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EXPOSICIÓN TEMAS 8, 9 Y 10
ALUMNOS:
CASTRO NIEVES SORIS ZORAIDA C.I. V.- 13.873.780
GONZALEZ COLLS YORMAN C.I. V.- 15.794.091
GONZALEZ COLLS YESENIA C.I. V.- 14.720.733
MONROY RODRIGUEZ LUIS C.I. V.- 25.230.593
NUÑEZ CASTILLO MARIA C.I. V.- 17.397.131
SANTOS GUEVARA VIRGINIA C.I. V.- 25.267.636
JULIO 2018
INTRODUCCIÓN
Persona natural
En Roma para ser considerado persona física tenías que tener tres status; status
libertatis (ser libre), status civitatis (ser ciudadano) y estatus familiae (no estar bajo
ninguna potestad. La falta de un status se le conocía como capitis deminutio. La
teoría de las personas físicas o naturales implica el examen del status personarum
u hominum, es decir, de la condición en que se encuentra una persona respecto a
una determinada situación (status). La situación (el status) puede afectar
decisivamente a la capacidad jurídica, en cuanto que no goza de ésta quien no
tiene libertad (status libertatis) o la ciudadanía (status civitatis). De otra parte, sólo
la distinta situación en la familia (no la situación familiar misma, el status familiae)
influye en la capacidad jurídica.
Persona jurídica
El derecho romano reconocía cierta capacidad jurídica de ciertos entes sociales a
los que denominaba corpora y en épocas posteriores con el conocimiento de la
representación directa, nació la persona jurídica con características propias y
definidas tales como las corporaciones y fundaciones, dándoles categoría de
sujetos de derecho aptas para adquirir derechos y contraer obligaciones.
La capacidad de estas personas jurídicas está limitada específicamente a la
adquisición y ejercicio de derechos patrimoniales, los cuales son susceptibles de
apreciación pecuniaria y de lucro, Poseen bienes comunes y fondos propios,
intervienen en las relaciones sociales por medio de un representante.
El derecho romano clasificó al igual que la doctrina moderna a las personas jurídicas
en personas jurídicas de derecho público y de derecho privado. Entre las personas
jurídicas de derecho público tenemos al Estado, los Municipios y las Ciudades. Las
personas de derecho privado son: las Corporaciones y las Fundaciones.
Las Corporaciones son un conjunto de personas que se reúnen para realizar fines
comunes de utilidad general persiguiendo la obtención de lucro. Las corporaciones
estaban constituidas por directores y administradores, miembros asociados,
un síndico o representante legal y una caja común.
Las Fundaciones son asociaciones de personas ajena a la obtención de lucro y que
persiguen un objetivo asistencial, piadoso, hospitalario, de allí la denominación de
fundaciones piae causa.
En el derecho romano, los elementos esenciales de una sociedad eran el
consentimiento de las partes, el aporte de los socios, el fin económico lícito común,
y la affectio societatis (relación de fraternidad entre los socios). Las sociedades se
clasificaban según la extensión de los aportes de los socios y de acuerdo a la
naturaleza de tales aportes. Tenían reglas establecidas en cláusulas para el
reparto de ganancias, si no habían reglas se distribuían por partes iguales entre los
socios. Las obligaciones fundamentales de los socios consisten en realizar el aporte
prometido y gestionar los negocios. También tenían establecidos las causas de
extinción de la sociedad (el cumplimiento del término, la pérdida del patrimonio
social, el mutuo disentimiento, la renuncia de uno de los socios).
En el derecho moderno las personas jurídicas se definen como colectividades de
personas o bienes, jurídicamente organizadas y elevadas por la ley a la condición
de sujetos de derecho. La ley les imprime esa personalidad a través de ciertas
formalidades prescritas por la ley misma.
Existencia del ser humano en Derecho romano: requisitos
Para que pueda decirse que el ser humano ha nacido se exige en la antigua Roma
su perfecta separación del cuerpo de la madre, sin que, por otra parte, deban ser
tenidos en cuenta los medios empleados para obtener dicha separación, la cual
puede ocurrir también por medios artificiales. El feto en el claustro materno no es
más que un embrión que forma parte de las entrañas de la madre.
