Gaetano Berruto

La semántica

CENTRO CE JI/V! ST/GAC/ONES y

E~, ,,~:as SiJP1RJORES fN
AH TRUPOlOGIA SOCIAL.

---
BJBLICTECA

15060
1. Definición

1.1. QUÉ ES LA SEMÁNTICA

La semántica es la "ciencia del significado". Por lo tanto, su

definición no debería plantear problemas: todo el mundo
está de acuerdo en suscribir la afirmación con que se inicia
el presente libro, corrigiéndola un poco, eventualmente, y
poniendo "estudio" en lugar de "ciencia". Pero si tratamos de
definir el significado de la expresión "ciencia (o estudio) del
significado", las cosas empiezan a complicarse: ¿se trata
de una ciencia o de una parte de una ciencia? y ¿a qué "sig-
nificado" nos referimos?
Es fácil hablar de significado, pero todos .t endemos a
creer que es algo sumamente variable e incierto, y que, por
lo tanto, difícilmente podría ser estudiado por una ciencia.
La historia y la vida cotidiana están hechas de discusiones
originadas por el significado, desde el era tilo de Platón,
pasando por el tratado Hermes escrito por James Harris
alrededor de 1700, hasta el Du Sens del semiólogo franco-
lituano A. J. Greimas; en torno al significado se ha ejerci-
tado la especulación de filósofos, gramáticos, retóricos,
literatos, lingüistas, psicólogos, sociólogos, juristas y así
hasta el infinito ...
La se-.nántica interesa directamente a la lingüística, la filo-
sofía, la lógica, la teoría de la información, la crítica lite-
raria, la antropología y muchas otras disciplinas. y ¿cómo
se ubica la semántica en relación a la semiología, o semióti-
ca, la "ciencia de los signos", actualmente tan de moda?
El lector debe ser advertido de inmediato' en cuanto a
13
que los contenidos de la "ciencia del significado" pueden
ser varios y distintos, y también, al límite, incompatibles
entre sí. Resumiendo, (con todas las reservas que implica
un resumen) podemos decir que los lingüistas han entendi·
do por "semántica" tres tipos de investigaciones: el estudio
de los cambios de significado; el estudio de la "significación",
o sea, de "cómo se significa" y de cuál es el proceso de signifi·
car, de dotar de significado, y las leyes que lo rigen; el es·
tudio del significado, entendido como plano o aspecto
de los signos lingüísticos.
Dado que este libro está escrito por un lingüista y puesto
que pretende ser un libro de lingüística, debemos precisar
de inmediato que la materia que analizaremos aquí se refe·
rirá a la semántica como el sector de la lingüística que estu·
dia el nivel de análisis del plano del significado de los signos
verbales. Por lo tanto, nos ocuparemos de "semántica Hn·
güística", y lo haremos desde un punto de vista esencial-
mente abstracto y sincrónico; haremos semántica teórica,
y no nos referiremos -excepto cuando sea indispensable-
a la semántica histórica. El significado a que se referirá este
libro será, por consiguiente, el significado de los signos lin-
güís~icos y no el significado en general. Admitiendo que la
semantlCa (franc. sémantique; ing. semantics; alem. bedeu-
tungslehre y semantik) es la parte de la lingüística que
estudia el plano del significado (fran. signifiéysignification;
ing. meaning; alem. bedeutung y signifikat), el adjetivo
"semántico" podrá usarse con dos valores:
a) "relativo al significado"; b)"relativo a la semántica".
1. 2. SEMÁNTICA y SEMIOLOGÍA
En un encuadre más general de la semántica será oportuno
que nos detengamos un momento en las relaciones entre se-
mántica y semiología. En muchos autores, semántica y
semiología suelen ser consideradas en estrecho parentesco,
cuando no, más o menos como una misma cosa: ambas
se ocuparían del problema de la significación y de cómo se
produce el proceso de atribución de significados a los sig-
nos. La superposición entre semántica y semiología es evi-
14
de'!-te en muchos autores recientes: por ejemplo, Eco, el
fIlosofo polaco Schaff, el italiano G. Fano y también par-
cialmente, Greimas. 1
Sin embargo, no vemos la razón de plantear asílas cosas:
es CIerto, que, en el fondo, se trata sólo de etiquetas, y que
lo. que cuenta ~s el contenido sustancial, pero es mejor
eVltar las confUSIOnes que se derivan del hábito terminoló-
gIco de superponer semiología y semántica con el riesgo
de malos entendidos conceptuales que esto puede acarrear
Este planteo se ~asa, seguramente, en el hecho de que ei
pro blema del slgmflcado es fundamental para la semiología.
Pero, es uno de los problemas de la semiología y no su obje-
to de estudIO. Por consiguiente, la semántica será, a lo
sumo, un~ parte de ~a semiología, y tendrá sus propios mé-
todos de mvestlgaclOn y sus problemas específicos por re-
solver, que n,? son necesariamente los de la semiología. De-
mos a la semanhca lo que es de la semántica: la semiología
es la CIenCIa de los signos, la semántica es la ciencia del sig-
mflcado. Ambas no deben ser confundidas
Típico de la superposición entre semiol~gía y semántica
es el comenzar un análisis de la semántica con la definición
~ descripción de los "signos" (véase, por ejemplo, el peque-
no manual de GUlraud*, 1955, y también el reciente libro
de Brekle, 1972) como si en realidad la semántica debiera
e.studiar el "signo". Aquí, en cambio, no hablaremos del
SIgnO, y nos mantendremos, por lo menos tendencialmente
fieles a una concepción rigurosa de la semántica, la que he:
mas menCIOnado en 1.1.
En el ámbito de la semiología, merece un lugar aparte la
denominada "semiótica lógica", nacida con Pierce y de-
sarrollada partIcularmente por Morris, quienes, como
Saussure en Europa, son considerados los padres america-
nos de la semi<;>logía. Para Morris, la semántica es, explíci-
tamente, una parte de la semiología o semiótica: precisa-
mente, la parte de esta última que se refiere a la relación
entre el sIgno y la realidad significada, los "objetos" a que
se refIere el SIgnO; las otras dos partes de la semiótica se-
rían, como es sabido, la pragmática, que estudiaría la rela-
• Guiraud Pierre: La Semántica, Fondo de Cultura Económica,
México, 1960.
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 ción entre el signo y los usuarios del signo (cómo el intér-
1I prete interpreta el signo y cómo lo utiliza), y la sintáctica,
que estudiaría la constitución de los signos y las relaciones
recíprocas entre los mismos. A partir de las ideas de Morris
1I
nace la "semántica lógica" cuya derivación más sistemática
es la obra de Carnap. (véase 1.3.1.).
1. 3. SEMÁNTICA LINGüíSTICA y SEMÁNTICA NO LINGüíSTICA
El estudio científico del significado es una de las tareas más
complejas de las ciencias humanas, ya que como es obvio,
con el significado se relacionan en general elementos psi-
cológicos (significado y conocimiento, significado y pen-
samiento, significado y conducta, etcétera) y situacionales
(significado y contexto extrasemántico). Por lo tanto, el
problema del significado se presta particularmente a ser
tratado desde distintos sectores y puntos de vista, e intere-
sa en modo específico a varias disciplinas; en particular a la
filosofía y a la psicología. Ya está institucionalizada (véase,
por ejemplo, las tres secciones de la voluminosa antología
Semantics a cargo de Steinberg y Jakobovits: Philosophy,
linguistics, psychology) la división de la semántica en tres
sectores: semántica lingüística, semántica filosófica y se-
mántica psicológica.
1.3.1. Filosofía y semántica
Muchísimas teorías filosóficas han dedicado una discusión
específica al problema del significado: las discusiones de
los filósofos sobre el lenguaje y la comunicación se ce{ltran
precisamente en el significado y no en otros aspectos del
lenguaje y la comunicación. Conocimiento, significado y
comunicación son temas recurrentes desde, por ejemplo,
Locke y Berkeley, pasando por Vico, Leibniz y Croce has-
ta Wittgenstein y las escuelas "polaca" y de Oxford. El
Tractatus logicus-philosophicus* (1922) y la Phi/osophische
untersuchungen (1953) de Wittgenstein, a pesar de ser poco
* Wittgenstein· Ludwig: Tractalu.s Logicus-Philosophicus, Alianza
Editorial, Madrid, 1957.
16
conocidos por los lingüistas (por lo menos hasta los años
60), son textos fundamentales para la teoría del significado.
PreCISamente, con el denominado neopositivismo, el proble-
ma del "análisis lógico" del lenguaje se hizo fundamental,
y se desarrol!~on las escuelas de lógica formal (o simbó-
lica o matematIca), que se ocupan de analizar de manera ri-
gurosa las condicio~es de verdad de los enunciados, y más en
general, del lenguaje como instrumento de conocimiento
objetivo y científico: baste nombrar a Tarski (años 30 y 40),
Russell, Carnap, Quino, y los recientes trabajos de Monta-
gue (véase también "semiótica lógica", 1.2.).
La semántica lingüística no puede evitar remitirse, en
cierta medida, a la semántica filosófica cuando debe afron-
tar l~ cuestión del valor conceptual del significado y la pre-
sencia de lo que suele llamarse "realidad externa".
1.3.2. Psicología y semántica
Otros fenómenos con que se relaciona el significado son las
reacciones psicológicas, la "mente", los "procesos cogniti-
vos", la conducta y la actividad psíquica en general: y aquí
la semántica debe depender de (o arreglar cuentas con) la
psicología. El acercamiento psicológico a los problemas del
significado recibió particular atención en América, por par-
te de los denominados (tal como se autodefinían) psicolin-
güistas, entre los que se destacó Osgood .
1.3.2.1. El "diferenciador semántico". Entre las aproxi-
maciones psicológicas al significado, señalaremos aquí
sólo un par de posible interés para el lingüista. El primero
es el llamado "diferenciador semántico" (o diferencial) pre-
sunto método de "medición del significado" introducido
por Osgood y otros en los años cincuenta y que ha gozado
de éxito y crédito, tal vez desproporcionados, respecto a
sus méritos teóricos. Para explicarlo sencillamente, el mé-
todo del diferenciador semántico consiste en presentar
a algunos sujetos (informantes) una lista de pares de ad-
jetivos de significado opuesto (por ejemplo: bueno-malo
alto-bajo, fuerte-débil, etcétera), ordenados según cierto~
cntenos. Cada par de adjetivos está separado según una
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"escala" con siete posIcIones; se solicita al sujeto en-
trevistado que indique en cuál de las siete posiciones
de cada escala colocaría al término propuesto, del que
se desea "medir el significado". Cada posición de la
"escala" indica una graduación distinta de la "cualidad" ex-
presada por el correspondiente par de adjetivos: en la escala
bueno-malo, por ejemplo, el primer lugar a la izquier~a
equivaldría a "decididamente bueno", el segundo a "mas
bien bueno", el tercero a "un poco bueno" el cuarto (ubi-
cado en la mitad) a "ni bueno ni malo" el quinto a "un
poco malo", el sexto a "más bien malo" y el séptimo a
"decididamente malo". Colocando de esta manera al
término presentado en una posición de cada escala, y unien-
do todas las posiciones señaladas, se obtiene una línea que-
brada que representaría visualmente al "significado" del
término analizado (asignando puntajes a cada división de
la escala se obtienen, luego, fácilmente tratamientos nu-
méricos del análisis). Tomemos un ejemplo parcial de un
reciente j!studio italiano: el "significado" del concepto
padre:
Padre 1234567
1. alegre triste
2. conversador taciturno
3. aseado sucio
4. bueno malo
5. tranquilo nervioso
incomprensivo
6. comprensivo
Por consigt!iente, el concepto de padre será evaluado
como " un poco ' a1 " "l'1geramen te conversad or,
egre, " " ro a's
bien aseado", "un poco bueno", "bastante tranquilo",
"muy comprensivo" _.. El total de las escalas aplicadas
mediría el significado de padre.
. Los l¡'ngüistas han dirigido muchas más críticas que elo-
gios' al "diferenciador semántico". Admitiendo que se tra-
te de una "medición" (a pesar de las cuidadosas elaboracio-
nes Ínatemáticoestad ístic,;,s efectuadas por Osgood y sus
colaboradores conocidas como" Análisis factoriales" y las
probadas técn'¡cas de testing ;'plicadas, no nos parece que
resulte ' muy claro, en este contexto, lo que se entiende por
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"medir"); aquello que es medido, por cierto, no es el "sig-
nificado"_ Se tratará de la impresión asociativa, de la reac-
ción emotivo-afectiva, de un "juicio" entre lo psicológico
y lo cultural-ideologic6~ etcétera: todos los fenomenos que
sin duda tienen algo que ver con el "significado" pero
que no son tout eourt el significado_ Sin considerar que en
las aplicaciones la misma medición puede resultar muy poco
comprometedora, cuando los valores tienden a cero (en la
traducción en valores numéricos se da a las siete posiciones,
partiendo de la izquierda, los valores respectivamente de:
+3, +2, + 1, O, -1, -2, -3): decir que padre es "ligeramen-
te conversaaor", para dar un ejemplo respecto a una sola es-
cala, no se entiende si esconde una efectiva estimación
específica, o si oculta más bien una genérica asignación "no
comprometedora": no sabiendo bien cómo comportarse,
el informador no se desequilibra y se mantiene en el medio.
y así podríamos continuar.
Las críticas por parte de los lingüistas no quitan que el
"diferenciador semántico" haya resultado útil, con frecuen-
cia, en campos como el del análisis psicoterapéutico, los
test vocacionales, el sondeo de la opinión pública, el aná-
lisis del contenido, etcétera.
1.3.2.2. Asociación y clasificación. Otra aproximación
de notable inte~és para la lingüística es la efectuada por
los llamados "asociacionistas", mejorada y desarrollada,
más tarde, por el método de "clasificación" (también
aquí simplificamos mucho la realidad). Según la teoría
asociacionista, el significado de las palabras sería el con-
Junto de las asociaciones verbales que evocan, o sea, la
lista de palabras en que hace pensar inmediatamente a
los hablantes la palabra en examen. El significado es el
nexo que une las "respuestas" dadas por los hablantes ante
un "estímulo"; las palabras difieren de significado tanto
como difieren sus asociaciones más frecuentes. La aproxi-
mación asociacionista, desarrollada entre otros por Deese,
no escapa a críticas análogas a las que se han hecho al dife-
renciador semántico. La asociación libre depende, aparente-
mente, demasiado de factores contingentes en el hablante:
que, por ejemplo, jardín se asocie una vez con árbol no
lignifica que se asocie con árbol im otras bcasiones y/o en
19
otros hablantes, aun si es cierto que a través del análisis
experimental se obtienen asociaciones privileg.iadas f~ecuen­
tes y constantes (por ejemplo, hombre se asocJa casI siempre
con mujer o joven, etcétera. Por añadidura, una aproxIma-
ción de este tipo tiende a eludir el problema de la naturaleza
del significado: se explica el significado de las palabras con
otras palabras, en un rebote continuo. Por otra parte, las
asociaciones verbales, por cierto, dependen en alguna me-
dida del significado, pero no se puede decir que "lo sean":
queda sin explorar, prec~amente, aquello q~:. determm~
las posibilidades de asOCIaCIOnes, o sea, el SignifICado
(véase también 5.2.2.2.). . .
Más recientemente, se han destacado las aprOXimaCIOnes
logradas por el método de "clasificación", utilizado por
G. A. MilIer y otros. Éste consiste en proponer a los infor-
madores una serie de palabras y solicitarles que las agru-
pen en clases, según la afindad de significado que. sienten. De
esto se pueden obtener tabulaciones de las relaCIOnes de sig-
nificado entre las palabras conSIderadas. Por e.wmplo:
presentemos a tres hablantes las palabras chair "silla",
cow "vaca", fear "miedo", mother "f!1adr~:' , rock ."roca",
tiger "tigre", tree "árbol", virtue "vlrtud . El pnm~r ha-
blante las asocia así: (cow, tiger) (chair,rock) (fear, u¡rtue)
(tree, mother); el segundo así: (cow, m~ther, tiger, tree)
(chair, rock) (fear, virtue); el tercero asl: (cow, mother,
tiger) (chair rock, tree) (fear, virtue).
De estos 'datos se puede obtener la siguiente tabulación
en forma de árbol (llamada cluster analysis):
cow"vaca"
...A~=--- tiger "tigre"
mother "madre"
tree "arbol"
chair "silla"
rock "roca"
fear "miedo"
--'~~-"'---4I~_--e::::::.._ uirlue "virtud"
20
La clasificación por pares depende del número de veces
en que los términos han sido asociados por los hablantes:
los términos asociados por los tres hablantes aparecen en las
terminaciones del árbol, los que fueron asociados en menos
ocasiones aparecen gradualmente en los distintos niveles
del árbol. A cada nudo del árbol corresponde algo muy si-
milar a lo que aprenderemos a llamar "rasgo se~ántico"
(véase 5.4.).
La suministración de este método debe ser muy cuida-
dosa, puesto que eS importante que sean "extraídos" los
caracteres conceptuales del significado, de otro modo se re-
caería en la vaguedad de la asociación libre; en el ejemplo
presentado, el hablante habría podido muy bien asociar
"miedo", por ejemplo, no con "virtud", sino con "tigre",
procediendo en base a factores emotivos en lugar de "ra-
cionales". De todos modos se trata de una técnica de inves-
tigación muy interesante, o bien, de una confirmación
empírica de la Uamada "descomposición en rasgos semán-
ticos" (véase 5.3.). _. .
1.3.3. Semántica y antropología c.u ltural
La antropología ha logrado también importantes aproxi-
maciones a la semántica. El sistema de significados de una
lengua hablada por una determinada comunidad social es,
por cierto, uno de los sectores centrales de su cultura y por
lo tanto, ha suscitado notable interés entre muchos antro-
pólogos. La atención que los antropólogos han dirigido al
significado se vio acentuada por la historia de las investiga-
ciones antropológicas: Boas, Malinowski y otros, trabajaron
con comunidades "primitivas" y para eUo resultó priorita-
rio el conocimiento de su lengua. El sistema lingüístico,
por lo tanto, constituye un vehículo privilegiado de acceso
al estudio antropológico de comunidades "distintas". El
aporte de los antropólogos a la semántica se desarrolló
principalmente en dos direcciones. Por una parte, el estudio
de las correlaciones entre significado y situaciones de uso de
. la lengua (véase 3.4. 2.) haciendo hincapié en la temática
de las funciones de la lengua y del habla como modo de
actuación convertido en situación: por ejemplo, los con-
ceptos de "contexto situacional" y de "comunión fáti-
21
ca" de Malinowski (véase 3.2.2.1.). La otra dirección es la
del estudio de los particulares sectores léxicos (términos de
parentela, términos de color, términos relativos a activTcla-
des y costumbres típicas de una comunidad, etcétera) como
característicos de la cultura y de la "visión del mundo" pro-
pias de la comunidad analizada: de aquí surge, por un lado,
la llamada "hipótesis Sapir-Whorf" (véase 4.2.) y, por el
otro, una técnica de análisis del significado que ha marcado
un giro radical en la semántica, la llamada "semántica com-
ponencial" (véase 5.4.3.4.), nacida en los años 50 de los
ti,alÍajos de algunos antropólogos (Goodenough, Lounsbu-
ry, Conklin).
1.3.4-. La "semántica general"
Una presunta "semántica" que ha gozado de notable éxito
en América entre los años treinta y los cuarenta, es la lla-
mada "semántica general" de Korzybski, Hayakawa y
colaboradores. No merece que nos detengamos demasiado
en ella, porque, se trate de lo que se trate, la "sem,ántica
general" está .lejos de tener algo que ver con la semantlCa.
Según las teorías de Korzybski, nuestro comportamiento
y nuestro modo de ver y juzgar las cosas está condicionado
por el uso que hacemos de las palabras, o sea que se ha
creado una estratificación del significado de las palabras el
cual nos impide liberarnos de su cautiverio. Los problemas
de la vida, desde el más trivial (un regaño de nuestro-jefe)
al más serio (la guerra mundial), dependen de los desórde-
nes que se producen en razón-de que las palabras no corres:
pon den ya a la realidad y constituyen una fuente de mal-
entendidos y prejuicios. Las palabras tienden a convertirse
en cosas, ya que se ordenan en una red de reacciones "neu-
rosemánticas", que constituye nuestra aproximación a la
realidad y sus carencias. Dado que gran parte de las ambi-
güedades y desórdenes de la comunicación son "semantogé-
nitos" ---continúa Korzybski- la tarea de la semántica
("general" pues involucra a todos los fenómenos de reac-
ción psicológica) .será la de liberar al uso de la lengua de las
"incrustaciones" que nos impiden ver cómo están en reali-
dad las cosas: una vez eliminado el significado "erróneo"
de la palabra, se resolverán los conflictos que derivan del
22
mismo. De este modo, la semántica se convierte en una
práctica terapéutica y pedagógica general, capaz de mejorar
a la humanidad solamente a través de una crítica lógica del
significado de las palabras: el itinerario que va desde las per-
turbaciones neuróticas a la segura objetividad del lenguaje
científico, será recorrido gracias a la guía psicoterapéutica
de una semántica "no aristotélica",
Además del optimismo eficientista y la innegable buena
voluntad de los "semánticos generales" -que por sí mis-
mos no explican totalmente, sin embargo, por qué esta es-
cuela tuvo un éxito tan notable y dejó huellas aún hoy
muy vivas, sobre todo en el psicoanálisis americano -no se
puede pasar por alto cierta ligereza en la tesis inicial de la
teoría de Korzybski. La afirmación según la cual un len-
guaje inadecuado y mixtificante es la causa, y no el síntoma,
de los conflictos e incongruencia de la sociedad humana,
es sostenible solamente si no se ha meditado profundamente
acerca de la naturaleza del lenguaje (véase también 3.2.1.2.).
Esta opinión negativa no pretende menospreciar la exis-
tencia de los problemas planteados por la semántica gene-
ral: el mayor mérito que debe buscarse en las afirmaciones
en ocasiones tendientes al misticismo de los colaboradores
de Korzybski, reside precisamente en haber llamado la
atención sobre la compleja fenomenología manifestada por
el uso de lengua en la conducta social, y sobre las "desvia-
ciones" y manipulaciones que esto puede acarrear.
1.4. SEMÁNTICA y OTROS SECTORES DE LA LINGüíSTICA
Puesto que estamos hablando en términos de semántica lin-
güística, debemos delinear someramente las relaciones exis-
tentes entre semántica y otras ramas de la lingüística.
1.4.1. Semántica, lexicología y lexicografía
La semántica no debe ser confundida con la semiología
(véase 1.2.) pero tampoco con la lexicología. Esta última
estudia las palabras de una lengua determinada o de varias
lenguas, tanto desde el punto de vista del significado como
desde el punto de vista del significante: es la parte de la lin-
23
güística que estudia el léxico en todos sus aspectos (véase
4.3.). Dentro de la lexicología se incluyen, según los secto-
res específicos interesados, la onomasiología (estudio de
los nombres, dados a cosas y acciones), la onomástica (es-
tudio de los nombres propios), la antroponomástica (estu-
dio de los nombres propios de persona), la toponimia (es-
tudio de los nombres de lugares), etcétera. El conjunto de
operaciones que comprende la reunión de material léxico
de determinado idioma o de determinado período histórico,
o de determinado texto, o de determinado autor, ~tcétera,
su ordenamiento y elaboración en "léxicos", diccionarios,
vocabularios, glosarios, etcétera, constituyen la lexicogra-
fía. Los repertorios lexicográficos son un instrumento
de trabajo y, al mismo tiempo, un objeto de estudio muy
importante para la semántica; en especial resulta intere-
sante el problema de las definiciones lexicográficas (véase
4.1.1.).
1.4.2. Semántica y estilística
Frecuentemente se ha hablado de una particular afinidad
entre semántica y estil ística Sin internamos en el espinoso
problema que constituye definir la estilística, recordare-
mos solamente que los distintos valores del término pue-
den remitirse a tres sentidos fundamentales : a) la estilística
estudia la "lengua individual'\ el uso personal de la lengua,
el apartamiento de la norma; b) la estilística estudia las
vías y los medios mediante los que el sistema lingüístico
permite y efectúa la expresión de las emociones y senti-
mientos; c) la estilística estudia la organización interna de
los mensajes lingüísticos, observando cómo en cada uno
de ellos se utilizan libremente con fines particulares los
datos y mecanismos ofrecidos por el código de la lengua,
en relación a la situación.
En la primera mitad del novecientos, semántica y lin-
güística encontraron un fértil terreno en común en la
estética y la crítica desarrolladas a partir de la filosofía
neoidealista (Croce), con su concepción del "libre" sig-
nificado como momento subjetivo e irrepetible d e la
"creatividad" del espíritu, con los corolarios de la identi-
fica,ción de lenguaje y arte, de la atención dirigida sólo a
24
los "textos poéticos", de la incomunicabilidad de la intui-
ción expresiva, y otros por el estilo. En este ámbito se
formaron muchos de los maestros de la crítica y la lingüís-
tica histórica.
1.4.3. Semántica y pragmática
La semántica está, también, parcialmente conectada con
la pragmática. La pra,gmática lingüística, modernamente
entendida, se ocupa de cómo utilizamos los signos y de
qué podemos hacer .conéstos en la interacción con los otros
hablantes: como tal, comparte con la estilística el campo
de acción de la antigua "retórica". Ahora bien, resulta
claro que aquello que podemos hacer con los signos está
estrechamente relacionado con el significado de los mis-
mos, y en ciertas ocasiones lo condiciona o determina: la
teoría del significado debe arreglar cuentas con la pragmá-
tica. Las consideraciones y hechos. pra,gmáticos, que el
análisis científico tanto del estructuralismo como de la lin-
güística chomskyana han mantenido rigurosa y programá-
ticamente apartados, constituyen una parte integrante del
estudio del significado en las íiltimas investigaciones lin-
güísticas. Los modelos teóricos más recientes tienen, preci-
samente, una base semántico-pragmática.
1.4.4. Semántica y sociolingüística
El significado debe ser analizado con especial atención en
relación a la sociedad: utilizar una lengua significa también
actuar, efectuar y establecer relaciones sociales, y por otra
parte, al hablar comunicamos informaciones no sólo refe-
ridas al "mundo externo" y a los "estados internos", sino
también a nuestra ubicación social en la comunidad, a los
factores sociales que entran en juego en cada acto de co-
municación, etcétera. La semántica, entonces, debe tener
~n cuenta la dimensión social de los hechos lingüísticos, e
mcorporar en lo posible los resultados de la sociolingüís-
tica, considerada en sentido general como la disciplina que
trata todo aspecto de la estructura y del uso de la lengua
que se refiera a sus funciones sociales y culturales.
Entre la semántica y la sociolingüística se puede ubicar
25
el llamado "análisis del contenido" y las recientes escuelas
francesas de orientación pragmática; la "lexicología socio-
lógica" de la corriente francesa continuadora de Matoré,
concierne también a la semántica y a la sociolingüística.
La primera, estudia en términos tanto cualitativos como
estadísticos los contenidos de los textos Iingü ísticos, rela·
cionándolos con la personalidad del autor, con los temas y
valores' ideológicos corrientes en una determinada cultura,
etcétera; para la segunda, véase 5.2.2.1.
por así decirlo ; o puede, también, plantearse como límite
y objetivo la inserción del tratamiento del significado en
un coherente modelo lingüístico que abarque a los otros
niveles de análisis. Desde este punto de vista, es particular-
mente espinosa y discutida la cuestión de las relaciones
entre semántica y sintaxis (véase 6.4.)

