You are on page 1of 4

Bases teóricas del lenguaje y la comunicación ILLI 041 2018. Dra. Claudia Rosas.

Clase Nº 12

Cuestionario

(Rasgos generales)

1. Qué método caracterizó la lingüística europea de los años veinte y treinta.


2. Cuáles eran las tres principales corrientes estructuralistas de los años veinte y treinta.
3. En qué sentido Kurylowicz, Martinet, Shaumian y Halliday, entre otros, representan una tendencia.

(Martinet)

4. Cómo llamó Martinet a su teoría de la lengua.


5. Cuáles son los tres campos principales de Martinet.
6. Para Martinet desde qué perspectiva se ocupaba la fonología de los fenómenos fonéticos.
7. Qué fuerzas opuestas condicionan los cambios fonéticos.
8. Con qué campo o disciplina se relaciona el trabajo “Economía de los cambios fonéticos”.
9. En qué consiste la “doble articulación”.
10. Con qué unidad se relaciona la primera articulación.
11. Con qué unidad se relaciona la segunda articulación.

(Lingüística estructuralista soviética)

12. Señale los tres aspectos en los que se diferenciaba la lingüística estructuralista soviética de las otras escuelas de Europa, respecto de:

a) Su incorporación al estructuralismo
b) La amplitud de su concepción
c) Relación con el estructuralismo clásico
13. Qué nombre predominó en la Unión Soviética desde 1924 hasta los años 50
14. Qué señalaba Marr en relación con las lenguas nacionales.
15. Por qué destaca Shaumian

(Gran Bretaña)

16. En qué campo destacó Daniel Jones.


17. En qué campo destacó Rupert Firth.
18. Qué corriente representa Halliday.
19. Qué nombre recibe la teoría de Halliday.
20. Mencione las cuatro categorías gramaticales que distingue Halliday.
21. De qué aspectos debe ocuparse la lingüística, según Halliday.

II. Reflexione

Evalúe la importancia de las escuelas estructurales de Ginebra, Praga y Copenhague, teniendo en cuenta el desarrollo del estructuralismo europeo de los años
treinta y posteriores.

(Apunte) Otras escuelas estructurales de Europa

1
Bases teóricas del lenguaje y la comunicación ILLI 041 2018. Dra. Claudia Rosas.

El desarrollo de la lingüística estructural en Europa. Para la lingüística europea de los años veinte y treinta es característico que –bajo la influencia de la
Escuela de Ginebra y sobre todo del “Curso de lingüística estructural” de Saussure- pasó desde la tradicional gramática comparada e histórica hacia los modernos
métodos estructuralistas, los cuales concebían la lengua como un sistema de unidades, cuya función dependía siempre de la relación que tenía la unidad particular
con las demás unidades de todo el sistema.

La Escuela de Praga elaboró un punto de vista funcional que gatilló el surgimiento de la fonología y las categorías gramaticales y la perspectiva funcional de la
oración. La Escuela de Copenhague se caracterizó por el intento de aplicar métodos matemáticos y lógicos en lingüística.

En los años treinta el estructuralismo se convirtió en la corriente predominante de la lingüística de todos los países europeos. En muchos casos se trató de
una mera aplicación de los métodos de Ginebra, de Praga o Copenhague. Sin embargo, en ocasiones, hubo algunos lingüistas que no solo copiaron los métodos
sino que los combinaron y hasta desarrollaron ideas creativas. En cierta forma estos lingüistas configuran una especie de tendencia del desarrollo del
estructuralismo europeo.

Kurylowicz fue un destacado comparatista e indoeuropeista que poco a poco pasó al estructuralismo, combinando toda su vida los métodos de las dos corrientes.
Guillaume también empezó como comparatista, estando bajo la influencia de la Escuela sociológica y psicológica francesa; su estructuralismo es poco típico,
diferenciándose de los demás. A. Martinet, por el contrario, fue el representante típico del estructuralismo clásico, sobre todo de la interpretación funcional de los
fenómenos lingüísticos. Shaumian –y los linguistas soviéticos en general– se diferenció notablemente de las corrientes anteriores. Su estructuralismo tenía mayor
extensión, e incluía, por ejemplo, también la gramática generativa. La diferencia consistía también en el hecho de que el estructuralismo en la Unión Soviética no
constituía la corriente predominante. Halliday y toda la lingüística británica se diferenciaron del estructuralismo clásico hasta el punto que sus métodos apenas
pueden designarse como una interpretación realmente estructuralista de la lengua.