Aun cuando el feto no sea jurídicamente un ser humano, sino únicamente una
esperanza del mismo, la ley respeta en él la futura humanidad, y le reserva los
derechos para el caso en que con el nacimiento adquiera la capacidad jurídica.
En segundo lugar, el ser humano ha de haber nacido vivo. Si el infante muere antes
de ser separado de las entrañas de la madre, ya sea que la muerte ocurra en el
claustro materno, ya ocurra durante el parto, se considera aquél como no nacido, y
por eso no puede adquirir ni transmitir derechos. En cuanto a la prueba de la vida
del recién nacido, los proculeyanos exigían como condición indispensable que
hubiese dejado oír su voz, mientras que los sabinianos, por el contrario, se
contentaban con cualquiera otra señal de vida, siendo esta última opinión la
aceptada como más justa por Justiniano. La prueba de que una persona ha nacido
viva debe administrarla quien trata de fundar sobre ella derechos, pues a cada uno
incumbe la prueba completa de la existencia de los hechos en que apoya
jurídicamente su demanda. De donde también se sigue que, si el hecho del
nacimiento está probado o no es impugnado, pero la controversia se refiere al hecho
de que la persona vivía en el momento de nacer los derechos que en su nombre se
reclaman, la prueba de esta hecho corresponde al que afirma la existencia de la
persona en dicho momento.
En tercer lugar, el parto debe ser viable, esto es, que el infante debe haber
alcanzado en el claustro materno la madurez necesaria para continuar viviendo
independientemente de él. Un parto prematuro, incapaz de continuar la vida
separado de la madre, no puede atribuir capacidad jurídica alguna a su expulsión
del claustro materno, la cual no hace sino conducirlo a necesaria muerte. Tal parto
(abortus) debe ser equiparado al caso del infante que nace muerto, y debe, al igual
que éste, ser considerado como si jamás hubiese existido.
Para que el infante sea viable no es, sin embargo, necesario que haya nacido en el
séptimo mes después de la concepción, como erróneamente pretenden los antiguos
intérpretes del derecho romano. El fragmento de Paulo en que se fundan, no apoya
en lo más mínimo su teoría, tan arbitraria como peligrosa, puesto que dicho pasaje
dice, sencillamente, que un infante nacido en el séptimo mes de matrimonio debe
presumirse legítimo, pero no dice en modo alguno que al que haya nacido antes le
falte necesariamente la viabilidad: dicho fragmento, pues, se refiere a la capacidad
jurídica.
La forma humana es el último de los requisitos para la existencia del ser humano en
Derecho romano; los monstruos y los prodigios no son considerados como hombres
ni protegidos por las leyes.
STATUS CIVITATIS:
El ciudadano romano que no haya sido incapacitado por alguna causa particular,
goza de todas las prerrogativas que constituyen el jus civitatis;
Ciudadanos.
- Eran las personas que estaban en posesión de los derechos de ciudadanía y los
cuales hacia efectivos mediante su ejercicio.
Derecho público:
Ius Sufragii.- Es el derecho de votar tanto en los comicios, para aprobar leyes, como
en la designación de magistrados.
Ius Honorum.- Era el derecho a ser electo para desempeñar las magistraturas
romanas.
Derecho privado:
Ius Connubii.- Era el derecho a contraer nupcias y formar una familia romana.
Ius provocandi ad populum.- Era el derecho a no sufrir la pena capital, a menos que
la condena haya sido revisada y aprobada por los comicios centuriados.
Adquisición de la Ciudadanía
Cuando sólo uno de los padres era ciudadano romano, como no podía haber habido
justas nupcias ya que estas eran posibles solamente entre ciudadanos, el hijo
seguía la condición de la madre en el momento del parto; de modo que si el padre
era peregrino o latino y la madre era ciudadana romana, el hijo nacía ciudadano
romano.
