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R ené G onzález
A rte según la segunda acepción (entre 9) del DRAE es:
La manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión
personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lin-
güísticos o sonoros.
Pero, realmente, no hay una definición definitiva (valga la redundancia) de Arte.
Originalmente (y aún hoy en la primera y tercera acepción del DRAE) arte era y es la
virtud, disposición y habilidad para hacer algo; y el conjunto de preceptos y reglas ne-
cesarios para hacer bien algo. O sea un sinónimo de destreza.
La rama de la filosofía que trata sobre el arte es la Estética. La historia de la Estética
es la historia de las diversas concepciones que la humanidad ha tenido sobre el arte.
El término Estética es relativamente muy reciente. Lo acuñó el filósofo alemán Alexan-
der Gottlieb Baumgarten en su obra de 1735, Reflexiones filosóficas acerca de la Poe-
sía. Y conforme a su etimología signi-
ficaba ‘teoría de la sensibilidad’.
Kant le dio su sentido actual en la tercera parte de la
trilogía de su sistema filosófico, en la Crítica del Jui-
cio. Si en la Crítica de la Razón Pura elucubraba sobre
la razón y el entendimiento y en la Crítica de la Razón
Práctica sobre la moral, en la Crítica del Juicio se ocu-
pa del juicio estético, de la belleza, del arte y del gusto.
El arte, como el lenguaje, existe desde que existe la
humanidad. Lo podemos reconocer pero no lo pode-
mos definir con exactitud.
El ser humano tiene un sentido innato del arte y de la
creatividad. Raymond Bayer en su Historia de la Estéti-
Immanuel Kant
Altamira
ca dice que «la creación consiste en modificaciones intencio-
nales que el espíritu humano imprime en objetos de la natu-
raleza. ¿Con qué fin? La preocupación esencial y primaria del
arte consiste en utilizar la creatividad para agradar a los demás
conjugando lo útil con lo desinteresado … el origen profundo
del arte ¿no reside, acaso, en la calidad de la sensación, en la
seguridad de la memoria y en la importancia del mimetismo.»
El lenguaje humano puede tener una antigüedad mayor a los
50 mil años, y la primera gramática, la gramática del sánscrito
de Panini, es del siglo IV a.C.
Igualmente, el arte nació con el Homo sapiens en el paleo-
lítico (las pinturas de Altamira y Lascaux pueden tener una
antigüedad de 40
milenios) pero las
primeras reflexiones racionales sobre el arte las hicieron los
griegos, curiosamente en el mismo siglo IV a.C.
A los helenos se deben las primeras nociones científicas y es-
téticas. Su mitología asignaba el Arte a Apolo (dios de la poe-
sía y de la música) y a las 9 musas. De musas viene museo (o
casa de las musas) y música (o arte de las musas). Hesíodo,
Homero, Píndaro, Safo, Teognis y Pitágoras mencionaron y le
cantaron a la belleza.
Para los griegos el arte era la téchne que se aplicaba «a
toda la producción realizada por el hombre y a las disciplinas
del saber hacer». Entonces, para ellos, el concepto básico
Lascaux
Las Musas
correspondiente a lo que actualmente
entendemos por Arte era la Belleza.
Apolo
a la Belleza con el Arte. Una de esas pocas excepciones fue Aristóteles en
La Poética. Estudia la Tragedia griega de los dramaturgos Esquilo, Sófo-
cles y Eurípides. La Tragedia mediante la exhibición de lo Deinon (lo terri-
ble —incluidos el incesto, parricidios, matricidios, fratricidios, canibalismo,
desmembramientos y asesinatos varios—), la Oictra (lo lamentable) y el
Phobos (el terror), logra la Catharsis, la purificación o purga de las pasio-
nes negativas. Aristóteles ve en las artes, especialmente en la tragedia,
un medicamento catártico, un remedio contra la demasía y el exceso, un
elemento moderador.
P lotino (205-270)
E l introductor de Aristóteles en la Teología escribió en su Suma Teológica que para que haya Belleza se
requieren 3 características esenciales: la Integridad o perfección, la Proporción justa o Armonía y la
Claridad. Conjunta lo bello con la razón y el bien. El Arte se subordina a la pedagogía, a la enseñanza.
E l R enacimiento
Leonardo Da Vinci
Descartes
químico, anatomista, naturalista, astrónomo y el más dotado artista de su
tiempo. Con una obsesión por la luz, la claridad y la sombra, reflejos de
su iluminación platónica que plasma en su Tratado de la Pintura.
D eclara en sus Reflexiones críticas sobre la poesía y la pintura (1719) que la finalidad del arte es gustar.
El mejor juez de una obra de arte no será la razón sino el sentimiento. El juicio de los espectadores
que se dejan llevar por sus sentimientos es más justo que el de la gente del oficio que juzgan más por la
razón y por la aplicación rigurosa de las reglas. menciona «El arte de la poesía y el arte de la pintura jamás
son tan aplaudidos como cuando han logrado afligirnos».
