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BASÍLICAS:

Artículo principal: Basílica


Con la proclamación del Edicto de Milán, los cristianos pudieron practicar libremente sus
cultos religiosos y para ello construyeron las basílicas tomando como modelo las que habían
sido para los romanos centros civiles con actividades de mercado y como sala de justicia. Las
de nueva construcción siguieron los mismos tipos con la diferencia de su utilización, para los
cristianos en los edificios el culto y las asambleas se realizaban dentro de ellos, mientras que
el culto grecorromano se efectuaba alrededor del templo.

Plano reconstruido de la Archibasílica de San Juan de Letrán, que se puede considerar como
una tipología normal de las basílicas paleocristianas.
Con Constantino a la cabeza, el cristianismo y sus líderes ocuparon posiciones principales,
la arquitectura pasó del simple refugio en casas privadas, a nuevas formas monumentales,
inspirada en la arquitectura romana, con el cambio necesario para su aplicación a las nuevas
funciones de los cultos de la religión, que además cada día aumentaba en número de
creyentes. A pesar de la gran cantidad de templos o basílicas cristianas que se construyeron
durante el siglo IV, en siglos posteriores fueron muchos de ellos destruidos o reformados.
ESTRUCTURA:

La basílica paleocristiana en general constaba de tres partes: un atrio de acceso, el cuerpo de


la basílica longitudinal, dividido en tres o cinco naves separadas por columnas, la nave
central siempre solía tener más altura, mientras sobre las naves laterales a veces tenían unas
galerías o tribunas llamadas matroneo especialmente realizadas para las mujeres. En
el presbiterio, se situaba el altar. La cabecera estaba ocupada por un ábside cubierto con
una cúpula de un cuarto de esfera. Los no bautizados ocupaban un lugar ante la puerta de la
basílica llamado atrio o nártex donde solía haber una gran pila de agua para las abluciones.
La cubierta en la construcción de la basílica paleocristiana primitiva acostumbraba a ser a
dos aguas con techumbre de madera, poco pesado, por lo que sus muros eran completamente
lisos y no había necesidad de construir contrafuertes. La luz exterior provenía de grandes
ventanas abiertas en las paredes laterales y de la parte alta de la nave central por el claristorio.
Muchos de los materiales empleados como las columnas y capiteles fueron aprovechados de
otros edificios romanos.

FUNCIONALIDAD:

Se utilizó la arquitectura cerrada correspondiente a la basílica civil romana, principalmente


porque el templo romano o griego era normal que se rechazara por su significación contraria
al cristianismo, pero también porque el tipo estilístico no era fácil ajustarlo al nuevo rito
cristiano, el sacrificio pagano se realizaba en un altar situado en el exterior del templo y el
interior se utilizaba para colocar la estatua del dios al que se dedicaba su culto. También en
la religión cristiana se efectuaba el acto del sacrificio simbólico en un altar para
la transubstanciación del vino y el pan en la sangre y el cuerpo de Cristo, pero siempre se
había realizado en lugares cerrados, como había sido realizado en la Cena celebrada por
Cristo. Para el ritual del siglo IV se necesitaba un camino para el recorrido procesional
del clero, una parte donde se colocaba el altar y se celebraba la misa, otra parte para los fieles
que participaban en la procesión y comunión y otra para los catecúmenos o no bautizados.

BASÍLICAS CONSTANTINIANAS

Aspecto actual de la basílica civil de Constantino de Tréveris.


El ábside de la Archibasílica de San Juan de Letrán, con la cátedra papal.

Artículo principal: Basílica de Constantino de Tréveris

De esta forma la basílica cristiana pasó a la utilización para un solo ritual, al contrario de la
basílica civil romana que había tenido diversos servicios públicos. Uno de los modelos que
se cree fue más utilizado para el origen de la basílica cristina, fue la basílica civil de
Constantino de Tréveris, realizada en el año 310 con un espacio rectangular y un gran ábside
semicircular que albergaba el trono del emperador romano. Se construyó con las piedras de
edificios más antiguos, y no constituía un edificio aislado, sino que en la época de la tardía
formaba parte del recinto del palacio imperial: los vestigios de los edificios adyacentes se
pusieron al descubierto en los años ochenta y hoy todavía son visibles. Algunos rastros de
yeso que cubrían los ladrillos de origen así como algunas características antiguas se
conservaron a la altura de las aberturas de las ventanas.

