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2.- ORIGEN DIVINO DEL MATRIMONIO.

Dice a este respecto el Catecismo inventado por los hombres pecadores de la Iglesia
católica:

“El mismo Dios es el autor del matrimonio” (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe
en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador.

El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas


variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas,
estructuras sociales y actitudes espirituales.

Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la
dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en
todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial.

1604 Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación
fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y
semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16).

Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del
amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre.

Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). Y este amor que Dios bendice
es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. “Y los
bendijo Dios y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla'” (Gn
1,28).

1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro:
“No es bueno que el hombre esté solo”. La mujer, “carne de su carne”, su igual, la criatura
más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una “auxilio”, representando así a
Dios que es nuestro “auxilio” (cf Sal 121,2). “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre
y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión
indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue “en el principio”, el
plan del Creador: “De manera que ya no son dos sino una sola carne” (Mt 19,6).
EXPULSIÓN DEL PARAISO. ALBERTO CHAMIZO. PARROQUIA DE MIGUELTURRA. C. REAL.
ESPAÑA.

3.-EL MATRIMONIO Y LAS DIFICULTADES QUE LO AMENAZAN.

Dice a este respecto el catecismo de la Iglesia:

1606 Toda persona , tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia
del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la
mujer.

En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu
de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la
ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser
más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre
aparece como algo de carácter universal.

1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la


naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el
pecado.

El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión
original entre el hombre y la mujer.

Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo,
don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de
concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos,
de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los
esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar
las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios,
en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre
y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los
creó “al comienzo“.

SACRAMENTO DEL MATRIMONIO. MARCELO GRANDE. PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN.


MIGUELTURRA. C. REAL.
4.-EL MATRIMONIO ES UN SACRAMENTO .

1613 En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con
ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11).

La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella
la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será
un signo eficaz de la presencia de Cristo. Es decir un sacramento.

En general se puede decir que un sacramento es un signo o símbolo de una cosa distinta de lo que
él es. Así se puede decir, por ejemplo, que un semáforo en rojo es un signo que indica prohibido
pasar.

Signos de esta clase hay muchos, no son de carácter religioso.

En el orden religioso cristiano un sacramento es un signo sensible instituido por Cristo, que
simboliza y comunica la gracia de Dios.

Aplicado al matrimonio Los elementos del sacramento del matrimonio son tres: ministro, sujeto
y signo sensible.

Ministro y sujeto: En el sacramento del matrimonio, los contrayentes son al


mismo tiempo ministros y sujetos; el sacerdote interviene tan solo como testigo oficial
de la Iglesia. El consentimiento mutuo es lo que constituye el vínculo del sacramento.

El signo sensible: Como ocurre en todo sacramento, comprende dos cosas: materia y
forma. La materia remota del matrimonio son los cuerpos de los contrayentes, y la próxima, la
donación y entrega mutua que los esposos hacen de sí mismos. La forma consiste en las
palabras o señales con las que los contrayentes aceptan el hecho de dicha unión.

Estos elementos aparecen por ejemplo en el siguiente rito matrimonial:

Novio: Yo, Francisco, te recibo a ti, Isabel , como esposa y me entrego a ti y


prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

Novia: Yo, Isabel , te recibo a ti, Francisco, como esposo y me entrego a ti y


prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

El carácter sacramental del matrimonio aparece en la Sagrada Escritura, “Es


lo que el apóstol Pablo da a entender diciendo: “Maridos, amad a vuestras mujeres como
Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla” (Ef 5,25-26),
y añadiendo enseguida: “`Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá
a su mujer, y los dos se harán una sola carne’. Gran misterio es éste, y yo lo relaciono
con el amor de Cristo a su Iglesia “ (Ef 5,31-32).

1617 Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. Ya el
Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial.

El Matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y
de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre
bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza (cf DS 1800; CIC, can.
1055,2).
TRÍPTICO DE LOS SIETE SACRAMENTOS MENTIRAS.ROGER VAN DER WEYDEN.

5.-EFECTOS DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.


Anteriormente se ha dicho que el matrimonio tiene dificultades que lo amenazan, el primer
efecto del sacramento es recibir la gracia y ayuda de Dios para vencer esas amenazas y de
forma positiva fortalecer el amor mutuo de los esposos de forma que ese amor se
convierta en un medio de santificación de los mismos.

Además, como anteriormente se ha dicho, el amor conyugal se convierte en un signo del amor
que Cristo tiene a su Iglesia, del amor de Dios a los hombres, de tal forma que cuando los
demás vean que los esposos se aman con una entrega total puedan desde ese amor
ascender a comprender el amor de Dios a los hombres.

