esa oportunidad la contrayente se encontraba divorciada en Argentina del
señor G. bajo el régimen de la ley 2393 desde el año 1975, y que recién en el año 1987 se
anotó marginalmente en la partida correspondiente la conversión del divorcio en vincular
de conformidad con la nueva regulación dispuesta por la ley 23515. Juzgaron que dicho
matrimonio fue celebrado en fraude de la legislación argentina, pues la señora W. no tenía
en ese momento aptitud nupcial por haberse casado con anterioridad en nuestro país,
contando con sentencia de divorcio en los términos de la ley 2393, norma por la que no ()
se disolvía el vínculo configurándose así el impedimento del artículo 166, inciso 6° del
Código Civil.
De tal forma -prosiguieron- no puede soslayarse la aplicación del artículo 13 del Tratado
de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940, que sujeta la validez del matrimonio
a la ley del lugar donde se celebre y a su vez faculta a los estados signatarios a no reconocer
el matrimonio que se hubiere celebrado en uno de ellos cuando se halle viciado de alguno
de los impedimentos allí enumerados, incluyendo en el inciso e) el matrimonio anterior no
disuelto legalmente. Invocaron el fallo plenario de la Cámara de fecha 8 de noviembre de
1973 (conf. ED 54-136), en el que se dispuso que no es necesario para privar de eficacia a la
partida de matrimonio extranjero contraído con impedimento de ligamen en fraude de la
ley, la promoción de la acción de nulidad prevista en la ley 2393. Si bien reconocieron que
con posterioridad la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo una postura contraria,
razonaron que no puede dejarse de lado que el artículo 303 del ritual impone
obligatoriamente la adecuación a la doctrina plenaria antes citada. Con cita de
antecedentes de la propia Cámara, expusieron que los efectos del divorcio vincular se
producen recién a partir de la sentencia firme que lo decreta, recuperando los cónyuges su
aptitud nupcial de inmediato, siendo evidente que ese efecto es para el futuro, más nunca
puede retrotraerse en el tiempo y menos aún conceder una suerte de saneamiento a un
matrimonio celebrado en fraude a la ley argentina.
II- Contra este pronunciamiento, la señora L. B. W. , interpuso el recurso extraordinario
de fs. 168/182 vta., cuya denegatoria de fs. 203 y vta. motiva la presente queja.
Se agravia sustancialmente porque la sentencia impugnada -afirma- no recepta la
doctrina actual de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que allí cita, por la que se le
otorga validez al matrimonio celebrado en el extranjero, dado que, en la actualidad, no
repulsa el ordenamiento legal interno. Alega que viola el principio locus regis actum,
también receptado por el Tribunal, en tanto que la Sala juzgadora de modo elíptico se
expide sobre la ley aplicable al momento de celebrarse un matrimonio que no acepta,
violando la ley actual, el principio legal citado y el principio de congruencia. Añade que
realiza una incorrecta interpretación y aplicación del sistema de derecho internacional
privado y de normas extranjeras. Expone que tanto la República Argentina como la
República de Perú, suscribieron y ratificaron el Tratado de Montevideo de 1940, cuyo
artículo 13 dispone que la validez del matrimonio se juzgará por las leyes del lugar de
celebración. Conforme a ello -prosigue- el matrimonio celebrado entre el causante y la
recurrente fue debidamente celebrado y era plenamente válido.-
Aduce que el pronunciamiento se expide sobre cuestiones que no pudieron recaer en
este proceso y en esta jurisdicción, cuando era aplicable la ley y jurisdicción extranjera.
Expresa que viola el orden público internacional, so pretexto de la aplicación de un orden
público interno que ya no existe desde la sanción de la ley 23.515.-
Tacha de arbitrario al decisorio por apartarse del criterio legal imperante, de la ley
aplicable, del principio de primacía legal y del entendimiento de los más recientes fallos de
la Alzada y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
III- Debo recordar, en primer lugar, que V.E. tiene establecido que el recurso
extraordinario es formalmente procedente, cuando los agravios -como en el caso-
conducen a la interpretación de tratados internacionales -ley suprema de la Nación (art. 31
de la Constitución Nacional)- lo que suscita cuestión federal de trascendencia a los efectos
de la habilitación de esa vía (art. 14, inc. 3° de la ley 48 y art. 280 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación; confr. doctrina de Fallos: 315:1848; 318:2639, entre otros).
