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El historiador del

pasado reciente y los


relatos consagrados.
Empatía, incomodidades y desafíos
del campo historiográfico frente a
los usos políticos del pasado.
Palabras clave: Pasado reciente - Historia y Política - Usos políticos del pasado.
Key words: Recent Past - History and Politics - Political uses of the Past.

Partiendo de una breve historización del campo de estudios del Vera Carnovale
pasado reciente en Argentina, en especial de su politicidad en tanto
marca constitutiva, el artículo se adentra en los problemas y desafíos Consejo Nacional de Investigación Científicas
que afrontan actualmente los historiadores; problemas y desafíos y Técnicas (CONICET) / Centro de Documenta-
determinados, sin duda, por el abierto y conflictivo acercamiento ción e Investigación de la Cultura de Izquierdas
de distintos actores sociales a ese pasado y, en particular, por sus (CeDInCI) / Universidad Nacional de San Martín
usos políticos. El ascenso y la consolidación del kirchnerismo, y más (UNSAM
precisamente, la alianza del kirchnerismo con el movimiento de
E-mail: vera_carnovale@hotmail.com;
derechos humanos y su política pública en materia de Memoria y
veracarnovale@cedinci.org
Justicia, implicó, por un lado, un gran impulso para este campo de
estudios y, por otro, la consagración de un relato sobre ese pasado
teñido, en buena medida, de componentes simbólicos y, también, de silencios. Las potencialidades empáticas de ese relato
lo tornan refractario a la revisión de algunas de sus figuras (la cifra de los desaparecidos, por ejemplo) e impermeable al
tratamiento de ciertas temáticas que, en cambio, han sido o están siendo investigadas en la disciplina con los rigores propios
del oficio. Esas temáticas son, entre otras, la responsabilidad del peronismo —y del propio Perón— en el desencadenamiento
de la masacre y las ejecuciones selectivas llevadas adelante por las organizaciones revolucionarias armadas, entre otros. El
tratamiento de estas temáticas no reconoce dificultades estrictamente historiográficas sino más bien políticas. Quizás lo que
esté en juego, concluye la autora, es qué lugar ocupará la historia reciente en la vieja e insalvable tensión entre la Historia y
la Memoria.

Starting from a brief historicization of the field of studies of the recent past in Argentina, especially its politicity as a constitutive
mark, the article delves into the problems and challenges that historians currently face, problems and challenges determined,
no doubt, by the open and conflictive approach of different social actors to that past and, in particular, for its political uses.
The author argues that the ascent and consolidation of kirchnerism, and more precisely, kirchnerism's alliance with the human
rights movement and its public policy on Memory and Justice, implied, on the one hand, a great boost for the field of studies of
the recent past and, on the other, the consecration of a story about that past tinged with symbolic components. The empathic
potentialities of this story make it refractory to the revision of some of its figures (the number of the disappeared, for example)
and impervious to the treatment of certain topics that, in contrast, have been or are being investigated in the discipline with
the rigors of the profession. These topics are, among others, the responsibility of Peronism —and of Perón himself— in the
unleashing of the massacre and the selective executions carried out by the armed revolutionary organizations, among others.
The treatment of these issues does not recognize strictly historiographic difficulties but rather political ones. Perhaps what is at
stake, the author concludes, is what place will occupy recent history in the old and insurmountable tension between History
and Memory.