1.5. PROBLEMAS y TAREAS DE LA SEMÁNTICA

Aparentemente, la tarea de la semántica, según la inter-

pretación moderna, consiste en buscar argumentos y apli-
car respuestas a las tres 'preguntas que siguen:

a) ¿Qué es el significado? (problema de la definición del

significado); .
b) ¿cómo funciona el significado? (problema de la natu-
raleza y funcionamiento del significado);
e) ¿cómo es el significado en las lenguas? (problema del
análisis y descripción del sij;¡üficado).

El orden en que han sido expuestos los tres problemas

no es lógico ni cronológico, ni tampoco jerárquico: se
puede perfectamente tratar de analizar y describir el signi-
ficado sin tener necesariamente que definir qué es, y se
puede explicar cómo funciona, sin necesidad de describir
cómo es.
Las tres 'tareas mencionadas constituyen también crite-
rios específicos para evaluar una teoría semántica, además
de los criterios generales externos (como la adecuación a
e
los datos empíricos, etcetera) iziternos (como la coherencia
y la simplicidad, etcétera): una teoría semántica se calificará
según los problemas que encare y según cómo los resuel-
va. Un hecho ulterior que se debe tener presente entre los
criterios para evaluar las tareas de la semántica, es la de-
pendencia de la misma respecto a los otros sectores y nive- 1
les de análisis de la teoría lingüística: la semántica puede
analizar independientemente al significado en paI1;icular,
26 27
2. Referencias sobre historia de la semántica

2.1.EsTADO ACTUAL

Diez años atrás, en la premisa de su Introduzione al/a se-

mantica, T. de Mauro, retomando The staie of our igno-
ronce, a cuyo primer parágrafo Weinreich dio el título de
On the semantic structure of language [uno de los prime-
ros y anticipadores aportes de los lingüistas teóricos a la
·semántica (1961-1963)], debió constatar que

la lingüística se ha preocupado muy poco en elaborar teorías

y conocimientos sobre el significado. y que si habla del signi-
ficado, cosa que ocurre con poca frecuencia, sólo logra decir
lo que cualquier persona dotada de un mínimo de cultura
sabría decir al respecto.

En efecto, por diversos motivos convergentes, para la lin-

güística general el plano del significado había sido, desde
Saussure a Chomsky, una tierra de nadie o un hic sunt
leones, en que se realizaba como máximo alguna rápida
exploración y a la que, en todo caso, había que acercarse
con mucha cautela. ¿Cómo están las cosas en 1975? Han
cambiado mucho en el breve período de 10 años: a) los
lingüistas teóricos ya no temen al significado (baste para
esto cit.u algunos triviales datos "de espacio" en textos-
modelos: 1/15 del total de las páginas -40 sobre alrededor
de 600 en la reciente traducción italiana- están dedicadas
29

