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ASIGNATURA: Bioética
Noviembre de 2017.
Chiclayo, Perú.
INTRODUCCIÓN
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concepciones sobre la vida en base a Aristóteles, Descartes y otros, y que la asocian a la
racionalidad que diferencia al ser humano de los animales (Cepero et al., 2011), con los
cuales surge la segunda cuestión: ¿El embrión es también una persona humana?, o
incluso si queremos ir a la raíz o un poco más al comienzo, si el ovulo fertilizado es ya
una vida humana con plenos derechos como cualquiera de nosotros. Al respecto son dos
criterios los que existen en torno a las células madre embrionarias que según apunta
Cepero et al., (2011):
Desde un punto de vista ontogénico, las células madre se pueden clasificar como
células madre embrionarias que por excelencia es el zigoto, formado por la fecundación
del óvulo por un espermatozoide. El zigoto es totipotente, puede dar lugar a todas las
células del feto y la placenta (Moore et al., 2008)
Célula madre neonatal son células procedentes de cordón umbilical y/o placenta.
Hay evidencia de la existencia de distintos tipos de células madre en el cordón umbilical,
convirtiéndose en unas de las fuentes más aceptables para obtención de células con
capacidad regenerativa de múltiples tejidos (Steigman, 2007; Crisan, 2008)
Células madre adulta en un individuo adulto se conoce decenas de distitos tipos
de células madre adultas y progenitoras que son encargadas de regenerar tejidos en
continuo desgaste como la piel, sangre, hígado, tejido nervioso, intestino, etc puede estar
especializada en pocos linajes (Sell, 2004)
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al clon diferenciando durante largos periodos de tiempo, actuando de reservorio ante
distintas necesidades fisiológicas/homeostáticas.
Pluripotencia-. Es decir capaces de diferenciar a múltiples linajes celulares bajo
diferentes estímulos. Abandonan su estado indiferenciado y mediante un proceso da lugar
a múltiples tejidos somáticos, células nerviosas, cardiacas, sanguíneas, etc, adquiriendo
características morfológicas y funcionales propias de estos tipos celulares, es lo que
convierte a las células madre en una fuente importante para la obtención de distintos tipos
celulares.
De hecho los autores hacen mención que la Corte Suprema en los Estados Unidos,
todavía hacia el 2010 no tenía en absoluto ningún reglamento al respecto del estado
constitucional del embrión fuera del cuerpo de la madre, y sucede de este modo en
muchos países a lo largo del globo.
A pesar del positivismo científico la ciencia sobrepaso el peldaño cuya cuña rendía
culto a los fenómenos objetivos y reducía los límites de la ciencia a la realidad sensible.
Sin embargo en nuestros días podemos hablar de los valores epistémicos de la actividad
científica, garantizando la integridad de los productos de la ciencia. Fue Robert King
Merton quien hacia la década de los sesenta, propuso un ethos para la ciencia:
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“Las normas se expresan en formas de prescripciones, proscripciones,
preferencias y autorizaciones. Se legitiman en relación a los valores
constitucionales. Estos imperativos, transmitidos por el precepto y el ejemplo y
reforzados por sanciones son interiorizados en grados variables por el científico,
formando así su conciencia científica” (Como se citó en Delgado y Vallverdú,
2007, p. 6)
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La Ética entre expertos, también denominada Filosofía Moral, trata de aquella
parte de la filosofía que se dedica básicamente a la reflexión sobre la moral. Y
precisamente porque pretende partir de la filosofía, es un tipo de saber o ámbito
del conocimiento que se intenta construir desde solo una metodología filosófica y
desde solo el pensamiento racional. (De Santiago, 2006, p. 356)
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APROXIMACIÓN A UNA SOLUCIÓN DEL CUESTIONAMIENTO DE DEBATE
Para el científico David Prentice, que forma parte de Do No Harm, una coalición
de científicos y otros profesionales que defienden una investigación ética sin dañar al ser
humano; y también miembro de Family Research Council, cuyo lema es “Defendiendo
familia, fe y libertad”, dedicado investigador de las células madre adultas, no admite la
investigación en base a las células madre embrionarias, porque considera que el blastocito
–su fuente principal- es un ser humano, con dignidad propia e irrefutable y con derechos
humanos equivalentes a los de un recién nacido (Delgado y Vallverdú, 2007). Según la
tradición cristiana la vida humana comienza cuando un espermatozoide penetra en un
óvulo, por lo cual en muchos países de religión cristiana se ha exigido la no investigación
con embriones humanos; aunque la perspectiva científica enfatice su argumentación
desde los valores epistémicos, y no desde lo que parecen ser los valores no epistémicos,
como los que menciona la tradición cristiana. Sin embargo la valoración ética, desde la
moral cristiana, podría avalarse en la neurociencia para fortalecer los argumentos con
base precisamente científica. Según Patricia Churchland (Como se citó en Delgado y
Vallverdú, 2007), nuestras creencias religiosas, nuestro comportamiento o la capacidad
de contemplar valores morales son producto de nuestro cerebro:
A medida que entendemos más acerca de los sistemas regulatorios del cerebro y
acerca de cómo emergen las decisiones en las redes neuronales, es cada vez más
evidente que en nuestra neurobiología residen estándares morales, prácticas y
políticas. A medida que aprendemos más acerca del desarrollo neuronal, la
evolución de los sistemas nerviosos y de cómo nuestros genes son regulados, se
ha hecho evidente que nuestra neurobiología está profundamente delineada por
nuestra historia evolucionaria. Nuestra naturaleza moral es lo que es porque
nuestros cerebros son lo que son.