El campo de estudios sobre la la década de 1990 o, más nítida- Un primer elemento que resulta
historia reciente comenzó a consti- mente, en los albores del siglo XXI.1 necesario destacar, como una de las
tuirse en Argentina hacia finales de marcas constitutivas del campo, es
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que los historiadores hemos llegado realizado en el ámbito aca- construcción de marcos explicativos
a ese pasado a la retaguardia de otras démico sobre estas temáticas, más omni-comprensivos que aque-
disciplinas (como la sociología o las que adquirió status de verdad llos centrados exclusivamente en los
ciencias políticas), de otros actores histórica”2 crímenes perpetrados por las fuerzas
y de otros impulsos, entre los cuales represivas.
los del movimiento de derechos hu- Por añadidura, no puede dejar de
manos y los del campo jurídico pa- advertirse que son esos otros actores Finalmente, el tercer elemento
recen ser los más significativos. Esto (organismos de derechos humanos, destacable para dar cuenta de la his-
implicó que, muy tempranamente, abogados, fiscales, jueces, y, sobre toria de la conformación del campo
la historia reciente se nutriera de todo, protagonistas de los hechos de estudios de historia reciente es
conceptos, palabras y esquemas in- que estudiamos) los que operaron y que desde los primeros momentos
terpretativos provenientes de otras siguen operando como referentes e de esa misma conformación —o in-
matrices disciplinares y, más impor- interlocutores ineludibles -y quizás clusive algunos años antes— fuimos
tante aún, producidos a instancia de privilegiados- del trabajo historio- muchos los historiadores que parti-
aquellos otros impulsos. gráfico. cipamos de un conjunto nada me-
nor de variados emprendimientos
En efecto, los primeros conoci- Un segundo elemento que re- públicos vinculados a la búsqueda
mientos de carácter público relati- sulta necesario destacar, que está de la Memoria, de la Verdad y de la
vos a la represión clandestina eje- directamente relacionado con el Justicia (por ejemplo, en la construc-
cutada desde el Estado durante la anterior y que constituye lo que en- ción de archivos orales entre los que
última dictadura militar se constru- tiendo es su marca constitutiva más se destaca, por su envergadura, el
yeron sobre la base de lo investigado importante, es que este campo de de Memoria Abierta;3 en la constitu-
por las organizaciones de derechos estudios se fue conformando a partir ción de sitios y espacios de memo-
humanos primero y la justicia, des- de una clara y explícita voluntad de ria como el Museo de la Memoria
pués. Las denuncias y testimonios intervención política orientada fun- de Rosario, por mencionar un caso
de las víctimas y/o de los “afectados damentalmente a la reparación de temprano; en la conformación de
directos” (sobrevivientes de centros las víctimas de la represión ilegal y a las comisiones provinciales por la
clandestinos de detención; familia- la recuperación de las experiencias memoria o en las diversas instancias
res y compañeros de militancia de contestatarias, contra-hegemónicas institucionales de ministerios y se-
las personas detenidas-desapareci- y revolucionarias derrotadas en la cretarías nacionales, provinciales y
das) tuvieron un lugar central en la década del setenta. Sin dejar de te- municipales dedicadas al desarrollo
producción de relatos sobre lo acon- mer a las trampas del registro auto- de una pluralidad de dispositivos,
tecido, replicándose luego en el ám- biográfico, me animaría a aseverar las más de las veces educativos, vin-
bito judicial cuando comenzaron a que la recuperación de aquellas culados a la memoria y el estudio
sustanciarse las causas por violacio- experiencias obedecía, por un lado, del pasado reciente, etc.).
nes a los derechos humanos. Como a cierta apuesta más o menos pro-
afirma Gabriela Águila: clamada por suturar las fisuras entre El conjunto de estos elementos
aquel pasado de rebeldías y espe- ilustra bien el hecho de que el con-
“la reconstrucción realiza- ranzas colectivas y ese otro presente sabido e ineludible vínculo entre
da por los organismos y sus de fines de los noventa y primeros Historia y Política fue y es, para el
abogados y luego por fisca- años del nuevo milenio, signado caso del campo de estudios de la
les y jueces, con el auxilio todavía por los ecos de la caída de historia reciente, particularmente
de especialistas de diversas los socialismos reales, los augurios visible y explícito. Ahora bien, si
disciplinas que contribuye- apocalípticos del fin de la historia la evidente y reconocida estrechez
ron a ello, en particular en y los desoladores efectos del neoli- de ese vínculo que es, en definitiva,
la investigación judicial (por beralismo que tardarían muy poco una marca constitutiva del campo,
ejemplo, de la antropología en eclosionar. Por otro lado, aquel debiera suponer una mayor vigilan-
forense) dio forma y conteni- intento de recuperación, obedecía, cia epistemológica, lo cierto es que,
do a una narrativa sobre los también, a otras búsquedas más no pocas veces, las fronteras entre
hechos directamente relacio- estrictamente historiográficas: su Historia y Política parecen difumi-
nada con lo que la justicia inclusión en nuevas narrativas resul- narse en las concepciones o figuras
determina y dictamina más taba por aquel entonces —y resul- implicadas en la construcción de na-
que con cualquier estudio ta aún hoy—indispensable para la rrativas y en las producciones resul-
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tantes. La historiografía del pasado dencias, ensanchó sus horizontes y, reciente, protagonistas de esa misma
reciente cabalga, necesaria u obli- también, planteó nuevos problemas historia y referentes del movimiento
gadamente, sobre la tensión entre el y desafíos. de derechos humanos; concurrieran
gesto crítico, propio de la disciplina, conjuntamente a la elaboración de
y el enfoque empático, tributario de La reinstalación del pasado en la sentidos sobre el pasado, consen-
la voluntad de intervención política. retórica pública y, particularmente, suando, a veces, negociando, otras,
Y en ese andar, la tensión no siem- del pasado reciente —que sin duda palabras, conceptos y representacio-
pre logra sostenerse. funcionó como uno de los núcleos nes que finalmente marcan el pulso
identificatorios más convocantes—; y el tono de las formas conmemo-
Como han señalado recien- la expansión del campo científico; rativas de ese pasado en el espacio
temente Marina Franco y Daniel el enorme emprendimiento en ma- público.
Lvovich: teria de políticas públicas de me-
moria, que se tradujo no sólo en la Un primer balance de este pro-
“resulta imposible disociar constitución de sitios de memoria ceso es sin duda alguna positivo, si
la producción en historia re- sino, también, en algo fundamental atendemos a los propios objetivos
ciente de los contextos polí- para el campo como la recupera- de intervención política y social que
ticos y memoriales y de los ción de los archivos de la represión acompañaron la constitución del
avatares en la esfera política, y su apertura al acceso público; en campo, me refiero especialmente
pública y judicial. Estos ava- fin, la alianza del kirchnerismo con a aquellos vinculados a la amplia-
tares han perfilado, orientado el movimiento de derechos huma- ción y multiplicación de políticas y
y limitado, con distintos nive- nos y sus consecuencias en el espa- espacios abocados a la búsqueda y
les de percepción y reflexión cio de la memoria social y la justi- producción de verdad, de memoria
sobre ello, las condiciones de cia, representó un impulso notable y de justicia.
producción y de enunciación para la historia reciente. Y este im-
de este campo intelectual. pulso se materializó, a su vez y en- Ahora bien, esos bienvenidos lo-
Así, han delimitado pregun- tre otras cosas, en una gran camada gros no agotan el balance. Porque
tas y preocupaciones acadé- de historiadores y colegas de otras en inseparable vínculo con todo lo
micas y soslayado otras, han disciplinas abocados al estudio del anterior, no puede dejar de señalar-
detectado silencios frente a pasado reciente que comenzaron a se que aquel proceso casi simultá-
los cuales reaccionó la pro- desplegar su actividad profesional neo de impulso a las políticas públi-
ducción y han reforzado otros en esos nuevos espacios, a través de cas de memoria a partir del ascenso
olvidos, voluntaria o involun- esas nuevas políticas públicas. Más del kirchnerismo y de expansión del
tariamente. En todo caso, si novedoso aún, en el marco de los campo, coaguló, a su vez y no nece-
la producción historiográfica procesos judiciales por violaciones sariamente en consecuencia, en la
tiene una autonomía sólo re- a los derechos humanos, abiertos consagración de un relato. Y es esta
lativa respecto al campo de o reabiertos tras la anulación de las consagración la que, a mi entender,
la política, en el caso de la leyes de Punto Final y Obediencia plantea los mayores problemas y
Historia Reciente esa brecha Debida, decenas de profesionales desafíos para los historiadores, pro-
suele resultar más tenue, con especialistas en historia reciente — blemas y desafíos que parecieran ser
el riesgo de que los investiga- la mayoría de ellos, historiadores— mucho más netamente políticos que
dores no acompañen su tarea fueron convocados por la Justicia y estrictamente historiográficos.
con una reflexión sobre las prestaron testimonio en calidad de
condiciones memoriales e “testigos de contexto”, participando A fuerza de apretadas síntesis,
ideológicas en las que surgen así, quizás inesperadamente, de la dejando a un lado eventuales mati-
sus preguntas de investiga- revitalización de la compleja rela- ces (que de todos modos no alteran
ción.”4 ción entre verdad jurídica y verdad el esquema explicativo general), y
histórica. aun a riesgo de esquematizaciones
Es indudable que, en la historia burdas, podría decirse que los tópi-
de este campo de estudio, el ascen- Este proceso que signó la política cos que más o menos jalonan ese
so y consolidación del kirchnerismo pública del kirchnerismo en materia relato son:
representó no tanto un punto de de pasado, implicó que funciona-
inflexión, pero sí un nuevo y fuer- rios, profesionales del mundo del a) El derrocamiento del gobier-
te impulso que profundizó sus ten- Derecho; estudiosos de la historia no peronista en 1955, el exilio del
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líder y, quizás más importante aún, f) La amplitud del desafío contes- la puja distributiva. En medio de una
la proscripción del peronismo a par- tatario, cuya expresión más acabada aguda crisis económica, el paquete
tir de 1956, le otorgan un insalvable puede encontrarse en la recurrencia de medidas ortodoxas aplicado por
carácter de ilegitimidad al régimen de los estallidos populares que si- el ministro Celestino Rodrigo (100%
político. guen al Cordobazo y en la simpatía de devaluación del peso, aumen-
popular que cosechan las acciones to de tarifas de servicios públicos y
b) En ese contexto, y en un es- de las incipientes organizaciones combustibles de similar valor, etc.),
cenario internacional signado por guerrilleras, va creciendo hasta im- provoca un verdadero shock eco-
la expansión de los movimientos poner un clima de notoria ingober- nómico, conocido como “el rodri-
emancipatorios del Tercer Mundo nabilidad. Ante una presión popular gazo”, y desata un estallido masivo
en general y por la experiencia de la prácticamente insostenible la dicta- y espontáneo que incluye huelgas
Revolución Cubana en particular, se dura se ve obligada a organizar una generales, ocupaciones de fábricas
conforma a lo largo de la década de salida democrática; permite el retor- y movilizaciones que duran más de
1960, un combativo campo popular no de Perón a la Argentina; levan- un mes. Rodrigo se ve obligado a
en el que confluyen principalmen- ta la proscripción del peronismo y renunciar y la confusa y vertiginosa
te: las bases del movimiento obrero convoca a elecciones. El peronismo sucesión de improvisados ministros
organizado, una porción sustanti- retorna al poder después de 18 años. de economía que le siguió no hace
vamente significativa de las clases más que empeorar la imagen de un
medias recientemente peronizadas, g) La llegada del peronismo al gobierno que parecía naufragar en
un cristianismo social renovado poder alienta las expectativas de sus propias impotencias.
y revitalizado tras la Conferencia transformación social del campo
Episcopal de Medellín y variados popular y, paralelamente, desata j) A través del lobby político y
fragmentos de una ahora cuestio- un violento conflicto intestino en el del fogoneo de la opinión públi-
nada Izquierda Tradicional (Partido movimiento, conflicto que un Perón ca, el núcleo del poder económico
Comunista y Partido Socialista), en- envejecido y “cercado” por sinies- trabaja decididamente junto a las
tre otros. tros personajes no puede contener. Fuerzas Armadas en la ofensiva gol-
pista. Finalmente, el 24 de marzo de
c) La cerrazón de los canales h) La persistencia y radicalidad 1976 las Fuerzas Armadas toman el
político-institucionales —implicada del desafío popular enardece y rea- poder e instauran —con el apoyo y
en la proscripción del peronismo, grupa a clases dominantes y fuerzas la complicidad de distintos sectores
primero, y en el golpe de Estado reactivas. En ese escenario, la muer- sociales entre los que se destaca el
encabezado por el general Onganía te de Perón en julio de 1974 favore- empresariado— una “dictadura cívi-
(1966), después— deja sin alterna- ce el avance de la ultraderecha pero- co-militar” que implementó un siste-
tivas al campo popular empuján- nista en el gobierno y deja vía libre ma represivo criminal, el “terrorismo
dolo a la radicalización político- al desencadenamiento de una repre- de Estado”, signado por la violación
ideológica: la protesta social hace sión sin precedentes protagonizada, masiva y sistemática de los derechos
eclosión en el Cordobazo (1969) in- por un lado, por grupos paraestatales humanos y orientado al disciplina-
augurando un período de moviliza- de ultraderecha como la Triple A, el miento social y la reestructuración
ción de masas sin precedentes, pro- Comando Libertadores de América y del orden económico.
tagonizado fundamentalmente por el Comando Pío XII, y, por el otro,
el movimiento obrero y la juventud, por las propias Fuerzas Armadas k) La maquinaria del terror se
y al calor del cual se constituyen las que, a partir de febrero de 1975 con sustentó sobre la instauración y el
primeras organizaciones revolucio- la firma del decreto que dio origen funcionamiento en todo el territo-
narias armadas. al Operativo Independencia, tienen rio nacional de más de 600 centros
a su cargo el “aniquilamiento del clandestinos de detención, tortura y
e) En tanto protesta social y vio- accionar subversivo”, primero en exterminio (CCDTyE). El saldo final
lencia revolucionaria son dos com- la provincia de Tucumán, luego en constituye un verdadero “genoci-
ponentes de un mismo proceso, se todo el territorio nacional. dio”: 30.000 personas detenidas-
destaca no sólo la naturaleza reac- desaparecidas y alrededor de 500
tiva de esta última sino, además y h) Incapaz de imponer algún tipo niños apropiados (nacidos en cau-
fundamentalmente, su legitimidad de autoridad, el gobierno de Isabel tiverio o secuestrados junto a sus
y aprobación por parte de amplios Perón se desgasta en infructuosos padres). A lo anterior se suma la ci-
sectores sociales. manotazos de ahogado para frenar fra de 9.000 presos políticos y una
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cantidad incierta de exiliados que se gran deudor de la historia. Lo es no Resulta imposible analizar aquí,
estima entre 300.000 y 500.000 per- tanto por lo que dice (siempre mate- detenidamente, el conjunto de com-
sonas; por no mencionar los efectos ria de debate e interpretación), sino ponentes de este relato (palabras,
económicos más visibles como la más bien por lo que calla, por lo que conceptos, argumentos, silencios,
desindustrialización, la desocupa- en él hay de olvidos, de desplaza- etc.), que merecerían un tratamien-
ción y el endeudamiento externo: mientos semánticos, de silencios. Lo to más crítco e irreverente del que
es por las autocomplacencias que pareciera posible hacer. De modo
“La dictadura se propuso im- propone y porque refugiándose en la que mencionaré apenas algunos de
poner un sistema económico legitimidad indiscutible y las fibras ellos para detenerme luego princi-
de tipo neoliberal y arrasar sensibles de la causa que representa, palmente en otros temas silenciados
con las conquistas sociales ha preferido la iconografía emotiva cuya inscripción en el espacio pú-
de muchas décadas, que la y sacralizada como fórmula exclu- blico plantea severas resistencias y
resistencia popular impedía siva a las interpelaciones que sabe dificultades (entiendo que políticas)
fueran conculcadas. La peda- debiera afrontar para dar cuenta de y que, sin embargo, su tratamiento
gogía del terror convirtió a los la complejidad y las condiciones de resulta indispensable para la inteli-
militares golpistas en señores posibilidad de la tragedia vivida. gibilidad del proceso estudiado y el
de la vida y la muerte de to- establecimiento de una verdad más
dos los habitantes del país. En Para decirlo claramente: en la omnicomprensiva.
la aplicación de estas políti- escritura de toda historiografía que
cas, con la finalidad de evitar se proponga explicativa, y en el Hay, entonces, en principio, un
el resurgimiento de los movi- despliegue de toda memoria que se conjunto de componentes de aquel
mientos políticos y sociales, proponga portadora de fundamentos relato ya instalados en el espacio
la dictadura hizo desaparecer y valores indispensables para la re- de la memoria social, cuya fuerza
a 30.000 personas, conforme construcción ética y política de una simbólica o cuyo valor y efectividad
a la doctrina de la seguridad comunidad que atravesó la expe- jurídico-político operan bien como
nacional, al servicio del pri- riencia del gran crimen, la pregunta fuerzas resistentes y/o reactivas a las
vilegio y de intereses extra- sobre “qué pasó” remite necesaria- revisiones críticas provenientes del
nacionales. Disciplinar a la mente a la pregunta sobre “cómo campo historiográfico, bien como
sociedad ahogando en sangre fue posible que pasara”. disuasivos para que esas mismas
toda disidencia o contesta- revisiones sean explicitadas en el
ción fue su propósito mani- Esta última pregunta abre las espacio público. Tal es el caso, por
fiesto. Obreros, dirigentes de puertas al problema de las responsa- ejemplo, de la cifra de las personas
comisiones internas de fábri- bilidades colectivas y, en consecuen- detenidas-desaparecidas; del con-
cas, sindicalistas, periodistas, cia, interpela ética, política y jurídi- cepto de “genocidio”, del de “terro-
abogados, psicólogos, profe- camente a una pluralidad de actores. rismo de Estado” y el de “dictadura
sores universitarios, docentes, Y junto a esa interpelación se tensan cívico-militar”.
estudiantes, niños, jóvenes, las fronteras políticas e ideológicas
hombres y mujeres de todas entre lo que puede ser dicho en el No quisiera explayarme dema-
las edades y estamentos so- espacio público y lo que no; apa- siado aquí en las revisiones y cues-
ciales fueron su blanco”.5 recen los silencios, los temas e in- tionamientos que han comenzado
terrogantes que se prefiere no abor- a recibir, desde el campo historio-
Este relato es parte de los disposi- dar porque son temas “delicados” gráfico, estos componentes. Baste
tivos simbólicos y discursivos imbri- o “sensibles”; en fin, temas que se decir que, respecto del concepto de
cados en la infatigable labor de las resisten a ser inscriptos en una narra- “genocidio” y del de “terrorismo de
organizaciones de derechos huma- tiva pública (a pesar de que el cam- Estado”, se ha señalado que, inde-
nos —nutridas, en gran medida, por po historiográfico ya ha comenzado pendientemente de su efectividad
los sobrevivientes de la militancia a avanzar sobre ellos). Finalmente, política y jurídica, en conjunto, so-
revolucionaria y sus herederos— en no está demás señalar que aquellas lapan tanto el carácter selectivo y es-
su búsqueda de verdad y justicia. fronteras entre lo decible y lo silen- trictamente político de la represión
Pero este relato se ha consagrado, ciado no son estáticas sino que se y de sus víctimas como la variedad
también, como celoso guardián de configuran fundamentalmente por de comportamientos sociales frente
lo que puede ser dicho y lo que debe los escenarios memoriales, políticos al régimen militar y sus estrategias,
ser callado, y es, por eso mismo, un y judiciales del presente. variedad vinculada no sólo con el
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miedo, el desconcierto y el disci- ciertas voluntades políticas de tintes de derechos humanos que sólo lo-
plinamiento social sino también negacionistas o relativistas que bus- gró identificar un tercio de los des-
con actitudes de simpatía y consen- can opacar la naturaleza excepcio- aparecidos que denuncia y el de la
timiento. Es evidente que si estos nal y aberrante de los crímenes co- militancia revolucionaria setentista
señalamientos no encuentran eco metidos por la dictadura militar. Por que no supo generar lazos solidarios
más allá de las fronteras del campo otro lado, el atrincheramiento detrás en el entramado social capaces de
académico es porque limitan, hacen de la consigna “Son 30.000” eviden- advertir, recordar y denunciar, aún
mella o ponen en jaque la natura- cia no tanto la defensa de una ver- después de cuarenta años, más de
leza y las potencialidades de iden- dad empírica comprobada como la 20.000 desapariciones de militantes
tificación empática de aquel relato fuerza simbólica que la figura de la del campo popular. Finalmente, no-
consagrado. desaparición y la experiencia de la sotros, historiadores, estaríamos ol-
represión ocupan en la construcción vidando que hasta hace no muchos
Por su parte, la noción de “dic- de identidades colectivas. Aunque años, el movimiento de derechos
tadura cívico-militar” se ha impues- no haya sido objeto de investigación humanos, aunque mantuviera como
to progresivamente en el espacio sistemática por parte del campo his- consigna pública, quizás por su va-
público durante los últimos años, toriográfico, somos muchos los his- lor simbólico, la cifra de 30.000,
a medida que las investigaciones toriadores que, por varios motivos, podía convivir sin tensiones insal-
judiciales se expandieron hacia los nos inclinamos a creer que la cifra vables con aquella establecida por
participantes civiles en delitos re- de 30.000 no se corresponde ni con la CONADEP en 1984 para el pe-
presivos. Especialmente, la deno- la evidencia histórica ni con cálcu- ríodo 24 de marzo de 1976-10 de
minación apunta a la denuncia de lo estimativo plausible alguno. Sin diciembre de 1983: 8.960.6 Pero los
la complicidad de ciertos grupos embargo, nos hemos abstenido, de historiadores no hemos intervenido
económicos con la dictadura en hecho, de participar del debate pú- activamente en este debate, quizás
general y la represión en particular. blico en torno a este problema. No porque los usos políticos de estas
Dejando momentáneamente a un es menor lo que podríamos haber cifras configuran un terreno habita-
lado el problema de las responsa- aportado: que la diferencia entre las do por hipersensibilidades reactivas,
bilidades sociales, y si bien resulta cifras esgrimidas no desmiente en estigmatizaciones y certezas incon-
siempre necesario el señalamiento absoluto aquello que sí resulta inad- movibles que termina por obturar la
del complejo entramado de intere- misible negar, esto es, la sistemati- audibilidad, la reflexión y el recono-
ses que participaron del proyecto cidad y masividad de los crímenes cimiento. ¿No es elocuente, acaso,
golpista, no debería desdibujarse, cometidos y, por ende, su naturaleza que aún a costa de nuestra vocación
como contrapartida, la autonomía aberrante que ofende a la conciencia constitutiva de estrechar los lazos
y preeminencia del actor militar en humana; que la cifra de las personas entre la investigación histórica, la in-
la definición de las características detenidas-desaparecidas no agota tervención política y la transferencia
esenciales del régimen instalado y ni las múltiples dimensiones de la social, hayamos guardado absoluto
su funcionamiento. actividad represiva ni su magnitud; silencio cuando la Legislatura de la
que si aceptamos acríticamente, sin Provincia de Buenos Aires —quizás
En cuanto al problema de las más y por razones empáticas, la ci- producto de un acuerdo político en
cifras de las personas detenidas- fra de 30.000, paradójicamente es- el que no jugó un rol nada menor la
desaparecidas (si son entre 6.000 y taríamos desconociendo los admi- voluntad del macrismo de demostrar
9.000 o son 30.000) diría, en prin- rables logros del propio movimiento corrección política luego de que va-
cipio, que resulta particularmente de derechos humanos a lo largo de rios de sus funcionarios, incluyendo
elocuente para lo que intento plan- tantas décadas en materia de iden- al propio Presidente, se expresaran
tear aquí, que los historiadores no tificación de cada nombre, de cada insidiosamente y con desdén respec-
hayamos sido capaces de intervenir fecha, de cada historia, identifica- to de las cifras de desaparecidos—
activamente en este debate público ción-restitución de la humanidad promulgara, el 15 de mayo de 2017,
que parece, en rigor, una pulsea- y la singularidad de cada vida, allí la ley 14.910 en la que se establece
da. Salvando honrosas excepciones donde el Mal pretendió negarlas. que debe incorporarse “de manera
como las de Graciela Fernández Más aún, si aceptamos acríticamen- permanente en las publicaciones,
Meijide, el tono y el contenido de te, sin más y por razones empáticas, ediciones gráficas y/o audiovisuales
las intervenciones pareciera dar la cifra de 30.000, paradójicamente y en los actos públicos de gobierno,
cuenta, por un lado, de la persisten- estaríamos hablando por lo menos de los tres poderes de la provincia”
cia o, mejor, del resurgimiento de de dos fracasos: el del movimiento la cifra de 30.000 desaparecidos y
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el término “dictadura cívico-militar” como cotidianas que conformarían Aquello que esta reconstrucción
para referirse al régimen instaurado un escenario político-institucional histórica viene a demostrar es que no
el 24 de marzo de 1976? signado por el estado de excepción. es poca —sino más bien mucha— la
Es de destacar que, en su análisis, la responsabilidad que le cupo al prin-
Y ahora sí, entonces, me gus- autora otorga un lugar destacado a cipal movimiento político del país,
taría referirme a otros dos compo- las formas en que aquellos discursos el peronismo, en la configuración de
nentes de aquel relato consagrado, y políticas hallaron eco y/o consen- las condiciones de posibilidad de la
particularmente controversiales en so en variados espacios sociales ta- maquinaria de terror instalada a par-
materia política y/o cuyas proble- les como la prensa, los partidos po- tir del 24 de marzo de 1976.
matizaciones emanadas del campo líticos, etc.
de estudios de la historia reciente se No obstante, este aporte historio-
resisten a ser inscriptas en el espa- Es ésta, ante todo, una interven- gráfico al conocimiento del pasado
cio público, fundamentalmente por ción audaz toda vez que aborda lo reciente no ha sido incorporado en
las incomodidades que acarrean. que la propia autora denomina el la narrativa pública. Y los motivos
Me refiero al silencio respecto de “tabú” sobre la represión protagoni- resultan por demás evidentes: ¿Qué
la responsabilidad del peronismo, zada por el peronismo. Y en ese irre- puede hacer el peronismo con esta
y del propio Perón, en el desenca- verente abordaje su pluma confron- fracción sustantiva de su historia?
denamiento de la masacre, por un ta, con rigor historiográfico, imáge- ¿Cómo inscribir al peronismo en
lado; y al silenciamiento respecto de nes y representaciones del período una genealogía de justicia, en una
las muertes provocadas intencional- que están ampliamente extendidas genealogía que reivindique la gesta
mente por las organizaciones revo- en círculos militantes, políticos y militante, en una genealogía de los
lucionarias armadas, por el otro. aún académicos; por ejemplo, una derechos humanos cuando el pro-
postulada ajenidad de Perón respec- pio padre fundador es uno de los
La obra de referencia obliga- to de las prácticas represivas ilegales grandes enunciadores, uno de los
da para el primer problema es, sin del período 1973-1976, prácticas grandes constructores de la figura de
duda, la de Marina Franco, Un ene- que —no puede dejar de decirse — la subversión como aquello extran-
migo para la Nación. Motivado por incluyeron el asesinato de militantes jero, como aquello ajeno al cuerpo
un confesado desvelo —“cómo fue del campo popular. Es, a su vez, una argentino, como aquello que es ne-
posible que la sociedad argentina intervención de gran solidez analí- cesario aniquilar?
llegara a las espirales de violencia tica. La investigación está muy bien
que después de varias décadas con- documentada a partir de un corpus En similar dirección se sitúa el
fluyeron en la salvaje dictadura mi- de fuentes primarias tan nutrido otro gran silencio del relato consa-
litar de 1976”— la autora aborda el como heterogéneo y pertinente. Y, grado: el de las ejecuciones llevadas
período constitucional 1973-1976 un elemento destacable y de fun- a cabo por las organizaciones revo-
buscando allí las olvidadas cuando damental importancia tratándose de lucionarias armadas. Y en este pun-
no silenciadas líneas de continuidad una intervención historiográfica, es to me veo obligada a referirme a mi
de este período con aquél abierto en la nutrida información que ofrece, propio trabajo de investigación.
1976 en términos de políticas repre- es decir, su sólida reconstrucción
sivas estatales. Así, presta particular fáctica (a diferencia de otras escri- En el amplio abanico de sus prác-
atención tanto a la dimensión de la turas sostenidas menos en la inves- ticas políticas y militares, la guerrilla
discursividad emanada desde el go- tigación rigurosa que en certezas de incluyó la ejecución selectiva de
bierno peronista —especialmente en carácter impresionista). Finalmente, personas. Sin embargo, esta prácti-
lo que refiere a la construcción de la trama narrativa fundamenta bien ca —en tanto práctica— no ha sido
figuras tales como “la subversión”, la hipótesis propuesta: el período incorporada a la narrativa emana-
“la infiltración marxista”, “la ame- constitucional 1973-1976 constitu- da de la militancia revolucionaria.
naza comunista”, entre otras que, yó un proceso de lenta deriva hacia En rigor, la memoria revolucionaria
tras 1976, serían retomadas por las el autoritarismo desde el seno y a sólo ha dado lugar a dos o tres eje-
FFAA en el poder— como a la de las través de las instituciones del propio cuciones que, por variados motivos,
medidas y políticas estatales espe- régimen democrático, de algunos han alcanzado un altísimo valor
cíficas en relación con la violencia sectores o de algunas prácticas pa- simbólico (asimilable, quizás, a la
insurgente, medidas y políticas ma- ralelas o clandestinas. figura del magnicidio); mientras que
terializadas tanto en leyes y decretos el resto de las ejecuciones han sido
como en prácticas tanto más difusas olvidadas, cuando no silenciadas.
26 CIENCIA E INVESTIGACIÓN - TOMO 68 Nº 4 - 2018

