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Los contextos de Pedro Simón Abril:


Humanismo latino y enseñanza del Griego en la España del siglo XVI.

 Pervivencia de Pedro Simón Abril: [Lámina 2]


- Estudios sobre Pedro Simón Abril: Margherita Morreale de Castro (1949), Ricardo del
Arco (1950), José López Rueda (1973), Luis de Cañigral (1987 y ss.), Manuel Breva-
Claramonte (1994), Paula Olmos Gómez (2007 y ss.), José Antonio Beltrán y el artículo
sobre Simón Abril traductor, de José Luis Calvo Martínez, ambos en 2011.
 Biografía de Pedro Simón Abril:
- Nicolás Antonio (1672), Bibliotheca Hispana Nova, Madrid, Viuda de Ibarra, 1788, 2
vols.:

Pedro Simón Abril, nacido en Alcaraz, ciudad de la diócesis de Toledo, desde


los veinticuatro años fue un famoso profesor de lengua griega en la
Universidad de Zaragoza y de bellas letras en varios lugares del Reino de
Aragón; ofreció a nuestros compatriotas muchas obras de los autores latinos y
griegos, interpretadas y explicadas por él, favoreciendo la relación de cada una
de estas importantes lenguas con la nuestra. [pp. 238-239]

- Según indica Margherita Morreale de Castro, la fecha de nacimiento (año 1530) no se


puede corroborar, pues los archivos parroquiales de Alcaraz desaparecieron durante la
Guerra Civil. Sabemos que impartía clases de Gramática y Filosofía en Uncastillo
(Zaragoza) en 1543, donde sufrió un proceso con pena de excomunión en 1571 tras la
denuncia de la Universidad de Huesca por impartir Filosofía sin permiso del Obispo.
Entre 1571 y 1574 fue profesor de Gramática, Retórica y Poesía en Tudela (Navarra).
Entre 1574 y 1577 fue profesor en los Estudios Generales de Zaragoza; no universidad,
a pesar del privilegio de Carlos V en 1542. En 1578 fue contratado como maestro por el
Cabildo de Alcaraz, según el acuerdo tomado por el Cabildo el 2 de julio de 1578. En
1583 volvió a Zaragoza, ya que no cobraba el salario pactado con el Cabildo. Allí se
hizo cargo de la cátedra de Gramática. No obstante, entre 1586 y 1594 es muy posible
que ejerciera la docencia en Salamanca y Madrid, si bien no hay constancia de dónde ni
por cuánto tiempo, aunque se desprende de sus cartas el paso por esas ciudades. En
1594 falleció en Medina de Rioseco (Valladolid), donde fue enterrado.
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1. El método pedagógico. [Lámina 3]


- En los Apuntamientos, obra dedicada a Felipe II, que conoció al menos ocho
reediciones, Pedro Simón Abril dividió el conocimiento en gramática, lógica,
matemáticas, filosofía natural, filosofía moral, medicina, derecho civil y la teología,
proponiendo reformas en la enseñanza de cada uno de esos ámbitos de estudio para su
mayor perfección, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje. El número de
reediciones (que llega hasta principios del siglo XIX) nos indica que fue motivo de
reflexión durante más de dos siglos.

- En cuanto a la práctica de la enseñanza, según indica José López Rueda: Pedro Simón
Abril dividió la enseñanza del griego y del latín en seis semestres, al final de cada uno
de ellos, el alumno tenía que ser aprobado en un examen para la clase siguiente; en caso
de suspender, debería repetir el semestre completo.
1er semestre: Corresponde al aprendizaje de la gramática latina y griega.
2º semestre: Lectura de autores sencillos.
3er semestre: Lectura de obras dialogadas (Terencio, Cicerón, Aristófanes,
Luciano…).
4º semestre: Textos en prosa, como las epístolas de Cicerón o las epístolas de
Demóstenes, unto a textos de Platón y de San Basilio Magno. Se completa el
semestre con la lectura de historiadores griegos y romanos.
5º semestre: Después de dos años de formación, los alumnos empezaban con la
lectura de los poetas (elegíacos, como Tíbulo, Propercio o Calímaco; líricos,
como Horacio o Píndaro; y heroicos, como Virgilio u Homero).
6º semestre: Una vez que se conocen los autores clásicos, se comienza con la
elocuencia, de acuerdo con los manuales griegos (Teón, Hermógenes, Aftonio)
sobre los latinos (Cicerón, Quintiliano).