A unque su Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) es una verdadera diatriba contra las últimas
(las considera fuente de errores y con efectos peligrosos, el teatro pone en ridículo a la virtud y co-
rrompe las costumbres) Rousseau fue el primero en declarar que el fin del arte no es la belleza sino la
exaltación de la sensibilidad, fue el primero de los románticos.
Leibniz
L eibniz (1646-1716)
G iambattista V ico
(1660-1744)
Vico
C harles B atteux (1713-1780)
F ue el primero que consideró a la Estética como ciencia de lo Bello, rama escindida de la Filosofía,
como ciencia del conocimiento sensible o gnoseología inferior (siendo la gnoseología superior la lógi-
ca). La Belleza es el acuerdo interno de la expresión con los pensamientos, con el orden en el que están
dispuestos y con las cosas mismas. Baumgarten señaló el camino de que a la actividad puramente inte-
lectual se le añade el de la Empfindug, que es a la vez sensación y sentimiento. El proceso estético no es
un conocimiento sino una reacción afectiva que ciertos conocimientos producen en nosotros.
Hume
Schiller
En la Crítica del Juicio señala que frente a un objeto hermoso la imaginación
o la intuición crean una imagen y luego un esquema, pero el entendimiento no
puede proporcionar un concepto. El juicio del gusto no es determinable por
algún principio: no puede haber una ciencia de lo bello. Las bellas artes no
conocen sino una manera (modus) y no un método (methodus).
Kant dice que lo bello viene a ser aquello que produce un placer universal-
mente compartido y desinteresado. Convierte a la teoría del arte en un domi-
nio de juicios sin concepto y de placeres sin deseo.
E n sus Cartas sobre la educación estética del hombre señala que Kant erró
al relacionar lo bello a la razón teórica, es decir al juicio. Schiller en cam-
bio lo relaciona a la razón práctica, a la razón
ligada a la acción, o sea a la moral.
Señala que el hombre relaciona el instinto formal (la razón, la forma, la
ley) con el instinto sensible (el mundo y la vida) mediante el instinto de jue-
go, que restablece la unión entre la sensibilidad y la razón, la armonía entre
la imaginación y el entendimiento mediante la forma viva o belleza. «Úni-
camente el arte —dice Schiller— nos asegura goces que no exigen ningún
esfuerzo previo, que no cuestan ningún sacrificio, que no hace falta pagar
con arrepentimientos…»
E n su obra capital El Mundo como Voluntad y Representación considera que el mundo es un enigma,
que es una representación que se construye y donde la esencia es la Voluntad de vivir, de existir; y
que el mundo de los fenómenos no es más que la Voluntad misma ‘objetivada’, que Schopenhauer llama
Representación.
En el Libro III de El Mundo como representación lo subtitula «La idea
platónica: el objeto del arte» y señala que el sabio en lugar de explicar las
cosas y los seres intentará penetrarlos; la contemplación estética y des-
interesada (la intuición) substituirá a la explicación y a la dialéctica, o sea
que el arte reemplazará a la ciencia.
Considera a la música como el arte superior. Todas las artes se hallan
subordinadas a las Ideas del universo, mientras que «la música va más
allá de las ideas, es enteramente independiente del mundo fenoménico, …
mientras todas las artes son reproducción de las ideas, la música es la re-
presentación de la Voluntad, …es una manifestación directa de la voluntad
de vivir, en el mismo sentido y con el mismo rango que el universo».
El arte revela la inteligibilidad del mundo, y lo ‘sana’ de una voluntad
absurda. Es una catarsis muy particular que consiste en exorcizar la vo-
Schopenhauer
Taine
luntad. Dijo «Parecemos prisioneros que festejan un día de descanso y
nuestra rueda de Ixion no da más vueltas», correspondencia exacta con
el mito que dice que el único tiempo en que se detuvo en los infiernos la
rueda ardiente que torturaba a Ixión fue cuando sonó la lira de Orfeo en su
descenso al Tártaro.
Dostoyevski
Tolstói
Se dio cuenta que el bien y el mal se pueden reunir bajo la
égida de la belleza y así en Los hermanos Karamazov escribe «Lo
bello es algo espantoso en que se reúnen todas las contradic-
ciones. El diablo lucha contra Dios, y el campo de batalla es el
corazón del hombre». Se asombró de la parte terrible que hay en
la belleza, a saber, su indiferencia entre el mal y el bien, entre el
diablo y Dios.
T ras haberse dedicado a los problemas del arte expresa dudas acerca de la
existencia de la Estética: «La estética no existe ni puede existir» … «[es una]
grande, mejor dicho irresistible tentación» … «Si la estética pudiese existir, las
artes se desvanecerían delante de ella, es decir delante de su esencia». Las artes
no existen sino por las obras y por los artistas, y el arte no es una ciencia. El arte
posee espíritu pero «el arte más cercano al espíritu es el que nos restituye el máxi-
mo de nuestras impresiones … por el mínimo de los medios sensibles».