Adquiría este derecho el ingenuo, que era la persona que nacía libre y que nunca
había dejado de serio, sin que importara que su padre hubiera sido ingenuo o liberto.
Esta condición de ingenuo también podía ser adquirida por el liberto a quien le era
A) En el caso del esclavo que había sido manumitido por su propietario quiritario
conforme al procedimiento pautado por el derecho civil romano, o sea mediante
alguna de las formas solemnes.
Determina si una persona es Sui Iuris o si es Allieni Iuris. Las personas Sui Iuris son
sujeto de su propio derecho, no dependen de nadie más y las personas Allieni Iuris
están sujetas a la potestad de otro.
Conforme al “status familiae” los hombres se dividen en: sui iuris y alieni iuris.
* Se llaman sui iuris: a las personas libres de toda autoridad que no dependen sino
de ellas mismas, en tanto que los alieni iuris son las personas que están sometidas
a alguna potestad o sea a la autoridad de otra persona.
* Las personas alieni iuris: son aquellas que pueden estar sometidas a una de las
cuatro potestades siguientes: a la dominica potestad, o sea a la potestad que ejerce
el dueño sobre el esclavo; a la patria potestad, o sea a la potestad del pater-familias
sobre los miembros de la familia; a la manus, o sea a la potestad que ejerce el
marido sobre su mujer, o el que ejerza la patria potestad sobre el marido sobre dicha
mujer; y al mancipium, o sea el poder que ejerce un hombre libre sobre otro hombre
libre.
El hombre sui iuris es llamado también paterfamilias o jefe de familia, pero este título
implica el derecho de tener un patrimonio y de ejercer sobre otro alguno de los
cuatro poderes ya dichos, los cuales disfruta sea cual fuere su edad y aunque no
tenga de hecho persona alguna bajo su autoridad. La mujer sui iuris es llamada
mater-familias esté o no casada, siempre que sea de costumbres honestas; puede
tener un patrimonio y ejercer la autoridad de amo sobre sus esclavos, pero la
autoridad paterna, la manus y el mancipium sólo pertenecen a los hombres.
CONSTITUCION ANTONINIANA
Esta Constitución Imperial, más precisamente un Edicto, data del año 212, y se debe
al emperador Antonino Caracalla. Tuvo el mérito de otorgar por motivos políticos
(acceso a las magistraturas), religiosos (participar del culto romano), militares
(acrecentar el número de legionarios) y sobre todo fiscales (para que sean más
quienes tributaran por transmisiones hereditarias y manumisiones de esclavos); la
ciudadanía romana, imponiéndose ésta, a todos los habitantes libres del imperio,
concluyendo el proceso de romanización ya iniciado en la época e intensificado por
los Severos.
Además de los peregrinos, extranjeros residentes en los pueblos con los que Roma
no se hallaba en guerra, y que en gran número ingresaban a Roma atraídos por el
crecimiento de la ciudad, había otras categorías de no ciudadanos con posición más
privilegiada, como los latinos veteres que ya habían conseguido la ciudadanía en el
año 90 a. C, los coloniarii que habitaban en las colonias romanas fundadas en los
territorios conquistados, a quienes se les concedió la latinidad y los latinos iuniani,
manumitidos por modos no formales. Tenían el derecho a comerciar, pero no a
contraer justas nupcias.
4. 2. Los no ciudadanos
Los peregrinos son los habitantes de los países que han hecho tratados de alianza
con Roma, o que se han sometido más tarde a la dominación romano reduciéndose
al estado de provincia. Había muchos peregrinos que llegaban y fijaban su
residencia en Roma; esta afluencia hizo necesaria la creación del proetor
peregrinus.
De todos modos, gozan de ius gentium y del derecho de sus provincias respectivas.
Hay, sin embargo, quienes no pertenecen a ninguna provincia y que por los tanto,
sólo participan de las instituciones del ius gentium. Tales son los peregrini dedititii,
pueblos que se rindieron a discreción y a los cuales quitaron los romanos toda
autonomía, ocurriendo lo mismo con las personas que por efecto de ciertas
condenas han perdido de ciudadanía, encontrándose asimiladas a los peregrinos.