A. Martinet y la lingüística funcional. André Martinet fue indudablemente el lingüista francés de mayor relieve y mayor influencia; logró unir los rasgos
positivos del comparativismo con los de todas las escuelas estructurales, creando al mismo tiempo una nueva teoría de la lengua, aceptada y respetada en todos los
círculos lingüísticos.

Fue pionero en el sentido de presentar las teorías de Saussure, Trubetzkoy, Hjelmslev y los descriptivistas americanos a los lingüistas franceses.

Es importante el hecho de que Martinet elaborara su propia teoría de la lengua, denominándola como lingüística funcional. Retomó conscientemente ante todo
las teorías de la Escuela de Praga, aunque las desarrolló y completó en varios puntos importantes.

Para Martinet son característicos dos rasgos: la sorprendente diversidad de sus intereses y el realismo consecuente. La bibliografía de sus trabajos contiene 270
entradas. Se dedicó en ellas a las más diversas disciplinas lingüísticas, tanto desde el punto de vista práctico como teórico. Su capacidad de trabajo queda bien
representada al caer prisionero de guerra como oficial de ejército francés, donde organizó en el campo de prisioneros alemán una extensa investigación de la
pronunciación del francés.

Fue uno de los fundadores de del Círculo lingüístico de Nueva York (cierta filial del Círculo de Praga, como aseguraron algunos autores norteamericanos), trabajó
en la dirección de la prestigiosa revista Word, y dos años como director de la organización I.A.L.A. (International Auxiliary Language Association), la cual, entre
otra actividades, confeccionó la lengua artificial del mismo nombre.

A pesar, de la gran diversidad de los temas que estudió, es posible encontrar tres campos principales a los que se dedicó y dentro de los que ejerció la mayor
influencia sobre la lingüística moderna: fonología general; b) fonología diacrónica; y c) lingüística general.

La fonología, de acuerdo, con su concepción, se interesaba por los fenómenos fonéticos desde el punto de vista de su función. Para la lingüística este fue el
criterio esencial. Según Martinet, la lingüística funcional en realidad fue toda la lingüística, no solamente una de sus partes.

Los problemas de la fonología diacrónica fueron tratados por Martinet en diferentes ocasiones, durante muchos años, aunque como obra representativa suele
mencionarse su “Economía de los cambios fonéticos” (1955).

2
Bases teóricas del lenguaje y la comunicación ILLI 041 2018. Dra. Claudia Rosas.

De acuerdo con Martinet, es justamente la fonología la que hace posible pasar de una mera descripción hacia la explicación de los fenómenos lingüísticos. La
fuerza motriz de la evolución fonológica consiste en la contradicción que hay entre las necesidades siempre crecientes de comunicación (se necesita siempre un
número creciente de unidades diferentes) y la tendencia hacia el mínimo esfuerzo posible o sea, el esfuerzo de emplear el mínimo número de unidades, causado
ante todo por la llamada inercia de los órganos de articulación, es decir, por su tendencia hacia el mínimo esfuerzo. La economía consiste en poner en armonía las
dos exigencias contrarias.

Desde luego, las lenguas no pueden llegar a un estado ideal común.