- El método de enseñanza de la Gramática, la Retórica y la Dialéctica durante la Edad


Media era el manual con estructura de catecismo, en el que el estudiante aprendía estas
artes mediante preguntas y respuestas, como el Doctrinale o el Graecismus. Los
humanistas europeos acabaron con este tipo de manual, donde la memorización de los
preceptos era el único sistema posible. A partir de Erasmo de Rotterdam, se propone
una comprensión del contenido y de los términos con que éste se desarrolla. Para ello
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Se difundieron dos textos clave del humanista neerlandés: la carta de Erasmo a


Christian Northoff (Christian de Lübeck), que el humanista de Rotterdam dirigió a su
discípulo en 1487, y que se transmitió entre los humanistas del XVI al utilizarla Beato
Renano como prefacio a la edición de 1518 de los Colloquia. Unido a esta carta, el
prefacio al tratado De civilitate morum puerilium libellus. Relegendae item, sive
repetendae lectionis methodus, aparecido en París en 1530. Al asumir los principios de
Erasmo, se pretendía tanto la lectura de los autores clásicos como dotar de una sólida
base lingüística a las demás disciplinas. En un manual básico de gramática latina, los
Rudimenta grammatices (1522) de Thomas Linacre, hallamos inserto el tratado de Juan
Luis Vives De ratione studii puerilis (1523), de clara orientación erasmista. Este tipo de
pedagogía se extendió por tanto Europa, tanto en los centros educativos reformados
como en los centros que se mantuvieron en la ortodoxia de la Iglesia.

2. La gramática latina y la gramática griega. [Lámina 4]

- Dejamos a un lado la descripción técnica de las gramáticas.


- Pedro Simón Abril defendía que los alumnos aprendieran a la vez la gramática latina y
la griega. Definía la gramática como "El fin de la grammatica es el hablar propio y
elegante: al qual fin por arte y preceptos, y después por vso y por exercitación
llegamos" (Gramática latina, 1573, p. 2). Ahora bien, si tomamos como modelo de
gramática humanista la edición bilingüe de Erasmo de la gramática de Teodoro de Gaza
[Lámina 5] (y que luego tendría la Grammatica græca de Ramus, de 1567, o entre
otras, la de Philip Melanchton –Grammatica græca, de 1571– o la de Henri Estienne en
1572 [Lámina 6]) en latín y griego (el latín para comprender mejor el texto griego),
Pedro Simón Abril publicó sus gramáticas en bilingüe latín/castellano o
griego/castellano, cuando no directamente en castellano, siempre con los ejemplos en la
respectiva lengua clásica, lo que permitía una mayor facilidad de aprendizaje.
- ¿Por qué el griego? En 1516 Erasmo de Rotterdam publicó su Nuevo Testamento en
griego (el conocido como Textus receptus o Novum instrumentum), en su deseo de
anticiparse a la Biblia poliglota complutense impulsada por Cisneros, y que no saldría
de la imprenta hasta 1522. La enseñanza del griego venía recomendado por los grandes
humanistas desde el siglo XV, como Agricola en su De formadis studiis epistola
(epístola a Jacobo Barbireau de Amberes, 1484) y, con posterioridad, Erasmo en sus
epístolas, desde 1507. Por tanto, el conocimiento que se intentaba llevar a cabo de la
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Biblia (sobre todo del Nuevo Testamento y, en concreto, de las Epístolas de S. Pablo)
supuso que la lengua griega se convirtiera en una obligación para los humanistas,
incluyendo entre los textos más comentados los de Basilio Magno.
Esta finalidad del aprendizaje del griego (el comentario de textos contenidos en el
Nuevo Testamento) quizá sea la causa del escaso número de alumnos matriculados en
los cursos de lengua griega, como señala José López Rueda: "El número de alumnos
que asistía a las clases de Griego no debió de ser nunca muy elevado" (262), máxime
después de Trento y de los problemas sufridos por el erasmismo en el mundo católico, a
pesar de lo cual Pedro Simón Abril mantiene como referencia la pedagogía y los
tratados del humanista de Rotterdam.