Los latinos eran peregrinos tratados con más favor, y para los cuales se habían
acordado ciertas ventajas comprendidas en el derecho de ciudadanía romana.
Fueron de tres clases:
b. Veteres: Son los habitantes del antiguo Latium. Después de la caida de Alba
Roma fue la cabeza de una confederación de ciudades latinas, nomen latinum,
siendo regulada por algunos tratados la condición de sus habitantes. En 416,
después de una revolución agrícola del triunfo
definitivo de los romanos, fue destruida esta coalición. Los habitantes de algunas
provincias obtuvieron el derecho de ciudadanía; otros, por regla general,
conservaron su condición anterior de latinos. Poseían el commercium, el
connubium, y encontrándose en Roma cuando la reunión de los comicios,
disfrutaban del derecho a voto. Además les habían sido concedidas grandes
facilidades para adquirir la ciudadanía romana.
1) Las unas se componían de romanos escogidos generalmente de las parte más
pobre y lejana de la población. Quedaban como ciudadanos romanos, conservando
todos los derechos ligados a este título. Se llamaban colonias romanas.
2) Otras estaban formadas bien por latinos, o bien por ciudadanos romanos que
voluntariamente abandonan su patria perdiendo así la cualidad de ciudadanos y
volviéndose latinos. Estas eran las colonias latinas.
d. Iuniani: Un tipo de ciudadanía limitada es el regulado por la lex Iuna Norbana, del
19 d.c. Según tal ley, los manumitidos en forma nos solemne adquieren la libertad,
pero no la ciudadanía. En igual situación se encuentran los manumitidos por parte
de quien no tiene capacidad para hacerlo, así como los manumitidos son
observancia de las normas establecidas por la lex Aclia Sentia.
Los latinii Iuniani tienen el commercium con romanos, pero no pueden testar, ni ser
turores testamentarios. A su muerte, los bienes pasaban al antiguo dueño. Tampoco
pueden adquirir directamente a título de herencia o de legado.
La Esclavitud en Roma:
Los domini, generación tras generación, influidos por la educación que recibían en
sus casas y en las escuelas, asimilaban desde la infancia la capacidad y el derecho
a dar órdenes a sus servi. Para los propietarios el trabajo físico era degradante,
propio de esclavos y de las clasesmás humildes que no tenían otro medio para
subsistir. El rico podía dedicar su vida al ocio, su trabajo se limitaba a dar las
órdenes oportunas a sus esclavos. El derecho y la autoridad que el señor ejercía
sobre sus siervos se fundamentaban en la idea de que la esclavitud se origina en la
guerra, donde el vencedor tiene el derecho a disponer de la vida del vencido,
matarlo o perdonarle la vida y convertirlo en su esclavo, lo cual venía a ser un
aplazamiento de su muerte, de este modo la esclavitud se consideraba un estado
de muerte en vida. Los que no optaron por esa medida se veían privados de su
libertad y del control de sus vidas, separados bruscamente de sus lazos familiares,
que casi con seguridad no volverían a recuperar puesto que los vencedores ni los
reconocían ni los respetaban. Vendidos y trasladados, desde su lugar de origen a
Roma o a otros centros de comercio de esclavos, viajaban hacia lo desconocido
sufriendo todo tipo de vejaciones y violencias durante el trayecto, y además estaba
el impacto psicológico, lingüístico y cultural que suponía el cambio radical desde
una sociedad tribal no urbanizada a una ciudad como podía ser Roma, cuya
apariencia física imponía y su complejidad estructural en todos sus aspectos debía
de ser muy difícil de asimilar. El primer lugar de destino era el mercado de esclavos,
donde la venta de éstos tenía la misma consideración que si de ganado o animales
de carga se tratara, no había diferencias jurídicas en estos tipos de transacciones,se
regulaban por un edicto de los ediles, magistrados que supervisaban el mercado y
cuya labor principal era evitar que el vendedor engañara al comprador.