al signifi cado en Language de Bloom field, * 1933-1 935;
nada en Eléme nts de linguistique générale de Martin et, **
1960, 1/5 del total de las páginas -aprox imada mente 120
sobre las 650 de la traduc ción italian a- en Introd uctioll to
Theorical Linguistics de Lyons ,*** 1968; b) comien zan
a abund ar los análisis teórico s del significado por parte de
los lingüis tas; c) la semán tica se ha. conver tido en parte
esencia l dentro de la descrip ción del funcio namien to del
lengua je, y para algunas teorías se ha tornad o en parte
fundam ental y punto de partida .
Natura lmente , este vuelco de la situaci ón no ha lograd o
hacerla, como se suele decir, "fluida", y por lo tanto, ac-
tualme nte resulta difícil tener un panora ma claro, y mucho
más, abrirse paso en la selva de enfoques, teorías, desarro-
llos, modelo s, etcéter a, que inunda n la produc ción biblio-
gráfica.
Como orienta ción, deben ser claram ente disting uidos
'los enfoqu es de la semán tica por parte de los lingüis tas gene-
rativist as de los enfoqu es de la semán tica por parte de los
linguis tas no genera tivistas : para los primer os, la semán tica
depend e del sector del model o lingüís tico en que se basa
(la sintaxi s) -la llamad a teoría "stand ard"- o bien es ella
misma el model o lingüístico- la llamad a semán tica generativa
(véase 6.3.2.); para los segund os, la semán tica puede ser tra-
tada en cierta medid a indepe ndient emente de los otros ni-
veles de análisis.
Los resulta dos y acerca miento s lograd os por esta lenta y
contin ua labor alrede dor de la teoría semán tica, no son en
absolu to concor dantes ni definit ivos: tambié n las cosas que
se dirán aquí, que por otra parte, ya han pasado por una
primer a sl'!lección, deben ser consid eradas sólo como indi-
cativas. Sólo una vez que se haya despej ado el panora ma
de la frondo sa produc ción de modelo s teórico s en lingüís-
tica, será posible, ya analiza dos todos los plantea s, hablar
de resulta dos indiscu tibles en semánt ica.
* Bloomf ield, L.: Lenguaje, Lima, Universidad de San Marcos, 1964.
** Martinet, André: Elemen tos de lingü(stica general, Ed. Gredos,
Madrid, 1965.
*** Lyons, John: Introdu cción en la lingü{stica teórica, Ed. Teide,
Barcelona, 1971.
30
Un~ histori a de la semán tica puede hacerse muy rápida-
mente . hasta lo_s anos 60 no ha existid o mucha semán tica'
a partlr de los ":los sesenta , la histori a de la semán tica coinci:
de con la te.~na semán tica, y coincid e, por lo tanto, con
la presen taclOn d_e proble mas y métod os que realizare-
n:'0s en este pequen o volum en. Sin embarg o, debem os adver-
tlr, al lector desde ahora (véase 7.1.) que la llamad a "se-
~antlCa genera tiva", que domin a el terreno en los último s
anos, no es ya una semántica, sino una teoría del lenguaje,
hasta el punto en c¡ue se puede afirma r, sin contra decir lo
~~n.tuahz~do ante?o rment e, que actualmente la semántica
nguros a (estud io del plano del significado) está nueva-
~ente en decadenCIa, SIendo absorb ida por la "gramá tica".
2.2.LA SE,MÁNT lCA TRADIC IONAL
El acta de nacimi ento oficial de la semán tica se hace re-
mo~tar, por lo habitu al, al 1897, año en que aparec ió en
P~ns el E,ssal de séman tique, science des significations de
MlC~el Breal, entre otras cosas maestr o en París de Saussure
y, mas tarde de Meillet, quien es consid erado el invent or del
ternuno "semán.tica". N? debemos, sin embargo, olvidar
que ya en la pnmer a mItad del siglo diecinu eve se había
empez ado a hablar de "sema siolog ía"; la cual según el filó-
lago. human Ista Relsig debió ser una discipl ina históri ca
que mtenta se e.stablecer ,"los princip ios que gobier nan el
desa~ollo del slgmflCado '. Las ideas de Reisig no tuviero n
c?ntm~adores hasta que en 1883 Bréal bautiz ó a la nueva
dlSclphna,. expon iendo 15, años más tarde sus princip ios
en el Essal antes CItado.
Bréal distülg ue y delimi ta la tarea de la semánt ica al estudio
de los ~~m.blOs de signifi cado de las palabra s: es la parte de
~a hngulStlc~ que debe dirigirse a encont rar las "leyes
mtelec tuales que ngen a los cambio s de signifi cado, y
examinar por.qué razones las palabras, unayez creadas y dotadas
de un det~rmmado sentido , tienden a restringirlo, a extende rlo,
°
a tr~ns~errrlo de un orden de ideas a otro, a elevar disminu ir
su d Igmdad. .
Por este sentido -el estudio de los cambio s de significa-
31
do- ha transitado la semántica ~asta los años sesen~a, des-
arrollándose un poco a late re (vease 2.3.) en relaclOn a las
otras ramas de la lingüística, y viviend~ como esclava de la
etimología, la ciencia que estudia el ongen y la hlstona de
las palabras (véase 2.2.1.). De modo q.ue,. por comodIdad
etiquetadora, se puede decir que la semantICa tradICIOnal es
una "semántica etimológica". . . .
Debemos observar de inmediato que esta dlsclplma, una
vez bautizada, no gozó de una vida ~uy floreCIente, espe-
cialmente desde el punto de vista teonco: pocos autores,
en suma, se han ocupado de la semántica en la primera
mitad del novecientos, y casi solamente, en el caso .de los
lingüistas, con fines his.tÓrico-estilísticos Y no teoncos.
Entre los lingüistas de fmes del ochOCIentos y comIenzos
del novecientos habitualmente se citan como exponentes de
la semántica o: como sea, interesados en la inve~igación
semántica a: Darmesteter (La vie des mols etudlée dans
leurs significations, París, 1887), Paul de la Grasserie, N?-
reen, Marty, Schchardt, Madvig, Nyrop, Meillet (LmgUls-
tique historíque et línguístíque générale, París, 19?1l· .
Naturalmente todo lo dicho vale para la semantlCa lin-
güística, puesto' que las especulaciones fil,;,sóficas sobre el
significado nacieron con .la misma fllos?fla, a partlI de la
concepción del significado como relaclOn natural. (<p. VUfL )
de Platón y como relación arbitraria (OeufL) de Anstoteles,
hasta el neoidealismo de Croce y el pragmatismo amenca-
no (véase 1.3.1.). .. ' .
Los caminos recorridos por la semantica tradICIOnal son
los indicados por Bréal en las líneas que hemos citado: in-
vestigación sobre cómo las palabras tienen significado, de
cómo nace el significado, de las causas y mamfestaclOnes me-
diante las que se efectúan los cambios del significado de las
palabras (véase 5.5.), y de los mecamsmos po~ los cuales las
palabras extienden, reducen, transfIeren, etcetera, su sentI-
do. La semántica tradicional resulta, por conslgwente, una
disciplina eminentemente histórica (aun si no carece de
aportes psicolingüísticos), Y tiende a conflUIr con la m-
vestigación etimológica. . .
La base de la semántica es demostrar cómo cada cambio
tiene una historia y una razón, y es en cierta manera moti-
vado (la tesis teórica implícita es, en efecto, que todas las
32
palabras son motivadas, que los signos lingüísticos no son
arbitrarios sino sincrónicos): las palabras tienen un naci-
miento y una vida, que debe ser investigada a fin de descu-
brir sus conexiones con otras palabras, con otros significa-
dos.
¿De dónde vienen las palabras? ¿cómo se establece el pacto
semántico, el acuerdo colectivo que asocia un nombre con
un sentido y con valores subsidiarios que lo matizan?, ¿cómo
se manifiesta la evolución semántica?
son preguntas planteadas por Guiraud, * que resumen ade-
cuadamente el problema de la semántica tradicional.
'.
2.2 .1. Me/I/et, Stern, UI/mann, Von Wartburg
Con los cuatro nombres que dan título a este parágrafo se
puede sintetizar el itinerario "clásico" de la semántica.
Meillet, en 1905 (Comment les mots changent de sens) fue
quien proporcionó en primer término una clasificación de
las causas que provocan los cambios de sentido en el cua-
dro de una reconstrucción general de los mecanismos de la
evolución lingüística. Se trata de causas históricas (cambios
en las técnicas, las ciencias, las costumbres, los productos,
las instituciones, etcétera, que por lo tanto, conciernen a la
historia de un" comunidad social); causas lingüísticas (in-
ternas de la estructura fonética, morfológica y sintáctica
de las lenguas : pueden relacionarse con una suerte de "con-
tagio", por ejemplo: personne que al ser usado frecuente-
mente junto con la negación asume el sentido negativo de
"ninguno"; o verdaderos calcos semánticos entre lenguas
distintas: la expresión italiana realízzare en el sentido de
"comprender" es un calco del inglés to realíse;** etimolo;
gía popular o "etimología asociativa" : scorzonera (escor-
zonera), la planta usada en gastronomía por sus raíces dul-
ces, que se interpreta como si fuese "scorza nera" (corteza
negra), en tanto que, en realidad, deriva de scorzone, una
* P. Guiraud : La semá.ntica, México, Fondo de Cultura Económica,
1960. pág. 43.
**Un ejemplo análogo sería en español escalada, del inglés lo es-
cala/e [T.)
33
r
especie de serpiente o, según otros, del español escorzón,
"sapo"; conflictos hom~ímicos: fais.an . ','faisán" ,!lue ~?
ciertos dialectos de Francia asume el slgmflcado de gallo ,
pues gaLderivado de gallus termin? por c~:>incidir ,?on gat
"gato"; elipsis: capital (que por ~I so~o slgmflca cIUdad
capital"); causas sociales [especlahzaclOn: en italiano re.te,
por tanto a favor (goal) en el football, o generallzaclOn:
cuscinetto, término técnico de la mecánica que se ha con-
vertido en un término general para designar a todo aquello
que facilita el roce, (aun en sentido figurado) debidas a
desplazamientos del área social de la palabra]. Nyrop agre-
ga a la lista de Meillet las "causas psicológicas". Stern, ba-
sándose como apoyo teórico sobre el "triángulo" de Ogden
-Richards (véase 3.2.1.2.) propone en Meaningand Change
of Meaning (Goteborg, 1931) una clasifkación más cuida-
dosa de los cambios de sentido. ProporcIOna un mventarlO
que presentamos aquí modificado y simplificado.
Cambios externos (debidos a cambios de las cosas) ;
Sustitución (objetiva: cambia el objeto; cognitiva; c~m­
bia el conocimiento que se tiene del objeto; subJetiva:
cambia la actitud del hablante hacia el objeto).
Cambios lingü(sticos: Analogía [combinativa: capan-
none (galpón) que no es una "grossa capanna" (cabaña
grande); correlativa: realizzare por "comprender"; fo-
nética: scorzonera; abreviación (truncamiento: auto
por automóvil ; elipsis: capital)].
Pero una verdadera summa de la semántica que hemos lla-
mado "tradicional" se encuentra en la obra de Stepl1en
Ullmann investigador húngaro que trabajó en Gran Bre-
taña des~ués de la segunda guerra mundial. Sus obras, entre
las cuales Semantics: An Introduction to the Science of
Meaning* (1962) es el primer manual de semántica tradu-
cido al italiano (en 1966), son características del enfoque
'que se encuentra a mitad de camino entre el " motivacio-
nismo absoluto" y la estilística que por años ha dommado
el campo de la semántica.
* Ullmann, Stephen: Semántica. Introducción a la ciencia del signifi·
cado, Aguilar, 196 5.
34
Los fundamentos de la semántica ullmanniana son la
distinción entre palabras "transparentes'" [motivadas in-
mediatamente: giocatore (jugador) de giocare-tore salva-
vidas, etcétera] y palabras "opacas" (no motivable~ inme-
diatamente): la clasificación detallada de la posible moti-
vación, tendiente a demostrar que, en el fondo, todo es
motivado -lo cual, en nuestra opinión, es obvio si simple-
mente quiere decir que en toda palabra es posible tratar de
reconstruir la derivación a partir de palabras preexistentes
y constituye un falso objetivo si se lo afirma sincrónica:
mepte, en contra de la arbitrariedadsaussurianadelsigno-;
un aparato de categorización de: las causas, los factores, la
naturaleza, las consecuencias del cambio semántico. Todo
esto apoyado en una concepción ligeramente simplista del
problema del significado (véase 3.2.1.3.).
Pero observemos más detenidamente el aparato concep-
tual con que Ullmann analiza los cambios de significado.
En lo que se refiere a las causas, Ullmann retomando los
estudios de sus predecesores (antes citados) realiza una
distinción entre " factores que facilitan los cambios semán-
ticos' ~ y "las causas" que los producen. Los factores son: la
~iscontin,!idad con que se trasmiten las lenguas, puesto que
cada n;no debe aprenderla desde el principio", de una
generaclO,? a o~ra; la "vaguedad" del significado; la pérdida
de la m otlvaclOn; la polisemia (véase 5.1.1.1.); la ambigüe-
dad de los contextos (véase 3.3. 1.); la estructura del léxico.
Las causas, por su parte, son: lingüísticas, históricas sociales
y psicológicas (véase Meillet, más arriba). Entre l~s causas
históricas, se pueden detectar algunas categorías principa-
les: los objetos (carro por automóvil); las instituciones
(parlamento); las ideas (colérico deriva de la "teoría de
los humores fisiológicos"); los conceptos científicos (elec-
trzcldad denva de una palabra griega que significa "ámbar").
;';ntre las causas psicológicas es necesario distinguir: facto-
res e motivos (fascismo, véase 3.1.); tabú (tabú de miedo:
comadreja; tabú de delicadeza: indisposición ; tabú de pu-
dor: mundana). Además, se debe agregar a estas cuatro
clases de causas "clásicas", según Ullmann: la influencia
~xtranjera (Osa Mayor, basado en el latín y el griego) y la
, neceSidad de un nuevo nombre" (satélite).
En lo que se refiere a la naturaleza de los cambios , Uli-'
35
mann remitié ndose a Roude t (desco nocido lingüis ta fran-
cés d~ princip ios de siglo), propon e un esquem a que proba-
bleme nte constit uya su mayor aporte a la semán tica. Par-
tiendo de la definic ión de signifi cado como relació n entre
nombr e y sentido (véase 3.2.1.3 .), Ullm~nn la combin~ con
la tradici onal distinc ión entre las asOCIaCIOnes de sIgnIfIcado
por semeja nza y por contig üidad, y obt!en e cu~tro criterios
que explic an la natura leza de los cambIOS semantlCOS. Este
puede basarse en: semeja nza de sentido s: metáfo ras antro-
pomór ficas (el pie de la lámpar a), metáfo ras relacio nadas
con animal es (moner(as); d e lo concre to a lo abstrac to (de-
sear, que deriva de sidus "estrel la"), ",:etáfo ras cinesté-
ticas (voz cálida); conti!¡ üidad de sentIdo :" meton~mlas
(beberse unos vasos, por' unos vasos de vmo ); semeja nza
de nombr es: véase la "etimo logía popula r"; contig üidad de
nombr es: elipsis (véase más arriba; periód ico, diario). Los
tipos de cambio semán tico pueden , natura lmente , combi-
narse ocasio nando cambio s de natura leza compu esta: un
borgoña, por ejempl o, por "un vaso de vino de ~rgoña".
Por último , en lo que se refiere a las consecuenCiaS, tam-
bién aquí, según Ullman n, se pueden dar cuatro casos,
corres pondie ntes a dos catego rías: cambio s en el área semán-
tica: extens ión (máquina) o restric ción (poI/o, que original-
mente significaba pul/us, o sea todo animal joven) ; cambio s
de valorac ión: evoluc ión en sentido peyora tivo (imbécil
dellat . imbeciWs "débil ") y evoluc iones en sentido meho-
rativo (ministro dellat. ministe r, "asiste nte, siervo " ).
Desde el punto de vista de la semán tica moder na, todo
el aparat o de catego rizació n desple gado para encont rar ca-
nales y "leyes " que puedan circuns cribir la comple jidad' de
la dinám ica de los signifi cados, corre el riesgo de parece r
mal fundad o teórica mente. Aparte de 1" inadec uación ex-
terna, debida al hecho de que alguno s de los princip ios teó-
ricos en que se basa un análisis de este tipo ya han sido su-
perado s, debem os afirma r, en efecto , que los criterio s utili-
zados por la semán tica tradici onal pecan, frecue ntemen te,
de impres ionism o y de metafo rismo . Raram ente penetr an
las relaoio nes que constit uyen el sistem a lingüís tico, y no
logran dar más que esquem as sustanc ialistas , constr uidos
en ocasio nes con criterio s hetero géneos y basado s en una
concep ción individ ualista del significado. Las catego rías
36
explica tivas resulta n aplicad as indiscr iminad amente a la
sincro nía y a la diacro nía, a la lengua y a las lenguas: en
tanto que resulta ría oportu no disting uir las mutaci ones
semánt icas ocurrid as en el interio r de una lengua, de aque-
llas que se produj eron en el tránsit o de las palabra s a través
de las distint as lengua s, y entre la histori a etimol ógica y el
SImple cambIO de sentido . De todos modos , no es ésta la
oportu nidad de plante ar argum entacio nes críticas en rela-
ción a la semán tica tradici onal.
Dejand o de lado a U1lmann, debem os aún decir que la se-
mántic a "tradic ion:>l" le ha brinda do un aporte muy impor-
tante a la lexlCologla, la histori a de la lingüís tica y la filología
",man ce. En este sentido , además de la obra de algunos
lingüis tas italian os, se destac a el nombr e de W. von Wartburg,
que con su FEW (Franzilisches etimol ogisch es Wórterbuch)
ha r:,ahza do probab lemen te el mejor ejempl o de diccion ario
hlstorl co elabor ado por la lingüís tica y la filología.
La activid ad lexicológica de Wartbu rg ha desemb oc¡tdo
en una obra única en su género : la tentati va de constru ir
un "sistema general de concep tos" (aproximadamente un
diccion ario de signifi cados) válido como base de re fere~cia
para la investi gación lexicol ógica en todas las lenguas. Se
trata de una especie de inventario de "conce ptos" nomi-
nables en las lengua s, dividid o en esferas semán ticas (el hom-
bre, la naturaleza, etcéter a), que preten de repres entar el
es qu~ma de concep tos mediat os a los cuales la lengua hizo
acceSIbles al hablan te medio. Pero con esto nos estamo s
desvia ndo de la semán tica.
2.2.2. Sperber, Werner
Los trabajo s de Sperbe r y Werner gozaro n, desde el punto
de vista psicologista, de cierto favor dentro del ámbito de
la semán tica tradici onal. Sperbe r aplicó a la proble mática
de ,los cambio s de signifi cado concep tos tomad os del psíco-
anallSls: para cada hablan te existir ían esferas privilegiadas
de pensam iento, es decir, de temas y argum entos que re-
vestirí an un interés particu lar y que funcio narían como
"centr os de atracción", en tanto que atraerían sobre sí
metáfo ras y similit udes de todos los otros sectores de ex-
periencia. De este modo, se crearía un movim iento en do-
37
 ble sentido de palabras y significados, en 'el que se basarían
muchos de los cambios que se producen en el léxico, dado
que cada generación y cada grupo tiene sus esferas de pen-
samiento privilegiadas .
El nombre de Werner debe citarse porque constituye un
punto de llegada de la tendencia (que hemos definido como tí-
pica de la semántica) que afirma que todo es ~otJVado. Efec-
tivamente Werner ha formulado una teona que postula
la motiva~ión absoluta, en el sentido de que la "fisono-
mía" (es decir, las características que distingu,imos en los
objetos relacionándolos con otros objetos) sena mherente
a los mismos objetos, y, por lo tanto, el nombre que les
damos se formaría naturalmente: los faros de un auto-
móvil no son sólo físicamente, redondos y luminosos, sino
también similares a los ojos de una persona. Estas pro-
I, piedades fisonómicas serían igualmente el motor de los
cambios de sentido. El trabajo de Werner lleva hasta sus
últiplas consecuencias el enfoque "motivacionista" amplia·
J lengua
mente representado en el campo de la semántica, y que se
apoyaba en los fundamentos de la onomatopeya (miau,
tintinear) Y del fonosimbolism<: o simbolismo foné,~lco
(las palabras con la vocal i tendnan el SIgnIfICado de pe-
queño", etcétera).
2.3. EL ESTRUCTURALISMO y LA SEMÁNTICA
Hasta hace poco tiempo los estudios semánticos fueron
descuidados por la lingüística estructural. Los grandes
maestros del estructuralismo, desde Saussure hasta la es-
cuela de Praga, los franceses, el Círculo de "Cop~nha~ue,"
los americanos, han considerado al problema del SIgnIfIcado
con cautela si no con desinterés y ningún estudio impor-
tante de se:nántica surgió en el ámbito de las escuelas es-
tructuralistas más famosas, exceptuando una intervención
de Hjelmslev en los años cincuenta! que por ?tr.a parte se
hizo famosa. En el origen de la actitud asemantlca del es-
tructuralismo clásico está, por cierto, el principio (al que
los estructuralistas eran particularmente sensibles) de. la
autonomía de la lingüística, que debe proceder con cnte-
rios "internos", en tanto que resulta evidente que para ana-
38
I
lizar al significado no se puede prescindir de la referencia
a algún aspecto "externo" a la lengua, y el significado, en
comparación con la fonología y la sintaxis, resulta mucho
menos reducible a un tratamiento riguroso.
2.3.1. La semántica en Saussure
Saussure, como es sabido, no se ha ocupado de semántica.
Pero en su obra se encuentran in nuce muchos de los con-
ceptos que estuvieron en auge años más tarde, por lo cual
un retorno alas fuentes saussurianas resulta particulannente
interesante, también para la sistematización conceptual
de la semántica. Ante todo, en Saussure se encuentra ya,
pocos años después de Bréal, la definición "modena" de
la disciplina:
la semántica es la ciencia de los significados (de las palabras) de la
y se ubica claramente entre los estudios sincrónicos.
Además, es particularmente fecundo el concepto de
"valor" (véase 3.2.1.1.), que abre el camino a futuros cam-
pos semánticos; a nuestro entender, no ha sido nunca des-
arrollado el importante principio de que el significado no
puede ser estudiado independientemente del significante
(no existe "una semántica fuera de la forma"), en tantó
que el significante puede ser estudiado independientemente
del significado. Naturalmente, esto debe ser entendido en
el sentido de que el significante es aquello que "recorta" al
significado, y no en el sentido de que sea necesario estudiar
al significado como motivado por el significante; tanto el
significante como el significado son arbitrarios, y es arbi-
traria su relación en la constitución del signo lingüístico.
La fonna es el soporte, el material de apoyo para el signifi-
cado: no existe significado sin significante: un concepto no
es un significado, a excepción de que esté "formado" lin-
güísticamente.
Puesto que en la lengua todo se ubica en un sistema,
cada elemento (y por lo tanto también los significados)
toma su determinación y su identidad del conjunto organi-
zado en el que está inmediatamente situado: mouton,
39
 "oveja" en francés, s.e determina en distinto modo (es de-
cir, tiene un "valor" distinto) respecto a sheep "oveja" en
inglés, ya que mouton también quiere decir "carne de
ovino" , en tanto que en inglés para "carne de ovino" existe el
término específico de mutton: mouton cubre, por SI solo,
. al análisis del significado como tal, si bien debemos lamen-
el área de significado que en inglés está cubierta en parte
por sheep y en parte por mutton. Cada lengua, entonces,
"recorta" los significados mediante los significantes en
manera distinta a las otras lenguas.
Estos principios de semántica saussuriana, que apenas
hemos esbozado, son aún hoy los fundamentos de buena
parte de la investigación semántica más valiosa.
2.3.2. Estructuralismo americano y semántica
I
El enfoque del estructuralismo americano "clásico", en
1
relación ' con el significado, se interpreta comúnmente
corno una actitud de hostilidad preconce bida; para esta
1 afirmación nos hemos basado, principalmente, en las afir-
maciones de Bloomfield, que, coherentemente con el plan-
teo conductista mecanicista entonces de moda, (alrededor
de los años treinta) excluía de la investigación científica
todo aquello que no fuera observable en el comporta-
miento exterior, empírico, material. Leemos en Language, *
I~ uno de los libros más importantes de la lingüística estruc-
tural, con el que se han formado dos generaciones de lin-
güistas americanos:
la descripción de los significados es (" .) el punto débil del, es-
tudio del lenguaje ( ... ) En la práctica, cada vez que es pOSible
se define el significado de una forma lingüística en los térmi-
nos de alguna otra ciencia.
En realidad, las afirmaciones de Bloomfield estaban diri-
gidas no contra el significado, sino contra el significado
mentalista, conceptual, de tipo "metafísico". El esfuerzo de
los taxinomistas (véase también 3.2.2.3.) era sobre todo
el de trasladar la atención del significado tout court, con
todas las dificultades que esto planteaba, hacia el "signifi-
* Bloomfield, L.: Lenguaje, Lima, Universidad de San Marcos, 1964.
40
cado" detectable empíricamente por el material lingüístico
y por su estructura.
