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Las características que deben tener los aceites para horquilla, como
habitualmente se conoce a estos lubricantes, es el de mantener la
viscosidad con temperaturas altas y bajas, no crear espuma, ya que
no ofrecería resistencia en el mecanismo de retención y, por último,
ser lo más incompresible posible.
Cuando un aceite para horquilla pierde sus propiedades, el
funcionamiento de la suspensión delantera cambia. El mecanismo
hidráulico pierde eficacia y la retención es menor, por lo que se hace
necesario cambiar el aceite. Un aceite demasiado denso o demasiado
fluido, puede que no sea tampoco del agrado del usuario.
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freno al movimiento del muelle es mayor, y la horquilla no sólo es
más dura, sino también más lenta de reacciones.
Hay un punto que, en muchos modelos, puede considerarse como
débil: la resistencia de los retenes que se intercalan entre la botella y
la barra de la horquilla. Normalmente, la presión que se establece en
el interior de la horquilla durante la compresión, es elevada y,
además, el aceite tiende a salirse por este punto. Por este motivo,
hay que impedir su salida con un retén de goma. Generalmente son
retenes de uno o dos labios de forma circular y de construcción
sencilla, por lo que su sustitución en caso de avería no es muy
complicada, y evita numerosos problemas. Un retén en mal estado,
permite la salida del aceite de la horquilla, lo que provoca un nivel
inferior al deseado en su interior, de modo que el hidráulico pierde
efectividad. Además, es bastante normal que todos los elementos
cercanos a la suspensión, se impregnen de aceite. Entre ellos se
encuentran los discos de freno que, al entrar en contacto con el
aceite, pierden el coeficiente de rozamiento que necesitan,
contaminando además las pastillas de freno, que pierden
definitivamente su capacidad de frenada.
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Todas las horquillas de funcionamiento telescópico hidráulico se
basan en un mismo concepto hidromecánico. En el dibujo se puede
apreciar los componentes mecánicos en la parte derecha y la
circulación hidraúlica en la izquierda. Su mecanismo es sencillo y
delicado.
Procedimiento
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En la sustitución de los retenes, se debe ser sumamente delicado al
extraer los mismos, para no dañar los labios de la caja de las botellas
de la horquilla.
Para sustituir los retenes y el aceite
hidráulico de la horquilla, es
conveniente quitar cada uno de los
brazos. En primer lugar se quitan las
pinzas de freno, luego la aleta y la
rueda, y por último se aflojan los
tapones superiores de cada barra, y
luego los tornillos de las tijas.
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Para proceder con ortodoxia en el cambio del aceite, es necesario
drenar perfectamente el mecanismo hidráulico, si el aceite a sustituir
es del mismo tipo. En el caso de que sea diferente, hay que
desmontar todo el interior y limpiarlo a fondo. Para ello, es preciso
desenroscar el tornillo central inferior y bloquear el componente
hidráulico.
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Una vez que se ha limpiado perfectamente el alojamiento, se lubrica
con un poco de grasa, y se coloca el nuevo retén, con la ayuda de un
botador que tenga la medida exterior del retén. En el proceso, es de
vital importancia asegurarse de la perfecta verticalidad del punzón
mientras se le golpea, para que el retén entre centrado.