Artículo principal: Archibasílica de San Juan de Letrán

En las primeras basílicas cristianas la funcionalidad se tuvo muy en cuenta, una de las
primeras donaciones del emperador Constantino al Obispo de Roma —seguramente el
papa Melquíades I—, el año 313 para su residencia fue el Palacio de Letrán. Junto a él se
construyó la basílica dedicada al Santo Salvador (la actual Basílica de San Juan de Letrán),
consagrada por el papa Silvestre I. Con el tiempo, esta basílica se ha ido transformando, pero
se ha podido reconstruir el proyecto original, constaba de una nave central más ancha y dos
más estrechas en cada lado separadas por grandes columnatas, la nave central era más alta y
con una cubierta a dos aguas. Entre esta cubierta y las de las naves laterales había una hilera
de ventanas para iluminar el interior de la basílica. Toda la construcción estaba efectuada
de ladrillo excepto las columnas de mármol y la cubierta de madera. Por la nave central
entraban en procesión el Obispo de Roma seguido por su clero hasta llegar al gran ábside
donde tenían sus asientos y el altar para celebrar la ceremonia, mientras los fieles utilizaban
las naves laterales más cercanas a la central y los catecúmenos las naves más exteriores, que
al parecer estaban separadas por cortinas colocadas en los intercolumnios.

Artículo principal: Antigua Basílica de San Pedro


Fresco que reproduce el aspecto de la Antigua Basílica de San Pedrodurante el siglo IV.

Grabado de Luigi Rossini después del incendio que destruyó la Basílica de San Pablo
Extramuros en 1823.

Ábside paleocristiano de la Basílica de Santa Inés Extramuros.

También bajo el mecenazgo de Constantino en Roma, se empezó la construcción de la Antigua


Basílica de San Pedro, entre el 328 y el 330, una de las más importantes basílicas paleocristianas. Se
realizó sobre donde estaba la sepultura del mencionado santo en la Colina Vaticana y donde ya se
encontraba un pequeño santuario en su honor. La cronología exacta de la construcción no es conocida,
aunque el Liber Pontificalis indica que fue edificada por Constantino durante el pontificado del
papa Silvestre I (314-335). Desaparecida en la actualidad, es conocida por documentos anteriores a
su destrucción durante el Renacimiento. Varios escritores dejaron descripciones detalladas
como Tiberio Alfarano en De Basilicae Vaticanæ antiquissima et nova structura (1582) con diseños
de la planta del antigua basílica, aunque no fue editada hasta el año 1914, o la obra de Onofrio
Panvinio De rebus antiguis memorabilibus et praestantia basilicae S. Petri Apostolorum libri
septem.
La basílica tenía la estructura muy amplia de ciento diez metros de largo. El acceso a la
misma tenía lugar a través de un patio o atrio rodeado de arquerías, preludio de
los claustros conventuales, hasta que se llegaba a un vestíbulo transversal llamado nártex,
donde aguardaban los catecúmenos o no bautizados. Acto seguido se ingresaba en el templo
dividido en cinco naves, dos a cada lado y una central, más alta y ancha que conduce
directamente al altar situado al fondo en un ábside semicircular, después de atravesar un
espacio transversal llamado bema, de origen oriental, pero que preludiaba el transepto de
la Edad Media. Aquí se encontraba el martyrium de san Pedro bajo un baldaquino de mármol
apoyado sobre cuatro columnas también de mármol con sus reliquias y donde se reunían los
peregrinos que venían a honrarlo. Las naves estaban separadas cada una por
veintiuna columnas libres que sostenían un entablamiento sobre el que reposaban una serie
de arcos que permiten el paso de la luz para iluminar el interior de la basílica.

Artículo principal: Basílica de San Pablo Extramuros

Por estos mismos años promovió Constantino la edificación de la Basílica de San Pablo
Extramuros sobre la tumba de san Pablo, que fue enterrado después de haber sufrido martirio
en una amplia necrópoli que ocupaba toda el área de la basílica y de la zona que la rodea. En
su tumba se construyó un edículo, cella memoria, a lo largo de la Vía Ostiense. Sobre este
lugar y por motivo del terreno, la construcción de la basílica quedó un poco más pequeña que
la del apóstol san Pedro, con sólo tres naves, hecho que se subsanó en el año 386 cambiando
la orientación y construyendo una iglesia mucho mayor con cinco naves y con transepto, pero
dejando el altar sobre la tumba del santo, como era costumbre, como la dedicada a san Pedro.
El papa Siricio I consagró el edificio. Esta basílica se destruyó en un incendio del año 1823,
salvándose el ábside, altar y la cripta donde se encontraba el cuerpo de san Pablo, siendo el
resto totalmente reconstruido.