Sin embargo, entre 1969 y 1979, se cabo por el PRT-ERP entre septiem- las narrativas públicas y las memo-
pueden identificar entre 300 y 1.000 bre y diciembre de 1974, luego de rias de diversos grupos desde enton-
ejecuciones protagonizadas por la que el Ejército Nacional fusilara a ces y hasta hoy.
guerrilla, dependiendo de las fuen- 14 combatientes del ERP que se ha-
tes, los enfoques y el criterio de se- bían rendido tras un frustrado asal- En estricto vínculo con una mira-
lectividad con que el estudioso haga to al Regimiento 17 de Infantería da omnicomprensiva de lo anterior,
ese recorte. Aerotransportada de San Fernando hay otro problema que amerita ser
del Valle de Catamarca; la bomba en revisitado y que hace a la propia
En mi caso, tomé la cifra de Superintendencia Federal en julio de genealogía imaginaria de quienes,
301—a la que arribé a partir de la 1976 y la bomba en el microcine del desde el seno del movimiento de de-
recopilación y análisis de fuentes Departamento de Defensa en agosto rechos humanos, se identifican con
primarias— cifra que refiere a ejecu- de 1976, acciones ambas llevadas a la militancia revolucionaria setentis-
ciones selectivas; es decir, no se trata cabo por Montoneros. Resulta nece- ta: la postulación de una violencia
de muertes en combate, ni muertes sario destacar que, al igual que en la revolucionaria de carácter estricta-
accidentales, sino muertes intencio- venganza clásica, el sentido de estas mente defensivo. Basta acercarse a
nalmente provocadas. Podría decir represalias era la restauración de un uno de los textos de mayor reveren-
que, de esos 301, 242 corresponden orden, de un equilibrio que el cri- cia en las izquierdas latinoamerica-
a integrantes de las fuerzas represi- men vengado había roto o dañado: nas de la época, Los condenados de
vas: oficiales del Ejército y Policía el vengador restaura un equilibrio la Tierra de Frantz Fanon, para poner
Federal en su mayoría. moral que nunca debió haber sido en tensión aquel postulado.
roto y, al mismo tiempo, normativiza
Un análisis de las declaraciones lo que debe ser. Sin embargo, aun- La obra de Fanon, constituyó, se-
que acompañaron esas ejecuciones que estas ejecuciones (antes y des- gún la abrumadora mayoría de los
permite afirmar que, hasta 1974, el pués de 1974) tenían como objetivo testimonios disponibles, una obra de
fundamento sobre el cual se susten- el disciplinamiento de las Fuerzas referencia obligada para la militan-
taron fue el de la venganza indivi- Armadas, el acotamiento de la con- cia revolucionaria y, en consecuen-
dualizada; es decir, la represalia por frontación bélica a los códigos pro- cia, uno de los textos matrices de la
la responsabilidad directa y personal pios de la guerra convencional, lo sensibilidad militante; más aún, en
del ejecutado en la desaparición, cierto es que esta voluntad no tuvo forma completa o parcial integró el
asesinato y tortura de militantes re- efecto rectificador alguno sino que, listado de bibliografía obligatoria en
volucionarios. Por su número y su más grave aún, me animaría a decir, varias carreras de universidades de
regularidad y, por la retórica que las cerró filas entre las Fuerzas Armadas, todo el país.
acompañó, sustentada en la deter- creando una sensación interna de
minación implacable de no negociar amenaza y ofreciendo argumentos a Allí, en el texto de Fanon, se
la sangre de los caídos (figura cen- tímidos y convencidos para lanzarse advierte no sólo la dimensión de-
tral del imaginario guerrillero) éstas a la ofensiva contrarrevolucionaria fensiva de la violencia revolucio-
fueron las ejecuciones por excelen- hasta la aniquilación total. naria —en tanto se presenta como
cia de la justicia revolucionaria. A respuesta a una opresión milenaria,
partir de 1974, lo que comienza a No se trata de afirmar aquí que el omnipresente, que pesa sobre los
hacerse evidente es que esa vengan- advenimiento de la represión, en su explotados y humillados de todas
za individualizada fue reemplazada modalidad criminal específica, haya las épocas; como un alarido de furia
por la represalia indiscriminada. A sido consecuencia directa y exclu- y rebelión de esos “condenados de
diferencia de la primera, esta última siva de aquellas ejecuciones; pero la tierra”, gestado en las tramas más
recayó indistintamente sobre miem- sí que éstas participaron tanto de la viejas de la historia— sino también
bros de una determinada fuerza, en compleja trama que creó las condi- otra dimensión, aquella en la que
tanto tales: a través de estas ejecu- ciones de posibilidad para el avance se le confía a la violencia un poder
ciones no se castigaba al individuo del proyecto golpista como de aque- creador.
en sí por un crimen particular sino a lla otra que selló trágicamente la
la institución de la que formaba par- suerte de la apuesta revolucionaria. Violencia creadora de emancipa-
te por sus prácticas represivas. Las Finalmente, tampoco fueron ajenas ción: “en los primeros tiempos de la
más conocidas de estas represalias a las representaciones bipolares de rebelión, hay que matar: matar a un
indiscriminadas fueron: la llevada a la violencia política que habitaron europeo es matar dos pájaros de un
El historiador del pasado reciente y los relatos consagrados. Empatía, incomodidades y desafíos del campo ... 27

