Aula 275 | Septiembre 2018
RETRAT
Joan Domènech: «La experiencia escolar no tiene que ser
una competición»
Este es uno de esos retratos que me hu-
biera gustado poder hacer en persona. Joan
Domènech es, en definitiva, uno de esos
profesionales con un gran bagaje y un dis-
curso bien pensado y estructurado. Pero
su reciente jubilación y la coincidencia de
un viaje justo cuando preparamos el primer
número del curso nos impide vernos en per-
sona. Hablamos por correo, yo enviando las
preguntas y él contestando desde el rincón
del mundo donde se encuentra. Lo hace-
mos con calma, en diversos días y diversos
correos. Lo hacemos de forma pausada.
Es precisamente esta calma la que creo
que conecta con lo que Joan ha defendido
toda su vida profesional. Maestro vocacional
y director de la escuela pública Fructuós
Gelabert de Barcelona, publicó en 2009 el
libro Elogio de la educación lenta. Casi
una década después, le pregunto cómo se
educa de manera lenta. «Respetando a los
niños y las niñas; aceptando su origen, sus
necesidades, sus capacidades; estando
atento a sus demandas, sus preguntas, sus
deseos; ayudándoles a conocerse, a apren-
der de sus errores», contesta. Y añade:
«Sobre todo, no convirtiendo su experien-
cia escolar en una competición de apren-
dizajes homogeneizados y estandarizados.
Reconociendo el tiempo que necesitan para
crecer y aprender».
Se trata de un concepto que choca con el ac-
tual frenesí con el que pequeños y jóvenes
viven su día a día en una sociedad hiper-
estimulada e hiperconectada. «Las TIC son
el claro ejemplo de la no-lentitud», comenta
cuando tocamos el tema. Esta es, probable-
mente, la razón de que defienda cambiar la
dinámica de las aulas, el pensamiento del pro-
fesorado y la mentalidad de la Administración
(«siempre preocupada por la prescripción y la
normativización»), para conseguir un currículo
vivo que integre todo lo que ocurre en el aula.
De su trayectoria profesional, se lleva consigo
muchos aprendizajes. Considera la escuela
una institución viva que cuestiona constante-
mente como profesional y como persona. «Mi
actitud los últimos años ha estado marcada por
la voluntad de aprender».Y no solamente habla
de conceptos, sino de aprendizajes relaciona-
dos con la vida, con la faceta más personal.
Habla de aprender a escuchar, de aceptar a los
demás, de entender la discrepancia.
«Las TIC son el claro ejemplo
de la no-lentitud»
RETRATO
No se olvida del alumnado. Echando la vista
atrás, reconoce sentirse muy orgulloso de
los momentos en los que ha podido ha-
cer proyectos de indagación en el aula, así
como de todas las reflexiones que ha po-
dido realizar en torno a la educa-
ción, la escuela, el oficio… Le han
servido, explica, para ganar expe-
riencia y sentirse con ganas de se-
guir trabajando. Ahora bien, también
le hubiera gustado tener más tiempo
para dedicarse a mimar las relacio-
nes entre la escuela y la sociedad,
o a centrarse más en las dinámicas
del aula y mejorar la gestión del cu-
rrículo, por ejemplo.
Asegura que, a los maestros que comienzan,
les diría que presten atención a la actitud que
adoptan ante el trabajo, los alumnos y la es-
cuela. Hace falta una actitud «de escucha, de
flexibilidad, de estar abierto y preparado para
los aprendizajes que vendrán», sentencia. Y
añade: «Ellos tienen la responsabilidad de
construir su propia profesionalidad a partir
de la reflexión constante sobre la práctica».
Como repite en diversas ocasiones, seguirá
vinculado a la escuela. Aún no sabe a través
de qué proyecto, pero promete averiguarlo el
próximo curso. Anna Galdon
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