Artículo principal: Basílica de Santa Inés Extramuros

Santa Inés Extramuros fue construida en el año 324 sobre las catacumbas de la Vía
Nomentana donde se encontraba enterrada dicha santa, la basílica es mucho más pequeña
que la de san Pedro y la de san Pablo y está semisubterránea, tiene tres naves y en la parte
superior de las laterales la galería para las mujeres. Las columnas de separación de las naves
son de diferentes mármoles con diversos colores. En el ábside se
conservan mosaicos provenientes de una reconstrucción realizada por el papa Honorio I a
mediados del siglo VII, en el que hay representadas tres figuras aisladas en el centro santa
Inés y a sus lados los papas Símaco y Honorio I, con un fondo dorado típico ejemplo de la
influencia bizantina en esta época romana.
BASÍLICAS EN TIERRA SANTA:

Interior de la Basílica de la Natividad.

Constantino también contribuyó a la construcción de otras iglesias en Tierra Santa, la de la


Natividad en conmemoración del nacimiento de Jesús en la ciudad de Belén y en Jerusalén la
del Santo Sepulcro para honrar la tumba de Cristo, donde el propio emperador había dado
instrucciones para conseguir que este templo fuera «la basílica más bella de la tierra».

Artículo principal: Basílica de la Natividad

La de la Natividad fue realizada alrededor del 333, aunque tuvo que ser reformada en el siglo
VI, después de haber sido quemada y destruida durante la rebelión de los samaritanos del año
529 encabezada por su líder Juliano ben Sabar. Presentaba una planta longitudinal que incluía
un gran atrio antes de la entrada, que servía de descanso a los peregrinos, la basílica para la
realización del culto constaba de cinco naves con una planta prácticamente cuadrada (28 x
29 metros) y en la cabecera con una forma de octógono y cubierta de madera, se encontraba
en su centro una abertura rodeada por una barandilla donde se podía apreciar el lugar del
nacimiento de Jesús.

Artículo principal: Santo Sepulcro


Lugar del Santo Sepulcro.

El emperador Constantino pidió al obispo Macario se encargara de la obra del templo, para
ello mandó a su propia madre Elena para que entre ambos dirigieran las obras. La basílica
del Santo Sepulcro fue consagrada en el año 335. Constaba de planta rectangular, tenía un
atrio más pequeño que el de La Natividad, su interior constaba de nave central con otras
laterales dobles sobre las cuales había unas galerías, la separación de las naves se efectuaba
a través de unas majestuosas columnas de mármol con los capiteles dorados. En el ábside
recorriendo todo su semicírculo se encontraban doce columnas simbolizando los doce
apóstoles, por las naves laterales más exteriores las que estaban junto el muro del edificio
conducían a un largo patio situado detrás del ábside, que se cerraba haciendo un semicírculo,
en este patio se encontraba cubierto por un baldaquino sostenido por doce columnas, el sitio
del Santo Sepulcro de Cristo. Unos años después el mismo emperador o alguno de sus hijos,
alrededor del antiguo sepulcro, realizaron la llamada «Anástasis Rotonda», para celebrar
la Resurrección, agrandando su construcción con una nueva estructura de 17 metros de
diámetro, cubierta de madera en forma cónica y un deambulatorio a nivel del suelo y otro
superior de medio círculo en forma de galería.

BASÍLICAS POSTCONSTANTINIANAS:

Llamadas también como el periodo de «renacimiento Sixtino», por ser las construcciones
más conocidas las realizadas bajo el mandado del papado de Sixto III.

Artículo principal: Basílica de Santa María la Mayor


Artículo principal: Basílica de Santa Sabina
Mosaico de la nave central de Santa María la Mayor, representando a Abraham y su
sobrino Lot. Circa 432-440.

Sobre una iglesia precedente, erigida según la tradición, por el papa Liberio I hacia el 360, el
papa Sixto III (432-440), ordenó la construcción de una iglesia dedicada al culto de la Virgen,
poco después de haberse afianzado el dogma de la maternidad divina en el Concilio de
Éfeso(431). La Basílica de Santa María la Mayor, fue una en la que se utilizó el resurgir o
renacimiento de las formas más clasicistas, tiene planta de tres naves y una
columnata jónica adintelada y de fuste liso, las pilastras en la zona de claraboyas son de un
estilo más refinado que en las anteriores basílicas, es la que representaba mejor los nuevos
cambios del estilo paleocristiano. En su interior una de las obras principales es el espléndido
ciclo de mosaicos sobre la vida de la Virgen, que data del siglo V y que muestra aún las
características del estilo del arte romano tardío. Unos diez años antes se había empezado a
construir sobre el Monte Aventino una pequeña basílica dedicada a Santa Sabina en la que
se aprecian unas proporciones más armónicas y la elegancia de diversos detalles como los
bellos capitels de las columnas corintias reutilizadas de un templo anterior de la diosa Juno.
Siguiendo las características de la arquitectura paleocristiana, Santa Sabina presenta unos
muros totalmente lisos construidos con ladrillos, sin contrafuertes, ya que el techo es de
madera y, por tanto, poco pesado. Lo único que destaca en el exterior es la hilada de
ventanales de arcos de medio punto.

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