Cada una de las unidades del enunciado se encuentra expuesta, por una parte, a la presión de la cadena (influencia de asimilación ejercida por las unidades
vecinas), y por otra parte, a la presión del sistema (influencia de disimilación ejercida por otras unidades que podrían ocupar el lugar respectivo). Así, por ejemplo,
el fonema español /d/ seguido por /a/ difiere del mismo fonema seguido por /e/, pero para el sistema fonológico del español es insignificante, ya que se trata del
mismo fonema. Para la evolución fonológica es importante también la tendencia hacia la máxima diferenciación. Si alguna ha de tener solo tres vocales, serán
siempre los fonemas /i/, /a/, /u/, que difieren en el mayor grado posible por el lugar de articulación. La oposición que tiene gran empleo se mantiene en la lengua
durante más tiempo que la oposición de poco aprovechamiento. El fonema que no tiene miembro de ninguna correlación (o sea, relación que se repite en otros
pares de fonemas) es más estable que el que forma parte de una correlación. El lugar vacío en una correlación tiende a llenarse.

De suma importancia es la teoría de Martinet sobre la llamada “doble articulación” del lenguaje. De acuerdo con ella, el número ilimitado de enunciados de la
lengua dada se compone de un gran número (miles y miles) de monemas (primera articulación), los cuales, por su parte, nuevamente pueden dividirse, esta vez, en
un número muy reducido (decenas) de fonemas (segunda articulación).

La primera articulación es entonces la articulación del enunciado en las unidades del significado particulares, y los monemas son las unidades mínimas que tienen
contenido semántico; tienen dos componentes que corresponden a la oposición saussureana de signifiant/signifié y a diferencia de los fonemas se refieren tanto a
la forma como al contenido. En algunos casos se combinan, surgiendo las unidades llamadas sintemas, tales como máquina de coser, diente de león o hierbabuena,
que constituyen la transición entre monemas y sintagmas (en principio son originalmente sintagmas, o sea encadenamiento de dos o más monemas, que funcionan
como un solo monema).

La lingüística soviética y el estructuralismo. En lo que se refiere al desarrollo del estructuralismo, la lingüística soviética difiere bastante de las otras corrientes
europeas por tres rasgos fundamentales: a) incorporación tardía del estructuralismo; b) su concepción más amplia (inclusión de la gramática generativa y de otros
métodos); c) alejamiento relativamente rápido desde el estructuralismo clásico hacia las modernas disciplinas limítrofes (ante todo hacia los métodos
matemáticos).

En los primeros años después de la revolución, los lingüistas soviéticos retomaron las tradiciones avanzadas de la escuela de Moscú y de su fundador
Fortunatov. Al mismo tiempo por intermedio de Kartsevski, conocieron las teorías de Saussure. Sin embargo, esta evolución positiva fue interrumpida ya en
1924 por la intervención de N. Marr, cuya “nueva doctrina” sobre la lengua se convirtió en la teoría principal –y prácticamente- la única hasta comienzos de los
años 50.

Nikolai Marr (1864-1934) fue un destacado conocedor de las lenguas del Cáucaso. En 1924 trató de aplicar a la lingüística la teoría marxista, proclamando los
principios de su “nueva doctrina”. No obstante, cometió un error al asegurar que la lengua pertenecía a la superestructura de clases, teniendo por tanto su carácter
de clases. Esto lo llevó a rechazar p. ej. toda la gramática comparada e histórica, así como a la conclusión de que no existían las lenguas nacionales, sino que cada
lengua constituía en realidad la unión de dos lenguas diferentes, es decir, la de la clase explotadora y la de las clases expl otadas.

Las teorías de Marr fueron desarrolladas en los años 30 y 40 por otros lingüistas, ante todo por I. I. Meshtianinov. Solo en 1950 tuvo lugar, en el periódico estatal
“Pravda”, la discusión en la que intervino hasta Stalin y que desembocó en el rechazo total de las ideas de las teorías de Marr. Esta intervención de Stalin jugó un
papel positivo en la lingüística soviética.

Después de la crítica la marrismo, la lingüística soviética alcanzó un gran desarrollo, de manera que se consideraba como una de las corrientes más importantes,
sobre todo en el campo de la lingüística algebraica, la traducción automática y otras disciplinas afines.

Además de estas áreas, fue importante el modelo aplicativo-generativo de Shaumian que unió los elementos del estructuralismo con los de la gramática
generativa.