3. Las traducciones. [Lámina 7]

La función de las traducciones de Pedro Simón Abril, con el fin de obtener o


bien ediciones bilingües o bien textos en castellano para el desarrollo de su docencia,
tiene pleno sentido en el sistema pedagógico propuesto. Si Lorenzo Valla había
traducido las fábulas de Esopo del Griego al Latín en esos primeros tiempos del
Humanismo (siglo XV) para difundirlas, por su carácter moral, a lo largo de ese siglo y
el siguiente encontramos una abundante edición de los textos esópicos: a lo largo del
siglo XV hallamos 46 ediciones, cifra casi doblada en el siglo XVI con 96 ediciones. En
1575 apareció en Zaragoza la traducción tanto al latín como al castellano de las Fábulas
de Esopo realizada por Pedro Simón Abril, texto que fue reeditado al menos cuatro
veces, en Madrid (1588), Zaragoza (1647) y Valencia (1760 y 1779), destacando así su
utilidad pedagógica. También por su carácter moral, tradujo una selección de apotegmas
de Plutarco que forman parte del tratado Instrucción para enseñar a los niños el leer y
el escribir, obra estudiada por Luis de Cañigral en 1987 (en un artículo publicado en Al-
Basit) y editada en versión facsimilar ese mismo año en Ciudad Real.
Previamente había publicado, en 1572, una versión bilingüe de las cartas de
Cicerón, seleccionando aquellas más sencillas para la práctica por parte de sus alumnos,
a las que ayudaba con una serie de escolios explicativos. Esta versión fue reeditada en
Zaragoza en 1583 y, al menos, otras seis veces en el siglo XVIII en Valencia, Orihuela
y Madrid. Este repertorio de cartas terminó desembocando en 1589 en una edición
completa y en castellano bajo el título Los dieciséis libros de las epístolas o cartas de
M. Tulio Cicerón, vulgarmente llamadas familiares, libro impreso en Madrid en la
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imprenta de Pedro Madrigal. Aquí podemos hallar otra obra muy reeditada, pues en
BNE se encuentran las ediciones de 1592, 1600, 1615, 1678, 1679 o la versión para las
escuelas jesuitas (en cuatro tomos) de 1797.
Publicó en latín y en castellano en 1577 Las seis comedias de Terencio, obra
impresa en Zaragoza, que se reimprimió al menos nueve veces: en Alcalá (1583),
Barcelona (1599), Valencia (1762), Madrid (1890) y cinco ediciones más realizadas a lo
largo del siglo XX. Según indica en el Prólogo, para realizar la edición, Pedro Simón
Abril consultó sus dudas con Francisco Sánchez de las Brozas (“El Brocense”).

4. La lógica. [Lámina 8]

- Pedro Simón Abril realizó una traducción de la Ética de Aristóteles (ética o moral a
Nicómaco) que se publicó en 1918, como complemento a la argumentación retórica o a
la argumentación de la lógica y que debió ser para uso de sus alumnos  Opinión de
Erasmo sobre la ética aristotélica. Precisamente la lógica corrió mejor suerte. Si para la
retórica había seguido los ejercicios de retórica (progymnásmata) bizantinos, en la
Filosofía (tanto en el tratado dedicado a la Filosofía Racional o Lógica de 1587 como en
el dedicado a la Fisiología o Filosofía natural, que quedó sin imprimir hasta el siglo XX,
sigue a Aristóteles. En el primero de los tratados, con el precedente de la edición del
Órganon que realizó en 1572 (Introductionis ad libros logicarum Aristotelis libri duo),
la lógica del Estagirita sirve solo como base, pues emplea sobre todo los Tópicos de
Cicerón, al que complementa con diferentes fuentes clásicas, entre las que cabe destacar
a Quintiliano o a Alejandro Numenio (Morreale). Un resumen de esta primera parte la
encontramos en el tratado de 1586 Las sentencias de un renglón por orden alfabético
colegidas de diversos autores, donde reúne sentencias clásicas, acercándose una vez a
Erasmo, en concreto a los Adagia. En este tratado de filosofía y su resumen eliminó lo
más posible lo ejemplos de la oratoria forense, sustituyéndolos por ejemplos literarios.
Se trataba de una lógica literaturizada al estilo de los tratados humanistas del sur (como
la Dialéctica de Lorenzo Valla), frente a la dialéctica estricta del humanismo del norte
(como la Dialéctica de Rodolfo Agricola o la de Petrus Ramus), que distingue
claramente entre una lógica proposicional y una retórica literaturizada, que terminará
confluyendo con la poética. En ambos humanismos, se trataba de una reacción contra la
Escolástica, que sin embargo Pedro Simón Abril (según M. Morreale) no comparte. La
Escolástica se impuso de nuevo en las universidades españolas después de Trento (pues
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se acusaba al Humanismo de ser la causa de la Reforma protestante), si bien en


Salamanca, por ejemplo, se mantuvo a través de la Opera lógica (las summulæ) de Juan
de Oria, en oposición y convivencia con la Dialéctica y la Retórica del Brocense.

-- Pedro Simón Abril es un humanista ecléctico: Gramática, Dialéctica y Retórica en el


contexto de los Studia Humanitatis,

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