tiro, suprimir a la vez a un opresor y a la querella. Pero si el régi- blico. Las frases que más corriente-
a un oprimido: quedan un hombre men todo y hasta sus ideas mente aparecen son la de “hacerle
muerto y un hombre libre” (Fanon, sobre la no violencia están el juego a la derecha”; “abonar a la
1963: 20); violencia creadora de condicionados por una opre- teoría de los dos demonios”; “darle
humanidad: “hijo de la violencia, sión milenaria, su pasividad de comer al enemigo”; o que “no es
en ella encuentra a cada instante su no sirve sino para alinearlos éste el momento de abordar estas te-
humanidad otro hombre, de mejor del lado de los opresores.”7 máticas”.
calidad” (22); violencia creadora
de hombres nuevos: “la descoloni- ¿Qué hacer con este antihuma- Y, en efecto, debe decirse tam-
zación modifica fundamentalmente nismo emulado cuando es la mili- bién, para ser justos, que a partir de
al ser, transforma a los espectadores tancia revolucionaria un componen- la reapertura de procesos judiciales,
aplastados por la falta de esencia en te clave del movimiento de derechos pero más aún quizás a partir de cier-
actores privilegiados, recogidos de humanos en Argentina? ¿Cómo anu- to reflejo reactivo a la consagración
manera casi grandiosa por la hoz de dará en su pretendida narrativa his- del relato señalado y a las prácti-
la historia. Introduce en el ser un rit- tórica la genealogía de la violencia cas y retóricas celebratorias que lo
mo propio, aportado por los nuevos revolucionaria y la del paradigma acompañaron, se erigieron voces
hombres, un nuevo lenguaje, una humanista sin traicionar los sentidos que, de hecho, echaron mano de es-
nueva humanidad. La descoloniza- de aquella violencia en su expresión tos silencios, convirtiéndolos en una
ción es realmente creación de hom- setentista y tercermundista? suerte de caballitos de batalla, a ve-
bres nuevos” (31); violencia creado- ces, de cierta campaña anti-kirch-
ra de conciencia: “iluminada por la Todos estos temas parecieran nerista, a veces, de cierta campaña
violencia, la conciencia del pueblo constituirse como tabúes a la hora tendiente a revertir la acción de la
se rebela contra toda pacificación” de su abordaje público. Y, como se justicia y ponerle freno a los proce-
(86). señala al comienzo de este escrito, sos judiciales en curso. Las voces de
en aquel espacio plural de militan- alarma se enardecieron aún más con
Violencia y creación: la violen- tes, funcionarios y profesionales que la llegada del macrismo al poder y
cia revolucionaria deja de ser estric- participamos de la construcción de ciertos acontecimientos en materia
tamente defensiva para asumir, tam- narrativas sobre el pasado reciente, de política pública de memoria y
bién, un carácter creativo, ofensivo. aparece algo muy parecido al poder derechos humanos que parecerían ir
Y uno de sus rasgos es un declarado de veto. en sentido exactamente contrario al
antihumanismo. Por eso, la violencia impulsado durante el kirchnerismo
de los oprimidos es sustantivamente No puede dejar de destacarse (reducción de presupuesto en sitios
justa, inimpugnable en nombre de que no hay impedimentos estricta- y espacios abocados a la materia,
un humanismo que no es más que mente historiográficos para el abor- desaceleración de los procesos judi-
el “juego irresponsable de la bella daje de estas temáticas: la importan- ciales, etc.).
durmiente del bosque” (98). cia y las potencialidades para la in-
vestigación que significó la apertura Y, llegados a este punto, quisiera
“Henos aquí frente al strip- de los archivos de la represión, junto referirme, aunque más no sea breve-
tease de nuestro humanismo con la pluralidad de otros archivos mente, al problema de la permeabi-
–dice Sartre- desnudo y nada y reservorios hoy disponibles, dan lidad política de la Justicia porque
hermoso. No era sino una cuenta de que las dificultades para interviene en forma directa tanto en
ideología mentirosa, la exqui- abordar estos aspectos y dimensio- los usos políticos del pasado como
sita justificación del pillaje. nes del pasado reciente no se rela- en las condiciones de producción e
¡Qué bello predicar la no vio- cionan precisamente ni con la es- intervención del campo historiográ-
lencia! ¡Ni víctimas ni verdu- casez de fuentes ni con postuladas fico.
gos! ¡Vamos! Compréndalo complejidades que impondrían su
de una vez: si la violencia imposibilidad interpretativa. Antes Hasta marzo de 2018, los víncu-
acaba de empezar, si la ex- bien, entiendo, se trata de silencia- los entre el campo jurídico y el de
plotación y la opresión no mientos, censuras y autocensuras estudios sobre historia reciente po-
han existido jamás sobre la sustentadas, sobre todo, en el temor dían considerarse, como ya ha sido
Tierra, quizás la pregonada de los efectos políticos de abordar señalado, fructíferos y solidarios; no
no violencia podrá poner fin estas temáticas en el espacio pú- sólo porque ambos se retroalimen-
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taban en la producción de conoci- de guerra, bien como crímenes de acto criminal individual. Por obvias
miento respecto del accionar repre- lesa humanidad. Ninguna de las dos razones, omitiré esta segunda cues-
sivo, sino, también, porque ambos opciones es posible para la expe- tión, deteniéndome muy brevemen-
descansaban, cada cual desde sus riencia argentina. te en la primera.
propios marcos interpretativos, en
la imposibilidad de equiparación Para la primera estrategia (su tra- Tal como está concebida en
entre la violencia revolucionaria y tamiento como crímenes de guerra), la actualidad, la categoría de crí-
aquella desplegada por las Fuerzas se necesita la verificación de un menes de lesa humanidad no sólo
Armadas desde el poder. Y fue en conflicto armado de carácter no in- comprende crímenes cometidos en
gran medida, por qué no decirlo, ternacional. Si éste se verificara, las conexión con una política estatal o
sobre el establecimiento jurídico de partes beligerantes quedarían com- bajo su amparo, sino también actos
esa imposibilidad de equiparación, prendidas por el artículo 3 común a cometidos en virtud de una políti-
que el campo historiográfico pudo las Convenciones de Ginebra (que ca “organizacional”. Sin embargo,
adentrarse en la investigación y el prohíbe homicidios, ejecuciones esta inclusión de agentes no estata-
debate sobre las múltiples dimensio- sumarias, toma de rehenes, mutila- les en el círculo de sujetos activos
nes y prácticas de la violencia revo- ciones, tortura, tratos crueles, etc.). de los crímenes de lesa humanidad
lucionaria. Ahorrándonos los argumentos re- es, también, de desarrollo recien-
lativos a la dificultad de establecer te (1992) y, por ende, no aplicable
Merece adentrarse, por la proble- en términos fácticos la existencia para la Argentina de los años seten-
mática que aquí nos ocupa y porque de un conflicto armado interno de ta, por no mencionar el hecho de
es un interrogante recurrente en los dos o más partes beligerantes, esta que aquella inclusión sólo es posi-
debates sobre el pasado reciente, en posibilidad queda descartada por ble cuando esos agentes no estatales
la asimetría jurídica de ambas vio- el carácter consuetudinario suma- participan de las características de
lencias. Intentaré hacerlo a través de mente reciente del artículo 3 común los autores estatales, en tanto ejer-
un muy breve recorrido libre de va- (1995) que impide aplicarlo retroac- cen algún dominio o control sobre
loraciones subjetivas, simpatías polí- tivamente a los setenta. Frente a territorio o gente y llevan adelante
ticas o afinidades sensibles. esta imposibilidad, se ha esgrimido una política de características simi-
el apoyo del gobierno cubano a los lares a las de la acción estatal. Y las
Los delitos de las fuerzas repre- grupos armados locales para que el organizaciones revolucionarias ar-
sivas están siendo juzgados porque conflicto adquiera status internacio- gentinas, con independencia de sus
se corresponden con aquellos defi- nal y quede entonces sí compren- propias proyecciones imaginarias,
nidos como crímenes de lesa huma- dido en las Convenciones de 1949. jamás revistieron estas característi-
nidad y éstos son imprescriptibles. Esta estrategia también ha fracasado cas: jamás ejercieron control pobla-
Los delitos de los grupos armados pues para que un conflicto se “inter- cional o territorial alguno y jamás
no estatales no están siendo juzga- nacionalice” no alcanza que una de implementaron una política asimi-
dos porque han prescripto. Para que las partes obtenga financiamiento lable a la acción estatal. En resumi-
los delitos de los grupos armados no o recursos de un Estado extranjero, das cuentas, fin del recorrido para el
estatales (llamados, en el lenguaje sino que se reclama de ese Estado caso argentino.
jurídico que nos convoca, “actos de una intervención directa de su tropa
terrorismo”) puedan ser perseguidos y una participación en la planifica- Por supuesto que todo esto no
penalmente deben recibir el trata- ción y supervisión de las operacio- quita legitimidad ni a las demandas
miento de actos comprendidos en el nes militares. Opción descartada. ni al dolor de los familiares de las
universo o catálogo de crímenes re- víctimas de aquellos actos. Y, como
primidos por el derecho internacio- En cuanto a la segunda opción, intento dejar claro en el presente es-
nal consuetudinario (esto es, críme- la del tratamiento de los “actos de crito, no somos pocos quienes sos-
nes gravísimos que violan normas terrorismo” como crímenes de lesa tenemos que esos actos ni pueden
de validez universal y, por tanto, humanidad, deben considerarse dos ni deben ser borrados de los relatos
son imprescriptibles e inamnistia- cuestiones fundamentales: una rela- públicos sobre el pasado. Pero des-
bles). Como el crimen de terrorismo tiva al sujeto activo de esos crímenes de el punto de vista jurídico no son
no está incluido en aquel catálogo (esto es, quién puede cometerlos) y punibles; porque por su propia natu-
como delito autónomo, para enjui- otra relativa al elemento general de raleza, han prescripto. No estaría de
ciar esos hechos debe promoverse contexto que define la categoría de más recordar que durante el enfren-
su tratamiento bien como crímenes lesa humanidad, en oposición a un tamiento político radical de los se-
El historiador del pasado reciente y los relatos consagrados. Empatía, incomodidades y desafíos del campo ... 29