En la abstención del estructuralismo americano respecto
tar la consecuente ausencia de investigaciones semánticas
(hasta el surgimiento de la gramática generativa: desde los
años 20, por lo tanto, hasta los años sesenta), es necesario,
SIn embargo, conslderar algunos principios que serían reto-
ma?os más tard;,. cuando la semántica buscaría rigor ins-
plrandose en la 10gICa. Entre las afirmaciones de Bloomfield
al respecto, debemos señalar: la exigencia de reducir el sig-
mfl?ado a rasgos formales; la noción de rasgo semántico
distintivo (los rasgos "comunes a todas las situaciones que
n~s hacen ~r<:m~~ciar la forma lingüística"); el reconoci-
miento de SignifICados de clase" (o sea dependientes de
lo que reúne a varias palabras en una clase por ejemplo
el reconocimiento de Hconnotaci~nes" sociales
Jl
"objeto );
técnicas, doctas, etcétera (véase los rasgos "pragmáticos":
5.4.1.1.).
2.3.3 . La "semántiroa estructural"
A pesar de lo que se ha dicho en los parágrafos precedentes
existe una corriente de investigaciones semánticas que llev~
el nombre de "semántica estructural". Se trata de la teoría
y del análisis de los "campos semánticos" (véase 5.2.1.),
nacida en Alemania entre 1920 y 1930, retomando, por un
lado, sugestiones saussurianas y por el otro, ideas hum-
boldtianas. Los iniciadores de estas investigaciones fueron
Ipsen (que .es, quizás, .el inventor del término "campo") y
Tner, se!~U\dos despues, entre los treinta y los cincuenta,
por Porzlg, Jolles, Weisgerber. Es famoso el ejemplo de
Tner (1931), en relación al campo intelectual de la clase
alta alemana, organizado en torno de tres términos claves
(en el ~iglo XIII) wtsheit "sabiduría'\ kunst "arten y list
"destreza" que se opon Ían y limitaban recíprocamente, en
tan~o que. kun?t. expresaba la capacidad intelectual (hoy
dinamos IdeologlCa) del mundo caballeresco, lisl expre-
saba la capaCidad mtelectual "burguesa", y w rsheit expresaba
la capaCidad Intelectual en todos sus aspectos, corno inteli-
genclll humana . Por lo tanto, Triertrabaja, tal como lo seíja-
41
lábamos antes, en dos direcciones: una humboldtiana, que
puede sintetizarse con la afirmación de que la lengua ordena
al mundo proyecta sobre la realidad una visión selecciona-
da por s~ estructura interna, y la otra saussuriana, f~n­
dada en el reconocimiento de que en la lengua no eXISte
nada aislado; cada palabra tiene valor solamente en el inte-
rior de un campo semántico, que es una realidad interme-
dia entre cada palabra y el conjunto del léxico_ El valor de
interpretación del mundo que asume en Trier la teoría
de los campos, se acentúa en la perspectiva diacrónica que
aportaron investigaciones sucesivas: el mismo campo inte-
lectual citado más arriba, en el panorama de principios del
siglo XlV, se ha tornado wfsheit "sabiduría", ku.nst "arte"
y wizzen "conocimiento": los valores han cambIado, pues-
to que wizzen no indica ya la capacidad intelectual !llobal,
suma de sabidurías particulares, SinO la capaCidad tecmco-
operativa y wfsheit se reduce a indicar la sabiduría mística.
Esto significa que han cambiado profundamente las ca-
racterísticas de la sociedad y los valores sostenidos por la
misma : el mundo feudal cede su puesto a la civilización
burguesa, que comienza a distinguir entre sabiduría, cono-
cimiento y arte. .
En diversas ocasiones se ha señalado que la teoría de los
campos lingüísticos tiende a confluir hacia las concepcio-
nes conocidas en su conjunto como "hipótesis Sapir-
Wh orf" , es decir, hacia la afirmación de que la lengua con-
diciona el modo de ver las cosas y el comportamiento cog-
nitivo de los hablantes, de tal manera que es la propia len-
gua quien crea el pensamiento y preforma las categorías
.mediante las que los hablantes interpretan al mundo (véase
4.2.). Y, en tanto que las lenguas son distintas, cada lengua
implica una visión suya y específica del mundo. Sin dete-
nernos a discutir la cuestión, diremos solamente que el con-
cepto de "campo", fue retomado en los años treinta por
Porzig, en un sentido muy diferente del de Trier, el cual se
acercaba a lo que entendemos por "solidaridad semántica"
(véase 5.1.4.), en tanto que, más tarde, Weisgerber acentuó
el aspecto intuitivo y subjetivo que ya estaba presente en
los trabajos de Trier y sus discípulos, ubicándose con esto
en una vertiente decididamente psicolingüística. Más "lin-
guístico" es el interés de Leisi, quien en 1952 escribió un
42
interesante libro , tratando de clasificar las palabras alema-
nas e Inglesas segun los caracteres de su significado.
2.3.3.1. Semántica estructural después de los años cincuenta
Tampoco la semántica de los campos lingüísticos gozó de'
una clara aceptación, y el enfoque estructural de los hechos
del Significado qll~dó completamente en segundo plano
dentro de la linguistica, hasta que el interés se renovó a
partir de una Interesante intervención de Hjelmslev en el
VIII C~mgreso Inter~acional de Lingüistas (1957) , en la que
planteo. la perspectIva de poder someter también el plano
del, sIgmÍlcado a un análisis estructural basado en principios
a?alogos a los experImentados en el análisis del plano signi-
ficante.
Hay casos evidentes -escribió después Hjelmslev- ( ) en
q~e ~l .contenido de un signo puede descomponerse segÜ'n \ln
prmct~l.o análogo a! qu~ de~ermina la descomposición de la
expreSlOn (. .. ); e.l; signo mgles am está compuesto por dos ele-
men,:os de expreslo n: a y ni, Y por cinco elementos de conten i.
do: ser", " l a. persona", "sin gular", "presente" "indicativo"
Estos elementos se diferencian en los dos plan~s mediante l ~
prueba de conmutación.
Intr?dl!cir la n?ción de estructura en el estudio de los hechos
~~anhcos es Introducir la noción de valor junto a la de sig-
nifICado ".
~n~_ descripción estructural no podrá ser afectada sino a con.
dlclon de pod er reducir las clases abiertas a clases cerradas:
ésta se encuentra, si lo pensamos, también en el léxico por
ejemplo: grande-pequeño, él-ella , etcétera. '
Alrededor de los años sesenta se produjo un florecimien-
to de estudIOS de semántica estructural, sobre todo por parte
de autores franceses (Mounin, Pottier, Cuiraud, Creimas
~ubO\s: Quemada y ~l grupo de Cahiers de lexicologie po;
el dmgIdos) y ta~blen aleI?anes (Baldinger, Heger, etceté-
ra) ¡¡, de o~ros ~alses (Duchavcek, etcétera). La teoría, y so-
bre tod<;> a practica, de los campos semántic-os fue retoma-
da de dlstmtas maneras, algunas no demasiado convincen-
tes. ~o poderno~ aquí enumerar, ni siquiera parcialmente,
la sene de trabajOS producidos en este sector; nos limitare-
43
mas a citar las obras, no exenta s de esfuerz o teóric? , de
Pottier (demas iado afectas , sin embarg o, a una prolifera-
ción de termin ología a primer a vista no siempr e necesa-
ria y justific able: gramem as, archisememas, virtuem as, et-
cétera ... ), de Baldinger (fue a!ltlcl padoru n trabajo suyo
de 1966 con un cuidad oso analisls del slgmflCado de se
souvenir basado en la distinc ión entre semasi ología y ono-
masiol ogía y en el uso de fórmulas lógicas ), de Heger
(véase 3.2.1.4 .). . obra
Mucho s campo s semán ticos son analizados, con meto-
dologí as diversas y a veces no muy convinc~ntes: los obJe-
tos para sentars e (Pottie r), los anim~l es domes tlcos y las VI-
vienda s (Moun in), la belleza (Ducha vcek!, los adJetiVOs d e
espacia lidad (Greimas, véase 5. 4.3.1.) , et;eter a;,Gur raud ela-
bora el concep to de "camp o morfo- seman tlco ,es declr,.u n
campo de palabra s empar entada s por la forma y el sentido
(véase tambié n 5.2.1.) asociad as por un elemen to formal (po.r
ejempl o, el campo de los nom~r es del "gato" y de sus den-
vados), y aplica criterio s y metod os estruct urales a la etl'
molog ía.
En resume n, desde varias direcci ones se inician enfo.qu es
claram ente estruct uralist as del significado , en la vertien te
(por el mome nto, es decir, alrede dor de 1965) únicain en.
te de las palabra s, consid eradas : a) desde el punto d e vista
de la relació n entre palabra s asociad as por forma o slgmflCa-
do' b) desde el punto de vista, al menos en alguno s autore s,
de '¡a búsque da de catego rías semán ticas,generales que op~;
ran dentro del léxico, o d e " rasgos semantlC os dl,stmtlVOs
(véase 5.4.). El autor más convincente de todos estos es E.
Coseriu (véase 5.4.3.2 .).
2.4.LA SEMÁN1'IC A EN ITALI A
La semán tica teórica en Italia carece de tradici ón. Se comen -
zó a estudiar muy recient ement e, en la corrIente, prtm.er~,
de la semán tica estruct ural, y, más tarde, de la sem~tI­
ca genera tiva. En la "biblio grafía escogi da" del tratado
de Ullman n (1962) aparec en sola~ente .los nombr es de
Devoto y de Migliorini; en la blbhog rafla de De Mauro
(1965) figuran mucho s filósofos (desde Vico a Croce y
44
Abba~ano), pero P?c~S lingüistas, y éstos, no por trabajo s
espeCifiCaS de semantlCa. En la genera ción actualm ente
"inte~media", De Mauro ha sido el único, e~ Italia, que se
ocupo no en forma episód ica de la semán tica tanto teóri-
ca como histórica. '
que hayan faltado interes es semán ticos
Esto no significa
dentro de la lingüís tica históri ca que ha predom inado en
que los primer os
Itaha hasta hace pocos años [recuér dese
trabajo s estruct uralist as en Italia datan del princip io de la dé-
aislada de L. Heil-
cada del sesenta , preced idos por una
] . Aun si no existe una obra de se-
, Moena
mann (1955)
mántic a lingüís tica, entre los maestr os de la lingüís tica en
Italia deben señalarse los nombr es de Devoto , de Migliorini
(ya citados en Ullman n; el segund o, especi alment e ha mos-
trado interes es semán ticos no secund arios en el c~adro de
su activid~d emine nteme nte lexicológica; aún más, perten e-
ce a Mlgho nm una obra que puede consid erarse tambié n
de semán tica: Dal nome proprio al nome comun e 1927
la. edición ),. de Terrac ini (al igual que Devoto , re'presen:
tan te de Italia en la Conve nción de semán tica de Niza de
1957 "7lue propor cionó las bases para alguno s estudio s
de, seman tlca en E~r?pa- quien no despre cia la especu lación
teonca , y que dediCO alguno s cursos univer sitario s en Turín
en los años cincue nta: a originales enfoqu es de la semán tica):
de Pagharo" autor de Import antes ensayo s de semán tica apli-
cada a la cntlCa hterari a, o mejor dicho, de semán tica como
mvesti gación estilíst ica e históri ca. Tambi én debem os citar
los nombr es de algunos etimól ogos y lexicól ogos, tales
como A. Prati, G. B. Pellegrini, G. Alessio.
Natura lmente , la semán tica ha tenido mayor acepta ción
entre las genera ciones más jóvenes de lingüistas. Ademá s,
de De Maur? , al que y~ hemos mencio nado (y que, por cier-
to, es el pnmer estudiOSO de semán tica en Italia), debem os
record ar a los hngulStas de la escuela boloñe sa de Heilma nn .
particu larmen te a E. Arcain i (que se dedicó tambié n a l~
~mánti~a estruct ural y al aná!isis sémico ) y L. Rosiello, que
dlfundlO en Itaha, en 108 pnmer os años de la década del
sesenta , los trabajo s de semán tica que comen zaban a
desarrol~ars.e en el extran jero. M. Alinei tambié n se ocupó
de seman tlca compo nencia l, partien do del análisis del
léxico en la gramát ica genera tiva "stand ard" y llegando,
45
más tarde, a pOslclQnes muy distantes; entre los autores
más jóvenes, señalaremos a R. Simone, que ha aportado
interesantes reseñas de semántica teórica y U. Castagnotto.
La semántica generativa empieza a ser estudiada en varios
centros: los trabajos más importantes son los del grupo
romano de D. Parisi, F. Antinucci, C. Castelfranchi y otros
(véase 5.4.3.10.), que han elaborado un modelo propio de
lenguaje con base semántica; y el grupo de Padua, dentro del
que se destaca L. Renzl,aivulgador en Italia de la "teoría de
los casos" de Fillmore, G. Cinque y R. Galassi. También
debemos mencionar los trabajos de semántica de G. Fran·
cescato, y, en el campo de lingüística indoeuropea, a P.
Ramat, y otros autores.
No nos referimos aquí a ninguno de los trabajos que se
ubican en el ámbito de la semiología o semiótica, para lo
cual baste recordar el nombre de U. Eco; ni a trabajos de
los filósofos, para lo cual citamos una obra reciente de R.
Raggiunti. Entre los "lingüistas generales", debemos aún
recordar algunos aportes sistematizadores de G.C. Lepschy
y las recientes contribuciones a la teoría semántica de R.
Peroni. Por último, G. Usberti y, sobre todo, A. Bonomi
y M. Mondadori, quienes se dedican a la semiótica y a la
lógica.
46
3. Qué es el significado
3.1. PRIMERA APROXIMACIÓN
Definir qué es el significado es un escollo donde se han es-
tancado muchos lingüistas, filósofos, psicólogos. Si bien in-
tU\!lvamente ~e lo puede comprender, en cambio, explicar
que es, e.n termmos preci~os, explícitos y completos, se
hace Casi Imposible. El Significado es muchas cosas: ésta se·
ría la concl~sión desalentadora que bloquea la investigación.
Pero está claro que una delas tareas dela semántica esla de
prestar su ayuda para abrirnos paso entre estas "muchas co-
sas". En esta línea, se puede partir con una primera definición,
cautelosay genérica,delsignificado: éste es algo que secomu-
n:ca ffi?dlante.la transmisión de un mensaje 0, en un sentido
aun mas amplio! es la información que algo que se interpreta
como un mensaje proporciona a un intérprete. En el caso de
las lengua~, signif~cado será la totalidad dela información que
un mensaje lingulstlco transmite o puede transmitir' en otras
palabras,aquello que, siconocemos una determinad~ lengua,
asociamos con un SignifICante que pertenezca a dicha len-
gua. El significado de Mario lee un libro es la totalidad de la
información que los hablantes españoles asociamos a tal enun-
Ciado; es algo que expresamos con ese significante si somos
noso~ros quienes escribimos o pronunciamos la fr~e, o que
asOCiamos con ese significante, si escuchamos o leemos la
frase; el significado de bueno, es algo que nosotros entende-
mos o asociamos a partir de la palabra bueno; el significado
de padre es lo que se comunica a partir del significantepadre.
 En el significado, así entendido, están p~:sentes y rr;;ez-
ciados elementos de distinta naturaleza: obJet~ales o
"descriptivos" por así decirlo, los que ~redomman por
ejemplo en m~nzana; antropológic~s y socl07.ultural~S,. los
que predominan, por ejemplo, en J buen dea. , pSlc~loglCoS
(emotivos, subjetivos), los que predomman, por ejemplo,
en fascis tao . - d f' .
Desde este punto de partlda resenaremos algunas e ml-
ciones de significado, y trataremos luego, de dehnear los
factores que intervienen para constltUlrlo y sus pnnclpales
características.
3.2. DEFINICIONES DEL SIGNIFICADO
Las que mencionaremos en los t~es parágrEl:fo~ ~ucesivos
son algunas definiciones o concepclOnes d,:l slgm~lcado ,:x-
presadas ad usum linguistae . Como se. ver~, no solo vanan
las definiciones sino también las claslflcaclOnes que se pue-
den hacer de l;s mismas, según el principio que se adopte
como fundamental. La subdivisión que haremos nosotros
será, por lo tanto, sólo aproximativa e indicativa. . .
Sin embargo, será oportuno .~lscutlr algunos. cntenos
para la clasificación y la evaluaclOn de las defmlcl~,:es ,del
significado. La criteriología que proponemos, tamblen um-
camente a título de ejemplo, podría basarse en oposlClOnes
de categorías como las siguientes:
conceptualismo uso contextual~s~o;
referencialismo us. no-referenclahsmo; . .
mentalismo uso conductismo (o mecanIcIsmo);
sistematicidad uso individualidad.
Ejemplos: " ",
'el significado de manzana es el concepto de. manzana ,
es una definición conceptual, que ve al slgnlfl~ado. ~omo
"concepto'" "el significado de manzana es la sltuaclOn e!1
que se usa l~ palabra manzana", o "~~ la sum~ ~e.las condl-
ciones de uso de la palabra manzana son deÍlmclOnes con-
textuales, que no toman en consideración a los "conc,?p-
tos"; "el significado de manzana es la fruta manzana o
I
48
·1
"es toda fruta llamada manzana" son definiciones referencia-
les, que explican el significado en términos de ~'referente",
o sea de los "objetos"; "el significado de manzana es el
concepto abstracto de "manzana", es una definición no
referencial, que no postula "referentes", objetos externos
(véase 4.3.); 'el significado de manzana es el concepto de
"manzana" existente en nuestra mente e independiente
de las experiencias concretas de algunas frutas' es una defi-
nición mentalista, que postula la existencia de los significados
en la mente; "el significado de manzana es la ex periencia
que realizamos frente a esa palabra, observable en térmi-
no"de comportamiento como reacción a un estímulo" es
una definición conductista (o mecanicista), que explica
también al significado como manifestación física (véase
3.2.2.3.) ; "el significado de manzana es aquello que todos
los hispanoparlantes entienden por igual diciendo o escu-
chando manzana" es una definición sistem"ática, que conci-
be al significado como propiedad social estable para la
comunidad , "objetivo"; "el significado de manzana es aque-
llo que cada uno de nosotros asocia con dicha palabra, esen-
cialmente distinto entre hablante y hablante" es una defic
nición individualista, que concibe al significado como algo
subjetivo, irrepetible, inefable .
Como se habrá notado, los criterios. que hemos enumera-
do no" son ni jerárquicos ni complementarÍas, per:o se inter-
sectan (por ejemplo, una concepción mentalista puede ser y
es en la práctica, conceptual, etCétera) .' Por ló tanto, éstos
deben ser considerados como un esquema inicial para tra-
tar de distinguir los aspectos fundamentales contenidos en
una concepción de significado, y son útiles para una pri-
mera aproximación. "
La clasificación tradicional corriente, según definiciones
¡'analíticas" (o "refe:r;enciales") y definiciones "operacio-
nales" (o "contextuales" ).. (Ullmann) no es homogénea res-
pecto a la que hemos esbozado aqüi: dicha. clasificación se,
pru;a las definiciones 'que tratan de " tomar la esencia del
significado resolviér¡dol9.· en sus principales cC;)J:npqrientes",
el concepto y el referente (analíticas. referenciales), de
aquellas que "se ocupan de "las palabras en acto " y "más
de los efectos del significado, que de su naturaleza", anali-
zando las condiciones que permiten el empleo de las palabras
49
(opera ciones contex tuales) . Perten ecen al primer tipo las
definic iones de Ogden-Richa rds y de Ullman n (véase 3.2.1.2 .
Y 3.2.1.3 .), Y al segund o tipo las definic iones de Wittgens-
tein y de Firth (véase 3.2.2.) .
3.2.1. Definiciones concep tuales
Las definic iones que clasificamos como "conceptuales" tie-
nen en común el hecho de consid erar al signifi cado como
algo mental : un concep to, una idea, una imagen abstrac ta,
etcéter a. Éstas pueden o no postul ar a la realida d extern a
como paso obligad o para hablar del signifi cado: aquella s
que, para poder analiza r el signifi cado, pasan a través de
la "realidad externa", son definiciones referenciales; aque-
llas que no lo hacen, son definic iones no-refe rencial es. La
clasific ación que hacem os aquí yen los parágr afos siguien-
tes es más bien aproxi mada, y no presta atenció n a las
implic ancias metodo lógicas ligadas a las posicio nes plan-
teadas por las teorías en relació n con el signifi cado, ni a las
aplicac iones efectiv amente llevadas a cabo por los citados
autore s para describ ir el signifi cado: por lo tanto, no señala-
remos sistem áticam ente si se trata de nocion es que entran
o no en el cuadro estruct uralist a.
3.2.1.1. Sau88ure. El Curso de lingüística general* de
Saussu re (1916) , que como se sabe, es consid erado el texto
inicial de la lingüís tica moder na, define al signifi cado como
concep to:
lo que el signo lingüíst ico une, no es una cosa y un nombre,
sino un concep to y una imagen acústica.
Natura lmente se trata de un concep to identif icado como tal
en la medid a en que está formul ado lingüís ticame nte, es
decir vincula do con un signifi cante para constit uir un signo.
Dicho signifi cado-c oncept o es determ inado por el "valor ",
o sea, por la. red de relacio nes opuest as en que se ubica den-
tro del sistem a lingü ístico con todos los otros significados-
concep to que lo "circundan": como hemos visto en 2.3. 1.,
*F. de Saussure, Curso de lingüística general, Editorial Losada,
Buenos Aires, 1945, pág. 128.
50
el fra,,;cé s mouto n tiene un signifi cado ligeram ente distint o
al mgles sheep, pues el primer o quiere decir tambié n "carne
de ~~lno, de ca~ero", mientras en inglés existe mutton
por carne de OVinO, de carner o". El valor de sheep es dis-
tinto al de ~outon, porque sheep se opone al términ o vecino
multan , mientr as que mouto n no tiene un correlati-
vo de multan del que diferen ciarse
Los signifi cados- concep tos no so;'
~eas dadas d,e antema no, sino valores que emanan del sistema.
se
uando .se dice que los valores corresp onden a concept os
no
sob~~entlende que son puramente diferenciales definido s'sus
poslt!vamente por su conteni do, sino negativar'nente por
relaCIOnes Con los otros términos del sistema.'"
Como ~uede verse, la concep ción del signifi cado en Sau-
s~u~ es I;lplca~ente .no-referencial, aún más, anti-referen-
CIa:. las cosas no tienen nada que ver con el significado
y este debe ser. buscad o exclus ivamen te en el interio r de l~
let?gu~,. es de,cn, reSIde en estructuración iuxta propri a
prmclpla que esta da a la experi encia
. El contin uador más cohere nte de 'la concep ción saussu-
nana del slgmflCado es, Sin duda, Hjelmslev:
c ad,8 ,l,engua traza sus subdivisiones particulares en el interior
d e a masa amorfa del pensam iento"
y
e.n una de ~as dos enti~ades constitu tivas de la función semió-
tica, es declf, el contem do [ = significado 1,1a función semióti ca
estable~e una forma, la forma del conteni do, que desde el pun-
to de vista de la materia es arbitraria.
El, signifi cado no es algo exterio r a la lengua , sino una fun-
cI~n Interna de la misma : no existen signifi cados sin que
e~<lsta el signo, pero el signifi cado es tal, en tanto que está
aIslado de la lengua en el pensam iento.
La exigencia, de condu cir el análisis sobre el signifi cado
dentro de ~os limites de la forma de la lengua , excluy endo
la eXistencia (en la versión más fuerte) o la consid eración
* F. de ~aussure, Curso de Lingüística general I Editorial Losada,
Buenos Aires, 1945, pago 198.
51
IIILIOTECA-C. l. E. S_A. S,
 d.e un di.scurso reflexivo no complicado por interferencias de
pertinente (en la versión más débil) de los hech,?s extra-lin- tipo sentimental ( ... )
güísticos, puede considerarse como pnnclplO ttplCO de to- (~e refiere por lo, ;anto solamente al "significado referen-
da teoría estructural, y, por lo tanto, la volveremos a en- cial, o mtel;ctual " como lo llaman' Ogden-Richards), de-
contrar en muchos otros casos (véase 2.3. y ss.) . bena,ser leIdo asI: el "símbolo" (= significante) est.á en
relaCI?,n dlre~ta y causal (tampoco está claro qué quiere
3.2.1.2. Ogden y Richards. Totalmente distinta y típica- decIr , causal ) con el pensamIento o referencia o concepto
mente referencialista, es la definición del significado que (= slgnl~l~ado), mIentras que el pensamiento, a su vez, está
encontramos en la famosa obra de Ogden y Richards El en relaclOn causal con el referente (= realidad extra-lingüís-
significado del significado (1923)* Harto divl.\l~ado es .el
llamado -"triángulo semiótico", que en la versíon ogden- tica) .
richardsiana aparece así: Entre el sí:nbolo y el ~fe:ente no existe ninguna relación im-
portante SinO aquella mdlrecta, consistente en el hecho de
Pensamiento (o referimiento o referencia) que algunos lo usan en lugar de un referente. Símbolo y refe-
rente, por lo ta~to, no est~n relacionados directamente (y
cu~ndo,. por motIvos gramaticales hipoteticemos tal relación
conecto '
adecuado ~en~ únIcamente una relación atribuida, y no real) sino s61~
(se refiere a: mdlrectamente a lo largo de los otros dos lados del triángulo.
. (s.i mboliza: " : relación causal)
, re~ación cau:s:al)
,,~l lado izquierdo del triángulo constituiría eO
I "Signo';
.,' ( slmbolo + referencia").
La relación entre símbolo y referencia es "correcta"
Referente en tanto que el mismo símbolo provoca la verificación d~
'S ímbolo
---------"';"'-~---
verdadero una re~eren~ia similar "en un intérprete apropiado". No
se expl:ca, SIn embargo, qué quiere decir que la relación o

