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Arthur Andersen

Presentado por: Carlos Argelio Bautista López

Arthur Andersen & Co. fue una de las “big five” las principales firmas auditoras
en el mundo, fue fundada en 1913 por Arthur Andersen, un auditor, en Chicago
– Estados Unidos. Entro en el mundo con firmas auditoras ya establecidas,
principalmente europeas, tales como PwC, Mitchell, Arthur Young, entre otras,
sin embargo la diversificación en sus servicios ya que fue más una consultoría,
que una simple firma de auditoría, le permitieron un posicionamiento rápido en
el mercado. Andersen llevo las riendas de la firma hasta su muerte en 1947,
donde fue Leonard Spacek quien tomó la firma, y puso sus ideas para el
crecimiento de esta, para que esta tenga su propia personalidad, la
implantación de tecnología, así como la expansión de la firma en todo el
mundo, hicieron que se posicionara como una de las grandes firmas de
auditoría y consultoría en el mundo. Cuando Spacek dejo la firma Andersen
había facturado ya 190 millones de dólares y estaba presente en 26 países. En
los ochenta, la práctica de consultoría había crecido tanto, que fue necesario
separar la organización en dos unidades independientes: Arthur Andersen, la
firma auditora; y Andersen Consulting, netamente dedicada a la consultoría,
principalmente relacionada a sistemas de información.

Andersen Consulting, debió su éxito a la implantación de personal con


conocimiento de los negocios de sus principales clientes.

La firma auditora, tenía principios muy claros sobre los cuales trabajaba; unidad,
integración, cooperación, ambición, talento, servicios y resultados. Sin embargo
dichos principios no fueron respetados, y conllevo a la caída de la firma auditora
con el caso ENRON.

El escándalo Enron y el fin de la firma

Andersen desapareció como firma auditora tras el escándalo ENRON, el


escándalo financiero más grande de la historia, acusada de obstrucción a la
justicia, y de destrucción y la alteración de documentos relacionadas con la
quiebra de dicha empresa. En un principio la firma había rechazado toda
culpabilidad relacionada con la quiebra de ENRON, y sus directivos aseguraban
que la acusación era un abuso de poder de parte de las autoridades, así que
como dictar una sentencia, sería sentenciar a la firma a la “pena de muerte”.
En cuanto a la destrucción de documentos, la firma aseguraba que estos fueron
destruidos por algunos empleados de esta, pero sin el consentimiento de la
dirección, y que no había pruebas suficientes para decir que dichos empleados
actuaron con intento criminal de obstruir la investigación. Durante las
investigaciones la firma perdió a sus principales clientes. La firma además solo
aceptaba que había cometido irregularidades en su oficina de Houston, donde
también operaba Enron. A pesar de todo se le declaró culpable y ee le impuso
una multa además de que la firma se vio impedida de seguir ejerciendo sus
funciones de auditoría en la bolsa de valores de Estados Unidos. Todo este
escándalo propició a que las leyes fueran más estrictas en cuanto a las firmas
auditoras sean más independientes de sus clientes. Andersen apeló a esta
sentencia alegando la vaguedad de las pruebas presentadas para su
acusación en el año 2005, logrando ser absuelta de todos los cargos que se le
imputaban, sin embargo para ese momento la firma ya había perdido tanto
clientes, capital humano, así como el prestigio, y fue incapaz de volver a ser la
misma firma auditora que fue alguna vez, a pesar de que esto fue en Estados
Unidos, este caso tuvo repercusión mundial para la firma, desapareciendo casi
en su totalidad. En varios países Andersen fue absorbida por otras firmas
auditoras, así como muchos de sus extrabajadores se unieron a diferentes firmas.

La firma no se disolvió, Andersen Consulting pasó a ser Accenture, y continuó


operando, así como en el año 2002 Andersen TAX LLC, fue fundada, como una
firma especializada en tributación, asesoría financiera y consultoría en servicios
en general. En el año 2013 se fundó Andersen Global, como una nueva firma,
que busca ser la firma que alguna vez fue en el pasado, y que continúa
expandiéndose a nivel mundial, actualmente presente en Estados Unidos,
Europa, Latinoamérica, Medio Oriente, y África.

A pesar de los errores vergonzosos cometidos en el pasado, Arthur Andersen


tuvo méritos que merecen ser recordados, y merecen repetirse con este
resurgimiento de la firma.

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