tenta, fuera de los pocos hechos que empleo sistemático de la tortura más permeabilidad a los vientos que el
sí han sido efectivamente juzgados, inhumana, el establecimiento en macrismo trajo consigo.
fue el propio Estado argentino, bajo todo el territorio nacional de cientos
el mando del peronismo en el poder, de centros clandestinos de deten- A comienzos de 2018, la Cámara
primero, y de las Fuerzas Armadas ción y exterminio, la apropiación Federal de Apelaciones de Rosario,
después, quien renunció a los cami- de niños nacidos en cautiverio o se- dio lugar al tratamiento de la soli-
nos jurídicos para investigar y juzgar cuestrados junto a sus padres, no tie- citud de reapertura de la causa re-
esos actos, optando en forma confe- nen parangón alguno en la violencia lativa a la muerte de Argentino del
sa, en su lugar, por una estrategia en revolucionaria argentina. No está de Valle Larrabure.9 Dicha solicitud
la que la caza de brujas y la tortura más explicitar aquí que las organi- fue presentada por los familiares de
reemplazó al trabajo de inteligen- zaciones revolucionarias armadas Larrabure (como parte querellante) e
cia; el asesinato y la desaparición, al no sólo no han incluido a la tortu- incluye el pedido de detención in-
juicio; en definitiva, el crimen, a la ra entre sus prácticas (y no hay evi- mediata de Luis Mattini (seudónimo
ley. Me eximo de referirme a los pro- dencia alguna que indique que han de Juan Arnol Kremer Balugano),
pósitos últimos de disciplinamiento recurrido a la ella siquiera excepcio- único sobreviviente de la dirección
político-social del régimen implan- nalmente) sino que, más importante del PRT-ERP. El argumento de la so-
tado en 1976, propósitos que exce- aún, el rechazo absoluto de la tortu- licitud de reapertura de la causa es
den con mucho la voluntad punitiva ra, su inadmisibliidad ética en el sis- que la muerte de Larrabure constitu-
sobre los “actos terroristas”, si es tema de creencias y valores de estas ye “un delito de lesa humanidad en
que estos últimos tuvieron relevan- organizaciones, funcionó como uno el contexto de un conflicto armado
cia determinante en la definición de de los elementos nodales de dife- interno” y es, por tanto, imprescrip-
aquellos propósitos. renciación identitaria respecto de su tible. El hecho de que la Cámara die-
“enemigo”.8 La modalidad y natu- ra lugar al tratamiento de esta soli-
Como complemento y en con- raleza de la represión planificada y citud sorprendió por varios motivos:
sonancia con el plano jurídico debe ejecutada por el Estado transgredió en primer lugar, porque contraviene
insistirse, también, en que la desa- los principios éticos que fundamen- el principio de “cosa juzgada”. En
tinada pretensión de equiparar la tan la existencia y preservación de efecto, entre 1975 y 1983 se sustan-
violencia revolucionaria a la desple- una comunidad, implicando lo que ciaron dos procesos judiciales (uno
gada por las Fuerzas Armadas desde algunos estudiosos han considerado por el asalto al cuartel de Villa María
el Estado encuentra otras objeciones un verdadero quiebre civilizatorio, y y otro por la muerte de Larrabure)
no menos definitorias que las del allí no hay simetría posible. que incluyeron condenas de entre
mundo del derecho. La responsabi- 8 y 15 años de prisión.10 En segun-
lidad del Estado en la violación de Ahora bien, como decía anterior- do lugar, porque la Corte Suprema
derechos básicos y en la trasgresión mente, fue en gran medida a partir de Justicia de la Nación sostuvo,
y/o eliminación de normas de con- del marco jurídico que instituía la en sucesivos fallos a partir del de
tención jurídicas, cívicas y éticas no equiparación de los delitos, que “Arancibia Clavel, Enrique Lautaro
que debieran contener los conflic- el campo historiográfico pudo aden- s/ homicidio y asociación ilícita”,
tos en un marco de regulación es trarse en la investigación y el debate con fecha 24 de agosto de 2004,
incomparable con la negación de sobre las múltiples dimensiones y que un crimen de lesa humanidad
estas normas por parte de una fuer- prácticas de la violencia revolucio- es aquel cometido por el Estado en
za revolucionaria o insurreccional, naria, incluidos los “hechos de san- un ataque general y sistemático con-
puesto que la propia función del gre”. Sin embargo, como se sabe, tra la población. Finalmente, porque
Estado es velar por aquellas normas. allí y acá, antes y ahora, la justicia en consonancia con lo dictaminado
Al negar éstas y reemplazarlas por la no ha sido nunca un entramado por la Corte Suprema de Justicia y
ilegalidad, el Estado daña de manera impoluto de instituciones, leyes y del Derecho Penal Internacional, la
incomparable la posibilidad misma sujetos que permanece ajeno a las Procuraduría General de la Nación,
de la vida política. muchas pugnas políticas, ideológi- el  29  de  noviembre  de  2007
cas, culturales, etc.; sino más bien, —como respuesta precisamente al
Finalmente, debe señalarse la expresión y parte nodal, a la vez, de dictamen del fiscal General ante la
notoria y pública desproporción res- aquellas pugnas. Sin mayores sor- Cámara Federal de Apelaciones de
pecto de los métodos empleados. La presas, entonces, se advierte que, en Rosario, doctor Claudio Marcelo
planificación y ejecución de la polí- materia de pasado reciente, la jus- Palacín, con fecha 30 de octubre
tica de desaparición de personas, el ticia ha comenzado a demostrar su de ese mismo año, que concluía
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que los hechos que damnificaron a Entonces, desde el punto de vista hacer silencio sobre aquellos fenó-
Larrabure constituían delitos de lesa del historiador del pasado reciente, menos que, sin duda, participaron
humanidad— instruyó a los fiscales y en tanto los giros de los marcos y de la trama histórica que estudia-
con competencia penal que adop- principios jurídicos vigentes partici- mos. Sostengo que debemos ser
taran para todos los casos análogos pan de la delimitación de las fron- capaces de escapar de la sacralidad
el criterio de inaplicabilidad tanto teras políticas entre lo que puede que imponen los símbolos; sostengo
de la categoría de crímenes de lesa ser dicho y lo que no, la cuestión que debemos adentrarnos con ma-
humanidad como la de crímenes de se plantea en términos dilemáticos. yor irreverencia en el pasado y sos-
guerra. ¿Cómo posicionarse ante un escena- tengo, sobre todo, que la legitimidad
rio en el que, por un lado, parecie- de nuestra palabra pública no se ali-
El 21 de marzo de 2018, final- ran primar las irascibilidades y las mentará jamás ni del silencio ni del
mente, tuvo lugar la audiencia de estigmatizaciones toda vez que se solapamiento.
apelación en la Cámara Federal de intenta revisar los relatos consagra-
Apelaciones de Rosario. Sin expe- dos y abordar temáticas “tabú” que, Quizás lo que subyace a este
dirse ni afirmativa ni negativamente no obstante tales, resultan ineludi- conjunto de dilemas o problemas
en torno a la reapertura de la causa, bles a la hora de volver inteligible es una disputa no siempre clara o,
la Cámara pasó a un cuarto inter- un pasado atroz; y, por el otro, esos por lo menos, no suficientemente
medio que, aún a fines de junio, no mismos abordajes ineludibles y pre- debatida, respecto de qué queremos
ha concluido. La preocupación rei- sumiblemente críticos, pueden ser que sea la historia reciente. Si ha de
nante en aquel espacio conforma- —y de hecho son— utilizados para ser un espacio de retroalimentación
do por profesionales del mundo del fines políticos, jurídicos y memoria- positiva entre la historia y la memo-
Derecho, estudiosos de la historia les de sentido opuesto al del campo ria, pero en todo caso subordinada
reciente, protagonistas de esa misma de conocimiento que los produjo? a esta última y a su magnífico po-
historia y referentes del movimiento der de construcción de identidades
de derechos humanos, que mencio- Faltaría a la verdad si ofreciera colectivas, o ha de ser un campo
nara a comienzos de este trabajo, no una respuesta prescriptiva y univer- autónomo de construcción de cono-
es menor: la reapertura de una causa sal que soslayara las tantas dudas cimiento en permanente tensión con
que ya ha sido juzgada, y la búsque- razonables que nos habitan como la memoria y su voracidad.
da de equiparación del hecho al que historiadores y como sujetos políti-
refiere con los crímenes de lesa hu- cos. Pero, en definitiva, el espacio Finalmente y por lo pronto, aten-
manidad, vulnera el estado de dere- de la memoria social en el que in- diendo a mis propias pasiones ideo-
cho, desconoce la distancia jurídica, defectiblemente estamos inmersos lógicas —y quizás porque confío en
histórica, política y ética que separa es, por definición, espacio de pujas que la naturaleza de los hechos que
ambos fenómenos y, al hacerlo, ba- y conflictos por dotar de sentido al estudiamos es solidaria con los fines
naliza el Mal. pasado e instituir un recuerdo ejem- políticos últimos de nuestra volun-
plar. La particularidad de nuestra tad de intervención— admito que
Y así lo hicimos saber un con- participación como historiadores en confío mucho más en las potencia-
junto de más de mil investigadores y ese espacio —particularidad even- lidades emancipatorias del pensa-
figuras del espacio político-cultural, tualmente maldita para algunos, de- miento crítico que en las verdades
en una declaración pública que yo safiante y promisoria para otros— es inapelables de los relatos consagra-
misma escribí e impulsé, titulada que concurrimos a esas pujas y con- torios, siempre necesitados de disci-
“No hay equiparación posible”, en flictos no con la fuerza de los mitos plina y lealtad.
la que se exponen sintéticamente y los símbolos sino con las armas
los argumentos arriba desarrollados. que nos son propias, las del conoci-  GLOSARIO
La amplitud político-ideológica de miento, como bien lo demuestra la
las firmas da cuenta no sólo de un declaración pública citada (“No hay Conferencia de Medellín: Tras el
consenso de largo aliento respecto equiparación posible”). Y entonces pontificado de Juan XXIII (1958-
de aquella inequiparabilidad sino, sostengo que no podemos renunciar 1963) y el Concilio Vaticano II (1962-
también, de cierto reflejo político a la construcción de narrativas más 1965), tuvo lugar en Latinoamérica
aún vigente en relación con el trata- omni-comprensivas de las que has- un proceso de renovación que dio
miento del pasado reciente. ta ahora han circulado; y sostengo forma a una corriente cristiana sig-
también que para ello no podemos nada por una enfática denuncia mo-
El historiador del pasado reciente y los relatos consagrados. Empatía, incomodidades y desafíos del campo ... 31