3
Bases teóricas del lenguaje y la comunicación ILLI 041 2018. Dra. Claudia Rosas.

M. A. K. Halliday y la escuela británica. En la primera mitad del siglo XX, la lingüística de Gran Bretaña no alcanzó muchos resultados extraordinarios.
Merecen una mención, sin embargo, las teorías fonológicas desarrolladas, bajo cierta influencia de la Escuela de Praga, por Daniel Jones, así como la llamada
“lingüística de contexto” elaborada por John Rupert Firth (1890-1960) con un acento especial sobre los aspectos estéticos y antropológicos de los fenómenos
lingüísticos, así como sobre el papel del contexto en su significado. Firth suele ser designado también como fundador de la llamada Escuela de Londres.

En los años sesenta surgió en Edimburgo una impresionante escuela que retomó las ideas de Firth, por lo que se denomina como neofirthiana. Unió en sí, al lado
de la influencia de Firth, también las ideas del estructuralismo y de la gramática generativa. No obstante algunos de sus miembros se han declarado como
generativistas, como fue el caso de John Lyons, mientras que otros son conocidos por sus polémicas con los representantes de la gramática generativa, como
Robert Dixon.

El más importante representante de la corriente neofirthiana es el prominente lingüista británico M.A:K. Halliday, que expuso sus teorías, sobre todo en su
importante artículo Categories of the Theory of Grammar (revista Word, 1961), así como en varias otras colectivas. Halliday es conocido como autor de la teoría
original que suele denominarse como la “gramática de las escalas y categorías”, ya que estos dos términos son de suma importancia en su teoría.

Distingue cuatro categorías gramaticales principales de carácter general, que son: unidad (unit), estructura (structure), sistema (system) y clase (class).
Conviene subrayar que se trata de categorías teóricas, no descriptivas (como p. ej. verbo, nombre, nombre, sujeto, complemento y semejantes). Las unidades son
de distinto tipo y su número depende de la estructura de la lengua dada. En inglés, el autor distingue cinco géneros de unidades: oraciones autónomas, oraciones
subordinadas, grupos de expresiones, expresiones y morfemas. La estructura se refiere a la ordenación de los elementos en la oración, a su posición o distribución.
Dicho de otra manera: se trata de la concepción sintagmática. El sistema, por el contrario, es la categoría paradigmática, basada en la contradicciones de
singular/plural, voz activa/voz pasiva, etc. La lingüística debe ocuparse de ante todo del sistema, que pertenece a la gramática profunda, mientras que la
estructura constituye solo el fenómenos superficial. Finalmente, la clase incluye los fenómenos lingüísticos desde el punto de vista de su actuación en las
estructuras de orden superior.

Las relaciones entre estas categorías teóricas están expresadas por las llamadas escalas (scales). Son también cuatro, de carácter abstracto, y sus nombres apenas
son traducibles a otras lenguas. Son las escalas de: “explicación” (exponence), “sensibilidad” (delicacy), “profundidad” (depth) y “rango” (Rank).

Según Halliday, la lingüística tiene que ocuparse de tres aspectos fundamentales de la lengua: el material, el estructural y el contextual. De acuerdo con ello
distingue tres niveles o planos fundamentales: el de sustancia, el de la forma y el del contexto. Además, la sustancia puede ser auditiva (sonidos) o visual
(escritura). La forma contiene el nivel gramatical y lexical, y su función consiste en organizar la sustancia en unidades de significado. Finalmente, el contexto es
un elemento intermediario, con cuya ayuda la forma entra en relación con los factores lingüísticos y extralingüísticos que no se desprenden directamente del texto.
También entre la forma y la sustancia fónica hay otro grado intermediario, es decir la fonología. Al estudio de la sustancia fónica se dedica la fonética.

También la escuela firthiana –ante todo la llamada gramática de las escalas y categorías- tiene una posición especial en la lingüística europea. Difiere mucho del
estructuralismo clásico, representando más bien una mezcla original de los métodos estructurales y generativos con la “lingüística contextual” de Firth.

Nuevo: Halliday es el fundador de la Lingüística/Gramática sistémica Funcional o de la

Halliday. Recoge la teoría de sistema de Saussure y la funcional de Labov.

You might also like