(está en lugar de: relación imputada)

e~tre slmbolo y referente es "verdadera", ni que la rela-
Clon entre referencia y referente es "adecuada": se dice
La interpretación que se debe dar al "triángulo semióti-
solamente que "un símbolo verdadero = símbolo que regis-
co" no es muy clara: en especial, resulta difícil de leer para
t::a cor~ectamente una referencia apropiada". "Las palabras
el lingüista saussmiano, pues no es del todo inteligible (y la
slm~ohzan los pensamientos" se explicaría entonces en el
lectura del texto de Ogden-Richards no es preCIsamente
sentldo de que "un símbolo simboliza una referencia":
perspicua én' ese púnto) cómo }e~e , ser\nterpretad~ el
'¡símbolo" que aparece en el vertlce de la lzquler~a. ¿Es pero el problema es que

I el significante, C<;lffiO s~r, ía lógico sup.o~er?, ¿o es el sW no. en

su totalidad? Según el valor que atrIbuyamos al termm?
"símbolo'" tendremos dos 'lecturas' múy diversas del trián-
gulo; nosotros 'lé leere:~os . ~oO!lloo' si "símbolo" quisiesé de-
una, roeferencia (: .. ) es una serie de contextos externos y psi-
cologIcOS que vlOculan un proceso mental con un referente.