ral y social del capitalismo depen- la suerte que corren los militares he- tructura, acciones, etc., de la organi-
diente, y por una “opción preferen- ridos en los ejércitos en campaña”, zación actuante. Pero por la retórica
cial por los pobres” y la solidaridad la tercera se realizó en 1929 y com- que caracterizó la inscripción de es-
con su “lucha de autoliberación”. prendió los convenios anteriores y tos secuestros en la escena pública
En esta nueva corriente cristiana uno referido al “trato de prisioneros -generalmente a través de proclamas
quedaba abolida, además, la tradi- de guerra”. Tras la catástrofe sufrida y/o declaraciones-; por la inclusión
cional separación entre el reino de durante la Segunda Guerra Mundial, en el pliego de condiciones para la
los cielos y el de la tierra: el deber se celebró en 1949 la cuarta liberación del secuestrado del repar-
de todo cristiano era, aquí y allá, la Convención de Ginebra, firmada to de bienes y alimentos en villas y
construcción de un orden justo. Este por 192 Estados. Ésta comprendió barrios pobres, y/o de mejoras en
compromiso ineludible con los po- cuatro convenios: “I Convenio de las condiciones laborales de la em-
bres asumió rápidamente la forma Ginebra para Aliviar la Suerte que presa en cuestión; estos secuestros
de la acción política revoluciona- Corren los Heridos y Enfermos de ofrecían la oportunidad de poner
ria. En 1968 se reunió en Medellín, las Fuerzas Armadas en Campaña”; en acto la “justicia revolucionaria”.
Colombia, la Conferencia Episcopal “II Convenio de Ginebra para Aliviar El secuestro de integrantes de las
Latinoamericana. En sus resolucio- la Suerte que Corren los Heridos, Fuerzas Armadas, en cambio, tenían
nes no sólo se advertía acerca de la los Enfermos y los Náufragos de las un sentido distinto: la posibilidad
injusticia estructural del sistema y se Fuerzas Armadas en el Mar”; “III de “canjear” la libertad del secues-
ratificaba la solidaridad de la Iglesia Convenio de Ginebra relativo al trato trado por la de determinados presos
con la lucha de los pueblos para “li- debido a los prisioneros de guerra”; políticos; posibilidad que nunca se
berarse de su esclavitud”. Afirmaba, y “IV Convenio de Ginebra relativo materializó. Las personas secues-
también, que la “violencia de abajo” a la protección debida a las perso- tradas por la guerrilla eran alojadas
era la respuesta a la “violencia insti- nas civiles en tiempo de guerra”. En en “cárceles del pueblo”, espacios
tucionalizada” del poder, y al hacer- 1977 se les sumaron a estos conve- tabicados y especialmente acondi-
lo quedaba legitimado el camino de nios varios Protocolos Adicionales, cionados a tal fin dentro de una casa
la insurrección. Comenzaba a tomar firmados por 161 Estados, que ex- operativa, es decir, una casa, en ge-
cuerpo, así, una nueva teología que tienden estas reglamentaciones a neral, alquilada por la organización
algunos años más tarde recibiría el situaciones de conflictos armados y dedicada casi exclusivamente para
nombre de teología de la liberación. dentro de las fronteras de un mismo sus actividades.
Esta corriente cristiana tuvo rápida- país, y en los que participan fuerzas
mente expresión en Argentina: hacia armadas o ejércitos irregulares. Los Crímenes de lesa humanidad: son
1968 se conformaba el Movimiento Estados que ratifican estos conve- crímenes que, por su naturaleza
de Sacerdotes para el Tercer Mundo nios y protocolos se ven obligados aberrante, ofenden a la condición
(MSPTM). Junto a ellos, numerosos al cumplimiento de las normas que misma del ser humano y a la con-
grupos de jóvenes comenzaron a éstos establecen. Argentina ratificó ciencia de la humanidad. Estos crí-
llevar adelante tareas de solidaridad los Convenios de Ginebra en sep- menes están sujetos al principio de
en las zonas más pobres del país, tiembre de 1956 y los Protocolos la jurisdicción internacional. Si el
particularmente en villas de emer- Adicionales en noviembre de 1986. derecho interno del Estado, en cuyo
gencia. Su lenguaje evangélico se territorio se cometieron estos críme-
articuló pronto con el político. Cárceles del pueblo: En el amplio nes, no impone pena alguna a sus
abanico de sus prácticas político- autores, estos no quedan exentos de
Convenciones de Ginebra: son en- militares, las organizaciones revo- responsabilidad en el derecho inter-
cuentros de representantes de distin- lucionarias armadas de los años nacional y otros Estados pueden juz-
tos Estados, que establecen conve- setenta incluyeron los secuestros garlos. En la actualidad, los delitos
nios internacionales sustentados en extorsivos de personas. Fueron comprendidos en esta figura (“crí-
el derecho internacional humanita- principalmente los empresarios y, menes de lesa humanidad”) son: el
rio, que normatizan los derechos y en menor medida, los integrantes genocidio, el apartheid, la esclavi-
el trato que deben garantizarse a las de las Fuerzas Armada, los blancos tud, la práctica sistemática del asesi-
personas en caso de guerra. Las dos privilegiados de estos secuestros. El nato, la desaparición forzada de per-
primeras convenciones se realiza- móvil principal de los secuestros de sonas, la tortura, el trabajo forzoso,
ron en 1864 y 1906 y establecieron empresarios fue la obtención de re- la reducción a servidumbre, las per-
convenios “para el mejoramiento de cursos para funcionamiento, infraes- secuciones por motivos religiosos,
32 CIENCIA E INVESTIGACIÓN - TOMO 68 Nº 4 - 2018