6..- CARACTERÍSTICAS QUE HA DE TENER EL MATRIMONIO

Las propiedades del matrimonio son principalmente dos:

1.- Unidad, 2.- Indisolubilidad.

Estas dos propiedades se derivan en cierto sentido de lo que se ha dicho anteriormente:

Si el matrimonio, o el amor conyugal, tal como lo concibe el catolicismo es un signo del amor
que Dios tiene a la humanidad, o que Cristo tiene a su Iglesia, hay que decir que para
significar y en alguna medida, representar ese amor , no puede valer cualquier tipo o clase
de amor conyugal, como mínimo este amor ha de tener los caracteres de la exclusividad,
pues Dios ama a cada persona con un amor personalizado y exclusivo, de forma que el amor con
que Dios te ama a tí, no ama a ninguna otra persona, y por otro lado tal amor tiene que ser
indisoluble, como es el amor de Dios: aunque una madre se olvide de su hijo yo no me
olvidaré de tí dice el Señor. Y en otros textos bíblicos habla del amor perpetuo de Dios
a Israel aunque el mismo se haya prostituido como una ramera.

Las palabras de Jesús son taxativas en este aspecto :

Cuando Jesús dice: “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.” Los fariseos le
preguntaron:
”¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?” Y Él les dijo:
”Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al
principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de
fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.”
Sus discípulos al escuchar esto le dijeron a Jesús: “Si así es la condición del hombre con su mujer,
no conviene casarse.” (Mateo 19.8-10)

Las palabras de Jesús en las que dice: salvo por causa de fornicación, no son una excepción
que permite el divorcio, sino algo que permite la separación de la mujer infiel, pues en el texto
estas palabras se ve que están claramente referidas al repudio, y no a la permisión de un nuevo
matrimonio, pues: el que se casa con la repudiada, adultera.

De una forma muy sintética se puede decir que el matrimonio, según lo entiende el catolicismo
es la respuesta que los novios dan a esta pregunta : ¿ Queréis que vuestro mutuo amor sea
un signo o símbolo del amor de Dios ? El si queremos añade una nota nueva al amor de los
esposos: la de ser un signo del amor de Dios.

7.- DE LA ATENCIÓN PASTORAL A LOS MATRIMONIOS.

Esto es algo de lo que dice al respecto el Código de Derecho Canónico:

1063 Los pastores de almas están obligados a procurar que la propia comunidad eclesiástica
preste a los fieles asistencia para que el estado matrimonial se mantenga en el espíritu cristiano
y progrese hacia la perfección. Ante todo, se ha de prestar esta asistencia:

1 mediante la predicación, la catequesis acomodada a los menores, a los jóvenes y a los


adultos, e incluso con los medios de comunicación social, de modo que los fieles adquieran
formación sobre el significado del matrimonio cristiano y sobre la tarea de los cónyuges
y padres cristianos;

2 por la preparación personal para contraer matrimonio, por la cual los novios se
dispongan para la santidad y las obligaciones de su nuevo estado;

3 por una fructuosa celebración litúrgica del matrimonio, que ponga de manifiesto que
los cónyuges se constituyen en signo del misterio de unidad y amor fecundo entre Cristo
y la Iglesia y que participan de él;

4 por la ayuda prestada a los casados, para que, manteniendo y defendiendo


fielmente la alianza conyugal, lleguen a una vida cada vez más santa y más plena en el ámbito
de la propia familia.

1064 Corresponde al Obispo u Ordinario del lugar cuidar de que se organice debidamente
esa asistencia, oyendo también, si parece conveniente, a hombres y mujeres de experiencia y
competencia probadas.

1065 § 1. Los católicos aún no confirmados deben recibir el sacramento de la


confirmación antes de ser admitidos al matrimonio, si ello es posible sin dificultad grave.
§ 2. Para que reciban fructuosamente el sacramento del matrimonio, se recomienda
encarecidamente que los contrayentes acudan a los sacramentos de la penitencia y de
la santísima Eucaristía.

1066 Antes de que se celebre el matrimonio debe constar que nada se opone a su
celebración válida y lícita.

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NACE. TODO LO QUE DICE LA IGLESIA CATOLICA ES UNA GRAN MENTIRA. PARA CASAR
COBRAN DINERO, SE LUCRAN. CASAN DELANTE DE IMÁGENES QUE ELLOS PONEN EN
SU IGGLESIA. MUCHOS SIGUEN PERO NO ESTUDIAN LO QUE REALMENTE DICE LAS
ESCRITURAS.

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