El vendedor, por ley, debía informar de los defectos físicos, enfermedades, carácter,
reputación de la mercancía expuesta y los detalles quedaban reflejados en los
documentos de compraventa, los cuales podían ser utilizados como prueba en caso
de dolo engaño.
Una esclava estaba siempre expuesta a agresiones sexuales por parte de cualquier
hombre libre e incluso por un esclavo de rango superior.
En cuanto al maltrato físico, éste no era en modo alguno reprobable, por lo que si el
amo lo consideraba oportuno el esclavo sería azotado, golpeado, lesionado,
torturado e incluso mutilado, aunque esto último era contraproducente pues iba en
contra de la productividad del esclavo y por tanto de su rentabilidad.
No obstante, también fueron muchos los esclavos que contaron con la benevolencia
de sus dueños y fueron tratados con consideración y afecto, llevando en general
una vida cómoda y agradable; o los que se adaptaron rápidamente a sus nues
vacircunstancias y obtuvieron grandes ventajas personales, ya que los esclavos
ambiciosos tenían muchas posibilidades de conseguir una buena posición social y
económica, sobre todo los que pertenecían a la familia imperial o a los propietarios
más poderosos del momento, los cuales tenían una vida relativamente cómoda,
incluso lujosa, de lo cual se jactaban sus propietarios, que presumían
engalanándolos y otorgándoles privilegios.
De esto quedaban al margen los esclavos rurales (rustici) que formaban el grueso
de la población esclava y que vivían en condiciones de mera subsistencia o
infrahumana como los que trabajaban en las minas. Roma se abastecía de
esclavos, principalmente, de los prisioneros hechos en sus guerras de conquista.
Los procedimientos para otorgar la libertad a los esclavos eran básicamente tres:
introduciendo oficialmente el nombre del esclavo en el registro de ciudadanos
romanos en el momento de elaboración del censo; declarando ante un magistrado
o gobernador provincial que el esclavo era en realidad una persona libre y que su
esclavitud era un error; o a través del testamento, en el que el propietario le concedía
la libertad a su muerte.
De la Esclavitud en Roma.
La esclavitud se convirtió en un pilar económico vital para Roma. Durante el Alto
Imperio romano y la República se estima que entre 15 % y 20 % de la población
eran esclavos, y hasta el siglo II que se promulgaron las leyes de protección, un
amo podía legalmente matar a un esclavo. Sin embargo, esto parece haber sido
siempre raro, por complejas razones sociales. En cualquier caso, la ley Cornelia,
del 82 a. C., prohibió a los amos matar a sus esclavos, la Ley de Petronio del 32 a.
C., vedaba que los esclavos fuesen obligados a combatir en el circo.
Escribió Suetonio (Claudio, 25), que bajo el emperador Claudio, si un amo
descuidaba la salud de su esclavo, hasta el punto de su muerte, podría ser acusado
de asesinato, aunque se recuperó en el templo de Esculapio, que el esclavo podía
ser libre.
Crisóstomos Dion, un griego estoico que vivió en tiempos del emperador Trajano,
pasó dos discursos, que se debatieron en el Foro por dos días, para luchar contra
la esclavitud. Séneca,2 en el siglo I, establece los informes para los crueles amos
con sus esclavos y éstos fueron insultados públicamente. El emperador Adriano, en
el siglo II, reanudó las leyes de Petronio y Cornelia. El legislador Ulpiano, un estoico
del siglo III, proclamó ilegal que los padres vendieran a sus hijos a la esclavitud. Y
el emperador Diocleciano (siglo III-IV) ascendió a ilegal reducir el acreedor a un
deudor y que cualquier persona pudiese venderse a sí misma a la esclavitud para
pagar una deuda.
Existían dos grandes grupos de esclavos:
-Esclavos en peores condiciones: eran los que hacían los trabajos más
desagradables y más duros. Por ejemplo herreros, mineros, constructores de
carreteras y los que limpiaban los acueductos.
BIBLIOGRAFIA
https://www.derechoromano.es/2015/03/requisitos-personalidad-fisica.html