étnicos, políticos, las violaciones y ocurridas en Ruanda durante la dé- Organizaciones revolucionarias


otras formas de abuso sexual, la de- cada de 1990. En Argentina, el uso armadas: También  denominadas
portación masiva. Todos estos deli- del término se ha generalizado en el “organizaciones político-milita-
tos son imprescriptibles (no importa movimiento de derechos humanos res”; “organizaciones guerrilleras”;
el tiempo que haya pasado desde su y sus áreas de influencia política y “guerrilla”, “orgas”, entre otras. Las
comisión; sus autores siempre pue- cultural para referirse a la naturaleza expresiones refieren a los grupos
den ser juzgados), inamnistiables y de la represión llevada adelante por políticos revolucionarios que, du-
no reconocen el principio de la obe- el Estado durante la década del se- rante las décadas de 1960 y 1970,
diencia debida como atenuante o tenta. La máxima efectividad del uso incluyeron “la lucha armada” como
eximente de responsabilidad. de este término, probablemente se parte de su estrategia para la toma
advierta en el campo jurídico. del poder. Si bien fueron varias las
Derecha peronista: sector del movi- organizaciones que, en la Argentina
miento peronista nucleado en torno Grupos paraestatales: el término de los años sesenta, decidieron asu-
al anticomunismo, que resistió los refiere, para el caso de la historia mir la lucha armada, las estrategias y
intentos de dotar al peronismo de un reciente argentina, a aquellas or- las prácticas efectivamente llevadas
carácter revolucionario. Comenzó a ganizaciones de extrema derecha adelante diferían entre sí e incluían
denominársela de esta forma, pre- vinculadas a las actividades de la desde el enfrentamiento directo con
cisamente, a la par de la conforma- represión ilegal durante el período las fuerzas militares y policiales has-
ción de un ala revolucionaria en el 1973-1976. El prefijo “para” alude ta el atentado personal, el estableci-
peronismo, alrededor de mediados a que estos grupos, sin estar dirigi- miento de grupos armados en zonas
de la década de 1960. dos formalmente por las institucio- rurales y la propaganda por medios
nes estatales (ya sean éstas Fuerzas militares. Si bien fueron varias las
Genocidio: El artículo II de la Armadas o de Seguridad), actúan organizaciones revolucionarias ar-
Convención para la Prevención y bajo la connivencia del Estado y/o madas que actuaron entre fines de
Sanción del Delito de Genocidio, con recursos humanos y económi- la década de 1960 y mediados de
adoptado por la Asamblea General cos estatales. la década de 1970, hacia finales del
de las Naciones Unidas el 9 de di- período las dos de mayor gravitación
ciembre de 1948 establece: “Se en- Operativo Independencia: se cono- política y actuación militar fueron
tiende por genocidio cualquiera de ce con ese nombre al operativo mi- Montoneros, de identidad peronista,
los actos mencionados a continua- litar llevado adelante por las Fuerzas y el PRT-ERP de tradición marxista.
ción perpetrados con la intencio- Armadas a partir del decreto n° 261,
nalidad de destruir, total o parcial- firmado el 5 de febrero de 1975 por Subversión: etimológicamente,
mente, a un grupo nacional, étnico la entonces presidenta de la Nación, “subvertir” significa alterar o tras-
o religioso: matanza de miembros María Estela Martínez de Perón tornar un orden determinado. Las
del grupo; lesión grave a la integri- (“Isabelita”). En su artículo 1° este fuerzas represivas argentinas han
dad física o mental de los miembros decreto ordenaba al Ejército: “eje- utilizado el término “subversión”
del grupo; sometimiento intencional cutar las operaciones militares que para identificar genéricamente a
del grupo a condiciones de exis- sean necesarias a efectos de neutra- “un enemigo” que desde su pers-
tencia que tengan que comportar lizar y/o aniquilar el accionar de ele- pectiva atentaba “contra el orden
su destrucción física, total o par- mentos subversivos que actúan en la Occidental y Cristiano”. En términos
cial; medidas destinadas a impedir provincia de TUCUMAN”, donde el prácticos, aplicaron la expresión
los nacimientos dentro del grupo; Ejército Revolucionario del Pueblo “subversivo” para designar indiscri-
traslado por la fuerza de niños del (ERP) había instalado un foco gue- minadamente a un amplio conjunto
grupo a otro grupo”. Algunos ejem- rrillero a comienzos de 1974. El de actores políticos y sociales: mi-
plos históricos de genocidio son: decreto 261 fue aprobado y refren- litantes políticos de organizaciones
la masacre perpetrada por Turquía dado por el gabinete de gobierno y armadas y no armadas, militantes
contra el pueblo armenio en 1915, por el Congreso, respectivamente. gremiales, estudiantiles y sociales,
el exterminio judío en los campos Unos meses después, en octubre de opositores, “cuestionadores” y aún
de concentración nazis, las ma- 1975, un nuevo decreto del Poder “sospechosos”. Toda persona con-
tanzas perpetradas por los Khmers Ejecutivo Nacional (nº 2722) exten- siderada “subversiva” se convertía,
Rojos en Camboya, las cometidas dió el “Operativo independencia” a así, en blanco real o potencial de la
en la antigua Yugoslavia y aquellas todo el territorio nacional. represión ilegal. El Estado terrorista
El historiador del pasado reciente y los relatos consagrados. Empatía, incomodidades y desafíos del campo ... 33

 NOTAS
justificaba así su accionar represivo. la constitución de un archivo oral
sobre el terrorismo de Estado en
 Referencias bibliográficas Argentina”. En Historia, Memoria 1 Antes que remitir necesaria
y Fuentes Orales. Buenos Aires: o exclusivamente al pasado in-
Águila, G. (2014). “Estudiar Memoria Abierta/CeDInCI, 29- mediato, la noción de historia re-
la represión: entre la histo- 44. ciente refiere, principalmente, a
ria, la memoria y la justicia. fenómenos y procesos históricos
Problemas de conceptualización Fanon, F. (1963). Los condenados de cuyas consecuencias directas con-
y método”. En Flier, P. (coord.), la tierra. México: FCE. servan aún fuertes efectos sobre el
Dilemas, apuestas y reflexiones presente y que continúan vigentes
teórico-metodológicas para los Franco, M. (2012). Un enemigo para como problemas incluso muchas
abordajes en Historia reciente. la Nación. Orden interno, vio- décadas después de ocurridos los
La Plata: UNLP, 20-55. lencia y subversión, 1973-1976. acontecimientos. Podría decirse que
Buenos Aires: FCE. se trata del estudio de un tiempo aún
Alonso, L. (2016). “Los usos del con- abierto; de un ciclo histórico que,
cepto de “genocidio” y el proble- Franco M., Levin, F. (2007). “El pa- en su especificidad, no ha conclui-
ma de la formación de categorías sado cercano en clave historio- do aún (incluso en algunos espacios
en las disciplinas socio-históri- gráfica”. En Historia reciente. se la denomina “Historia del Tiempo
cas”. En Flier, P. (coord.), op. cit., Perspectivas y desafíos para un Presente” o “Historia Actual”). La es-
59-68. campo en construcción. Buenos pecificidad de aquellos fenómenos
Aires: Paidós, 31-65. o procesos históricos suele situarse
Carnovale, V. (2011). Los combatien- en el terreno de las violencias extre-
tes. Historia del PRT-ERP. Buenos Franco, M., Lvovich D. (2017). mas, del avasallamiento de los dere-
Aires: Siglo veintiuno. “Historia reciente. Apuntes para chos humanos más elementales (“la
un campo de investigación en ex- historia que duele”, también se la
Carnovale, V. (2015). “Los Juicios al pansión”. Boletín del Instituto de denomina); en fin, de experiencias
Mal. Verdad, Justicia y Derechos Historia Argentina y Americana que representan profundos quiebres
Humanos en la Argentina”. “Dr. Emilio Ravignani”, Tercera políticos, culturales y éticos, cuya
Políticas de la Memoria. Anuario serie, 47, 190-217. sutura suele implicar demandas de
de investigación e información justicia y reparación a las víctimas,
del CeDInCI, Buenos Aires 16, Hilb, C. (2013). Usos del pasado. y complejos procesos de memoria-
5-13. Qué hacemos hoy con los seten- lización estrechamente ligados a la
ta. Buenos Aires: Siglo veintiuno. construcción de identidades colecti-
Carnovale, V. (2014). “Vencedores vas. De lo anterior deviene el hecho
vencidos. Los relatos de los re- Secretaría de Derechos Humanos de que el tratamiento de la historia
presores y las deudas de la me- de la Nación (2006). “Prólogo” reciente, su escritura y divulgación
moria militante”. En Hilb, C., del Nunca Más. Edición del 30 se encuentre ineludiblemente en-
Martín L., Salazar P. (comps.). Aniversario del Golpe de Estado. trelazada a una dimensión ética y
Lesa Humanidad. Buenos Aires: moral.
Katz, 74-97. Vezzetti, H. (2009). “La memo-
ria justa: política e historia”. En 2 Águila, 2014: 24.
Carnovale, V. (2016). “Matar al Sobre la violencia revoluciona-
enemigo: algo más que un acto ria. Memorias y olvidos. Buenos 3 Memoria Abierta es una alianza
de venganza”. En Martín L., y Aires: Siglo veintiuno, 13-60. de organismos de derechos huma-
Andreotti Romanin, E. (comps.). nos creada en 1999 con el fin de
El pasado es hoy. Estudios sobre Sábato, H. (2007). “Saberes y pasio- impulsar políticas de memoria. En
el mal en política. Mar del Plata: nes del historiador. Apuntes en el año 2000, Memoria Abierta con-
EUDEM, 21-38. primera persona”. En Franco M., vocó al Programa de Historia Oral
Levin, F., op. cit., 221-234. de la Facultad de Filosofía y Letras
Carnovale, V., Lorenz F., Pittaluga, R. de la Universidad de Buenos Aires
(2006). “Memoria y política en la para que tomara a su cargo el dise-
situación de entrevista. En torno a ño y la construcción de un archivo
34 CIENCIA E INVESTIGACIÓN - TOMO 68 Nº 4 - 2018

