SOBRESEIMIENTO PORQUE EL HECHO IMPUTADO NO ES TÍPICO: NO
INCURRE EN DELITO DE PATROCINIO ILEGAL EL FUNCIONARIO O SERVIDOR
PÚBLICO QUE EN EJERCICIO DE SU PROFESIÓN DE ABOGADO LITIGA CONTRA EL ESTADO “Se debe señalar –en modo de resumen– que a Segundo Aniceto Quesquén Tirado se le formalizó investigación preparatoria imputándosele fácticamente que pese a ostentar la calidad de Abogado I en la Red de Salud de Chepén ha presentado demandas y escritos en calidad de abogado patrocinando intereses no solo ajenos a la Administración Pública, sino que van en su contra. Para en seguida determinar si los hechos expuestos en la disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria resultan adecuándose o no a los que describe como delito de patrocinio ilegal (o infiel) la norma contenida en el artículo 385 del CP en los siguientes términos: ‘El que, valiéndose de su calidad de funcionario o servidor público, patrocina intereses de particulares ante la Administración Pública, será reprimido’. Cosa que debe responderse en sentido completamente negativo. Ello ocurre en razón a que el tipo penal exige para su perfeccionamiento no solo se que se haya patrocinado intereses particulares ante la Administración Pública (que ni siquiera se necesita que sea en su contra, sino basta el patrocinio ante la administración), sino que es necesario (imprescindible para que podamos hallarnos ante un delito) que el autor se haya valido de su calidad de funcionario o servidor público; lo que no se verifica en el caso materia del presente pronunciamiento. Resulta sumamente claro que cuando Quesquén Tirado patrocina, firmando demandas y escritos de particulares, contra la Administración Pública actúa en calidad de abogado y no valiéndose de alguna calidad de funcionario o servidor público. Lo que debe entenderse es que para incurrir en el delito de patrocinio ilegal no basta tener la calidad de funcionario o servidor al momento de actuar sino que se tiene que hacer uso de dicha calidad para patrocinar intereses de particulares ante la Administración Pública; cosa que no ha ocurrido en el supuesto materia del presente pronunciamiento, en donde Quesquén Tirado se ha conducido como cualquier abogado. De conformidad a lo acá expuesto, ha señalado Salinas Siccha, Ramiro (Delitos contra la Administración Pública. Grijley, Lima, 2009, p. 276) que ‘Resulta claro que el agente actúa abusando del cargo público que ostenta. El agente conociendo de su condición especial, utiliza tendenciosamente o abusiva sus cualidades en el orden social para privilegiar a particulares’”. Especialista: Expediente N° 116-2010 Escrito: REQUIERE SOBRESEIMIENTO SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO MIXTO DE CHEPÉN CONSTANTE CARLOS ÁVALOS RODRÍGUEZ, coordinador de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de La Libertad, ante usted digo: Bajo el amparo del literal b del numeral 2 del artículo 344 del Código Penal (el hecho imputado no es típico); recurro a solicitar el sobreseimiento de la causa iniciada contra Segundo Aniceto Quesquén Tirado por delito de patrocinio ilegal (previsto en el artículo 385 de Código Penal); lo cual hago en razón de las siguientes consideraciones: 1. Los representantes del Ministerio Público, en tanto funcionarios responsables de la persecución penal, encontramos limitada nuestra capacidad de actuación por un conjunto de principios jurídicos que hacen que el poder sancionador del Estado no se ejerza de manera arbitraria, abusiva o ilegítima. De estos principios, uno de los más importantes es el de legalidad, que garantiza que la persecución penal solo se pueda iniciar si los comportamientos puestos en conocimiento de la fiscalía son exactamente los mismos que se encuentran contemplados como prohibidos bajo amenaza de sanción criminal en una norma legal de jerarquía ordinaria, dictada de manera previa al hecho. Es tal la importancia de lo señalado que la Constitución Política del Estado de 1993 ha consagrado expresamente en su artículo 2, inciso 24, parágrafo d, que: “nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”; exigencia que ha sido desarrollada en términos muy similares en el artículo II del Título Preliminar del Código Penal, que prescribe: “Nadie será sancionado por un acto no previsto como delito o falta por la ley vigente al momento de su comisión, ni sometido a pena o medida de seguridad que no se encuentren establecidas en ella”; siendo, además, de reconocimiento unánime tanto en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional como de la Corte Suprema de la República; así como por parte de los órganos jurisdiccionales internacionales que se ocupan de decidir en materia de derechos humanos. En este contexto, se debe señalar –en modo de resumen– que a Segundo Aniceto Quesquén Tirado se le formalizó investigación preparatoria imputándosele fácticamente que pese a ostentar la calidad de Abogado I en la Red de Salud de Chepén ha presentado demandas y escritos en calidad de abogado patrocinando intereses no solo ajenos a la Administración Pública, sino que van en su contra. Para en seguida determinar si los hechos expuestos en la disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria resultan adecuándose o no a los que describe como delito de patrocinio ilegal (o infiel) la norma contenida en el artículo 385 del CP en los siguientes términos: “El que, valiéndose de su calidad de funcionario o servidor público, patrocina intereses de par- ticulares ante la Administración Pública, será reprimido”. Cosa que debe responderse en sentido completamente negativo. Ello ocurre en razón a que el tipo penal exige para su perfeccionamiento no solo se que se haya patrocinado intereses particulares ante la Administración Pública (que ni siquiera se necesita que sea en su contra, sino basta el patrocinio ante la administración), sino que es necesario (imprescindible para que podamos hallarnos ante un delito) que el autor se haya valido de su calidad de funcionario o servidor público; lo que no se verifica en el caso materia del presente pronunciamiento. Resulta sumamente claro que cuando Quesquén Tirado patrocina, firmando demandas y escritos de particulares, contra la Administración Pública actúa en calidad de abogado y no valiéndose de alguna calidad de funcionario o servidor público. Lo que debe entenderse es que para incurrir en el delito de patrocinio ilegal no basta tener la calidad de funcionario o servidor al momento de actuar sino que se tiene que hacer uso de dicha calidad para patrocinar intereses de particulares ante la Administración Pública; cosa que no ha ocurrido en el supuesto materia del presente pronunciamiento, en donde Quesquén Tirado se ha conducido como cualquier abogado. De conformidad a lo acá expuesto, ha señalado Salinas Siccha, Ramiro (Delitos contra la Administración Pública. Lima, Grijley, 2009, p. 276) que “resulta claro que el agente actúa abusando del cargo público que ostenta. El agente conociendo de su condición especial, utiliza tendenciosamente o abusivamente sus cualidades en el orden social para privilegiar a particulares”. Las cosas así los hechos materia de pronunciamiento resulta siendo atípicos. Provéase conforme a Derecho. Trujillo, julio 4 de 2011