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Minotto Bandoneon mayor


Minotto fue un gran técnico del bandoneón y un estudioso eterno de su
instrumento. Vinculado largos años —con algunas pausas— a la orquesta
de Francisco Canaro, a lo que aportó siempre las disciplinas de su director, era
intérprete solista para sus amigos íntimos, de temas melódicos, brindados al
amparo de su calidad de sonido y perfecta digitación.

Estuvo a la altura de los grandes de su época. Buenos Aires siempre soñó con el
trío de la M, uniendo a Minotto con Maffia y Marcucci. No fue más que un sueño.

Refería Héctor María Artola, que mucho lo admiró, que era un músico
responsable. Se tomaba su tiempo para estudiar nuevos temas que cuando más
tarde debía tocar con la orquesta Canaro, representaban la perfección en sonido y
la limpieza de sus notas.

Minotto Di Cicco nació en Montevideo, Uruguay. Tenía dos hermanos músicos:


Ernesto, bandoneonista como él y Fioravanti pianista, que fuera un triunfador en
Europa. A los doce años inicia estudios de piano y solfeo. Deja luego el piano por
el acordeón, instrumento que lo atrae mucho. Tres años más tarde, con un
instrumento semitonado debuta profesionalmente con Carlos Warren (piano) y
Ataliva Galup (violín) en el Café Petit Salón (bajos del Moulin).

Viaja a Buenos Aires y compra un bandoneón. Su maestro fue Alberto Rodríguez,


muchos años integrante de la orquesta deOsvaldo Fresedo y antes director de su
propio conjunto.

En 1915, ya bandoneonista, Minotto forma trío con Alberto Alonso(piano)


y Luciano Aturaola (violín) en el Bar Trianón (Andes entre San José y Soriano).
Sumándose Federico Lafémina en violín, pasan al Café Nuevo (18 y Ejido)
cumpliendo exitosas temporadas.

En el verano de 1917, el pequeño conjunto ya no tenía los mismos violines.


Estaban allí, entonces, Juan José Castellanos y Juan Trócoli.

Transcurriendo mayo de 1917, ya con la denominación Orquesta Alonso-Minotto


viajan a Buenos Aires, auspiciados por Dellazoppa y Morixe, representantes de la
Victor en Montevideo, a grabar discos. Fueron diez y ocho temas, entre los cuales
estaba “La cumparsita” y el único tango firmado por Minotto, titulado “Marquezito”.
La profesionalidad del gran músico estuvo dedicada a la siempre buscada
perfección del instrumento, dejando al margen la composición.

Al regresar a Montevideo, Minotto, Warren y Lafémina se presentan en el Moulin


Rouge. Es entonces que Francisco Canaro lo convoca desde Buenos Aires para
cubrir la vacante dejada porOsvaldo Fresedo. Por lo tanto, Minotto integra la
orquesta gigante Firpo-Canaro que actuara en Rosario en los carnavales de 1918.
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Vuelve a Montevideo a fines de 1921 y forma su propio conjunto que ofrecía la


siguiente alineación: Fioravanti Di Cicco (piano, reemplazado luego por Francisco
De Caro); Minotto, Ernesto Di Cicco y Eustaquio Laurenz (bandoneones); Horacio
Zito y Juan Trócoli (violines), agregándose luego Julio De Caro.

La empresa Victor instala, en 1922, en forma especial, sus máquinas grabadoras


en Montevideo para recoger el repertorio de la renombrada Orquesta Minotto.
Predominan maxixas y pasodobles y quedan para la historia sólo tres tangos:
“Fruta prohibida”, de Enrique Delfino, “Pura espuma”, de Emilio Ferrer, y “Picaflor”,
de Pascual Mazzeo. Ese año la orquesta se presenta en los escenarios
importantes de Montevideo.

Se radica en Buenos Aires, iniciando sus actividades al frente de un conjunto en el


cine Select Buen Orden, del cual pasó al Select Suipacha, presentándose luego
en el Bar Richmond de la calle Florida. En esta ocasión, volvió a formar parte de la
orquesta como primer violín Julio De Caro, por espacio de seis meses.

Minotto realiza una pausa y en 1923 deja la orquesta y vuelve a filas de Francisco
Canaro. Reemplazaba a Anselmo Aieta, formando pareja con Juan Canaro. Por
entonces realiza en forma particular un viaje a Europa y a su regreso —en enero
de 1924— realiza un concierto de bandoneón solista en la Radio Paradizábal de
Montevideo.

Entre 1923 y 1926, además de grabar junto a la orquesta de Canaro, registra en


Odeon diez temas, de los que corresponde destacar los tangos “Camarada”,
“Padre nuestro”, “Ave María”, “Buenos Aires”, “A media luz” y “Noches de Colón”,
existiendo además una prueba inédita de “Milonga con variación”.

A fines de 1927, Minotto se aleja una vez más de Canaro, formando nuevamente
su orquesta. Debuta en los bailes de carnaval del Armenonville, con José
Tinelli (piano); Baralis y Buglione (violines); Minotto, Gabriel Clausi y Francisco
Fiorentino (bandoneones). Buglione y Fiorentino cantaban los estribillos. Este
conjunto tuvo variantes. El Anuario Teatral Argentino señala los siguientes
músicos: Juan Trombino (piano); Minotto, Ángel Ramos y Ernesto
Bianchi (bandoneones); Mario Brugni y Carlos Spaggieri (violines) yHugo
Baralis (contrabajo).

Al año siguiente, Minotto forma una orquesta de 35 músicos para realzar los bailes
de carnaval del Teatro Broadway de la calle Corrientes.

En 1930 integra un trío, realizando un excelente ciclo en LR3 Radio Nacional,


con Cayetano Puglisi y José Tinelli.

Es contratado por la Columbia Viva Tonal. Ese extraordionario elenco en el que


Minotto solamente dirigía, contó, entre otros, conJosé Tinelli (piano); Federico
Scorticati, Ernesto Di Cicco y Gabriel Clausi (bandoneones); Mario Brugni, Antonio
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Rodio y Antonio Buglione (violines); contrabajo Luis Bernstein. Estribillos


porAntonio Buglione, reemplazado al final de las grabaciones por Jorge Omar. Fue
su postrer labor como director.

Inicia Minotto un nuevo ciclo vinculado a Francisco Canaro en 1932, en plena


temporada teatral de la exitosa pieza La Muchachada del Centro, labor que habría
de prolongarse hasta obtener su jubilación. En esa etapa forma parte del Quinteto
Pirincho e interviene con gran brillo en varias películas.

La música popular está en deuda con Minotto. Su ausencia física se produjo en


Montevideo el 9 de setiembre de 1979, donde tuvo en sus últimos años el cariño y
el afecto de sus hermanas, otros familiares y algunos amigos.

Casi cincuenta años de honesta labor al servicio del tango de un gran artista, de
un intérprete tan importante del bandoneón, merecen el constante recuerdo y la
adecuada difusión de su talento. De su importancia lo dice todo la opinión del
maestro Julio De Caro, que siempre que se propuso formar un gran conjunto, ya
en la década del 60, tuvo una primer idea: contar con Minotto, amigo de toda su
vida y del que fue siempre admirador.

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