oral sobre terrorismo de Estado en 9 Argentino del Valle Larrabure (6 otros s/ robo calificado, asociación
Argentina. Primero en su tipo en de junio de 1932- 19 de agosto de ilícita, uso indebido de documen-
Latinoamérica, ese archivo reúne 1975) fue un militar de Infantería del to y tenencia de arma de guerra”;
más de 900 testimonios audiovisua- Ejército argentino. El 10 de agosto la segunda, se caratula “Larrabure,
les. Para más información: www.me- de 1974, mientras se desempeña- Argentino del Valle s/ su muerte”,
moriaabierta.org.ar ba como subdirector de la Fábrica corresponde al Juzgado Federal n°
Militar de Pólvora y Explosivos de 1 de la ciudad de Rosario y se en-
4 Franco - Lvovich, 2017:197. Villa María (Córdoba), fue toma- cuentra archivada con el n° 26837A.
do prisionero durante el asalto del Finalmente, y en estricta correspon-
5 Secretaría de Derechos Humanos Ejército Revolucionario del Pueblo dencia con lo mencionado más
de la Nación, 2006: 2. (ERP) a aquella guarnición militar. arriba respecto de la actuación del
Larrabure permaneció alojado du- Estado en la represión de estos deli-
6 Por último, en noviembre de rante más de un año en las “cárceles tos, es necesario señalar el secuestro
2016 el Programa Registro Unificado del pueblo” hasta que el 23 de agos- de por lo menos cinco militantes del
de Víctimas del terrorismo de esta- to de 1975 apareció sin vida en los PRT-ERP imputados en la causa de
do, dependiente de la Secretaría de márgenes de la ciudad de Rosario, Bell Ville. Ellos son: Mario Eugenio
Derechos Humanos y Pluralismo provincia de Santa Fe. Un comu- Antonio Pettigiani, Amorosa Brunet
Cultural de la Nación, publicó un nicado del ERP establecía el 19 de de González, Ruth González,
informe en el que se establecía para agosto como la fecha de su muerte. Estrella González y Héctor Antonio
el período que va del 12 de octubre Los familiares de Larrabure, desde Vitantonio (Expediente n° 26-G
de 1973 al 10 de diciembre de 1983 entonces, han insistido en que el 1974- OFA). Mario Eugenio Pettigiani
un total de 7.010 personas víctimas ERP lo asesinó, en tanto que la orga- y Amorosa Brunet de González,
de desaparición forzada y 1.561 víc- nización guerrillera sostuvo en todo continúan desaparecidos; en tanto
timas de asesinato. momento que se trató de un suici- los cuerpos sin vida y con signos
dio. de haber sufrido graves torturas de
7 Fanon, 1963: 23 Ruth González, Estrella González y
10 La primera causa correspon- Héctor Vitantonio aparecieron en la
8 Para un análisis sobre esta temá- de al expediente n° 26G1974 del Avenida Circunvalación de la ciu-
tica, ver Carnovale, 2011. Jurado Federal de Bell Ville, caratu- dad de Rosario, el 5 de octubre de
lado “González, Manuel Alberto y 1976.
NOTA PROVISTA POR EL MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN PRODUCTIVA

Recuperación de tecnologías ancestrales y sustentables en Jujuy


La vicuña como modelo de producción sustentable
Ciencia e historia se unen para preservar a la vicuña

Cazando vicuñas anduve en los cerros


Heridas de bala se escaparon dos.
- No caces vicuñas con armas de fuego;
Coquena se enoja, - me dijo un pastor.
 
- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,
cercando la hoyada con hilo punzó ?
- ¿Para qué matarlas, si sólo codicias
para tus vestidos el fino vellón ?

Juan Carlos Dávalos, Coquena

Lo primero es pedir permiso a la Pachamama. Porque a ella, en la cosmovisión andina, pertenecen las vicuñas que se
extienden por el altiplano de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Una ceremonia ancestral, unida a la ciencia moderna,
permite que comunidades y científicos argentinos exploten de manera sustentable un recurso de alto valor económi-
co y social.
La vicuña es una especie silvestre de camélido sudamericano que habita en la puna. Hasta 1950-1960 estuvo en serio
riesgo de extinción debido a la ausencia de planes de manejo y conservación. Desde la llegada de los españoles se
comenzó con la caza y exportación de los cueros para la obtención de la fibra, que puede llegar a valer U$S600 por
kilo, lo que llevo a la casi desaparición de estos animales. Por ese entonces, la población de vicuñas en América era
cercana a los 4 millones de ejemplares, en 1950 no eran más de 10.000.
A fines de la década del 70 Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador firmaron un Convenio para la conservación y
manejo de la vicuña que permitió recuperar su población hasta contar en la actualidad con más de 76 mil ejemplares
en nuestro país.
En Santa Catalina, Jujuy, a 3.800 metros sobre el nivel del mar, investigadores de CONICET, junto a comunidades y
productores locales, han logrado recuperar una tecnología prehispánica sustentable para la obtención de la fibra de
vicuña. Se trata de una ceremonia ancestral y captura mediante la cual se arrean y esquilan las vicuñas silvestres para
obtener su fibra. Se denomina chaku y se realizaba en la región antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Según Bibiana Vilá, investigadora independiente de CONICET y directora del grupo Vicuñas, Camélidos y Ambiente
(VICAM) “Hoy podemos pensar en volver a hacer ese chaku prehispánico sumado a técnicas que los científicos apor-
tamos para que las vicuñas pasen por toda esa situación sufriendo el menor stress posible. Las vicuñas vuelven a la
naturaleza, la fibra queda en la comunidad, y nosotros tomamos un montón de datos científicos.”

El chaku
El chaku es una práctica ritual y productiva para la esquila de las vicuñas. Durante el imperio inca, las cacerías reales
o chaku eran planificadas por el inca en persona. En esta ceremonia se esquilaba a las vicuñas y se las liberaba nue-
vamente a la vida silvestre. La fibra obtenida era utilizada para la confección de prendas de la elite y su obtención
estaba regulada por mecanismos políticos, sociales, religiosos y culturales. Se trata de un claro ejemplo de uso sus-
tentable de un recurso natural. Hugo Yacobaccio, zooarqueólogo e investigador principal de CONICET, explica que
“actualmente el chaku concentra hasta 80 personas, pero durante el imperio inca participaban de a miles. Hoy las
comunidades venden esa fibra a acopiadores textiles y obtienen un ingreso que complementa su actividad económica
principal, el pastoreo de llamas y ovejas”.
El proceso comienza con la reunión de todos los participantes, luego toman una soga con cintas de colores reunidos
en semicírculo y arrean lentamente a las vicuñas guiándolas hacia un embudo de red de 1 km de largo que des-
emboca en un corral. Cuando los animales están calmados se los esquila manipulándolos con sumo cuidado para
reducir el stress y se los libera. Hoy, 1500 años después del primer registro que se tiene de esta ceremonia, la ciencia
argentina suma como valor agregado: el bienestar animal y la investigación científica. En tiempo del imperio Inca, el
chaku se realizaba cada cuatro años, actualmente se realiza anualmente sin esquilar a los mismos animales “se van
rotando las zonas de captura para que los animales renueven la fibra” explica Yacobaccio. Según Vilá “es un proyecto
que requiere mucho trabajo pero que demuestra que la sustentabilidad es posible, tenemos un animal vivo al cual
esquilamos y al cual devolvemos vivo a la naturaleza. Tiene una cuestión asociada que es la sustentabilidad social ya
que la fibra queda en la comunidad para el desarrollo económico de los pobladores locales.”
Yanina Arzamendia, bióloga, investigadora asistente de CONICET y miembro del equipo de VICAM, explica que se
esquilan sólo ejemplares adultos, se las revisa, se toman datos científicos y se las devuelve a su hábitat natural. Además
destaca la importancia de que el chaku se realice como una actividad comunitaria “en este caso fue impulsada por
una cooperativa de productores locales que tenían vicuñas en sus campos y querían comercializar la fibra. Además
participaron miembros del pueblo originario, estudiantes universitarios y científicos de distintas disciplinas. Lo ideal es
que estas experiencias con orientación productiva tengan una base científica.”

Paradojas del éxito.


La recuperación de la población de vicuñas produjo cierto malestar entre productores ganaderos de la zona. Muchos
empezaron a percibir a la vicuña como competencia para su ganado en un lugar donde las pasturas no son tan abun-
dantes. En este aspecto el trabajo de los investigadores de CONICET fue fundamental, según Arzamendia “el chaku
trae un cambio de percepción que es ventajoso para las personas y para la conservación de la especie. Generalmente
el productor ve a las vicuñas como otro herbívoro que compite con su ganado por el alimento y esto causa prejuicios.
Hoy comienzan a ver que es un recurso valioso y ya evalúan tener más vicuñas que ovejas y llamas. Nuestro objetivo
es desterrar esos mitos”, concluye.
Pedro Navarro es el director de la Cooperativa Agroganadera de Santa Catalina y reconoce los temores que les produjo
la recuperación de la especie: “Hace 20 años nosotros teníamos diez, veinte vicuñas y era una fiesta verlas porque
habían prácticamente desaparecido. En los últimos años se empezó a notar un incremento y más próximamente en el
último tiempo ya ese incremento nos empezó a asustar porque en estas fincas tenemos ovejas y tenemos llamas”. Na-
varro identifica la resolución de estos problemas con el trabajo del grupo VICAM: “Yo creo que como me ha tocado a
mí tener que ceder en parte y aprender de la vicuña y de VICAM, se puede contagiar al resto de la gente y que deje de
ser el bicho malo que nos perjudica y poder ser una fuente más productiva.”

La fibra de camélido
Además de camélidos silvestres como la vicuña o el guanaco, existen otros domesticados como la llama cuyo manejo
es similar al ganado, para impulsar la producción de estos animales y su fibra, el Estado ha desarrollado dos instru-
mentos de fomento. En la actualidad se encuentran en evaluación varios proyectos para generar mejoras en el sector
productor de fibra fina de camélidos que serán financiados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Pro-
ductiva. Se trata de dos Fondos de Innovación Tecnológica Sectorial destinados a la agroindustria y al desarrollo social
que otorgarán hasta $35.000.000 y $8.000.000 respectivamente. Los proyectos destinados a la Agroindustria son aso-
ciaciones entre empresas y organismos del sector público con el objetivo de mejorar la calidad de la fibra de camélido
doméstico a partir del desarrollo de técnicas reproductivas, mejoramiento genético e innovaciones en el manejo de
rebaños; incorporar valor a las fibras a partir de mejoras en la materia prima o el producto final; permitir la trazabilidad
de los productos para lograr su ingreso en los mercados internacionales y fortalecer la cadena de proveedores y generar
empleos calificados.
La convocatoria Desarrollo Social tiene como fin atender problemas sociales mediante la incorporación de innovación
en acciones productivas, en organización social, en el desarrollo de tecnologías para mejorar la calidad de vida de
manera sostenible y fomentar la inclusión social de todos los sectores. Otorgará hasta $8.000.000 por proyecto que
mejore las actividades del ciclo productivo de los camélidos domésticos, la obtención y/o el procesamiento de la fibra,
el acopio, el diseño y el tejido, el fieltro y la confección de productos.

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