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Ahora bien, respecto a las dos cuestiones planteadas en este trabajo, se toma como
referente por su continua actualización, la Declaración realizada por la Academia
Pontifica para la Vida, que según De Santiago (2006), señala con respecto a la primera
pregunta ¿es moralmente lícito producir y/o utilizar embriones humanos vivientes para la
investigación científica de las células madre -embrionarias-?, una respuesta sencilla:
“No”, por las siguientes razones:
ii. En cuanto individuo humano tiene derecho a su propia vida, por lo tanto
cualquier intervención que no sea a favor del embrión mismo, se transforma
en un acto que atenta contra ese derecho.
iii. La ablación de la masa celular interna del blastocisto (MCI) para obtener
células embrionarias (ES), que lesiona grave e irreparablemente al embrión,
es un acto gravemente inmoral y gravemente ilícito.
iv. Ningún fin considerado bueno, sea o no de carácter terapéutico, justifica una
intervención antes declarada inmoral.
En cuanto a la siguiente pregunta que nos hicimos, cabe resaltar que el embrión
humano alcanza, hacia el quinto día de desarrollo, la etapa de blastocisto, estadio en el
que aparecen ya establecidos dos tejidos diferentes (López, 2004), del cual surgen las
células madre. Antes de dar una aproximación que aclare la respuesta, es importante hacer
mención de la mortalidad, de los embriones producidos in vitro, frente a los que se
desarrollan de manera natural.
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útero31, y hasta un 75% de los embriones humanos cultivados in vitro presentan
fragmentación del citoplasma de sus células (López, 2004, p.22).
Con lo cual, los embriones generados en laboratorio son más enfermos, que el
producido de modo natural que tiene más viabilidad intrínseca, vale decir desde ya la
práctica in vitro, no debería producirse, sobre todo cuando se trata de personas, como lo
es también el embrión humano, pues cada individuo en sus diversas etapas vitales, hace
siempre autorreferencia intrínseca e ineludible a la identidad, y el embrión no escapa a la
identidad humana, la misma que se hará más evidente en su nacimiento. Al respecto
López (2004) señala:
Entonces, ninguno de los estados del desarrollo humano -apunta el mismo autor,
posee un diferente nivel de realidad ontológica: es el mismo individuo en plenitud de vida
embrionaria o fetal, o joven o anciano. La vida como organismo individual es un proceso
unitario e integrado.
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inherente a un ser humano: no debe ser considerado como (ni convertido en) un almacén
de células o tejidos, ni en un negocio más o menos lucrativo.
Una de las preguntas que pueden leerse entre líneas en esta investigación es
precisamente el tema acuciante de su proveniencia: ¿de dónde provienen estas células que
se utilizan para la investigación o para algún tratamiento experimental? Pues sabemos
que por definición provienen en un principio del blastocito, la etapa primaria del embrión
formado a los pocos días hecha la fertilización, con aproximadamente 200 células que
pueden generar a su vez cualquier otro tipo de célula en el cuerpo humano. Por ser capaces
de generar células de cualquier tipo, a las células madre embrionarias, se les considera
pluripotenciales (Ruiz, 2016), sin embargo para obtenerlas hay que destruir el blastocisto,
por lo que la investigación con células madre pluripotenciales abre una implicancia
directamente ética y social.
Sin embargo, las opciones no se cierran solamente sobre el embrión, los estudios
de las últimas dos décadas han descubierto reservas de células madre en el organismo
adulto, con la desventaja en número y en flexibilidad, pues son pocas y no son muy
duraderas como las del embrión. Por otro lado la doctora Mayana Zatz, de la Universidad
de Sao Paulo en Brasil, especializada en la investigación sobre distrofia muscular con
células madre, ha podido obtenerlas a partir del tejido adiposo que se extrae durante la
liposucción. El proceso que augura una mejora en los tratamientos de las personas con
distrofia muscular, está basado en la producción de distrofina, una proteína esencial para
el funcionamiento de los músculos, aunque su tratamiento por ahora solo se ha probado
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con éxito en perros y roedores; a pesar de todo ello, éstas células son una fuente primordial
para la investigación en células madre, no embrionarias (Ruiz, 2016).
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CONCLUSIONES
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Referencias Bibliográficas
Jiménez, J. (2016) investigación con células madre: que es y por qué ha cambiado la
medicina para siempre Recuperado de:
https://www.xataka.com/medicina-y-salud/investigacion-con-celulas-madre-que-es-y-
por-que-ha-cambiado-la-medicina-para-siempre
Escario, A. (2008) medicina regenerativa: células madre como nueva terapia biológica
aplicado en el transporte osteocondral, Madrid. Recuperado de:
http://eprints.ucm.es/8313/2/T30681.pdf
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