S u principal obra estética es El arte como experiencia (1934). Él mismo se designa como empírico y
pragmático; se opone radicalmente a toda filosofía idealista, a la filosofía kantiana.
El arte es a la vez la expresión de un valor en un ambiente particular y la expresión del sentimiento del
artista que únicamente puede ser revelado por un objeto creado. El arte es inspirador ya que une lo posi-
ble y lo real.
Su concepción no es la del arte por el arte; es la del arte
para realizar la vida de un pueblo. A la vez que una estética
experimental, es una estética sociológica y cultural.
Obra de Kandinski
Cuadro blanco sobre blanco (Malevich)
Kandinski junto a Franc Marc sienta las bases en 1911 del
grupo pictórico Der Blaue Reiter. En 1926 publica Punto y
línea sobre el plano, una continuación orgánica de su primer
libro. Permanecerá como maestro en la Bauhaus hasta su
clausura en 1933.
K andinski y Malevich prepararon el camino para l’enfant terrible del arte del siglo XX:
Marcel Duchamp.
Antes una recapitulación. Desde los románticos a finales del siglo XVIII y principios
del XIX —como reacción a la Ilustración, el Racionalismo y el Clasicismo— fue evolucio-
Marcel Duchamp
Félicien Rops Edvard Munch
nando un arte que se fue desprendiendo gradualmente de las ‘ca-
tegorías’ —antes inamovibles— del bien, de la verdad, de la razón
y de la belleza. Se podía hacer, y se hizo, arte muy destacado con
el mal, con la transgresión, con la fealdad, con la desesperación,
con lo grotesco, con la vesania y con el delirio. Desde el Marqués
de Sade, Thomas de Quincey, William Blake, Baudelaire, Lovecraft,
Ambrose Bierce, Lautréamont, André Breton, Antonin Artaud, Cioran
y Jean Genet en la literatura, hasta Félicien Rops, Edvard Munch,
James Ensor y Francis Bacon en las artes plásticas.
También se desarrolló, desde Hölderlin, el arte autoconsciente, la
poesía sobre la poesía. Luego Kandinski inició la abstracción lírica y
Malevich propuso un arte de la no-representación (el Cuadro blan-
co sobre blanco). Pero nadie se
había atrevido a hacer lo que hizo
Duchamp. Prescindir de la téc-
nica del artista plasmada en un
objeto. El arte sucede en la mente
del artista y esa idea se traslada
a la mente del observador, y el
intermediario —el objeto artísti-
co— puede ser cualquier cosa
cualquier objeto elegido.
En 1917, en Nueva York, para
la exposición de la Sociedad de
Artistas Independientes inscribió,
Franz Kafka
Ubu Rey
El teatro cambió diametralmente con
Strindberg, Alfred Jarry (Ubu Rey) y Artaud.
La música recibió un revulsivo con el
Método de la música dodecafónica (1923),
de Arnold Schönberg, las obras de Antón
Webern, la música aleatoria de Stockhau-
sen y, destacando por sobre todos, John
Cage y su 4’33” de silencio puro en esce-
na.
La danza fue otra a partir de Martha
Graham (la bailarina del siglo, según Time)
y su Steps in the Street (1936).
Umber-
to Eco, en
su libro La definición del arte (Destino, 2001), dice: «El irse articulando del
arte contemporáneo cada vez más como reflexión de su mismo problema
(poesía del hacer poesía, arte sobre arte, obra de arte como poética de
sí misma) obliga a registrar el hecho de que, en muchos de los actuales
productos artísticos, el proyecto operativo que en ellos se expresa, la idea
de un modo de formar que realizan en concreto, resulta más importante
que el objeto formado».
Eco arriesga una definición categorial de arte (que él mismo califica
como generalísima y parcial): arte es «la actividad por la cual las experien-
cias del mundo sensible, percibidas por el artista según las modalidades
del plano estético, se incorporan a una materia y son llamadas a consti-
tuirse en el plano artístico».
Arnold Schonberg
Umberto Eco
Eco dice que “el fin último de la estética sigue
siendo el de determinar categorías generales capa-
ces de explicar el fenómeno del arte en general”.
¿Qué sigue? Como dice Ernst Gombrich, el autor
de la celebrada Historia del arte: «No hay progreso
en el arte [...] no podemos saber qué pasará en la
próxima etapa», y para acabar pronto, «el arte no
existe, existen los artistas».
Dino Formaggio, en su libro Arte, comienza di-
ciendo: «Arte es todo aquello que los hombre lla-
man arte». Y añade: «Es posible hablar de [...] una
idea general de artisticidad; que no se trata de la