El significado, .en resumen, se descompone en algo inasi-

cir "significante". 'o
ble; y la referenCIa, en lugar de liberar al signo lingüístico
"El tiiángi.üci · ijue .¡,presentaría 'las relaciones entre de la "esclavitud del referente", complica las cosas. En
, o " 'o ,¡" i :"1 0\ O¡ •• o
.'
efecto,

toda .i?terpretac.ión ~rítica. de los símbolos requiere la com-

~ G.K. Ogden-oL.A. oRichards, El >signifi,cad'o del signifiQddo, Paidós, prenslOn de las Situaciones simbólicas,
BuenoS Aires, 1964. ' ;'
53
52

Id
es decir, el análisis del significado requiere una teoría de!
contexto en que funciona el signo; de este modo aparecera
"la existencia de una parte afectiva", dado que eXIste una
pluralidad de funciones desligadas del lenguaje que conver-
gen en la formación del "significado" Y que Ogden y R,-
chards enumeran así:
1) La simbolización de la referencia (::::: valor conceptual];
Il) la expresión de la acti.tud en relacl.?n al que escucha;
III) la expresión de la actItud en relaciOn a~ re~erente;.
IV) el suscitar los efectos deseados [~ fmalIdad o mtenclOn
con que el signo es producido 1; . ..
V) la estabilización de la referencia [= estahllldad del valor
concept~al].
La concepción de Ogden-Richards puede considerarse
representativa de la concepción "tradicional" del signifi-
cado con la incertidumbre psicologista que la caractenza
en c~anto a la posibilidad de análisis del significado.
Debemos señalar que algunas afirmaciones de Ogden y
Richards sobre la influencia del lenguaje en el pensamiento
parel '':!n ubica.lse en la misma dirección desarrollada por la
llamada "semántica general" (véase 1.3.4.):
desde los primerfsimos tiempos, los símbolos ut!lizados por
los horo bres para estimular el proceso del p~n~amlento 7( para
registrar sus conquistas han sido una fuente mmterrumplda de
sorpresa y de en~!?ño:
-hasta qué punto n'".estro mismo modo de discutir está distor-
~ionado por actitudes r,... tinarias en relación a las palabras y por
la supervivencia de hipótesis debidas a teor.ías que. ~a no .s~ ~os­
tienen abiertamente, pero a las cuales esta permitido dmglrse
en la práctica?
3.2.1.3. Ullmann. Para Ullmann (1959) que retomaconcep-
ciones consolidadas en la lingüística "clásica" (por ejemplo,
Weisgerber), el significado es " una relación recíp,roca y re-
versible entre nombre y sentido".* Esta deÍlmclOn se basa
en el triángulo de Ogden-Richards, en cuyos vértices se
reemplaza símbolo, referencia y referente por "nombre",
* Ullmann, Stephen: Semántica, introducción a la ciencia del signi-
ficado, Aguilar, Madrid, 1965, pág. 65.
54
"sentido" y "cosa": el "nombre" es "la configuración foné-
tica de la palabra, los sonidos que la constituyen ( ... )", el
"sentido" es "la información que el nombre comunica al
oyente", la "cosa" es "el rasgo o el acontecimiento no lin-
güístico sobre el que hablamos".
La relación entre nombre y sentido, que constituye,
como hemos dicho, el "significado" de una palabra, es re-
cíproca, puesto que nombre y sentido se implican recípro-
camente, y es reversible, pues el hablante pasa del sentido
..
al nombre y el que escucha pasa del nombre al sentido.
Ullmann toma también de Ogden y Richards la subdivisión
entre el valor simbólico o referencial y el valor emotivo del
significado: la importancia y el corte que le da al tratamiento
de los "sobretonos emotivos" hacen que el enfoque de Ull-
mann tienda a convertirse en una estilística (véase 2.2.1.).
En todo caso, no está muy claro lo que se entiende al decir
que el significado es la relación entre el nombre (el signifi·
ficante) y el sentido: de no ser tautológica, y en tal caso no
se diría en realidad nada nuevo, una definición de este tipo
resulta oscura o referencial (y, por lo tanto, insostenible
para quien se remita al tratamiento saussuriano).
3.2.1.4. Heger. El triángulo de Ogden-Richards fue re-
planteado sobre bases saussurianas o hjelmeslevianas por al·
gunos estudiosos, en particular por Heger, seguido por
Baldinger (véase 2.3.3.1.), que lo reelaboraron completa·
mente, transformándolo en un trapecio que relaciona seis
entidades: lo presentamos aquí en forma hjelmsleviana
propuesta por Baldinger,ligeramente simplificada:
significado •
semema concepto
I
-------,I
monerna
sustancia de realidad
la expresión
55
 Los nudos de este esquema, que intenta evitar la excesiva
simplificación y el carácter unívoco del richardsiano, son
el se mema y el monema: el monema ("signema" para He-
ger, unidad léxica para nosotros) es aquello que coparticipa
en la forma de la expresión y en la forma del contenido, y
se encuentra entre el plano de ·la expresión y el plano del
con tenido; el semema (o "significación" para Baldinger) es
aquello que coparticipa y al mismo tiempo separa, el plano
de la lengua del plano del pensamiento, actuando como in-
termediario entre el significante, lingüístico, y el concepto
("noema" para Heger), no lingüístico_ La mitad izquierda
d el trapecio depende de la estructura de la lengua; la mitad
derecha (en particular el concepto) es independiente de la
estructura de la lengua: el semema está en el punto de en-
cuentro d e los dos sectores.
Una lectura ingenua del esquema podría ser la siguiente:
la sustancia de la expresión (sustancia fónica, significante)
toma forma en un monema, adquiriendo un significado,
que está en correspondencia a t ravés del semema (que
aísla algunos rasgos de la realidad conceptual) con un con-
cepto. El concepto, a su vez, está en correspondencia con
la realidad (cosa). Entre significado y concepto existe una
"consustancialidad cualitativa 1 ', en tanto que entre sustan-
cia fónica y significado, y entre concepto y realidad , existe
una "consustancialidad cuantitativa". La ventaja d el esque-
ma reside en evitar la ambigüedad del lado izquierdo del
triángulo d e Ogden-Richards (véase 3.2.1.2.), y en represen-
tar las cosas de un modo hjelmslevianamente ortodoxo: el
defecto reside en multiplicare entia praeter necessitatem :
en cierta medida, parecen excesivas seis entidades distintas en-
tre la palabra y la cosa.
3.2.2. Definiciones contex tuales
Las definiciones que llamaremos "contextuales" tienen en
común el hecho de (querer) evitar el paso a través, o la
toma en consideración de, aquel contenido mental que he-
mos visto postulado por las definiciones "conceptuales",
como punto de inserción del significado.
También las definiciones con textuales que se apoyan en
el "contexto" pueden clasificarse en "referenciales" o "no
56
referenciales"; señalaremos aquí algunas de las más cono-
cidas.
3.2_2. 1. Malinowski. La definición d e significado resultante
de investigaciones sobre el terreno en comunidades "primi-
tivas" por el antropólogo Malinowski (véase 1.3.3.) es par-
ticularmente in teresante pues en ella se · basan algunos
análisis recientes muy incisivos. Para Malinowski (1923)
en una lengua primitiva el significado de cada palabra en parti-
cular depende en máximo grado del contexto: *
cada frase .se hace inteligible únicamente cuando se la ana-
liza en el "contexto de situación". Por "contexto de situa-
ción" se entiende :
a) el "contexto lingüístico", es decir, el entorno verbal
que acompaña la emisión de ese mensaje en particular
b) la "situación'\ es decir, las circunstancias espec ífica~
en que se efectúa el mensaje; e) el "contexto cultural" es
decir, "las condiciones generales en que se habla una l~n­
gua", la suma de las condiciones ambientales y de la cultura
de la comunidad que usa la lengua . De esta concepción del
significado se deduce que no es posible hablar d e significa-
do "contenido" en una frase, separándolo de su "contexto
de situación": el significado conceptual no existe. Aún
más : en realidad todo mensaje lingüístico tiene la función
de expresar algo social, llevar a cabo una acción cooperar
establecer relaciones, en suma, actuar. ' ,
La misma concepción del significado deriva de los usos activos
del discurso
también para las lenguas "no-primitivas": la lengua como
"instrumento del pensamiento" es sólo una derivación de
la lengua como "modo de acción". También el niño que
aprende a hablar, según Malinowski, aprende a formar el
significado en base a la experiencia pragmática del uso d e
la lengua:
* Malinowski, B., "El problema del significado en los lenguajes
primitivos", suplemento de El significado del significado de Ogden-
Richards. .
57
 las palabras significan en tanto que actúan y no en tanto que
(lo) dan a entender o percibir.
De aquí a una concepClon "mágica" del significado el
paso es breve, pero no seguiremos a Malinowski p~)f ese
camino. Señalaremos solamente cómo la concepClOn del
significado como contexto de situación, fue retomada y
desarrollada por la escuela futhlana: Futh, Robms, Hal\¡-
day, etcétera ("escuela de Londres"). ..
Para Robins, el significado es un conocImIento opera-
tivo,
una habilidad para usar la palabra de manera que ot~as per-
sonas la entiendan y para entenderla cuando es proferida por
otras personas: este conoc.imiento i~c1uye el. de una serie de
ítems, procesos y otras Circunstancias semejantes, a las que
las palabras que poseen referentes de una clase u otra, puede
decirse que se refieren. '"
La definición se califica metodológicamente si la inclui-
mos en la crítica efectuada por Robins de las concepciones
conceptualistas y en su análisis del contexto situacional,
que presentamos aquí, puesto que se trata de formulabo-
nes clásicas de la teoría contextuallsta del sIgnIfICado. No
se puede decir que
el significado de una palabra es la idea que susc ita o despierta
en la mente del hablante o el oyente.
(Esto se asocia a la definición general del lenguaje como
"comunicación de ideas a través del habla" u otras selne-
jantes), porque:
1) se tratar(a de explicar y definir fenómenos pú blicos (el ha-
bla la escritura) primariamente por referencia a fenómenos
nedesariamente privados; 2) no es fácil decir qué es una id~a, o
cuál es su función, si no es indirectamente, cuando deCimos
que es el significado de una palabra;"''''
"'Rabins, R. H.: Lingü(stica General- Estudio lnlroductivo, Ed. Gre-
dos, Madrid, 1976, pág. 47.
• * ldem: pág. 46.
58
por añadidura, la "imagen mental" es siempre y forzosa-
mente de cosas particulares, por lo tanto, recurrir a la mis-
ma no sirve para explicar la capacidad de utilizar y entender
correctamente una palabra. El conocimiento operativo del
significado depende, en cambio, del modo en que la len-
gua, para identificar a los referentes, organiza la experien-
cia: y esta organización se manifiesta en los "contextos
situacionales" .
Los hablantes nativos, como resultado de la experiencia ad-
quirida desde la más temprana infancia en el curso del proceso
de su educación, saben cómo comportarse en cuanto al habla
se refiere, en los distintos papeles que l~s corresponde des·
empeñar a lo largo de su vida. Para describirlo, el lingüista
trata de recoger las características esenciales de las situaciones
propias de esos papeles diferentes y colocarlas en series de cate-
gorías relacionadas como contextos situacionales. '"
Según Firth, en este cuadro esquemático deberían fi-
gurar por lo menos, las siguientes categorías:
l. Caracteres pertinentes de los participantes (personas, perso-
nalidad); a) la acción verbal de los participantes; b) la acción
no verbal de los participantes. 2. Objetos pertinentes ; 3. Efec-
to de la acción verbal.
El aspecto pragmático de la concepción del significado
que podríamos clasificar como "de la escuela de Londres!!
fue retomado y desarrollado por Halliday, quien ha elabo-
rado últimamente la noción de "potencial semántico" como
totalidad de las producciones lingüísticas a disposición del
hablante, y, por lo tanto, como punto de partida en la
descripción del lenguaje. Cada vez que el hablante debe
actuar lingüísticamente en un "contexto de situación" rea-
liza una elección dentro de una gama de alternativas de sig-
nificado; el significado es una forma de comportamiento, y
significar equivale a hacer.
Las categorías gramaticales de realización de la lengua
en enunciados dependen de estas opciones "sociosemánti-
cas", que son el primum del comportamiento lingüístico.
• Robins, R. H. : Lingü(stica General- Estudio In troducnvo Ed Gre-
das, Madrid, 1976, pág. 52. : .
59
Las implicaciones de la teoría sociolingüística a partir de
las posiciones de Halliday, son particularmente interesantes,
pero también está claro que desde el punto de vista estric·
tamente semántico que aquí nos interesa, Halliday elude,
aparentemente, el problema del significado, y nos obliga a
preguntarnos cómo están estructuradas estas opciones so-
ciosemánticas que rigen la estructuración de los "enuncia-
dos en situación".
Encontramos, en cambio, una posición conciliadora y
ecléctica en Lyons, q ue retoma la importancia del contex-
to situacional en la determinación del significado, y sub·
raya que
una expreSlOn tiene significado s610 si su presencia no es tá
completamente detenn in ada por su contexto. Esta definición
descansa sobre el principio ampliamente aceptado de que la
significac ió n implica opción;*
pero Lyo ns afirma programáticamente que
la posición que debe mantener el lingüista es tan ajena al "menta-
lisma" (más o menos: "conceptualismo") como 21 "mecanicis-
mo" (más o menos : co ntextualismo conductista) compatib le
c on ambos sin implicar a ninguno. **
Lyons cree que pone en práctica esta " neutralidad" defi·
niendo al significado, desde un enfoque estructural y emp í.
rico,
no sólo como dependiente, sino también como idéntico, al
conjunto de relaciones que mantiene el dato en cuestión con
otros datos en el mi smo sistema léxico.*"''''
3.2.2.2. Wittgenstein . Una de las definiciones que da
Wittgenstein del significado, que ha sido adoptada por
los lingüistas como definición "operatoria", es la si-
guiente (1935):
-. * Lyons, John : Introducción en la lingidstica teórica, Editorial Teide,
Barcelona, 1971, pág. 427.
** Id e m : pág. 422.
*** Id em : pá g, 455.
60
para una vasta clase de casos, si bien no para todos, en que
"empleamos la palabro significado, ésta puede ser definida as'!:
el significado de una palabra es su uso en la lengua..*
Como apun ta De Mauro,
el signi ficado es función del uso, pero de un uso socialmente
regulado y coordinado,
puesto que
nase tra ta de un uso personal, individual, ajeno a normas, sino de
u n uso regu lado por el I'training", el aprendizaje e n el ámbito
de las costumbresde una determinada so<":iedad y la necesaria co-
ordinación sistemática con otros comportamientos li ngüísticos.
Conocer el significado de un signo quiere decir conocer las
condiciones de empleo de dicho signo.
Esta afirmación apareja dos importantes consecuencias:
la primera, que el significado es "sistemático" (no está a la
merced de la individualidad) ; la segunda, que el significado
está en conexión con el contexto sociocultural. Sobre ba-
ses similares se plantean muchas definiciones filosófico-Ió·
gicas del significado, y algunas clásicas polaridades, como
la que existe entre sentido y den otación (Sin n y Bedeutung
de Frege (véase 1.3.1.): Bedeutung es el objeto designado,
Sinn el modo .en que se lo designa, por lo cual, por ejem-
plo, la luna y el pálido astro nocturno son dos Sinn del
mismo Bedeutung); entre denotacíón y connotació~; entre
extens,ión e "intensió n'J.** La extensión de un signo sería,
aprc¡xünad.amente, el conjunto de cosas a que pu.e de aplicarse
el signo; los objetos a los que éste hace .referencia. Corres·
pondería al aspecto sociocontextual del significado. La in-
tensión , recabable de la parte "sistemáti,c;a " de la definición
de significado, sería aproximadamente el conj unto de las
propiedades que constituye n el contenido cognitivo del
signo. F -=! rro tiene como extensión a todos los miembros de
.,
* Wittgenstein, L.: Tractalus Logico·Philosophicus, Alianza Edi-
torial; Madrid, 1973. "
** " Intensión": del italiano inte nsione , que significa e n español in-
ten sidad, se tradujo como neologismo para dar el contenido científi-
coprec·iso. -fT. J. t ,~ .l .... · ,
61
la clase de los "perros", es decir, todo animal que puede
ser designado con el nombre perro: y tiene como intensión
a todo aquello que permite designar a ese ".objeto" com~
perro, el conjunto de propiedades que constü;,yen, por aSl
decirlo la condición "perruna". La intension es lo que
hace q~e entendamos las frases, ia extensión es lo que hace
que las sepamos utilizar. (Algunos filósofos llaman "com-
prensión" a algo muy similar a lo que aquí hemos llamado
·'intensión".)
Debe señalarse, desde el punto de vista filológico, que
la concepción operatoria del significado, que -como he-
mos dicho- comúnmente se atribuye a Wittgenstein, apa-
rece independientemente en el mismo período (comienzos
de los años cincuenta) en Der Wortinhalt de Leisi, que de-
fine al contenido como condición de uso de la palabra.
3.2.2.3. Bloomfield. En Language* de Bloomfield (1933-
35, véase 2.3.2) encontramos la siguiente concepción del
significado: es
significado de una forma lingüística la situación en que se
encuentra el hablante al pronunciarla y la respuesta que sus-
cita en quien lo escucha.
Los significados lingüístiCOS se definen por lo tanto
en términos de situación del hablante, y, cuando esto sirva
para agregar algo, de respuesta del que escucha.
El "concepto" también está diluido en la situación del ha-
blante; tener la imagen mental de "manzana" significa para
Bloomfield responder
a ciertos oscuros estímulos internos del tipo de los que en
alguna situación precedente han sido asociados, en mi expe-
riencia, a los de una manzana.
Reducir in toto el significado de los mensajes lingüísti-
cos a las situaciones, observables y descriptibles en térmi-
nos de comportamiento, en que el mensaje es efectuado
• Bloomfield, L.: "Lenguaje" (Universidad de San Marcos, 1964).
62
por el hablante y percibido por quien escucha, no es lo
mismo según Bloomfield que afirmar que sea individual, mu-
table e indefinible, o sea, no implica caer en el escepticismo o
en el solipsismo semántico. Al contrario, es axiomático que
toda fonna lingüística tiene un significado específico y cons-
tante.
Dicho significado es determinable formalmente, en base a
la distribución: cada unidad tiene un significado "sistemá-
tico", 'el significado "funcional" que se obtiene de la suma de
las posiciones sintagmáticas que ésta asume en la estructura
de los mensajes formulados en una determinada lengua. El
significado funcional es estable y previsible, forma parte
del aspecto estructural de la lengua, y más precisamente es
el significado común a todas las fonnas que pueden ocupar
una detenninada posición cuando están. en esa posición.
Naturalmente, el significado funcional no agota el "signi-
ficado" de una unidad, que por cierto, posee otros significa-
dos: pero éstos no son analizables en términos objetivos
precisos y unívocos, y pueden experimentar cambios con
la variación de las circunstancias comunicativas.
En otras palabras, la posición de Bloomfield, clásica
dentro del estructuralismo americano, puede sintetizarse
así: el significado depende, está determinado, por la situa-
ción; es incognoscible para el lingüista, en tanto que se
remite al conocimiento que tiene el hablante de la realidad
externa (en el sentido en que podemos decir que el signi-
ficado de sal es su fórmula química, NaCI; en este caso es
la química la que estudia y explica el significado), y, por
lo tanto, implica al referente; por el contrario, es analiza-
ble para el lingüista aquel "significado" que depende de
las estructuras formales de la lengua, y que prescinde to-
talmente del referente, resultando, por lo tanto, el .único
que puede ser determinado sin internarse en el terreno
pantanoso del "conocimiento del· mundo y de las cosas"
y de las experiencias fácticas.
Las concepciones de Bloomfield respecto al significado
fueron desarrolladas por algunos de sus continuadores, en
63
particular por Fries, que vuelve a definir el significado fun-
cional como "significado estructural": en el hombre dIO la
moneda al niño, de la forma del enunciado deducimos
inmediatamente significados corno "es el hombre qmen
ha cumplido la acción, no el niño"; "la acción ya se ha
producido", etcétera: éstos son "significados estructura-
les" del enunciado. Por ejemplo, son significados estruc-
turales, la noción de "nombre", la noción de "sujeto",
la noción de "interrogativo", etcétera.
' Bloomfield agrega, sin embargo, una tercera clase de
elementos constitutivos del significado, además de los que
ya hemos citado; se trata de las "connotaciones", valores
s~plementarios inestables que dependen de desviaciones
personales en el uso de la forma en cljestión; dado que
el significado de una forma para un hablante dado no es otra
cosa que el resultado de las situaciones en que ha oído dicha
forma, .'
si la ha oído pocas veces, o si la ha oído en circunstancias iri-
,usuales, su uso de la forma puede desviarse respecto al con-
vencionaL
Las conl,otacion'e s pueden derivar de la clase social, del ori-
gen geográfico, de las profesiones u oficios .que usan típica-
mente ciertos términos técnicos, del uso coloqUial o docto,
etcétera: now "ahora" tiene una connotación distinta de
al present "actualmente", etcétera; ..
Desde la óptica de la lingÍiística contemporánea, la
definición bloomfieldiana del si~nificado tiene el defecto
de' basarse en una concepción exclusivamel\te conductista
y mecanicista del lenguaje, que actualmeI)te J!luchos no ~e
atreven a sostener; pero tiene, también, la ventaja de plan-
tear el tratamiento del significadó en términos rigurosa-
mente lingüísticos intemos, sistem*ticos y verificabl~s,
perfectamente separables de los datos subjetivos: en una
palabra, estructurales, '
3.2.2.4. Antal. La form,Úación dada, por el húngaro Antal
(1963-64) a la definición del significado recoge la herencia
y la esencia de las tres concepciones examinadas: de , la
escuela firthiana, de Wittgenstein y del neopositivismo, Y
64
del estructuralismo americano_ Para Antal, en efecto, el
significado es la
regla que rige el uso de los signos y su modo de aplicación.
Dicha "regla de uso", es abstracta, separada de la multipli-
cidad de las situaciones a las que el signo puede ser "apli-
cado"; éstas constituyen el denotatum (es decir, el refe-
rente, los datos materiales, aquello por lo que el signo ,e stá
presente), El significado depende de los caracteres que se-
lecciona una lengua en correspondencia con un determi-
nado denotatum (es decir, del modo en que la lengua tra-
duce en sus términos los caracteres del denotatum) y de
las propiedades de combinación estructural de los signos.
Lo que hace que el hablante escoja y utilice una determi-
nada unidad lingüística en relación a un determinado refe-
rente y a determinadas concatenaciones de otras unidades ,
es este conocimiento "in temo" de las propiedades del
signo lingüístico. Por lo tanto, el significado es abstracto,
estable y objetivo; en cambio el denotatum es variable
..
concreto y contmgente (vease 3.3.1,). '
El significado de manzana, en términos antalianos sería
aproximadamente la regla que nos permite usar la' pala-
bra manzana en las comunicaciones lingüísticas. Dicha re-
gla está constituida por: a) caracteres o propiedades que
seleccionan y representan lingüísticamente los caracteres
del referente "manzana"; b) caracteres que sintetizan la posi-
bilidad de aparición de manzana en los enunciados junto
con otras palabras (véase 5.4.4.1.). Por lo tanto admitiría
formulaciones del tipo: . '
cuando existe ~n denotatum con ciertos carac te res X ... (vege-
tal, con una Cierta forma y un cierto color, comestible o de
pulpa clara y consistente, ... ),
y si
debe haber en esa posición un nombre que se combine como
complemento directo con ciertos verbos a. b. e, ... (o como su·
jeto con predicados f. g, h, ... ), etcétera,
la palabra a usar es manzana.
65