Admitida esta premisa, se advierte que la cuestión debatida en autos, resulta, en lo
sustancial, análoga a la considerada por el Tribunal en su sentencia del 12 de noviembre de
1996, en autos "Recurso de hecho deducido por María Cristina Ferrari en la causa Solá, Jorge
Vicente, s/ sucesión ab intestato" (Fallos 319:2779), a cuyos fundamentos cabe remitir
brevitatis causae. En efecto, aquí también se trata de verificar, según el derecho
internacional privado argentino, la satisfacción de los recaudos de validez de una situación
creada en el extranjero y que es llamada a desplegar efectos en el foro. Conforme al
precedente citado, este examen debe efectuarse según las disposiciones del Tratado de
Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1940 que, en el caso de matrimonio
celebrado en otro país contratante con impedimento de ligamen, no impone a los otros
países contratantes la obligación internacional de desconocerle validez, sino que deja
librado al orden público internacional del Estado requerido la decisión sobre la reacción que
más convenga al espíritu de su legislación. Y la modificación introducida por la ley 23.515 a
los principios que informan la legislación matrimonial argentina (al admitir la disolución del
vínculo por divorcio), resulta relevante para lo que se discute en autos pues, en virtud del
criterio de actualidad del orden público internacional, el orden jurídico argentino carece de
interés actual en reaccionar frente a un matrimonio celebrado en el extranjero que es
invocado en el foro en virtud de los derechos sucesorios reclamados por la cónyuge
supérstite.
IV- No dejo de advertir que, en el auto denegatorio del recurso extraordinario, los
integrantes de la Sala "K" arguyeron la introducción inoportuna de la cuestión federal,
citando, entre otros precedentes de V.E., el referido al abandono de dicha cuestión cuando
se omitió incluirla "...entre los puntos sometidos a la decisión del tribunal de segunda
instancia". Manifestaron, a continuación, que la interesada no hizo reserva del caso federal
al contestar el traslado del memorial, cuyo escrito -según los juzgadores- se halla a fs. 106
y 106 vta. (ver fs. 203 "in fine", y 204, primer y segundo párrafo).
Debo decir al respecto, que el a quo incurrió en un error al citar la foliatura y,
consecuentemente, al examinar el contenido de la contestación del memorial. En efecto,
dicha contestación obra a fs. 151/152 (no a fs. 106 y vta. como expusieron los juzgadores),
y la reserva del caso federal, se encuentra expresada en el título del escrito, y desarrollada
en el punto III del mismo.
Empero, el requisito de la reserva, como el Tribunal lo tiene dicho, no existe, en realidad,
en el marco del recurso extraordinario -sería, obviamente, un excesivo rigorismo-, sino que
la exigencia que debe cumplirse es el oportuno planteo de la cuestión federal a fin de que
los jueces puedan decidirla, planteo que incluso -dijo la Corte- no requiere de fórmulas
sacramentales (v. doctrina de Fallos: 292:296; 294:9; 302:326; 304:148, entre otros).
V- Por todo lo expuesto, opino que corresponde hacer lugar a la queja, declarar
procedente el recurso extraordinario, y revocar la sentencia apelada.- Buenos Aires, 25 de
septiembre de 2006.- M. A. Beiro de Gonçalvez.
Buenos Aires, 10 de abril de 2007.-
Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por L. B. W. M. de U. en la causa U., A. s/
sucesión", para decidir sobre su procedencia.
Considerando: Que los agravios de la apelante encuentran adecuada respuesta en el
dictamen de la señora Procuradora Fiscal subrogante de fs. 80/82, cuyos fundamentos esta
Corte da por reproducidos por razón de brevedad.
Por ello, se declara formalmente admisible la queja, procedente el recurso extraordinario y
se revoca la sentencia de fs. 161/162 de los autos principales. Agréguese la queja al
principal. Notifíquese y devuélvase.- R. L. Lorenzetti. E. I. Highton de Nolasco. E. S. Petracchi.
J. C. Maqueda. E. R. Zaffaroni. C. M. Argibay.

Fuente
Noodt Taquela, M. B. (9 de junio de 2007). Ulloa, Alberto s. sucesión. CSJN. Publicado en: Fallos DIPr
Cita Online: http://fallos.diprargentina.com/2007/06/matrimonios-internacionales.html

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