En resume n, el signifi cado para Anta! se formul aría en
términ os interno s de la lengua , indepe ndient emente del
referen te: todo estaría dentro del signo.
3.2.3 . Otras definic iones
3.2.il . Prieto. Prieto, en el cuadro de su ·model o semia-
lógico inspira do por un lado, en Saussure y por el otro en
la lógica de las clases, define el significado como
la clase fonnada por los mensajes admitid os por una señal:
el significado es una entida d abstrac ta, en tanto que el
mensaj e es un hecho concre to. Para Prieto, el mensaje es
la relació n social de inform ación, de pedido o de orden
que "el emisor trata de transm itir utiliza ndo la señal": la fra-
se déme su lápiz es una señal que admite mensajes remitib les
a la clase "orden de dar al emisor el lápiz del recepto r",
que consti tuye por lo tanto, el significado de la señal.
"Orde n de dar al emisor el lápiz negro del recept or", "or-
den de dar al emisor el lápiz rojo del recept or", etcéter a,
SOn todos mensajes que pertenecen a la clase "orden de
dar al emisor el lápiz del recept or".
La noción prietia na de "signif icado" es retoma da por De
Mauro, que define el significado como
una clase de sentido s que, en una determinada comuni dad de
hablantes, tienen en común la recíproca y comple ta conmuta-
bilidad;
a su vez los sentido s son
todo posible estado de la experiencia en la medida en que es
);
identific ado por una fonfa. (endofonCa o grafía, etcétera
por consig uiente, el significado
no es una entidad perceptible concret amente , sino un con-
junto de entidades concretas, los sentidos , que pertene cen
a una determinada clase significada en la medida en que sean
comple tamente conmut ables, o sea, funcionalmen te equiva-
lentes para la conexió n con una o más fonías.
66
3.2.3.2 . Eco. Una concep ción del signifi cado sui generis es
la que plante a Eco, para quien "el significado es una uni-
dad cultura l", de acuerd o a una visión según la cual "todo
es signo" . Natura lmente una definic ión de este tipo impon e
que se defina qué es "una unidad cultura l", pero por lo que
p~ece, se cae en el acostu mbrad o círculo vicioso, pues
"las
urudad es cultural~s son (... ) los signifi cados" , y no sirve de
mucho que Eco, mtenta ndo aclarar las cosas introdu zca la
noción de "interpretante", que sería '
el si~ificado de un siS'?ificante, conside rado en su lJaturaleza
de uOldad cult!lral mamfest.ada median te otro significante para
demostrar su IndependenCia (en cuanto unidad cultural) del
primer significante.
3.2.3.3 . Schaff. Schaff es uno de los princip ales estudio sos
que han encara do el proble ma teoréti co del significado en
el marco de la filosof ía marxis ta.
ob-
~l significa.do es simplem ente aquello median te 10 que un
Jeto material común, una propiedad de dicho objeto ' o un
hecho, se convier te en signo;*
está en relac.ión con las "situaciones.signo" (es decir, "los
proces os SOCIales de comun icación ") y es una relació n en-
t,:" hombr es, tanto en el plano psicológico, como interm e-
dIano en el proces o de transm isión de los pensam ientos,
como en el plano de la acción ; tiene el mismo conten ido que
el "conce pto", del que se diferen cia solame nte porque se
lo anal~za desde un punto de vista distint o: el concep to, des-
de la optlCa del proces o del pensam iento; el significado,
desde el punto de vista del proces o del lenguaje .
.DIscut Iendo su concep ción del significado, Schaff exa-
mIna, aSImlsmo, las definiciones corrientes a las que clasi-
fica en la lista siguien te: '
1) el s!gn~ficado es el objeto, cuyo nombre es el signo;
2) el sJgOlficado es una propied ad de los objetos;
'" Schaff, A.: Introdu cción a la Semánt ica, Fondo de Cultura Econó-
mica, México , 1966.
67
 3) el significado es un objeto ideal, ° una propiedad inherente
al p ensamien to;
4) el significado es una relación:
a) entre signos,
b) entre el signo y el objeto, . del significado que hemos presentado, habrá quedado claro
e) entre el sigUo y el pensamiento relativo al objeto en cues-
tión,
d) entre el signo y la acción humana, . ficar algunos de estos aspectos.
e) entre los hombres que se comunican entre sí por medlO.de
los signos.
3.2.3.4. Chomsky. Choms·ky, como buen heredero cientí-
fico de Bloomfield(véase 3.2.2.3.), tiende a apartar al sig-
nificado del interés central del lingüista (véase 2.2.). En
Estructuras Sintácticas* (1957) el tratamiento del signi-
ficado está relegado a una eventual reformulación de la
teoría del significado en términos de teoría del referente, y
se subraya que
una de las dificultades dle la teorfa del significado consiste en
el hecho de que el término "significado" tiende .a ser usad.o
omnicomprensivamente para todos los aspectos del lenguaje
de los que se sabe muy poco.
En el conjunto de los trabajos sucesivos de Chomsky y sus
discípulos el concepto de "significado" se traduce por "in·
terpretaci<~n semántica": ésta se explicaría en términos
de un sistema de reglas que asignan "lecturas" a los constitu-
yentes de los indicadores sintagmáticos, lecturas aisladas a
través de las definiciones del "diccionario" (véase 6.3.). El
"significado", por lo tanto, consistiría en el hecho de que
nosotros llenamos con material conceptual adecuado las
casillas que nos proporciona la estructura sintáctica de la
frase.
En los últimos trabajos de Chomsky y sus alumnos
(Jackendoff, Dougherty), sin embargo, se ha ido aumen-
tando notablemente el interés hacia los problemas del sig-
nificado, y se va afirmando la importancia de los factores
semánticos en la organización de los mensajes lingüísticos
y en la e.structuración sin táctica.
* N. Chomsky: Estructuras Slinlácticas, Siglo XXI, México, 1974.
68
3.3. DISTINTOS "TIPOS" DE SIGNIFICADO
A través de la breve reseña de definiciones y concepciones
que el significado resulta algo particularmente complejo,
compuesto por vaúos aspectos. Trataremos ahora de clasi-
3.3.1. Dualidad del significado
Casi todos aquellos que se han ocupado del significado
concuerdan en reconocer en el mismo una dualidad de
aspectos constitutivos. La más reconocida de estas duali-
dades es la que opone o (distingue) "significado lógico"
(o "simbólico" o "referencial" o "intelectual" )y "signi·
ficado emotivo" (o "expresivo") .
Esta distinción deriva de la dicotomía tradicional entre
una función "comunicativa" del lenguaje (lengua como
medio de transmisión a otros del pensamiento) y una
función "expresiva" del mismo (lengua como medio de
"expresión de los sentimientos" ).
Otra distinción corriente es aquella entre "significado
principal", lo que un signo tiene "habitualmente", a lo
que se remiten todos los hablantes, y "significado margi-
nal" o "secundario", lo que un signo tiene en casos es·
peciales.
Estas distinciones han sido combinadas por Guiraud en
un esquema que presentamos a continuación:
sentido de base valor expresivo
sentido con textual valor sociocontextual
"Sentido de base" es el significado "principal", que una
palabra tiene eri sí misma y que aparece en el contexto.
"Sentido contextual" es el significado que adopta la pala-
bra dependiendo del contexto en que es utilizada. "Valor
expresivo" es el aspecto emotivo-estilístico de la palabra en
ese contexto. "Valor sociocontextual" es el aspecto rela·
cionado con la utilización social de ese contexto.
69
 En nuestro campeón ha batido al adversario, batir tiene
un sentido de base "derrotar", un sentido contextual "de-
rrotar de manera clara al adversario en un encuentro depor-
tivo", un valor expresivo "victoria exaltante y total" y un
valor sociocontextual que se origina en el carácter militar
y ligeramente áulico de la palabra. • blante/escribiente"
Otro alcance posee la distinción entre "significado gra-
matical" y "significado léxico" (véase 4.3.): las palabras
o los morfemas tendrían un significado "léxico", que se
remite a algo que está más allá de la lengua (en este caso
se tendrían "palabras llenas"), o un significado gramatical,
que no se remite a algo que está más allá de la lengua, si-
no que se refiere a sus medios de estructuración interna (en
este caso se tendrían las "palabras vacías"). Un ejemplo a
nivel de palabra: perro es una palabra llena, dotada de sig-
nificado léxico; pues es una palabra vacía, ya que su signi·
ficado consiste solamente en establecer ciertas relaciones
sintáctico-lógicas entre los elementos que une en el discur-
so. Un ejemplo a nivel de "morfema": en la palabra perro,
el morfema perr- tiene significado léxico ("animal cua·
drúpedo, mamífero doméstico, etcétera, el morfema -o
tiene significado gramatical ("(número) singular").
Una dicotomía similar a ésta, aunque no coincidente, es
aquella entre significado "semántico" y significado "es-
tructural" o "funcional" (véase 3.2.2.3.).
3.3.2. Los "Siete tipos de significado" de Leech
Un esquema analítico particularmente útil para un enfoque
precientífico de los "tipos de significado" es el que propo-
ne Leech, distinguiendo siete tipos distintos de significado,
según la siguien te tabla. *
1. significado conceptual "contenido lógico, cognosci-
tivo o denotativo"
2. significado connotativo "lo que se comunica en virtud
de aquello a lo que el lenguaje
se refiere"
*Leech, Geoffrey: Semántica, 'Alianza Editorial, Madrid, 1977,
pág. 42.
70
3. significado.estilístico "lo que se comunica sobre las
circunstancias sociales del uso
del lenguaje"
4. significado afectivo "lo que se comunica sobre los
sentimientos y actitudes del ha-
5. significado reflejo "lo que se comunica merced a
1/1. asociación con otro sentido
de la misma expresión"
6. significado conlocativo "lo que se comunica merced a
la asociación con palabras que·
suelen aparecer en el entorno
de otra palabra".
7. significado temático "lo que se comunica por la for-
ma en que el mensaje está orga-
nizado respecto del orden y el
énfasis"
"Significado" en el sentido riguroso, es el primero de
estos tipos de significados. Desde el segundo al sexto senti-
do constituyen en conjunto el "significado asociativo".
La suma de estos siete tipos de significado constituye el
"valor comunicativo". .
Tomemos una palabra, por ejemplo padre y tratemos
El
de deslindar los siete "significados" de Leech. significado
conceptual es "progenitor masculino" etcétera; el significa-
do connotatIvo es lo que resutta de cómo es la "figura" del
padre, ~l significado estilístico es lo que diferencia pQdre
de papa (ser usados o usables en distintas circunstancias
social~s); el significado afectivo es el que depende de las
expenenclas y de la actitud de quien usa esa palabra en una
circunstancia dada; el significado reflejo es el que recae so-
bre padre por el hecho de que padre tiene también el sen-
tido "sacerdote' (especialmente como apelativo); el signi-
ficado conlocativo depende de la conexión con las palabras
que. habltualme?te aparecen en un mensaje con padre; el
s2!?uficado tematico diferencia, por ejemplo, el padre rega-
no a LUlSlto de Luisito fue regañado por el padre (véase
6.7.5.).
El esquema de Leech, tal vez demasiado detallado para
un enfoque precien tífico del significado, puede considerar-
71
se un óptimo punto de partida para abrirse paso en el mare
magnum de los significados. Con respecto a las terminolo-
gías corrientes, debemos señalar que el término "connota-
tivo H es adoptado por Leech en su sentido "lógico'" y no
en el sentido, más habitual en la bibliografía lingüística, de
"relativo a aquellos aspectos del significado no intersub·
jetivos, personales, variables".
Agregaremos adeinás que, en nuestra opinión, debería
ser ampliado el sentido en que es utilizado el término
"afectivo"": en realidad, nos parece que no ocasionaría pro-
blemas decir que puede tratarse de significado "afectivo"
también en relación al receptor: quien escucha o lee ma·
nifiesta también "sentimientos y actitudes", que no vemos
porqué deberían excluirse del "significado afectivo", como
parecería afirmar Leech limitándose al hablante/escribiente.
Queda claro, sin embargo, que esta clasificación, como
cualquier otra que se proponga, no agota la complejidad
del significado: es una clasificación conveniente, que, en
particular, resulta independiente de la consideración de los
medios con que se "utilicen" los distintos tipos de signi·
ficado. Estos "medios" pueden ser totalmente comunes:
no es que exista un modo específico de manifestar un sig-
nificado afectivo, o un significado reflejo, etcétera; por
otra parte, el significado afectivo puede con frecuencia ser
manifestado eón medios estilísticos, etcétera.
• ficado, 3.2.2.1.) resulta claro que la estructura social de la
3.4. FACTORES QUE DETERMINAN EL SIGNIFICADO
Puede ser útil, dada la complejidad de los elementos que
intervienen en el significado, tratar de presentar una lista
aproximada de los principales factores que están vincula-
dos con la manifestación del significado y/o que, en cierta
medida, contribuyen a determinarlo. Podemos distinguir
en el significado la acción de, por lo menos, tres clases de
factores, que por comodidad llamaremos antropológicos,
sociales y semiológicos.
3.4.1. Factores antropológicos
Son factores antropológicos: el conocimiento del mundo y
72
la experiencia. Si bien el "conocimiento del mundo" es
una suerte de tierra de nadie donde van a parar todos los
hechos no explicables lingüísticamente, o aquéllos que re-
sultan difíciles de explicar, por lo que los lingüistas están
de acuerdo en afirmar que la lingüística debe dejarlos de
lado; pero, es indudable que la visión de las cosas, lo que
sabemos del mundo y del ambiente en que vivimos, las
creencias, los valores, las actitudes que tenemos, etcétera,
determinan el "significado" en manera fundamental. El
"significado" es determinado también por las experiencias
vividas por la comunidad social o por cada individuo. Esta-
mos de acuerdo, entonces, en que el lingüista como tal no
debe, ni puede, estudiar estos hechos.
3.4.2. Factores "sociales"
Son factores sociales que determinan el significado: la es-
tructura social, las funciones del lenguaje, el uso de la len-
gua, las situaciones.
Aun sin llegar al extremo de la llamada "hipótesis de
Sapir-Whorf", según la cual las lenguas serían radicalmente
distintas entre sí en tanto que, el contexto cultural incidiría
en tal grado sobre elsignificado que haría imposible una com-
paración y una "traducción" entre términos de lenguas dis-
tintas (y véase para la concepción contextualista del signi-
comunidad que utiliza una lengua influye en cierta medida
sobre el establecimiento y la estructuración del significado.
Esta influencia es mayor en los sectores del léxico que es-
tán más estrechamente ligados a prácticas, usos, hábitos,
etcétera, característicos de una sociedad, y en particular,
en los términos usados para establecer contactos o relacio-
nes sociales. Un ejemplo significativo es el uso de los pro-
nombres "alocutivos", es decir, los pronombres empleados
para dirigirse a los interlocutores. Un famoso estudio de
Brown y Gilman ha demostrado cómo los pronombres
usados típicamente en las lenguas occidentales para hablar
a los demás, o sea, el pronombre de segunda persona sin-
gular tú y el pronombre de segunda persona plural voso-
tros (en español, el pronombre usted) tiene un significado
73
 . ,,"
totalmente social. Su uso se estructura segun una seman·
tica del poder y de la solidaridad": aquello qu~ hace que
se escoja un pronombre en lugar de otro, y al mismo tlem·
po, el significado que llevan consigo los pronombres, es el
tipo de relación social que se establece entre los hablantes.
Tú representa la "superioridad" o la "solidaridad", usted
representa la "inferioridad" o la "~o ~~lidaridad':; Histc;,
ricamente, a un uso prevalente del signifICado del poder
le ha seguido un predominio, que está ganando terreno ac·
tualmente, del significado de "solidaridad", según los si·
guientes esquemas:
Superiores
Iguales y solidarios Iguales y no solidarios
nes determinadas. Elltre las funciones que forman parte del
inventario corriente de funciones del lenguaje, las que in·
fluyen sobre el significado más directamente son: la fun-
ción expresiva o emotiva, que es la que se utiliza para ex-
presar emociones, sentimientos, estados de ánimo, etcétera,
del hablante; la conativa o directiva, que se utiliza para
dirigir el comportamiento de alguien, para obtener que el
destinatario haga una determinada cosa; la función referen-
cial o denotativa o informativa, que se usa para proporcio-
nar informaciones sobre la realidad externa, sobre expe-
riencias, etcétera; la estética o poética que se utiliza para
la creación de mensajes estéticos; la fática, que se emplea
para mantener el contacto, en sentido físico y psicológico,
entre hablante y receptor.
El significado de las interjecciones (ay, caramba, cáspita,
ufa, bah, etcétera) se agota completamente ,en la función

:1 <J
T
1> ,

Inferiores
<J
U
1>
1: expresiva; el de los s( dichos por teléfono mientras habla
el interlocutor, se agota en la función fática; la presencia
de las funciones conativas y estéticas, resulta más compli-
cada. Pero piénsese en la lengua publicitaria, o en ciertos
lenguajes utilizados por los políticos; la primera quiere
significar la invitación a adquirir el producto mediante el
U Superiores y disfraz del mensaje bajo funciones distintas a la directiva,
Superiores y solidarlos T II
.. no solidarios por ejemplo, bajo la función informativa (En todos los

UI Iguales y solidarios Iguales y no solidarios vuelos, en clase tur(stica, la elección entre tres platos inter-

T
<J
T
1>

Inferiores y solidarios T
<J
U
1>

!U Inferiores y no solidarios 1: nacionales servidos por una joven de Springfield, Estado

U(sted) y T(ú) indican, respectivamente, el pronombre
de respeto y el nombre de confianza, De este es~ue~a se
deduce, por ejemplo: en una primera etapa, los supenores
trataban de tú a los inferiores y, a su vez, er~ tratados de
usted· entre iguales por poder, se trataban reclprocamente
de tú' en caso de ser solidarios, y de usted en caso de no
serlo. 'En una segunda etapa, si somos solidarios nos trata·
rnos siempre de tú, y si no somos solidarios, nos tratamos
siempre de usted, independientemente del "poder:'"
Otro factor importante para determmar el slgnlÍlcado es
la función que desempeña el uso del lenguaje en sltuaclO·
de Missouri, publicidad de TWA , 1975), o bien estética (na-
die elige un Punt y Mes por casualidad sino por su agrada-
ble sabor amargo), etcétera. La segunda quiere dar la im-
presión de decir mucho, sin decir en el fondo gran cosa,
y utiliza léxico y fraseología especial, sintaxis redundante,
subordinada y oscura, etcétera, con el único objetivo de
provocar la "comunión" con el público (función fática):
fragmentos como las actuales tendencias qué han conducido
a un ligero pero no significativo desincremento del porcen-
taje de ¡"S votos obtenidos por nuestro partido, compen-
sado po: un notable éxito a nivel de puestos en el senado,
no determinan por s( mismas, que exista en el pa(s un cli·
ma de desconfianza hacia los administradores que actúan
en interés de las masas populares y de la libertad demo-
crática son un buen ejemplo de cómo puede hablarse sin

74 75

decir nada (la funció n incide totalm ente sobre el signifi-
cado). Tanto el lenguaje de la publici dad como el lengua je
de los polític os juegan en gran medida sobre las relacio nes de
asociac ión semán tica (véase 5.2.2.2 .) y sobre lo implíc ito
(supos iciones , sobren tendid os, etcéter a): (véase 6.5.3.) ,
que con frecue ncia modifi can e inclusive inviert en el signi-
ficado. Tu opinió n no me resulta desagradable, en ciertas
situaci ones de uso, puede querer decir todo lo contra rio:
tu opinió n me resulta totalm ente desagradable.
Como se ve, aquí nos interna mos en la temáti ca de los
usos de la lengua , que pueden llegar a cuestio nar el signifi-
cado denota tivo, y a hacer prevale cer signifi cados afecti-
vos, emotiv os, estilíst icos, sociales, etcétera. El uso de la
lengua en una comun idad social determ inada, actúa sobre
todo de dos manera s en relació n al signific ado de las pala-
bras: hace que se especia licen ciertos términ os, que resul-
tan conno tados socioli ngüísti camen te, y evocan el ámbito
en que son utiliza dos (véase 5.4.1.1 .); y hace variable el
significado, depend iendo de la situación comunicativa en
que los términ os son usados en distint as ocasion es. Por
situaci ón, se debe entend er no solame nte la suma de los
elemen tos físicam ente presen tes durant e el hecho de
comun icación lingüís tica (habla nte, recepto r, otros acto-
res, tiempo , lugar, "cosas", etcéter a), sino también el con-
texto lingüís tico en que se inserta la frase o el términ o en
consideración.
3.4.3. Factores "semio lógico s"
Existe n tambié n otros factore s, que podría mos llamar se-
miológ icos, en la medid a en que se refiere n a la natura leza
del signifi cante y que inciden sobre el signific ado. En espe-
cial, es import ante para el signifi cado la entona ción : el
mismo significante, dicho con distintas entona ciones , puede
tener signifi cados muy distint os. La entona ción está en
relació n directa con la intenc ión comun icativa del hablan te
y con la acción que preten de realiza r lingüís ticame nte (véa-
se 6.6.): ven, según la entona ción con que sea pronun ciada
la palabra , puede querer decir "te pido que vengas " (yen
este caso, se usa la entona ción llamad a interro gativa, que
escribi mos ¿vienes?) o "te ordeno que vengas " (yen este
76
cas? se usa la entona ción impera tiva, que escribi mos 'ven!)
etcetera. . I ,
. Genera lizando más, son pertine ntes para determ inar el
slgnlflCado de los mensaj es lingüís ticos en situaci ón los lla-
mados rasgos supras egmen tales (ademá s de la entona ción
los princip ales son la pausa y el acento ): por ejempl o, I~
pausa de perple jidad ¿ te dieron ... cuatro en el exáme n?
el a~e nto de é nfasis he comid o PAN (en el primer caso, ~¡
slgmflcado concep tual de la frase se agrega el signifi cado
conno~attvo de "sorpresa o disgusto", en el segund o se pone
de relieve el pan: "lo que he comid o era pan y no carne
fruta u ~~ra cosa" ), etcéter a (véase tambié n 6.7.5.) . '
Tambl en los elemen tos cinésicos o paralin güístic os in-
fluyen sobr~ el SignifICado. Por elemen tos cinésicos se en-
tiende , en Imeas generales, el movim iento y la actitud de
las, partes del cuerpo en el acto de hablar (gestos, señas,
mlmlc a, expreSIOnes faciales, etcétera) . Se consid eran ele-
me_ntos paralingüís,ticos las caracte rística s fónicas que acam-
panan la produc clOn verbal: velocid ad del discurs o exacti-
tud de la pronun ciación , tono de voz, etcéter a. L~ misma
frase comun ica signifi cados distint os según sea pronun ciada
Con voz baja y lenta o con voz alta y alterad a. Por este
cam.m~,. se llega a ~irmar la import ancia que tienen para
el slgmÍl cado los codigo s no lingüís ticos utiliza dos por el
hombr e cotld}a namen te, con frecue ncia en modo paralel o
a la p~oducclOn de mensaj es lingüís ticos, y que actualm en-
te están ~Iendo estudia dos por la semiol ogía y tambié n por
la etolog la, la antrop ología, la psicolo gía social, etcéter a.
3.5. ¿DEFIN ICIÓN SUMARI A?
Las anotac iones que hemos ido acumu lando en este capí-
tulo con referenc13 a la natura leza del signifi cado no ayu.
dan por Cierto, a aclarar demas iado las ideas: no estamo s
aú?, en condi~i~mes de esbozar alguna definic ión, aunqu~
mas no sea umfICadora, que permit a determ inar satisfa cto.
rIamen te qué es el signifi cado. Una sola conclu sión pode-
~os sacar de nuestra reseña, poco alentadora pero al mismo
tIempo "verídica".: el sig!lificado es algo ~uy complejo,
que para ser estudia do eXige la partici pación de varias dis-
77
ciplinas. Intentando resumir, podemos reuni~ las principa·
les observaciones que hemos apuntado en la Slgwente bsta:
sin embargo, corremos el riesgo de caer en un mventan.o
de lugares comunes sobre el significado, que cuentan mas
o menos con el acuerdo general, pero que no contribuyen
demasiado a explicar los hechos.
De todos modos, se puede decir que el significado es
algo manifestado y /? com~nicado (según. c?nsiderem.os
que exista o no, la mtenclOn de transmitir mformaclOn
por parte del hablante) mediante un significante, escogido
dentro de un repertorio de "cosas potencialmente comu·
nicables" y usable/usado en situaciones, com~ sentido refe·
rido a un estado de experiencia. Está constitUido por dIVer·
sas "partes": una parte lógico·conceptual, relacionada con
los procesos cognitivos de la mente humana y con el peno
samiento; una parte emotivo·estilístico-pragmática, rel~cio­
nada con la utilización de los signos y con el contexto sltua·
cional; una parte accesoria eventual, de cará<;ter individu~,
no descriptible en términos objetivos ySlstematlcos. Ademas,
el significado es, indudablemente, una cosa compleja, pues
implica diversos factores y debe ser VISto desde var~os puno
tos de vista' indeterminado, en el sentido que tiene un
campo de a~licación abierto, es susceptible de aplicación
nueva y "creativa"; específico, pues a pesar de ser comple-
jo e indeterminado, es poseído socialmente por los hablan-
tes, y, por lo tanto, es precisable, objetivamente descnpti-
ble, no vago.
En este libro se considera el significado casi exclusiva-
mente en su aspecto lógico-conceptual, puesto que es éste
el aspecto del significado que la lingüística contemporánea
está más preparada para tratar, y es también, por lo que
parece, el significado mayormente objetivable.
78
4. Términos para la semántica
4.1 MATERIALES PARA LA SEMÁNTICA
¿ Cuál es el material de partida para el análisis del signifi-
cado? ¿Cuáles son los datos empíricos que la semántica
debe describir o explicar? ¿Cómo se obtiene o cómo se
reúne el material "en bruto" para la investigación semán-
tica? A estas preguntas metodológicas esenciales puede
responderse que los "datos" para la semántica están cons-
tituidos por tres tipos de hechos: a) las definiciones de los
vocabularios o diccionarios; b) la distribución en un corpus
[repertorio de material recolectado (en manera especifi-
cada) 1; c) los juicios intuitivos de los hablantes.
4.1.1. Diccionarios
Cuando se desea conocer el significado de una palabra, una
manera de hacerlo, es consultar en el diccionario "qué
quiere decir". Para el hablante común, el vocabulario o
diccionario es el libro del significado de las palabras. Pero
también para el estudioso de semántica el diccionario es,
o mejor dicho, las definiciones del diccionario son, un punto
de referencia importante. En otras palabras, la lexicografía
(véase 1.4.1.) es un punto fundamental de partida para la
semántica. Por otra parte, la lexicografía es, también, un
punto de llegada de la semántica: para saber qué quieren
decir las palabras necesito el diccionario, pero para elabo·
rar un diccionario que explique bien el significado de las
79